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SECRETOS, MENTIRAS Y VERDADES DE UN AMOR EGOISTA por DRAGIOLA

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Notas del capitulo:

Nunca se dio cuenta de que tras ese insesante interes por fastidiarlo algo ocultaba en su corazon, ahora es tarde y descubrirlo no le ayudara para tenerlo consigo, ni siquiera una confesion tardia.

 

TE AMO KUSAMA HIROKI

 

No es que Kusama Nowoki le gustara como aquel sujeto suponía, por dios, el no pateaba para ese equipo, lo que sucedía era que desde que lo conociera por algún motivo no podía evitar molestarlo, tanto así que ya se había transformado en su fetiche predilecto para alegrarse el día, por lo cual no desperdiciaba oportunidad alguna para hacerlo.  Es por eso que cuando se entero de aquella noticia no entendía porque estaba furioso, si bien el quiso interferir en aquel asunto no pudo, su kohai había sido mas que seguro en su advertencia que mas que serlo parecía una amenaza. Aquello no le agradaba, ocultarle algo tan serio a una persona y además aprovecharse, eso no era digno de un medico que se respetara como si, solo por eso intentaba de persuadir a su kohai, no era otra cosa, al menos eso pensó hasta que lo vio nuevamente.

 

Estaba sentado sobre la camilla y el mismo infeliz que lo había embarazado a propósito se encargaba de hacerle un ultrasonido, apenas le vio se puso de un color carmesí existió que solo producía en el una gran ternura.

 

El cuarto se lleno de improperios cuando le vio entrar, tal parecía aquello era un gran secreto, uno que ya era de conocimiento por parte de varios médicos de aquel recinto, ya que su discípulo se había encargado de pedir ayuda para que su novio tuviese un discreto acceso a sus citas medicas.  Como siempre no pudo evitar sacar su tan notorio repertorio de comentarios sarcásticos que por esta vez supo se habían pasado de los límites cuando le vio agachar la cabeza y  anegarse en lágrimas, por primera vez desde que lo conociera sintió culpa. 

 

Luego de esa ocasión lo volvió a ver en pocas ocasiones ya que el mismo Nowoki se encargaba de que no se toparan bajo ninguna circunstancias, eso lo molestaba realmente.  Poco a poco su mundo se fue llenando de aquel ser, su imagen se le aparecía por donde fuera, sin querer le preguntaba por su estado a su pareja, sin pensarlo comenzó a albergar una extraña desesperación por verle, tanto así que un buen día se sorprendió a si mismo al verse enfrente de la puerta de su kohai con una bolsa de bocadillos, obviamente aquel día tenia libre y el otro aun trabajaba.

 

En cuanto le vio se dio cuenta que se veía radiante, tal parecía aquellas patrañas de que con el embarazo esto sucedía eran ciertas pero jamás pensó que esto incluyera también a los hombres.  Aunque al principio fue renuente a dejarlo pasar, no tardo en hacerlo, ya sabia el de su regida norma de etiqueta, esa era una de las cosas que tanto le llamaba la atención y por lo cual no dejaba de molestarlo desde que lo conociera, ya que encontraba extraño que alguien así pudiese estar con otro hombre. 

 

El encuentro no duro mas que el mismo consumo de aquellos pasteles junto al te que le sirviera por mera cortesía, apenas y hablaron, tal parecía que lo único que tenia en mente aquel castaño era que el solo había ido ahí para ver a Kusama, acaso no sabia que trabajaban juntos y que sabia sus turnos.    Apenas vio la puerta cerrarse en su cara tras salir del departamento solo pudo pensar en una cosa y era en lo precioso que se veía aquel gruñón que tenia por pareja el oji azul de su kohai.  Aquello lo descoloco, quiso olvidarse de todo, así comenzó a caminar sin rumbo fijo hasta que se detuvo enfrente de una tienda y un atuendo en particular le llamo la atención al punto de no dejar de mirarlo e imaginarse a cierto profesor usándolo.  Se agarro espantado la cabeza con ambas manos negándose a aceptar tales pensamientos pero con el pasar de las horas aquello en vez de desaparecer se acrecentaba, sobre todo cuando le toco llegar a su turno y encontrarse con aquel oji azul sonriente que tanto había llegado a detestar en esos meses.  Cínico, pensaba cada vez que lo viera, imaginándose lo que haría su pareja si se llegaba a enterar de la verdadera cara de su amado pero entonces aquella amenaza que antes le impidiera abrir la boca llegaba a su memoria y todo intento por desenmascararlo se borraba de su mente.

 

Un mes paso desde aquel encuentro y ya no solo estaba en sus pensamientos, si no que también en sus sueños, no tenia escapatoria alguna para lo que tenia en el fondo de su pecho, no de su corazón, este fue el motivo que gatillo su ultimo recurso para hacerle darse cuenta de la realidad.

 

Se veía sorprendido al encontrarlo a él, como no hacerlo si aquel mensaje había sido enviado por el celular de su amado y era otro quien se encontraba en su lugar.  En seguida pregunto por aquel que continuaba trabajando, esto le molesto pero ni eso impediría que le divulgará la verdad. 

 

Su rostro no demostraba expresión alguna, se notaba perplejo por lo que leía en aquel examen de hacia mas de dos años, era claro que no creería en su palabra pero algo muy diferente era un documento sellado y firmado.

 

Guardo el sobre en su abrigo que ocultaba estratégicamente su sobresaliente vientre, hasta con aquel detalle  no dejaba de verse precioso, aquel pensamiento hizo que sintiera cierto recelo, ya que eso que llevaba dentro era de ese infeliz que lo había utilizado sin importarle siquiera su bien estar.

 

Para su sorpresa en vez de increparlo como era su costumbre se levanto de su asiento preguntándole si tenia algo mas que decirle y como no tenia nada mas este se dispuso a marcharse, entonces sin saber de donde renacían unas ansias horribles por que conociera lo que ocultaba su alma le tomo del brazo jalándolo hacia si, pero antes de que si quiera posara sus labios en el este le planto un puñetazo en el rostro que le obligo a soltarlo en el acto.

 

Mal de amores, eso le había dicho a Kusama cuando le vio con la cara hinchada preguntándole por lo que le había ocurrido.  A penas le vio marcharse se dispuso a colocar en su casillero el celular que tomara hacia unas horas atrás fue cuando noto que alguien le llamaba con insistencia y como su curiosidad siempre era mayor, no dudo en ver quien era, “Usagi Ahikiko”, salía en la pantalla del celular y vaya que insistía.  Estaba a punto de irse a su jornada laboral cuando escucho nuevamente sonar el celular, otra vez lo tomo y se percato que era el mismo sujeto, entonces pensó si seria algún amiguito secreto del oji azul para acallar sus deseos de abstinencia obligada por esos meses y así contesto el aparato enterándose de lo que pasaba.

 

Se encargo de que a su kohai lo introdujeran a una operación ambulatoria, la cual duraría no menos de dos horas, tiempo suficiente para llegar aquel hospital en donde estaba el castaño, claro que dejaría el mensaje del tal Usagi con alguna enfermera luego de que entrara a la sala de operación.  Luego se las arreglo para cambiar su horario con otro compañero pero apenas se disponía a salir del hospital un superior lo retuvo alegando que debía acompañar a su interno en la operación que llevara a cabo y así fue como termino junto al oji azul encerrado por casi dos horas completas sin poder creer en su mala suerte, viendo como sus planes una vez mas se iban por la borda, esos en donde le diría a aquel profesor orgulloso como su amado había preferido entrar a una operación antes de ir con el al enterarse del inicio de su labor de parto, de cómo sospechaba que tenia un amante y que esos meses no solo lo había sido engañado, si no que también de cómo se habían burlado de el.  Respiro profundo, debía concentrarse estaba en medio de una operación y aunque el solo estuviera de simple observador debía concentrarse.

 

Apenas salieron de la sala de operaciones la dichosa enfermera se acerco a darle el mensaje y el grito que le mandara Kusama no se tardo en ser escuchado, claro que el tenia una escusa, no podía distraerse en plena operación.

 

El resto del día siguió igual desde que el joven pediatra se marchara para encontrarse con su novio, cada tanto revisaba su teléfono para verificar cuando le llamaría contándole la feliz noticia de que ya era padre, esto le amargaba profundamente.  No fue hasta el día siguiente cuando falto al trabajo que se atrevió a llamarlo, sin tener respuesta alguna ni en celular, ni mucho menos en su departamento, fue entonces cuando recordó aquel numero que tanto insistiera el día anterior por comunicarse con su kohai.  Cuando escucho la noticia simplemente no supo que hacer, dejo caer el teléfono, como pudo fue hasta una silla, apoyo sus codos en sus rodillas y con sus manos sostuvo su rostro para luego comenzar a sollozar sin control alguno.

 

-Lo perdí- decía compungido el peli azul al verlo llegar –Mi Hiro-san, sempai…se fue…lo per…di- terminaba de decir entre lagrimas su kohai mientras el refrenaba con fuerzas aquel impulso por ir en contra suya para golpearlo, ya que para él el único culpable de la muerte del castaño era quien ahora lloraba a mares su perdida.

 

 

Un gran ramo de flores es depositado nuevamente en aquella lapida pero esta vez es diferente, en esta ocasión por fin se atreve a revelar aquella confesión que callo por tanto tiempo.

 

-Te amo Kamijaou Hiroki…perdóname…por haberme tardado en decírtelo-

 

En el fondo sabia que todo lo ocurrido no era su culpa pero aun así deseaba sentirse culpable, ya que de haber asumido a tiempo aquellos sentimientos habría peleado por su amor, lo habría hecho suyo sin importar quien se atravesara en su camino, seria egoísta como nunca lo había sido en su vida, porque el amor era egoísta y si el amable pediatra Kusama podía serlo entonces un ser común y corriente como el con mayor razón.  Aquellos pensamientos siempre le hacían soltar una corta risa porque muy a su pesar eso nunca ocurriría, ya que al igual que Kusama el lo había perdido para siempre.

 

 

 

 

 

FIN

Notas finales:

Bueno ahi les subi el nuevo capi., muchas gracias por su paciencia y comprension, por el momento lo pondre como finalizado, pero desde ya advierto que se vienen posiblemente dos historias mas, eso sino se cuando por ello lo dejo como finalizado, pero en verdadno lo esta, se entiende?

KOHAI.: Se le llama asi ha alguien de rango inferior, tanto en un trabajo como en el colegio, esto se utiliza en los de menor edad tambien, antonimo del ya conocido termino Sempai que es de grado mayor.

 

Gracias por leerme y mucho mas por comentar.


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