Capítulo I "Mío"
-Otou-san... más... más...
-Mío... Mío... nadie más te tiene... sólo eres mío...
-Onegai... más fuerte... más rápido...
-Naru... sólo mío...
-¡Ah!...un...un poco más...ya llego...
Dos figuras se deslumbran entre las sombras de la noche. La luna recae directo en las siluetas que se mueven frenéticamente perladas de sudor. Las manos recorren extasiados el cuerpo del otro como si no hubiera mañana. Uno de ellos, el más joven, se encuentra sentado sobre el otro mirándole de frente con los ojos lujuriosos y la boca entreabierta mientras el mayor lo toma de las caderas para elevar la velocidad.
-Ahhh... Así... así... Otou-san... Más duro...
-Naruto...
El mayor posa su mirada afilada en el joven que se mueve vertiginosamente sobre él... Cabello rubio y brillante, ojos azules inocentes y carismáticos, piel bronceada y suave... labios carnosos color durazno...
Y si no fuera por las marcas de las mejillas que emergieron luego del encierro de Kyübi, sería su clon.
El hijo de Minato Namikaze.
Su hijo...
-Otou-san... Otou-san... mastúrbame... -Rogó el menor observando a su pareja por esa noche.
-Naruto... -Y en un arranque de salvajismo, apresó fuertemente su cintura levantándolo hasta tener la punta de su miembro en ese estrecho culito y entrando luego de una sola estocada.
-¡Ahhh!... síiiii... -Se dobló cual felino y comenzó a saltar como poseso ayudado por el mayor que lo miraba jadeante, repartiendo besos en su torso y cuello mientras soltaba una mano de la cintura del menor y bajaba a su miembro, masturbándole con fuerza.
-Ahhhh... síii... Otou-san... rico... muy rico... -Gemía con un hilo de saliva colgado de la comisura de sus labios. Minato, al mirar ese néctar, no quiso pensarlo dos veces para disfrutar de ella, lamiéndola. El menor se tensó un momento aminorando la velocidad de las embestidas, atento a cada maniobra del mayor. El rubio mayor no pudo evitarlo más y acercó sus labios al pequeño, pero este se alejó de inmediato parando todo el proceso.
-Dijimos nada de besos -Le habló fríamente.
-Naruto...
-No lo arruines, "Otou-san" -añadió sarcástico.
-No Naruto... yo... no lo volveré a hacer -Bajó la cabeza, dolido.
-Eso espero, "Otou-san", no te gustaría estar solo esta noche, ¿Verdad? -Preguntó mientras juntaba sus frentes y lo abrazaba.
-No, Naruto... ahh -Gimió al sentir el hoyito de carne apretar su miembro de forma torturante.
-Compláceme, Otou-san... necesito calor... -susurró cerrando los ojos mientras su mentón acariciaba los hombros del mayor que aprovechaba para juntarlo más a su cuerpo-. Tú también quieres, ¿Verdad, Otou-san?
-Naruto, por favor... di mi nombre...
-Otou-san... -suspiró con éxtasis.
-No, mi... nombre... -hablaba entrecortado y desesperado por el leve movimiento que comenzaba su pareja.
-Otou-san... -repitió el menor.
-No... mi nombre... Naruto... onegai... onegai -Imploraba sin un dejo de orgullo, frustrado por la reticencia del pequeño-. Sólo mi nombre... sólo una vez...
-No, mi querido "Otou-san" -susurró entreabriendo sus labios y mordiendo levemente el lóbulo de la oreja del mayor mientras éste lo abrazaba fuertemente, obligando a su miembro entrar completamente en él.
Sin querer medir el tiempo dejó de rogar por un sueño sin futuro, acatando las normas establecidas antes de ese encuentro, dejando en el olvido sus propios deseos, se fundió aún más en el menor para, de esa forma, marcarlo como suyo.
-Mío...
Mi nombre es Minato Namikaze, Yondaime de Konoha, Padre de uno de los ninjas más poderosos de la Tierra del Fuego, conviviente del Jinchüriki que posee al Kyübi en su interior y amante del mismo que me guarda rencor por ello... y ésta, es mi historia.
