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Despechado por Pikacha-sama

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Notas del capitulo:

Lo sé, Tsu-chan, lo sé, ya casi cumples 16 y yo apenas terminando el Fic. Si quieres lo puedes tomar como tu regalo de 16 años xDDDD No, no te creas.

Muchas gracias a todas las personas que me siguieran hasta este momento. Me costo mucho temrinarlo con todo lo que ha estado sucediendo alrededor mío. Espero que les guste y recuerden, los personas de Naruto son exclusivos de Kishomoto-sama y la canción "tres veces de engañe" es de Paquita la del Barrio xDDD.

Disfruten.

 

 

Anotaciones:

Flash Back

Fragmentos de canción.

— Diálogo —

 

Despechado.   
Capítulo tres: Y después de esas tres veces.
Three-shot. SasuNaru.

 

La primera por coraje,
la segunda por capricho,
y la tercera por placer.

 

 

Las mañanas siempre se podían decir que eran tranquilas, sin embargo, cuando tienes a un sexy hombre desnudo a un lado de ti en una espléndida cama, poco te importa lo tranquilo y te va más a repetir lo que hiciste anteriormente, o por lo menos así pensaba Naruto Uzumaki. Sasuke ya lo tenía fielmente sometido sobre el colchón. Sus manos recorrían su espalda hasta donde perdía el nombre mientras besaba y mordía ligeramente su hombro.

 

El rubio gemía en el oído de su amante incitándole a que continuara. Sin embargo, antes de que pudiera continuar, el celular de Sasuke comenzó a sonar. Al principio fue fácil de ignorar pero al ver que el aparatito no dejaba de sonar, el azabache dejó de hacer su trabajo para buscar su celular en el pantalón que estaba tirado debajo de la cama y se preguntó cómo fue que llegó ahí.

 

¡Sasuke!

 

— ¿Itachi? — preguntó algo confuso, ya que su celular no identificó que la llamada era de su pervertido hermano mayor.

 

¡¿Dónde estuviste toda la noche?! — gritó molesto.

 

— Eso no te importa, ¿sólo para eso llamas? — también estaba molesto. Ya tenía edad suficiente para no tener que rendirle cuentas a su hermano, además que lo estaba interrumpiendo en un momento crítico.

 

¡Ototo-baka! ¡¡Eres un desconsiderado!! Yo que lo he dado todo…

 

¡¡Itachi, cállate y dile que venga por nosotros!! — se escuchó otra voz por el teléfono.

 

— ¿Deidara? — definitivamente esa era la voz de su cuñado.

 

— ¿Qué pasa, Sasuke? — le interrogó Naruto a un lado de él simplemente con los bóxers puesto, en algún momento se los había puesto mientras el otro atendía a su hermano.

 

¿Ese es Naruto-kun? Pillin ya sé porque no contestaste tu teléfono anoche…

 

— ¡¡Cállate!! Voy a colgar…

 

¡¡No espera!! ¡Estamos en la delegación! — gritó Itachi.

 

— ¿Qué? ¡¡¿Qué haces ahí idiota?!!— cuestionó temiendo la respuesta.

 

Amm… Nos arrestaron por faltas a la moral — dijo en tono inocente.

 

— ¿Faltas a la moral? — preguntó Naruto escuchando lo que decía, estaba pegado completamente al celular.

 

— Quiere decir que los agarraron teniendo sexo en un lugar público — respondió Sasuke, era la tercera vez que su hermano era arrestado por eso.

 

Necesito que pagues la fianza, ototo.

 

— Iré para allá — terminó de decir para después colgar.

 

En esos problemas se metía su hermano con su novio, ya eran tres veces que los arrestaban por ese cargo. Tenía que ir rápido, quien sabe desde cuando estarían encerrados esos dos y si su padre llegara a enterarse, la cosa se complicaría para los dos. A Itachi por irresponsable y a él por ser cómplice con su hermano.

 

— ¿Quieres venir, dobe? — interrogó Uchiha.

 

Sin embargo, Naruto no contestó porque calló los labios de su amante con un pausado beso. Quería volver a besarlo, sólo una vez más. No era un beso apasionado, era uno libre de perjuicios. Un beso que se daba una pareja de novios, un beso de enamorados, un beso que profesaba sentimientos desconocidos.

 

— Me quedaré, teme — susurró bajito el Uzumaki para volverlo a besar y pasar sus manos por el pelo de su acompañante.

 

Sasuke lo tomó de la cintura mientras el beso duraba. Un sentimiento de duda se albergaba en su pecho, sentía como si ese beso fuera a ser el último que compartían y le dio pavor, un temor de perder a Naruto…

 

— Naruto, yo…

 

— Será mejor que te vayas. Deidara debe estar hecho una furia, jeje — comentó el rubio mientras le sonreía como sólo él sabía hacerlo.

 

Se vistió lo más rápido que pudo para salir al auxilio de su hermano, aunque le costaba dejar a su delirio rubio sin saber si quiera si correspondía a sus sentimientos, siempre que quería decírselo lo interrumpía. Y eso no le daba muy buena espina, no después del beso que acababan de darse. Temiendo que fuera una despedida volvió a besarlo en los labios de una forma pausada mientras lo apresaba fuertemente a su cuerpo.

 

— Me voy, volveré en la tarde — dijo antes de salir.

 

Naruto se quedó parado en el marco de la puerta mirando partir a su amigo, suspirando, esperando que desapareciera de su vista. En cuanto su auto negro dobló la calle tomó su celular de forma calmada y marcó un número demasiado conocido para su propio gusto.

 

En la pantalla del móvil podía apreciarse claramente: Llamando a Gaara…

 

.
.
.

 

— ¡¡Es la última vez que te saco de aquí, Itachi!! — gritaba Sasuke en el estacionamiento de la delegación.

 

Había tardado más de una hora en poder sacarlos. Su cuerpo todavía se encontraba agotado por la noche tan activa que había vivido, pero al parecer a Itachi no le interesaba en lo más mínimo.

 

— ¡No deberías ser tan cruel con tu hermano mayor!

 

— ¡¿Cruel?! Cruel sería dejar que padre se entere de todo esto…

 

— ¡¡No!! — gritó Deidara llamando la atención de los presentes. — ¡Diablos! Itachi será mejor que llame a Sasori-danna, al parecer un imbécil se intentó meter a robar a mi casa… — decía mientras revisaba los mensajes de su celular, tenía más de cuarenta y todos de su sempai.

 

— Sasuke dame las llaves del auto, tengo que encerrar a Deidara en mi departamento — el tono de Itachi había sido juguetón desde un principio, pero en el preciso momento que se mencionó al ‘‘danna’’ del rubio, su rostro se volvió totalmente serio.

 

— Tengo que ir a casa a recoger algunas cosas… — trataba de hablar el menor, sin embargo, Itachi de un sutil movimiento logró quitarles las llaves sin rozarlo y cargó al de ojos azules sin su consentimiento, es decir, tiraba patadas y gritaba a pleno pulmón que lo soltara. Varias personas fijaron su vista en la pareja, sin embargo, Itachi sonreía amablemente y decía que todo estaba bien con total calma, como si nada pasara.

 

Por extraño que sonara, no lo detuvo. Itachi le había ayudado con sus propios pensamientos y la locura que pensaba cometer. Su hermano había encontrado el por qué de la actitud de Naruto después de que lo corriera de su casa.

 

El sonido de su celular le molestaba demasiado, estúpido aparato que no comprendía que no quería hablar con nadie en ese momento. Cualquier persona lo apagaría, pero Sasuke no lo hacía. No podía distinguir del color verde al rojo. Irónico decir que cuando estaba ebrio era daltónico.

 

Después de consultarlo con su mente, lo único que podía hacer para olvidar sus penas era ahogarlas en alcohol. No soportaba la idea de perder a Naruto, no a alguien que se había infiltrado completamente a él. Desde que descubrió sus verdaderos sentimientos por él, decidió callarlos y matarlos lentamente, para no sufrir. Su corazón y mente debían comprender que Naruto tenía dueño y no era él.

 

Sin siquiera pensarlo picó el botón de “colgar”, para después maldecirse. Tuvo que separar el móvil de su oído para no quedarse sordo ¡Maldita sea el momento en que se equivocó de botón!

 

— ¡¡Sasuke!! ¡¡¿Dónde diablos estás?!! — Podía reconocer esa voz donde fuera.

 

Las pocas personas que quedaban en el local balbucearon algunos impropios por el fuerte sonido, la mayoría de mesas estaban vacías, sólo quedaba una que otra con una persona con la cara pegada a la mesa tomando un vaso de tequila, como en su caso.

 

— ¿Qué quieres, Itachi? — preguntó molesto.

 

— ¡Quiero entrar a mi casa! ¡¿Dónde diablos estás?! ¡Son las dos de la mañana! ¡¡En cuatro horas tienes que ir a trabajar!!

 

— No molestes, hip…

 

— ¡¡¿Estás ebrio?!!

 

Media hora después Sasuke colgaba del brazo de su hermano, mientras que el otro le pedía disculpas al cantinero del bar. Había tardado varios minutos en hacer que su ototo le dijera dónde estaba, el nombre del lugar lo conocía y no tuvo problemas en llegar. Realmente estaba molesto, Deidara se había ido con el idiota de su danna a cenar mientras que él se quedaba fuera de su departamento porque su adorable hermanito no aparecía con las llaves ¡Sus malditas llaves las tenía Deidara y no iría por ellas! Subió al alcohólico en el copiloto mientras que tomaba asiento a su lado. Su lado cruel y vengativo quería matar a Sasuke por la larga noche que le estaba haciendo pasar, pero no todos los días mirabas a un Sasuke ebrio con la mirada perdida en la nada.

 

En cuanto llegaron al departamento, Sasuke se tomó la libertad de correr lo más rápido que pudo al baño. Podía sentir como devolvía todo lo que había comido ese día, afortunadamente llegó al retrete. Estaba arrodillado recuperando la compostura cuando escuchó la voz de Itachi.

 

— Te prepararé un café, date un baño.

 

— Me he acostado con Naruto — susurró mientras se limpiaba la boca con la manga de su chaqueta. Había sido tan directo como de costumbre. Itachi se permitió guardar silencio pensando en las palabras del menor.

 

— Parece que se ha enterado de lo que ha estado haciendo su noviecito a sus espaldas…

 

El de ojos ónix se quedó callado, ¿Naruto sabía que Gaara lo engañaba? ¡¿En qué momento?! Si lo sabía… ¿por qué no se lo dijo?... Entonces su mente armó cabos y sus ojos se abrieron de sorpresa.

 

— Lo hizo por venganza…— susurró más para sí mismo que para su hermano.

 

Un frío invadió su cuerpo mientras todo perdía color, ahora entendía porque Naruto lo había corrido así. Se había arrepentido de todo lo que habían hecho, el momento tan íntimo que habían compartido sólo lo hacía por coraje…por…

 

— Deja de sacar conclusiones por ti mismo, habla con él, ototo baka.

 

— Soy un…

 

— ¡Sasuke! — le gritó Itachi haciendo que girara su cuerpo para ver la cara de su hermano, el cual estaba recargado en el marco de la puerta. — Si Naruto-kun sabe lo de Gaara tampoco es fácil para él, lo más probable es que se encuentre confundido. No conozco los detalles de cómo sucedieron las cosas, pero antes de hacer un juicio habla con él.

 

Las cosas no habían quedado de todo claras con Naruto porque no había dejado que confesara sus sentimientos, pero no es como si el rubio le pusiera las cosas fácil. Pero agradecía infinitamente que Itachi lo hubiera ayudado, en la llamada que había tenido en la mañana le había preguntado “¡¿Dónde estuviste toda la noche?!”  Era para asegurarse que no había tomado.

 

Le dolía admitirlo, pero tenía un buen hermano… y un muy enojado cuñado.

 

— ¡¡¡ITACHI DÉJAME SALIR!!! — gritó Deidara desde dentro del auto.

 

Sasuke sonrió de medio lado ante la escena. Un pequeño sonrojo se tiñó sobre sus mejillas al momento en que levantaba el pulgar de su manos derecha con el puño cerrado. Al verlo, Itachi también sonrió.

 

Todo estaba bien.

.

.

.

 

Se sentó en el cómodo sillón de su sala. Y volvió a preguntarse todo y nada a la vez, nunca vio venir el golpe de Gaara. Jamás habían tenido una relación cariñosa-romántica-empalagosa porque ninguno de los dos era así, pero mirarlo con aquella rubia y saber que su comportamiento era así, sintió nauseas de algo tan repugnante como eso. Odiaba las cursilerías…

 

El hilo de esa relación había sido cortado por la infidelidad, no sólo de Gaara, sino también de él. Porque después de mirar aquello no dudó en traicionarlo, pero no con cualquier persona, sino con su mejor amigo.

 

Por fin había cumplido la mayoría de edad, con la promesa de decir que iría por lo menos una vez a la semana a su casa (además que Kushina tuviera dos copias de las llaves de su nueva casa) había podido independizarse, aunque claro su padre le había obsequiado una casa (la otra condición es que viviera en esa casa que su madre había inspeccionado, diseñado y amueblado para él). Sí, básicamente había fallado en ser independiente, pero eso era un inicio.

 

— Me gusta, pero yo no sé como decírselo ´ttebayo — declaró con las mejillas encendidas esperando alguna respuesta de Sasuke.

 

La noticia no le había afectado en lo más minino al azabache, o por lo menos eso pensó Naruto.

 

— Díselo, antes de que alguien más lo haga — había sido sorprendente que ni siquiera eso le importaba a su amigo. Si Sasuke le hubiera dicho que gustaba de alguien, no hubiera descansado hasta que se lo dijera. Sin embargo, sonrió ante el simple consejo de su amigo porque así le nació.

 

Era sorprendente como el recuerdo pasaba por su mente como un relámpago. Había tantos recuerdos al lado del azabache que sería imposible poder contarlos o describir la anécdota con los sentimientos que fluyeron en aquel entonces. Pero ese recuerdo en especial le daba nostalgia y melancolía, al igual de cuando empezó una relación con Gaara.

 

— Y luego el teme dejó de leer su libro y me lo aventó en la cabeza sólo porque le dije que los libros de Ero-senin eran mucho mejor que esas cursilerías de Romeo y Julieta que leía, pero no me refería a esos libros hentai, me refería al primer libro que escribió. Pero ya sabes que el teme, es un bastardo que ni siquiera escucha lo mitad de lo que digo, simplemente finge hacerlo el muy bastardo. Y eso hace que me saque mucho de quicio al igual que con Kakashi-sensei, el otro día el pervertido le estaba metiendo mano a Iruka-sensei delante de mí y no… — estaba hablando sin parar y el pobre de Gaara ya ni siquiera sabía en qué preciso momento había iniciado la conversación acerca de Uchiha y Hatake.

 

— Naruto — dijo su nombre mientras lo tomaba de los hombros, inmediatamente dejó de hablar para prestarle atención. Atención que Gaara aprovechó y le besó ligeramente los labios. — Desde hoy estamos saliendo…

 

Así de simple había iniciado su relación. Y así de simple se había roto, a pesar de todo lo que habían luchado ambos por mantenerla. Ahora que sabía lo que en verdad sentía, ya no iba a luchar por lo que se había deteriorado, no sólo por su pareja sino por él mismo. Había tomado una decisión que cambiaría muchas cosas desde ese preciso momento.

 

El timbre se escuchó muy lejano, sin embargo logró sacarlo de sus pensamientos. Lentamente se levantó del sillón mirando la puerta más lejos que de costumbre. Era como si atravesara un largo pasillo, un pasillo lleno de recuerdos.

 

— Tu hermana es genial ´ttebayo, jeje — alagó.

 

Ese preciso día había conocido a la protectora hermana de su novio, aunque resultó ser una sorpresa que Gaara terminara amenazado por ella. Algo cómico y digno de recordar.

 

— Sí, si no fuera porque me amenazó a mí de muerte si es que te hacía daño. Pensé que el traumado serías tú, Naruto.

 

— Sólo quiere lo mejor para ti, y eso soy yo — decía el rubio mientras sonreía abiertamente con aire de superioridad.

 

¡Qué recuerdos! La nostalgia lo invadía completamente, el tiempo había dejado hermosos recuerdos que su mente le pasaba por la cabeza como si fuera una película, una película sin un final de “felices para siempre”.

 

— Oh, es Naruto-kun explotando la flor de la juventud con Gaara-kun — exclamó Lee refiriéndose a la “actividad” que realizaban sus compañeros de preparatoria.

 

— ¡¡Si, pero ¿por qué en mi recamara?!! — gritó Kankuro enojado.

 

Jamás olvidaría la primera vez que los descubrieron teniendo relaciones. Gaara lo había acorralado en la recamara de su hermano mayor, nada había sido planeado pero el momento los había llevado a una situación, un tanto complicada donde Kankuro pagó las consecuencias.

 

— Les presentaré a mi novio — decía Naruto delante de sus padres con un pequeño sonrojo en las mejillas, mientras sonreía y se rascaba detrás de la cabeza con la mano derecha.

 

La puerta se dejó abrir mostrando a Gaara, sin embargo, Kushina que seguía mirando a su hijo orgullosamente por a ver aceptado abiertamente sus sentimientos por su persona especial gritó:

 

— ¡¡Pero si ya conocemos a Sasuke-chan!!

 

Su madre jamás se disculpó por eso, tampoco de haber mojado con agua helada a Gaara y tacharlo de pervertido.

 

Soltó una ligera carcajada al recordar esos momentos, al igual que dejó escapar una traicionera lágrima. Aunque intentara hacerse el fuerte, todo eso dolía, principalmente los recuerdos y sentimientos que creaban un mar de confusión en su mente y corazón. Sin embargo, el corazón había entendido a la razón.

 

— Pensé que jamás me abrirías, Naruto — saludó Gaara mientras se abría paso adentro de la vivienda.

 

Era el momento de tomar una decisión.

 

— Lo siento, no escuché el timbre — decía mientras dejaba entrar a su invitado. Soltó una pequeña risa y encaminó a Gaara hasta la sala donde los dos se sentaron frente a frente. Naruto se sentía totalmente incómodo ante la presencia de su actual novio, sin mencionar los sentimientos contraídos que se estrujaban en su pecho; rabia, ira, soledad, miedo, coraje… traición.

 

— Lo sé ´ttebayo — susurró el rubio mirándolo directamente a los ojos, algo dentro de él se quebró de repente, había aceptado su traición y con ello aceptaba todo lo que involucraba.

 

Gaara lo miró desconcertado esperando a que continuara, pero al ver que Uzumaki no agregaba nada más decidió preguntar — ¿De qué hablas? —. Sus ojos aquamarina lo miraban como siempre lo hacían, pero había cierto tono de luz en ellos que demostraba temor, un temor muy escondido dentro de sí.

 

— ¿Por qué lo hiciste? — preguntó mientras se paraba del sillón. Caminó hasta la cocina donde se sirvió un poco de agua, era mucho más difícil de lo que pensaba. Suspiró pesadamente y volvió a tomar su lugar en la sala. — Si había otra persona… yo te hubiera dejado libre… — sentía que debía continuar pero no lo hizo, quería que Gaara le explicara la situación que lo había orillado a eso. Apresó fuertemente el vaso que tenía entre sus manos esperando su anhelada respuesta.

 

El pelirrojo sonrió y acercó sus manos a las de Naruto hasta apresarlas entre las de él, sin embargo, no supo que sus manos ya no tenía el mismo calor de antes… Ahora eran frías. No rechazó el contacto simplemente esperó…

 

— ¿Quién te contó eso, Naruto? Son sólo calumnias de la gente…

 

Sus ojos estaban fijos en los del otro y viceversa. Ninguna apartaba la vista, era una batalla de quien aguantaba más la mirada y a pesar que sabían que nos llevaría a nada bueno, ninguno se rindió.

 

— Yo te vi — susurró pausadamente, mirando detenidamente cada expresión de su novio.

 

Gaara perdió ante Naruto, perdió porque sabía que ya no habría regreso ante los actos que cometió. Naruto no lo volvería a aceptar de nuevo, no después de que él mismo lo hubiera visto. Ya nada quedaba de un amor que se encargó de matar en el preciso momento en que besó a aquella chica. Naruto le estaba gritando con la mirada que todo el dolor que estaba pasando o pasó, hubiera valido la pena.

 

El timbre hizo eco en todo el silencio que se profesaba en aquella casa. Gaara razonaba bien su respuesta, porque al momento de dar la equivocada todo estaría perdido. Naruto se soltó lentamente del pequeño agarre del pelirrojo  y dejó el vaso con agua en algún lugar de la sala mientras iba a atender la puerta, pero al momento de abrir jamás imaginó a Sasuke detrás de ella, o tal vez sí. Lo que no vio venir fue el saludo tan cordial con el que se habían tratado los últimos días. Sasuke se le lanzó como depredador y la presa fueron sus labios, no tuvo tiempo si quiera de poder esquivarlo porque tomó su rostro haciéndole imposible algún escape, lo extraño, es que en ese momento no quería escapar…

 

Sus labios dejaron de ser inertes y su alrededor desapareció, sólo existían dos personas en su mundo, Sasuke y él. Sus labios cobraron vida al igual que sus manos y vagaron por ese cuerpo que tanto disfrutó la noche anterior. El mundo se había detenido una fracción de segundo que le dedicó especialmente a la pareja, un tiempo donde sus labios tenían una dura lucha por el control de sus emociones. En algún lugar de su cabeza Naruto recordó la presencia de una tercera persona, pero al sentir como una lengua invadía su boca dejó de pensar.

 

Tres veces te engañe,
tres veces te engañe,
tres veces te engañe.

 

La primera por coraje,
la segunda por capricho,
y la tercera por placer~

 

 

Sin embargo, las cosas no podían ser así. Un jalón de hombros le hizo volver a la realidad y a la situación a la que se enfrentaba: ¡Gaara! Cuando logró mirar al pelirrojo, éste ya tenía a Sasuke acorralado en la pared con el puño en alto.

 

— Parece que Naruto descubrió tu pequeño secretito… — susurró Sasuke lo suficiente bajo para que su “amigo” no escuchara.

 

— ¡¿A qué diablos estás jugando, Uchiha?! — gritó frunciendo el seño.

 

Tenía a su rival contra la pared sujetando fuertemente el cuello, listo para comenzar a asfixiarlo lentamente. Además de tener el puño en alto a punto de tirarle un derechazo al imbécil con sonrisa prepotente. Sin embargo, una voz lo detuvo.

 

— Ya no me importa, Gaara. Será mejor que te vayas…

 

— No estarás hablando en serio, Naruto — contestó sin dejar de matar con la mirada a Sasuke. — ¿Me dejas por este imbécil, ah? ¿Tienes idea de lo que estás haciendo?... — la ira lo estaba dominando y las ganas de matar a Uchiha se habían hecho simplemente más grandes, sería cumplir su gran sueño cometer ese acto. Lentamente dejó a su rival en paz y dirigió la vista hasta el rubio.

 

Gaara lo miraba con el seño levemente fruncido, su rostro mostraba claramente la rabia que sentía ante lo que hacía. Sin embargo, al estarlo mirando fue imposible no mirar lo más obvio desde el principio. En su cuello había una muestra (por no decir muchas) clara de un engaño, ¿tenía el derecho de reclamarle cuando él mismo le había pagado con la misma moneda?

 

— Naruto escúchame muy bien — habló el pelirrojo mientras tomaba de los hombros al mencionado. Lo miró fijamente a los ojos como la vez pasada y sintió el miedo de perderlo para siempre. — Entiendo lo que hiciste, lo hiciste por coraje… ¡Maldita sea! ¡Lo entiendo! ¡Olvidemos esto, ¿quieres?! Te perdono, ¿entiendes eso?

 

Sasuke observó todo desde atrás, era el momento donde Naruto tomaba su decisión, porque aunque quisiera intervenir y quedarse con su amigo, la decisión siempre la tendría el rubio y era tiempo que dejara que Naruto tirara sus cartas. Sólo podía hacer eso, observar…

 

— ¿Entiendes lo que te digo? ¡¡Contesta!! — gritó mientras sacudía al rubio de los hombros ¡Maldita sea! —. Naruto no soy bueno expresando mis sentimientos y lo sabes, así como también sabes que te q-quiero… — susurró levemente haciendo que sólo fuera audible para el rubio.

 

— Cuando te vi con aquella chica no supe que pensar… y quise vengarme — admitió. En ningún momento dejó de ver a directo a aquellos ojos aquamarina, que inmediatamente lo abrazó con esa respuesta, sin embargo,  podía sentir la intensidad de la mirada de Sasuke sobre ellos y por eso continuó. — Pero después ya no fue así, no quiero que me perdones ´ttebayo… porque no me arrepiento de lo que hice con Sasuke.

 

 

Dices que me quieres y que me perdonas

Pero lo que tú hagas no me importa ya.

Hoy me siento vivo, me siento importante

Y de lo que pase, yo me encargare.

 

 

La cara de Gaara fue todo un dilema y algo para recordar. Todo se había derrumbado por una simple estupidez que no debió de cometer, pero había sido tan iluso, creyendo que Naruto jamás se enteraría. Sasuke sabía que lo engañaba pero jamás se atrevió admitirlo y sabía por qué. Tenía miedo que no le creyera y que el rubio lo acusara de inventar blasfemias contra su novio. Sin embargo, esa estrategia ya no le sirvió más, porque el mismo Naruto estaba admitiendo sus sentimientos por Sasuke.

 

— Será mejor que te vayas ´ttebayo…

 

— Naruto, yo…

 

— ¿No escuchaste bien, Sabaku No? ¿O quieres que te lo repita? — preguntó Sasuke con burla claramente expresada en sus palabras. Sin embargo, Gaara no lo aguanto más, se giró rápidamente y golpeó su mejilla izquierda con un duro derechazo. Naruto rápidamente corrió a sostener a Sasuke, no porque se cayera por el golpe, sino para que evitar que contraatacara al pelirrojo.

 

— ¡¡Vete, Gaara!! — gritó el rubio agarrando a Sasuke por la espalda, quien se movía de un lado para otro. Por lo menos quería hacer pagar a Gaara por todo el dolor que había causado en su amigo.

 

— ¡¡Esto no se quedará así, Uchiha!! — espetó el pelirrojo mientras caminaba hacia la puerta dispuesto a tener una venganza por meterse con lo que anteriormente fue suyo.

 

— ¡¡No, no lo hará!! ¡¡Kushina se enterará!! — contraatacó Sasuke con una sonrisa al más estilo Uchiha, para dejar de moverse en los brazos del rubio.

 

Gaara palideció ante la sola mención de esa mujer… «Sasuke no se atrevería ¿o sí?»

 

Naruto sólo lo miró partir por esa puerta, dejando sueños e ilusiones de lado, porque era momento de que cada quien tomara su camino de donde pertenecía. No importaba que doliera en ese momento, toda felicidad lleva un sacrificio y ese era el suyo. Había estado con él durante dos años y jamás pensó que las cosas terminarían de eso modo, al igual que jamás pudo reconocer los sentimientos que lo unían a Sasuke. Caminó hasta el marco de la puerta y observó la espalda de Gaara hasta que logró subir al auto. Los dos encontraron su mirada en el momento de partir y antes de que Gaara pudiera apartar la vista, Naruto sonrió y negó con la cabeza. Esa sería la última vez… no había retorno y así quería que fuera.

 

 

Y después de esas tres veces
y después de esas tres veces…
No quiero volverte a ver~

 

 

¿Sería feliz? Sí, lo sería, porque Sasuke iba a estar ahí para sostener su mano.

 

Entró a su hogar mirando como su amigo se sentaba en el sillón murmurando algunos impropios que ni el mismo entendía y sonrió, sonrió porque ahora sabía lo importante que era Sasuke para él y viceversa, ahora lograba comprender muchas cosas que antes miró tan ilógicas. Caminó hasta Sasuke y lentamente unió sus labios. Espero que el otro tomara el mando de la situación, sin embargo, no lo hizo. El beso era lento y profundo pero él de ojos negros se separó de él.

 

— Naruto, yo…

 

— ¡Teme, cállate y bésame!

 

— ¡Dobe, estoy tratando de decir que…! — no pudo continuar porque Naruto lo volvió a besar con aquellos labios dulces que le hacían perder la razón a su cerebro.

 

— Me gustas… — susurró levemente a su oído mientras ponía sus piernas al costado de las de Sasuke.

 

Y Sasuke, Sasuke simplemente perdió la razón…

 

.

.

.

 

Un mes después.

 

Kushina abrió la puerta mirando con mucha felicidad a su único hijo (algo despeinado) de la mano de Sasuke. Y sonrió para ella misma mientras los dejaba pasar. Esa noche sin estrellas invitó a toda la familia Uchiha a cenar en su preciada casa. Desde que se había enterado de la nueva relación de Naruto planeó esa velada, por no decir que desde hace mucho tiempo la esperaba.

 

— Pasen, ttebane. Fueron los últimos en llegar — dijo la pelirroja sonriendo con picardía.

 

Naruto simplemente se sonrojó desviando la vista mientras que Sasuke le sonreía levemente a la mujer. No es como si Kushina estuviera equivocada al sacar esas conclusiones.

 

En la sala, Itachi estaba en una de las esquinas susurrándole a Deidara, Fugaku y Minato compartían una curiosa conversación, mientras que Mikoto estaba en la cocina. Naruto soltó la mano de su novio y fue a saludar a su suegro que lo recibió con una casta sonrisa.

 

— Vamos a la cocina, Sasuke-kun — le murmuró Kushina al oído.

 

Inmediatamente la siguió. Al entrar a la cocina se sorprendió de mirar a su madre comiendo antes de la cena, ella le sonrió mientras salía de la cocina para saludar al pequeño rubio que tenía de yerno.

 

— Lo he hecho — afirmó sonriendo.

 

— ¿Qué fue exactamente lo qué le hizo, Kushina-san?

 

Estaba a punto de contarle la verdad cuando Naruto interrumpió.

 

— Fugaku-san quiere decirnos una sorpresa, Sasuke ¡Vamos! — se acercó para tomar su mano e ir con su suegro.

 

Antes que incluso pudieran decir algo, Fugaku enseñaba un pequeño papel blanco y negro, de lo que parecía ser un ultrasonido. Mikoto sonreía esperando la reacción de todos, sin embargo, todos guardaron silencio.

 

— Mikoto va a tener una niña.

 

A sus cuarenta y tantos años, los Uchiha estaban esperando a la última descendiente de la familia. Fugaku se había vuelto loco al momento en que supo que sus hijos eran homosexuales, no exactamente por algún tipo de fobia, sino que nadie le daría nietos y el apellido tan prestigioso se perdería para siempre. Algo que no estaba dispuesto a permitir.

 

— Teme, a tu papá todavía se le…

 

— ¡¡Felicidades, Mikoto!! — gritó una entusiasmada Kushina interrumpiendo el fuerte susurro de su propio hijo.

 

.

.

.

 

Estaba cansado, le había ido muy mal en el trabajo y lo único que quería hacer era llegar a casa, darse un baño y dormir cómodamente a sus anchas en aquella esponjosa cama que tanto le había costado. Posó la llave en la cerradura, esperando que la puerta cediera, pero no fue así. Un tanto molesto empujó la puerta notando que estaba abierta. Eso había sido totalmente extraño, podía ser que había ladrones en su departamento. Rápidamente entró y prendió las luces del lugar… sin embargo, deseó no haberlo hecho.

 

El lugar estaba hecho completamente un desastre: sus preciosos sillones estaban completamente desgarrados y con el relleno de fuera, mientras que los muebles estaban rotos, llenos de grafitis y tirados en el piso. Sus paredes estaban rayados con más grafitis ilegibles con espray de color rojo y fue cuando se dio cuenta que sólo una frase podía leerse con claridad: “EL HABANERO SANGRIENTO ESTUVO AQUÍ”. Estaba a punto de maldecir a esa mujer cuando los rociadores del techo se activaron ¡¿Qué mierda?! ¡¡Su casa había quedado arruinada!!

 

Esa misma noche Sasuke dormiría tranquilo al saber que Gaara tenía un poco de su merecido.

 

FIN. 

 

Notas finales:

Creo que es el capítulo más largo que he escrito ;D Tahoma ocho, once páginas. No les miento, me encanta escribir con la letra más pequeña posible y con mucho zoom.

Una aclaración del Fic seria que si se dieron cuenta Gaara nunca le pidió perdón a Naruto, sino que le dijo que él perdonaba a Naruto xDD. Arrogancia xDD

Este es el último capítulo y me costo como no tienen idea, les pido disculpas si decepcione a alguien por no poner lemon o que no les gustara las acciones que tomaron los personajes. Pero me gustó demasiado como quedó xD. 

Gracias a todos por sus atenciones y dejen comentarios ;D. Por cierto todos sus comentarios quedaron contestados. Gracias~

Los quiere, Pikacha.


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