Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Dearly Beloved por KuroNekoYaoi

[Reviews - 44]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Waaa!! Realmente lo siento!! Me tarde DEMASIADO en actualizar y no tengo excusas ni pretextos, realmente lo siento TT^TT

Y puesss espero que este capitulo sea de su agrado y...que valga la pena para ustedes después de la larga espera ^^'

Cap. 9  Nobody will make that my decision waver!

 

Esa misma noche ninguno de los dos pudo dormir. Sora estaba preocupado por los detalles de su encargo de detective, se reñía a sí mismo por haberlo olvidado y no dignarse a hacer su trabajo de manera rápida cuando debió hacerlo; Roxas no podía dejar de darle vueltas a todo el asunto, la aparición de su hermano, la llegada de su antiguo e idiota primer amor correspondido. No lograba conciliar el sueño…

Por alguna razón comenzó a pensar en cómo fue que descubrió que en realidad sólo le atraían los hombres: Se lo debía a Naminé, recordar el nombre de su pasada mejor amiga trajo consigo los recuerdos de un noviazgo fallido que tuvo con ella y lo hiso preguntarse dónde estaría en esos momentos y el por qué recordaba aquello en ese momento.

Su relación con Naminé parecía bastante prometedora a ojos de todos en aquellos días pero la verdad es que no iba nada bien para ellos. La chica sabía que el amor que Roxas sentía por ella no iba más allá de los límites de la amistad y él, por supuesto, no pudo negárselo pues sabía que podría tener razón. Justo en ese instante de duda por parte del rubio, conoció al que aclaró todas las sospechas.

Conocer a Axel le dejó en claro a la rubia que su “novio” no estaba precisamente interesado en chicas y también le dejó en claro a Roxas lo que era el amor de verdad, lo que era sentir ese sentimiento que te hace querer desesperadamente estar al lado de la persona que amas. Naminé lo supo comprender y el rubio entendió que por ella había sentido más amor del que sentiría jamás por cualquier otra chica.

Pero después de haber logrado un noviazgo decente con el peli rojo, de haber pasado por varios problemas, peleas y confusiones: ¡todo se fue al traste! Axel tuvo que marcharse dándole la excusa de que tenía serios problemas familiares y que debía volver con su familia a apoyarlos; Roxas lo había entendido en su momento pero el abandono pudo más con él. Y ahora sabía que sólo se había largado por trabajo y es más si no fuera por ese mismo trabajo seguro ni hubiera pensado en regresar.

– Roxas. –

Gritó. Estaba tan ensorto en sus pensamientos y divagaciones del pasado que había olvidado por completo que Sora se encontraba ahí, en su misma cama, pasando la noche con él. El grito del rubio asustó al castaño pues era obvio que no se esperase una reacción así; se sentó de inmediato sobre la cama y miró con preocupación a su rubio novio.

– ¿Qué ocurre, Roxas? Desde hace un buen rato te veo haciendo gestos. – Dijo Sora pasando su mano por los despeinados y suaves cabellos rubios en un intento de tranquilizar sus pensamientos. – ¿Algo te preocupa? –

– Siento preocuparte sin sentido. – Dijo Roxas, calmando su voz hasta convertirla en un débil y algo nostálgico susurro. – Sólo recordaba cosas sin importancia. –

– ¿Quieres que charlemos un rato? – Sugirió tranquilo; el rubio lo miró esperando encontrar su sonrisa de siempre pero sólo vio una casi imperceptible curva en sus labios. – Yo tampoco puedo dormir y quizá te ayude a despejar tu mente un poco. –

– Entonces, ¿contestarías mis dudas? – Preguntó, estaba empezando a ponerse nervioso y la expresión de su castaño no lo alentaba mucho. Sora sólo asintió con una mirada triste fija en el interesante techo. – ¿Qué pasará cuando todo acabe? –

Sin que le tuviera que decir a que se refería con “cuando todo acabe” pues comprendió rápido lo que quería decir. Se tomó su tiempo en responder, quizá debatiéndose en sí debería responder o simplemente dejar la duda más a flote, Roxas lo escuchó suspirar en la oscuridad de la habitación limitándose a esperar una respuesta.

– La verdad no lo sé, podría ser que vuelva. – Roxas se tensó, había estado temiendo que esa fuera la contestación. – Te comenté que mi padre es el Jefe, ¿verdad? Él quiere que herede el Departamento cuando sea un hombre, pero sinceramente no me agrada la idea, no quiero tener nada que ver en esto pero no puedo negarme. –

Guardaron silencio. Sora no tenía nada más que decir por el momento y esperó que el rubio lo asimilase con tranquilidad, Roxas ahora pensaba de nuevo. La plática había conseguido apartar sus recuerdos del pasado pero ahora a cambio tenía la mente llena del porvenir, tenía miedo de lo que pudiese ocurrir a futuro.

Así estuvieron el resto de la noche hasta que en algún momento ambos se dejaron caer en los brazos de Morfeo.

~~~

Días después todo pareció volver a la tranquilidad de los días normales. Su relación transcurría sin problemas y todos lo aceptaban; los amigos de Roxas: Hayner, Pence y Olette se veían bastante alegres cuando observaban a la feliz pareja llevándolo todo demasiado bien, en particular les ponía muy eufóricos ver cómo el rubio recuperaba su sonrisa de antes; la que tenía siempre en esos días que compartía con Naminé.

Pero aunque ahora Roxas se mostrara feliz frente a todos, la verdad que escondía en su corazón era que estaba preocupado. Su mente aun acumulaba dudas que no querían dejarlo tranquilo y esfumarse cómo todas las demás. ¿En verdad Sora debería regresar? ¿Asumiría la responsabilidad del Departamento de Detectives? Y entonces, ¿qué? ¿Axel, Cloud y sobre todo Sora, se separarían de él de nuevo?

Roxas no quería nada de aquello, ¡por supuesto! Nada que tuviera que ver con el hecho de tener que despedirse del castaño le agradaba, sabía de ante mano que no lo soportaría, que no soportaría otro abandono por culpa de ese “trabajo” pero también le estaba muy en claro que no podría hacer nada al respecto.

Pero y a todo eso, ¿qué tipo de trabajo le habían encargado a Sora? Roxas había preguntado ya varias veces y siempre recibía la misma respuesta vaga, entendía que eran reglas del oficio que no pudieran hablar sobre los detalles del encargo pero aun así no podía evitar el sentirse algo turbado; además por algunas reacciones comenzaba a preguntarse si quizá tuviera algo que ver con él.

Era notable que estaba nervioso esa tarde. Iba caminando por las calles de Twilight Town completamente cubiertas del hermoso atardecer. Había quedado con Sora, se encontrarían en aquella torre del reloj en donde vieron juntos por primera vez el atardecer.

 

== Narrado por Roxas ==

Me encontraba a escasos metros de dicho lugar y aún seguía con los nervios a flor de piel, necesitaba calmarme antes de encontrarme con él si es que no quería incomodarlo. Ya me encontraba ahí, justo detrás de él, y ni siquiera fui capaz de hacer ruido alguno pues estaba tontamente cautivado. Él estaba ahí, viendo fijamente hacía el atardecer pero el color de los rayos del sol le hacían verse realmente, realmente lindo.

Saque el móvil con rapidez pues quería capturar aquel momento perfecto que posiblemente no se repetiría en un buen tiempo. Ya tenía enfocada la silueta del castaño, sólo faltaba…

– Sora. – Lo llame. Si iba a tomarle la foto quería que por lo menos el estuviera viendo hacía mí. Sora giro levemente su cuerpo en la dirección en la que me encontraba, ¡listo! Presionando el botón Sonreí.

– ¿Pero qué haces? – Preguntó contrastando el atardecer con su enorme sonrisa. – Roxas. – El modo en que dijo mi nombre me atrajo.

– Te tengo, Sora. – Dije al momento en que me acercaba con lentitud para abrazarlo y mostrarle la foto. Se sonrojo un poco y sin pensarlo lo bese delicadamente en esos bellos labios suyos.

– Eso no es justo. – Dijo haciéndome su característico puchero mientras yo lo miraba confundido. ¿No le agrado que le tomase la foto? – También quiero una foto tuya. –

Me quedé sin habla. Mi cara según Sora era como si alguien me acabase de golpear directamente y estuviera a punto de perder el conocimiento por el shock, estuve así unos segundos y luego no pude seguir conteniendo la risa, me reí a carcajadas como pocas veces; lloré de pura risa. Sora era tan mono.

– Sólo tienes que tomarla. – Le dije aun sonriendo.

Se apresuró tanto a sacar el móvil que a punto estuvo de caerse hasta dar con la base de la torre. Logró detenerlo al vuelo, antes de que se fuera de su alcancé, y ahora fue él quien perdió el equilibrio; asustado me apresuré a darle apoyo. Sora sonrió nervioso pero después rio como si nada hubiera pasado, esa manera suya de ser la amaba, lo amo sin importar cómo sea.

– ¡Listo! – Dijo al momento en que se lanzaba a mí para abrazarme.

Fue tan repentino que no fui capaz de sostener el peso de ambos y obviamente terminé cayendo sobre mi trasero de una forma un tanto brusca con un Sora sonriente encima de mí intentando disculparse aunque la risa se lo impidiera. Cuando dejo de reír me miró arrepentido e intentó levantarse, pero yo no lo deje si no que al contrario hice que se sentara sobre mis piernas y lo besé queriendo que comprendiera que nunca sería capaz de enfadarme con él.

Nos quedamos en esa postura durante un buen rato, mirándonos fijamente y olvidándonos de todo lo que se encontrara a nuestro alrededor. Yo me encontré deseando que ese momento nunca terminara y pudiéramos quedarnos así por siempre, sin embargo la realidad regresó.

Fruncí el ceño. Sora suspiro y se levantó, aligerando la carga de mis piernas, para ir y sentarse en el borde de la torre; fui a su lado, pensando en que tal vez habría hecho algo que lo alejó pero al mirarlo él se encontraba demasiado tranquilo. Sus ojos estaban cerrados, una sonrisa se dibujaba en sus labios y parecía disfrutar de la brisa del viento bajo el calor del atardecer.

Nuestros pies flotaban a la orilla de la torre, suspendidos sobre el abismo. Mirando a mi castaño tan tranquilo me hiso pensar que quizá no debería estarme preocupando por todo el asunto de su encargo y que seguramente sólo no me lo quería decir debido a las reglas de su trabajo.

Quería pensarlo de manera positiva…pero simplemente no podía. La idea de que Sora no quisiera decírmelo porque su encargo de alguna manera estaba relacionado conmigo no me abandonaba; que no me lo dijera por no querer inquietarme era precisamente lo que me preocupaba.

¿Sería algo tan arriesgado cómo para no querer decírmelo?

 

== Narrado por Sora ==

Seguramente Roxas pensaba que no me daba cuenta. Pero estando tan pendiente de él era imposible que no lo notara, era tan obvio como cuando sabes que lloverá porque las nubes se ponen grises.

Sabía que él no paraba de darle vueltas al objetivo de mí encargo, que estaba desesperado por querer saber los detalles del trabajo y del porque no se lo decía; sabía todo pero fingía no darme cuenta para evitar el tema. Me hacía sentir mal el ocultárselo de esta manera, más aún porque habíamos prometido no guardar secretos.

El problema era que NO podía decírselo. Primera norma básica en un detective: Todo se realizará en secreto a personas ajenas al encargo y con la prioridad de discreción. Pero mi razón para no decírselo iba más allá de querer seguir las normas al pie de la letra, ¡no! Yo no era de esos.

Si sólo fuera por los detalles yo sin duda ya se lo habría contado todo. Sí no se lo dije, ni se lo pienso decir por ahora, es debido a que no tengo el valor de hacerlo; conozco la naturaleza de Roxas, sé de ante mano que si lo sabe querrá ayudar sin importar cuantas veces se lo neguemos y eso yo no permitiría, debía protegerlo.

Quería que mi rubio se relajara de todo aquel jaleo que seguro había en su mente así que sin pensármelo recargue mi cabeza sobre su hombro. Sentí como surtía efecto de inmediato pues al instante Roxas junto su cabeza con la mía, de modo que si alguien hubiera podido vernos habría sabido sin dudas que nosotros éramos una pareja.

Aquel momento me hiso pensar en cómo sería sin nosotros llegásemos a casarnos. ¡Claro! Me sonroje nada más pensar en la palabra “boda” y suspiré cuando la realidad me regresó de nuevo a los pensamientos cuerdos. Era imposible, ¿no? Dos hombres no podía casarse, ¿o sí? Sacudiendo la cabeza No es momento de pensar en eso.

– ¿Qué pasa, Sora? – Preguntó al momento en que me separaba un poco y evitaba mirarlo directamente. – ¿Estas bien? – Lo miré discreto; sus orbes celestes brillaban con la luz del atardecer.

– N-no pasa nada. Es sólo que… – Su mirada estaba tan fija en mí. ¿Cómo podía llegar a ser tan lindo sin siquiera notarlo? Entendía perfectamente porque Axel también se había enamorado de él.

Volver a recordar el hecho de que tuvo una relación con Axel en el pasado me afectó. Era incapaz de culpar a cualquiera de los dos pues comprendía que Roxas era en verdad bastante lindo, y guay, y que además ya todo formaba parte de un pasado lejano (N.A: No tan lejano xD); ellos ya no tenían relación alguna.

– ¿Sora? – Me sacó de mi burbuja con su voz mientras me sacudía un poco por los hombros.

– ¡Ah! No pasa nada, sólo pensaba en unas cuantas cosas imposibles. – Dije intentando sonar calmado y restándole importancia con una sonrisa. Roxas pareció ruborizarse y rehuyó mi mirada curiosa.

– Podría ser que… – Empezó a decir con una clara duda de si debía seguir o no con sus palabras. Su sonrojo aumento. – Pensaras en si nosotros llegáramos a… a… –

– ¿Ca-casarnos? –

Lo dije instintivamente imaginando que eso era lo que Roxas intentó decir pero que la vergüenza le impidió completar. No creí que fuera a acertar pues lo dije pensando en lo que yo me imagine unos minutos antes, así que claramente me sorprendí cuando mi rubio asintió. ¿Cómo es posible que llegásemos a imaginar lo mismo? El hecho me hiso sonreír como nunca.

– ¡Te amo~! – Dije abrazándolo con fuerza y besándolo sin reprimirme.

 

== Narrado por Roxas ==

No entendía como había podido llegar a amarlo tanto. Hasta antes de conocer a Axel no logré comprender lo que significaba amar a alguien de verdad, pero si comparaba ese amor que le tuve al idiota con el que ahora le tengo a mi castaño podía decir que eran diferentes. El amor que sentí por Axel no era tan fuerte como el que siento por Sora.

Estoy seguro que sí llegara a decirme que debe marcharse yo intentaría detenerlo, quizá hasta podría llegar a querer obligarlo a que se quedara a mí lado por mucho, mucho más tiempo. No querría perderlo, sé que no lo soportaría y es probable que perdiera la motivación de la vida. Quizá exagero demasiado, pero…

Todo era tan hermoso cuando estaba con él.

– ¡Cielos! ¿Cómo se hiso tan tarde? – Gritó inesperadamente. Lo miré mientras él se levantaba y yo lo imitaba. – Lo siento, debo irme. –

– ¿Ha? – Me quede en blanco. Que me dijera aquello justo después de lo que acababa de pensar, ¿no era mucha coincidencia? Sora pareció notar mi reacción y me dedico una sonrisa tranquilizadora.

– Descuida, sólo iré a reunirme con Cloud y…Axel. – Se tomó su tiempo en decirlo, como esperando a ver mi reacción. – Nos veremos mañana. – Sonrió plantándome un beso que logró calmar mis ganas de querer detenerlo.

Suspiré al ver cómo se alejaba. Cuando volví mi mirada al atardecer me di cuenta de que no era el mismo si Sora no se encontraba a mi lado, lo veía menos hermoso. No puedo creer lo drástico que cambian las cosas sin él a mí alrededor. Abatido, miré por impulso hacia abajo para encontrarme con personas diminutas.

Sin embargo aún y cuando eran tan pequeñas e irreconocibles logré localizarlo entre el gentío por el que trataba de abrirse camino de manera veloz. Estaba a unos pocos metros de la entrada a la torre, corriendo con su cabello castaño extrañamente acomodado se movía a placer con el viento; verlo desde ahí hiso crecer en mí un impulso.

– ¡TE AMO! – Grité a todo lo que pude.

Toda la gente que se encontraba debajo, ajenos a mi presencia, detuvo cualquier actividad que estuvieran realizando en ese instante y miraron hacia arriba con el fin de localizar la procedencia de ese inesperado grito. Mis mejillas se colorearon al ser consciente de todas las personas que me habían escuchado, pero eso poco me importaba yo sólo quería que él lo hubiese escuchado.

Observé cómo Sora paraba su carrera al escuchar mis palabras y miraba hacia arriba al igual que muchos más, desde esa altura era difícil asegurarlo pero me pareció observar una sonrisa dibujada en sus labios. Se giró, dispuesto a echarse a correr de nuevo cuando de pronto volvió a mirar a donde estaba cómo si se hubiera acordado de algo: me mando un beso; después se fue al encuentro con mi hermano y el idiota.

Sonreí. Ya no tenía nada más que hacer en aquel lugar sí Sora no estaba, así que con una enorme e inusual sonrisa regrese a casa.

 –––––––––

Iba felizmente caminando por la calle que casi se olvida por completo de ese asunto que aún tenía pendiente. ¿No era demasiado feliz? Después de haber escuchado a Roxas gritar un “Te amo” frente a toda esa gente había empezado a sentirse como dentro de una burbuja, ¿pero qué más podía hacer? Sólo estar tontamente feliz.

– Mira nada más lo que trajo el viento. – Dijo una voz frente a él rompiendo su bella burbuja al instante. – Por fin llega el señorito.Axel y Cloud lo esperaban frente a la puerta de su apartamento.

– Cállate, ya sé que se me hiso algo tarde. – Frunció el ceño e hiso su característico puchero que sólo saco las risotadas del peli rojo. Lo ignoró y abrió la puerta sin más.

Se acomodaron en la sala un Cloud tan serio como siempre y un Axel tan despreocupado como siempre. Ambos se sentaron en el sofá grande mientras Sora se acomodaba en el más pequeño justo en frente de ellos, se miraron unos a otros sin decir nada con el tiempo pasando y pasando hasta que el rubio decidió hablar:

– Sora, ¿qué ha pasado con tus deberes? – Preguntó de una manera más seria a la habitual.

El castaño sabía que Cloud odiaba a las personas irresponsables más que cualquier cosa así como también sabía que él había logrado ganarse un poco del respeto del rubio gracias a que no era de aquella clase de personas, sin embargo en esta ocasión había más en juego que una simple reprimenda por parte de Cloud, estaban de por medio los sentimientos personales del rubio.

– L-lo olvidé, tenía mucho en mente y… – Guardó silencio al ver cómo el chico se levantaba. – Comenzaré mañana inmediatamente. – Añadió en un intento de calmar a Cloud.

– ¡Empieza ahora mismo! Maldición. – Y más que calmarlo sólo logro derramar el vaso de paciencia del rubio. Su expresión podría no cambiar pero vaya que su voz sí, intimidaba. – Lo haría yo mismo, pero tenemos órdenes de no interferir aquí así que más vale que cumplas tus responsabilidades. Te lo dejaré en claro, si algo le pasa a Roxas ¡no te lo perdonaré! –

Sora, e incluso Axel, estaba completamente en blanco incapaz de responder. Aprovechando eso, Cloud tomó al castaño por el cuello de su playera enfatizando así sus palabras; Axel intervino logrando que el rubio soltara al pequeño sin más problemas, sólo una mirada desafiante.

Por otro lado Sora, más que por miedo, se había quedado sin palabras gracias a los fuertes sentimientos que el hermano mayor había demostrado hacia su pequeño familiar, entendía a la perfección esos sentimientos y sabía que Cloud tenía razón.  Si fallaba ellos no serían los únicos afectados, lo comprendía.

– Protegeré a Roxas pase lo que pase. ¡Lo haré! – Respondió con una determinación profunda. Su mirada convenció a Cloud, que al instante relajo su desafiante mirar.

Sora se había decidido por completo. No permitiría que alguien se atreviera a pensar si quiera en hacerle daño a su querido y amado rubio mientras él estuviera a su lado, lo protegería y defendería aún a costa de su vida. ¿Era demasiado? ¿Exageraba? ¡NO! Había llegado a amar tanto a Roxas que no le importaría dar su vida a cambio de su bienestar.

¿Cómo había llegado a eso? Se encontraba enamorado con todo su ser, un amor que floreció tan rápido, un lazo que se forjo en sólo dos insignificantes meses. Un lazo de amor que nunca se rompería y llegaba a ser más fuerte que cualquier otra cosa en el mundo.

Estaba decidido.

Notas finales:

Awww!! Pon fin pude agregar el capitulo nueve ¬¬' ¡aunque fuera despues de tanto! Espero que les haya gustado y les pormeto que tratare de actualizar lo más rápido posible =^.^= nyaa~

Nos vemos, dejen reviews! =3


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).