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Medicina Experimental por Izuspp

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Notas del capitulo:

Hola!!!!! Ja ja, lamento si alguien estaba esperando este capítulo, la verdad he tenido mucho trabajo últimamente además de que no muchas personas leen este fanfic (o al menos nadie me comenta así que no se si lo leen xD) y pues eso me desmotiva un poco a la hora de ponerme a escribir.

 

Capítulo 13

Descubrimientos

 

Las grandes pero delicadas manos del Doctor recorrían lentamente el torso de Jack, acariciando levemente su piel la cual se erizaba al contacto de los dedos del contrario, mientras los dos disfrutaban de una fogosa lucha que se llevaba a cabo en sus bocas, las dos lenguas no se daban por vencidas en tratar de invadir la boca contraria. Jack por su parte, no sabía que hacer con sus manos, pero para estar en igual condición, comenzó a desabrochar la camisa del Doctor, descubriendo así por primera vez lo que se sentía tener a su entera disposición tan varonil cuerpo. Se aventuró entonces a llevar sus manos hacia el pecho del pelinegro y comenzar a acariciar suavemente aquella piel que era tan agradable al tacto.

  Trent, quien tampoco había experimentado nunca el toque de manos ajenas, igualmente se arqueaba leve al sentir como esos torpes dedos recorrían con lentitud su pecho, explorando cada milímetro de virginal piel. Para los dos era una experiencia totalmente nueva pero presentían iba a ser algo que disfrutarían en demasía.

-¿Estás listo para pasar al siguiente nivel?- preguntó juguetonamente  el pelinegro, susurrando al oído de su pareja luego que se vieron obligados a separarse del beso a falta de aire.

-Sí…- contestó el castaño no muy seguro de su respuesta y a la vez deseoso de tener más. En ese momento, cada uno solo podía pensar en que tenía que poseer el cuerpo contrario, que estar separados no era tolerado ni un momento más. Sin embargo, a pesar de la urgencia que los dos sentían, el Doctor, prudente por naturaleza, sabía que les faltaba muchísimo por “prepararse” antes de llegar al acto final de esa maravillosa obra.

  El pelinegro abandonó por unos instantes a su amante para dedicarse a quitar esos molestos Jeans que impedían el acceso al cálido y ya semi despierto miembro contrario. Por extraño que a los dos les parecía, y muy distinto a lo que habían imaginado para esa ocasión, ninguno de los dos sentía vergüenza ni de tocar, ni de , ni de ver el cuerpo del otro desnudo; y mas bien, sentían mucha curiosidad por palpar, besar y experimentar ese desconocido territorio, que bien terminaba siendo la última prueba de que realmente estaban enamorados el uno del otro.

  El Doctor, había muchas veces visto el cuerpo de un hombre desnudo, pero jamás de esa forma, pareciéndole algo hermoso, algo artístico. El cuerpo de Jack en especial era un poco delicado pero a causa del trabajo duro de la granja, sus músculos estaban bien marcados y probablemente con el paso de los años se iría haciendo más y más fornido. Por su parte Trent no se quedaba atrás, siendo un médico se preocupaba por su salud tanto como lo hacía por la de los demás, por lo que siempre acostumbró a hacer ejercicio y comer adecuadamente, por lo que tenía una muy buena figura.

-¿Qué… que hará?- preguntó Jack mientras se cubría el rostro con las manos para no ver lo que el Doctor iba a hacer, él no era tonto y sabía perfectamente que seguía a continuación, pero eso no quitaba el hecho de que se sintiera bastante depravado si miraba.

-Tú no te preocupes, que luego llegará tu turno también- fue la respuesta del contrario quien se lo pensó un poco para comenzar a dar lentas lamidas por toda la extensión del miembro del castaño.

  Jack se arqueó mucho de placer al sentir la caliente y suave lengua del Doctor recorrer su hombría con tal destreza. A su vez, el sonrojo apareció intenso en su rostro, parte placer, parte vergüenza de saber lo que estaban haciéndole y que también tendría que hacerlo tarde o temprano. Intentaba también contener los gemidos que luchaban por salir, no fuera que los escucharan los demás y descubrieran a qué habían ido en realidad a ese pueblo.

  El Doctor continuaba repasando lentamente la erección de Jack, para luego atreverse a lamer sus testículos también, acción que hizo que Jack tuviese que taparse la boca esta vez, sentía demasiado placer y sabía que eso apenas era el comienzo. El castaño se aferró a los cabellos del contrario que continuaba regalándole tan embriagantes atenciones a su parte baja. Nuevamente, el Doctor haciendo uso de su conocimiento, le indicó a Jack que se pusiera de pie, sin dejar lo que estaban haciendo, y de ese modo el mayor tuvo acceso a la entrada de su pareja, en donde un travieso dedo comenzó a colarse.

  Jack no se esperaba eso para nada, lo único que hizo fue sobresaltarse y halar fuertemente los cabellos de su amante, quien con esa acción supo que estaba logrando su cometido. El dedo del doctor se fue adentrando más y más moviéndose lentamente en aquella cavidad, luego de un rato de masajear insertó el segundo dedo aumentando el ritmo, su boca se encontraba ahora llena por el miembro contrario que había introducido del todo. El castaño sentía la vista nublar con tanto placer, ya ni siquiera se aferraba a la cabeza del contrario que tan arduamente trabajaba.

-Do-doctor, siento que…-  Trent sabía muy bien lo que venía a continuación y seguido de las advertencias de su pareja, sintió su boca llenar con el cálido líquido de intenso y extraño sabor, el que tragó enseguida; al ver hacia arriba pudo observar el asustado rostro de Jack.

-¿Qué te ocurre? No, es algo tan extraño…- preguntó mientras sacaba sus dedos de la entrada de Jack y se ponía en pie mirándolo frente a frente con esa seria expresión suya.

-Lo siento, usted sabe que jamás había visto ni sentido nada como esto…- se excusó Jack a quien le había parecido tan solo un poco grotesco el que su pareja hubiese tragado su semen.

-Lo sé, ya nos acostumbraremos- ciertamente para el Doctor tampoco fue la más grata de las experiencias del todo, pero aun así no podía negar que le había gustado mucho, su propio miembro erecto y palpitante era la prueba de ello, y ya era hora de darse atenciones a sí mismo ya que de seguro Jack no se atrevería por ahora a hacer lo mismo que él.

El pelinegro lentamente empujó a su pareja para que quedara acostado sobre la cama y humedeciendo sus dedos en la boca los llevó nuevamente a la entrada de Jack.

-Es- es su turno… ¿Cierto?- preguntó el granjero que sintiendo que su interior quemaba, se asía a las sábanas a causa de los dedos invasores.

-No te preocupes, te  he preparado bien- sentenció el pelinegro quien se aseguró de disponer todo para no llegar a maltratar a su pareja. Entonces con la mano contraria tomó la propia erección llevándola lentamente hasta la entrada de su pareja, y sustituyó sus dedos con su miembro en el apretado  y caliente interior de Jack.

   Comenzó entonces a penetrar lentamente sintiendo su miembro perfectamente acogido, definitivamente una experiencia indescriptible para él, jamás llegó a imaginar sentir tanto deleite, sentía que solo quería más y más por lo que no dudó ni un segundo en comenzar a moverse más rápidamente, para su desgracia, Jack que sentía bastante dolor al ser invadido de esa manera comenzó a gemir fuertemente. Pero el Doctor le dio solución rápida a eso, cambiando la posición de manera que con sus labios pudo alcanzar los de su pareja y de este modo ahogando los gemidos en un apasionado beso.

 La mente de Jack ya estaba nublada, no podía pensar en nada más que en lo bien que comenzaba a sentirse, el Doctor llegaba ahora tan profundo cada vez que empujaba hacia adelante, que tocaba un punto que lo hacía sentir como en otro mundo. Jamás en toda su vida se hubiese siquiera imaginado todo aquello, el dolor iba desapareciendo poco a poco dejando paso solo al gozo.

   El pelinegro no se quedaba atrás, el haber leído miles de libros sobre sexo jamás le hubiesen podido describir como el realmente se sentía. Finalmente sus caderas se movían casi involuntariamente, respondiendo a los impulsos del instinto, no tardó en llegar a su clímax, llenando el interior de su amante con su esperma, ambos mordieron sus labios para evitar gritar.

  Exaltados y jadeantes se miraron el uno al otro y sin necesidad de decir palabra alguna, lograron comunicarle al otro sus sentimientos. Un muy claro “Te amo” se reflejaba en los ojos de cada quien. Ahora que habían consumado su amor en ese acto, sabían en definitiva que estaban realmente enamorados.

  Trent se retiró cuidadosamente del interior de Jack, y luego le ayudó a sentarse, le besó levemente en los labios y lo abrazó dulcemente.

-Te amo Jack, gracias por darme esta oportunidad- susurró a su oído. Los dos aún jadeaban y trataban de recuperar el aliento. Entre el cansancio y la conmoción de escuchar esas palabras el castaño sintió deseos de llorar, estaba tan feliz que pensaba que podía morir en ese momento. Sin poder decir nada se abrazó también al cuerpo de su amante, y no pudo evitarlo, las lágrimas simplemente comenzaron a salir incontrolables.

   El Doctor que no entendía muy bien lo que le pasaba a su pareja lo miró con una expresión entre interrogante y preocupado sin llegar a preguntar, Jack negó con la cabeza y le sonrió para luego buscar los labios del pelinegro.

-Gracias a usted por amarme tanto- contestó el granjero luego de separarse del beso y secando sus lágrimas. Hubiesen deseado quedarse allí abrazados por siempre, pero tenían que limpiar todo el desorden que habían hecho. El pelinegro le indicó a Jack que se quedara acostado solo por si acaso, y se dirigió al baño que había en la habitación, regresando con un recipiente con agua y una toalla.

   Jack comenzaba a sentir mucho sueño y de hecho empezaba a dormirse cuando sintió algo frío que tocaba su cuerpo. El Doctor había humedecido la toalla con el agua y ahora se encontraba limpiando delicadamente el cuerpo de Jack.

-No te preocupes, necesitas asearte ¿no es así?- dijo el pelinegro al notar la sorpresa de su amante ante esa acción. El castaño se sonrojó nuevamente, ese acto le parecía algo muy íntimo y  en cierto modo algo muy romántico. El pelinegro continuó aseando a su pareja cuidadosamente e incluso le ayudó a ponerse su pijama, Jack no entendía el por qué pero no le desagradaba en lo más mínimo.

   Trent le indicó que se acostara en la otra cama para quitar la sábana de la que habían usado, al levantarse Jack sintió un agudo dolor, ahora comprendía el porqué de las atenciones del Doctor, sin embargo no era algo que no pudiese soportar, incluso era más doloroso el golpe que tenía en su brazo, aunque mientras estuvieron teniendo sexo no le molestó en absoluto.

  El granjero logró quedarse dormido, y el pelinegro terminó de limpiar la habitación y procedió a darse un baño. Repasaba nuevamente lo que había recién sucedido, jamás se hubiese imaginado sentirse tan dichoso, nunca pensó que llegaría a enamorarse tanto y en tan poco tiempo, y de una persona que realmente no conocía demasiado, pero que su forma de ser, su perseverancia y dulzura lo lograron cautivar por completo. Salió del baño y se colocó la propia pijama también se sentía fatigado, después de todo era la primera vez que tenía sexo, pero pensaba que no les había ido nada mal.

  Finalmente se acostó junto a su amante no sin antes besar su mejilla sutilmente, por vez primera en su vida, el pelinegro se durmió mostrando una enorme sonrisa.

 

   Al día siguiente, el Doctor le dijo a Rubí que había derramado ‘algo’ en la sábana y que había intentado lavarla en el baño y que se secara, cuando le entregó la húmeda prenda a la dueña de la posada. Realmente la había lavado en el baño lo mejor que pudo para ocultar todo rastro de lo que pasó la noche anterior en aquella habitación. Por suerte la mujer creyó la historia y al parecer nadie en el lugar se dio cuenta de lo que sucedió.

-Hoy estaré todo el día en casa del Doctor Hardy, por lo que puedes hacer lo que quieras en el pueblo, sé que no te será difícil hacer amigos así que no me preocuparé por ti- dijo el pelinegro a su pareja mientras desayunaban, nuevamente sin mostrar expresión alguna. Jack pensó que parecía una persona totalmente distinta del expresivo y sensual hombre con quien estuvo la noche anterior.

-Sí, por favor no se preocupe por mí, ya encontraré con qué entretenerme mientras usted no esté- contestó el granjero quien por el contrario, desde que se levantó no podía dejar de sonreír.

-Pero no te canses mucho, ya que esta noche repetiremos lo de ayer- contestó el Doctor hablando casi en un susurro. Al escuchar eso Jack se avergonzó muchísimo. Trent se levantó y se despidió dejándolo solo y en shock.

“¿Tendrá pensado que hagamos eso todos los días? Es decir, no es que me desagrade, y tenemos que aprovechar el poco tiempo que estemos aquí, lo que me temo es que me llegue a gustar demasiado y luego no podamos hacerlo cuando regresemos a Mineral Town” con ese pensamiento el granjero terminó su desayuno y se dedicó a recorrer el dichoso pueblo deteniéndose a hablar con cada persona que encontraba.

  Para Jack la gente de allí era bastante excéntrica pero interesante, además de que todos eran muy amables. Se le ocurrió que podía ir a las granjas que había visto al llegar allí para pedir consejo a los otros granjeros y eso hizo, llegó a una de las granjas en donde conoció a una agradable mujer llamada Vesta, quien lo invitó a almorzar y pasó todo el día enseñándole cosas sobre la granja y los cultivos, hasta que se dio cuenta de que ya era de noche, de manera que se despidió de Vesta agradeciéndole sus atenciones y prometiendo que regresaría y partió de vuelta a la posada.

  Pero cuando iba en el camino en medio de la oscuridad, sintió unos brazos rodearle y no pudo evitar sobresaltarse y gritar levemente.

-¿Te asusté John? – preguntó el dueño de aquellos brazos.

-Yo-yo no me llamo John… Soy Jack…-

-¿Eh?- los brazos soltaron al granjero y lo tomaron por los hombros para voltearlo, quedando de frente con el joven que lo había confundido.- ¡Por la diosa! Eres idéntico a John ja ja ja- el autor de tal descuido era un joven muy bien parecido y extraño como todos en ese pueblo: la palidez de su piel competía con el blanco color de su largo cabello, que combinaba de manera perfecta con el azul claro de sus ojos. Llevaba una camisa blanca con un extraño estampado y pantalones violeta oscuro.

-Lo siento, no soy a quien buscas- contestó Jack quien estaba un poco asombrado de ver lo guapo que era ese joven, pero también asustado de que hubiese pensado que era apuesto, ¿realmente se estaba volviendo  gay? Especulaba.

-Ja ja, discúlpame a mí, no debí de abrazarte sin asegurarme de quien eras, pero es que en serio eres muy parecido a él. Mi nombre es Skye, un placer  ¿Así que eres nuevo en el pueblo?-

-¿Eh? No, vine desde Mineral Town con el Doctor Trent para ver al Doctor Hardy y que tratara mi brazo, me herí al caer de un caballo- explicó el castaño.

-Mmm ya veo. ¿Entonces eres granjero en Mineral Town?-

-¡Sí! Aunque no soy lo que se pueda decir un granjero, hace poco más de medio año que llegué desde la ciudad y he estado intentando aprender el trabajo-

-¡Cielos! Hasta en eso te pareces a John…-

-¿Puedo preguntar quién es él?-

-Ah lo siento, lo siento. Verás, hace un tiempo llegó a este pueblo un chico de la ciudad llamado John, y tuvo muchos problemas para poner en marcha su granja, pero al final le fue muy bien afortunadamente.-

-Ya veo- Jack se percató de que hablaba del mismo hombre de quien le había hablado Hugh, el pequeño que había conocido el día anterior.

-Y bueno, como no eres de este pueblo no me importa tampoco contarte esto- comenzó a hablar de nuevo Skye. –La razón por la que te abracé pensando que eras John, es porque él y yo somos amantes desde hace un tiempo.-

-¡¿Eh?!- Jack se sorprendió muchísimo al escuchar aquello. Que algo así pasara en pueblos continuos, y con dos personas que se encontraban en igual condición. ¿Acaso a todos los citadinos los terminaban conquistando los campesinos?

-Sé que es extraño, y para mí lo fue al principio también, puesto que disfrutaba mucho la compañía de las damas, pero él fue el único que creyó en mí, un simple y vil ladrón y me ayudó a cambiar, así que una cosa llevó a la otra y bueno… Sé que no es algo que te gustaría escuchar je je-

-¡No!... es decir, yo…- el color rojo apareció en las mejillas de Jack en ese momento.-A decir verdad, estoy en una situación parecida…- confesó.

-¿En serio?... mmmm ¿Con el Doctor ese que dices?- el granjero abrió mucho los ojos con esa pregunta. -¡Acerté! Ja ja ja… Bien, me alegra que sea así. En fin Jack, no te voy a quitar más tiempo, es un placer haberte conocido- dijo Skye ofreciéndole la mano y sonriéndole galantemente.

-El placer fue mío Skye, realmente me da gusto haber podido hablar contigo-contestó el castaño estrechando la mano del contrario.

-Una última cosa: la granja y el Doctor, ¡No te des por vencido con ninguno de los dos!- dicho esto el ‘ex-ladrón’  se despidió y siguió su camino.

“Jamás lo hubiese imaginado… Me hubiera gustado ver al tal John también, espero encontrarlo en estos días que estaré por aquí…” Jack pensativo continuó su camino al llegar a la posada. Una vez allí, cenó junto con el Doctor y le contó todo lo que había aprendido y hecho durante el día, salvo su encuentro con Skye, eso se lo dejaría como una anécdota personal.

  Los hombres subieron a la habitación y una vez allí no tardaron en ponerle seguro a la puerta y despojarse rápidamente de sus ropas, esa noche y las siguientes hasta que regresaran a Mineral Town, continuarían haciendo el amor.

 

Continuará…..

Notas finales:

Bueno, espero que les haya gustado este capítulo, se noooota que hace años no escribo lemon ;_; me quedó horrible!! y también se nota que ya no tengo buenas ideas xD...


En fin, por favor, si leen el fanfic me gustaría saberlo así me motivo más a escribir rápido xD además que me gusta que me hagan saber que les gusta y que no, para  no escribir cualquier cosa.


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