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Mi "dulce" noviazgo por angelita_oscura

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Notas del fanfic:

 

Marthiis: La verdad es que… dudaba en publicar ese pequeño fic que he comenzado a escribir dado a que no he continuado con los demás y prácticamente no he mandado señales de vida hasta ahora Un___n

Tamaki: Pues sí, en estos momentos no tienes excusas para dar así que lo que queda es pedir disculpas.

Marthiis: Sí, en verdad les pido una enorme disculpa *hace una reverencia* Espero que puedan perdonarme *suspira* Volviendo a este fic, la idea es muy sencilla y deseo que les guste tanto como a mí me gustó escribirla.

Tamaki: Es lo menos que podemos hacer por no continuar los demás fics *suspira* Ojalá sea de su agrado.

Marthiis: Este fic va dedicado a mi querida Daneshka Boticcelli. Espero que sea de tu agrado y considéralo un regalo de mi parte *sonríe*

Tamaki: Bueno~ Naruto no le pertenece a Marthiis Wolff; le pertenece a Masashi Kishimoto.

 

Capítulo 1

La petición

—Naruto… ¿Quieres ser mi pareja? — La voz de Sasuke acabó con el silencio de la vacía biblioteca. El tono con el que había salido aquella pregunta no estaba cargada de cariño ni de amor, al contrario, sonaba demasiado monótona, casi como si realmente no quisiera la cosa. Bueno, en cierta parte era así. El Uchiha se mantuvo impertérrito, ni siquiera miraba al ojiazul quién al parecer estaba demasiado sorprendido como para emitir una sola palabra.

Los segundos pasaron tortuosamente. Naruto solamente logró hacer que sus ojos miraran hacia el suelo, como si eso fuese lo más importante en aquél extraño tema de conversación. Posibilidades, posibilidades… ¿Cómo habían llegado a eso? No lo sabía y tampoco quería descubrir el motivo. Se levantó de la silla y se dirigió hacia los pasillos llenos de libros para intentar obtener un poco de espacio. ¿Qué se creía el idiota de Sasuke? Eran amigos, buenos amigos… Quizá su relación iba un poco más allá de simple amistad pero no era amor, era de ese tipo de rivalidades que siempre duraban toda la vida.

Dio una vuelta por la estancia. El lugar no era demasiado grande pero le tomó algo de tiempo para lograr espabilarse. Siempre estuvo seguro de todo lo relacionado con su sexualidad: mujeres u hombres le daba lo mismo mientras existiese un fuerte vínculo que lo uniese con su persona destinada. Sin embargo, Sasuke –como siempre– lograba sacarlo de sus casillas ya que jamás imaginó que su mejor amigo saldría con esas cosas.

Se apartó algunos cabellos de la frente y sintió una fina capa de sudor que inundaba su piel. Estaba nervioso, eso no podía hacerse más notorio porque su cuerpo traidor no se molestaba en ocultarlo. ¿Cómo demonios pasó? Era inevitable repetir la pregunta. Sasuke y él eran amigos desde la infancia. Con todo lo que una amistad de años conllevaba: sus continuos roces, golpes, apodos despectivos, insultos entre muchas cosas.

Pero… A pesar de conocer al idiota tantos años, jamás pudo imaginarse que el Uchiha le saldría con tal cosa. Maldito infeliz, bastardo, idiota… Naruto podría enlistar todos los insultos que quisiera pero eso no podía disminuir los latidos de su corazón que aumentaban conforme iba divagando en esa clase de ideas sobre la pareja feliz. Eso por poco le daba ganas de vomitar. A él le gustaba pensar que podía tener una pareja pero… ¿Sasuke? Esa idea le parecía remotamente imposible.

Sasuke no lo amaba ni lo quería, tal vez ni lo consideraba como amigo –dadas ciertas circunstancias ocasionadas por cierta pelirrosa de nombre Sakura–. En el fondo, muy pero muy en el fondo, en un lugar recóndito dentro del cerebro del Uzumaki, dos pensamientos fugaces pasaron por su cabeza. Le hicieron sonrojar pero también le brindaron cierto dolor. Uno: por mucho que lo odiase… Sentía una peculiar atracción –todavía no estaba seguro de que si era amor– por el bastardo del Uchiha y debido a que su ego era igual de grande que el de su amigo, no estaba dispuesto a demostrarlo abiertamente. Dos: Sasuke solamente lo estaba haciendo para darle celos a Sakura.

Claro… El punto número dos le calaba un poco ya que lo hacía sentir como un juguete sin sentimientos que podía ser manejado al antojo del que quisiera, aún así en antaño eso no le había preocupado. Naruto siempre se conformó con ser solamente su compañero, amigo, confidente y rival. Ser su pareja jamás estuvo dentro de sus posibilidades por diversas razones y una de ellas era que Sasuke nunca le dio a entender sobre sus preferencias.

Bufó. Su cabeza estaba hecha un lío y no podía pensar con raciocinio. Todo por la culpa del estúpido Uchiha y sus tontas ideas raras sobre dar celos a Sakura. ¿Qué tenía ella que no tenía él? Bueno, en realidad esa era una pregunta muy estúpida y se recriminó por pensar en aquello. Antes de todo, Naruto se consideraba a sí mismo como el mejor amigo de Sasuke y haría todo lo posible por apoyarlo. Incluso si su corazón estaba de por medio... Bueno, quizá no era para tanto. Como se había mencionado antes, el rubio también tenía su orgullo, por lo tanto no sería capaz de sacrificarlo todo por Sasuke.

Suspiró. Estaba atravesando el torbellino que se encontraba en su mente y una idea llevaba a otra sin poder controlarse. Era común de su parte hablar sin pensar pero ahogarse en sus pensamientos era tan extraño, casi como si hubiese un solo día sin consumir el ramen de cada día, lo cual era imposible. Respiró hondo, un poco más tranquilo. Las ganas de actuar impulsivamente habían cesado y solo existía espacio para actuar conforme a su razonamiento crítico –si se le puede decir así al cerebro de un chico explosivo de dieciocho años–.

—Naruto, eres un idiota— Susurró Sasuke, sacando al rubio de sus continuas cavilaciones con la misma seriedad que lo caracterizaba. Había esperado varios minutos pero al ver que no regresaba, tuvo que buscarlo por los pasillos de la Biblioteca. En verdad se lamentaba un poco haberle hecho aquella propuesta al idiota de ojos azules— Siempre tomas decisiones precipitadas y nunca esperas a escuchar el resto de las conversaciones— Hizo una pausa y luego prosiguió— Bien sabes que yo siempre he querido tener un noviazgo formal con Sakura, ella siempre estuvo enamorada de mí y yo dejé pasar muchas oportunidades—

—Demasiadas, diría yo— Agregó Naruto, sin embargo calló al ver el semblante molesto de Sasuke. Así que solamente se limitó a asentir a todo lo que le decía… ¿En verdad tenía que recordarle todos los puntos de la situación? Le parecía algo sin sentido debido a que él sabía todo lo que concernía respecto a ese tema.

—Lógicamente ella se hartó— Continuó el Uchiha— Ahora yo, como tu amigo, te pido que me ayudes a darle celos, que se dé cuenta de lo que se está perdiendo al no querer aceptarme otra vez—

Naruto escuchó con cuidado todas y cada una de las palabras que salían de la boca de Sasuke. No supo el motivo pero algo en su interior le hizo sentir incómodo. Se removió un poco en el lugar donde se hallaba parado, tratando de hallar las palabras correctas para rechazar la oferta que ya no le parecía tan tentadora. Le hacía sentir jodidamente estúpido.

—Mira, Uchiha de mierda… ¿Podrías decirme por qué yo tengo que fingir ser tu novio? — Frunció el ceño— Tienes a todas las chicas y a parte de los chicos del campus a tus pies… ¿Es realmente necesario que yo tenga que ser partícipe en tu juego macabro? —

—Me alegra que hayas podido formular preguntas coherentes, de algo te sirve juntarte conmigo— Sasuke sonrió con suficiencia, recargándose en uno de los libreros y cruzándose de brazos con gesto prepotente— Una de las razones es que tú eres mi amigo… ¿Eso no es suficiente respuesta? — Aguardó unos segundos pero al ver el rostro del rubio, no dudo en continuar— Para que suene un poco más cursi, a tu manera. Eres el único amigo que tengo, tienes que ayudarme a conquistar a esa chica… Además, no es secreto que a ti te gustan los chicos y sé de sobra que tú nunca te aprovecharías de mí—

“Y sé de sobra que tú nunca te aprovecharías de mí” Perfecto. Simplemente perfecto. ¿Sasuke era idiota o qué? Pensándolo bien, Sasuke si era un idiota. Aparte de aquello, ese tipejo planeaba aprovecharse de su condición para conseguir atraer la atención de una pelirrosa engreída y tajante… ¿Y Naruto qué ganaba? ¿Popularidad? ¿Chicos? ¿Chicas? ¿Un ticket de comida gratis en su restaurante de ramen favorito? ¿La satisfacción de haber ayudado a su amigo? Ni hablar, no lo haría, ni en sueños. ¿Acaso Sasuke fumaba algún tipo de sustancia corrosiva? Obviamente su respuesta sería que no.

—Está bien, Sasuke… No sé cómo, pero lograste convencerme— Naruto se dio una abofeteada mental… Tal vez había sido el discursito de la amistad lo que logró a que aceptara la propuesta. — ¿Quieres agregar algo más? —

—Tengo que ponerte en claro varias cosas…—

—Todavía que te estoy haciendo el favor… ¿Piensas ponerme condiciones? — Naruto se cruzó de brazos, inflando graciosamente los mofletes.

—Bueno, resaltar algunos puntos no hace daño a nadie…— Sasuke se encogió de hombros— Esto será como un juego. No soy homofóbico y puedo decirte abiertamente que no tengo problema alguno con besarte, puedo decirte que hasta puede resultar divertido— sonrió un poco al ver como aparecía un ligerísimo tono bermellón en las mejillas del Uzumaki— Sabes de sobra que no soy del tipo romántico y que rara vez muestro mi afecto…—

—Claro, en eso tienes razón… Muestras tu afecto a través de comentarios sarcásticos y faltos de humor… ¿En serio crees que tu maravilloso plan funcione? —Naruto se mostró un  tanto serio pero luego sonrió —Creo que por eso atraes a la gente… Ellos tienen la imperiosa necesidad de sentirse rechazados con tu falta de gentileza, tu frialdad es un buen imán para tus admiradores—

— ¿Puedo seguir? — Sasuke lo miró enarcando una ceja — Como decía, no soy del tipo romántico y rara vez muestro mi afecto pero para lograr convencer a Sakura tengo que demostrar mi lado cursi y tierno…— Parecía tan asqueado como Naruto respecto a lo de la cursilería— Así que tendrás el privilegio de recibir besos de mi parte y en público— Guiñó el ojo con galantería.

— ¿Cuándo dejará de ser perturbador todo esto? — Naruto metió las manos en sus bolsillos, aguardando a que Sasuke agregara algo más. 

—El punto más importante es que no puedes enamorarte de mí—

— ¿Eso es todo? Realmente me tratas  como una persona que está urgida por tener una relación lo cual es absurdo… Se nota que hay cosas que no sabes sobre mí— Naruto sonrió— Tú ya pusiste tus condiciones, ahora van las mías. Uno: Solo nos daremos besos si en verdad es necesario; dos: prácticamente saldremos como siempre, en eso no tenemos que fingir; tres y la más importante: en cuanto estés completamente seguro de que Sakura te quiere como novio y tú no tengas necesidad de seguir con la farsa de ser pareja, tendrás que decírmelo inmediatamente para dar finalizado todo esto… No quiero que la gente me vea como si me estuvieses engañando o algo por el estilo—

—Entonces…— Sasuke sonrió un poco más, dejando atrás su pose déspota aproximándose con lentitud al ojiazul quién lo miraba con desconfianza. Acercó una de sus pálidas manos hasta el rostro del contrario y acarició con suavidad la mejilla derecha, delineando las marquitas que resaltaban en su bronceada piel. Hizo el agarre un poco más fuerte, aunque no demasiado —Entonces creo que es hora de nuestro primer beso— Su aliento chocó sensualmente contra el rostro del rubio, quién no pudo contener la sorpresa justo cuando los labios de ambos se juntaron en una sutil muestra de afecto.

Naruto sintió perderse en un mar de sensaciones extrañas. Sabía que todo aquello era producto de una farsa pero su corazón estaba desbocado y si no paraba pronto, saldría de su pecho. Solo esperaba que Sasuke no se diera cuenta de aquello sino sería el hazmerreír de su amigo. Quemaba, todo su interior lo estaba quemando. Solo era un roce, un mísero roce… Que dejó de ser mísero en cuanto sintió como la lengua bailante de Sasuke se adentraba en su cavidad. Hacía mucho tiempo que no lo besaban de esa manera tan fogosa.

Las emociones abrasadoras inundaron su ser, era incapaz de detenerse. La situación lo confundía pero a la vez le daba muchas explicaciones, todo era caóticamente imperfecto. Como si el desastre que lo unía a Sasuke fuese la causa de que su vida tuviese sentido, aunque fuera momentáneamente. Las manos del Uchiha descendieron a su cintura, apretujándolo, sintiéndose cada vez más cerca.

Pero todo perdió sentido en cuanto se escuchó los pasos de alguien deteniéndose a poca distancia.

— ¿Sasuke, Naruto? ¿Qué hacen aquí? ¿Por qué están tan juntos? ¿Se estaban besando?—

El rubio reconoció inmediatamente esa voz y se separó del Uchiha lo más rápido que pudo. Claro, ahora que estaba lejos podía pensar con claridad y su cerebro pudo unir los cabos sueltos. Bastante planeado con un método de ejecución infalible. Se dio cuenta de la mente tan calculadora de su amigo.

— ¿No lo sabes, Sakura? — Sasuke habló con inocencia fingida— Naruto y yo somos pareja—

Naruto podía ser un tonto pero no era estúpido. Notó enseguida la mueca de incomodidad y enojo por parte de la pelirrosa que iba dirigida hacia él. Si se observaba un poco más, podía darse cuenta hasta el leve brillo de celos que se hizo notorio en los ojos de la chica. Se quedó serio, mirada azul contra mirada rosa. Era como si ambos compartieran una competencia privada donde Sasuke era el trofeo. Rodó los ojos con fastidio, no le agradaba en absoluto.

—Sasuke, en serio que te lo tenías muy bien guardado— Haruno sonrió— ¿Tener de novio a Naruto? Me sorprende mucho… pero si tú eres feliz—

—Muchas gracias, Sakura— El azabache sonrió de manera sutil pero no con la prepotencia acostumbrada— ¿Cómo te ha ido...? —

El Uzumaki cerró su mente de esa conversación. Prefería mil veces estar pensando en otras cosas que mantenerse al tanto de ellos dos. Sin duda alguna se sentía fuera de lugar y la manera en que Sakura se dirigía a Sasuke lo mantenía descolocado: el arrastre de palabras, el tono de voz sugerente y la manera tan despectiva con la que se dirigió hacia él le parecían incómodas.

¿En serio estaba tomando la decisión correcta al momento de haber aceptado la petición de noviazgo falso? Naruto supo desde el principio que Sasuke lo tenía todo planeado: la propuesta en la biblioteca, esperar el tiempo suficiente para el convencimiento y el beso final donde Sakura entraría dramáticamente a interrumpir la escena, ella se daría cuenta de sus verdaderos sentimientos y correría a los brazos de Sasuke para impedir que aquello continuase.

Demasiado cliché pero no imposible.

Entonces la verdad le caló hondo como un balde de agua fría. Sasuke no lo había elegido a él por el simple hecho de ser su mejor amigo, ni siquiera por contar con algún atractivo a sus ojos, ahora lo recordaba perfectamente: Sakura siempre envidió a Naruto desde que lo conoció y si él tenía consigo al dueño de su afecto entonces todo saldría más que perfecto para Sasuke. Naruto solo era un estorbo, un cero a la izquierda... Eso sí que lo desmoralizaba.

— ¿…Verdad que sí, Naruto? — Bromeó Sasuke y las risas de Sakura que le siguieron hicieron que rubio saliera de sus pensamientos.

—Lo siento, no estaba escuchando— Naruto murmuró algo apenado, sus mejillas se colorearon al verse lleno de vergüenza. Él también sabía fingir bien y con suerte, el nudo en la garganta que se le estaba formando no lo echaría a perder, al menos no en frente de ellos dos que lo miraban como si todo se tratara de un chiste.

—Sasuke, pero mira que novio tan tontito te conseguiste— Esta vez se mofó Sakura. Su voz sonaba dulce, terriblemente dulce. Intentando escucharse con la ternura que no poseía.

¿Por qué dolía? Esas miradas de complicidad de las cuales no formaba parte, esas sonrisillas complacientes y ese brillo singular en los ojos.

—Ya lo sé, es un poco tontito—

Eso no se lo esperó. ¿Desde cuándo Sasuke atendía a las bromas de Sakura? Ah claro, olvidaba que el enamoramiento en adolescentes producía una clase de hormonas extrañas que hacía olvidar la lealtad hacia los amigos. Frunció el ceño, no permitiría que aquello le afectase. ¡Por Dios! Él era Naruto Uzumaki, nimiedades como esa no lo harían retroceder.  Pero…

¿Contra qué estaba luchando?

—Oigan chicos, tengo que irme, se está haciendo tarde y pronto cerrarán la Biblioteca— murmuró la chica consultando su reloj. — ¡Tan tarde es! — Miró a los chicos con sorpresa y después sonrió— La verdad es que a esta hora me da miedo ir sola a casa— Hizo una pausa, ensanchando su sonrisa— Sasuke, ¿serías tan amable de poder llevarme? —

El rubio enarcó una ceja. ¿Tarde? Si apenas eran las ocho de la noche, no podía ser tarde. Pero bueno, supuso que Sasuke estaría muy feliz ya que al parecer su plan estaba surtiendo el efecto deseado, tal vez el noviazgo falso duraría menos de lo esperado y Naruto podría ser libre nuevamente y no tener que estar aguantando a esa pesada...

—Está bien, Sakura. Yo te llevo— Respondió el Uchiha casi sin pensarlo —  Sé que a Naruto no le importará ya que él vive en las habitaciones que proporciona el campus y están muy cerca de aquí, ¿cierto? Aparte una dama como tú no puede exponerse a un asalto… — murmuraba el joven con ese acento tan encantador que podía engatusar a cualquier persona.

— ¿En serio lo harías? ¡Pero qué caballeroso eres! — Exclamó la pelirrosa con verdadera admiración.

— ¿Entonces? — Sasuke miró a Naruto.

—No entiendo porqué me observas esperando mi aprobación— suspiró— No me importa que la lleves, en serio. Yo también tengo que irme a mi casa. — Naruto se despidió de ellos haciendo un movimiento con la cabeza para luego ir hacia la puerta de la biblioteca.

— ¿Y mi beso de las buenas noches? — Agregó Sasuke sonriendo con sorna— No puedes irte sin dármelo—

— ¿Quieres un beso de las buenas noches? — Naruto se sintió asqueado por el modo de actuar de su amigo, era tan… ¿Encantador? Pero aquella galantería le daba asco, así no era Sasuke y eso le producía una buena dosis de confusión. —Suficiente tuviste con el que me diste antes de que Sakura llegara— le guiñó el ojo— Eso fue suficiente para una semana—

Seguido de eso, se retiró para no volver a mirar atrás ni siquiera para escuchar las risas de Sakura o para ver la mueca de incredulidad que de seguro tendría el Uchiha. Guardó sus cosas y tomó su mochila, cargándola perezosamente sin tener muchas ganas de irse. La Biblioteca era para él como un santuario donde podía llegar a descansar sin tener que estar aguantando las estupideces de su compañero de cuarto ni las de sus vecinos.

Se despidió de la amable bibliotecaria que siempre lo atendía con devoción y salió del edificio hacia la zona de habitaciones. Cuando estuvo afuera, la brisa fresca y húmeda le dio de lleno a su rostro, eso lo relajó bastante, apartándolo del estupor de estar encerrado cuatro horas dentro del plantel. Caminó, sus piernas agradecían ese gesto pues llevaba mucho tiempo sentado y estaban casi acalambradas a pesar de haber estado de pie hacía unos momentos.

Apenas comenzaba a oscurecer, le agradó ver lo hermoso que se veía el cielo con los últimos ápices de luz del día; era una combinación de luces anaranjadas mezcladas con un azul tan profundo que lo dejaba sin aliento. Le recordaba a… Movió negativamente la cabeza, ¿en que estaba pensando? Todo lo que había pasado estaba haciendo mella en su cerebro y eso que apenas había empezado.

Naruto suspiró nuevamente y pensó que tal vez se le acabaría el oxígeno entre tanto suspiro. La situación lo tenía tan confundido que deseaba llegar a su habitación lo antes posible, comer algo de ramen e irse a la cama a dormir. Pero la suerte no lo quiso así porque en el camino se encontró con su amigo Gaara.

Se saludaron y el pelirrojo lo invitó a cenar. Ambos habían pasado por una extenuante semana de exámenes y prácticamente no se vieron en todo ese tiempo, por lo tanto tenían muchas cosas de las cuales hablar. Se dirigieron a uno de los restaurantes que estaban dentro del campus y que todavía estaban abiertos. Pidieron de comer hamburguesas pues a la falta de dinero tenían que moderar los gastos y ese era el alimento más barato.

La cena pasó entre risas. Era una de las cosas que le sorprendía de Gaara. Él usualmente no reía pero con Naruto parecía ser otra persona y eso sin duda alguna le agradaba. El pelirrojo le narró lo pesado que había sido estudiar y para colmo casi le retiran unos de los exámenes porque el pesado de Sai –quién era el compañero de cuarto de Naruto– se la pasaba pidiéndole las respuestas y el profesor encargado había pensado que se estaban ayudando.

El rubio no tuvo mucho ánimo de contarle sobre el trato que había hecho con Sasuke. El Uchiha y Gaara se conocían pero tenían el defecto que se odiaban. Ambos le dijeron que era porque compartían su amistad y eso no les gustaba, le daban a entender que estaban celoso. Naruto lo consideró algo tonto pero respetaba su modo de pensar. De todos modos y aunque Gaara fuese uno de sus mejores amigos decidió reservarse eso y se limitó a concordar con los comentarios de los exámenes y que también Sai era un pesado en todo sentido de la palabra.

— ¿Quieres que te acompañe a tu habitación? No me queda muy lejos, vivimos en el mismo edificio—

—Claro… ¿Por qué no? — Fue la escueta respuesta del rubio.

—Naruto, sé muy bien que algo se está cruzando por esa cabeza tuya. —Cortó de repente Gaara, mirando hacia el frente mientras caminaban, su rostro volvió a ser serio y sin emociones— No te obligaré a que me cuentes, esperaré a que tú vengas y me lo digas—

El Uzumaki agradeció ese gesto. Ambos guardaron silencio en lo que restó del camino, fue un silencio de lo más reconfortante. Naruto llegó a su habitación, se despidió de Gaara y entró. No sé sorprendió al ver que Sai no estaba, él acostumbraba a irse de fiesta después del período de exámenes –aunque al día siguiente también había clases– así que él debía estar preparado pues su compañero llegaría borracho.

Encendió las luces, notando que todo estaba demasiado ordenado. Aventó su mochila a la cama, tomó algo de ropa limpia para después dirigirse hacia el baño y ducharse. El agua fría hizo que sus músculos tensos se relajaran, dejó que su mente quedara en blanco. Tanto pensar le dejaba agotado. ¿Por qué todo surgió ese mismo día? Bah… De seguro jamás se imaginó que Sasuke hiciese tanto sacrificio por alguien. Cerró la llave del agua y tomó la toalla para secarse, se vistió y luego de dejar la ropa sucia en su lugar se arrojó contra la cama. Sacó su celular de la mochila, para su sorpresa tenía once llamadas perdidas de Sasuke.

Naruto estuvo indeciso: ¿llamar o esperar a ser llamado? No tardó mucho en obtener una respuesta ya que enseguida su teléfono comenzó a sonar con una melodía estridente.

— ¿Qué quieres? — El rubio apenas tenía energía para responder.

—Uzumaki, son las diez de la noche, ¿en dónde demonios te habías metido? —

—Habla o cuelgo—

—Que carácter— Habló Sasuke con tono ofendido.

— ¿Me lo dice el que se pasa todo el día de amargado? — Naruto suspiró, se sentó sobre la cama y colocó su mochila en el suelo para luego recostarse adecuadamente, su cuerpo se relajó aún más, brindándole una sensación placentera en cuanto su cabeza tocó la almohada— ¿Qué pasó? Estoy cansado—

—Te lo diré si primero me dices en donde estuviste— fue la escueta respuesta del azabache.

—Joder… Hasta pareces un  novio desconfiado— Rodó los ojos con fastidio— Salí con Gaara a cenar, ¿algún problema? —

—Pues, ahora tú y yo somos novios así que me tienes que informar a donde sales—

—Vaya, eso no lo pusiste dentro de las condiciones, te recuerdo que estamos fingiendo—

—Lo sé, lo sé… Pero eso no lo sabe la gente ni Sakura— El Uchiha hablaba como un sabiondo— Es por eso que si queremos que esto funcione deberemos hacerlo más realista… Como ejemplo: el beso de esta tarde… Eso no te lo esperabas, ¿verdad? —

—Pues sí, el hecho de que me metieras la lengua en la boca  fue inesperado—hizo una pausa evaluando sus palabras— Sabías que Sakura iría a la Biblioteca—

—Sí, no me preguntes el cómo lo supe pero todo salió a la perfección—

—Sasuke, ve al grano… Si me hablaste es por algo, ¿qué pasa exactamente? — Naruto en verdad quería echarse a dormir pero el maldito bastardo no se lo permitía.

—Sakura me dijo indirectamente que se sentía celosa, no tardaremos mucho en convencerla de que yo soy su mejor opción—

—Que bueno… ¿Y qué más? —

—Quería darle las buenas noches a mi novio—

—Sasuke… En serio que esto está comenzando a asustarme… Hablas con mucha normalidad, me marcas a mi celular para darme las buenas noches… ¿Estás seguro de que Sakura es la persona que quieres conquistar? —

— ¿Por qué lo preguntas? ¿Acaso tú eres al que estoy conquistando? — Preguntó el Uchiha con sorna.

—Imbécil, sólo por eso te colgaré— Naruto bufó y cortó la llamada.

Puso la alarma a la hora que debía levantarse y dejó el móvil a su lado en modo silencioso por si a Sasuke se le ocurría marcarle para disculparse –lo cuál era remotamente imposible pero por si las dudas–. Se acomodó boca abajo, cerrando los ojos.

“—El punto más importante es que no puedes enamorarte de mí—“

¿Y sí ya era demasiado tarde para tomar en cuenta esa opción?

 

 

 

Notas finales:

 

Marthiis: Como ven la trama es sencilla, disculpen los errores de dedo TT__TT Gracias a Marion Mangaka por revisarlo nOn

Tamaki: ¡¡Gracias por leer y nos vemos después!!

 


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