No eras tu cuando la bese, y no estuve sola en ese momento. Era esa chica que se aproximo en el momento menos buscado, cuando mis defensas cayeron y la tristeza me acogía, me levanto tal madre a su hijo. Y el cuerpo es un conjunto de órganos, músculos, piel, huesos… ¿sensaciones? Ahí no viven sentimientos.
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Fue un azar, el destino me hizo trampa, yo anduve cautelosa. Miraba el camino evitando esos senderos oscuros, de esas formas que cuando ya están tan cerca te quieren robar cariño, arrancarte la ropa, seducirte porque eres una especie de trofeo. No les gusta perder, y se escurren como gotas de lluvia en el piso, desaparecen cuando no tienen como atravesarte; sus planes no son inteligentes, son fáciles de adivinar.
Borre sus juegos y esas artimañas para hacerme suspender mi lealtad; queriendo marcarme como su propiedad, dedicarles afecto que no les pertenece, saborear sus labios me tiene sin cuidado, verlas desnudas no me provoca. Y me freno. Porque mañana te encontrare, mañana volveré a tus brazos, me acunaras, me darás tu sonrisa y asunto olvidado.
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Ella se acercó por detrás, se aferro a mi cintura, su voz no la utilizo, porque sabia que despertaría de su hechizo, y la echaría del lugar, de esa cama que te espera, de esas almohadas que ruegan que las abraces, o de las sabanas que quieren mimos con tu anatomía. Suspiró en mi cuello, erizando mi epidermis, inquietándome el raciocinio, y no la quiero, no la amo, no es nada, no me importa, no la deseo, no, no. NO. Los encuentros furtivos son insospechados, son amantes, no se hablan, no le interesa si tienes problemas, ni como hacerte feliz, ni tus manías, sólo cumple un protocolo, una hora o dos, sudor, gemidos incontinuos, nombres que nunca escuchaste, sus ojos ven el techo y tu desvías al piso, cierras la puerta y ventanas, las cortinas las unes, le pides evitar ruidos fuertes. No es alguien a quien deba presentar, la conocen, pero no en esa faceta.
El cabello desordenado, se desabotona esa sexy blusa, se pone delante, persigue mis labios; cambio, aun no me tiene, mi fuerza de voluntad es grande. La busque para aclarar los malos entendidos, no fue algo mas. Créeme. Ya se que te aburres con que ella me atrape, me tiente, y no la pongo en su sitio. Hoy me transforme y la enlace, no deje que huyera, la lleve conmigo, no le di oportunidad de rechazar la oferta. ¿Quería acostarse con alguien? Bueno, pasemos al dormitorio.
Me mostro un atajo al olvido, unos besos húmedos, una lengua juguetona, me encendía con las mordidas, al tocarse ella misma por encima de la envoltura. Y era una aventura, cerré los ojos, y los abrí, no servía de nada esta miseria, tenerte por pedazos, por unos meses, el que te vayas y me dejes. Le cogí de la mano jalándola hacia mí. Quite mis absurdos, la calle de un beso, no la deje respirar por tantas ganas que tenia. La saboree.
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Ya esas noches de inventar tu cuerpo, de crear días perfectos para que pueda acariciarte, y diálogos nada hilarantes, ¿serian así mis horas?, dedicándote alegrías eternas, envolviéndote en ideas apasionadas, contándote chistes o las ocurrencias que pasaba cuando no te hallaba. Te amaba en el ocaso, al dibujarte y tu ser mi modelo, al comer directamente de tu piel un helado. Un dulce, un postre. Miel.
Reconozco tus pensamientos, y se antes de tiempo tus respuestas… tuve que apartarte, apagarte y voltear el rostro. No te conocí en ese instante, no quise que tus ojos de detengan en los míos. Soñé, borre mis pesares, sacie impulsos. Te aleje de mi cabeza, porque siempre estas dando vueltas, mis opiniones varían por ti.
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La tumbo en la cama, me recuesto sobre ella, me apoyo con los brazos a cada lado de su cuerpo, la tengo a mi disposición, me abraza el cuello, obligándome a bajar el rostro, a tocar su nariz, a restar besos que estoy guardando para dártelos. No cerré los ojos, la vi, es bonita, no me cabe duda porque tantos chicos quieren invitarla a salir. Y seguro la próxima semana acepte a alguno de ellos como novio. Pero si le diera una señal, se que aguardaría por mi.
Lamo su oreja, la muerdo despacio, le acomodo un par de cabellos escurridizos, me rio nerviosamente, y ya regresaba mi conciencia. Y entonces el ruidito de un cierre descendiendo me hace suspirar. Me desabotona los jeans celestes, lo desliza suavemente, me recorre un aire frio, uhm… invierno. Cuando es tan necesario el calor humano, el de otro cuerpo.
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Si existiera justicia en el mundo, mi cama y la tuya no fueran lugares lejanos, distintos. Nuestros horarios debían ser iguales; poder darte besos cuantas veces al día desee, y tu también si así lo quieres. No esta bien que no sea yo quien te abrigue en la noche, que ha estas alturas de la historia no sepa ni el olor de tu piel, la cantidad de lunares que se apoderan de tu anatomía, ni dormir enlazando mis dedos y los tuyos. Porque es inevitable que nuestras vidas sean tan opuestas. Mientras tu estas en clases, yo sigo durmiendo, y si voy al trabajo… no puedo esperar encontrarte en la noche. Que me alivies lo pesado de la mañana, que me distraiga con una película a tu lado. ¿Imposible? Sinónimo de ilusión.
No hay eso llamado justicia. Porque mi cama no sabe lo que es tenerte, cuidarte hasta que despiertes. El cerrar tus ojos al recibir un muestra de ternura; porque no conoces aún los pucheritos que aparecen en el rostro cuando estoy tranquila, cuando amo. Y vivo en el calendario, calculando viajes, cambiando perspectivas, con desquiciadas estrategias para convivir contigo.
Y amo tu libertad,
Tu frialdad en cuanto al amor,
Lo que provocas no lo que eres,
El sentir tu presencia sin tocarla,
Tus misterios en la madrugada.
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Roce mis manos con su espalda, le retire el sujetador, me hundí en su presencia, mi cabeza me dolió al casi darle un espacio a la culpa; sacudí mis pensamientos, y me quite ante sus ojos mi casaca, la arroje a un extremo de mi cuarto, a ese piso rojo, al costado de tantos objetos. Ella se mordió el labio inferior, se excito muy rápido, con una mirada penetrante bastaba para hacerle saber que le hare el amor, que no me detendré por meditaciones. Y mi dolor porque no eres tú… uhm, lo guardare para más tarde.
Juego con sus manos, las cojo fuertemente, y me han dicho que soy muy expresiva, supongo que ese es el motivo… se sonrojó. Se intimidó ante mi creatividad, a mi exceso de pasión, porque no paro cuando inicio, no hay el botón de pausa, y voy a mi meta. Tiendo a observar mucho en los previos, juego con su mejilla, sus ojos, su boca, su nariz, sus orejas; ya había escuchado seguramente que en cuestiones más intimas, es toda una experiencia nueva. Me pedirá mas cada día, que en el cine, en la sala, en la ducha, en el jardín, en casa de una amiga, en todo espacio, me querrá lamiéndola, aumentándole el ritmo a sus latidos.
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¿Cómo te diré adiós?, lo pienso, y no se darte la cara, que tal vez se te ocurra decirme se honesta. Y tengo tu foto, tu imagen mental, tu corazón, tus letras, tu ser.
Perdóname por lo que hare, jamás quise lastimarte. El cuerpo gana, la razón no da con todo, y es preferible calmar los instintos, se que sabrás que quise darte mis noches a ti, lamentablemente no se pudo, el tiempo no nos espero. No resistí, no hay remedio para esta enfermedad.
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La sentí tan caliente, de sus labios seguían escapándose acompasados gemidos, su pecho se llenaba de oxigeno cada segundo que mi boca descendía por su pecho, se estremeció cuando mi lengua jugaba con sus pezones, los miraba con deseo, necesitaba tenerlos en mi poder, tocarlos, mimarlos, respirar el aroma de su piel. Así fue entonces como continúe, envolviendo sus senos con mi boca, de tiempo en tiempo cambiaba a cada uno, no quería que se quedaran sin saber lo que es pasión. Ella hundía mi rostro aun mas contra su piel, sus manos se entrelazaban con mi cabello, el ejercer presión me excitaba. No era amor, pero la llamé así: “mi amor…quieres que siga”.
Interprete sus jadeos como afirmación, me deleitaba cuando la mordía, un poco de dolor a la hora de tener sexo, uhm… que inquieta se ponía, sus dedos los aplastaba contra mi espalda, me rasguñaba seguramente, y una pizca de consciencia despertó… no quería pruebas de esa noche, mi verdadero amor, no necesita enterarse de eso. Con delicadeza me despegue de su cuerpo, la tenía en mi poder, debajo de mi esa chica, comencé a darle besitos por los brazos, y quite sus uñas clavadas en mi espalda; no se daba cuenta de mi intensión…creyó que era un momento dulce, le bese su antebrazo, sus manos, sus dedos, y ya para finalizar las quería poner a un costado del colchón, lamentablemente, ella tenía otra idea. Su dedo índice lo planto frente a mis labios, alce una ceja, para que entendiera que no iba a hacer lo que pensaba, insistió. Delineaba mi perfil, con su otra mano llego a mis orejas, proporcionándome cosquillas muy tiernas. Al final accedí.
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La semana pasada hablamos largas horas, creo que el día entero lo compartí contigo, tus risas, tu voz, tus cuentos aunque tontos y sin importancia, los escuchaba con emoción contenida, a veces he sentido que si te demuestro lo esencial que te has vuelto para mi, te abrumara tanta información, y no sé, prefieras a otra persona, alguien que lleve todo con calma; que no te moleste en horas de madrugada, en esos minutos que la soledad viene y me obliga a extrañarte, a buscarte en mi cuarto, o las pesadillas donde la relación termina, es ahí donde más pienso en ti, y suena tu celular….suena, suena, espero oír tu voz al otro lado, y que me digas que todo estará bien. O tus anécdotas que me hacen olvidar mis temores, que me desees buenas noches, que me regales un “te extrañe”, o si no es buen momento para llamarte me sueltes algo como “no tienes a alguien a quien más molestar…jajaja”, se que es broma, y me relajas; esa eres tú. Mi contraparte, mí opuesto en todo, mi amada.
Fue inédito cuando me enamore de ti, unos meses antes apostaba que no sucedería jamás. Tenía esa “falsa” certeza, y ahora, hoy en día, tú eres mi vida, la canción mas romántica me hace sonreír, y no puedo evitar la expresión boba que aparece cuando encuentras el amor; y aunque estés lejos de mí. Por pocos días, Por pocas horas; no sé cómo hare para recuperar todos los minutos que pase amándote a la distancia. El mundo me debe el estrecharte en mis brazos, me debe en total unos 10483 besos, 50345 veces de mirarte a los ojos y clamarte a todo pulmón cuanto te amo, 3600 noches que no estás en mi cama, me debe incluso intereses, y lo demandare si es que no me devuelve mis segundos contigo, con mi novia.
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Estoy a punto de borrarte, de decir que estoy mejor así, entre sus caricias, en esos besos tan pasionales, que desbordan los labios, se escabullen por un rincón, y me toca; me amolda a su antojo, me retuerce en sus actos, cojo las sábanas, las aprisiono con fuerza, ella sigue bajando, desde mi vientre sube con su lengua, luego retrocede, me aturde, me descontrola. Y es así como me percato lo poco vestida que estoy. De una vuelta, ella queda abajo nuevamente, se me quiere escapar, y sonreímos. Cómplices de esta noche, del sudor, del aire viciado del cuarto, de cómo froto mi piel y la de ella, y no es suficiente, la quiero disfrutar…
Tengo la convicción que te daré todo de mi, soltare estas ataduras mentales, me entregare como si fueras mi novia; como si te hubiera deseado desde la primera vez que conversamos. Que meses te he llorado por no poder poseerte, te viviré, en la penumbra engañare a mi corazón, Hoy ya no eres una ilusión, ¡se real!
Es cuando me apodero de ella, de su intimidad, ¿y el tiempo de amistad? Me falta aire, la tomo como mía, la marco como mi propiedad, la lamo, la beso, la provoco, la seduzco, la introduzco en este mundo, la hago volar, la despierto, me hundo en ella, en su estrecha figura, en un vaivén, sigo, adelante, un poco más, sigo, esta suave, esta angosto, esta que vibra, esta húmeda. Es deliciosa, esos ojos intentando abrirse para ver lo que hago con su sexo, sus fantasías aterrizaron, y no puede más, y el abrir de su boca, mordiéndose el labio, tocando con la yema de sus dedos sus senos. Y sientes el alma…esta profundo, ¿lo tocas? ¿Lo ves?
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No sabes lo que es vivir sin ti, abrazar la almohada en la nostalgia, esas gotitas que se escurren de los ojos, y el deseo inconcluso, porque tú no estás, y no es tu culpa. No sabes mi amor, que estoy casi desesperada porque tus fotos no sean el único modo de verte, he aguantado todo lo que nadie puede imaginar, por amor, por este fucking amor, que me hierve la sangre de la rabia de no respirar tu mismo aire. Dame consuelo, lléname de tu interior, de tu mágica esencia, explícame cuanto me quieres, cuanto me necesitas, que te hace falta mis labios.
No has cambiado desde el inicio, sigues terca, dulce secretamente, afrontando retos, y tramando algún truco para no quedarnos en silencio. Te digo mi secreto, contigo todo es perfecto. El helado clima es manejable con unas letras que me escribas, el mojarme en la lluvia, las horas de estrés en el trabajo, los meses de aislamiento, y las fiestas que no dan ganas de asistir. Espero por ti, para que enciendas mi cama, para que agites mis palpitaciones, para palpar tu cabello, mientras tanto… espero en este auto, observo el paisaje, y te doy noticias de mi día.
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Extrañas sensaciones se apoderan de esta cama, el ruido aumenta, es más presión, más velocidad. Y sigue, vamos, así, si, respira, espera, ya, uy si, bien, continua, oh genial… Como te enfrento, si quiero que no pares, dispuesta a enseñarme cuanto es tu amor por mí, y que otra persona no sabe valorar el amor que le profeso, me inunda de ella, mas y mas, un hormigueo en ese punto, en el preciso espacio, el toque especial, y sus palabras tan sensuales, o al verla tocarse sola, que rico, que sexy, que siga, mas al fondo, ¿me amas?, ¿te gusta?
Ella me incendió, me hizo liberarme de mis frustraciones; y lo acepte, cada sabor, cada aumento de temperatura, cada sentido se escapo de sus cadenas; le di media vuelta, me encantó frotar mi pecho con su espalda, y en esa posición mi mano descendía a su entrepierna, y sus gemidos, su movimiento acelerado, empujando con su cuerpo mis dedos. Rogaba por más, que le dijera que la amo, que hoy despejé mis dudas y la descubrí como mi amor idealizado. Seguía el ritmo, probamos otra cosa, y me gusto que se pusiera encima mío, la fricción entre nuestros centros de placer, era agotador, alucinógeno de sexo, sus fluidos se mezclaban con mi piel, y era tan excitante, sabroso poseerla, resignarme a su forma de conquistarme, y como logro hacer que le perteneciera.
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No existe el amor a distancia, no es algo que se estire, no es capaz de darte esas cosas que sólo al tocar la epidermis de tu amor, lo obtienes, sientes. Que el día sea genial. Y cuando se eriza darle abrigo, si tiene sed brindarle lo que desea para saciarla, uhm… ¿tú qué harías por amor? Dame tu opinión, ¿la espero?, ¿la gozo en mi imaginación?, la seduzco para enamorarla, la llamo a cada hora, le envió suspiros en cartas, le prometo fidelidad, le entrego mi inspiración… ¿Dónde está el límite para amarla? existe, yo lo marco, o es ella quien me pone las pausas. La que mantiene unida mi razón y mi corazón; implorando termine este sufrimiento, despertar y ver tu hombro desnudo bajo el cobertor azul, saber que fue un mal sueño, que siempre estuviste a mi lado. Y jamás me abandonaste a mi suerte.
Solo fue algo físico, sexo rápido, igual que uno tiene hambre y debe comer algo para apaciguar al estomago, es más o menos lo que aconteció, igual que cuando tienes dolor de cabeza tomas una pastilla, si te enfermas vas al doctor. Si te falta el amor de tu vida, ¿Cuál es la receta?, aceptar a esa persona que va detrás de ti. Apartar los malos pensamientos, duchas frías, inventar formas de… seleccionar las mejores imágenes, tus sonidos, tus frases, tu picardía. ¡Amor, me encantas!, me fascinas.
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Ah, sí, oh sí, no pares, ahí, vamos. Su cuerpo ardía, me quemaba en el infierno de su intimidad, dolía tanto placer, o era mi remordimiento, uhm… ¿viniste a buscarme mi amor? Fue mi presa fácil, supe cuando iba a venirse, sus jadeos frenéticos, y quería romperme con el roce, sudábamos como si mi cuarto fuera sauna; en ello tuvo la grandiosa idea, de que fuera al mismo tiempo la intromisión, ¿era el placer líquido? Arqueo su espalda para el desenlace, se otorgo a mis caricias, y ese huracán se calmo, respiro hondo, sonrió, y cayó encima de mi cuerpo. Se sobaba, pensó que necesitaba más tiempo, pero mi libido descendió, ya no iba a suceder nada. ¿Por qué?, mi celular vibró.
Le pedí me soltara, y comprendió mi mirada triste, se recostó al lado mío, me daba besos en el hombro, para que no me sofoque con la culpa, nos cubrió con la sábanas. Me tomó de la mano, y no la mire, me moría en ese instante, en cada sonido del celular, sabiendo quien era, y le falle. ¡Rompí nuestros sueños!, promesas inconclusas; ¿Por qué caí ahora?, confundida por esta noche, mis lagrimas corrieron con miedo, con absoluta melancolía, la requería, la adoro, y no quiero que cuelgue, su voz, te pido que me hables. No me abandones. Todavía no renuncies a mi cariño. Se comprimió mi corazón, llore en silencio hasta que dejo de sonar. Llore y llore.
Me duele mis labios por tener un sabor que no es tuyo, me duele esa mano que mi “amiga” aprisiona, me duele cada parte que ella beso. Mis secretos se los di, ¿que guarde para ti?; ella no se percata de nada, se aferra más a mi brazo, quiero desaparecer, como algo tan grande entre las dos, acaba hoy. Por ser una idiota que no controla sus hormonas, quiero retroceder este episodio, tú eres suficiente para mí, ven por favor, estoy sufriendo mi amor, en esta cama te juro que no vuelve a pasar.
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¿Confías en mi? Te pregunto, aún angustiada por estos pensamientos donde te soy infiel. Quiero soltarte la verdad, mi sinceridad la mereces; sería bueno poder tener una relación “abierta”, el problema es que no quiero compartirte; que no soportaría a otra persona que te arranque sonrisas, en quien pienses noche y día, que tal vez roce su palma con la tuya, o que de improviso te plante un beso. NO, no lo aguantaría, porque a pesar de estar con otra, regreso a tus manos, a tu corazón, a cobijarme en tu pecho, a decirte mil veces te amo.
Me respondes con una sonrisa en tus labios, luego sólo contestas que soy la persona en quien menos desconfiarías, sabes que jamás te traicionaría. Te reitero mis dudas, ¿estás segura que puedes confiar tanto en alguien?, me miras un segundo, buscando algún indicio de desliz, y parece que alejas tu intuición del camino. Y finalizas mi sentencia con un: Claro, te amo, me amas ¿no?, no está en ti mentir.
De algún modo, no “mentí”, no quisiste escucharme, ni ver mas allá de tus sentimientos; me perfeccionaste en tu mente. ¿Cómo puedo dejarte?, te amo, no es miedo a la soledad, a una mañana saber que no eres mía, jamás volver a dedicarte mi amor… a bajar la cabeza en señal de mediocridad, disculpas difusas. Que débil, mis principios se perdieron. Y te quiero abrazar, retenerte contra mi cuerpo, cierro los ojos. Lo siento mucho pequeña.
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Cierro la puerta, dejando esa anatomía de mujer envuelta entre sábanas desordenadas; me retiro de mi propia habitación, me alejo de esa chica, siento que fue una estupidez esa noche, evito el ruido. Desaparece toda la tarde, seguramente se levantará en algún momento, y al percatarse que no estoy, se resignara a que fue mi error…nunca hubo amor.
Paseo en esta calle, y toco mis labios, gaste besos en alguien que no es mi amor, la luz de este otro día, me hace suspirar por alcanzarla, quiero tenerla, en serio amor… te necesito aquí conmigo, la distancia me afecta, ven. Cúmpleme ese deseo, eres el sueño que aunque anhelo desde mi alma sea verdadero, real, por ahora no se puede, y es en sueños…el único sitio donde te encuentro.
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¡Te amo! - Lo repetí por decima cuarta vez en el día – te amo mucho, estoy enamorada de ti mi vida, te adoro mi amor. TE AMO, TE AMO, Te… engaño, porque… porque yo, no te amo.
¿Qué dijiste?... – Replica mi amor – no me amas… ¿tu?
Sí, porque no es suficiente el “te amo”, eres tan hermosa, eres más que mi amor, no sé qué haría sin ti – Que fraude de suspiro, que torpe soy para que no notes mi nostalgia – y me encantaría amarte mas cada segundo, mas no puedo, porque ya es un hecho.