TENERTE
Ya hacia un tiempo había comenzado a tener intimidad con Soubi, él siendo mi seme y yo por supuesto su uke; y no es que yo estuviera insatisfecho o algo así, pero por alguna razón tenía la necesidad de ser el que dominara, hacerle sentir todo lo que me hacía, saber que se siente al estar dentro de él; sí, eso era lo que quería.
Me preparé como por decirlo así “psicológicamente” para aquel encuentro con mi amado; la noche estaba algo lluviosa pero de todos modos sabía que él vendría. Me senté sobre mi cama para esperar su llegada, mirando hacia la ventana ya que para él es más romántico entrar por ella. Esperé por unos cuantos minutos más hasta que por fin llegó.
Estaba empapado de pies a cabeza (se veía tan sensual con la camisa pegada a su pecho dejándome ver claramente sus abdominales O///O), le di una toalla para que se secara, se acerco a mí, me besó en la frente y me saludó con un - Hola. - le respondí el saludo y lo besé en los labios; él no demoró en corresponderme el beso que cada vez se hacía más intenso, pero que por falta de aliento tuvimos que parar por un momento.
Continuamos con aquel furtivo beso, hasta que me tomaste de la cintura para así quitarme la camiseta, pero yo tomé tus brazos me acerqué a tu oído y te susurré - Quiero follarte esta noche. - tú sólo asentiste dándome un corto pero agradable beso. Volví a tomar el control del apasionado beso al mismo tiempo que desabotonaba tu camisa hasta que cayera al suelo; te arrojé a mi cama, seguí besándote, primero en los labios, luego por tu cuello hasta llegar a tu pecho donde comencé a lamer y a morder un poco tus pezones. Desabroché tus pantalones quitándolos junto con tu ropa interior quedando completamente desnudo ante mis ojos.
De todas las veces en las que habíamos estado juntos nunca había tenido la oportunidad de apreciar tu cuerpo, de sentir tu aroma, tu piel suave, escuchar atentamente tus gemidos y el latir de tu corazón. Me levanté por un momento para quitarme la ropa lentamente sin dejar de mirarte; me puse de nuevo sobre ti volviendo a besar aquellos labios a los cuales soy adicto.
Seguimos besándonos apasionadamente sobre la cama, tocándonos por cada rincón de nuestros excitados cuerpos, volví a bajar pero esta vez a tu ya despierto miembro al que lamí como si se tratara de un helado; luego lo introducí en mi boca succionando con ansias su glande, haciendo que gimieras fuertemente diciendo entrecortadamente mi nombre, hasta que sentí un líquido viscoso recorrer mi boca al que tragué de inmediato, tenía un sabor amargo pero no era para nada desagradable.
Después de eso te pusiste a cuatro patas dejando tu trasero delante de mí mientras me decías jadeante - Métemela, por favor… - sé que tenias muchas ganas de que te penetrara de una vez, pero en cambio yo, quería seguir explorando tu cuerpo y ver como reaccionabas a cualquier sensación que te hacía experimentar. Comencé a tocar tus nalgas suavemente, tan suaves y tan bien formadas que me provocaba cogerlas a mordiscos y eso más o menos hice, pero tiernamente para no lastimarte, luego las abrí para apreciar tu rosada y apetecible entrada dando con mi lengua pequeñas lamidas alrededor de esta para luego introducirla lubricando todo a su alrededor preparándola para lo que venía mas adelante.
Tú seguías suplicándome que te penetrara, no quise hacerte esperar más e introducí lentamente mi miembro sintiendo lo apretado, húmedo y tibio que estaba tu interior; me sentí en la gloria al estar dentro de ti, tanto, que ya no quería salir de aquel paraíso. Esperé por unos segundos para dar mi primera embestida, moviendo mi cadera lentamente para no herirte (en realidad no sé por qué me preocupo tanto si tú ya estas acostumbrado al dolor, pero eso ya no importa, ya que tú eres la persona más importante en mi vida y no permitiré que nada ni nadie vuelva a lastimarte).
Seguí moviéndome un poco más rápido, mientras que tú pedias más y más a cada embestida, y de repente me entró la necesidad de ver tu rostro haciendo gestos de placer, así que saqué mi miembro para poder acomodarte boca arriba debajo de mí, penetrándote de nuevo al mismo tiempo que buscaba tus labios para devorarlos a besos, introduciendo mi lengua en tu boca iniciando de nuevo el duelo entre nuestras lenguas, - Ahhh eres tan delicioso - alcancé a susurrar mientras me separaba de tus labios, saliendo nuevamente de tu interior para ahora acostarme boca arriba sobre mi cama suponiendo que tú ya sabias que hacer, a continuación te sentaste a horcajadas sobre mí penetrándote de nuevo y seguidamente comenzaste a moverte de una manera tan salvaje e impaciente que me volvía totalmente loco de placer, sabía que el momento de correrme llegaría pronto y por el deseo de que nos corriéramos juntos tomé tu miembro para masturbarlo, unas cuantas embestidas más y nuestras eyaculaciones salieron a flote, la mía en tu interior y la tuya sobre mi pecho.
Nos separamos recostándonos nuevamente sobre la cama, respirando agitadamente después del apasionado encuentro que tuvimos hace un momento, tú acomodaste tu cabeza sobre mi pecho y yo con mis manos acariciaba tus largos cabellos, no teníamos nada que decirnos ya que con lo que habíamos hecho no era necesario expresarlo con palabras, me besaste dulcemente diciéndome sensualmente - Espero que lo vuelvas a hacer - y yo asentí diciéndote - Cuando quieras -.