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Medicina Experimental por Izuspp

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Notas del capitulo:

¡Hola! Un gusto volver a encontrarme con ustedes los pocos que me leen, aunque no me dejen comentarios estoy segura de que hay varias personas que me leen y eso de igual forma me pone bastante contenta, aunque sería mucho mejor que me dejaran sus comentarios, así sabría en qué estoy fallando y también si hubieran peticiones especiales podría escribirlas para ustedes. Sé que este no es un juego que muchos conozcan, o al menos no muchos de los que les gusta el yaoi, así que no conseguiré jamás que lo lean demasiado, pero prefiero tener pocas personas pero constantes, así tal vez no me daría tanta pereza actualizar el fic xD. Si supiera que algunas personas me leen y les gustaría leer más a menudo, me motivaría para escribir más rápido xD


En fin, si están leyendo se los agradezco muchísimo y espero que disfruten el nuevo capítulo :D!

Capítulo 6

Y muchas más sorpresas de verano…

 

 

   Los segundos le parecían horas en ese momento, su corazón se aceleraba, Jack pudo comprobar de una vez por todas que en efecto estaba enamorado de ese hombre. Comenzó incluso a sudar frío.

-¿Te sientes bien?- le preguntó el Doctor que con todos sus conocimientos sobre el cuerpo humano era más que capaz de notar que algo extraño le ocurría al castaño.

-¡N-no! No me ocurre nada… es solo que…- Jack volteó a ver su mano la cual estaba entre las del Doctor, el pelinegro cayó en cuenta de la situación e introdujo su mano en su bolsillo para luego sacar una pequeña bolsa de tela color rosa y colocarla entre las manos de Jack.

-Elli horneó unas cuantas galletas esta mañana y me las regaló, pensé que querrías algunas con tu té, pero como decidiste irte, puedes llevártelas y comerlas después- dijo el hombre con su tono indiferente de siempre.

-¡Oh!... ya veo…- Jack se sentía demasiado estúpido en ese momento ya que por un momento pensó que se trataba de cualquier cosa menos que el Doctor le regalara unas cuantas galletas. –Entonces, con su permiso. ¡Y muchísimas gracias por todo Doctor!- dicho esto el joven salió rápidamente de la clínica, con una mezcla de vergüenza y decepción.

“Eres tonto ¿Sabías?” pensaba. “Por la Diosa que no tengo idea de lo que estoy haciendo… por supuesto que el Doctor no es de los de mi tipo…” ya incluso pensaba en él mismo como en una persona homosexual. Finalmente llegó a su casa, pero no pudo pegar el ojo en toda la noche puesto que le daba vueltas al asunto una y otra vez.

  Al día siguiente Jack se levantó temprano como de costumbre y salió de su casa para ir a alimentar a sus gallinas, puesto que sus “cultivos” habían muerto no tenía mucho que hacer en la granja en esos días. Pensaba que podía intentar cultivar en la estación siguiente, tal vez tendría suerte esta vez. Pero cuál fue su sorpresa al salir a su campo y encontrar todas sus plantas vivas como por obra de magia. Simplemente no se explicaba que podía haber pasado allí, todo era tan irreal y antinatural que daba miedo.

Entonces fue cuando frente a él se aparecieron los extraños enanitos del otro día. Uno detrás del otro caminaban en fila hasta que llegaron donde Jack estaba.

-¡SORPRESA!- gritaron todos al unísono.

-Como te dijimos ayer Jack, hemos venido a ayudarte- habló el duendecillo color púrpura.

-Notamos que tus cosechas estaban muertas así que nos tomamos la libertad de darte una mano con eso y arreglarlas, esperamos que de ahora en adelante las cuides por favor- dijo el enanito color naranja.

-¿Pero cómo?- a Jack ya se le habían olvidado los dichosos duendes con todo lo que había estado pasando durante la noche, por lo que su sorpresa fue mucho mayor.

-Para nosotros muchas cosas son posibles Jack, con el tiempo lo irás descubriendo- dijo esta vez Chef.

-¡Ustedes son sorprendentes!- exclamó el castaño maravillado por su reciente descubrimiento de que en efecto, la magia y las criaturas encantadas existen.

-Esperamos haberte sido de ayuda. ¡Hasta pronto!- exclamaron todos nuevamente y se despidieron sacudiendo sus manos en el aire.

El granjero aún no salía de su asombro, se acercó a las plantas tocándolas como comprobando que sus ojos no le engañaban. Jack se puso sumamente contento, decidió ese día ir por primera vez a la biblioteca en donde podría leer acerca del cuidado de las plantas, esta vez se aseguraría de que no murieran de nuevo.

 Abrió la puerta de la biblioteca y entró, allí frente a un escritorio se encontraba la muchachita que conoció en la casa de Saibara el otro día, desde ese entonces no la había vuelto a ver. Jack se acercó un poco avergonzado de ser la primera vez que visitaba el lugar en tanto tiempo.

-Ho… hola ¿Mary cierto?- preguntó con un tono de voz bastante bajo.

-¡Oh Hola Jack! Qué extraño es tenerte por aquí ji ji, pensaba que nunca te ibas a aparecer por estos lados, pero veo que me equivoqué. Pero bueno ¿Qué necesitas?- preguntó la pelinegra amablemente.

-Bueno, estaba buscando algunos libros sobre el cuidado de las plantas, aún soy un novato en todo esto de cuidar granjas y me gustaría aprender a hacerlo bien lo más pronto posible je je-

-Ya veo, ¡Pues estás en el lugar correcto! Tenemos una gran variedad de libros de ese tipo en el primer piso, en el segundo piso podrás encontrar libros que tratan sobre las demás actividades que puedes realizar en Mineral Town, como minería, pesca y cosas por el estilo. Así que pasa y ¡lee tanto como necesites!- dijo la joven de las gafas sumamente entusiasmada, ya que no muchas personas visitaban la biblioteca.

  Jack caminó hacia los enormes estantes los cuales estaban repletos de libros, comenzó a buscar entre los títulos algunos que le pudieran servir y cuando tuvo una cantidad considerable los llevó a una de las mesas y comenzó a elegir con cuál comenzar. Pero de pronto notó algo en común entre todos ellos.

-¿La persona que escribió todos estos libros fue Basil?- preguntó a Mary. Jack conocía algo a Basil, era el joven hombre que iba a beber todas las noches al bar junto con los demás hombres. En realidad solo aparentaba ser joven pero la vida en el campo le había sentado de maravilla.

-¿Eh? ¡Sí! Mi padre escribió la mayoría de los libros de esta biblioteca, ¿No es impresionante? A mí me gustaría poder escribir como él algún día- dijo sonriente e hinchada de orgullo la jovencita.

-¡¿Tu padre?!- “Cielos… sabía que Basil era viejo, pero no tanto como para ser el padre de Mary…” pensó el castaño sorprendido. Luego pensó en preguntarle a Basil su secreto algún día cuando lo encontrara en el bar. Definitivamente quería ser como él cuando alcanzara esa edad.

-¡Sí! Mi padre ha dedicado su vida entera al estudio de las plantas y la naturaleza, y ha escrito gran cantidad de libros. ¡Él sabe todo acerca de Mineral Town! Así que puedes preguntarle lo que sea cuando desees-

-¡Gracias! Creo que lo haré uno de estos días, me será de gran ayuda- Jack comenzó a leer cuidadosamente los libros, buscando las partes más importantes ya que tampoco era muy amigo de la lectura, pero le estaba sirviendo de mucho, poco a poco descubrió muchas cosas útiles que le servirían de ahora en adelante, y la lectura comenzaba a entretenerle conforme más leía, sin darse cuenta había pasado varias horas con la nariz metida entre los distintos libros, y su atención se desvió de la lectura únicamente porque la puerta de la solitaria biblioteca se abrió de nuevo.

  La persona que entró fue nada más y nada menos que Gray, quien tenía la costumbre de ir a leer todos los días. El joven se acercó al escritorio de Mary y la saludo, hablando con ella bastante animado. Jack nunca lo había visto de esa manera, salvo el día en que ella estaba en la casa de Saibara, lo que le hizo pensar que había algo más entre ellos dos. Gray entonces dejó de hablar con la pelinegra y se dirigió a los estantes pero paró en seco al ver a Jack entre esa pila de libros.

-¡Hola Gray! ¡Qué gusto verte!- Saludó el castaño bastante entusiasmado y regalándole la mejor de sus sonrisas. Gray por su parte escondió su rostro a como pudo con la visera de su gorra como era su costumbre, y un leve color pudo notarse en su rostro.

-Hola Jack…- saludó por lo bajo y se dirigió a los estantes buscando algo para leer ese día.

-Ya sé que es algo raro verme por aquí, pero decidí que si quiero ser un buen granjero tengo que ponerme a estudiar y comenzar a aprender todo lo que pueda- explicó el castaño sin que nadie se lo pidiera.

-¡Eso es grandioso!- se dejó decir el pelirojo en un ataque de inusual entusiasmo, del cual se dio cuenta de inmediato haciendo que su sonrojo aumentara. Como no quería parecer descortés, cuando tuvo un libro que llamara su atención Gray se sentó en la misma mesa que Jack, pero escondiendo su rostro detrás de dicho libro.

-Oye Gray, ahora que recuerdo, me gustaría hacer algo por ti ¿Sabes?- continuó Jack.

-¿P-por-por mí?- preguntó el pelirojo sorprendido.

-¡Sí! No lo sé, invitarte a cenar o algo por el estilo. Me has ayudado en varias ocasiones desde que vine aquí y no he tenido la oportunidad de agradecerte apropiadamente. Así que ¿Qué te gustaría?- preguntó mostrando una enorme sonrisa.

-No… no es necesario, en serio, lo hice con gusto…- contestó Gray escondiéndose mucho más en su libro.

-¡Vamos! De verdad que me gustaría agradecerte, pide lo que sea y te lo daré, claro si está dentro de mis posibilidades,  ja ja ja… Y no aceptaré un “No” por respuesta- sentenció al final.

Gray suspiró, dándose por vencido ya que estaba seguro de que Jack no lo dejaría en paz nunca. –D-de acuerdo Jack, Kai me pidió que le ayudara mañana a arreglar una máquina que usa en su restaurante, ¿Te parece si nos vemos allí mismo mañana a las dos de la tarde? Luego de arreglar su máquina podremos comer en su tienda- realmente Gray no quería ir a comer con Jack, le daba bastante vergüenza pero no tuvo otra salida.

-¡Perfecto! Entonces allí estaré mañana, ahora que lo pienso nunca he ido a comer al restaurante de Kai, así que será una buena oportunidad je je- ahora que lo pensaba no le hacía mucha ilusión ir a ver a Kai, pero todo sería para agradecer a su amigo Gray quien lo había ayudado en varias ocasiones.

El resto de la tarde Jack continuó sus estudios muy concentrado y sin volver a dirigirle la palaba al pelirojo o a la chica. Cuando sintió que era suficiente por ese día, se despidió de los dos jóvenes y se dirigió a su granja nuevamente. Una vez allí se dedicó por largo rato a observar su campo, Jack se sentía sumamente emocionado, pensaba en que lo lograría, en que podría sobrevivir en ese lugar y hacer una vida feliz allí.

  Al día siguiente, el granjero comenzó a poner en práctica todo lo que había leído el día anterior, regó sus plantas con la cantidad de agua correcta e incluso consiguió algo de abono natural para nutrirlas mejor. Luego como de costumbre alimentó a sus gallinas y depositó los huevos para ser vendidos por la tarde. Al terminar las labores cotidianas decidió ir a la montaña y recoger algunas cuantas hierbas que también podría vender, mientras más pudiera ganar mejor sería. Hasta que al fin llegó la hora en la que tenía que ir a la playa a ver a Gray.

 El castaño llegó al restaurante, esperando que al estar con su amigo, Kai no intentara hacer algo como lo que hizo el otro día. Un poco temeroso abrió la puerta mostrando su mejor sonrisa que se borró instantáneamente y se curvó en forma de “o” al igual que sus ojos que se abrieron de par en par ante la visión que estaba presenciando en ese momento.

  Ni más ni menos Gray se encontraba sobre el mostrador del restaurante, a su vez, Kai se encontraba sobre Gray, devorándolo como lo había hecho con Jack la vez anterior. El rostro del pelirojo ya había alcanzado un color que hacía juego con su cabello, se notaba que no estaba del todo contento con la situación, pero al igual que Jack, tampoco hacía nada por detener al lujurioso moreno que estaba sobre él. Jack pensó que así se debió sentir el Doctor al verlos a él y a Kai el otro día en esa misma situación. Incomodidad, sorpresa, y esa sensación de querer salir corriendo pero que sus pies no respondiesen a sus órdenes.

-¡¿Jack?!- exclamó Gray cuando por alguna razón abrió sus ojos y se dio cuenta de que el granjero se encontraba en primera fila observando el indecoroso espectáculo. De inmediato Kai dejó su labor y volteó a ver a la puerta en donde se encontraba el castaño como paralizado.

-¡Jack! Vaya, no me esperé que alguien viniera al restaurante a esta hora je je je… Pero bueno, ¿No quieres unirte a la fiesta Jack? ¡Hay espacio para otro más!- exclamó el moreno mostrando sus dientes aperlados y riendo a carcajadas, mientras que el rostro de Jack ya estaba tomando un color similar al de Gray, quien ahora parecía que en cualquier momento iba a romper a llorar. Justo en ese momento Jack desvió su mirada a otro lado de la escena solo para darse cuenta de que la mano de Kai permanecía escondida dentro del pantalón de Gray, justo en su entrepierna. El granjero sentía que podía desmayarse de la vergüenza.

-Siento haber interrumpido… gracias por la oferta Kai, pero tendré que rechazarla je je…- reía nerviosamente –Si me disculpan, creo que volveré en otro momento…- al fin los pies de Jack reaccionaron y lo sacaron rápidamente de allí. El castaño corrió y corrió hasta llegar a su casa y encerrarse allí.

-¿Qué demonios fue todo eso?- Jack no se explicaba que acababa de ocurrir, luego de lavarse el rostro y serenarse un poco, pudo pensar con más claridad. La única explicación para lo que acababa de presenciar, era que Gray fue a arreglar la dichosa máquina y que justo como él, fue “atacado” por el peligroso moreno. –Supongo que tendré que buscar a Gray luego y decirle que todo está bien, a como es de tímido probablemente no me vuelva a hablar nunca en su vida je je, tendré que decirle que entiendo que él también fue una víctima…- pero Jack aún no se decidía en si Kai era una buena o mala persona. Era tan alegre, vigoroso y amable, pero a la vez hacía ese tipo de cosas que lo hacían quedar en duda. Ahora Jack comprendía porqué los demás hombres de la aldea lo odiaban.

Jack no pudo sacar de su mente esa escena durante todo el día, y no pudo dormir durante la noche pensando en que tal vez si se hubiera quedado, hubiese “salvado” a Gray, así como el Doctor lo hizo el otro día con él. Era cierto, si el Doctor no hubiera llegado en aquella ocasión probablemente Kai hubiese llegado hasta el final, Jack tragó grueso al pensar en la mano del moreno dentro de sus propios pantalones. Cuando al fin logró conciliar el sueño, comenzó a soñar con unas mas bien cálidas y amables manos pálidas que lo acariciaban suavemente, al encontrarse con el rostro del dueño de esas manos, Jack en su sueño sonrió e intentó besarlo.

 El castaño despertó al escuchar que golpeaban a su puerta, ya era de día, pero al no haber podido dormir no había descansado lo suficiente, tampoco recordaba nada de lo que había estado soñando, aunque tenía la sensación de que fue algo bueno. Abrió la puerta para encontrarse con Rick a quien saludó alegremente y le preguntó el motivo de su visita.

-Buen día Jack, hoy vengo a invitarte a que asistas mañana al festival de la vaca, el cual se llevará a cabo a las diez de la mañana en el rancho Yodel, Barley tuvo que haber venido a invitarte pero está bastante ocupado con los preparativos para mañana. Aunque no tengas vacas que puedan participar en el concurso, puedes venir y así conocerás otro de los festejos que tenemos en Mineral Town, así que espero verte allá. ¡Ten un lindo día! – dicho esto el rubio abandonó la granja, todo indicaba que Rick era algo así como un encargado de los festivales en el pueblo.

-Así que otro festejo, supongo que me servirá para despejar la mente- Ese día Jack decidió dar una vuelta por el pueblo luego de atender su granja, pasó frente a la granja avícola en donde saludó a Popuri, y habló un rato con ella contándole sobre sus gallinas. Luego echó un vistazo al rancho en donde Barley y May se encontraban muy atareados con los preparativos por lo que decidió no molestarlos. El resto del día se la pasó caminando por el pueblo, se detenía a conversar con quienes encontraba, claro estaba evitando sobre todos los medios la playa y la clínica, tampoco pasó a la biblioteca u otros lugares en donde pudiese encontrarse con Gray, ya que sentía que aún era demasiado pronto para hablar con él, y se sentía algo culpable por haberlo abandonado, seguramente Kai le hizo vaya la Diosa a saber qué al pobre de Gray.

El día del festival, Jack se dirigió al Rancho Yodel luego de atender su granja, no esperaba nada muy emocionante ya que el día anterior le habían contado que el concurso consistía en votar por la vaca más saludable y que diera mejor leche, pensaba en que iba a ser bastante aburrido de hecho. Cuando el castaño llegó, Barley le dio la bienvenida indicándole que pasara a observar a las vacas para que luego pudiese votar por su favorita.

 Pero el día de Jack se hizo al ver que ahí entre las vacas y la gente, se encontraba nada más y nada menos que el Doctor, y no era el hecho de verlo allí lo que intrigaba al castaño, era el ver que su inexpresivo rostro había desaparecido por completo para darle lugar a una bien formada sonrisa. “Da un poco de miedo…” pensaba, pero Jack no se acercó al hombre hasta que este volteó a ver y al notar que el granjero se encontraba allí se dirigió hacia él.

-¡Jack, que bueno que viniste!- saludó extrañamente alegre y enérgico el pelinegro.

-Ho-hola Doctor, sí ayer me invitaron y decidí venir a observar un poco… mmm ¿Puedo preguntarle algo?- se aventuró a averiguar ya que la curiosidad le ganaba más que la vergüenza.

-¡Claro! Puedo contarte todo lo que quieras sobre el festival- dijo el hombre.

-No es eso… Solo quería saber… ¿por qué se encuentra tan alegre hoy?... ¡Disculpe si es mucho atrevimiento de mi parte el preguntar!- se apresuró a casi gritar con el rostro rojo de la vergüenza que sentía. El Doctor le observó por un instante para luego comenzar a reír fuertemente, ahora Jack sentía mucho más miedo al presenciar las carcajadas del pelinegro.

-¿Así que era eso? Ja ja ja. No te preocupes, no te culpo Jack. Entiendo que sientas que me veo mucho más alegre de lo normal, pero simplemente no puedo evitar el sentirme contento al venir aquí. Verás, si hay algo que me gusta en esta vida es la leche, es una sustancia tan fascinante, nutritiva, útil y ¡deliciosa también!, es una de mis cosas favoritas y por eso me encanta venir a este festival.- Jack escuchaba toda la explicación encantado, y es que saber que había algo que hacía sonreír al Doctor, y que ese algo era tan simple como la blanca y espumosa leche, era aún mejor.

En ese momento Jack decidió trabajar el doble de duro para poder comprar una vaca. No tenía muy claro el por qué había decidido eso de pronto, como si le fuese a ayudar a lograr algo con el Doctor, pero quería al menos poder regalarle una botella de leche de vez en cuando y ser capaz de volver a ver esa sonrisa de nuevo. Daría lo que fuese por poder verla más a menudo, era lo que pensaba en ese instante.

  El castaño y el pelinegro pasaron juntos el resto del día en el festival. Jack no pudo haber pedido nada más, venía con la expectativa de aburrirse pero se la pasó de lo mejor junto al Doctor, quien le explicó las propiedades curativas y nutritivas de los lácteos, también escuchó la charla de Barley sobre el cuidado de las vacas, que le serviría de mucho en el futuro; degustó varios tipos de leche y en fin, se la pasó de maravilla.

  Al final del festival el Doctor decidió acompañar a Jack hasta su casa, como si de acompañar a una señorita se tratase.

-Bueno Jack, me divertí mucho el día de hoy gracias a ti- dijo el pelinegro quien aún no abandonaba su sonrisa.

-Lo mismo digo Doctor, seguramente no me la hubiera pasado tan bien de no haber sido por usted. Y bueno, no era necesario que me acompañara a mi casa je je, ahora el camino a la clínica le será más largo- dijo algo cohibido al final.

-No es nada, me hace falta caminar de vez en cuando… ¿Sabes Jack?, al finalizar el verano se lleva a cabo un festival de Fuegos artificiales en la playa, espero verte por allá también…- como estaba muy oscuro Jack no estaba seguro si el doctor se encontraba algo sonrojado, pero bueno ¡Era el Doctor! El hecho de que ese día sonriera no significaba que se iba a sonrojar también, seguramente era producto de su imaginación pensó Jack.

-¡Allí estaré Doctor! Tenga una buena noche y descanse mucho- dijo el granjero sonriendo.

-Tú también Jack.- El Doctor se fue en dirección a  la clínica y Jack entró a su casa en donde se dispuso a dormir. Jack no se dio cuenta de que el Doctor no le estaba pidiendo que fuera al festival de los fuegos artificiales solamente, sino que le estaba pidiendo que fuera con él. El Doctor por su parte, no se dio cuenta de que Jack no había entendido su invitación.

 

Continuará….

 

 

Notas finales:

Espero que lo hayan disfrutado y como dije, si leen comenten porfis, así sabré que puedo mejorar ^^


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