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Dearly Beloved por KuroNekoYaoi

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Notas del capitulo:

Bueno pues me tarde en escribir este capítulo porque de verdad que no tenía nada de inspiración. ¡Pero por fin, aquí está! :D ¡WIIII!

Espero que les guste ^^

 

Cap. 8  Solving Problems!

 

Verás… – Dijo Cloud, vacilando. – Ya hablaremos cuando vuelvas.

Así, dejándolos como si nada en mi casa, salí corriendo en busca de mi castaño con el torso desnudo y un paraguas en mano (N.A: A que niños exhibicionistas, ¿se acuerda del paraguas pero no de la ropa? xD). En mi mente no paraban de repetirse una y otra vez sus palabras: “Te odio”.

Me sentía de lo peor; sabía que quizá sólo las dijera por la tensión del momento pero no podía negar que me intrigaba el hecho de que hubieran salido de sus labios fuera por la razón que fuera. En serio, ¡qué mal momento para reencuentros! ¿Por qué ahora volvía? Su regreso únicamente turbaba mis pensamientos.

– Sacudiendo la cabeza – Concéntrate, ¡Sora es más importante ahora!

La lluvia comenzó a arreciar poco a poco, estuve a punto de resbalar en ocasiones y en otras tantas terminé deslizándome por el suelo, sobre todo en pequeñas calles descendentes. Mi pantalón estaba empapado, al igual que mi pecho, a pesar del paraguas que había cogido veloz en la entrada; llegué al parque con frío y un muy mal presentimiento, cuando recorrí el lugar entendí por qué.

Quise que alguien me golpeara por la culpa en el momento en que vi el estado en el que mi Sora se encontraba. Tendido sobre las raíces torcidas de un gran árbol de espeso follaje con el cabello y la camisa escurriendo de agua fría, su piel se encontraba pálida y parecía haberse desmayado pues aunque me acerque no mostro reacción alguna. Me acerqué con temor.

En la comisura de sus ojos se desbordaban gotas que dudaba si eran lágrimas o las simples gotas de lluvia, sin embargo lo que me hiso darme cuenta de que de verdad estaba en un estado crítico y que debía apresurarme en llevarlo de vuelta fue el tacto de su piel; tan fría como un tempano de hielo.

Me demoré notablemente al tratar de encontrar una buena postura en la que pudiera llevar a mi castaño sobre mí espalda y a la vez logrará cubrirlo de la gran mayoría de la lluvia con el estúpido paraguas; ya de camino, al fin habiendo alcanzado mi objetivo, empecé a maldecirme de nuevo. ¿Qué ahora por qué? Pues por mi maldita falta de fuerza física y resistencia.

No podía apresurarme lo suficiente con Sora y todo su peso sobre mi espalda, sí intentaba aumentar mi velocidad mis piernas amenazaban con ceder y eso sólo lograba que ahora me encontrara a punto de caer rendido a pesar de que apenas fuéramos a mitad de camino. ¡Juro que después de esto entrenaré más! – Jadeo–

Finalmente con todos mis músculos doloridos entré a casa, sé que estuve a punto de dejarme llevar por la inconsciencia en cuanto crucé el umbral. Temí que Sora fuera zafarse de mi agarre pues sentía como de a poco iba deslizándose peligrosamente por mi costado; quise impedirlo pero mis fuerzas estaban por abandonarme y no reaccionaba lo suficientemente rápido.

Pero entonces una gran mano de piel pálida pasó volando al lado de mi cabeza ayudando a mi cuerpo y mis insuficientes fuerzas,  era Cloud. Alcé mi vista, con bastante sorpresa por cierto pues no me lo esperaba, y lo observé; se veía serio pero cuando sus orbes azules se encontraron mirando fijos los míos había ternura, cariño y apoyo, me hiso sentir una calidez por todo mi cuerpo mientras él cargaba a Sora en sus brazos y lo llevaba a mí habitación sin decir palabra…

Reí. Realmente papá había tenido razón con él y me encontré desesperado por entenderlo un poco más.

Fui tras ellos hasta el cuarto, lo vi recostando a Sora sobre mi cama y después se giró para mirarme. Instintivamente le dedique una cálida sonrisa de agradecimiento que pareció agarrarlo descuidado pues se avergonzó un poco y apartó la vista quizá sin saber qué hacer.

– Por cierto, ¿dónde está? – Pregunté, para cortar el silencio que reinaba entre nosotros.

– Tuvo que irse a resolver unos asuntos. – Me dijo sin que tuviera que explicarle a quien me refería y la verdad su respuesta mostraba que no parecía importarle la ausencia del peli rojizo.

­– Ese idiota. – Susurré. Esperé que mi hermano no me hubiese escuchado.

Me acerqué a Sora, aun sintiendo las represalias de mi feliz caminata bajo la lluvia, y comencé a quitarle la ropa mojada para poder secarlo y deseando que recuperara su calor corporal normal. Por un momento olvide la presencia de Cloud y me quedé contemplando el cuerpo desnudo del castaño ya completamente seco mientras mi imaginación se descontrolaba un poco, hasta que:

– ¿Acaso eres un pervertido? – Me dijo eso de golpe y sin delicadeza.

–…– No supe que responderle y sólo atine a que mi cabeza se volviera un gran foco rojo. – N-no, realmente no estaba p-pensando nada s-sucio. –

Lo miré con pena para encontrarme con que estaba intentando retener una sonrisa de sus labios, eso en cierta parte era algo lindo en un chico tan serio como él. Vestí a Sora con ropa mía, la primeras prendas que encontré al instante y me estimulo tanto verlo que sin pensarlo posé un delicado beso rápido en sus labios, con ello me di cuenta de que estaba recuperando su calor habitual pero…

– Roxas, ¿puedo hablar contigo ahora? – Había besado a mi novio en frente de mi hermano ajeno a mi sexualidad. Pensé en ocultarle la verdad, pero no me pareció lo justo para él.

– Claro. – Me sentía nervioso por si preguntaba qué había entre Sora y yo, aunque a estas alturas ya saltaba mucho a la vista la realidad. Cloud me miraba, impasible, sin siquiera sorprenderse de que hubiera besado al castaño, en parte eso me alivio.

– Antes. No quiero que pienses que intento controlar tu vida, pero… – Bueno, veo que no se anda con rodeos. – ¿podrías decirme qué relación tienes con Sora? Amigos es obvio que no. –

– A mi parecer ya sabes la respuesta. – Dije, intentando sonar tranquilo y calmado pero sentía en mis mejillas un leve calor que seguramente sería un sonrojo. – Y bueno, sí, lo quiero mucho más que un amigo. – No podía mirarlo, había decidido ser sincero y aun así me daba una pena enorme. – ¡Ah! Ya no hablemos de mí, mejor dime ¿cómo es que se conocen? –

– Pero Roxas esos sentimientos… – Comenzó a decirme, parecía importante pero detuvo sus palabras suspirando. Me mostro una leve sonrisa quizá con eso aceptando y respetando mis lazos con Sora. – Bien, verás en Hollow Bastion trabajamos como detectives. – ¿trabajamos? ¿Se referirá a Axel? –  Pensé que sería un modo de encontrarte más rápido, Axel y yo somos amigos desde el internado y volví a encontrarlo en el trabajo. Nunca le dije que te buscaba por eso él nunca me dijo que te conoció, así que es gracias a él que te encontré. –

– Hace un año Axel vivía aquí. – Comenzaba a sentir que le debía un favor a ese idiota.

– Si, se quedó un año por cuestiones de trabajo y al terminar tenía órdenes de regresar de inmediato. – Fruncí el ceño, él había dicho “motivos familiares”. Al parecer Cloud notó mi gesto y se acercó para sentarse a mi lado sobre el suelo. – No lo culpes, nuestro trabajo prohíbe hablar de los encargos. –

Sus palabras y su gesto me dieron que pensar. No podría haber reaccionado de esa manera si no supiera lo que había en el pasado entre el peli rojo y yo, su reacción no podía ser mera casualidad así que ¿lo sabía? ¿Axel se lo había mencionado? ¡Ese idiota!

– ¿No eres demasiado joven para ser detective? – Pregunté, intentando desviar el camino de mis pensamientos por un sendero menos rojizo y mucho más tranquilo.

– ¿Qué edad me ves? – Preguntó él, en su tono se escuchaba como si aquello le divirtiera. – Comencé con esto a los 18, ahora tengo 22 años. –

– ¡¿EH?! Podría jurar que tenías… – Me reí tontamente. – 19 años. – Dije desviando la vista por la vergüenza.

Y en ese momento ocurrió algo de lo más extraño, algo que no me esperaba para nada; Cloud se reía bastante alto, por primera vez desde que se había aparecido inesperadamente. Escuchar su risa era extraño pero agradable, aunque supiera que se estaba riendo de mí.

Le lancé una almohada que estampo en su cara y cayó por un instante sus risas, la almohada bajó mientras yo le sonreía alegre de haber podido verlo reír; él me devolvió una sonrisa más amplia de las que hubiera mostrado hasta ahora. Se me echo encima y empezó a hacerme cosquillas, yo me revolvía bajo sus piernas sin poder parar de reír.

Cualquiera pensaría “¡Qué infantil!” pues a pesar de que Cloud tenía 22 y yo casi 17 nos encontrábamos jugando como críos de 10 años, pero era inevitable. Haberme encontrado con mi hermano después de haber creído que me quedaría solo me ponía bastante feliz y no podía ni siquiera pensar en ocultar esa felicidad.

– ¿Qué…están haciendo? –

Escuchar su voz en aquel momento me sobresaltó, era imposible confundirla; con los ojos abiertos de par en par me giré hacia la cama donde un Sora de mirada confundida e indudablemente expresando en su rostro su duda sobre qué demonios hacíamos.

Yo sólo pude sonrojarme y Cloud, indiferente, sólo le desvió la vista como si no pensara dar explicaciones. Sin duda nuestra posición no nos hacía ver precisamente como unos hermanos…decentes. Vi como unas pequeñas lágrimas desbordaban por sus bellos ojos azules mientras salía corriendo de la habitación; ¿sólo volverás a huir de mí? ¡Déjame explicártelo!

– Cloud, ¿podrías? – Dije mirándolo fijamente. Se levantó de encima de mí y después me ayudo a parar, le agradecí atropelladamente y me fui detrás de Sora.

Oía unos sollozos provenientes del baño y no me cupo duda de que seguramente ahí es donde estaría mi castaño, quizá lamentándose. Me acerqué en silencio intentando no alertarlo de mi llegada, sin embargo cuando me dispuse a girar la perilla me di cuenta de que Sora la había bloqueado; cerrada con seguro.

– Sora, vamos, abre la puerta. – Recargue la frente sobre la madera de la puerta con un suspiro mientras daba unos golpecillos leves.

– No quiero hacerlo. – Sus palabras me dolieron; eran secas. – Vete. – Sentí una punzada en el pecho y me deslicé por la puerta hasta quedar sobre el piso.

– No digas eso, me haces sentir peor de… –

– ¡¿Y cómo crees qué me siento yo?! – Juro que había coraje y frustración en sus palabras, al igual que dolor.

– ¡Déjame explicarte! Abre la puerta y te diré todo lo que quieras saber. – Sora estaba en silencio, sin una señal de que fuese a responder. ¿Qué tengo que hacer para estar a tu lado? Quiero abrazarte. – Sabes que te amo, que eres lo más importante para mí ahora, que no podría estar nunca sin ti, así que por favor… Abre la puerta. –

Mi voz sonaba como si estuviera a punto de romper en llanto y mis ojos comenzaron a ponerse vidriosos confirmándolo, tenía ansias de verlo, un impulso por sostenerlo en mis brazos y todo eso se notaba en mi voz; quizá eso logró motivar a Sora a que abriese la puerta.

Claro, él no sabía que yo estaba recargándome sobre ella así que se inquietó un poco cuando me vio cayendo de bruces en frente suyo. A punto estuve de chocar la cara saludando el suelo pero pude impedirlo a tiempo con las manos y un gritito algo desesperado, que causo una risilla por parte de mi castaño.

Corte la poca distancia que nos separaba y lo junte a mi cuerpo en un abrazo que me permitió sentir su calor, me devolvió el abrazo aunque también pude notar como tensaba su cuerpo antes de decir:

– ¿En serio saliste con Axel? –

El idiota no lo había dicho directamente, pues si lo hubiera hecho seguro que lo golpeaba, pero tenía la esperanza de que Sora no lo fuese a notar tan fácil con lo distraído que es. Y aun así, ahí estaba, preguntándome sobre un pasado que yo ya no pensaba en volver a recordar.

– Es cierto. – Respondí sin mucho ánimo. – Era innecesario decírtelo pues tú eres todo lo que me importa ahora. –

– E-en ese caso, prometamos que no habrá más secretos ¿vale? – Dijo sonriendo tan hermosamente como siempre y con un tierno sonrojo en sus suaves mejillas. Aceptando le di un beso que correspondió casi de inmediato.

– Sora, ¿puedo preguntarte algo? – Dije pensando en aprovechar un poco la promesa recién hecha; él asintió. – ¿De qué va lo del “trabajo”? Y eso de poner en peligro a alguien. –

– Roxas eso no… – Suspiré imaginando que Sora no podría decírmelo, pero pareció reconsiderarlo pues hablo de nuevo en voz baja, como temiendo que alguien más lo escuchase. – Mira, en Hollow Bastion trabajo como detective junto con Cloud y Axel, es más ellos mismos se encargaron de asesorarme por órdenes del Jefe que es mi padre. Soy más como un novato y este es mi primer trabajo, por decirlo de una manera diría que es mi prueba de acceso; no puedo arruinarlo o demorarme más porque eso retrasaría toda la operación y… podría causar una tragedia. –

– ¿Tragedia? – Pregunte, ahora curioso pues todo aquel rollo superaba mis expectativas. – ¿Desde cuándo? –

– Eso… Es un encargo de alguien, no puedo decirte los detalles. – Hiso una pausa mientras yo asentía. – Se supone que debía comenzar desde que me transferí a tu instituto, pero ya ves un chico rubio demasiado guay turbó por completo mi mente. –

Sonriendo pícaramente me besó, me deje hacer correspondiendo. Ahora comprendía casi todo lo que ocurría y esas pequeñas dudas que aún quedaba las apartaría por el momento, no quiero presionar más a mi castaño y además parece ser que su beso me hiso reaccionar bastante.

Volvía besarlo con la intención de llagar a algo más sólo que entonces recordé que no éramos los únicos en el lugar y la verdad no quería tener que explicarle a mi hermano los extraños gemidos que posiblemente escucharía; pero realmente tenía ganas y quería hacerlo. Fui a mí habitación pensando que seguiría ahí sin embargo me equivoque: Cloud se encontraba en el sofá profundamente dormido.

Sora llegó junto a mí y al ver a mi hermano en su profundo descanso pareció llegarle una idea repentina, lo vi ir y venir a gran velocidad; cuando regresó me sonrió traviesamente mostrándome los enormes auriculares que traía en sus manos.  Sospeche lo que estaba a punto de hacer.

– Así no podrá escuchar. – Dijo divertido después de ponerle los auriculares a Cloud y llevándome firmemente sujeto a mi mano hacia la habitación. Sonreí, nunca lo vi tan obviamente ansioso.

Una vez que estuvimos ahí mi castaño me empujo hacia la cama y volvimos a besarnos, al hacerlo Sora abrió un poco su boca para dejar paso a mi lengua que ansiaba encontrarse con la suya; invertí nuestras posiciones y me puse sobre él para empezar a recorrer su cuello con pequeños besos.

Saque su playera pues representaba bastantes complicaciones en esos momentos y luego, poco a poco, fui deslizándome hacia abajo siguiendo el caminito hasta su pecho donde lamí esos eróticos pezones que después de un rato comenzaron a ponerse duros.

Mientras Sora no se había quedado precisamente quieto sino que había comenzado a masturbarme en lo que yo besaba su cuello y su pecho. Tuve que interrumpirlo cuando baje mi cabeza hasta su entrepierna deshaciéndome en mi paso de toda la ropa que sólo estorbaba.  

Lamí su miembro sin restricciones, en un vaivén bastante tranquilo y rítmico pero que logró hacer que Sora se viniera dentro de mi boca. Él se puso totalmente rojo al verme lamer su semen que había quedado en mis labios, sonreí y con lentitud me fui acercando hacia su avergonzada mirada buscando el contacto con sus labios.

– Eres un pervertido. – Susurré delineando el contorno de sus labios con mi lengua. Se sonrojo de nuevo.

Metí dos de mis dedos en su entrada sin perder de vista sus reacciones, preparado para detenerme al instante si era necesario imaginando que Sora aún no se acostumbraba, pero erré. Se veía inquieto por los intrusos dentro de él sin embargo no mostraba signos de dolor, así que no me detuve ni me contuve.

– Aaah, Roxas… ¡Aaah! – Toqué un punto sensible y gimió demasiado alto.

Yo ya no quería esperar y a juzgar por la expresión de mi castaño, él tampoco quería. Con su entrada en exceso lubricada me fue mucho más sencillo entrar sin causar malestar alguno en el cuerpo de Sora, esperé unos instantes antes de comenzar mis movimientos.

­– Ro-Roxas. – Aumente el ritmo, quería hacerlo llegar a su límite. Lo besé, él se aferró a mi cuello con fuerza haciéndome ver más de cerca su cara ruborizada y dedicándome una fija y tierna mirada vidriosa por el placer que sólo me hiso enamorarme más de él.

– Sora. – Susurré, sintiendo ya la llegada. – Te amo. – Y no me equivoque, ambos lo dejamos salir.

Su semilla cubrió casi la mitad de su vientre y sólo una pequeña parte del mío. En cambio yo lo llené aún más de mi esencia. Lo abracé, lo amaba como nadie en el mundo podría imaginarse jamás, incluso el pensar en que algún día quizá llegara el momento de separarnos me atemorizaba. Sora me sonrió.

– ¿Te excitó el hecho de tener a tu hermano escuchando? ¿O que quizá pudiera vernos? – Me sonrojé; mi castaño podía llegar a ser un verdadero pervertido a veces pero aunque intentara negarlo sabía que en realidad sus palabras eran en parte muy ciertas.

– I-idiota. – Dije sonriendo mientras sellaba sus labios con un beso tierno.

~~

Mientras tanto.

Cloud se encontraba muy, muy despierto tratando de ver la televisión con tranquilidad, sin embargo esa expresión que se cargaba te hacía pensar que acababa de sufrir un tremendo trauma que quizá nunca olvidaría sin importar cuan fervientemente lo intentara.

Concéntrate en la televisión, olvida todo lo que has escuchado. Se repetía una y otra vez a sí mismo. Creo que con esto ya entiendo que vas demasiado en serio en tu relación, Roxas.

Al parecer Sora y Roxas eran inconscientes de que el pobre Cloud, sin querer, había escuchado más de lo que habría deseado y era testigo de todo lo que había ocurrido en aquella habitación ahora silenciosa. Esto sin duda le dejaría un buen trauma difícil de superar.

Notas finales:

Bien espero que si les haya gustado.

Por favor dejen reviews, me gustaria saber que piensan :D

Nota: Los personajes no me pertenecen, son de Nomura-sensei y Square Enix (Aunque de verdad me gustaria que fueran mios, en especial Roxas xD).

 

Bueno, bueno, eso es todo. ¡Nos llemos luego! :3


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