Su pelo, ese cabello verde con toques marinos, el que el viento mecía dulcemente, formaban un par de colas que bajaban por sus hombros. Su voz… cuando hablaba todo se detenía, el viento, el tiempo y todo lo que la rodeaba; era solo para escucharla, la voz que salía de esos labios. Labios que te hacían quedarte embobada mirando, esos labios por los cuales esa muchacha llora cada noche, esta persona, la persona que quiere, que le pertenece a ella… a nadie más.
Esa persona es Hatsune Miku
La chica que la enloquecía, la que con solo mirarla le daban deseos de besarla y al mismo tiempo sentía tristeza porque no le pertenecía, ese dulce y bello cuerpo. Pero la chica es su amiga, su mejor amiga…
-Miku- susurraba Megurine Luka, mientras observaba el techo de la habitación.
Sus ojos se pusieron cristalinos, parpadeo y una triste lágrima descendió por su cara.
-¿Por qué no puedo estar contigo?- Se levanto y otra lagrima resbalo hacía su mentón- No es que no pueda estar contigo, es que no me atrevo… que patética soy.
Se dirigió a un estante, abrió un cajón y luego de rebuscar un poco, saco una pequeña navaja y dejo relucir una leve sonrisa que deformo su rostro.
Paso la navaja por su antebrazo innumerables veces y luego la regreso a su lugar. Se recostó y alzo el brazo, al cual le brotaba un líquido carmesí, formando numerosas “x”
La sangre se resbalaba por su brazo y le goteaba a Luka en la cara que observaba queda, luego gruesas lágrimas empezaron a salir de sus ojos, combinándose con la sangre.
Tenía suerte de que sus padres vivieran en otra ciudad a causa de su trabajo, si no; Quien sabe que le habrían dicho al verla así.
-No soy feliz, la felicidad no existe…-pensaba Luka mientras se dirigía al baño- Tal vez… Si estoy con ella.
En el baño se limpió la cara y el brazo con delicadeza, se hizo una breve curación y miro el reloj de la pared. Marcaba las 1:20 am.
-Es tarde- pensó la pelirrosa- Estoy de vacaciones, no importa
Luka vivía en un departamento, rodeado de otros cuatro edificios alrededor del suyo, el lugar tenia plaza, salón de eventos, subterráneo y estaba completamente cerrado por rejas, en otras palabras era bastante seguro para una adolescente sola.
Antes de salir se miró al espejo, solo una palabra la describía “Bella” su pelo rosado, esos ojos profundamente azules… ahora reflejaban soledad, vestía un hermoso vestido azul, acorde con sus ojos.
Solo saldría un momento, a recostarse en el césped y mirar las estrellas. Salió por la puerta delantera del edificio e ignoro al conserje que le deseaba buena noche.
Estaba cómoda recostada sobre el césped, había algo de ruido proveniente del salón de eventos, tenía una hermosa vista desde donde podía observar las constelaciones perfectamente.
Pero… cada unión de estrellas le recodaba a Miku.
-Mierda- Susurró- Ahora se me aparece hasta en las estrellas.
Siguió mirando hasta que gruesas lágrimas empezaron a fluir de sus ojos y en unos minutos tenía la cara empapada, se ahogaba en ellas.
-¡¡Luka!!
Escucho a lo lejos, pero sin embargo se quedó allí creyendo que era su imaginación. Sintió unos pasos acercándose a ella y recién reacciono, miró a la persona que ahora estaba enfrente de ella.
-Luka –dijo un chico rubio, al mirarla se notaba claramente sorprendido- L-luka…
Ella sorprendida, también se quedó mirándolo para luego levantarse y abrazarlo.
-¡Len!- exclamó, mientras lloraba en el hombro del muchacho
Len la abrazo unos instantes, luego ella se secó las lágrimas y ambos se sentaron en el césped.
-Luka, son problemas del corazón-Len la miró directo a los ojos- ¿Cierto?
Luka se quedó en silencio, luego bajo la mirada y respondió.
-Sí- Otra lagrima resbalo por su mejilla- Pero, es imposible…
-No hay nadie cerca- pensó Len mientras se levantaba
-¿Qué vas a hacer?-preguntó Luka
-¿Sabes? Hace mucho tiempo compuse una canción, nadie la ha escuchado y creo que es ideal para este momento-sonrió
El chico la miro fijo y cuando iba a empezar, sonó su celular él la miro y luego contesto.
-¿Aló? ¡¿Ah?! No, no quiero irme –Len se veía agitado- No ahora ¡N-no puede ser! I-iré de inmediato
Len cortó y se dirigió a Luka
-Perdón, me tengo que ir… Algo le paso a Rin –la abrazo- ¡Lo siento!
Y salió corriendo
Luka se levantó, sacudió su vestido y se quedó un momento mirando al vacío con lágrimas en los ojos, luego se encamino a su departamento.
Entro al edificio y escucho
-Gracias Hatsune-chan –era la voz de una anciana
La pelirrosa se quedó quieta.