Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Dearly Beloved por KuroNekoYaoi

[Reviews - 44]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Bien...como no tenia nada que hacer desde en la mañana, pues me puse a continuar escribiendo y al fin termine el tercer capi...espero que les guste...>_<...

En esta ocasion el narrador sera Sora...jeejee...

Cap. 3 - What I feel for you? I don’t know…

 

Ha pasado una semana desde que Roxas me mostro su lugar secreto y también desde que

"Si eres tú, Sora, no me importa"

"Porqué tu eres especial para mi"

...desde que Rox me dijo esas palabras.

¡Momento! ¿Desde cuándo comencé a llamarlo Rox? ¡Argh! Desde esa vez siento que algo está cambiando conmigo, ahora cada vez que veo a Roxas directamente a los ojos durante mucho tiempo no puedo evitar sonrojarme y desviar la mirada. ¡Antes no pasaba esto! ...Pero, ¿qué habrá querido decirme con esas palabras?

Entrando al salón pude darme cuenta de que Roxas ya está ahí. Me quede estático en la puerta e intenté relajarme, respirando y exhalando continuamente; ¿por qué me ponía tan nervioso?

Mi corazón aún no se calmaba del todo, pero tampoco podía quedarme de pie en la puerta para siempre así que, lo más tranquilo que pude aparentar, me dirigí a mi pupitre justo al lado del de Roxas; al pasar cerca de él sonreí tan naturalmente como cada vez que estábamos juntos.

– ¡Buenos días, Rox! – Al darme cuenta de lo que dije me sonroje a más no poder y Roxas igual. – ¡Ah! Perdona, no quise llamarte así. –

– No te preocupes, llámame como tú quieras. – Me dijo él con una sonrisa tan linda. ¡Espera! ¿Tan qué? ¿Linda? ¡¿Desde cuándo pienso que Roxas es bastante lindo?! (N.A: No hacía falta agregar el “bastante”, Sora idiota xD).

Justo en ese momento la clase comenzó y yo no pude hacer nada más que quedarme con mis confusos sentimientos; supongo que esta mejor así. – suspiro. – Después de todo en verdad no comprendo qué era lo que me pasaba últimamente. Era deprimente no saberlo.

A la hora del almuerzo, Roxas se fue junto con Olette y Hayner hacia la cafetería para comprar su almuerzo, mientras tanto yo quería, o más bien necesitaba, un consejo desesperadamente, así que sin pensármelo dos veces, fui a ver  a Kairi.

Ella y mi mejor amigo Riku, un chico un tanto frío, nos conocíamos desde pequeños; supongo que debería decir que somos amigos de la infancia. Tuve que mudarme antes de terminar la secundaria, por lo que llegué a pensar que no los volvería a encontrar.

 Al llegar la vi platicando animadamente con Riku, tal y como solíamos hacer hace tiempo; me trajo buenos recuerdos.

– Este... Kairi, perdona si interrumpo algo pero necesito platicar contigo. – Le dije mientras le sonreía a Riku a modo de disculpa, sin embargo él solo se me quedaba viendo demasiado fijo. Desde que nos habíamos vuelto a ver me miraba de esa manera y, sinceramente, me ponía nervioso.

– Por supuesto, Sora. – Me dijo con amabilidad como siempre mientras yo suspiraba de alivio.

 Le conté todo lo que me traía preocupado caminando por los pasillos del instituto y ella me escuchaba atentamente, sin interrumpirme en ninguna ocasión. Al final, cuando termine de hablar, Kairi se quedo pensativa y me miraba fijamente; parecía un poco enojada, pero ¿porqué?

– ¡Cómo es posible que no te des cuenta! – Si, sin duda estaba enojada.

– ¿Eh? ¿Sobre qué? – No entendía absolutamente nada.

– ¡Sora eres un estúpido! Es obvio  que él siente algo por ti. – Eso sí que me tomo por sorpresa y mi mente solo podía atinar a llegar a múltiples posibilidades sobre lo que podría Roxas sentir por mí.

– ¿Por… mí? – ¿Amistad? ¿Odio, quizá?

– Sí. Y si no es así, ¿por qué te diría esas cosas? Eso no se le dice a alguien que solo es tu amigo y además está el incidente de cuando se te acerco exageradamente, ¿no es así? –

Al recordar aquel incidente me sonroje, tenía razón y Roxas creyó que me iba a creer esa excusa del pétalo de cerezo sobre mi cabello; puedo ser ingenuo en ocasiones, pero hasta yo me daría cuenta de que solo fue una pobre excusa. ¿Qué sentía él por mí? ¿Acaso era…

– ¿Amor? –

– Por fin lo entiendes, tonto. – Dijo Kairi, sonriendo complacida al momento que alborotaba mi cabello.

¿Él estaba enamorado de mí? ¿Yo le gustaba de esa manera? Deseaba saber la respuesta a todas las preguntas que me llenaban la cabeza, pero más importante aún… ¿Qué sentía yo por Roxas?

Escuche la campana que finalizaba el receso, impidiéndome continuar en mis pensamientos…

La clase de deportes había comenzado, en esta ocasión jugaríamos un partido amistoso de futbol. Estábamos en el patio preparando los equipos cuando vi que Kairi y Riku me llamaban, mi peli roja amiga agitaba los brazos con esmero mientras el peli plata solo observaba; me acerque a ellos sonriendo.

– ¿Qué hacen aquí ustedes dos? ¿Acaso no tienen clase? –

– Tenemos hora libre, así que vinimos a apoyarte. – Me dijo Kairi.

– Si y a llevarte a la enfermería cuando el balón golpee tu cara. – Dijo Riku burlonamente. Hice un puchero por su comentario y él solo me miró fijamente; siempre que me observaba así daba la impresión de que miraba mis labios, ¿estaré loco?

Cuando el partido comenzó, conmigo en el equipo contrario al de Roxas, no me encontraba muy bien; después de un rato de jugar mi cabeza comenzó a dar vueltas, me sentía mareado, sentía que me había dado fiebre por andar pensando tan seriamente en lo que Kairi me había hecho descubrir.

Y eso fue lo que causo que, tal y como había dicho Riku, el balón golpeara mi cara y terminara desmayándome. Lo último que escuche antes de que perdiera el conocimiento fueron los gritos preocupados de Kairi y Roxas, seguida de una sensación de estar flotando como si alguien me estuviera cargando.

Al despertar lo primero que vi fue a Riku sentado a mi lado mientras yo estaba recostado en una camilla con sábanas blancas. Terminé en la enfermería al final de cuentas.

– ¡Ugh! ¿Qué me paso? – Le pregunte a Riku, quien al escuchar mi voz pareció aliviarse un poco.

– Pues por idiota te golpeo el balón, tal y como dije. – Se estaba burlando pero en su mirada se veía que estaba preocupado. De pronto, así de la nada, Riku me abrazo y me sorprendió mucho. – Sora….estaba preocupado por ti, ¡idiota! –

– ¡Oh, vamos Riku! ¿Desde cuándo te preocupas tanto por mí? – Lo dije bromeado, esperando que sonriera un poco, pero el resultado no fue como esperaba.

– Es culpa de lo que siento por ti. – Y después me beso; no pude detenerlo, tenía más fuerza que yo. –Te quiero, Sora.

– Yo…también te quiero, pero… – No termine la frase, el sonido de algo impactando contra el suelo me impidió continuar. Miré la puerta, sorprendido, solo para encontrarme con unos orbes azules llenos de ¿decepción? – ¡Roxas, espera! Esto no es… –

El rubio echo a correr sin darme tiempo de explicar - ¿explicar qué? – intente ir tras él, pero Riku aún se encontraba encima de mí y no parecía deseoso de apartarse.

– Riku. – Lo llame, pero quiso ignorarme. – ¡Riku! Déjame ir, por favor. –

– No, aun no escucho una respuesta. – Dijo con una expresión seria y a la vez enojada.

– ¡Ya te he respondido! – Esto comenzaba a frustrarme; lo miré fijo y lo más serio que pude. – Me agradas, pero no de esa manera. –

–Aún así, Sora, tú eres mío. – Intento besarme de nuevo.

– Yo… ¡No lo soy! – Dije alejándolo de mis labios; solo lo hice enojar más. Tomo ambas manos y las sostuvo por encima de mi cabeza con las suyas. – ¡¿Qué?! –

No podía hacer nada, me negaba profundamente, pero Riku era muy persistente. Comenzó a meter su mano bajo mi playera mientras continuaba besándome, ¡yo no quería esto!

– ¡Espera! ¡Riku, no lo hagas! Por favor para. – En esos momentos, estaba seguro de que mis lágrimas estaban por desbordarse.

– Aunque pare ahora tú no me perdonaras, así que… –

Riku empezó a bajar por mi cuello, besándolo y dejando unas pequeñas marcas que desde luego eran muy visibles. Llego hasta mi pecho y empezó a lamer mis pezones; mientras con una mano sostenía mis dos muñecas, con la otra comenzó a desabrochar mi pantalón y  amenazó con meter la mano. ¡Estaba tan asustado! Yo no quería eso…

– ¿Se puede saber que están haciendo? – Dijo una voz desde la puerta de la enfermería; era Hayner. – Así que esta es la razón de que Roxas estuviera todo deprimido. –

– ¡Che! ¿Podríamos tener algo de privacidad? – Bufó Riku.

– ¿Para qué? Se ve claramente que lo estás forzando, ¿o no? – Ante ese comentario Riku me miró, mostró arrepentimiento y soltó mis muñecas; Hayner recogió una mochila del piso, ¿sería de Roxas? – Ven Sora, quiero hablar contigo. –

Riku se había apartado y no me miraba, ni al otro chico; junte mi mochila, que andaba por ahí,  salí de aquella habitación frotando mis rojas muñecas y dedicándole una última mirada a Riku antes de seguir a Hayner en silencio por los pasillos.

– Gracias por ayudarme, ¿realmente quieres hablar conmigo? – Tuve que decir algo pues él solo se había dedicado a ignorarme, hasta ahora. Me miró con enojo mientras me acorralaba contra la pared y entre sus brazos.

– No creas que lo he hecho por ti, lo hice por él. – Estaba serio, endemoniadamente serio. – Honestamente, ¿qué significa Roxas para ti? –

– Yo…lo aprecio… – Confusión, solo había confusión en mi mente. Entonces, ¿era verdad que el rubio posiblemente me amaba?

– ¿Qué fue eso? – Rió, sabía que mi respuesta fue un fiasco pero aquello era innecesario. Hayner se acerco a mi oído. – Date cuenta o terminaré alejándolo de ti. – Susurró esas palabras y se alejo de mí; dispuesto a decirme algo más antes de irse me miró. – Debes saber que hare cualquier cosa para que Roxas sea feliz. –

No me creía que fuera probable, pero sería acaso que ¿a Hayner le gustara Roxas? Sin duda todo se estaba poniendo cada vez más confuso. Las clases ya habían terminado, sin embargo no podía irme a casa pues necesitaba arreglar las cosas con el rubio, explicarle… ¿explicarle? ¿Qué debía arreglar? Aún no tenía en claro mis sentimientos, ni siquiera entendía mis pensamientos.

¡No! Incluso si no comprendía absolutamente nada debía hacerlo. No quería que él se quedara con esa clase de ideas sobre Riku y yo. Hasta no arreglar la situación no pararía, si no me daba la oportunidad ¡yo la crearía!

Salí corriendo del instituto, buscando a Roxas con la mirada, volteando a todos lados como loco. Finalmente observé una mata de rubio cabello en la acera de la calle, iba a alcanzarlo pero me detuve al instante. Su peli dorado amigo se acercaba feliz con unas latas de váyase a saber qué cosa y Roxas aceptaba una con una deslumbrante sonrisa.

Hayner aferró firmemente su mano y el rubio, sin negarse, le devolvió el agarre; echaron a correr juntos, tomados de las manos. Ver eso me hiso darme cuenta de que no solo sentía aprecio por él como mí amigo, si no que yo…

Te amo; más allá de la amistad. Esto es amor. –

Pero, ya era tarde para intentar expresarlo. ¿Por qué no lo note antes? ¿Cómo no noté este desbordante amor por ti? Sí, ahora lo sabía – como había dicho Kairi – soy realmente un estúpido.

Fui corriendo hasta mí casa con las mejillas empapadas de esas incesantes lágrimas traicioneras que se deslizaban de mis ojos sin mi consentimiento. Corrí con desesperación como pocas veces hacía, estaba tan cegado por mis propias lagunas que terminé chocando contra alguien.

– L-lo siento. –

– ¿Qué tienes, Sora? – Sentí sus brazos rodearme; seguí llorando ahora humedeciendo el hombro del peli plata.

– N-no puedo con esto, Riku. Es d-doloroso… – Limpió mis lágrimas mientras acariciaba mi mejilla, me besó en un beso que apenas si fue un roce y yo…

… apenas si tenía deseos de moverme; no lo detuve.

᠅ ᠅ ᠅ ᠀ ᠅ ᠅ ᠅

Notas finales:

espero que les haya gustado...


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).