- Natsu, Wendy despierten.
En el vagón de un ferrocarril se encontraban cinco personas, cada una con diferentes rasgos; un chico de cabello rosa de unos 16 años se estaba despertando después del llamado de sus hermanos, a su lado y abrazado a el una niña de 12 años de cabello azul también despertaba.
- ¿Ya llegamos, hermanos? – dijo la niña que respondía al nombre de Wendy, para luego taparse la boca debido a un bostezo.
- No, aun no. Pero ya nos faltan unos 10 minutos – respondió un hombre de cabello negro largo y piercings en la nariz. Este hombre era Ryuzaki Gazille, tenia 21 años y era el segundo mayor de los hermanos.
- ¿Entonces para que nos despertaron? Déjenme dormir un poco mas – dijo quejándose Natsu, el cual era el cuarto y más escandaloso de los hermanos.
- Natsu-nii ¿Te encuentras bien? ¿Estas mareado?
- Dudo mucho que sea eso Wendy – hablo un hombre rubio con una cicatriz en forma de rayo en su ojo derecho. Su nombre era Ryuzaki Laxus, tenia 25 años y era el mayor de todos – Lo curaste para que no se mareara apenas nos subimos y todavía no a pasado el efecto.
- ¡Natsu al fin despiertas! – grito un pequeño gato azul con alas de nombre Happy acercándose hasta donde estaban, a su lado se encontraban una gata de color blanco y otro gato de color negro llamado Lily.
- ¿Chicos donde estaban? – pregunto Wendy tomando en sus brazos a la blanca, que tenia por nombre Charle.
- Jugando por ahí, tuve que buscarlos para que no se perdieran – dijo un chico de cabellos castaños y ojos negros. Este era Ryuzaki Cobra, de unos 19 años era el tercero de la familia.
- Pero si todavía no llegamos, Cobra-niichan – dijo Natsu, haciendo que tanto a Laxus como a Gazille les cayera una roca encima con la frase “ nunca me llama niichan a mi”
- Natsu mira por la ventana – y así tanto Natsu como Wendy se acercaron a la ventana, estaban casi en la estación y podían ver una buena parte de la cuidad desde ahí.
- Woaa, Magnolia es realmente bonita.
- Me gustara vivir aquí.
Los tres mayores sonrieron, solo esos niños lograban sacarles una sonrisa, solo sus hermanos menos conseguían eso.
Ya era de noche cuando habían terminado de instalarse en el que seria su nuevo hogar. Natsu y Wendy dormían cada uno en su habitación, Happy y Lily se habían quedado en el cuarto de Natsu, mientras que Charle se había ido al de Wendy.
Laxus, Gazille y Cobra se encontraban en la mesa de la cocina, charlando como ya era costumbre de los mayores desde que partieron.
- Oye rayitos ¿Estás seguro de esto de unirnos a Fairy Tail?
- Que si cerebro de hojalata, ya hable con mi abuelo y dijo que nos aceptara con gusto.
- No me refería a eso. ¿Y tú venenoso, estás seguro de esto?
- No del todo – Gazille y Laxus se le quedaron mirando fijamente – No estoy seguro por Natsu y Wendy.
- Ese es mi punto.
Laxus suspiro y miro a sus hermanos, entendía su preocupación después de todo el también estaba preocupado.
Wendy era pequeña, ingenua e inocente, por no mencionar que la chica no tenia habilidades para la batalla excepto su rugido de dragón, aunque su magia curativa era de mucha utilidad.
Natsu era impulsivo, ingenuo e inocente al igual que Wendy, aunque ese no era el problema. El problema era la condición de Natsu, el chico era un doncel y debido a su belleza y cara de niña siempre era acosado por pervertidos, y lo peor del caso es que cuando estos se le acercaban demasiado Natsu se paralizaba, casi igual a lo que le sucedía con los transportes, mas de una vez las cosas casi terminaban de la peor manera, gracias al cielo que ellos siempre llegaban antes de que eso pasara.
Dieron por terminada aquella discusión y cada uno se dirigió a su cuarto.
Tal vez no fueran hermanos de sangre pero siempre se tratarían como si lo fueran, y aquel que les hiciera un minino rasguño a sus hermanos menores se las pagarían muy caro.
~*Continuara*~