2. ONE MISSING CALL
- Ritsuka-kun ¿estás bien?- preguntó la peli-rosada concernida, al notar que bostezaba demasiado, desvelado y adormecido- ya sabía que algo no andaba bien ¿peleaste con Soubi?
- ¿Eh? No- Dijo sorprendido al notar que realmente se le había olvidado por completo la existencia de Soubi al meterse en sus propios y oscuros problemas… y hablando de eso, a pesar de que los Zero lo habían buscado insaciablemente, Soubi no había querido aparecer ¿le habría pasado algo?
- No te preocupes, yo sé que estará bien- pareció que Yuiko hubiese leído su mente por lo que se giró preocupado- pero, lo que a Yuiko le preocupa es que esos chicos sigan viniendo y Ritsuka-kun solo los ignore-
¿Por qué tenía que ser tan inteligente para esos detalles? Suspiró molesto y le dio la espalda, alejándose de ella y a la vez corriendo a la biblioteca en busca de un libro, pues en su nueva etapa de encierro, su único consuelo era leer incluso más que antes, lo que hacía que el libro que había sacado el día anterior ya no tuviera ni una sola letra que él no hubiese leído desesperado en busca de una escapatoria.
Entregó el libro, sintiéndose más tranquilo al notar que tenía más de 600 páginas de “El Trabajo” de Sartre para distraerse durante toda la noche antes de tener que correr al día siguiente a la biblioteca por un libro nuevo que le entretuviera.
Lo que le sorprendió fue notar, casi llegando a la puerta de salida, que Yuiko aún lo seguía, pero no alegre y emotiva como siempre, sino ligeramente deprimida, como si tuviera muchas preocupaciones, por lo que terminó girándose a ella en busca de consolarla
- ¿Tienes algo?- preguntó confundido
- Es que, ellos me pidieron que hablara contigo para pedirte disculpas por su actitud… Dijeron que solo querían hablar con Ritsuka-kun así que no tenías que huir de nuevo o mentirles… ¿Acaso te hicieron algo?- Dijo con sus verdes ojos llorosos como toda niña dulce
- No te preocupes por eso. No me hicieron nada, fue solo una pelea infantil- Sonrió tratando de evitar que siguiera metiéndose con ellos- pero es mejor que no hables más con ellos. Yo me encargaré de eso…
- Ummm… está bien- Dijo apesadumbrada antes de despedirse de él, tomando cada uno un camino distinto.
Unos pocos momentos después un cierto sentimiento de incertidumbre se apoderó de su pecho y se giró confundido, tratando de encontrar a Yuiko entre la multitud. La siguió entre las gentes y al encontrarla, se aferró a ella con fuerza y la miró confundido
- ¿Dijeron algo más?- la expresión de Yuiko al negar era la de una mentirosa- No mientas Yuiko ¿Dijeron algo más?
- D-Dijeron que Soubi-san estaba en un viaje de universidad, así que no debías preocuparte por él, sino por lo que ellos pudieran hacerse al no temerle a nada-
Malditos chantajistas. ¡El que no supieran diferencias el frío del calor y el dolor del placer no les daba derecho a chantajearlo de esa manera! Y sin embargo, la preocupación de que realmente llegaran a hacer aquello con lo que lo amenazaban, le llenaba de terror, porque en realidad… ambos le gustaban, mucho…
- ¡Natsuo, Youji!- gritó abriendo la puerta impulsivo, encontrándose con ambos chicos parados frente al mesón de la cocina, ocupándose cada uno de un alimento distinto bajo las órdenes de Kio
- Ritsuka-chan ¡Qué bueno que viniste!- Sonrió el mayor- Tienes que probar lo que han cocinado estos dos. Me tienen sorprendido
- ¿A sí?
- Claro, claro- sonrió Youji a la vez que le pasaba unas manzanas acarameladas que había preparado- Ten, para ti…
- Gracias…. ¿Eh? ¿Porqué las venditas?- la mano de Youji estaba en efecto, llena de curitas, al igual que la de Natsuo
- ¿Esto? No es nada por lo que debas preocuparte, solo unos intentos fallidos de cocina- Respondió Natsuo desde la cocina- vamos en un momento
Cada uno de los bocados que probaba eran exquisitos; sin duda esos chicos tenían un dote para la cocina, oculto entre las explosiones e incendios que ocasionaron las primeras veces que lo intentaron*. Una vez hubieron terminado de comer, tras algunos comentarios de Youji sobre un juego de batallas On-line que Soubi le había enseñado, los tres chicos decidieron quedarse a jugar, mientras Kio, notando que todo parecía estar bien, terminó por irse para el Convini** prometiendo regresar en media-hora…
Ritsuka lo había esperado, el momento en que ambos Zeros, al notar que ya no había impedimento se lanzaran sobre él a preguntarle entre besos y caricias sobre su decisión y así poderles decir lo que había pensado y aceptar su proposición… Pero ese momento no llegó, por más que el tiempo se iba entre ellos con el tic-tac amenazante del reloj, avisándole que ya solo quedaban quince minutos…
- Esto, Natsuo…-trató de iniciar una conversación mientras jugaba con Youji
- ¡Cállense! Necesito silencio para concentrarme- Chilló el peli-verde enojado, avergonzándolo lo suficiente como para quedarse callado
La conversación se congeló y cuando Ritsuka logró vencer a Youji y el control pasó a manos de Natsuo, la misma situación se repitió a la inversa…y ya solo quedaban diez minutos… Ninguno de los dos parecía interesado en decir nada sobre aquella situación, y si no se equivocaba eso era su culpa, lo cual solo lo molestaba más…
- Ah, se manchó el control- Dijo Natsuo con una cierta desilusión al ver que la herida de una de sus manos se había abierto, manchando ligeramente el control- Voy por algo para limpiarlo
- ¡Natsuo!- Lo llamó Ritsuka asustado, sujetando la mano ensangrentada entre las suyas- estas herido
- No tienes que preocuparte, no duele- Dijo seriamente el pelirrojo, sin conseguir nada aparte de preocupar más a Ritsuka…
- Idiota, el que no duela no significa que no haya una herida- Chilló molesto a la vez que corría por las medicinas de Soubi- Siéntate
Natsuo se sentó sin protestar, demasiado confundido por lo que estaba pasando para objetar nada. Ritsuka se sentó delante de él y le quitó las vendas de la mano, encontrando casi cinco heridas de cuchillo en cada mano, ensangrentadas
- Serás idiota- casi sin pensarlo, levantó la mano a la altura de sus labios y las besó con dulzura, sonrojando al pelirrojo- Tienes que cuidarte mejor
Las delicadas manos de Ritsuka, acostumbradas a tratar ese tipo de heridas, le curaron rápidamente, de manera que no volviera a sangrar. Luego limpió el control lleno de dedicación, y después de pensarlo por unos momentos de silencio, terminó por pedirle a Youji que se quitara las vendas también
- Mataku. ¿Tú también?- preguntó aburrido, besando también sus heridas antes de vendarlas
- ¿Por qué haces eso?- preguntó Natsuo desconcertado
- Porque de lo contrario solo se van a hacer más daño- respondió seriamente
- No eso, bakka. Se refiera a la razón por la que sigues besando nuestras heridas- corrigió el peli-verde, limpiando con sus dedos, la sangre de los labios del pelinegro para luego lamerla- ¿es porque sabe bien?
- No, es porque… creo que el amor hace más fácil que las heridas sanen- respondió nervioso
- ¿Eso significa…?- empezó Youji
- ¿…Lo que creo que significa?- terminó Natsuo
- Eso creo- afirmó el pelinegro haciendo que ambos chicos se lanzaran contra él, dejándolo tirado en el suelo mirando al techo
- Dilo, por favor… quiero escucharlo- Murmuró Youji acariciándole el vientre con una de sus manos, mientras entrelazaba su mano con la izquierda de Ritsuka
- Yo también quiero oírte decirlo- Dijo Natsuo emocionado, tocándole la pierna con su mano derecha mientras enlazaba la izquierda con la derecha de Ritsuka
- Ustedes me gustan- confesó nervioso- Quiero salir con ambos…-
Youji fue el primero en, al no resistir más la tentación, lanzarse a sujetar los labios de Ritsuka entre los suyos, jugando con ellos a acariciarse y adorarse, lamiéndole con una especie de dulce erotismo que hacia revolotear a las mariposas en su estómago, sujetando con fuerza las cálidas manos ajenas tan nerviosas como las suyas pero que de alguna manera, le hacían sentirse más tranquilo. Quedaban cinco minutos…
Natsuo le siguió algo más tímido, acariciando levemente la mejilla del moreno con sus labios antes de acercarse a la boca ajena, degustándola suavemente con su ávida lengua, acariciando todo su interior hasta que la sangre ardiera y el corazón se descontrolara, dejando un cálido camino de saliva hirviente descendiendo por esa piel tan deseable…
Cada uno de los zero apoyó una de sus manos en el vientre de Ritsuka, por debajo de la camiseta, acariciándole antes de ascender por su torso, levantándole la camiseta hasta que los delicados pezones quedaran a la vista… Los tocaron con la punta de los dedos, los lamieron lentamente, rodeándolos con los labios para succionarlos hasta que Ritsuka gimiera descontrolado, controlándolo con cándidos besos en los labios… ¿Dos minutos, o quizás ya solo sería uno?
Tenía que detenerlos, o Kio les encontraría en una situación nada agradable, les acusaría de pecadores y llamaría a Soubi para informarle…luego las cosas se pondrían cada vez menos y menos agradables… Pero se sentía tan bien tener esas lenguas contra la piel y esas manos frías que le acariciaban controlando el calor abrasador de su interior… Natsuo le mordió levemente la oreja derecha, obligándole a soltar un gemido al que los dos zeros correspondieron con una sonrisa…
- Traje colombinas para todos- la puerta se abrió, y los Zeros al sentirse en peligro de ser descubiertos por el peli-verde, se levantaron rápidamente, llevándose a Ritsuka con él. Al quedar sentado, la camiseta del chico volvió a bajarse, y quedaron como si estuvieran en una discusión común y corriente, sin nada que pudiese revelar su nueva relación- ¿Porqué pelean?
- Ritsuka hace trampa- Dijo Natsuo apresurado- Nos ha ganado una y otra vez, así que debe de estar haciendo trampa
- ¡Así es, así es!- Insistió Youji siguiendo el juego, y Ritsuka, hallándose en esa situación tuvo que seguir el juego
- Les gané porque son malos jugando-
- Vamos, vamos dejen de pelearse y coman una colombina- Natsuo y Youji se levantaron rápidamente y sujetaron la colombina que les había dado, antes de irse caminando hasta el sofá, tratando de evadir cualquier conversación adicional con Kio
Ritsuka se levantó algo confundido, cubriéndose con la chaqueta al notar que sus pezones seguían erectos por aquel contacto y mirando con algo de vergüenza al suelo se acercó a los dos chicos que lo miraron con una sonrisa socarrona que le molestó aún más.
- Ritsuka. ¿Qué va a llevar Yuiko al Picnic de mañana?- Preguntó Natsuo seriamente al ver al pelinegro parado frente a él
- Si es algo delicioso probablemente vayamos- Comentó el otro Zero
- Aunque quizás nosotros cocinemos mejor ¿Llevamos algo de comer?-
- Sí, sí ¡Eso sería excelente!- respondió Youji mientras se levantaba emocionado, seguido por Natsuo
- ¿Y cómo supieron del picnic?- Preguntó confundido haciendo que los dos chicos se voltearan a verlo entretenidos
- Yuiko-chan nos lo dijo- respondieron a coro antes de correr a la cocina en busca de alguna receta- Nos invitó para que hiciéramos las paces contigo-
- Yuiko idiota- Refunfuñó el pelinegro haciendo que los Zero se rieran y Kio los mirara confundidos
- ¿Tuvieron una pelea?- trató de averiguar el mayor
- Algo así, pero ya lo solucionamos, ¿no es cierto…Ritsuka-chan?- Dijo Natsuo con un cierto tono pervertido en sus palabras
- S-sí –Respondió algo incómodo el pelinegro mientras recogía su maleta
- ¿Te vas tan pronto?- preguntó Kio al ver que Ritsuka se dirigía a la puerta
- Mi madre se molestará si llego tarde-
Abrió la puerta y la cerró tras él, sonrojado e incómodo. Si se sentía así de acosado por las preguntas de Kio, no tenía ni la menor idea de cómo reaccionaría si Soubi le hacía algún comentario al respecto… ¡Era tan difícil aparentar que no pasaba nada cuando en realidad estaba sucediendo todo a su alrededor!
Bajó rápidamente las escaleras, pero se detuvo al llegar a la calle porque escuchó la puerta abriéndose y pasos rápidos por las escaleras, se giró rápidamente para ver qué pasaba, sintiendo las frías manos de Youji cernirse alrededor de sus brazos, obligándole a quedarse quieto para recibir un húmedo beso, deslizándose al interior de su boca acelerando su corazón al obligarlo a usar su lengua para seguirle la corriente…
Retrocedió un poco empujado por el peli-verde hasta dar con la pared, donde quedaban ocultos por una sombra y abrazándolo de manera un tanto apasionada, siguieron besándose por un rato, dejándose llevar por el deseo, sin pensar en nada más que en esa pasión que brotaba de sus labios y se extendía por su cuerpo como si de una corriente eléctrica se tratara…
Ajustó con fuerza la chaqueta de Youji entre sus manos para controlar su propia pasión al sentir como una de las piernas del chico se trataba de introducir entre las suyas…
- Vamos, ábrelas- Pidió el chico a la vez que le acariciaba una de las nalgas de manera intensa
Después de unos segundos que parecieron horas por la intensidad de aquella pasión que llenaba el ambiente, el pelinegro finalmente accedió, dejando que la pierna del mayor se metiera entre las suyas, restregándose contra su miembro hirviente, obligándole a gemir otra vez, acallado por los labios del chico a su lado…
- Cálmate…- El de cabello verde lo besó otro par de beses de manera un poco más tierna y menos apasionada en la esquina de los labios, tratando de tranquilizar la situación- Ahora… ¿Quieres que te acompañe a casa?
- ¿Eh? ¿Y Natsuo?- preguntó el pelinegro algo más calmado, pero terriblemente sonrojado por la sensación de aquella pierna acariciándole abajo
- Me dijo que solo sería un estorbo si me quedaba a ayudarlo…y que probablemente terminaría quemando algo, así que vine a cuidar de ti. Claro está, si te molesta simplemente regresaré- Completó, fijándole sus ojos verdes antes de robarle otro beso juguetón de los labios
- No… Ven conmigo- Pidió el moreno una vez el beso se hubo separado, y ambos regresaron a casa, tomados levemente de la mano hasta llegar a la puerta de la casa del moreno, donde Youji lo besó nuevamente de manera juguetona y apasionada, hasta que la saliva se desbordó de sus bocas ampliamente abiertas…
Y aunque el celular de Ritsuka sonó en ese momento, al ser llamado por el insistente Soubi, el moreno estaba demasiado ocupado con aquel beso como para responder…
“Una llamada perdida”