Cap. 4- Confusion!
– ¡¿Que le dijiste qué?! – No puedo creerlo, Hayner me ha traído corriendo hasta mi casa solo para decirme que le dijo puras babosadas a Sora. – ¿Por qué le dijiste algo así? –
– ¡Oh, vamos, Rox! No es nada grave lo que le dije. – Me dijo él, a mi parecer se veía realmente feliz por lo que había hecho. – Y en cierta parte es verdad, hare lo que sea para que seas feliz, ¡porque eres mi mejor amigo! –
De pronto se lanzo hacia mí, me cayó encima y comenzó a revolver mi pelo. Nos encontrábamos en la sala de mi casa, sentados en el sofá tomando un poco de soda y viendo la tele. Yo solo esperaba que Sora no se haya hecho una idea equivocada respecto a lo que Hayner había mencionado.
Pero además, ¿de qué me preocupo? Él ya tiene a Riku, supongo que desde un principio no fue buena idea enamorarme de él. – Suspiro – Recordar ese momento en la enfermería me hacía sentir avergonzado por haber salido corriendo, aunque ¿qué otra cosa podría hacer? ¿Quedarme y observar como continuaban con lo que sea que estuvieran haciendo? ¡No! No era esa clase de pervertido. (N.A: ¿Quién habló de pervertidos? xD).
– Roxas, tienes la mirada perdida. – La voz de Hayner me saco de mis pensamientos con un pequeño espasmo. – ¿Es por lo que paso en la enfermería? –
– Si, me tiene un poco… – Suspiré. – A quien engaño, estoy bastante deprimido. –
– ¡Oh! Vamos, anímate hombre. – Sonrió para intentar subirme el ánimo. – ¡Ah, ya sé! – Lo mire interesado; él demasiado emocionado. – ¡Mañana iremos a inscribirnos al torneo de struggle! Esta vez ¡sí que voy a vencer a Seifer! –
– ¡ja ja ja! ¿Sigues pensando eso? Ok, me inscribiré contigo. – Escuchar eso me motivaba un poco más ya que el torneo de struggle podía llegar a ser en extremo divertido viendo como Hayner trataba de ganarle a su eterno rival, Seifer.
– ¡Ah! Sigue riéndote, pero ¡estoy seguro que esta vez sí que le gano! – Realmente se veía confiado de ello.
– Ok, ok, ya lo entendí. – Nos reímos por un rato más.
Para cuando dejamos de reír solo nos miramos en silencio; una mirada de complicidad. Luego de eso seguimos observando la Tv y comiendo unas cuantas botanas que habíamos comprado antes de llegar a mí casa; al final, después de dos horas largas y llenas de risas y gritos, Hayner se fue a casa dejándome solo nuevamente con mis pensamientos.
– Sora. – Suspiré su nombre justo antes de caer dormido en el sofá.
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Al día siguiente, el dolor no tardo en hacer aparición en cuanto me desperté, ¡no volveré dormir en el sofá nunca! Mi espalda sufría horrores. – Bostezo – Bueno, en vez de lamentarme debería tomar un baño para relajarme y ya que hablamos de relajaciones sería un buen tiempo para ir pensando en lo que prepararé como desayuno.
No me demoré mucho en la ducha, pues no quería arrugarme como una pasa ahí dentro. Salí con una toalla alrededor de la cintura y otra con la que secaba mi rubio cabello; en mi habitación me vestí con lo primero que encontré a la mano y me dispuse a comenzar a preparar el desayuno cuando:
“¡Hey, Rox! Recuerda que dijiste que nos inscribiríamos en el torneo, así que te esperare en la estación de trenes a la 1:30. ¡NI SE TE OCURRA LLEGAR TARDE!”
– Suspiro – Ese Hayner, es todo un caso. El mensaje me sorprendió en serio, pues siendo sincero ya había olvidado todo eso de inscribirse al torneo; miré el reloj y observe que apenas era medio día, ¿por qué era tan tarde? ¿A caso dormí demasiado?
Regresé a mi cuarto para arreglarme un poco el pelo pero siempre era lo mismo, era todo un rebelde y terminaba dejándolo como estaba en un principio todo alborotado. Tomé mi cartera, las llaves, el celular y salí de la casa para ir en camino al lugar citado; era temprano y así podría tomarme el tiempo suficiente para ir con tranquilidad por Twilight Town mientras pensaba un poco.
Estaba sumido en mis pensamientos pero eso no me impidió percatarme del chico castaño, al parecer distraído, que iba caminando por el mismo lado de la calle por la que yo iba; lo reconocí de inmediato. Pensé en cambiar de camino, sin embargo eso se entendería como huir de él y de nada serviría, así que seguí caminando; pasamos uno al lado de otro y él finalmente pareció percatarse de mí, yo seguí avanzando.
– ¡Ah! Ro…xas. – Fue un susurro de su parte y no pude evitar mirarlo. Cuando mis ojos se encontraron con sus orbes igual de azules, las mejillas de Sora se colorearon tenuemente.
– ¿Qué sucede? – ¡Espera! ¿Por qué mi voz sonó tan fría y seria? Yo no quería que sonara así y al parecer Sora también lo notó.
– ¡N-no es nada! – Me dijo mientras se echaba a correr velozmente. ¡Vaya idiota que soy!
Fui detrás de Sora, no quería que se quedara con la idea de que estaba molesto por el incidente de la enfermería. Cuando casi lo alcanzaba, simplemente estire mi brazo y lo detuve; Sora se paró en seco pero mantenía su cabeza agachada, impidiendo que viera su cara y esos brillantes ojos azules suyos.
== Narración por Sora ==
¡No, no debí haberle hablado! Aún no estoy sentimentalmente preparado para encararlo.
Sin embargo en cuanto el me tomo del brazo no pude evitar detenerme, sentía que todo estaba bien cuando estaba a su lado, que no había nada de qué preocuparse; yo no soy quien deba sentir esto, no soy yo quien pueda estar al lado de Roxas.
– Sora, si tienes algo que decirme… ¡Hazlo! – Me dijo sin soltar mi brazo; lo jalé. Ese contacto me hacía daño.
– No, ahora no quiero hablar contigo. ¡No estoy listo! – Mi voz sonó fría sin pensarlo. Tomó mis hombros impidiendo que me fuera, pero me solté rápido; ¿por qué eres tan amable si ya tienes a alguien más? – No quiero, Riku me espera. Tengo que ir con Riku… –
Roxas se puso serio en cuanto dije aquello, sus intentos por retenerme cesaron y terminó yéndose a toda velocidad mientras yo sólo lo observaba sintiendo como si mi corazón se rompiera; no hay nada que pueda hacer, si él es feliz con Hayner – suspiro – para mí está bien.
== Narrado por Roxas ==
¡Qué enojo! ¡Qué frustración! ¿Por qué no para de hablar de Riku cuando estamos juntos? Qué molesto – bufido –.
Al llegar a donde me reuniría con Hayner, y verlo ya ahí esperándome, no lo saludé como de costumbre sino que le pregunte por el lugar en donde vivía Riku. No tenía muchas expectativas de que lo supiera pero para mi suerte si lo sabía, era extraño aunque poco importaba ahora.
Después de escuchar su respuesta sólo me disculpe por tener que pedirle que me esperará un rato más; él me miro con la vista entrecerrada por un rato para luego dedicarme una buena sonrisa y decirme su típico: “Que va, hombre”. Le sonreí de vuelta, lo abrace pues estaba de verdad muy agradecido y salí veloz rumbo a casa del peli plata.
Al llegar a casa de Riku llame al timbre; a la segunda vez él salió y yo no pude evitar mirarlo de una manera muy poco usual en mí. De verdad que nunca había tenido una relación de rivalidad con alguien y menos aún por alguien.
– ¿Qué haces tú aquí? – Dijo al verme, remarcando innecesariamente el “tú”. Salió hasta donde me encontraba, parándose en frente mío.
– Ah, no mucho. Solo quiero pedirte algo. – Dije lo más serio que pude. No era una persona tan social como para hacerme enemigos, pero este caso era diferente.
– ¿Y qué podría ser? –
– Quiero que tomes distancias con Sora. – Estaba dispuesto a darlo todo por ese peli castaño que traía mi corazón colgando de un hilo. Y sería literal sí se pudiera.
– ¿Qué te hace creer que me puedes pedir algo así? – Riku dejó en claro que esto no sería algo fácil; yo ya tenía una ligera sospecha. – Y menos después de lo que hiciste. –
– ¿Qué quieres decir con eso? Yo no he hecho nada. – Dije eso, pero me daba la impresión de que me equivocaba.
– ¡Ja! ¡No me vengas con eso! ¡Tú eres la razón de que él llorara el día de ayer! – Me quedé sin habla; Riku estaba furioso. – “No puedo con esto, Riku. Es doloroso no ser correspondido por la persona que quieres.” Sora dijo eso ayer, después de verte con ese tipo. –
Me quede sin palabras. ¿Sora lloró? ¿Lloró por mí culpa? ¿Realmente dijo aquellas palabras? Sí era así significaría que de verdad que me había visto con Hayner ese día y lo mal interpreto, pero que dijera eso sólo querría decir una cosas, ¿no?
– Bien, entonces arreglemos esto justamente. – Lo miré con determinación.
– ¿Qué tienes en mente? – Preguntó sonriendo.
– Enfrentémonos en el torneo de struggle. – Dije con firmeza mientras él parecía pensarlo. – Quien pierda se distanciara de Sora. –
– ¿Eh? ¿Quién se va a alejar de mí? – Tanto Riku como yo nos sorprendimos al ver como el pequeño castaño se acercaba a nosotros con mucha curiosidad. – ¿Por qué están ustedes dos juntos? –
– No es nada, Sora. – Respondimos ambos a la vez.
– Está bien, Roxas, acepto. – Me dijo, acercándose a mí hasta llegar a mi oído. – Por ahora si me disculpas, quisiera estar a solas con Sora. –
- ¡Tsk! Espero que no te arrepientas y no creas que te lo voy a dejar fácil. –
Después de decirlo me fui corriendo para encontrarme nuevamente con Hayner. No obstante en mi espalda podía sentir la atenta mirada de Sora; aún no podía confiar en que fuera cierto todo lo que Riku dijo, pero sea cierto o no ¡no voy a perder ante él!
== Narrado por Sora. ==
– Bien, vamos Sora, entremos. – Asentí mientras lo seguía hasta la sala. Aunque me seguía preguntando sobre su charla; el ambiente se sentía tan denso, tan pesado, como si estuvieran peleando por algo ¿o podría ser por alguien?
– Oye, Riku, ¿de qué hablan tú y Roxas? –
– Oh, de nada en especial. – Dijo restándole importancia, pues mira que a mí me importa bastante. Riku conectó la consola ya que por eso estaba aquí, para distraerme un poco con algunos videojuegos. – Bien, ¿qué juego quieres jugar? –
– Hay que jugar King of Fighters, ¡es mi juego preferido! – Podría parecer emocionado, pero la verdad es que ni así lograba dejar de pensar en el rubio. Me traía en las nubes como siempre.
– ¡Ja! Pero si siempre sales perdiendo cuando juegas contra mí. –
– No te emociones tanto, esta vez ¡estoy seguro que te gano a como dé lugar! –
Nos lo pasamos jugando la mayor parte de la tarde y sin importar cuantas batallas perdiera seguía diciéndole a Riku que tuviéramos una revancha; necesitaba forzosamente una distracción para no pensar en Roxas y olvidar todo lo que había ocurrido entre nosotros los últimos días, junto con los sentimientos que acababa de descubrir…
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