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Te doy mi corazón. por sasukitsu

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Notas del fanfic:

Naruto y sus personajes no son mios, son de su maravilloso creador. Yo sólo los utilizo para mis malvados propósitos Yaoistas...

Notas del capitulo:

Hola a todos ^^

Por obra casi divina, mi musa me visitó ayer por la tarde, y en un par de días, pude terminar con éxito un oneshot lo bastante decente como para publicarlo ^^ Wiiiiiiiiiiiiiiiii.

Bueno, se lo dedico como premio a Miya_Uchiha, la fabulosa chica que odia el NaruSasu, y se lee los míos sin protestar, e incluso dice que le gustan XD. Muchas gracias Miya-chan.

También a todas mis lindas imotos, a las que quiero una barbaridad y siempre consiguen arrancarme una sonrisa, aun si mi día fue horrible y me dan ganas de tirarme al río XD

Un beso muy grandote a todas.

Bien, este fic es un sonfic, la canción que sale es Hasta la Eternidad, de Shayla Dúrcal.

http://www.youtube.com/watch?v=91_09Zn0xEQ&NR=1

 Advertencias:

Contiene lemon y no es aconsejable para menores de edad y personas que padezcan del corazón y/o tengan severas hemorragias nasales.

Para el resto, disfruten de mi fic, por favor.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

El día era hermoso, el cielo estaba pintado de su azul más puro, el sol era radiante y una suave brisa llenaba el ambiente, parecía ser el día perfecto...mas no era así.

 

Un joven de brillantes cabellos negros, miraba sin ver el maravilloso panorama. No se percataba de los suaves cantos de las aves, ni del movimiento de las ramas de los árboles, que danzaban por la brisa, ni siquiera se percataba de que le estaban hablando.

 

-Sasuke... ¿Me escuchas?-le gritó una voz a su lado.

 

El joven azabache se volvió hacia la persona que le hablaba, con desinterés.

 

-La verdad es que no, dobe.-respondió el joven de ojos negros.- ¿Qué era lo que decías?

 

El chico rubio suspiró y movió negativamente la cabeza. Hablar con el teme era lo mismo que hablar con la pared.

 

-En realidad nada, teme. Ya da igual.-respondió el rubio con una sonrisa muy débil.

 

Naruto se había armado de valor y le había dicho al moreno que le gustaba...pero este ni le había escuchado. Y no iba a volver a hacerlo.

 

Sasuke notó que su mejor amigo estaba muy raro, pero no le dio mucha importancia. El dobe era un chico muy imprevisible, por lo que lo dejó pasar.

 

-Bueno, teme, se me está haciendo realmente tarde, dattebayo.-exclamó Naruto mirando su reloj.-Nos vemos mañana.

 

Sin esperar por una despedida de parte de Sasuke, Naruto se marchó al galope, alarmando realmente al moreno, que jamás había visto al rubio irse sin él, nunca. Y lo conocía desde su más tierna infancia, porque habían estado juntos desde la cuna, ya que sus padres eran muy amigos.

 

-Algo está pasando con el dobe...-murmuró preocupado.-Lo que me dijo puede que fuera realmente importante...

 

-Y así fue, Sasuke Uchiha.-dijo una voz a sus espaldas.

 

El azabache se volvió y se encontró de frente con Gaara, que lo miró con desdén.

 

El joven de ojos verdes siempre había estado en desacuerdo con su rubio amigo por su amor a Sasuke. Estaba más que convencido de que el arrogante azabache nunca llegaría a verle como más que un simple amigo...y sus peores temores se habían confirmado ese día. Naruto había hecho acopio de todo su valor para declararse a su mejor amigo...y este ni siquiera le había escuchado.

 

-¿Y así fue qué?-preguntó Sasuke de malos modos.

 

Ellos dos no se llevaban bien ni por asomo. Siempre se habían detestado mutuamente, seguramente desde el primer instante en que se habían conocido. Gaara porque sabía quién era él por boca de un enamorado Naruto y Sasuke porque su puesto de mejor amigo del dobe, temblaba frente al pelirrojo molesto.

 

-Que Naruto te dijo algo que significaba mucho para él, y le costó muchísimo confesártelo...y ni siquiera te dignaste a prestarle atención, Uchiha.-gruñó enojado Gaara.

 

-¡Bah! No sería para tanto, Sabaku.-dijo el azabache, haciendo un gesto con la mano.-El dobe no suele decir demasiadas cosas importantes, de seguro me perdí otra chorrada cualquiera...

 

-Te equivocas, Uchiha.-dijo con un tono de pena el pelirrojo.-Acabas de cagarla muchísimo y dudo que Naruto te perdone.

 

-¿Pero qué cosa tan importante sería esa para que el dobe no me la perdone?-rió Sasuke burlón, mirando triunfal al pelirrojo.

 

-Algo que nunca sabrás, Uchiha.-murmuró Gaara, dándole la espalda y marchándose del lugar, dejando más que nervioso a Sasuke.

 

-"¿Pero qué tan importante pudo ser lo que el dobe me dijo?"-se preguntó el azabache, con el estómago lleno de mariposas y una gran sensación de pesar.

 

Gaara se dirigió a la casa del rubio, y allí lo encontró, sentado en el suelo de su habitación y llorando a mares.

 

-Gaara...-murmuró hipando el de ojos azules.-Se lo dije y ni siquiera me escuchó, datteba...

 

-Lo sé, amigo.-musitó el pelirrojo arrodillándose junto a su amigo y abrazándolo protector.-Estaba cerca de dónde te declaraste, y lo siento por ti, es muy insensible de parte del Uchiha no escucharte.

 

-No importa...-sonrió Naruto, posando su rostro en el hombro de su amigo.-He comprobado en primera mano que no significo demasiado para el teme. Ni siquiera se molesta en escucharme, dattebayo.

 

Gaara maldijo al bastardo del Uchiha por ser tan gilipollas y hacerle daño a Naruto.

 

-¿Y qué harás, Naru?-preguntó el pelirrojo.- ¿Volverás a declararte al imbécil ese?

 

-No, Gaara.-dijo con seguridad el rubio.-Esta ha sido mi primera y última declaración de amor.

 

Naruto se separó de su amigo y apretó su puño derecho, lleno de determinación.

 

-Por fin veo con mis propios ojos que Sasuke solo me ve y me verá como un simple amigo...así que no tiene caso seguir sintiendo esto por él.-dijo con firmeza el rubio.-Seguiré siendo su amigo, pero buscaré la manera que sea para olvidarle.

 

-Es lo mejor, Naruto...-suspiró pesaroso el joven pelirrojo.

 

-Lo sé...-sonrió mirando a Gaara.-Por eso haré todo lo posible para dejar de amarle.

 

En otra parte, Sasuke Uchiha, miraba sin ver el techo de su habitación. Se sentía mal aún por haberle hecho daño a Naruto, pero se había acostumbrado a no escuchar la incesante charla de su mejor amigo para no volverse tan loco como él...ni se le había pasado por la cabeza que le hubiera llamado para decirle algo importante.

 

-"Mañana te pediré perdón, dobe"-pensó el azabache.

 

Esa fue una mala noche para Sasuke y Naruto, aunque por distintos motivos. Uno sentía remordimientos de conciencia por primera vez en su vida y el otro sufría muchísimo por tener que obligarse a sacar a la fuerza a Sasuke del corazón.

 

-El amor es demasiado doloroso...-murmuraba el rubio con tristeza.-Cuando olvide al teme no quiero volver a enamorarme en la vida, de veras.

 

El día llegó demasiado pronto, y un pobre chico rubio no había dormido en toda la noche. Cansado, se levantó de la cama y se preparó para ir al instituto.

 

Con los ojos sombreados por las ojeras, Naruto salió a la calle y caminó pensativo a sus clases, por el camino se encontró con Sasuke, como siempre, y juntos caminaron en silencio hasta el instituto. Antes de entrar dentro, Sasuke carraspeó incómodo.

 

-Naruto...-murmuró con dificultad el moreno, haciendo volverse al rubio.-Siento mucho lo que pasó ayer...

 

Naruto sonrió ligeramente y se encogió de hombros.

 

-No importa, teme. Ya está olvidado.

 

El moreno lo miró dudoso, porque su mejor amigo estaba muy raro esa mañana, ya que ni siquiera había hablado en el camino y parecía no querer ni mirarle.

 

-¿De verdad?-insistió el moreno.

 

-De verdad.-respondió tajante el rubio y sin más, le dio la espalda y se encaminó al aula.

 

Sasuke comprendió que esta vez si que había metido la pata hasta el fondo, tal y como dijo el pelirrojo pesado ese. Naruto no se comportaba como siempre con él.

 

Naruto pudo asistir a las tres primeras clases con normalidad, antes de que la noche sin dormir le pasara factura. En clase de matemáticas, en la cuarta hora, se quedó dormido en la mesa. Iruka, el profesor, le llamó la atención y le gritó que si no se encontraba bien que se fuera a la enfermería, cosa que el rubio hizo bostezando, medio dormido. Dejando preocupado e incómodo a Sasuke, que cuando se acabó la clase salió corriendo hasta la enfermería...donde se encontró una imagen alarmante, justo al lado de la cama dónde el rubio dormía, Neji le miraba embobado.

 

Hasta Sasuke tuvo que reconocer que el rubio en reposo era una imagen hermosa.

 

-¿Qué haces Neji?-preguntó en voz ligeramente alta Sasuke.

 

El aludido levantó la mirada con calma.

 

-Nada.-dijo tan tranquilo.-Solo miro a la persona que me está destinada, ahora que un tonto que no menciono le ha rechazado.

 

-¿Rechazado?-preguntó confuso el azabache.- ¿Quién ha rechazado a Naruto?

 

-Pues tú, por supuesto.-respondió el joven de cabellos largos, con molestia.-Todos sabíamos que Naruto se te iba a declarar ayer, y como hoy ni siquiera se hablan, está claro que no correspondes a su amor, por lo que yo haré todo lo posible para que te olvide de una buena vez y se enamore de mí.

 

Sasuke sintió que todo su mundo temblaba y se removía bajo sus pies. Esa era la cosa tan importante que el dobe quería decirle ayer. Naruto se le había declarado y él ni siquiera le había escuchado.

 

No...

 

No podía ser posible...

 

¡Pero si él también le amaba con toda su alma!

 

-¿Qué están haciendo aquí?-preguntó una voz femenina tras Sasuke. El moreno y Neji, se sobresaltaron.-Si no les pasa nada, váyanse del lugar.

 

Una rubia de ojos azules, de unos veinte años, les miraba con molestia. Ella era Temari No Sabaku, la hermana mayor de Gaara y la enfermera de la escuela. Sabía por boca de su hermano menor, el daño que le había hecho Sasuke a Naruto.

 

-Ya nos  vamos.-sonrió Neji, conciliador, tomando el brazo de Sasuke y saliendo del lugar dónde el rubio dormía profundamente.

 

Temari les observó alejarse molesta. Cuando les perdió de vista, fue hasta dónde Naruto dormía y le acarició con ternura el cabello.

 

-No sufras, mi pequeño. Ya encontrarás un amor que sea verdadero y te haga muy feliz.-musitó  maternalmente la rubia.

 

Sasuke se dejó arrastrar por Neji hasta el patio, sumamente shockeado. Sus ojos negros estaban muy abiertos y confundidos, y Neji notó que al moreno le pasaba algo raro.

 

-A ver... ¿Qué te pasa, Uchiha?-preguntó Neji.- ¿Por qué tienes esa cara de besugo mareado?

 

Sasuke reaccionó al momento, profundamente insultado por las palabras del Hyuuga.

 

-Besugo mareado tu tía.-gruñó el azabache enojado.

 

Neji suspiró y esperó en silencio a que el moreno le respondiese.

 

-Y no me pasa nada. Es sólo que yo no rechacé a Naruto.-dijo Sasuke, dejando confundido al castaño.

 

-¿Cómo que no lo rechazaste?-medio gritó Neji.- ¿Entonces qué es lo que ocurre entre él y tú? ¿Por qué no se hablan ni nada?

 

-Porque ayer él se confesó a mí...y yo ni le escuché siquiera.-murmuró Sasuke contrito.-No supe que él me amaba hasta que tú me lo has dicho hoy.

 

Neji lo miró a los ojos más sorprendido que nunca en la vida. ¿Cómo podía ser posible que ni siquiera hubiese prestando atención a las palabras del que decía que era su mejor amigo?

 

-Yo sabía qué eras un ser frío y sin ningún sentimiento, Sasuke.-murmuró Neji, triste por el rubio.-Pero lo que le has hecho al pobre chico no tiene perdón de Dios.

 

Sasuke no pudo decir nada para defenderse, pues Neji tenía razón.

 

-No solo has perdido el amor de Naruto, sino que puede que también su amistad.-declaró Neji con seguridad.

 

-Lo sé, Neji.-suspiró Sasuke lleno de pesar.-Y lo peor del caso es que yo también le amo.

 

Gaara, que había visto salir a los dos chicos de la enfermería y los había seguido, casi se muere de un infarto terminal al oír las palabras del Uchiha. Neji casi se desmaya del susto también.

 

Sasuke se volvió cuando escuchó el suave gemido de sorpresa del pelirrojo, y se puso más que colorado al ver la cara impactada de Gaara.

 

Por unos instantes, el silencio rodeó a los tres chicos, y luego un grito resonó por todo el instituto.

 

-¡¡¡Pero tú eres idiota o qué, Uchiha!!!

 

El grito fue tan fuerte, que hasta despertó a Naruto, que se levantó confuso y miró a su alrededor buscando el autor de semejante aullido.

 

Neji miraba con los brazos cruzados al ser estúpido que Naruto amaba. Sasuke estaba siendo zarandeado por un furioso pelirrojo...y lo extraño de todo era que el Uchiha ni siquiera se defendía.

 

-Eres un caso...-suspiró Gaara, soltando el uniforme del moreno.-Has hecho daño a Naruto a lo tonto, sólo por no escucharle.

 

-Lo sé...-murmuró Sasuke.-Pero es que o desconecto cuando el dobe me ametralla con su charla, o me vuelvo más loco que Orochimaru-sensei.

 

Neji y Gaara se estremecieron al oír a Sasuke. Orochimaru-sensei era el profesor de ciencias y era aterrador. Decía que él era la reencarnación de un ninja legendario y que dominaría al mundo, y su ayudante, Kabuto, también daba verdadero miedo.

 

Gaara volvió a suspirar y miró a los ojos negros de Sasuke.

 

-¿Y ahora que tienes pensando hacer, Uchiha?-preguntó con voz cansada.-Naruto se ha rendido y tiene pensado olvidarte.

 

-Pues  no me queda de otra que confesarme al dobe yo.-suspiró a su vez Sasuke.

 

-Te deseo suerte, Uchiha.-dijo Neji, que como buen perdedor, animaba al moreno-Avísame para recoger los pedazos de tu orgullo cuando termines...

 

Bueno, retiro lo de buen perdedor.

 

-Muy gracioso, Hyuuga.-gruñó el moreno molesto, y se marchó a la enfermería en busca de Naruto.

 

Cuando llegó, Naruto ya estaba levantándose de la camilla, y se sorprendió mucho al ver entrar al azabache y... ¡cerrar la puerta con llave! La cara de Naruto fue todo un poema.

 

-Uhhh, esto, teme... ¿por qué estás cerrando la puerta?-preguntó el rubio alarmado. La cara que el teme ponía no era algo bueno... ¿verdad?

 

-Para que no te escapes mientras te hablo de algo importante, dobe.-dijo el moreno con tranquilidad y caminando hasta dónde el rubio lo miraba como miraría un inocente canario a un gato...y excitando a Sasuke al mismo tiempo.

 

-Ahhh, bueno, esto...-musitó algo nervioso el de ojos celestes, mientras retrocedía hasta dar contra la pared de la enfermería.- ¿Estás enfadado conmigo o algo, teme? No sé porqué pero tu cara me da un poquito de miedo.

 

-Mmm, para nada dobe.-dijo el azabache, llegando hasta el rubio y alzando con una de sus manos su rostro, ya que Naruto era un poquito más bajo que él.-Así que me amas ¿No?

 

¡Dios! ¡Tocado y hundido! Naruto empezó a sudar en frío y deseó con toda su alma que la tierra se lo tragase o un enorme zorro de nueve colas se lo comiese.

 

-¿Cómo lo...?-empezó a preguntar el lindo corderito, hasta que se dio cuenta de su desliz y corrigió enseguida.-Esto...eso es mentira, dattebayo.

 

Sasuke suspiró divertido y volteó los ojos. Ese chico era tan inocente y fácil de leer que daba miedo...lo cual quería decir que él mismo era un idiota del máximo grado al tener que descubrir por otras personas que Naruto le amaba... ¡Por dios! ¡Qué estúpido podía llegar a ser a veces! Su única excusa era que su amor por el chico rubio que ahora tenía inmovilizado contra la pared, le tapó los ojos.

 

-Si es cierto que me amas, yo también te diré que te amo, dobe.-dijo con ternura el joven de ojos oscuros.

 

Naruto se quedó mirando con los ojos muy abiertos al chico que amaba, y unas lágrimas cristalinas, empañaron sus ojos y corrieron por sus  mejillas.

 

-¿De verdad?-preguntó con voz temblorosa el de ojos de cielo.

 

-De verdad de la buena.-respondió Sasuke con una sonrisa...la sonrisa más dulce que jamás había visto Naruto en la vida.

 

-Entonces te confieso que te amo con todo mi corazón, teme.-lloró el rubio, abrazando a Sasuke y escondiendo su rostro ruborizado en el amplio y fuerte pecho de su amado.

 

Sasuke sonrió de nuevo y lo abrazó con cuidado y cariño, como si quisiera protegerlo de todo y de todos, hasta de sí mismo, y sus propios ojos se humedecieron un tanto, pero antes muerto que llorar frente al dobe.

 

Naruto lloró hasta quedarse sin ninguna lágrima, como si se librase de esa pena que había estado cargando durante meses, desde que se dio cuenta de que estaba enamorado de su mejor amigo. Con el cuerpo tembloroso y algo sofocado de tanto llorar, Naruto levantó su cabeza. Sasuke lo estaba mirando con dulzura y algo tan hermoso que hizo que su corazón quisiera salir de su pecho...Amor.

 

Sin pretenderlo, casi como si no pudiera evitarlo, Naruto se puso de puntillas y rodeó el cuello de Sasuke con sus brazos, cerrando los ojos y acercando su boca a la de Sasuke, que sintió que su cuerpo se derretía y se adelantó hasta apoderarse de la boca de su amado, besándolo por vez primera en su vida, con pasión, con fuego, con dulzura, con cariño...con todo ese amor inmenso que sólo Naruto le hacía sentir,

 

Sus brazos aprisionaron aún más a su pareja, apoderándose de sus labios y logrando que su lengua irrumpiera en la boca del contrario, y la acariciase lentamente, memorizando su textura y su sabor...si, su maravilloso sabor.

 

Tú estás aquí enseñándome a vivir

Junto a ti ya no hay temor

En tus ojos puedo ver

Y sentir todo el amor

Que entre sueños yo busqué

 

Yo no esperaba que ibas a venir

Y que en tus brazos iba a descubrir

 

Que puedo amarte sin pensar

Darte lo mejor de mí

Y en cada beso que me das

Me hago  más parte de ti

 

Mi alma pide un poco más

De la luz que tú me das

Abrázame fuerte hasta la eternidad

 

Yo quisiera ser lo que tú eres para mí

El amor más profundo

Yo no esperaba que ibas a venir

Y que en tus brazos iba a descubrir

 

Que puedo amarte sin pensar

Darte lo mejor de mí

Y en cada beso que me das

Me hago  más parte de ti

 

Mi alma pide un poco más

De la luz que tú me das

Abrázame fuerte hasta la eternidad

 

Dónde estés

Yo estaré

Seré el aire que roza tu piel

 

Que puedo amarte sin pensar

Darte lo mejor de mí

Y en cada beso que me das

Me hago  más parte de ti

 

Mi alma pide un poco más

De la luz que tú me das

Abrázame fuerte hasta la eternidad

Hasta la eternidad...

 

Naruto se sentía como si estuviera soñando, de verdad. Sentir a Sasuke contra su cuerpo, su olor, el sabor mentolado y algo picante de su lengua, y miles de sensaciones que recorrían todo su ser, lo estaban volviendo loco. Sin querer, sus rodillas se doblaron y tuvo que apoyar todo su peso en Sasuke, que abrió los ojos y miró directamente a los ojos azules de Naruto...y le gustó lo que vio.

 

Separó su boca de la del rubio, y lo tomó en brazos, sonriendo de una forma que a Naruto no le inspiró demasiada confianza. Sasuke parecía...triunfal, o algo así.

 

Cuando sintió la suavidad del colchón de una de las camillas de la enfermería, Naruto supo las intenciones de Sasuke, pero ya era demasiado tarde para huir...bueno, si hubiera querido, por supuesto, que no tenía ni la menor intención.

 

Sasuke volvió a aprisionar la boca de Naruto con sus labios, seduciendo con su lengua la lengua del rubio, que volvió a rodear el cuello del azabache con sus brazos. Sasuke subió su mano hasta la cabeza de su rubio, acariciando con suavidad su cabello, para luego bajar sus dedos, tiernos y suaves como mariposas, por la frente, la nariz, las mejillas, el cuello, y por fin, el pecho de Naruto, comenzando a desabrocharle la camisa del uniforme con lentitud, logrando que a Naruto se le pusiera todo el pelo de su cuerpo de punta, por la maravillosa sensación.

 

Sin dejar de besarle ni un segundo, libró al rubio de la estorbosa camisa y luego pasó al pantalón, del que se deshizo en un santiamén, dejando al chico rubio semi desnudo. Con satisfacción, rompió sus maravillosos besos y miró seductoramente la piel descubierta, haciendo ruborizarse como una rosa a Naruto.

 

-¿Por qué te avergüenzas, dobe?-murmuró Sasuke, tan cariñoso como malicioso.-Eres hermoso.

 

-No digas eso, teme.-se escandalizó el rubio, mirándolo con reproche.-Y estoy avergonzado porque soy el único en estar medio desnudo, datteba.

 

-Eso es fácil de remediar.-dijo el moreno con una sonrisa torcida, quitándose la camisa y el pantalón sin pena alguna, dejando embobado al de ojos azules. Si Sasuke vestido era fabuloso, medio desnudo, con esa piel casi transparente, y ese cuerpazo, estaba como para comérselo a besos.

 

Los ojos azules estudiaban embelesados el cuerpo de Sasuke, mientras los ojos negros del azabache se comían el cuerpo torneado y de piel canela. No podía decir que el rubio era delicado y tan suave como el cuerpo de una mujer, pero era maravilloso, porque pese a ser un chico como él, su casi amante tenía un cuerpo delgado y delicado, de estrechas caderas y largas piernas, casi femenino la verdad. Pero no le diría nada a Naruto, desde luego. Si le llamaba mujercita era capaz de partirle todos los dientes de un puñetazo. Ese chico era tan fuerte como él mismo, a pesar de su aspecto delicado y con aire femenino.

 

Naruto estudió con cuidado todo el cuerpo del chico que amaba, mientras sabía que este le observaba a su vez...pero apreció que una parte de la anatomía de Sasuke iba creciendo a cada segundo. Bueno, la suya también, pero ver el enorme bulto en los bóxer de Sasuke era algo que le ponía los pelos de punta. Vamos a ver, él estaba más que satisfecho con su pene, que era más grande de lo normal, uno de sus amigos, Sai, había hecho una competición en el baño del colegio, y él le había ganado por más de diez centímetros, dejando sorprendido y humillado al pelinegro, y aumentando su ego...pero es que Sasuke tenía toda la pinta de tenerla igual de grande que él, y eso si que era un problema... ¿verdad?

 

Sasuke estaba más excitado que nunca, y sin pudor, se bajó de un tirón la ropa interior, dándole la razón al rubio de que el pene de su amigo era tan grande como el suyo, y haciéndole sudar en frío, y ruborizarse aún más, mientras se abrazaba a sí mismo, cosa que el moreno notó y sonrió torcidamente.

 

-¿Qué pasa, dobe? -Ronroneó Sasuke acercándose y tomándole la mano y bajándosela hasta su erecto pene.- ¿Tienes miedo de mi tamaño?

 

Naruto tragó duro y acarició sin poder evitarlo la suave y aterciopelada dureza de su amado. Miró a los ojos oscuros y satisfechos del teme y suspiró.

 

-Si no es eso del todo, ttebayo.-murmuró Naruto.

 

-¿Entonces qué es? ¿Estás celoso de mi pene?-se interesó Sasuke burlón, enojando a Naruto.

 

Éste perdió toda su vergüenza de golpe y se bajó su propia ropa interior, dejando a la vista su también grandísimo pene, y logrando que Sasuke se sorprendiera.

 

-Caray, dobe. Qué calladito te tenías que estás muy bien dotado.-dijo Sasuke admirado.

 

-Ahhh, cállate teme.-chilló Naruto infantilmente.-Lo que me preocupa no es el tamaño de mi pene, sino que el tuyo coja en mi interior, dattebayoooooooo.

 

Sasuke abrió mucho los ojos y su cuerpo comenzó a temblar. Naruto lo miró con los ojos entrecerrados, los dos completamente desnudos, y suspiró cuando sus peores temores se confirmaron. El bastardo del que se había enamorado comenzó a reírse a carcajada limpia.

 

-Baka-Suke.-insultó Naruto con un puchero y cruzando los brazos.

 

-Usuratonkachi.-rió Sasuke, abrazando con fuerza a su amado.-No tengas miedo por semejante cosa, yo me encargaré de que todo coja en tu interior.

 

-Espero por tu bien que lo hagas correctamente, sino tu trasero recibirá el mismo daño que me causes al mío.-dijo Naruto, con voz serena y totalmente seria.

 

Sasuke comprendió que el rubio hablaba totalmente en serio y volvió a estremecerse...y no precisamente de risa.

 

-Entendido, dobe.-dijo el moreno con la misma calma y seriedad.

 

Para alejar ese aire de mal rollito, Sasuke tomó los labios del rubio y lo besó apasionadamente, logrando que Naruto dejase de pensar en pagarle con la misma moneda, y volviesen al aura sensual de antes.

 

Ahora que estaban desnudos por completo, sus manos vagaban inquietas por la piel del otro, acariciando y descubriendo los lugares más sensibles del otro. Sasuke descubrió que el punto débil de Naruto eran sus pezones y Naruto descubrió que el lugar más sensible de Sasuke eran su cuello y sus orejas, cuando en un descuido del moreno, separó su boca de la suya y mordió sensualmente su tierno cuello, logrando que al contenido Sasuke se le escapase un grandioso gemido.

 

Por supuesto, el azabache contraatacó al momento, y el rubio se encontró con las piernas abiertas y Sasuke entre ellas, lamiendo y chupando su miembro y arrancándole infinidad de suspiros, gemidos y gritos. Ese maldito teme odiaba dejar de ser perfecto...y amaba oír sus gemidos y súplicas por más, de eso Naruto Namikaze Uzumaki, estaba más que seguro.

 

Pero ahora no era tiempo de pensar en esas cosas banales, la boca de Sasuke estaba haciendo maravillas en su excitado pene, y Naruto se sentía a puntito de correrse en esa fabulosa boca, de veras.

 

-Ahhh, teme, Ahhh, no puedo más, no puedo...-jadeó Naruto desesperado.

 

Sasuke, sonrió para sí, y aumentó el ritmo de su boca, logrando que el de ojos azules se dejase llevar y se derramase en su boca. Naruto gritó de placer y se estremeció, casi convulsionándose de tanto gusto. Sasuke tragó con gusto la semilla de su rubio, que le pareció dulce y sabrosa, y luego se comió con los ojos la imagen del rubio saciado, tan hermosa y sensual, porque estaba con los ojos cerrados, las mejillas arreboladas y su cuerpo maravilloso, tembloroso y agitado.

 

-Ahhh, teme, eso no ha sido justo para ti, de veras.-musitó el rubio, abriendo sus ojitos azules, brillantes por el deseo.-Tú aún no te has corrido.

 

-No te preocupes, dobe.-dijo Sasuke, acercándose hasta ponerse entre las piernas abiertas de Naruto.-Yo me voy a correr en este sitio de aquí.

 

Con descaro, Sasuke tocó la entrada al cuerpo de Naruto, indicándole explícitamente dónde tenía toda la intención de dejar su semilla, logrando excitar de nuevo al rubio, que gimió sensualmente.

 

-Y te aseguro que será tan maravilloso para ti, que me rogarás día tras día porque te haga mío.-ronroneó el azabache, en el oído del rubio.-Si...incluso más de una vez por día, te lo aseguro.

 

Naruto estaba tan excitado por las eróticas palabras de Sasuke, que se sentía de nuevo al borde del orgasmo. Sasuke lo notaba perfectamente, y por primera vez en su vida, dio gracias a Dios de que su hermano mayor, Itachi, fuera tan pervertido y hubiera dejado a la vista de su hermanito pequeño, todos los videos y mangas yaoi que él mismo utilizaba para volver loco a su pareja, Deidara.

 

Con una sonrisa más que maliciosa, tomó por asalto la boca de su chico, al mismo tiempo que introducía súbitamente uno de sus dedos en el cálido interior de Naruto, que se volvió a derramar nuevamente con tan solo ese gesto, para placer de Sasuke y vergüenza de Naruto, que abrió sus ojos azules como platos y se perdió en los satisfechos y triunfales ojos negros de Sasuke.

 

-"Si no te amase tanto, te odiaría por todo lo que  me haces sentir, teme"-pensó el rubio, con lágrimas en los ojos, producto del amor tan grande que sentía por Sasuke y el enorme placer que recorría por todo su cuerpo.

 

Sasuke no dejó que la boca de Naruto se separase de la suya, y subió su mano derecha hasta el fláccido pene del rubio, para acariciarlo con suavidad, y tomar el semen que había derramado, para utilizarlo de lubricante. Cuando la mayoría de sus dedos estuvieron impregnados del semen del de ojos celestes, volvió a la entrada del cuerpo de este y la comenzó a dilatar con suavidad, mientras dejaba que su ansioso y duro pene se frotase contra la pierna del rubio, y lo acariciaba con deseo por dónde podía con su mano izquierda, sacándole suspiritos y dulces gemidos a Naruto, que morían en las bocas unidas de ambos.

 

Cuando Sasuke supuso que estaba listo, porque ya tenía en el interior del rubio unos cuatro dedos en consideración de su tamaño y la delicada entrada de su chico, sacó sus dedos de su interior y se posicionó entre las piernas abiertas de Naruto, dejando de besarle, para mirarle fijamente a los ojos.

 

-Allá voy, dobe.-murmuró con la voz rota por la excitación contenida.

 

-Hazlo, teme.-suspiró Naruto, muy colorado.-Dame todo ese placer que me prometiste, dattebayo.

 

Sasuke sonrió con suficiencia y como diciendo "Por supuesto", y volvió a tomar la boca de Naruto con un profundo beso, mientras se introducía con un seguro y fluido movimiento, hasta lo más hondo del chico rubio.

 

-Ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh.-gritó Naruto con fuerza, separando su boca de Sasuke como pudo, y alarmando sobremanera a Sasuke, que se quedó inmóvil al instante y miró con temor a Naruto, por miedo a haberle hecho mucho año.

 

-¿Estás bien, Naruto?-preguntó el azabache, alterado.

 

Naruto abrió molesto sus ojos, y miró mal al azabache, que comenzó a temer por su propio virgen trasero.

 

-Pues mira, teme, estaría estupendamente si te dejases de hablar y comenzaras a moverte.-gruñó el rubio, como una bestia en celo, dejando a cuadros a Sasuke. Ese estúpido usuratonkachi había aullado por el gusto no por el dolor.

 

-Claro que sí.-gruñó a su vez Sasuke, con un brillo salvaje en los ojos, que excitó muchísimo a la bestia lujuriosa que era Naruto.

 

Sasuke se dejó llevar por su instinto y comenzó a embestir con fuerza al rubio, que gritaba gustoso a cada embate, a cada maravillosa penetración, agradeciendo a Kami por su infinita bondad y porque su teme tuviera semejante instrumento, que le llegaba hasta el tope de su cuerpo y lo volvía loco de gusto a cada  movimiento de su cuerpo.

 

Tanto placer era excesivo para Naruto, que se volvió a correr momentos antes de que Sasuke se derramase en el interior de su cuerpo, y los dos gritaron al mismo tiempo, con Sasuke dejando todo su peso sobre el desmadejado rubio, y muy cansados los dos.

 

-Esto sí que ha sido una sorpresa, teme.-jadeó como pudo Naruto, abrazandose como un gatito a su amante-Tenemos que repetirlo pronto.

 

-Claro que si, dobe.-contestó como pudo Sasuke-En cuanto me recupere, seguimos.

 

-¿Me lo prometes, dattebayo?

 

-Pues claro que sí.

 

Los tres cotillas que habían estado escuchando todo tras la puerta, Neji, Gaara y Temari, se miraron colorados hasta el pelo y decidieron salir de allí. Estaba claro que esos dos eran tal para cual, y seguro no salían de la enfermería hasta la noche por lo menos.

 

Efectivamente, seis horas después, los dos recientes novios salieron del lugar, después de limpiar exhaustivamente toda evidencia de su insaciable pasión, con Sasuke más brillante que una estrella y tan agotado como feliz, y Naruto con un dolor considerable en el trasero, pero igual de feliz.

 

-¿Vamos a tu casa o a la mía, dobe?-preguntó Sasuke, tomando la mano del rubio y haciendo que este le mirase con felicidad y se ruborizase ligeramente.

 

-A la mía, teme, mis padres están en un viaje de negocios...ya sabes.-murmuró atrevidamente Naruto.

 

Sasuke sonrió y miró a los ojos a su niño, caminando junto a él y pensando que excusa darle a su madre para quedarse en casa de su amante. Eran demasiado jóvenes como para que los padres de ambos los aceptasen como pareja, ya que tenían dieciséis años cada uno, y no cumplirían la mayoría de edad hasta dentro de algunos años.

 

-"No me importa esperar, la verdad. Estoy seguro de lo que quiero y el dobe también"-pensó Sasuke feliz.

 

-"No importa el tiempo, seguro que él y yo, siempre estaremos juntos"-pensó a su vez Naruto, con el alma y el corazón en paz.

 

 

 

 

 

 

-Seis años después-

 

 

El sonido de pasos apresurados, y algunas maldiciones, resonaban por la casa, de un tamaño más que considerable.

 

-¡Ven aquí!-gritó una voz grave, masculina y muy enojada.- ¡Que vengas aquí te digo!

 

Una pequeña figurita corría sin mirar atrás, dejando escapar risitas divertidas. Sus cabellos negros y algo largos, rebotaban contra su frente, sus ojos azules y brillantes, estaban llenos de entusiasmo, que junto con las marquitas que adornaban sus suaves mejillas, le hacían ver como un lindo zorrito.

 

El chico de cuatro años y medio, miraba con atención a todos lados, buscando el lugar idóneo para escapar de su papá, encargado de cuidarle hasta que su madre llegara de su trabajo.

 

-¡Qué vengas aquí, Minami (melodía, sur)!-gruñó la voz ronca, más alterada que antes.- ¡Deja de correr como un loco por toda la casa!

 

El chiquillo rió más fuerte y jubiloso que antes, sin hacer caso alguno, hasta que se dio de bruces contra una joven morena y de ojos color gris perla.

 

-¿Pero qué haces, Mina-chan?-preguntó la bella joven.

 

Antes de que el chico pudiera contestar, un joven de cabellos negros y alborotados, y mejillas rojas por el enfado, tomó al esquivo muchachito en brazos.

 

-Volver loco a su padre... ¿Qué más?-respondió el padre del niño por él.-Hola Hinata.

 

-Hola Sasuke. Buenas tardes.-rió la chica risueña, observando cómo el pequeño intentaba escapar de los fuertes brazos de su progenitor.

 

-¿A qué estás jugando con el niño, teme?-preguntó risueña una voz armoniosa y ligeramente ronca, mientras un chico rubio de cabellos largos y ojos tan azules como el pequeño, entraba a la habitación.-No me digas que un simple chiquillo de cuatro añitos puede contigo.

 

-Ah, cállate, dobe.-respondió Sasuke, posando al niño en el suelo, que corrió hasta el rubio y la morena.

 

-¡Mamáaaaaaaaaaaaa!-chilló Minami, saltando sobre Naruto.-Ya era hora de que llegaras, datteba.

 

Hinata sonrió enternecida al ver a esos dos, mientras el enojo de Sasuke se disipaba y miraba a sus dos amores.

 

Qué sorpresa tan grande había sido para ellos conocer que el rubio era un doncel, por parte de su herencia Uzumaki, pues uno de los hermanos de Kushina, Nagato Uzumaki, era doncel, y sus genes habían pasado de generación en generación por siglos, hasta llegar al único hijo de Kushina y Minato, Naruto.

 

Su relación de pareja, se había dado a conocer a los pocos meses de estar saliendo juntos, y por supuesto, mantener relaciones sexuales sin protección, porque ninguno había utilizado nada al considerar que eran dos hombres y no hacía falta.

 

Cuando el rubio comenzó a comer casi como un cerdito y a engordar escandalosamente, los padres de Naruto le habían llevado al hospital, alarmados, para encontrarse con la sorpresa de que iban a ser abuelos...y que el padre de la criatura no era otro que Sasuke Uchiha, el mejor amigo de su hijo y pareja.

 

Fugaku y Mikoto, que sospechaban desde hace meses de que su hijo pequeño estaba saliendo con Naruto, fueron los más felices del mundo, puesto que habían perdido toda esperanza de ser abuelos, y el futuro nacimiento de su nieto o nieta, les había hecho inmensamente felices.

 

Itachi palmeó a su hermanito, felicitándolo por su suerte, mientras el asombrado Sasuke sólo podía mirar maravillado a su novio, esquivando como podía los ojos enfurecidos de su futuro suegro, Minato, que quería arrancarle el corazón por haber "abusado" de su pequeñín...

 

La boda fue rápida, pero para nada discreta, Sasuke estuvo completamente convencido, de que medio Japón y parte del extranjero, acudió a su enlace...que hasta salió en los periódicos y en la televisión, pues sus dos familias eran gente de mucho dinero e importancia.

 

El pequeño Minami nació sin dificultad, por cesárea, un hermoso día de Junio, el siete para ser exactos, y desde el día en que llegó al mundo, fue una pequeña cajita llena de sorpresas, pues era tan hermoso como Sasuke y con el carácter indomable y juguetón de Naruto.

 

Sasuke se sacó su carrera de literatura, pese a las noches sin dormir, y era editor en una importante publicación, mientras que su esposo, Naruto, era un afamado doctor especializado en niños con problemas. Por suerte sus horarios eran bastante flexibles, y siempre se alternaban para que su primogénito no se quedase mucho tiempo sin su presencia, pese a que a sus encantados abuelos no les importaría cuidar del pequeñín.

 

Los padres de ambos esposos, bromeaban muchísimo a su costa, cuando estos se quejaban de que su niñito querido les dejaba sin aliento ni fuerzas, Itachi y Deidara, también se habían casado y habían adoptado a un pequeño, moreno y de ojos castaños, de nombre Konohamaru, y que tenía un año más que Minami, y eran completamente inseparables.

 

Pero volviendo al presente, Naruto besó con cariño a su retoño, mientras miraba con alegría a su esposo Sasuke y le guiñaba el ojo con descaro, recibiendo una sonrisa torcida y lujuriosa, como respuesta, diciéndole sin palabras, "ya verás cuando estemos solos".

 

Naruto sonrió muy sexy como respuesta, y le lanzó un beso, siendo observados por la felizmente casada Hinata, que se sonrojó al ver que su amor era tan intenso como el principio, igual que ella y su marido y primo Neji.

 

Naruto se palmeó el abdomen con una delicada sonrisa. Esa noche tenía que contarle a su marido, que su familia iba a tener un nuevo miembro.

 

 

Fin.

 

 

 

 

 

Notas finales:

 


Me he divertido mucho escribiendolo, imaginándome toda la escena XD



¿Me merezco algún review por mi esfuerzo?



Besos.



Sasukitsu la Kyuubi.


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