Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Dearly Beloved por KuroNekoYaoi

[Reviews - 44]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Bien...acabo de terminar el cap. 6, este si me costo mucho terminarlo, por que no tenia ninguna idea ¬.¬...jaajaa pero bueno aqui lo dejo para que lo lean...

Cap. 6 From One Problem to Another.

Nada se compara a esa felicidad que sientes al ser correspondido por la persona que más amas; yo no podía evitar sonreír al decir que Roxas era mi novio ahora, aunque claro por el momento sólo podía alardear de ello con mis amigos y los amigos más cercanos del rubio.

Sobre todo me retorcí de satisfacción cuando Hayner escuchó la noticia directamente de los labios de mi novio, su expresión fue lo mejor; una cara de sorpresa, una cara de duda, una mirada de aceptación y finalmente una mirada desafiante dirigida a mí.

Y pues eso, aparte de ellos nadie más lo sabía. Aunque eso ya es un tema distinto, lo importante ahora mismo es: ¿Qué día es hoy? Jo, el día más feliz de mi vida porque hoy Roxas y yo tendremos nuestra primera ¡C – I – T – A!

 “Pasaré a tu casa a eso de las 2 de la tarde para recogerte; recuerda TE AMO y por favor ¡no te quedes dormido! Ja ja ja.”

Roxas. Únicamente mi rubio era capaz de escribirme un mensaje así – sonrojo – ¿cómo sería posible que me durmiera en nuestra primera cita? Moo~. Pero olvidando eso, al mirar el reloj me di cuenta de que aún faltaban al menos dos horas para que él llegara; tomaré una ducha larga y tranquila antes de empezar a prepararme.

Cuando estuve de regreso en mi habitación busqué un atuendo adecuado para ponerme, quería algo que fuese cómodo pero que también lograra causar una buena impresión en Roxas; mi cabello goteaba y escurría por mi torso desnudo mientras yo seguía sin decidirme ¿estaré actuando como una chica? – Temblor – ¡Lo que sea! Tengo demasiado frío como para seguir buscando.

Al final lo que me puse fue una bermuda de color negro, mi camisa favorita de color rojo completamente desabrochada y una camiseta de tirantes (N.A: Camiseta de tirantes para hombre) color azul marino debajo de está. Me miré en el espejo un momento, el resultado era satisfactorio pero aún parecía faltar algo.

Fui hasta la mesilla que estaba junto a mí cama y sonreí al ver la pieza faltante en mi imagen; una cadena de plata con un dije fantástico en forma de corona. Observé que todavía me quedaba media hora antes del límite y como no tenía nada mejor que hacer me recosté en el sofá para esperar a Roxas mientras escuchaba música.

 

 == Narrado por Roxas ==

“Lo primero que le dije y lo primero que hace.” Pensé al encontrarme con un Sora profundamente dormido en el sofá, con el Mp3 a tope, los audífonos bien puestos y por si fuera poco dejando la puerta abierta. ¡Podría haberle pasado algo antes de mi llegada! Que imprudente eres Sora.

– Oye Sora. Sora, despierta. – Le decía en vano pues sabía muy bien que mi chico tenía el sueño pesado, nada lo despertaba. Sin embargo, su expresión era de las más lindas.

¡Cielos, Roxas, contrólate! De nada serviría tener una cita si ya estas todo emocionado. – Suspiro – Reconozco que soy débil en cuanto a frenar mis impulsos; besé a Sora sin más y él poco a poco fue abriendo los ojos. En cuanto me vio (y sintió) que lo besaba sus mejillas se pusieron hermosamente rojas y ahogó un grito de sorpresa en mi boca, reí pues era la primera vez que lo pillaba con la guardia baja.

– ¡Ro-Roxas! –

– Perece que eres como la bella durmiente, despiertas con el beso de tu verdadero amor. – Sonreí mientras le plantaba otro beso más íntimo, claro que húmedo también.

–… – Se puso colorado totalmente; le besé la frente. – ¿Co-cómo entraste? –

– Dejaste la puerta abierta. – Lo miré fijo a los ojos poco a poco acercándome para susurrarle. tonto. –

– ¡A-Ah! Lo siento. – Dijo sin saber qué hacer con su inevitable sonrojo.

– Déjalo, por ahora es mejor irnos a se nos hará tarde. – Sonreí; me puse en pie de nuevo y le ofrecí una mano.

Salimos de su casa fuertemente agarrados de la mano, no había nadie por la zona pero aunque hubiera personas seguiría haciéndolo, ¿qué tiene de malo ir de la mano de mí novio? – Suspiro feliz – La sensación de llevar nuestras manos juntas era en verdad placentera, tan cálida y reconfortante.

 

 

Decidimos ir a ver una película. Dejé que Sora escogiera alguna de las que se mostraban, cuando se decidió fui a comprar los boletos y de pasó unos refrescos y unas palomitas; llegamos a sala correspondiente mientras aún estaban los avances de otras películas, mí castaño feliz de la vida se recostaba en mi hombro al mismo tiempo que comía.

No pasaron ni 10 minutos de la peli cuando Sora ya se había zampado todas las palomitas, eso me dio gracia pues para cuando se percato de ello miró el envase vació como si le hubieran jugado una mala pasada, después me miró con una sonrisa y volvió a recargarse en mi hombro.

Y siendo sincero, nunca me enteré de que iba la dichosa película que el castaño nos había elegido. ¿Cuál es el punto de escoger una película que no verás y que tampoco dejaras que alguien más vea? – Risa – Sora no prestaba ni la más mínima atención a la pantalla y yo era incapaz de mover mis ojos lejos de él.

¿Por qué? Pues porque tenerlo sentado sobre mí, con sus piernas totalmente abiertas a mis costados y a él mirándome de una manera poco decente, me impedía completamente dejar de mirarlo aunque fuera por un solo segundo. Y menos mal que preferimos sentarnos en la fila de hasta arriba sino vete a saber lo que estarían viendo los demás clientes, quizá hasta nos habrían sacado de aquí a patadas.

– Sora, aquí, ¿estás seguro? – Dije intentando no mirar su traviesa mano que jugaba con el cierre de su pantalón.

Me estaba estimulando más de lo que debería. Intentó besarme pero ladeé la cabeza para evitarlo, no es que no lo quisiera era sólo que si lo dejaba besarme estaba seguro de que no podría parar; él hiso un puchero demasiado lindo consiguiendo que de a poco se acabara mi control.

– ¿Por qué no? – ¡Es obvio, tonto! – De cualquier forma, estando tan oscuro ¿crees que alguien podría vernos? – Dijo de manera bromista. Sus palabras me distrajeron y él lo aprovecho para ahora sí plantarme un verdadero beso; yo sólo escuche el sonido de la razón destrozándose en mi cabeza.

– Mal hecho. – Dije en cuanto liberó mis labios. Mi voz sonó juguetona, algo que nunca había ocurrido, y la verdad no sé que habrá tenido mi mirada que causo que Sora apretara sus manos con fuerza contra su pecho. Era como si hubiera visto algo que nunca se imaginara, ¿quizá refleje mi deseo por hacer cosas poco sanas?

Da igual, ahora ya no podía seguir reprimiéndome y aprovechando que Sora ya tenía abierto el cierre de su pantalón comencé a masturbarlo con una de mis manos mientras la otra recorría cada centímetro de su espalda por debajo de la ropa. Se estremecía a cada tacto.

– ¿Qué pasa? – Pregunté, aún con el mismo tono juguetón, al ver que mi castaño cubría su boca. – ¿No dejarás que todos escuchemos esa sexy voy? –

Fue muy leve a causa de la oscuridad, pero logré distinguir como sus mejillas subían de tono y sus ojos despedían un brillo pícaro que me ponía mucho más. Aumente el ritmo del vaivén de mi mano sobre su miembro mientras él ahora usaba sus dos manos para impedir que sus gemidos se escucharan por toda la sala.

Bajé mi vista a su entrepierna; mi mano estaba toda húmeda por su causa y el pre semen escurría un poco. Vi su cara de “placer interrumpido” y algo de sorpresa cuando me levanté, cargando con él sobre mí entrepierna, para sentarlo en el lugar donde antes yo me encontraba.

– Si seguimos ensuciarás tu ropa. – Susurré; estuvo a punto de quejarse pero lo callé cuando metí su miembro en mi boca. Poco después llegó a su límite y tragué su semilla.

La película terminó en ese instante, demasiado rápido, sin que ninguno de los dos supiera de qué trato.

– ¿Qué harás ahora, Roxas? – Preguntó señalando rápido con la mirada a mi pantalón.

– Iré al baño. – Dije, agradeciendo la suerte de que hubiera un baño justo saliendo de la sala.

En el baño, Sora amablemente entró conmigo en uno solo y me ayudo satisfactoriamente con aquel problema. Aprendí algo nuevo, la lengua de Sora puede ser inquieta e impredecible.

 

 

– ¿A dónde te gustaría ir ahora? –

– Quiero unas “Print Club”, ¡juntos! – Sora se veía tan emocionado; ¿cuándo fue la última vez que hice eso? Ni siquiera lo recordaba pero la idea de tener unas con él se me antojaba bastante.

– Entonces ¡en marcha! –

Caminamos durante un rato antes de llegar al lugar donde se encontraba la máquina de “Print Club” más cercana. En el transcurso pasamos por una heladería, se me hiso buena idea comprar un par de helados; elegí el nuevo sabor, helado de sal marina. Un nombre muy raro pero inesperadamente estaba delicioso.

– ¡Qué helado más rico! – Dijo comiéndose el helado a una velocidad impresionante. – ¡Ah! Mira ahí está. –

Asentí mientras miraba hacia el lugar que me señalaba y, en efecto, ahí se encontraba ya la maquinita de pegatinas justo en una esquina de la calle. Al llegar Sora no quiso esperar a que terminásemos nuestros helados para poder tomar las Print club, así que sin más remedio sacamos unas con todo y los helados.

– ¡Qué cara traes, Roxas! – Se carcajeó Sora al ver el resultado. ­– Siempre sales tan distraído y aún así sexy. – Susurró mientras se iba acercando peligrosamente a mí.

Y con peligrosamente me refiero a que en verdad mi castaño era bastante demasiado muy (?) peligroso cuando le daba un ataque de éxtasis en plenos lugares públicos; recordé el resultado de haber ido al cine y me sonrojé. Más sin embargo está vez sólo me plantó un tierno beso, uno normal pero muy romántico y frío a causa del helado.

Saquemos otras. – Le dije al terminar el contacto; él asintió más que feliz.

Después de eso seguimos tomando y tomando fotos hasta que realmente quedamos satisfechos y, por qué no decir, hartos; a pesar de que lo intentaba – ¡y en serio que lo intentaba! – ninguna de las pegatinas pudo impedir que Sora acabara en carcajadas. Con todas siempre fue el mismo resultado.

– ¿En serio es tan gracioso? – Pregunté mientras guiaba al castaño a algún lugar para comer.

– No te imaginas cuanto. – Rió él; yo suspiré largo pero igual terminé sonriendo.

Me detuve en un restaurant no muy grande pero de buena comida llamado “Cloud’s Paradise”. A mí me agradaba ir ahí cada que podía junto con mis amigos e ir con Sora lo hacía más especial, no obstante por alguna razón cuando el castaño leyó el nombre del lugar tuvo un espasmo y su expresión era como si lo hubieran espantado.

No quise preguntarle nada pues por algún motivo me daba la impresión de que era complicado y que si no me lo había dicho debía ser por una muy buena y lógica razón, quizá. Así que entramos al local y nos sentamos en una de las mesas vacías en un silencio incómodo.

– ¿Eres feliz conmigo…? – Comenzó a preguntar mientras lo miraba confuso. –… ¿aunque quizá no debamos estar juntos? –

¡Espera, espera! ¿Qué era esa pregunta? ¿Algún tipo de señal de que se harto de mí y quiere romper? (?) Quería pensar que esa pregunta era una de esas bromistas que él siempre me hacía, pero por lo que veía en sus facciones estaba claro que no era ninguna broma; estaba serio y su mirada apagada era triste.

– Si. Soy realmente feliz y no me importa nada más que poder estar a tu lado. – Respondí con seriedad aún sin comprender el por qué de la pregunta. – ¿Acaso tú no lo eres? –

– ¡Por supuesto que lo soy! – Me respondió con una sonrisa; parecía volver a la normalidad pero me seguía preocupando. – Está bien, sólo era una pregunta cualquiera… una pregunta cualquiera. –

 

== Narrado por Sora ==

¡Genial! Ahora había dejado a mi rubio con preocupaciones innecesarias, me encantaría decirle lo que pasa pero irremediablemente no puedo y hasta eso ni siquiera yo lo recordaba. ¿Cómo pude olvidarlo? Si no fuera por el nombre de este local seguro nunca lo hubiera recordado y si no cumplo con ello fijo que la palmo.

Bueno, eso es aparte, ¿ahora qué hago? Debó terminar con este silencio de muerte o no me lo perdonaré nunca, pero ¿cómo? – Mirada fija – Ahora que caigo, Roxas se ve especialmente guapo el día de hoy; trae una bermuda negra muy parecida a la mía con una camisa de manga larga, a cuadros azules y blancos, completamente desabrochada y una playera blanca debajo de esta.

– ¿Sabes que te ves en verdad muy sexy? – Dije con cierto tono pícaro en mi voz. Roxas me miró algo  avergonzado. – Y lo digo en serio, te ves realmente guapo. –

– Vamos, que tu tampoco te quedas atrás. – Me dijo él correspondiendo mi sonrisa y con sus mejillas algo ruborizadas. – Amo como te ves siempre. –

–…– Seguro que ahora fui yo el que se ruborizó. Roxas se acercó discretamente y me dio un beso corto. – ¿Te luciste por mí? –

– Claro. Sólo por ti haría cualquier cosa. – Ahora sí, sin duda mi cara era un foco rojo; mi rubio soltó una risilla bastante encantadora que no dude en escuchar y grabar en mi mente como una dulce melodía.

Pasaba el tiempo y al parecer logré que Roxas se olvidara del tema anterior. No me gustaba dejarlo con esa duda, sí es que en algún momento volvía a surgir, pero era necesario y me estaba prohibido decirlo; el tiempo transcurrió rápido mientras comíamos y nosotros lo disfrutábamos cuanto podíamos con risas y bromas o simplemente dedicándole una mirada al otro.

Pasar el tiempo con él era lo mejor que me había ocurrido y no quería renunciar a ello. Nunca.

 

 

De regreso, en casa de Roxas, no pude evitar sentirme nervioso. Llegando habíamos ido directamente a la habitación de mi rubio novio y me encontraba sentando en su cama observando todo el cuarto mientras tomaba un zumo que él me ofreció; era de manzana, quizá fuera coincidencia pero es mi favorito.

No me di cuenta del momento en el que Roxas se sentó junto a mí y pasaba un brazo alrededor de mi cintura, cuando me percaté de ello me sorprendí un poco y me hice hacia atrás causando que ambos cayéramos de espaldas sobre la cama.

Cruzamos una rápida, profunda y significativa mirada sabiendo como acabaría aquello. Sonreí

Me senté sobre Roxas y él me miró con sorpresa comprendiendo lo que yo intentaba hacer en esos momentos, se puso serio, colocó sus manos en mis caderas y detuvo mis movimientos mientras parecía convencerse a sí mismo de que debía detenerme.

– De esta forma podría ser más duro. Dolerá más. – Lo callé con un beso, húmedo, apasionado, indecente, pícaro o como prefieran tomarlo; él correspondió y simplemente me dejó hacer lo que me diera en gana.

Esta vez yo recorrí su torso desnudo con mis manos y me invadía un placer indescriptible cada vez que mi mano tocaba alguna parte de su cuerpo que no había tocado nunca antes; el tacto de su piel era increíble. Escucharlo gemir con cada nuevo roce me excitaba, me ponía mucho y me motivaba a seguir.

Con él aún sentado y sin dejarlo mover ni una parte de sí mismo, me deshice de sus prendas y me preparé sólo para recibir a su miembro sin muchos problemas. Al intentarlo le di la razón en algo, ¡en verdad que era mucho más duro en esa posición!

– Espera, hazlo suave. – Me dijo entre jadeos mientras se sentaba sobre la cama conmigo aún sobre él.

Seguí con lo anterior con Roxas abrazado con fuerza a mí, con sus manos delineando mi espalda baja, con su frente apoyada en el espacio entre mi cuello y el hombro, con su sudor combinándose con el mío y con su olor impregnando mis fosas nasales. Nada podía volverme más loco que eso.

Terminó dentro de mí sellando nuestros labios con el beso más largo, profundo y húmedo de todo el día mientras yo derramaba mi semilla manchando el vientre de ambos. De inmediato sentí mis parpados pesados hasta que se cerraron por completo y todo mi peso cayó rendido sobre mi rubio.

– Te amo. –

 

 == Narrado por Roxas ==

Sora se quedo profundamente dormido después de eso sin siquiera ducharse así que tuve que limpiarlo con una toalla algo mojada. Cuando acabé con mi labor decidí meterme a la bañera para relajarme con un buen baño.

Fue una ducha rápido pues como eran las 9 de la noche no podía demorarme mucho, menos aún dejando a Sora sólo. Saliendo me vestí con mi pijama negro, el único que tenía limpio en aquellos momentos, y entonces me percaté de que Sora también necesitaría uno, – suspiro – sin más remedio le puse la camisa de mi pijama.

Entonces escuche que alguien tocaba el timbre de mi casa. Qué raro, normalmente nunca tengo visitas así que curioso fui a ver de quien podría tratarse a esas horas de la noche; al abrir la puerta me llevé una gran sorpresa al encontrar a alguien inesperado y un desconocido frente a mí.

Ambos deberían de tener al menos unos 19 años. El desconocido era rubio de despeinados cabellos, gran altura, ojos azules y una tez pálida siendo prácticamente muy parecido a mí; él conocido era alguien a quien no esperaba volver a ver nunca, un peli rojo de ojos esmeralda.

–Axel. – Me sonrió como si nada haciéndome enojar un poco; el chico rubio se plantó delante llamando toda mi atención. Y en cuanto escuche sus palabras, mi mente no pudo evitar quedarse completamente en blanco:

– Por fin te encuentro mi pequeño hermanito… –

Notas finales:

Miren que estos chicos son pervertidos, ¿a qué sí? :D

Hahahaha Y bueno este fue el capi de hoy, espero les gustara y ¿merezco review? :3


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).