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Sweet Boyfriend... por Ocios4-SvNs

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Notas del fanfic:

IMPORTANTE:

Okay, antes que nada quiero aclarar que este OS que escribí estuvo como uno de los ganadores de un blog llamado Innocen Dream Fansub [Link]. Le hice algunas modificaciones antes de subirlo aqui [vuelvo a decir q' es mio] porque no estaba conforme...

-... asi que realmente este año fue muy movido para nosotros y estamos muy agradecidos por la oportunidad de haber sido ganadores de este viaje. -Le decia una radio oyente alegremente a la estación 99.9 - ¿Puedo mandar algunos saludos?

-Sí, por supuesto.

La señora le mandó un abrazo y muchos besos a su marido que trabajaba como guardía de seguridad en un bar muy popular de la zona en la que vivian; Que seguramente él estaba escuchándola en la estación felizmente porque le anunciaba que el premio de dos pasajes a New York por haber ganado en un concurso seria su regalo de cumpleaños.

-Bueno amigos -dijo el locutor una vez terminada la conversación con la ganadora-, parece que nuestro programa ha llegado a su fin ¡Pero no se preocupen! -y con una voz más sensual anunció- seguiremos con nuestro especial romantico de San Valentín...

Colgó sus aurículares del micrófono y saludó con la mano, mientras se retiraba, al DJ que ponía a la audiencia a escuchar una canción de los grandes hits melosos de Luis Miguel que eran ideales para ese momento en donde las parejas se hacian cariños o regalaban cajas de bombones; o en amores virtuales, las clásicas postales por e-mail que tantos servicios de internet ofrecían. Esas cosas que en cualquier día del año eras cursis y pateticas. Y que en ese día se hacia la excepción.
Salió del estudio y sintió como la fresca brisa de la noche chocaba con su rostro.
Una noche en la que podía sentirse fácilmente como el amor fluía en las risas de las parejas que tomadas de la mano iban a pasear por el resplandor de luna nueva obsequiaba sin intenciones a los enamorados.
De pronto, vió pasar un hombre en su moto que lo vió fijamente por unos segundos de una forma intimidante que le nubló la mente de recuerdos de su ex prometido.

Se aseguró a si mismo que no tenía que bajar la guardía cuando ese ente de aire peligroso se alejaba por la calle. Resulta que le había llegado una carta, hacia ya una semana, desde la correccional de su pueblo avisándole que Charles Roschenberg ( su ex prometido) saldría en libertad condicional por buena conducta.
Eran las 00.14 de esa nueva fecha y pasó todo la semana nervioso de escuchar detrás suyo a Charles hablarle como si nada hubiera pasado en esos largos años de su ausencia, tratando de seducirlo. De atraerlo de nuevo al dolor.
Había ido a prisión por abusos hacia su persona pero no por los intentos de asesinatos a terceros, los cuáles su buen abogado había confirmado que no existían pruebas que confirmarán tales acciones dado que las víctimas estaban fuera del país y esas eran sólo sospechas.
Pero Leonardo Richard suponía que esas personas ya estaban muertas cuando escuchaba el alegato de ese hombre en ese juicio que ahora parecía tan lejano a la actualidad.

De repente en aquel silencio que su mente se había sumido, una voz le susurró en el oído:

-Feliz San Valentín.

Rápidamente se dió la vuelta esperando encontrar lo peor del mundo, sintiéndo su sangre viajar lo más veloces que podían ir mientras que su corazón iba a través de su garganta: como si quisiera salir de ese cuerpo y marcharse antes de que pudieran tomarlo nuevamente.

-Oh, Dios mio -expresó transpirado llevándo su mano al corazón asustado-. Me asustaste.

Era su actual pareja el que lo había sorprendido en plena meditación de su pasado que lo observaba sonriéndole curiosamente por el aspecto que traía su novio.

-¿Pensaste que era alguien más? -Le preguntó acercándose hacia él, tomándole el mentón para besarlo.- ¿Cómo te fue hoy en el programa? Escuché que repartiste premios.

-¿Sí? No creí que lo escucharías con todas esas canciones empalagosas que pusimos al aire. -Le decia entre jadeos.

-Soy de sorprender, Leo -Colcándo su mano en el pecho del blondo.- Y aún te esperan sorpresas en la casa...

-Estoy asioso -le sonrió.


...



Micah, le había colocado crema en su cuerpo para darle un masaje érotico. Fue la idea de Leo que lo atara de las manos (con unos pañuelos para cuello, de una textura sedosa) a los barrotes de la cama. Según sus palabras, el mejor placer era el que se disfruta lentamente.
Frotaba el miembro de Richard con intervalos rápidos que daban goze y luego pasaban a lentos desesperantes.
Después, dejó de hacer la masturbación y lamió y mordió los pezones de su amado para dejarlos duros; percibiéndo como aquel corazón que era de su propiedad en ese momento, latía desbocadamente de deleite.

Quería que todo fuera especial y agradable. Condescendiente en cierta forma porque aquella mañana cuando limpiaba encontró una carta guardada en la funda la almohada de su novio que revelaba de dónde provenía y por qué razón había sido enviada a su domicilio. Sabía que Leo había estado muy nervioso durante la semana y ahora sabía la razón.

-No me hagas rogar, Micah... -Le pidió sonrojado Leo, con su virilidad rozando su estomágo de impaciencia a que lo satisfazgan.

El de cabellos rojos bajó instintivamente hacia la parte baja y comenzó a
practicarle una felación que liberó gemidos de alivio por parte del rubio.

-Sí... asi... -le comentaba moviendo su cadera de arriba a abajo.

Se conocían desde ya hace algunos años por medio de unos amigos en común y en el lapso que pasaron juntos desúes de confesarse su mutuo amor, el blondo le contó sobre su abusiva relación que llevó con Charles. Le dijo cosas que le sorprendieron y otras que simplemente tuvo que escuchar para que su enamorado pudiera dejar salir esos horribles recuerdos que necesitaba confesar.

Lamió la única entrada que su amado poseía para lubricarla. Su lengua producía intermedios con sus dedos mientras él iba estimulando su propio sexo.

Las expresiones exasperantes que le delataban fácilmente al tratar de ponerse el profilactico, no podían ser comparadas con aquellos sonidos de ansiedad que Leo dejaba salir sin pudor o verguenza frente a él.

-Ya está... Ya puedes... -Le avisaba a Micah, Leo.

Mostró un poco de dolor al sentir el miembro de Nallan ingresar en él con lentitud. Pero gracias al lubricante del producto como el del condón, esa lentitud fue trasformada con prisa hasta llegar a un ritmo que los dos controlaban sincronizadamente.
Richard sentía como sus dedos de los pies se retorcían de placer. Practicamente, todo alrededor era olvidado cuando se encontraba en aquella realidad con su novio. Creía que solamente él podía hacerle sentir de esa forma tan tranquilizadora, tan atenta y deleitable para todos sus sentidos.
Y en esa ocación, realmente estaba disfrutándolo.

-Sí... Micah... màs ràpido...

Leo aprisionó el miembro de Nallan, agarràndo los barrotes aùn con màs fuerza que anteriormente, al tanto que su amante le decía que su punto de exitación estaba llegando.

-Los dos juntos... -Le pidió Leo traspirado y ansioso.

Micah desató las manos de su novio y este lo sujetó con fuerza al sentir que el climax los había alcanzado y ambos se habían venido.

-Ah...

-...feliz San Valentín... Nallan -Le dijo besándolo, adviritiéndo todo el cansacio que lo dominaba al dejar que su amante se reposara sobre èl, transpirado y jadeante.

-Y mañana... -Le miró lujuriosamente con una sonrisa -seguiremos.

Leonardo Richard sólo pudo emitir una breve sonrisa antes de dormirse abrazado con su amante.

Notas finales:

algún commet?


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