-Chicos – dijo el profesor para llamar la atención – tenemos una nueva estudiante transferida. Su nombre es Kuroi Yami.
La susodicha entro. Era una hermosa joven de pelo largo negro, piel blanca como la nieve, ojos negros como la noche y confecciones frías y delicadas. Tenía cierta aura de soledad y siniestra. El profesor le indico que se sentara y la clase comenzó.
Los chicos la veían curiosos, ella era todo lo contrario a la otaku de la clase. Hikari Yorokobi.
Hermosa castaña, casi rubia, de ojos azules y expresivos. Piel ligeramente bronceada y facciones delicadas y aniñadas.
Ambas hermosas, ambas opuestas.
-----------
-Y dinos Kuroi-san, cuántos años tienes ¿? – pregunto una.
-Tienes novio ¿? – pregunto otra.
-Tienes princing ¿?
-Has…
-Chicas déjenla en paz ¡! – Dijo divertida Yorokobi – mucho gusto, soy Hikari Yorokobi – se presento.
Yami a penas y levanto la mirada.
-Tengo 17 años, si tengo novio y no – respondió cortante.
-Valla, que malo – dijo Yorokobi – no estás libre.
Yami la miro sorprendida y las demás chicas rodearon a Yorokobi.
-No te pongas triste Yorokobi – decían – pronto encontraras a la indicada ¡! – la animaban.
-Es cierto – dijo un chico – o quizás sea UN indicado – le sonrió.
-Gracias chicos – les sonrió – pero sé que Yami-chan y yo seremos buenas amigas.
Yami la miro con el seño fruncido a causa de su trato familiar.
Decidió mejor ignorarla, así pronto la dejaría en paz.
-----------
El tiempo pasaba y Yorokobi se volvía más insistente con el paso del tiempo. La seguía a todos lados y siempre andaba cuestionándola. Hasta la había seguido fuera de la escuela ¡!
Yami ya estaba cansada y estaba dispuesta a decírselo. Por ello la cito en la azotea.
-Ya-mi-chan ¡! – dijo Yorokobi al llegar.
-Yami la miro molesta.
-Hikari-san – le hablo mordaz – por favor deja de seguirme – le dijo.
-Pero es divertido estar contigo – le sonrió.
-Eres muy pesada ¡! – dijo Yami.
Yorokobi la miro sorprendida.
-No me agradan las chicas con… tu inclinación sexual – le dijo – y mucho menos las que se la pasan acosándote ¡!
Yorokobi sonrió.
-Dime que más te desagrada – le pidió.
-Detesto que te la pases todo el tiempo a mi alrededor como una molesta mosca, que nunca te callas, que siempre lo quieres saber todo, que trates de ser el centro de atención, que te metas entre Kage y yo ¡!
Yorokobi se sorprendió con lo último, pero volvió a sonreír, mas esta vez.
-Sabes porque estoy feliz ¿? – le pregunto.
-Porque no te interesa para nada lo que digo – le respondió Yami.
-No – negó – porque es la primera vez que me hablas de lo que te gusta o disgusta, dices que te molesto pero me prestas atención, eres tan opuesta a mí que me encanta, me pareces la persona más hermosa de todo el mundo ¡! – Sonrió – y discúlpame si me he metido entre tu novio y tu, esa no era mi intención aunque no niego que me alegre.
-No te hagas ilusiones – le dijo Yami un poco aturdida por la información recibida – yo NUNCA saldría con una chica – le dijo segura.
-Porque no lo intentamos ¿? – Le pregunto Yorokobi – podrías darte cuenta de que no es tan malo – le sonrió – te podría terminar gustando.
-No lo hare – le dijo segura.
-Te daré tres días – le dijo Yorokobi – dime cuál es tu respuesta en tres días. Si me dices que si, duraremos una semana como pareja, si me dices que no… bueno, quien sabe.
Yorokobi se marcho a clases y el dejo en la azotea. Estaba consciente de que por mucho que tratara no le era indiferente a Yami, ella le prestaba atención a lo que hacía, no como a los demás que los ignoraba.
-----------
En los últimos tres días Yorokobi no se le había acercado para nada y eso la sorprendía, estaña feliz en cierta forma, pero desanimada en otra. Las cosas con su novio tampoco iban bien.
Recordó que ese era el día en que tenía que darle su respuesta a Yorokobi y estaba segura de cual seria, en eso tres días se la había pasado segura de que nunca, pero nunca jamás saldría con una chica.
Era hora del receso y tanto Yami como Yorokobi estaban en la azotea.
-Y… cuál es tu respuesta ¿? – le pregunto Yorokobi ligeramente nerviosa.
-Mi respuesta es… - de repente Yami se sintió confusa e insegura con su respuesta.
Ese tiempo de soledad le había brindado paz pero… no estaba segura de si quería esa paz. Era cierto que Yorokobi llegaba a ser molesta a veces, pero era una buena persona y en verdad se preocupaba por ella. Ahora no estaba segura de no quererla a su lado.
-Yo… - seguía sin poder decidirse.
Yorokobi la miraba confundida y esperanzada. Noto como se le hacía difícil decidirse y le hablo.
-Esa aberracion que sientes por nosotras es solo porque te da miedo que te peda llegar a pasar, dame un solo dia y te enseñare que no hacemos daño, que somos seres comunes y corrientes igual que tu, solo que nuestros gustos son diferentes – le sonrió – permíteme demostrarte que no es tan malo.
Yami la miro en silencio meditando cual sería la mejor opción y después de varios minutos se decidió.
-De acuerdo – le dijo sin mirarla – pero no hagas todo un escándalo por esto.
Yorokobi sonrió y se le acerco. Le sostuvo la mano y le beso la mejilla.
-Prometo dar lo mejor.
Al salir de la azotea separaron sus manos y fingieron que nada pasaba.
-----------
En los últimos dos días Yami y Yorokobi se encontraban siempre fuera de la escuela. Yorokobi había cumplido su promesa de portarse bien y Yami cada vez se sentía menos inquieta al tenerla cerca y en esa situación.
-Hoy quiero que vengas a mi casa – dijo Yorokobi – quiero que veas cómo soy al completo.
Yami acepto sin decir nada.
A la salida se marcharon juntas.
Yorokobi vivía en una casa normal, tenía un patio trasero y un jardín delantero. La casa por adentro tampoco era la última maravilla, pero la habitación de la susodicha era todo lo contrario.
A petición de ella misma, su habitación era el ático.
Completamente lleno de posters, figuras, juegos, libros y mangas sobre anime. Como una perfecta otaku. Tenía un closet del tamaño del cuarto de su hermano, con todos sus cosplays y demás.
Yami quedo boqui abierta al verlo todo.
-Tienes un serio problema con el anime y manga – le dijo.
-Me gusta mucho – le sonrió.
Se pasaron toda la tarde encerradas en el cuarto hablando.
-Ne, Yami-chan – le dijo Yorokobi – quiero intentar algo – le dijo.
-Que ¿? – pregunto curiosa.
-Cierra los ojos – le pidió.
Yami lo dudo por unos segundos antes de hacerlo. Espero por un momento y sintió un delicado toque sobre sus labios. Abrió los ojos de golpe y vio el rostro sonrojado de Yorokobi.
Yorokobi se separo y evito mirarla.
-Te molesto ¿? – le pregunto nerviosa.
-Yo… - Yami se sonrojo – no.
Yorokobi la miro emocionada. La abrazo con fuerza sonriendo feliz.
-----------
-Y que has hecho con tu novio ¿? – le pregunto Yorokobi.
-Nada, cortamos hace días – le dijo Yami.
Estaban en la habitación de la última. Era el último día del trato y ambas estaban inseguras de que pasaría en los siguientes días.
-Tus… tus padres no llegaran ¿? – le pregunto Yorokobi.
-No, están de viaje – le contesto Yami fingiendo leer.
-Me has dicho que lo que hemos hecho no te ha molestado – le dijo Yorokobi nerviosa – podemos intentar una última cosa ¿? – pregunto curiosa y nerviosa.
-Que sucede ¿? – le pregunto Yami.
-Solo… solo déjate hacer – le dijo Yorokobi.
La beso lentamente, en un beso tímido y esperanzado. Yami le correspondió de igual forma. Al pasar los minutos el beso se fue tornando cada vez más y más apasionado. Se separaban por segundos en busca del tan necesitado aire y volvían a juntarse.
Yorokobi comenzó a despojarle la ropa a Yami lentamente por si esta se retractaba.
Yami se sentía cada vez más nerviosa. Es cierto que en ese momento no le disgustaba en lo más minino, pero aun así… qué pensaría cuando su mente estuviera tranquila ¿?
Yorokobi la despojo de su blusa y bracier. Miro los pechos de su compañera y con timidez los toco. Yami gimió en respuesta y se sonrojo fuertemente. Yorokobi se sintió un poco más confiada y los beso. Comenzó a masajearlos suavemente mientras los besaba y daba pequeños mordiscos que la otra disfrutaba.
Al rato le quito la falda y la braga a la vez. Yami se sentía más nerviosa a cada rato, pero ansiosa por lo que vendría.
Yorokobi la beso e instantáneamente introdujo dos de sus dedos en la entrada de la otra. Yami gimió fuertemente en el beso y arqueo su espalda. Yorokobi sonrió al ver que no le desagradaba a su compañera.
Siguió dándole placer y después de unos minutos, comenzó a despojarse de sus propias prendas. El calor era insoportable para ambas y Yami ya había tenido su primer orgasmo.
-Por favor – le susurro Yorokobi – tócame tú también.
Tímidamente Yami hiso lo que se le pidió. Al ver las reacciones de su compañera se entusiasmo más.
Pasaron horas hasta que ambas cayeron rendidas y abrazadas.
-----------
-Buenos días Yorokobi-chan – la saludaron al verla llegar.
-Buenos días chicos, chicas – les sonrió.
Miro al haciendo de Yami. No la había vuelto a ver después de esa noche.
-Chicos siéntense – dijo el profesor llegando.
Yorokobi se sentó entristecida.
-Perdón llego tarde… - dijo Yami respirando entrecortado mientras entraba.
-Que no se repita – dijo el profesor – valla a su asiento.
Yorokobi estaba feliz de verla y sonrió aun más al verla como evitaba mirarla con un gran sonrojo.
-----------
-Pensé que no volverías – le dijo entristecida.
-Tenía que arreglar algunas cosas – dijo sin mirarla.
-Tu… me gustas – Yami la miro sorprendida – me gustas mucho, nunca me había sentido así por nadie – le aseguro Yorokobi – pero no quiero que sea algo unilateral, estoy feliz de que me sigas hablando.
-Yo… - Yami se sonrojo – no me desagradas – le dijo – y tampoco me desagrada ser… ser… ser tu compañera.
Yorokobi sonrió feliz. La volteo y la beso. Yami le correspondió pero no pudo evitar sonrojarse y esquivar la mirada de su compañera. Yorokobi sonrió más. Este sería un largo camino para las dos y ella daría lo mejor.