Encerrado en su habitación, seguía sin poder creer lo que había escuchado hace sólo unos instantes. Los demás miembros habían pasado a comer fuera para celebrar el “suceso”, sin embargo él había fingido sentirse enfermo y cansado para poder estar solo en el departamento y pensar con claridad. ¿Qué quería pensar? Ni el mismo lo sabía, pero no se cansaba de darle vueltas al asunto y mientras más lo hacía más lógico encontraba todo lo que había pasado, todo calzaba desde el inicio y se sintió un estúpido por no haberse percatado antes de que algo como eso podía pasar. Se sentía asqueado, había sido usado y pisoteado por la única persona ante la que había bajado sus defensas, la única persona que lo había conocido en plenitud..
-¡Soy un imbécil!- gritó mientras golpeaba repetidamente su almohada y las lágrimas salían silenciosamente desde sus ojos- ¡Soy un estúpido! Sabía que las cosas no terminarían bien y aún así… Aissssssssssshhh!!!!!
Enterró la cabeza en la almohada que antes había golpeado y ya no sólo salían lágrimas silenciosas: estaba llorando como nunca lo había hecho y odiaba pensar en cómo debía verse su rostro desfigurado por la tristeza, pero no podía evitarlo, había llegado a su límite. Se sentía herido en lo más profundo de su orgullo, de su alma… de su corazón. ¿Esto era lo que significa amar a alguien? Los momentos felices desaparecían en la nada, aplastados por el dolor y la impotencia que sentía en ese momento; no sabía qué hacer, como reaccionar, ni siquiera que sentir… aunque ya no estaba seguro de poder sentir algo. Y con esas cosas rondando en su cabeza se quedó dormido, abrazando la almohada, tendido sin haberse cambiado ropa y con el rostro mojado por las lágrimas, esas lágrimas que siempre había logrado retener y que ahora habían salido triunfantes.
Estaba totalmente consumido en su dolor, alejado totalmente de la realidad. Ni siquiera recordó el hecho de que eran compañeros de cuarto, o que en algún momento de la noche los chicos volverían y lo encontrarían en tan deplorable estado, simplemente se durmió sin siquiera poner una alarma y despertó cuando sintió la luz del sol darle de lleno en la cara. Cayó abruptamente de la tranquilidad del sueño al dolor de la realidad; sentía los ojos hinchados y le costaba ver, se sobresaltó al imaginar su aspecto e instintivamente lo primero que hizo fue mirar a la cama contigua, pero estaba exactamente igual que el día anterior, el mismo la había hecho antes de salir porque su ocupante la había dejado tal como quedó cuando se levantaron ¿Acaso no había llegado a dormir? ¿se habría quedado con…? El sólo hecho de pensarlo le dolía, así que tratando de borrar esos pensamientos se dirigió a su espejo.
- Eres patético - se dijo mirándose a los ojos- Agradece que nadie más te ha visto con este aspecto – agregó tocando sus hinchados y enrojecidos ojos- ¡Mejor arreglas esto antes de que te arrepientas!
Se duchó rápidamente y se lavó la cara para borrar todo rastro de lágrimas secas. Se dedicó a tapar cuidadosamente con maquillaje todo rastro de cansancio y llanto que parecían haberse apoderado de él para no soltarlo; ensayó frente al espejo su mejor cara y se dispuso a desayunar como de costumbre para no levantar mayores sospechas, pero la verdad era que no le apetecía comer nada. Salió al comedor rogando para no encontrárselo y quebrarse otra vez, pero en la mesa solo estaba sentado Minho, con la mitad del desayuno servido y leyendo unos papeles.
-Buenos días Minho sshi – dijo con la mayor naturalidad que pudo.
-Buenos días hyung – le respondió seriamente y luego de observarlo por unos segundos, bajó la mirada hacia los papeles otra vez.
Key se dispuso a preparar algo rápido, aunque no sabía que iba a hacer… se sentía como si le hubieran activado el piloto automático. Sentía la mirada de Minho clavada en su espalda pero no era capaz de girarse y enfrentarlo. Todavía tenía lágrimas
por derramar y no quería que se le escaparan de nuevo, pero la necesidad de saber de él era más fuerte. Tenía una especie de debate interno, así que al final de decidió por lo más fácil y preguntó "directamente".
-Minho sshi ¿Dónde están los demás?- dijo con naturalidad, o eso le pareció.
-Onew Hyung está con Taemin en su cuarto y... Jonghyun hyung salió temprano- respondió el menor con un tono que no pudo descifrar.
-Eeehh... ¿Y a qué hora volvieron anoche? Me acosté un poco tarde y no los sentí- su voz de madre preocupada no le salía, estaba demasiado nervioso y triste.
-¿Estás bien hyung? Te ves raro- ¿Desde cuándo Minho era tan observador? ¿O era muy obvio su cambio?
-No me cambies el tema Minho sshi, no porque hayan estado celebrando tienen permiso para llegar tan tarde, les podría haber pasado algo- el menor dudó un poco, pero decidió responderle a la madre del grupo, tal vez en otra ocasión le diría que le pasaba... o tal vez nunca.
-Creo que eran algo como la una, pero nos acostamos a dormir apenas llegamos, excepto Jonghyun hyung, él se quedó viendo tele un rato, dijo que había un programa muy bueno que repetían a esa hora.
Terminó la preparación en silencio, pensando si la sensación de que Minho lo miraba fijamente era real o producto de su perturbada mente y se sentó a la mesa frente a él, prefería observarlo a sentirse observado. Hubo un momento de silencio bastante incomodo hasta que Minho se decidió a romperlo.
-Hyung...
-¡Buenos días grupo! - gritó eufórico el líder apareciendo de la nada en el comedor, seguido por un sonriente maknae.
-¿Qué tienen de buenos?- respondió Key antes de abandonar el lugar sin terminar de comer, encerrándose en su habitación.
-¿Qué pasó Minho hyung?- interrogó el más pequeñito con una mirada de confusión.
-Eso me gustaría saber- Minho suspiró y siguió leyendo, nunca entendería a su adorado hyung, por más que se esforzara y eso lo entristecía.
Onew miró a Minho, luego extravió su mirada durante unos momentos en el pasillo por donde había salido Key, notó la ausencia del vocalista principal y sonrió tristemente: Lo había comprendido todo al instante.
No tuvo demasiado tiempo para pensar, porque su teléfono celular comenzó a sonar repetidamente, y se sorprendió al ver que era el miembro ausente avisando que no lo esperaran ni para comer ni cenar porque estaba con su novia y llegaría tarde. Fue una llamada tan apresurada que ni siquiera le dio tiempo de replicar. Si era así como estaban las cosas tenía que hacer algo rápidamente por el bien del grupo o terminarían desintegrando la familia que habían logrado construir.
El primer paso era cambiar las habitaciones, esos dos no podían seguir juntos o la presión sería espantosa. Así que ideo un juego que siempre le daba resultado, arreglando un sorteo para que todo quedara de la mejor manera.
-Taemin sshi, Minho sshi… necesito que alguien vaya a buscar a Key, porque haremos un entretenido sorteo.
-¿Que será hyung? ¿Qué será? – el más joven se acercó entusiasmado mientras que Minho se dirigió a buscar a Key sin pronunciar palabra.
-Esperemos a los demás – dijo dubu con dulzura mientras sonreía ampliamente.
Minho volvió al cabo de 5 minutos con un enfadado Key, que refunfuñaba entre dientes cuan loco podía llegar a ser el líder y cuan inoportuno era. Onew fingió no escucharlo y animadamente les dijo que para mejorar la convivencia y evitar la monotonía harían un sorteo para cambiar de habitación.
-¿Y Jonghyun Hyung no participará? – Preguntó el maknae.
-Avisó que llegará tarde así que tendrá que atenerse a las consecuencias – le respondió sin dar chance a réplica.
Justo como lo había planeado, El Flaming Charisma se quedaría en el cuarto más pequeño con BlingBling y Key compartiría cuarto con él y Taemin. La diva del grupo parecía más aliviado e incluso se permitió una sonrisa. Era muy doloroso pensar que tendría que seguir viéndole la cara todos los días, pero era un alivio saber que al menos en el cuarto podría librarse de su presencia, era una preocupación menos y sin darse cuenta su humor mejoró, desapareciendo parte de la presión en su pecho. Corrió y en menos de 5 minutos ya estaba ubicado en la cama al lado de la ventana. Navegó por Internet hasta que lo llamaron a almorzar, aún no estaba de humor para compartir con todos, pero optó por aparentar y se sentó a la mesa. Minho se sentó a su lado, quedando de frente a los otros dos.
El mayor y el menor entablaron rápidamente una animada conversación y por más que intentaron no pudieron incluir a los otros dos miembros que comían en silencio. Minho miraba de reojo a Key de vez en cuando aunque el maniático del pollo fingía no saberlo y seguía charlando animadamente para alivianar el ambiente. En su interior el “todopoderoso” se reía de su apodo, si realmente era así ¿por qué no era capaz de encontrar una salida a tan incómoda situación? Estaba seguro de que por lo menos 4 de los 6 ojos presentes en la habitación se posaban sobre el de cuando en cuando, pero sólo podía clavar la vista en su plato y comer en silencio. No era capaz de idear ninguna broma para amenizar el ambiente e incluso la animada y trivial conversación del líder le molestaba de sobremanera. Pensó que con el cambió de habitación se sentiría mejor, pero el alivio sólo fue momentáneo. Terminó la comida en silencio y se dirigió nuevamente a su habitación para distraerse en Internet, pero lo único que leía en todas partes eran noticias sobre la relación de “Jjong” y su novia, que lo hacían sentirse cada vez peor. Por primera vez deseó no salir nunca más de esa habitación, desaparecer dentro de esas cuatro paredes y no saber nada más del mundo exterior. Tae entró varias veces pero fingió ignorarlo mientras escuchaba si reproductor de música a todo volumen, estaba tan perdido en sus pensamientos que no se percató del momento en que lo venció el cansancio mientras silenciosas lágrimas volvían a surcar su rostro.
Eran cerca de las 19:00 cuando sintió que alguien le sacaba los audífonos y apagaba el reproductor. Entreabrió los ojos y vio como Minho lo cubría con una manta; optó por volver a cerrarlos y simular que seguía durmiendo… sintió como la calidez de la manta recorría su cuerpo mientras el muchacho la acomodaba.
-Sé que algo te sucede hyung, espero que puedas confiármelo algún día, espero poder ayudarte.
Lo oyó murmurar esas palabras desde la puerta antes de cerrarla cuidadosamente. Agradeció el cariño que le transmitió en esa frase, aunque sabía que jamás sería capaz de decirle lo que estaba pasando; se sintió apreciado y agradecido, sin embargo eso le puso muy triste pues no se sentía capaz de corresponder el aprecio de sus compañeros. Mientras pensaba esas cosas una inconfundible voz le habló desde la puerta.
-No saliste a comer así que traje algo…
-No tengo hambre- gruñó escondiendo la cara debajo de la manta.
-TIENES que comer – replicó mientras lo destapaba cual madre que quiere despertar a su hijo – Vuelvo a buscar la bandeja en 20 minutos – agregó mientras le daba una significativa mirada y salía de la habitación.
Le intimidó de tal modo con el tono de su voz que se sintió en la obligación de obedecer “por algo es el líder” pensó mientras se acercaba la bandeja y comenzaba a picotear un poco de todo sin decidirse por nada, seguía sin tener hambre. En el fondo agradecía que se preocuparan por él aunque jamás lo demostrara, su ego era demasiado grande. A los 20 minutos, tal y como había dicho, retiró la bandeja casi vacía sin decir nada, pero dándole una mirada cargada de compasión ¿sabría algo? ¿O simplemente se preocupaba al verlo distinto del Key habitual? Deseaba poder comportarse normalmente pero su humor estaba tan dulce como el vinagre y en el poco tiempo que había pasado olvidó como se sonreía naturalmente. Pero lo peor estaba por venir.
Era casi la media noche cuando la imperiosa necesidad de ir al baño se apoderó de él. Los ocupantes de las camas contiguas dormían tranquilamente, como pocas veces podía verse en el departamento. Mañana tendrían que levantarse temprano para una grabación y el haber tenido el día libre les servía para descansar lo que no habían descansado en las últimas semanas. Salió de puntillas para no despertarlos y se dirigió al baño, pero a pesar de la urgencia lo primero que hizo fue mirarse en el espejo; le sorprendió lo mal que lucía: era como si no hubiera dormido en días… o como si viniera despertando luego de una borrachera. Se lavó la cara repetidas veces pero no logró ningún resultado visible y dándose por vencido procedió a hacer lo que le había llevado a levantarse a esa hora.
Estaba a punto de volver a su habitación cuando sintió que abrían la puerta principal. Inconscientemente quedó congelado en el lugar en que estaba, con la mano sosteniendo la manilla de la puerta que estaba a punto de dejar cerrada y por más que trataba de moverse su cuerpo no le respondía. Entró tarareando la animada melodía de Juliette con su inconfundible voz, provocando el enfado de un herido Key que no soportaba el hecho de que pudiera estar tan tranquilo mientras él se revolcaba en sufrimiento. Cada nota musical lo hacía sentirse más usado y enfadado. Su orgullo había sido destrozado en mil pedazos, incinerado y pisoteado, todo al mismo tiempo; no sabía como reaccionar si se encontraba cara a cara con él, menos en una situación como esa, los dos solos. A pesar de esos sentimientos no era capaz de sacar su mano de la manilla de la puerta del baño y su mala suerte, o tal vez el destino, quiso que el primer lugar que puppy necesitaba ver era ese que Key no podía abandonar. Fue un encuentro incómodo, Juliette dejó de sonar abruptamente y sus ojos se encontraron por una fracción de segundo antes que un herido “umma” bajara la vista sin pronunciar una palabra y desapareciera tras la puerta de su dormitorio. Antes de cerrar la puerta, pudo oír como Juliette se retomaba desde el punto que en se había cortado.