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La Meta, Ponerle El Cascabel Al Zorro por Nessa Yaoi Uno

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La Meta, Ponerle El Cascabel al Zorro


 


                                 * Mi Querido Zorro *


 


Capitulo – I  A donde Fueres Haz lo que Vieres.


 


- “¿Qué estará haciendo en estos momentos?  ¿Buscándome en las estrellas así como yo a él,  tal vez? Es lo que me gustaría pensar,  que no soy el único que…


- ¿Hasta cuando vas a continuar así,  Gaara? – pregunto el Sabaku mayor a su hermano.


- ¿Así como? – sentado en el tejado y contemplando el cielo mientras trataba de dibujar en las estrellas el rostro de la persona que llenaba sus sueños más locos.


- Pues… distraído,  melancólico, ausente, como si no estuvieras en este mundo – sentándose al lado de su hermano menor.


- ¿Crees que he descuidado mis obligaciones como ninja de esta aldea?


- No tengo quejas de eso,  es solo que me preocupa que estés tan abstraído y melancólico… ¿Es por él…  verdad? – tocando un tema por demás delicado para el pelirrojo.


- ¿Puedes creer que desde que lo conocí no he podido sacarlo de mi mente? Es extraño,  en un principio todo lo que quería hacer era vencer al Uchiha, pero luego de ser derrotado por él…  algo cambio – mirando a lo lejos las dunas de arena que el viento cambiaba a su capricho en su peligroso,  pero amado,  desierto…  su hogar – Desde entonces he trabajado muy duro para llegar a ser como él,  que las personas me acepten por lo que soy y no por lo que represento…  un arma poderosa con sed de sangre,  una entidad aterradora a la que todos temen ,  sin embargo,  se enfrento conmigo  sin miedo,  con tal de salvar a sus amigos… de los cuales quiero formar parte e ir más allá -  volviendo su vista al cielo nocturno.


- ¿No estarás  malinterpretando las cosas? Digo,  él quiere ser tu amigo… y tú pues… - sin saber que más decir.


- ¿Crees que confundo amor con amistad? Es posible,  pero para mí en este momento,  ambas cosas son lo mismo,  lo único que deseo es tenerlo a mi lado – serrando sus ojos al suspirar.


- ¿Crees que eso sea posible? – deseando con todo el corazón que así fuera, ya que daría todo por la felicidad de su hermano menor.


- Lo hare posible aunque el mundo se me venga encima… esa es mi meta.


- En vista de que desde ese incidente has trabajado hasta el cansancio,  diría… que necesitas unas vacaciones,  distraerte un poco,  salir por ahí… ¿Una visita a Konoha,  tal vez?


- Sabes que eso no es nada fácil,  el consejo de ancianos no…


- Yo me ocupe de eso,  puedes partir cuando quieras y… - quedándose con la palabra en la boca ya que Gaara había desaparecido de allí – Que desesperado… - con una gran sonrisa en el rostro.


Al siguiente día en la mañana…


- ¡Yajuuu!!  ¡No lo pierdas,  Akamaru! ¡Te atrapare,  Naruto! – gritaba Kiba saltando por los arboles detrás de un bulto naranja que trataba de alejarse del par que lo perseguía


- ¡Je-je! ¡Tendrás que comer mucho ramen para eso,  baka! ¡De lo único que sabes es de galletas para perros! ¡No podrás atraparme con…  Waaaa!! – fallando el siguiente árbol al que debía sostenerse por andar distrayéndose en alardear.


- ¡Naruto! Ese torpe… - grito Kiba viendo el cuerpo del rubio caer como piedra contra el suelo… lo que normalmente  sucede si te caes de un árbol.


- ¡Esto va dolerrrr!! – Viendo el suelo cada vez más cerca - ¿Eh? ¿Arena? – Siendo atrapado en el aire por un colchón suave evitando la dolorosa caída - ¿podría ser…?


-  Sabaku No Gaara… ¿Qué hace aquí? – se preguntaba el Inuzuka observando desde una rama y poniéndose en guardia por lo que podría suceder.


- G-Gaara… ¿Por qué estas…? – mirando al pelirrojo al tocar el suelo.


- Uzumaki Naruto, ¿Ahora intentas imitar a las aves? – con sus brazos cruzados frente al rubio.


- Tan solo jugábamos y… ¿Qué haces aquí? ¿Sucedió algo en Suna?


- ¿Jugando? “¿jugando con quien? – alzando su vista.


- ¿Cuánto tiempo piensas quedarte ahí,  Kiba? – con las manos en su cintura.


- Solo que…  me pareció extraño que caminara solo por aquí,  y que la Hokage no nos hayan informado nada acerca de su visita, ¿Acaso me equivoco? – mirando fijamente al pelirrojo.


- No tengo que explicarles nada  - la mirada de Kiba se endureció - Tsunade-sama me dio su permiso para estar aquí,  es lo único que necesitan saber – emprendiendo su caminata de nuevo.


- ¿Qué le pasa a ese…? – murmuro Kiba apretando sus dientes.


- Tan hablador como siempre, ¡Espera,  Gaara!! – grito el kitsune corriendo detrás del ojiverde.


- ¡Guau,  Guau! – ladraba el cuatro patas.


- Lo se Akamaru,  no importa lo que haya cambiado,  sigue siendo peligroso – siguiendo al ojiazul.


- ¿Cómo están tus hermanos? ¿Por qué no vinieron contigo? – pregunto Naruto con sus brazos tras su cabeza.


Gaara miraba de reojo al rubio mientras las mariposas se adueñaban de su estomago.


- ¿Ummh? – Esperando alguna palabra por parte del ninja de la arena – Como sea… me alegra que hayas venido,  lo digo en serio – mostrando una gran sonrisa.


- ¿De que se trataba el juego? – volteando su mirada hacia el Inuzuka que caminaba unos metros detrás de ellos.


- Mmm… nada en especial,  Kiba trataba de atraparme, podría decirse que solo matábamos el tiempo,  es  muy divertido estar con él,  creo que de todos,  es el más que se parece a mi – caminando junto al pelirrojo.


- ¿Por qué?


- Pues…  digamos que es tan alocado como yo,  pienso que por eso nos llevamos tan bien.


- ¿Pasan mucho tiempo juntos? – apretando con sus manos sus propios brazos.


- cuando no estamos en alguna misión,  nos divertimos haciendo cosas juntos,  como pescar o… simplemente jugar como ahora, en ocasiones también me ayuda con mi entrenamiento y yo a él – explicaba el rubio.


- Entiendo “Este fuego que siento ahora… ¿Son celos? Definitivamente si,  ese sujeto… hice bien en venir” – detestando la cercanía entre el rubio y Kiba.


- “No me agrada para nada ese tipo,  lo mantendré vigilado, que este tan relajado al lado de la persona que le dio una buena paliza…  de ninguna forma dejare que le haga daño a Naruto” – pensaba Kiba con sus ojos fijos en la espalda de Gaara.


      Al cabo de un rato cruzaban las puertas de la aldea ante la perpleja mirada de los cuidadores de las mismas.


- ¡Oe,  Naruto! – dijo uno de ellos.


- Todo bien,  Tsunade No Bacha le dio  permiso,  lo acompañaremos a su despacho, ¿Cierto,  Kiba?


- Por supuesto “Ya que no pienso perderlo de vista”


- Correcto,  ustedes se encargaran entonces – dijo uno de los guardias dando el visto bueno para que pasaran.


      Los tres ninjas caminaban hacia la torre de la Hokage,  atrayendo las miradas de suspicacia de los aldeanos a su paso por las calles de Konoha,  lo que no agrado mucho que se diga al rubio.


- No les hagas caso,  no te conocen tan bien como yo – sonriéndole al ninja de la arena.


- ¿En realidad crees conocerme?


- Solo se que tenemos muchas cosas en común,  además… quiero creer que cambiaste desde la ultima vez que nos vimos,  creo que es bueno que tú… quiero decir que… es lo que me gustaría pensar  – susurrando las ultimas palabras.


      Al escucharlo,  el pelirrojo sintió deseos de tocarlo,  y así poder experimentar el sentimiento que anidaba dentro de su ser desde hacia tiempo,  y con el que soñaba despierto durante todas las noches hasta que entendió lo que la amistad representaba, la cual sin darse cuenta se había convirtió en amor,  y el propósito de estar en la aldea era reafirmar,  conquistar,  y adueñarse del rubio de ojos azules,  su meta final a conseguir.


- ¡Tsunade No Bacha!  ¡¿Por qué no me dijiste que Gaara vendría a la aldea?! – grito entrando en el despacho de la Godayme.


- ¡Ahhh,  Naruto! ¡Te he dicho un millón de veces que toques antes de entrar! – Aporreando la cabeza del kitsune – Demonios… ¿Cuándo aprenderás?  


- ¡Haaay! ¿Qué ya es de noche? – viendo estrellas a su alrededor - ¡No tenias que golpearme,  vieja malhumorada!! – sobando su cabeza.


- ¡¿Quieres hacer una visita al hospital?! – golpeando con ambas manos el escritorio y partiéndolo en dos.


- “Cada vez que Naruto-kun viene por aquí hay que reponer el escritorio… a este paso quedaremos en la ruina” – pensaba Shizune al ver los dos trozos de madera en el piso.


- Me alegra que hayas decidido pasar tus vacaciones en Konoha – dirigiendo su mirada al pelirrojo.


- ¿Vacaciones? Vaya – mirando de uno a otro - ¿Por qué a nosotros nunca nos dan nada de eso? – mirando de medio lado a la rubia.


- ¡A callar! ¡Sabes perfectamente que no podemos darnos ese lujo desde…! Es suficiente – sentándose en su sillón.


- Seguro,  como tu te la pasas todo el día tomando sake y  sin hacer nada… ¿Para que demonios necesitas vacaciones? – mirándola con desdén.


- ¡Na-ru-to!! – soltando chispas por los ojos.


- ¡Ya me calle! Que miedo… - escondiéndose detrás del pelirrojo.


- ¡Eso es lo que pasa cuando hablas demás,  baka! – le recrimino Kiba al igual que Akamaru con sus ladridos.


- Tus comentarios te acaban de hacer acreedor al palillo rojo… - decía la Godayme con una sonrisa espeluznante.


- ¿Palillo que? ¿Qué cosa es eso? “Aunque por el modo en que me mira no debe ser nada bueno… para mi,  al menos” – agarrándose por la espalda a la ropa del pelirrojo.


- Lo sabrás mañana y…  será mejor que te prepares,  Naruto – poniendo cara de demente sin posibilidades de cura – De momento,  serás el encargado de acompañar a Gaara mientras permanezca en la aldea, ¿Quedo claro?


- ¿Qué? ¿Cómo que hacerme cargo de…? – tomado por sorpresa.


- lo que quise decir,  es que se quedara contigo mientras este aquí… ¿algún problema? – con esa mirada seria difícil contradecirla.


- bueno yo… este,  supongo que ninguno jejeje… – riendo con nerviosismo.


- ¿Soy una molestia para ti? – se dejo escuchar el pelirrojo.


- ¿Molestarme? Claro que no… mi casa es tu casa “Supongo que esta bien, eso me dará chance para conocerlo mejor,  solo espero que no se salga de sus casillas como aquella vez… no quiero tener que pelear con él de nuevo”


- Pueden retirarse,  Naruto… duerme bien,  lo vas a necesitar – riéndose a carcajadas después de que los chicos abandonaran el despacho.


- Tsunade-sama,  ¿No me diga que él será…? – pregunto Shizune.


- Se lo tiene bien merecido,  voy a divertirme como nunca jajaja – comenzando  por anticipado.


- Tsunade No Bacha… ¿Qué se traerá entre manos? De seguro nada bueno para mi – susurraba al salir de nuevo a la calle en compañía de Gaara y Kiba.


- Pobre de ti,  la Godayme te tiene puesto el ojo,  aunque siempre eres tú el que se lo busca cada vez que la haces enfadar – comento Kiba con una sonrisa.


 - Muy gracioso,  solo me pregunto que es lo que tiene planeado para mí esta vez, ¿Viste su cara? Hasta el mismísimo diablo escaparía de ella… maldición,  tanto enfado ya me dio hambre,  vamos al Ichiraku – miro por un momento al pelirrojo – Esto… Gaara, ¿T-Te gusta el ramen? – esperando que así fuera.


- No es problema,  comeré lo mismo que tú –  no queriendo preocupar al rubio.


- Genial,  el ramen del Ichiraku es el mejor del mundo,  ya veras que te gustara – sonriendo con entusiasmo.


      Luego del almuerzo el Inuzuka se despidió de ellos hasta el siguiente día,  Naruto y Gaara paseaban por las calles de la aldea disfrutando de su mutua compañía como dos amigos que hacia tiempo no se veían.


- Ven,  te mostrare uno de mis lugares favoritos – agarrando la mano del pelirrojo y arrastrándolo tras él hasta la colina de los Hokage - ¿No es hermoso? Desde aquí se puede ver toda Konoha,  vengo aquí a menudo cuando quiero pensar, estoy deprimido o algo me molesta…  aparte de que es el mejor lugar para tomar una siesta.


- ¿Estas molesto ahora?


- Claro que no,  es solo que quería compartir esto contigo… es algo que solo hago con los amigos,  y tú eres uno de ellos… al menos eso es lo que deseo, ¿Qué tal tú? ¿Me ves como a un amigo? – sentándose bajo su árbol favorito.


- “Más que eso… mucho más”  Así es – sentándose haciendo a un lado su calabaza y apoyándose en el tronco del árbol.


- Me alegra escuchar eso,  Mmm… es delicioso,  la brisa trae consigo el aroma del bosque, ¿lo percibes?  Es como flotar en un dulce sueño – acostado en la hierba con los ojos serrados - ¿Qué opinas? ¿Dormimos un rato? – mirando hacia el pelirrojo.


- Yo nunca duermo,  si lo hago… temo que pueda perderme para nunca regresar – mirando a los ojos azules.


- ¿hablas de…? – recordando momentos de su pelea con el pelirrojo.


- Solo espera que baje la guardia para salir a flote y… apoderarse de mi conciencia sin que pueda evitarlo.


- Lo siento,  no quise… - sintiéndose mal por el ojiverde.


- No tienes que disculparte,  no había forma de que lo supieras.


- Recuerdo que cuando peleamos tuve que hacer hasta casi lo imposible para poder despertarte y traerte de vuelta,  pero eso solo es pasado,  ya no eres el mismo.


- No es garantía de que no vuelva a suceder,  por otro lado… ¿Cómo estas tan seguro de que no sigo siendo el mismo?


- Puedo saberlo por tus ojos,  tu mirada ha cambiado… ahora se ve limpia y transparente como el cristal, me atrevería a decir que hasta mucho más hermosa que antes,  jejeje… creo – riendo nerviosamente ante el cumplido que acababa de hacerle al pelirrojo.


- Supe que no pudiste convencer al Uchiha para que volviera a la aldea, ¿Insistirás? – creyendo que ese era su mayor obstáculo a vencer,  uno llamado Uchiha Sasuke.


- Si… bueno, le prometí a Sakura-chan que lo haría – dijo con algo de amargura.


- ¿Lo haces también por ti?


- No permitiré que Orochimaru lo use para sus propósitos,  eso solo lo haría aun más peligroso,  se que quiere destruir Konoha a como de lugar,  además aunque él no me aprecie… aun lo considero un amigo -  mirando las nubes moverse en el cielo.


- Es lo que te hace especial – mirando intensamente al rubio.


- ¿Especial? ¿Y eso porque?


- No importa cuantas veces te golpeen,  siempre sigues levantándote con tal de salvar a las personas de si mismos…  lo hiciste conmigo – dirigiéndole una mirada cariñosa al kitsune.


- Creo firmemente que hay bondad dentro de cada persona, solo hay que sacarla a la superficie,  y hacer que esa persona se de cuenta de que no hay nada más satisfactorio que vivir en paz consigo mismo y con los demás, aunque para serte sincero,  te diré que también adoro una buena pelea – alzando su brazo con el puño serrado.


- Lo suponía,  puedes dormir si te apetece, no tienes que preocuparte por mí, estaré bien -


- ¿En serio no te importa? – volteando su cuerpo del lado donde el pelirrojo se sentaba.


- No quiero interferir en lo que acostumbras hacer – con una afirmación de cabeza.


- Solo un rato, ¿esta bien? – dijo el rubio serrando sus ojos.


- “Todo lo que quieras,  me da la oportunidad de mirarte a gusto sin que notes mi ansiedad por acariciarte,  temo ponerme en evidencia ante ti… que te des cuenta de mi sonrojo cuando te tengo cerca,  no se como podre disimular el hecho de amarte,  ahora que estaremos en tu casa…  a solas” – removiendo con la punta de su dedo un mechón de cabello de la mejilla del ojiazul.


      Entre la conversación y el rato de sueño del kitsune,  el atardecer se presento ante ellos con sus majestuosos colores.


- Mmm,  que bien dormí… ¿Qué hora será? – estirando sus brazos.


- Ya se esta poniendo el sol.


- ¿Qué,  tan tarde? – Levantándose de un brinco – Lo siento,  no quería que estuvieras tanto tiempo solo – sintiéndose culpable.


- No lo estaba,  además… solo dormiste por un rato – colocándose su calabaza a la espalda.


- Aun así…  ¿Qué quieres hacer ahora? – como buen anfitrión.


- Ya te dije que actuaras como si yo no estuviera aquí,  Naruto.


- En todo caso,  iremos a cenar al Ichiraku,  no tengo nada en casa… no esperaba visitas – poniéndose en marcha hacia el puesto de ramen.


      Caminaron con toda tranquilidad por las concurridas calles de la aldea,   el pelirrojo observaba el ir y venir de los aldeanos junto con el sonido de la algarabía de muchas conversaciones y risas en el aire,  en su aldea las personas se recogían temprano debido al frío que imperaba por las noches en el inhóspito desierto.


- Por eso te digo que…  ¿Eh?  ¿Que ese no es…?


- ¿Qué pasa,  Shikamaru? – pregunto Chouji,  el gordito del grupo,  mirando en la misma dirección que el moreno.


- ¡Naruto! – grito el Nara llamando la atención del rubio.


- ¡Eh,  Shikamaru! – acercándose a ellos junto con Gaara.


- Es bueno volver a verte…  ¿De visita? – pregunto el Nara al pelirrojo.


- Algo así.


- ¿Puedes creer que a los ninjas de Suna les dan vacaciones? Le pedí lo mismo a la vieja amargada y no sabes como se puso,  parecía una gallina con jaqueca – poniendo sus clásicos morritos.


- Solo a ti se te ocurre pedir semejante cosa luego de ver como estamos – el pelirrojo miro a otra parte,  recordar que había  colabora con el plan de destruir Konoha lo hizo sentir  bastante mal.


- ¡Ahhh,  tengo mucha hambre! Vamos Gaara,  antes de que el estomago se me pegue a la espalda,  ¡Nos vemos! – dijo el ojiazul,  dándose cuenta de la incomodidad del pelirrojo,  lo sujeto de la mano y salieron corriendo.


- Creo que mi comentario estuvo fuera de lugar… rayos – dijo el Nara con la mano en la cabeza.


- ¡Aguarda,  Naruto! – haciendo que el rubio parara en su carrera.


- Disculpa a Shikamaru,  él no quiso decir… - apenado por el pelirrojo.


- ¿Qué tuve parte de culpa en eso? Es la verdad,  y tengo que aceptarla.


- ¡Claro que no! todos fueron engañados por Orochimaru,  ahora es nuestro enemigo común, olvida lo que paso,  lo único que importa es que nuestra amistad con Suna se ha vuelto más fuerte que antes… ¿Cenamos? – sonriéndole al ojiverde.


- Claro – pensando que discutir con el rubio era totalmente inútil,  siempre llevaría las de perder.


      Garra sentía gran satisfacción en que el rubio de los ojos azules sacara cosas buenas de todo lo malo que había sucedido,  era cierto que la relación entre el país de la arena y el  del fuego había mejorado considerablemente,  en vista de lo ocurrido al querer aplastar Konoha.  Luego de su comida en el Ichiraku marcharon a casa del rubio.


- Eh… ¿Puedes esperan aquí un momento? – Dijo con una sonrisa forzada abriendo la puerta,   Gaara hizo una inclinación de cabeza – Esto es un desastre – viendo el desorden a su alrededor - ¡Kage Bushin No Jutshu! – cinco replicas corrían  como dementes por todas partes recogiendo y ordenando el lugar – Así esta mejor – volviendo a la puerta – ya puedes pasar.


- ¿Qué fue todo eso?


- jejeje… nada,  acostumbro revisar que no haya sorpresas inesperadas jejeje…  “Parezco idiota,  seguramente pensara que no estoy bien de la cabeza”  ¿Vas a pasar o tendré que arrastrarte?


- Eres extraño – pasando al interior.


- “Lo sabia,  ya me cree con un pie en el manicomio”  Querrás asearte antes de dormir,  te mostrare donde esta el baño – quitándose su chaqueta naranja.


- ¿Crees que podría perderme aquí? – echando una ojeada a su alrededor.


- ¿Que insinúas? – parándosele enfrente.


- Cualquier cosa podría encontrarse fácilmente aquí,  este lugar es más pequeño que la guarida de un topo.


- ¡¿Qué dijiste?! ¡Qué vas a saber tú de topos si lo que pareces es un mapache!! Esto es lo que me gano por abrir mi bocota – refiriéndose a la discusión con la Hokage.


- Es fácil hacerte enfadar… deberías tomar las cosas con más calma,  es algo esencial para un buen ninja – dijo de lo más tranquilo.


- ¡Grrrr… tú! – Echando chispas por los ojos - ¡No te hagas el fuerte! ¡Fue mi enfado lo que te venció!  ¡¿Recuerdas?! – rojo y con los ojos desorbitados.


- Es algo que arreglare con el tiempo… que no te quepa duda.


- ¡Solo inténtalo y veras como te va,  mapache!!


- Con una actitud como esa,  será bastante fácil… créeme.


- Será mejor que vaya a bañarme antes que termine por… - quitándose  su camiseta negra y quedando desnudo de medio para arriba.


- Que sea con agua fría,  te quitara el mal humor “Es lo mismo que tendré que hacer yo después de verte así… eres realmente hermoso,  siempre imagine como seria su cuerpo desnudo,  pero esto… sobrepasa sin duda todo lo imaginable”


      Quince minutos después el rubio salía del baño con una toalla atada a la cintura y otra en su cabeza.


- Tu turno,  digo… si es que a los mapaches les gusta bañarse,  aunque puede que me equivoque,  ya que tú eres un mapache de arena  –sonriendo de medio lado,  su enfado aun no desaparecía del todo.


- ¿Quieres comprobarlo? “¿Por qué dije eso? Creerá que es mala intención de mi parte,  aunque para ser sincero es lo que desearía” – sin apartar la mirada del cuerpo del rubio.


- No es necesario,  tan solo de imaginarlo me dan escalofríos “Aunque la verdad es… siento curiosidad por saber… ¿Cómo hará para bañarse… siendo que siempre su cuerpo esta cubierto por arena? Procura no tapar el desagüe de la ducha, ¿Quieres?


- no se porque la preocupación,  pero… tratare – metiéndose al baño con todo y su calabaza.


- “¿Para qué la necesita si solo va a bañarse? Que extraño… “- pegando su oreja a la puerta con la esperanza de escuchar algo que le indicara lo que pudiera estar sucediendo adentro.


- ¿Cuánto tiempo estarás escuchando tras la puerta?


- ¡Ahhh! “Cielos… ¿Cómo demonios lo supo?”  Etto… no deje ninguna toalla para ti y… - buena excusa.


- No la necesito,  la arena es suficiente.


- Tampoco vi que trajeras ropa extra,  te prestare algo de la mía – lamentando que la puerta no tuviera una cerradura con ojo.


- La aceptare “Seria como tener tu piel pegada a mi cuerpo”


El rubio rápidamente busco uno de sus pijamas y regreso al baño.


- Aquí tienes el... – la puerta se entreabrió dejando ver la mano del pelirrojo – Espero te sirva.


- Lo dudo,  ya que eres un enano – serrando la puerta.


- ¡Pero si eres del mismo tamaño que yo,  mapache engreído!! – de vuelta a su enfado anterior.


- ¿Eso crees? Además de enano eres ciego – no es que quisiera molestarlo,   pero le gustaba mucho el brillo en los ojos del kitsune cuando se enfadaba.


- ¡Me gustabas más cuando…! – deteniéndose al escuchar lo que había dicho.


La puerta se abrió lentamente…


- ¿Gustar? – pregunto con la palabra retumbándole en sus oídos.


- ¡Jajajaja… p-pareces un payaso de circo,  solo te falta el maquillaje y los zapatos grandes jajaja… que divertido jajaja! – sujetándose el estomago por la risa.


      Al decir verdad,  el pijama del rubio le quedaba unos centímetros pequeño,   dándole una imagen de lo más graciosa al ninja de la arena.


- ¡Hey! ¿Qué haces? – Siendo envuelto por la arena - ¡Suéltame,  maldición! – revolviéndose dentro de su prisión,  en la cual era apretado suavemente pero sin darle posibilidades de zafarse de ella.


- Me dijiste payaso…


- ¡¿Qué no aguantas una broma?! ¡Eres un mapache malhumorado y terco!! – gritaba el ojiazul.


- Que tú digas eso no tiene sentido, siendo tú el rey de la terquedad – volviendo la arena a su tinaja.


- Demonios… y yo que acababa de bañarme – sacudiéndose.


- No tienes que preocuparte por eso,  no he dejado ni un solo grano de arena en tu cuerpo,  zorro.


- ¿Zorro?


- Fue en eso que convertiste al zapo para ganarme, ¿No es así? Te queda muy bien – dijo cruzando sus brazos.


- Como sea,  me voy a dormir – abriendo la puerta de la habitación – Te la cedería – señalando el lecho -  Pero… ya que tú no duermes pues… - tomando un pijama de la gaveta del mueble junto a la cama,  el pelirrojo observo con apatía la fotografía sobre dicho mueble.


- “Uchiha Sasuke… desearía que no volviera a entrometerte jamás en la vida de Naruto y la mía”


- Que no duermas soluciona el problema – regresando del baño a donde había ido a ponerse su pijama.


- ¿Cuál problema?


- Como puedes ver solo tengo una cama,  y ya que nadie me visita… tampoco tengo nada más donde puedas descansar – tumbándose sobre el lecho.


- Eso no es del todo cierto…  si que tienes un lugar – acercándose a la cama.


- ¿Eh? – no entendiendo lo que el pelirrojo trataba de decir.


- Solo tienes que hacerte a un lado – sentándose en la cama.


- ¿Q-Que cosa? ¿No querrás decir que…? – entendiendo al fin.


- Es obvio.


- ¡Pero no hay suficiente espacio para…! – pensando en la inesperada situación.


- Solo pégate a mí y asunto resuelto.


- Que me pegue a…  “Tenia la impresión de que diría algo descabellado como eso”  escucha,  yo me muevo mucho al dormir,  así que… - tratando de salir de ese embrollo.


- Cuidare de que no caigas al piso.


- ¿No desistirás,  verdad? – viendo su batalla perdida se arrimo al borde.


- Tú me lo enseñaste – acostándose del otro lado.


- Buenas noches “Maldición,  estoy seguro que iré a parar al suelo,  sino duerme… ¿Para que rayos se acuesta entonces? Me da miedo pensar que estando dormido pueda abrazarme a él… como hago con la almohada la mayor parte del tiempo,  para evitar eso… lo único que puedo hacer es no dormir” – y lo dice un sujeto que se queda dormido hasta en las situaciones más adversas.


      Y como estaba previsto,  el ojiazul no tardo mucho tiempo en quedarse dormido sin remedio,  se cayó de la cama en varias ocasiones aunque nunca llego a tocar el suelo,  la arena de Gaara siempre estaba presta a recibirlo,  lo que impedía que en ninguna de esas ocasiones llegara a despertarse,  pasada la media noche sucedió lo que el ojiazul temía que pasara,  su brazo rodeaba el pecho de Gaara mientras su cabeza descansaba en su hombro,  al tiempo que seguía durmiendo plácidamente,  el pelirrojo quito el escudo de arena que cubría su cuerpo para poder sentir el calor y suavidad de la piel del kitsune con la suya propia,  con su mano le alzo la barbilla atreviéndose a dar un suave beso en los labios del ojiazul,  convencido de que si caerse de la cama no lo había despertado… un simple beso tampoco lo haría.


- “Nada en la vida podría ser mejor que esto, quisiera que el tiempo se detuviera para poder saborear este momento por siempre,  Naruto – acariciando el cabello del que yacía a su lado – Un beso,  una caricia… es todo lo que puede obtener de ti por el momento,  pero me esforzare al máximo para que seas mío definitivamente,  aunque me tome toda la vida…  esa es mi meta”   -  abrazando al kitsune como muestra de que  la cumpliría sin demora y a toda costa.


- Mmm,  ya es de día… - estirando su cuerpo - … ¿Eh,  donde se metió? – viendo vacio el lugar a su lado.


      Bostezando y revolviendo sus cabellos se dirigió al baño a lavar su cara y dientes luego de descargar su vejiga.


- El desayuno esta listo…  hoy lo vas a necesitar  más que nunca– dijo el pelirrojo en la puerta del baño.


- Primero que nada,  se dice buenos días y… ¿Desayuno? ¿Sabes cocinar? – pregunto curioso.


- No es necesario para comer algo que viene en un envase,  ¿O si? – dirigiéndose a la cocina.


- Ramen instantáneo, ¿Tú lo compraste? – sentándose a la mesa.


- Tu agudeza mental me impresiona, ¿Vez a alguien más por aquí? – añadiendo el agua caliente a las dos raciones de ramen sobre la mesa.


- Pesado – murmuro - ¿Qué quisiste decir con que lo iba a necesitar? El desayuno quiero decir… - engullendo su ramen con deleite.


- será mejor que lo veas por ti mismo, de seguro te sorprenderá.


- ¿Ummh? – mirando con cara de  interrogación a Gaara.


      Luego del desayuno salieron a la calle sin que el ojiazul supiera lo que le esperaba,  a medida que caminaban los aldeanos miraban al kitsune con una extraña sonrisa en sus rostros.


- ¿Qué bicho les pico? – a donde quiera que veía era lo mismo. 


      El ninja de la arena lo miraba de reojo pensando que cara pondría cuando se topara con la sorpresa mayor del día,  deliberadamente lo atraía hacia la calle que daba a la torre de la Hokage donde un pequeño tumulto se reunía.


- ¿Ummh,  que es lo que pasa? – Acercándose al grupo que parecía mirar algo muy interesante,  en una de las paredes, alzo su vista - ¡¿Qué,  Queeeeeee?!! – corriendo a lo que daban sus piernas hacia la torre de la Hokage dejando tras de si una nube de polvo.


      De una patada abrió la puerta del despacho de la rubia,  con la respiración agitada y mostrando sus dientes,  dirigió una mirada demencial a la persona sentada tras el escritorio mientras se acercaba a ella poco a poco,  la Godayme ni siquiera  movió un musculo,  como si estuviera esperándolo.


- Por lo que veo,  ya te enteraste de la novedad del día – mirándolo fijamente mientras en su interior gozaba del momento.


- ¡¿Qué rayos significa ese cartel?!  ¡¿Por qué siempre buscas la manera de fastidiarme?! – dando un puñetazo sobre la mesa.


- Tal vez así me tengas más respeto…  ¡Y deja de gritar o te arrancare la lengua,  mocoso!! – con las venas de sus ojos alteradas.


- ¡Yeah! ¡Esta vez si que te atrapare,  Naruto! – grito Kiba entrando al despacho con todos los demás chicos que habían leído el cartel,  incluido Gaara.


- Cazar a un conejo rubio… suena muy interesante – dijo el Hyuuga.


- Yo más bien diría que será divertido, ¿No es así,  Naruto-kun? – opino Lee.


- Que problemático,  me alegra no tener que participar en esto – dijo aliviado el Nara.


- Tienes suerte de ser chunnin,  esta clase de juegos dan mucha hambre – dijo el Chouji a Shikamaru.


- ¡Olvídenlo,  no pienso participar en esto! ¡¿Me vieron cara de presa del día?! – echando humo por sus orejas,  al recordar el gran cartel que anunciaba…


                                            * Gran Día Del Gennin *


             A Celebrarse En La Aldea De Konoha El Día De Hoy.


             Primera Actividad: Colocarle Un Cascabel A Uzumaki Naruto.


             Todo Aquel Que Quiera Participar,  Favor Inscribirse En El Despacho


             De La Hokage,  La Casería Dara Principio A Las 10: AM


             Segunda Actividad: Barbacoa En La Orilla Del Río.


            Horario: A Depender Del Término De La Casería.


            Nota: Aquella Persona Que Consiga Ponerle El Cascabel Al Uzumaki


            Obtendrá Como Premio,  Un Equipo Completo De Armas Ninja.


                                     * Disfruten De Su Día Espacial *


- ¿Qué dirás entonces cuando sepas que debes usar esto para el juego? – pregunto la rubia con una sonrisa que al verla preferirías estar en el infierno que frente a ella - ¿No es lindo? – mostrándole al Kitsune un disfraz de conejo blanco con grandes orejas de color rosa.


- ¡¡Ahora si que te pasaste de la raya!! ¡Estas como loca si piensas que iré por ahí vistiendo esa cosa!! ¿Entiendes? – Tratando de llegar hasta la ventana - ¡búscate a otro idiota que…!


- Ingenuo – murmuro la Hokage serrando sus ojos.


- Uzumaki Naruto,  la reunión aun no termina – dijo uno de los dos anbu que le serraban el paso en su intento de fuga.


- ¡Ahhhh,  Tsunade No Bacha!! – grito con impotencia el rubio.


- Te veras adorable con ese disfraz,  Naruto-kun – opino Lee con una sonrisa.


- Estoy totalmente de acuerdo con eso – secundo el Hyuuga.


- “Demasiados competidores ansiosos por… no permitiré que ninguno de ellos te ponga la mano encima” – pensaba el pelirrojo observando las reacciones de los demás.


- ¡Grandioso! Cazar conejos es nuestra especialidad,  ¿Cierto,  Akamaru? ¿Dónde hay que firmar? – pregunto con entusiasmo el Inuzuka.


- Por aquí,  por favor formen una línea – dijo Shizune colocando las papeletas sobre el escritorio.


- ¿Y tú,  a donde rayos vas? – Viendo al pelirrojo formarse en la fila - ¿No me digas que…?


- También participare,  esta vez seré yo quien te atrape – señalando con el dedo al ojiazul.


- vuelvo y repito, menos mal que nada de esto tiene que ver conmigo – murmuraba el Nara.


- También  participaras…  en parte – advirtió la rubia.


- por Kami… - contesto Shikamaru poniendo cara de fastidio.


- ¿Terminaron? Las reglas son sencillas, atrapar a Naruto,  pueden obstaculizarse unos a otros, pero  no quiero nada de peleas,  recuerden que esto es un juego… no quiero ningún herido, ¿Esta claro? – Dijo la rubia dirigiéndose a todos los presentes – Naruto… ¿Qué haces aquí todavía? Son las 9:30… deberías empezar a correr.


- ¡Ya te dije que no quiero participar en…!! – gritando como demente.


- Podemos hacer esto de la forma fácil o… – colocándose ambos anbu uno a cada lado del ojiazul.


- la Hokage te dio una orden,  Uzumaki Naruto – dijo la gruesa vos de uno de ellos,  el kitsune miro a cada lado apretando sus dientes – “Maldición, no tengo ninguna salida”


El ojiazul se dirigió a la puerta no sin antes echar una mirada de desafío a todos los presente. 


- ¿No olvidas algo,  Naruto? – dijo la Godayme lanzándole el disfraz.


- Como si fueras a dejar que lo olvidara ¡Escuchen bien,  hagan lo que hagan,  no van a poder atraparme,  cuerda de aprovechados!! -  mirando especialmente al pelirrojo,  luego de eso salió dando un portazo.


- Shizune…


- si,  Tsunade-sama… enseguida – entregándole a cada participante un cascabel,  el cual deberían colocarle al ojiazul como prueba de caza.


     Luego de eso los chicos dejaron el despacho a la espera de que comenzara la casería del zorro,  la cual seria anunciada por un fuego artificial desde la torre de la Hokage.


- “Esos baka… ya verán,  les quitare la sonrisa de doble paga de sus caras, ¿Piensan que podrán atraparme tan fácil? No digo que no sean buenos,  pero de todos ellos… el más que me preocupa es Gaara,  había un no se que en sus ojos… además de que es bastante extraño que haya querido participar en un juego así,  a menos que… - pensaba mientras  iba de un sitio a otro de la aldea provocando las risas de todos los que le miraban - ¡Maldita sea,  estúpido disfraz, me las vas a pagar, Tsunade No Bacha!! - ocultándose donde pudiera  hasta que en el cielo estallo el fuego artificial que daba inicio a la casería -  ¡Rayos,  ya comenzó!”


        Los demás chicos empezaron la búsqueda del rubio por toda la aldea,  sin embargo,  éste corrió hacia el bosque pensando que obtendría un poco más de ventaja ocultándose en la espesura del lugar.


- Shikamaru,  quiero que te encargues de la vigilancia del juego junto con los demás chunnin asignados – ordeno la Hokage al moreno.


- ¿Y eso porque? – pregunto el Nara.


- Para evitar que cometan cualquier estupidez si llega a calentárseles la sangre,  en ocasiones el afán de conseguir algo te hace perder la perspectiva. 


 - Ok… “Que problema… con lo tranquilo que yo estaba”- saliendo del lugar.


      De todos los chicos,  el que tenia mayor posibilidad de encontrar al rubio,  era el Hyuuga,   gracias a su Byakugan podía cubrir mayor terreno que los demás,  el olfato de Kiba y Akamaru también resultaba un gran problema para el ojiazul,  en cuanto a Gaara,  solo se ocuparía en mantener a los demás lejos del kitsune,  su estrategia consistía en deshacerse de ellos uno por uno hasta llegar a lo que le interesaba,  su zorro de ojos azules.


- “Vaya que son persistentes,  esto es muy cansado,  tengo que moverme constantemente a medida que se acercan, y este traje es muy estorboso…Jaaah,  debería dejarme atrapar por el primero que apareciera y terminar con esto de una vez,  ¿Qué estoy diciendo? ¿Acaso soy idiota? ¡No puedo darme por vencido! Gaara… desearía que fueras tú el que me atrapara,  anoche me sentí tan bien cuando…” – divagaba sentado en una rama


- ¡Ahí estas!  - grito Kiba aproximándose al blanco… o debería decir al conejo.


- ¡Ahhhh,  no puede ser,  Kiba!! – saliendo disparado del lugar.


- ¡No importa lo que corras,  Naruto!  ¡Te atraparemos y Waaaa...!! – Grito desconcertado e Inuzuka al ser envuelto por una mano de arena y pegado de un árbol - ¡Puaj,  Puaj…  maldición! – escupiendo arena de su boca.


- Jajaja,  parece que se divierten – susurro uno de los chunnin,  de los tantos que vigilaban repartidos por todo el bosque,  el transcurso del juego.


      Luego de que el pelirrojo siguiera tras el ojiazul la mano de arena que sujetaba al Inuzuka se deshizo.


- “¡Wooou!   Eso estuvo cerca”  - con la mano en el pecho mientras respiraba agitadamente – A ver que les parece esto…  “Kage Bushin No Jutshu” – una cantidad incontable de bultos blancos con colas  y orejas rosadas  saltaban por todo el bosque como si fuera un enjambre de abejas.


- Esto si que es un problema, ni siquiera con mi Byakugan sabría cual es el verdadero – se decía el Hyuuga observando a todos los conejos saltar de aquí para allá,  la misma dificultad se les presentaba a los demás.


- Ese Naruto… tengo que admitir que de vez en cuando tiene buenas ideas – comento el Nara desde su posición sobre una rama.


- Quiere distraernos,  es lo que se podría esperar de Naruto-kun – se decía Lee.


- ¿Qué tal,  eh? Y si a eso le añadimos…  “Jengen” – ampliando sus posibilidades de no ser encontrado tan fácilmente.


      Todos los Bushin de conejo se transformaron a la versión “Harén No Jutshu” llenando el bosque de sensuales Narutos versión erótica,  lo que ocasiono que ante tal visión… todos los chunnin  sufrieran hemorragias nasales,  haciendo que cayeran de los arboles como frutas maduras.


- Muy propio de él… -  murmuro Shikamaru con la mano en su frente mientras negaba con su cabeza.


- baka,  Naruto – decía Neji con los ojos serrados y una mueca en su boca.


- ¡Ja! ¡Ni que eso te fuera a funcionar conmigo! – menciono Kiba mientras se sacudía la arena de encima.


Y después de casi veinte minutos…


 


Continuara…


 


Capitulo – II        Arena Y Sol… Oasis Perpetuo


 


- Estoy cansado,  este traje da mucho calor,  creo que no podre mantenerme así por mucho tiempo más – el desgaste de chakra debido a ambas técnicas combinadas empezaba hacer mella en el cuerpo del ojiazul – Tengo que seguir moviéndome,  de lo contrario…  ¡Ahhh,  maldicionnnn!! ¡¿Cómo rayos,  pueden pasarme estas cosas a miiiiii?!  - atorándose en unas ramas por culpa del bendito disfraz,  el rubio se retorcía como perro con pulgas hasta que… - ¡Otra vez,  Noooo!! -  cayendo de las ramas como plomo,  hubiera sido mejor que el disfraz hubiese sido de ardilla voladora… ¿No lo creen así?


      Con aspírales como ojos,  y completamente atontado,  el kitsune permanecía tendido boca arriba sobre el suelo,  y con pequeñas ramas atoradas en sus orejas de conejo.


- Eres todo mío,  zorro – murmuro el pelirrojo acercándose rápidamente al sitio de donde provenía el grito del conejito en desgracia.


- ¡Hay, Hay, Hay!  Mi pobre trasero…  ¿Gaara? - fijando sus ojos azules en el pelirrojo - ¿Qué es ese…? – Escuchando el sonido del cascabel pero sin verlo por ninguna parte - ¿Dónde…? – dándose cuenta de que moviendo su cabeza,   era cuando único lo escuchaba,  echo mano de las largas orejas rosa hasta que lo encontró.


- Muy gracioso – poniendo trompita de pescado.


- Se te ve mejor ahí que en el cuello… definitivamente – mirando el cascabel con todo y lazo,  que había colocado en una de las orejas del lindo conejito.


- ¿Estas vengando de cuando te llame payaso? Me queda mejor este disfraz que a ti mi pijama…  en fin,  al menos me alegra que hayas sido tú el que me encontrara primero.


- ¿Por qué? – queriendo saber el motivo del comentario del kitsune.


- Mmm… nada en especial,  solo que tal vez,  sea un lindo recuerdo que llevarte de regreso a Suna – dijo con melancolía el rubio recostándose del árbol tras  él.


- Solo regresare cuando obtenga lo que vine a buscar…


- “Lo que vino a buscar… ¿De que estará hablando?”  ¿A que te refieres con eso? – no pudiendo con la curiosidad.


- Un compromiso entre Suna y Konoha – dándole la espalda al rubio.


- ¿Compromiso? Pensé que ya se había hecho eso desde el incidente de Orochimaru – dijo confundido.


- Me refiero a otra clase de compromiso,  uno más solido y permanente.


- Sigo sin entender nada – algo habitual en el rubio.


- De pareja… por decirlo de algún modo – mirando de reojo al ojiazul al soltar la bomba.


- ¿D-De…pareja? ¿Quieres decir…? Ni siquiera eres un adulto para… - ensombreciendo su mirada.


- Eso no representa ningún problema para mí,  seré el próximo Kazekage de Suna,  eso facilitara las cosas, ¿No crees?


- ¡No me refiero a eso!  Pero comprendo…  supongo que tienes razón,  jejeje… ¿Es lo más lógico,  no?- riendo forzadamente mientras se ponía de pie y se alejaba del pelirrojo – “¿Por qué,  por que siento que esto no esta bien? No quiero que él… ¿En que piensas,  Naruto? ¡Despierta! ¡Jumh!  Una novia… por supuesto que no podía ser de otra manera” – quitándose el cascabel de la oreja.


- Entonces…  ¿A que te refieres,  Naruto? – caminando tras el zorro… o conejo.


- ¡No lo se!  “¿No estamos muy jóvenes para eso? ¿Estamos… porque me incluyo? No soy una chica… así que yo quedo descartado,  ser pareja de Gaara con todo lo que eso implica,  abrazos,  besos,  caricias y…  por primera vez me arrepiento de ser un chico,  aun así… desearía que…” – pensaba mientras caminaba con la cabeza baja.


- Creo que el ninja de la arena les gano esta vez – comento Shikamaru junto con los demás chicos al ver venir al ojiazul seguido del pelirrojo – “¿Qué le pasara a Naruto?  No trae muy buena cara que se diga”


- ¡Yiiijaa! ¡Barbacoa,  allá vamos! – grito Chouji haciendo su aparición.


- ¿Dónde te habías metido? – pregunto el Nara.


- Sabía que era inútil participar,  así que solo espere a que terminara – con su clásica bolsa de papas fritas.


      Los chicos marcharon hacia el río donde se llevaría a cabo la comida esperada por todos,  las kunoichi eran las encargadas de su preparación luego de terminar sus propias actividades del día del Gennin,  que nada tenían que ver con las de los muchachos, a la llegada del grupo,  el fuego estaba encendido, al igual que varios manteles adornaban  el suelo, neveras portátiles llenas de sodas,  junto con la presencia de la Hokage y varios chunnin que hacían de la reunión algo muy especial.


- Es fantástico que no nos hayas hecho esperar mucho,  Naruto – comento la rubia alzando su vaso de sake.


- ¡Solo me descuide un poco! Además… ¡La culpa fue de esta cosa que me obligaste a poner,  diablos! – dijo haciendo morros mientras se deshacía del dichoso estorbo.


- Lo que suele pasarte constantemente, ¿Cierto?


- Como sea… - lanzándole el cascabel junto con el traje de conejo a la rubia,  y acercándose a la orilla del río a lavar su cara.


      El kitsune se dejo caer en la hierba con los brazos extendidos y su mirada  en el cielo,  la última conversación con Gaara aun daba vueltas en su cabeza,  el pelirrojo lo observo por un momento, para luego acercarse hasta él y sentarse a su lado.


- Pierdes tu tiempo  aquí conmigo… ¿No deberías estar por ahí buscando una novia? Si miras a tu alrededor veraz que tienes mucho de donde escoger,  despiértame cuando este lista la comida, ¿Quieres? – serrando sus ojos.


- “Eres un zorro tonto,  no hay nadie aquí que se te iguale… ni en ninguna otra parte,  descansa… después de todo ese desperdicio de chakra,  es normal que te sientas agotado” – con ganas de besarlo como en la noche anterior.


Al cabo de quince minutos,  más o menos…


- Naruto,  despierta o te dejaran sin nada – dijo el ojiverde echándole un vistazo al gordito Chouji,  parecía un vendaval a la hora de comer todo lo que estaba a su alcance.


- Perdí el apetito por… no importa – sentándose en la hierba.


- Me pediste que te despertara cuando…


- Se lo que dije… y tú, ¿Ya comiste o estas buscando con quien hacerlo? – Lanzando una piedrecita al río – De seguro ya elegiste a tu posible pareja… - otra piedra fue a parar al agua.


- Ahora que lo mencionas,  debo hablar con la Hokage, regreso enseguida – caminando hacia la rubia.


- No tienes que regresar – al decir esto,  se levanto sacudiendo su ropa para luego marcharse sin que nadie lo notara – “Soy un baka… ¿Por qué tiene que importarme a quien elija o no? No es de mi incumbencia – hiendo a parar a la montaña de los Hokage - ¿Por qué me engaño a mi mismo pretendiendo que no me importa? No es cierto… si que me importa,  pero no puedo hacer nada al respecto, ¿O si?”  Solo desearle buena suerte…  supongo – su estomago gruño pidiendo alimento,  aquel que por su terquedad se había perdido – Después de todo…  siempre me queda el Ichiraku.


- ¿A dónde se supone que vas?


- Gaara… ¿Qué estas haciendo aquí? “Viniste por mi…” - siendo detenido a unos pasos del puesto de ramen.


- Eres increíble, ¿Lo sabias? Por supuesto que si – con cara de pocos amigos – Pagar por comida, dejando atrás la que se te ofrece gratis… verdaderamente eres un torpe,  nos vamos a casa – mas que un pedido,  parecía una orden.


- ¡Querrás decir mi casa,  baka! Rayos… – plantándose en  mitad de la calle con los brazos cruzados,  indicación de que no pensaba moverse de allí - ¡Tampoco tienes derecho a decirme que hacer! ¿Entiendes?– siguiendo en sus trece.


- El que no entiendes nada,  eres tú – rodeándolo con su arena para poder llevárselo.


- ¡Oye,  suéltame! ¡Deja de cargarme como si fuera un costal!! Maldición – Agitando su cuerpo para soltarse,  algo totalmente inútil - ¡Demonios,  te digo que me sueltes,  mapache!! – pataleando en el aire.


- Solo gastas energías,  zorro – atrayendo las miradas de las personas a su paso,  era gracioso ver al rubio suspendido en el aire,  como si fuera una fruta de estación.


- ¡Gaara! ¡Bájame de una vez! rayos… – dejando colgar su cuerpo al ver vencida su resistencia.


- Lo hare cuando lleguemos,  no antes.


      El ninja de la arena lo mantuvo sujeto hasta que arribaron a la puerta del departamento  del rubio, éste entro arrastrando los pies,  y entre el enfado y la frustración se iba despojando, sin ánimos, de su ropa dejándola caer al piso.


- Ve a bañarte,  conejo,  calentare esto para ti mientras lo haces – poniendo la bolsa que traía sobre la mesa – Es un poco de todo lo que había de la comida en el río,  la Hokage me lo dio para ti ya que prácticamente saliste huyendo de allí – dejando su calabaza en el suelo.


- ¡¿Quién estaba huyendo?!  - levantando el puño frente a Gaara - Esa amargada,  si supiera lanzar maldiciones,  le haría brotar verrugas en la nariz… - murmuro mientras iba derechito al baño.


- No tardes o yo mismo iré a sacarte de la ducha.


- “¿En verdad hablaría con ella sobre…? ¿Habrá aceptado su petición? Si es así… me pregunto por quien se habrá decidido, ¿Sakura-chan? No,  ella siempre ha estado enamorada de Sasuke… al igual que Ino,  y casi todas las chicas de la aldea… ¿Hinata,  tal vez? Podría ser,  pertenece a uno de los grandes clanes de Konoha – dejando que el agua corriera por su cuerpo – Se supone que será Kazekage algún día… de seguro no escogería a una chica cualquiera… ¡Ahhhh,  maldición! ¡¿Quién puede ser?!” – estrujándose los sesos para adivinar quien seria su rival.


- Te desgastaras permaneciendo tanto tiempo bajo el agua,  siéntate y come antes de que se  enfrié – tomando su turno para bañarse.


- “Su reacción al decirle mis intenciones… no fue  que digamos  de alegría por mi,  ya que se supone que es mi amigo,  más bien diría que lucia molesto por la noticia, ¿Cuál es el motivo? ¿Le pareció incorrecto o tal vez…? – analizando la actuación del kitsune como buen conocedor del comportamiento humano.


      El rubio engullo la comida como si no hubiera un mañana,  luego de lavar el plato fue a la habitación en busca de algo,  hacia tiempo olvidado,   dentro de una caja bajo su cama,  luego de sacarlo lo extendió en el piso y lo coloco lo suficientemente alejado de la cama.


- ¿De donde sacaste eso? – pregunto el pelirrojo entrando a la habitación – ayer dijiste que…


- Acabo de recordarlo,  me lo regalo la vieja loca en mi pasado cumpleaños,  creí que nunca lo necesitaría – sentándose en el futon nuevo de paquete.


- Y no lo necesitas – molesto al pensar que no dormirían juntos como la noche anterior.


- ¡No tengo porque dormir incomodo en mi propia cama! ¡Lo que es ridículo considerando que tú no duermes!! – refutaba el ojiazul.


- Pareces un niño enfadándote por tonterías… – sentándose en la cama.


- ¡¿A quien le dices niño?! Y tú te crees muy adulto solo porque quieres una pareja ¡No tienes derecho a decir eso ya que tenemos la misma edad,  baka!!– avivando su enfado,  después de todo,  aun tenia las palabras del pelirrojo atravesadas en su garganta.


- Estas gritando,  acción inequívoca de que aun eres un niño – siguiendo con la misma tónica.


- ¡Estoy en mi casa,  tengo derecho hacer berrinche!! ¡Tal vez siga siendo un niño,  pero…!  Por eso no entiendo porque tú…  ¿Q-Que le pareció tu idea a la vieja Tsunade? – desviando su mirada.


- En términos de alianza perdurable,  le pareció magnifica mi proposición… siempre y cuando la persona elegida este de acuerdo.


- Si ella así lo creyó,  supongo que esta bien – tumbándose en el futon dándole la espalda.


- Y tú… ¿Qué opinas?


- Lo que sea mejor para Konoha…  ¿Apagarías la luz por mi,  por favor? Buenas noches – tapándose con la manta hasta las orejas.


- ¿Podrías decime porque estas tan molesto? – arrodillándose en el futon a espaldas del rubio.


- ¿Quién esta molesto? –   tapando su cabeza por completo.


- Indudablemente que tú,  quiero saber el motivo… ¡Mírame! – retirando la manta para sacar al ojiazul de su escondite.


- ¡Ya déjame en paz! ¿Quieres? ¡No tengo nada que decirte,  no molestes! – volviendo a cubrirse con la manta.


- Naruto…  “Dime que tu enfado es por lo que te dije de que buscaría una pareja… ¿Es eso? Quiero creer que sientes celos de que yo…  por Kami,  no sabes cuanto deseo que todos tus arrebatos y enfados sean por… que se trate de ese asunto” – tendiéndose en la cama de cara al kitsune.


A la mañana siguiente,  en el despacho de la rubia, se llevaba a cabo una conversación bastante interesante.


- Tsunade-sama… ¿Podría repetirme eso,  por favor? – demandaba el ninja copia luego de regresar de terminar su misión.


- Tal como lo escuchaste,  Gaara desea una alianza,  digamos… más formal,  y al parecer ya tiene a la persona con la que quiere formalizar dicha alianza,  pero jamás pensé que se tratara de…  – sentada en su sillón.


- Es algo prematuro… ¿No lo cree? Lo que quiero decir es que aun es prácticamente un niño – dando sus razones.


- Él piensa que no,  puesto que dice estar muy enamorado de…


- ¿Y usted estuvo de acuerdo con tal idea?


- Es cierto que pude haberme rehusado,   pero al ver lo ansioso y decidido que estaba…  quise darle una oportunidad,  además…  de seguro se convertirá en el próximo Kazekage,  es obvio que no podía negarme tan fácilmente, ¿No lo crees? Pero lo más que te sorprenderá…  es saber de quien se trata la pareja en cuestión – sonriendo misteriosamente.


- En realidad no imagino quien puede ser… ¿Cuál de nuestras kunoichi es la favorecida?


- Por eso dije que te ibas a sorprender,  se trata de… Naruto – mirando fijamente al peligris.


- ¿Cómo dice? ¿N-Naruto? Pero Naruto es… - ni siquiera la mascara pudo ocultar su sorpresa.


- ¿Acaso es algo tan difícil de entender? – fijando su mirada en la del peligris.


- No me refiero a eso,  solo que  Naruto siempre ha estado enamorado de… también esta el asunto del Kiuubi y pues…


- Seguiremos cuidando de él como lo hemos hecho hasta ahora, se quede con Gaara o no,  no pienso descuidarlo en ningún momento,  él es la razón principal de que yo volviera a Konoha,  despreocúpate… no creo que vaya a dejar atrás su sueño de ser Hokage algún día – rememorando el día que conoció al kitsune.


- Al parecer la cartas están echadas,  veremos entonces quien tiene los ases – acabo diciendo el peligris al abandonar el lugar.


- ¿Vas a salir? – pregunto el rubio al ver al ninja de la arena dirigirse a la puerta.


- Tengo algo que hacer, no tardare mucho.


- Y por lo que veo quieres hacerlo solo – mirando desde la silla donde estaba sentado comiendo su desayuno.


- Espera aquí hasta que vuelva – serrando la puerta.


- “¿Y ahora que es lo que piensa hacer?” – apartando a un lado el ramen instantáneo a medio comer,  descanso sus brazos y cabeza sobre la mesa – De seguro habrá ido a espiar candidatas,  el muy… no puedo quedarme aquí sentado mientras él…  tengo que hacer algo – vistiéndose apresuradamente salió a la calle.


      Dio vueltas por la aldea,  pero ni rastro del pelirrojo,  miraba a todos lados con la esperanza de divisar al cabeza de fosforo,  lo que hacia que tropezara con todo y todos…


- ¡Hey,  Naruto! ¿Estas dormido? Ahhh,  mis flores… - protesto Ino al ser empujada por el ojiazul.


- Jejeje,  lo siento… te ayudare – recogiendo las flores del suelo junto con la rubia.


- De verdad que eres un despistado… entre otras cosas – algo molesta.


- Etto… Umm… ¿De casualidad has visto a Gaara? – entregándole a Ino las flores que había recogido del suelo.


- ¿Gaara,  te refieres a…? No desde ayer… ¿Por qué?


- Por nada, por nada… jejeje,  nos vemos – saliendo disparado.


      Su siguiente objetivo era Sakura,  luego de no poder sacar una sola palabra a Hinata… ya que siempre se desmayaba cada vez que el rubio le dirigía la palabra, de momento no había porque  preocuparse por Tenten puesto que andaba en una misión.


- ¡Sakura-chan! – encontrándose con la Haruno en la recepción del hospital.


- ¿Qué quieres,  Naruto? Estoy muy ocupada – cargando una pila de expedientes médicos.


- Ese baka… quiero decir  Gaara… ¿Ha venido a buscarte?


- ¿A mi? No pero… ¿Por qué tendría que venir a buscarme? – arrugando su frente.


- No lo se…  jejeje,  hablar contigo… Ummh,  pedirte algo… - desviando su mirada a otro lado.


- ¿Qué es lo que dices,  Naruto? Apártate,  me quitas el tiempo – pasando con cara de pocos amigos al lado del rubio.


-¡Ya me fui!  “¿Qué estará haciendo? No se ha acercado a ninguna de las chicas,  entonces… ¡¿Dónde pudo haberse metido ese baka?! Apenas tiene tres días aquí y ya acabo con mi paciencia”  - caminando con los brazos cruzados y la mirada en el suelo.


- ¿Qué pasa,  Naruto? Tienes cara de alguien que sufre de estreñimiento – comento el Inuzuka mientras Akamaru sujetaba al rubio por el pantalón.


- ¿has visto a Gaara por ahí? – agarrando al cuatro patas en sus manos.


- ¿Por qué?  ¿Lo perdiste? – acercándose al rubio.


- ¡Claro que no! Solo que… no se donde esta – acariciando las orejas del cachorro.


- Que sospechosos,  ¿Crees que trama algo? – con la mano en la barbilla.


- “Si lo supieras te morirías de la risa… aunque para mi no tenga ninguna gracia”  Ya te dije que él no haría eso,  no es el mismo Gaara de aquella vez.


- Aunque digas eso,  sigue siendo una persona extraña y peligrosa… no te descuides,  si lo veo por ahí te avisare – despidiéndose del rubio.


- ¡Me importa un cuerno donde este!! – Le grito al Inuzuka – “No puedo seguir preguntando por ese baka a todo el que me encuentro,  sin que se den cuenta de mi ansiedad por saber donde esta… demonios ¡¿Dónde rayos te metiste,  Gaara?!


- Si continuas mirando el suelo mientras caminas,  de seguro tropezaras con alguien – poniendo ambas manos en los hombros del ojiazul.


- ¿Eh? Kakashi-sensei – alzando su mirada.


- Estas muy pensativo,  ¿Algún problema? – queriendo averiguar si el pelirrojo ya le había dado las buenas nuevas.


- Ninguno,   solo estoy buscando al mapache.


- ¿Mapache? – con signo de interrogación en su mirada.


- hablo de Gaara,  salió desde esta mañana y no se donde anda ni que esta haciendo,  trabajar de niñera es muy complicado,  ese baka – haciendo morros.


- No te preocupes,  de seguro anda por ahí…


- Buscando pareja,  es algo que no termino de entender,  ¿Pues qué es lo que tiene en la cabeza?  - totalmente molesto y apretando sus puños.


- “Parece que aun no le dice nada…”  buscar pareja… eso es algo que no puede tomarse a la ligera, ¿No te parece? – pasando su brazo sobre los hombros del kitsune haciendo que caminara con él.


- Kakashi-sensei… ¿Qué edad se supone que tiene que tener una persona para poder casarse?


- En realidad no sabría decirlo con exactitud,  pero…


- Gaara… Gaara piensa que eso no es importante,  solo desea estrechar los lazos con Konoha sin…  sin darle importancia a los sentimientos,  eso no es… - mordiéndose el labio.


- ¿Los suyos o los de…? – se interrumpió el peligris al sentir una persistente mirada sobre él.


- Creo que ya encontraste a quien estabas buscando… ¿O debería decir que es al revés? – murmuro volteando su cabeza hacia atrás.


- Naruto… ¿Qué has estado haciendo toda la mañana? Regrese a casa y no estabas allí – dijo el pelirrojo acercándose al dueto.


- ¡¿Cómo que donde estaba?!  ¡¿Dónde estabas tú?! ¡Se supone que tienes que estar conmigo y…! – Echándole una mirada reprobadora al ninja de la arena - ¡he estado buscándote por todas partes,  baka!!


- ¿tanto me extrañabas? – acercándose a su rubio.


- ¡No digas estupideces! ¡La vieja Tsunade me ordeno estar contigo todo el tiempo! ¡Si no fuera por eso yo…! – apretando los dientes.


- “creo que en esta conversación salgo sobrando,  Naruto…  tú… siendo así,   no veo problema en que Gaara consiga lo que quiere” – retirándose del lugar sin que los otros dos lo notaran.


- ¿Te aburriste de ser mi acompañante? – mirándolo intensamente.


- ¿Bromeas? Tener como compañero a un mapache como tú,  es de lo más divertido – con toda la ironía del mundo.


- ¿Ya comiste? – no dándole importancia a las palabras del kitsune.


- Aun no… ¿Y que con eso?


- He ahí la razón de tu malhumor.


- ¡Tú eres el culpable de mi malhumor! ¿Q-Que estuviste haciendo desde que saliste de casa? – pregunto mirando a otro lado.


- dijiste casa y no… “mi casa” como aclaraste anoche – con una sonrisa imperceptible al ojo de cualquiera.


- Ahora formas parte y…  bah,  olvida lo que dije… ¿Y bien? ¿Cómo te va con el otro asunto?


- ¿Otro asunto?


- Me refiero a ese que nada tiene que ver con el corazón ni con los sentimientos – inundándosele los ojos de tristeza.


- Ese asunto… parece afectarte bastante,  por lo que puedo ver  – dijo mientras caminaba.


- ¡Ja! ¡Ni que a mi me interesara las tonterías que haces! – de nuevo,  y como el día anterior,  el ojiazul comenzaba a perder los estribos.


- ¿De verdad crees que es una tontería lo que trato de hacer? – sin detener su paso.


- “No es lo que haces lo que me preocupa,  si no con quien quieres hacerlo”  es que todo esto parece tan frio e impersonal… yo jamás me involucraría con alguien que pensara juntarse con otra persona solo para mejorar una situación…  es tan triste… y solitario – caminando con la cabeza baja tras el pelirrojo.


- Llegamos – abriendo la puerta.


- ¿Eh,  como es que pudiste…? – pasando al interior.


- Dejaste abierto… “Lo que fue bueno para mi,  después de todo” eres descuidado.


- No tengo nada de valor que puedan llevarse,  únicamente mi fotografía del equipo siete – hiendo a la habitación a cerciorarse de que aun seguía en su lugar.


- “La foto del Uchiha – pensó con celos mientras dejaba su calabaza en la entrada - ¿Estas mirándolo en este momento, Naruto?”  ¡Tengo hambre,  vamos a comer! – queriendo llamar la atención del rubio que aun no salía de la habitación.


- ¡No seas pesado,  ya voy!! – colocando la fotografía en su lugar.


      Almorzaron en silencio,  más en todo ese rato,  el ojiverde no había apartado su mirada del rostro del kitsune,  de vez en cuando Naruto alzaba la mirada de su tazón de ramen encontrándose con los ojos del pelirrojo fijos en él.


- ¿Qué pasa? – con los fideos colgando de su boca.


- Me agrada mirarte, tus ojos hacen que se despeje de mi  cualquier duda que pueda tener – el sonrojo del ojiazul fue notorio.


- ¿S-Sobre que? – sorbiendo el caldo del tazón,  al menos así,  cubría su cara.


- Haces que todo se vea tan claro y transparente,  me incitas a reafirmar mi decisión sobre conseguir una pareja,  Naruto.


- ¿Qué tengo yo que ver con eso?  - levantándose de la mesa para lavar el tazón,   todo con tal de no tener que mirar al pelirrojo.


- Todo,  gracias a ti ya decidí con quien…


- ¡No quiero saberlo! ¡No es mi asunto! – Soltando el tazón en el friegaplatos y saliendo del departamento como una tromba – “No quiero… no quiero saber quien es esa persona ¿Por qué, porque tenias que venir a Konoha? ¿Por qué tenia que ocurrírsete esa idea tan estúpida? Kamisama… si esto iba a ocurrir, entonces… ¿Por qué,  porque permitiste que me enamorara de él? – corriendo sin rumbo fijo haciendo que sus lagrimas se secaran con la brisa que azotaba su rostro.


      Anduvo vagando toda la tarde hasta casi ponerse el sol,  se resistía a volver al departamento y tener que explicar su arrebato al pelirrojo, ¿Qué podría decir para no exponer su verdadero secreto y no sentirse estúpido por ello? Pensaba el rubio mientras observaba el sol ocultarse.


- Si lo supiera,  pensaría que soy raro…  y pervertido,  aparte de hipócrita,  ya que también soy un chico como él – susurro suspirando – Regresare y hare de cuenta  que nada paso… pondré mi mejor cara,  esto es difícil – dirigiéndose a su casa.


      Abrió la puerta con desgano,  no sin antes tomar una gran bocanada de aire,  y ensayar su sonrisa más alegre,  miro a todos lados al entrar e hizo una mueca al no ver al pelirrojo.


- De seguro anda de caza por ahí,  espero que no utilice su arena como hizo conmigo…  “Aunque pensándolo bien,  eso haría que las chicas corrieran espantadas… bah,  solo pienso tonterías” – quitándose la chaqueta.


- ¿con quien estabas? – pregunto el pelirrojo plantándosele delante.


- ¡vaya! Y yo que pensé que habías salido – pasando al lado del ojiverde directo a la habitación.


- Te pregunte…  con quien estabas – caminando tras él.


- ¿Ahora es con quien y no donde? Mmmh… extraña pregunta,  si me lo preguntan – tomando una toalla para ir a bañarse.


- Deja de darle vueltas al asunto y respóndeme – bloqueándole la entrada al baño.


- “Sonríe,  sonríe”  veamos,  di un paseo por ahí,  después me encontré con…


- ¿Con quien? – pregunto seriamente el ninja de la arena.


- Kiba,  nos divertimos un rato,  luego comimos en el Ichiraku y regrese, ¿Contento? – Apartándolo a un lado entro a bañarse – “Discúlpame,  Kiba… me va a crecer la nariz como en el cuento del niño de madera y… ¡Rayos,  no hay jabón! Tendré que pedirle al mapache que me traiga uno del gabinete de la cocina… maldición”  ¡Oe,  Gaara! ¿Podrías alcanzarme un jabón? – grito desde dentro de la ducha,  el pelirrojo sonreía apoyado al lado de la puerta con el jabón en su mano.


Gaara se despojo de su ropa y de la arena que lo cubría,  entro en el baño…


- No entiendo,  estoy seguro de que ayer… ¡¿Pero que rayos…?! Oh por Kami…– grito al ver a Gaara entrar en la ducha con el jabón en su mano - ¡Te dije que quería jabón,  no a ti,  maldición!! – Pegándose de la pared contraria de la ducha - ¡Dame eso,  y sal de aquí! – tratando de arrebatarle el jabón.


- Quiero bañarte, seria como un ensayo – aproximándose al rubio.


- ¿ensayo? ¿Ensayo para que? – cubriéndose el pecho con sus brazos.


- Para cuando este con mi pareja – atrayendo por un brazo al kitsune.


- Ohhh,  déjame adivinar,  primero empiezas con el baño,  seguido de palabras suaves… ¿Y luego que? – mirándolo a los ojos y sonriendo forzadamente mientras se tragaba su rabia.


- Mmmh,  muy buena pregunta… ya veremos – enjabonando sus manos,  y tragando grueso en solo pensar que pondría sus manos sobre la piel de su ojiazul,  al que casi estaba seguro de conseguir.


- No me vengas con eso de   “ya veremos” – comenzando a ponerse nervioso – luego querrás… - poniéndose rojo.


- ¿Qué? – apartando las manos del ojiazul para comenzar a enjabonarlo.


- N-Nada,  solo pensaba que… si eso te ayuda en algo,  pues… tratare de colaborar  “Aunque eso va más allá de lo que se haría por un amigo,  solo que él representa mucho más que eso para mi,  en realidad… no puedo negarme a lo que siento” ” – siendo que él también deseaba ser tocado por el mapache.


- Me complace poder contar contigo – casi mordiéndose la lengua para resistirse hacer lo mismo con el cuello del rubio.


- P-Para eso están los amigos… aunque mi cuerpo sea bastante diferente al de una chica – sintiendo las manos del pelirrojo resbalar por su cuerpo mientras mantenía los ojos serrados – “¿A quien estará imaginando? Como desearía estar en el lugar de la persona en tu mente,  Gaara… seriamos tan felices juntos,  haría que no te arrepintieras de tenerme a tu lado”  Es suficiente,  ya voy a… - siendo agarrado por la cintura, y sus labios presionados por los de Gaara.


      Tomado por sorpresa,  el kitsune abrió sus ojos a todo lo que daban,  trato de separarse pero la mano del pelirrojo en su nuca se lo impidió,  ya sea por deseo o curiosidad,  Naruto abrió su boca dejando que la lengua del ninja de la arena irrumpiera con facilidad  presentándose  a la suya,  lentamente,  el rubio serró sus ojos dejándose llevar por lo que sentía,  las mariposas revoloteaban en los estómagos de ambos,  repentinamente,  el ojiazul aparto a Gaara al recordar que no era a él al que el pelirrojo besaba… en teoría.


- ¡¿Qué demonios haces?! ¡Esto no es parte de la ayuda! – dejando  la ducha,  y envolviéndose con una toalla salió del baño lo más aprisa que pudo.


- “Estoy seguro de que,  por un momento, correspondiste a mi beso,  no fue mi imaginación, será hoy,  esta noche,  Naruto… serás mío” – totalmente decidido.


- ¿Dónde rayos esta…? – se preguntaba el ojiazul de cuatro patas buscando bajo la cama.


- ¿Qué haces? – pregunto el pelirrojo entrando en la habitación secando su cabello.


- Estoy seguro que lo guarde aquí… ¿Dónde,  donde esta…? – viendo la caja bacía.


- ¿Qué cosa? – sentándose en la cama.


- ¿Pues que va hacer? ¡Me refiero al futon que puse aquí esta mañana!


- No se nada de eso,  me marche antes que tú,  ¿Ya lo olvidaste? – poniendo cara de santo y recordando el futon que yacía en un pote de basura al otro lado de la aldea – No es tan grave,  después de todo…  te queda la cama – comento como quien no quiere la cosa.


- “Esto me huele a trampa… ¿Qué estará tramando? Sera mejor que no sea lo que imagino o ni siquiera su arena podrá salvarlo de que le rompa la nariz… de nada sirve que me preocupe por eso,  él no seria capaz de… ¿O si?” – mirando sospechosamente al pelirrojo cuando su estomago comenzó a rugir.


- dijiste que habías comido.


- Si… bueno,  tú ya me conoces,  jejejeje…  un plato no es suficiente – sonriendo como idiota.


- Es eso… o me mentiste.


- Por favor… ¿Qué sacaría con decirte mentiras?  - marchándose a la cocina.


- “Ponerme celoso,  por ejemplo” – tumbándose en la cama con los brazos tras su cabeza.


      Luego de un rato el ojiazul regreso a la habitación donde el ninja de la arena lo esperaba impacientemente,  Gaara hizo a un lado la manta indicándole al kitsune donde debería dormir,  por si tenía intención de hacerlo en cualquier otro sitio de la casa que no fuera la cama. Naruto suspiro con resignación y tomo su lugar al lado del pelirrojo,  y como la vez anterior,  guardando la máxima distancia entre ellos… lo que era prácticamente nada,  el pelirrojo paso su brazo por la cintura del rubio y lo pego a su cuerpo mientras soplaba suavemente su cuello.


- ¿Otro ensayo? – poniéndosele la carne de gallina al sentir los labios del pelirrojo en su nuca.


- No más ensayos…   es hora de lo real,  Naruto – agarrando su cara para obtener su boca,  haciéndolo quedar con la espalda pegada a la cama.


      El beso se torno intenso y desesperado por parte de Gaara,  que puso todo el peso de su cuerpo sobre el rubio para no permitirle ningún movimiento,  mientras sostenía la quijada de Naruto para que el contacto de sus bocas no fuera interrumpido,  su otra mano trataba de colarse,  con desesperación, bajo la chaqueta del pijama haciendo saltar los botones.


- ¡Basta! ¡Dije que te ayudaría!  Pero esto… ¡No soy una chica! – quitando la mano del pelirrojo de su cara para poder separarse.


- ¿No te has dado cuenta aun? Si vine aquí… fue por ti,  Naruto,  tú eres la persona que vine a buscar – poniendo su mano en la mejilla del rubio – La persona con la que quiero comprometerme,  con la que quiero pasar el resto de mi vida – pasando sus dedos por los labios del kitsune.


- ¿E-Estas bromeando,  cierto? Por que si es así… no te lo perdonare – echando atrás su cuerpo hasta quedar sentado en la cabecera de la cama.


- Querías saber donde estuve todo el día, ¿No es así? – hiendo a donde estaba su ropa – Esta es la razón – entregándole una cajita al rubio – Àbrela,  por favor – sentándose en la cama.


- ¿Qué… que es esto? – mirando  en el interior del pequeño recipiente.


- Como llevar anillos debe ser bastante molesto para nuestro trabajo, pensé que estos estarían bien – señalando el par de zarcillos dentro de la caja,  uno en forma de cabeza de zorro y el otro de mapache.


- ¿Esto quiere decir que tú…? – con estrellitas en los ojos.


- Exactamente lo que estas pensando… te amo,  Naruto – dándole un beso suave – Dime que sientes lo mismo.


- Yo… yo no,  no debería dirigirte la palabra siquiera – haciendo morritos – Desde que llegaste,  tenías todo planeado, ¿No es así? ¡Eres un tramposo! ¿Por qué  dejaste que pensara que querías como pareja a una chica? – cruzándose de brazos con enojo.


- Nunca dije nada de eso,  fuiste tú quien lo creyó así… simplemente mencione que quería una pareja – poniendo sus manos en el cabecero de la cama con el ojiazul en medio – Te pusiste celoso, eso debe significar algo… no te soy del todo indiferente, ¿Cierto? – susurro acercando su cara a la del rubio.


- ¡Jah! Celoso yo… no seas engreído,  lo que no me agrada,  es que no hayas sido sincero conmigo, rayos,  me hubieras ahorrado muchos malos ratos,  mapache.


- Entonces…  si me amas…


-  bueno  si…  un poquito – haciendo el gesto con los dedos.


- Necio…  - abrazándolo con fuerza – Serás mío por la eternidad – besando su mejilla.


- ¿no es eso mucho tiempo?


- ¿no quieres?


- Solo bromeaba… - sonriendo con felicidad y abrazándose al cuerpo del pelirrojo con la esperanza dibujada en sus ojos azules.


- ¿Qué te parece si seguimos con lo real? – despojando al rubio de la chaqueta del pijama.


- Yo…  espera,  no se si pueda… no se que hacer,  Ahhh…  soy nuevo en esto…- sintiendo los labios del ninja de la arena en su cuello.


- ambos lo somos,  Mmm… pero eso no impedirá que te ame y te haga mío,  Naruto – acostándolo de nuevo y poniendo su cuerpo sobre el del kitsune – Aunque no tenga información detallada de cómo hacerlo… supongo que me guiare por mi instinto… así como tú – besando todo lo que tenia a su alcance.


- Gaara… - sintiendo que era transportado al cielo por las caricias y besos del pelirrojo – S-Sea como sea… continúa así,  Mmm… Ahhh – murmuraba con placer.


- ¿Te gusta? – quitándole al kitsune lo que faltaba de ropa y la suya propia.


- Siiiiiiii,  e-es delicioso…  mapache -  poniendo sus manos en la espalda de Gaara,  éste serró sus ojos al sentirla directamente en su piel sin su capa de arena,  igual que cuando el incidente en la ducha.


      Estar enamorado del pelirrojo,  sumado a lo que sentía en ese momento,  hacia que la vergüenza y timidez por estar desnudo,  y a merced del ojiverde, no le afectaran en lo más mínimo,  recibía las caricias y besos de Gaara con deleite y placer,  sentía las manos del pelirrojo por todo su cuerpo hasta que el deseo de su entrepierna lo obligó a llevar una de las manos del ojiverde hasta esa zona en especial,  el pelirrojo sonrió por la acción y bajo su cabeza hasta el abultado y palpitante miembro de su zorro.


- “Esta a punto de…” – metiendo en su boca el deseoso trozo de carne.


- G-Gaara… esto es… - presionando sus dedos en los hombros del pelirrojo mientras erguía un poco su cuerpo hacia delante – No puedo… No puedo – sintiendo las arremetidas de la boca del pelirrojo – Ahhh… por Kami… Gaara…  - derramándose en la boca del ojiverde.


- Ven aquí,  mi zorro – jalándolo hacia si para besarlo y compartir la esencia del kitsune.


- Mmm… no es tan malo después de todo – pasando la lengua por sus labios.


- Diría que sabes a ramen… delicioso,  como todo tú – hiendo de nuevo a la carga,  al fin y al cabo tenía que desahogar su propio deseo y anhelo - ¿Puedo continuar? Quiero poseerte,  pero si tú sientes miedo…


- No seria justo para ti,  además… quiero sentirte,  el dolor me hará saber que esto no es un simple sueño,  no te detengas aunque me oigas gritar… te amo – agarrándose fuerte de la espalda de Gaara preparándose para lo que vendría.


      El pelirrojo separo las piernas de su zorro colocándolas en su cintura,  puso su dilatado miembro en la entrada de su ojiazul y comenzó a empujar,  la cara de Naruto se contorsiono de dolor,  pero ni un solo sonido salió de su boca,  no quería que el pelirrojo desistiera de lo que estaba haciendo… aunque no hubiera podido,  incluso de haberlo querido,  su cuerpo no hubiera correspondido a la orden de su cerebro,  era demasiado el deseo de estar dentro de su zorrito para echarse atrás en el empeño,  siguió empujando hasta que logro introducir por completo su miembro dentro de la deliciosa cavidad,  el sudor recorría el rostro de los dos amantes,  aunque por distintas razones.


- ¿E-Estas bien? – viendo la sangre escurrir del labio del ojiazul.


- Ujum… bien – pegando su frente al hombro del pelirrojo para seguidamente apretar sus ojos y dientes a la primera embestida por parte de Gaara.


La inexperiencia por parte del ninja de la arena,  hizo que el rubio sintiera dolor por triplicado,  y al mismo tiempo pensara que su cuerpo se  partiria en dos mitades,  las embestidas se hicieron intensas y desesperadas,  el inmenso placer sentido por Gaara hizo que la arena en su tinaja se convulsionara al percibir el estremecimiento interior de su dueño,  el rubio mordía sus labios y clavaba sus uñas en la espalda del mapache hasta que su dolor se transformo en placer… lo que fue un poco antes de que el pelirrojo descargara su esencia en su interior.


- ¡N-Naruto,  te amoooo…! – grito desplomándose sobre el rubio.


- ¡G-Gaaraaaa! – fue lo único que pudo decir entre sus jadeos y convulsiones producidas tanto por el placer como por el dolor.


- Ah,  Ah, Ah… - respiraba con dificultad el ojiverde mientras su rostro se endurecía.


- ¿P-Por que esa cara…? – pregunto preocupado el kitsune.


- Es por… no lo pasaste bien,  no lo disfrutaste, solo sentiste dolor…    por tu rostro puedo saberlo – levantándose del cuerpo del rubio.


- No te preocupes,  yo…


- De nada sirve poseerte si tú no lo disfrutas,  quiero que sientas lo mismo que… ¿Qué… que es esto? Naruto…– viendo su miembro manchado con sangre al igual que la entrada de su zorro - ¿E-Esto es normal? ¿Te herí? ¿Significa que… morirás? ¡Maldición!! – completamente horrorizado.


- Es la primera vez que te oigo maldecir… despreocúpate,  supongo que les pasa a todos en su primera vez,  es incomodo y un tanto doloroso, pero no mortal – levantándose con cuidado de la cama sintiendo que dejaba su trasero atrás - ¿Me ayudas? Creo que un baño tibio me aliviara un poco… ¿Gaara? – mirando al pelirrojo que seguía como en trance.


- Yo te llevare – tomándolo en brazos.


- Mmm… me gusta mucho tu calor,  mapache – acurrucándose en el pecho del ojiverde.


- ¿Me perdonas? – pegando su mejilla con la de Naruto.


- baka,  es verdad que sentí mucho dolor,  pero al final la recompensa fue grandiosa, me pareció que nuestras almas se habían unido en una,  un solo ser,  y un solo pensamiento con dos simples palabras…  “te amo” – dejando que el agua tibia y las manos de su pelirrojo recorrieran su adolorido cuerpo.


Luego de asearse ambos,  el pelirrojo arreglo el desorden,  y coloco suavemente el cuerpo desnudo de su zorro,  que ya estaba dormido,  sobre la cama y se recostó junto a él,  y  abrazándolo por la cintura lo pego a su cuerpo. La mañana llego rápidamente.


- Buenos días,  mapache…  ¿Has estado observándome dormir toda la noche? – besando los labios del ninja de la arena.


- Necesitamos orientación, eso no puede volver a pasar… - dijo pensativo.


- ¿Orientación? ¿Sobre que? –  preguntando extrañado.


- Algún método que haga que sientas menos dolor cuando… - también sentándose con su espalda apoyada en el espaldar.


- ¿Todavía estas preocupado por eso? Ya déjalo, es cuestión de acostumbrarse… supongo – apoyando su cabeza en el hombro del ojiverde.


- ¡claro que no!! ¡No quiero volver a ver tu cara de agonía mientras yo…! – Agarrando el rostro del kitsune entre sus manos – Quiero ver placer en tus ojos,  sentir que lo disfrutas al igual que yo, ¿Comprendes? – dándole un beso arrebatador.


- Gracias… gracias por pensar así,  mi mapache – recostándose en el pecho del pelirrojo.


- No podría ser de otra forma,  te amo… y quiero que lo sientas – besando el cabello rubio.


- hay unos libros en la tienda que hablan sobre esas cosas… aunque nunca he podido echarles un vistazo,  ya sabes…   así que…


- ¿Por qué? – pregunto con recelo el ojiverde.


- Soy menor, ¿Lo olvidaste?


- No es eso… ¿Por qué necesitabas verlos? “¿tendría el Uchiha algo que ver con eso? – poniéndose celoso antes de obtener la respuesta del rubio.


- ¿Eh? Sentí mucha curiosidad después que Sasuke me beso y… - apretando sus ojos junto con una mueca al darse cuenta  que había hablado demás.


- ¿El Uchiha… te beso? – endureciendo su voz.


- ¡No! Bueno… si,  pero fue un accidente… lo juro “¡Maldición,  debería morderme la lengua antes de hablar!


- Naruto…  - mirándolo fijamente.


- Alguien nos tropezó y…  créeme,  solo fue por un momento…  delante de toda la clase,  fue algo  vergonzoso,  espera un momento….  ¿Crees que yo…? Aguarda – hinchándosele una venita en la frente - ¡Solo te quiero a ti,  mapache engreído!! – gritando para hacerse entender.


- Más vale que así sea,  zorro – dejando la cama.


- Mapache celoso… ¿Vas a alguna parte?


- Ala tienda de revistas,  traeré esos libros a como de lugar, el deseo de poseerte de nuevo me esta volviendo loco,  no te muevas de aquí,  volveré enseguida – vistiéndose rápidamente.


- ¿Por qué piensas que te los venderán,  si a mi ni siquiera me dejo ojearlos?


- ¿Crees que alguien se atrevería a negarme algo a mi? – pregunto desde la puerta de la habitación.


- ¿No iras a…? ¡Espera,  Gaara! – Preocupándose por el dueño de la tienda de revistas – Espero que no cometa ninguna estupidez,  con su carácter… - esperando lo mejor.


      No solo pudo obtener lo que quería sino que el propio dueño de la tienda le aconsejo sobre que material llevarse,  rápidamente regreso al departamento de su zorro a poner en práctica todo lo que los libros mostraban.


- ¡Vaya,  eso si que fue rápido! – Regresando de la cocina con un pote de ramen en la mano – Parece que hubieras comprado toda la tienda – poniendo el pote de ramen sobre el mueble y agarrando una de las revistas esparcidas sobre la cama.


- ¿Qué te parece si practicamos un poco,  eh? – tumbando al ojiazul sobre el montón de revistas.


- ¿Por donde quieres comenzar? – mirando pícaramente al pelirrojo.


- Aquí esta lo que necesito – viendo un articulo que decía  “menos dolor,  más placer”


- Para después  es tarde,  mapache – picándole un ojo.


- Observa bien,  esto es lo que hay que hacer… ¿Lo intentamos? – Despojándose de su ropa,  ya que el ojiazul continuaba desnudo – Esta vez gritaras de placer,  mi zorro.


- apuesto a que si…


 


Fin


                                                               Nessa Yaoi.


 

Notas finales:

¡Hola! creo que ya lo dije todo en el resumen, asi que solo lean y comenten, aunque creo que ya se olvidaron de mi, he resivido muy pocos comentarios de parte de ustedes... eso me pone triste y un poco frustrada, sus comentarios son la unica cosa que me levanta el ànimo... en fin, los vere en otra ocaciòn, que esten bien.

besossss para todos y Chaito.

                                                       Nessa Yaoi.


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