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No tenía idea por Irie Ryuen

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Notas del fanfic:

Uhm... pues si pensaron que mis fanfiction anteriores estaban tan locos y un poco extraños... este nuevo fanfiction superara todas sus expectativas (supero las mías jejejejeje) y será muy diferente a todo lo que he escrito.

Es una historia de amor y misterio, pero en un sentido bastante extraño con sucesos inimaginables que rayan en lo imposible, pero no por eso hay magia jejejejeje, espero lo disfruten.

Notas del capitulo:

En este cap. no hay muchos sucesos románticos y es algo largo jejejeje pero ntp, pronto actualizare y espero les guste, es algo que se me ocurrió buscando nuevas ideas y creanme, esto irá más allá de lo que esperan.

Nos conocimos

IRIE RYUEN

 

El año es 2097. El sonido de las máquinas dentro mi cuarto era lo único que de momento se escuchaba, mis familiares ya habían entrado antes un rato conmigo, pero los doctores les pidieron que me dejaran descansar así que se salieron, pero no veo la forma de descansar con esas cosas haciendo sonidos todo el tiempo, así que no he pegado ojo desde que me dejaron sola en mi cuarto, de cualquier forma ya no importa mucho, sólo viviré esta noche, tal vez mañana, de cualquier forma no me siento triste ni intranquila, me siento normal, ya sentía que en algún momento me iba a morir y tarde en hacerlo, tengo 109 años, he vivido más de lo que cualquiera hubiera esperando y de alguna forma no me siento de esa edad, me siento mucho más joven, mi cuerpo no luce siquiera de 90 años, me veo de al menos unos 76 años o al menos eso dicen los doctores sorprendidos de mi físico para tener mi edad.

 

Esta mañana comencé a sentirme tan mal que mi familia me trajo de emergencia al hospital y los doctores dijeron que ya era por la edad y que no pasaría de esta noche o quizás mañana y de alguna manera ya lo sabía, ya sabía que iba a morir, pero a mí edad ya no me preocupe por eso, es el orden de las cosas después de todo.

 

Mi familia ya se ha despedido de mí, todos salvo mi nieta Adriana de 23 años que aún no llega, fuera de ella ya me despedí de todos, pero aún me falta algo por hacer antes de irme para siempre, algo que debí de haber hecho hacia ya bastantes años y que hoy se lo diría mi nieta, pues confió en que ella sabrá interpretar lo que le diré.

 

-¿Abuela?-pregunta mi nieta desde la entrada de mi cuarto-voy a pasar-entra cerrando suavemente la puerta.

-Hola, bienvenida-le dijo mientras ella se acerca y me da un beso en la mejilla.

-Mi mamá me dijo que no estabas bien abuela y vine tan rápido como pude-me dio su mano.

-No te preocupes, pero qué bueno que viniste-le sonrió.

-¿De verdad te vas a morir abuela?-me pregunto conteniéndose las ganas de llorar.

-Así es, tengo que irme, ya llego mi tiempo.

-Pero no quiero que te vayas-sostiene mi mano un poco más fuerte sin lastimarme.

-Tranquila hija, me iré a un lugar donde podré estar en paz y tranquila.

-Al menos a dónde vas va a estar el abuelo-me sonríe-el hombre al que siempre amaste ¿no es así, abuela?

-De eso quería hablarte precisamente.

-¿De qué?

-Sobre la persona que ame y que amo.

-¿Del abuelo?

-No-sonrió-de él no.

-Pero pensé que…

-Tranquila, quise a tu abuelo, pero hay alguien a quien amo y estaba decidida a contárselo a alguien antes de irme, pues es algo que de algo forma tenía que saberse alguna vez.

-¿Alguien más a parte del abuelo?-me pregunto más sorprendida.

-No, era mejor que tu abuelo en todos los sentidos.

-¿Qué le paso? ¿Se murió? ¿Te dejo? ¿Se fue con alguien más? ¿Desapareció? ¿Qué paso?

-Nada de eso, la verdad es mucho más sorprendente de lo que me estás preguntando.

-No te entiendo abuela, si no hizo ninguna de esas cosas, entonces… ¿qué fue lo que paso?

-Te lo contaré y confió en que sepas decírselos a los demás, ellos no entenderían tan fácil lo que paso y tardarán mucho tiempo en comprenderlo y confió en que sepas actuar con prudencia-sostengo su mano fuerte.

-Confía en mí, abuela.

-Está bien… Te diré lo que paso, te diré algo que jamás le he dicho a nadie pues lo he guardado como mi más grande y precioso secreto, ni tu abuelo lo sabía ni espero que lo comprenda.

 

Adriana tomo asiento a un lado de mi cama observándome con mucha atención, como quien escucha al anciano del pueblo. La mire y le sonreí antes comenzar a contar mi historia, que de no ser yo la prueba, nadie me creería jamás, pues no es algo que suceda todos los días y que difícilmente pueda volverse a repetir, pues no hubo ni habrá nada igual.

 

<<Todo sucedió cuando yo tenía 23 años e iba a viajar a Cuernavaca, esa tarde mis padres me habían insistido en que no viajara de noche, pues se avecinaba una tormenta que seguramente me dará problemas en el viaje, pero yo estaba decidida a viajar, mis intenciones eran hacer un viaje de entretenimiento y nada más antes de empezar a trabajar, quería divertirme un rato, así que no les hice caso y subí al auto, de haberles hecho caso jamás habría podido conocer lo que es de verdad amar a alguien y en estos momentos pensaría que mi esposo era mi verdadero amor, pero sabía que no era así.

 

Salí de la capital de México rumbo a Cuernavaca por la carretera libre, pues la autopista estaba llena, me confié y pensé que llegaría más rápido por la libre antes de que empezara la tormenta y no pudiera controlar el auto.

 

Pero nadie es capaz de ganarle a la naturaleza al cabo de una hora de viaje me encontraba en una zona de bosque, grande árboles se movían bruscamente, el viento golpeaba fuerte los árboles y al auto, ya era de noche y no podía ver bien, pues la lluvia caía a torrentes y era difícil ver la carretera aún con las luces altas, a veces se podían ver algunas partes de la carretera por las luces de los autos que venían del otro lado, pero nada más, incluso llego un momento en el que yo no sabía si iba en la carretera o me había metido a un camino de tierra ya que no veía nada, no podía ver la carretera y estaba comenzando a asustarme, pero bajarme hubiera sido tonto, no iba a poder ver con la lluvia o siquiera bajarme del auto, así que seguí manejando orando porque siguiera en la carretera, estaba tan ocupada tratando de concentrarme en buscar un camino que no vi un auto que venía en sentido contrario de la carretera y chocamos de frente.

 

El golpe fue tan fuerte que mi coche se salió unos metros de donde estaba sin voltearse afortunadamente, pero nadie podía quitarme el dolor que sentí en esos momentos, sentí que el auto había dado una vuelta del golpe a pesar de no ser así, traía el cinturón de seguridad y las bolsas de aire se habían accionado a tiempo, pero eso no significo nada para mi golpe, pues me golpeé duro contra el cristal del auto. En ese momento me costó trabajo reaccionar, todo me daba vueltas y estaba a penas consiente, a punto de desmayarme para ser precisos, sentía que algo líquido bajaba por mi cabeza, en cuanto me toque y vi mi mano, estaba roja, estaba sangrando del golpe y me sentía terrible, trate de voltear al auto con el que había chocado, esperando ver alguna señal de vida, vi que el auto estaba del otro lado de la carretera, no estaba volcado y era una camioneta, la puerta del conductor estaba abierta y pude ver (aunque no con mucha claridad) que alguien se acercaba a mí.

 

-Oye, despierta-esa persona me estaba gritando y me tomaba de los hombros para hacerme reaccionar.

 

Pero en ese momento ninguno de mis sentidos funcionaba con claridad, a penas y sentía el toque de la persona, podía distinguir con dificultad su figura y me cuenta que era mujer, no escuchaba con claridad todo se escuchaba como si hubiera eco y me desmayé. Lo último que recuerdo fue que la chica me tomo entre sus brazos y rápido me metió a su camioneta, hasta ahí es hasta donde tengo recuerdos de esa noche. >>

 

-No sabía que habías chocado así de fuerte abuela-me dijo Adriana.

-No fue tan fuerte o al menos no lo suficiente como para dejarme heridas graves, no tengo ninguna cicatriz ni daños mentales, no me paso nada y mientras te siga contando verás porque no me sucedió ni el más mínimo daño.

-¿Esa chica te salvo?

Sí, ella me salvo.

-¿Entonces… ella es de quién me quieres hablar?-me preguntó bastante sorprendida.

-Déjame seguir contando la historia.

-Bueno abuela-se calmo un poco.

 

<<No conserve algún otro recuerdo de aquella noche y no desperté hasta al día siguiente, en cuanto pude recobrar la conciencia, sentí que estaba acostada sobre algo suave, realmente suave, una tela, era seda sobre lo que estaba acostada y encima había cobijas, de inmediato recordé lo que había pasado la noche anterior y me pregunte si estaba en un hospital, lo cual resultaba imposible, pues en ese tiempo ningún hospital (que yo supiera) tenía sábanas de seda.

 

Desperté un poco sobresaltada y me di cuenta de que no estaba en una habitación de hospital o siquiera en un hospital, me encontraba en un aposento, pues a pesar de ser una recámara, era enorme para ser un cuarto y bastante elegante, la cama tenía forma circular, las sábanas eran de seda y había cortinas cayendo desde el techo de la cama transparentes, había muchos cojines en la cama donde podría calcular que 5 personas podía dormir bien sin ser despertadas por alguien más en toda la noche, el suelo era de mármol y había alfombras muy elegantes a los costados de la cama, algunos arreglos florales estaban a lado de las cómodas de la cama, un gran candelabro adornaba el centro de la habitación, donde debajo de este había un enorme sillón, frente a este un jacuzzi hecho de mármol al nivel del suelo, más a lejos veía un enorme escritorio de caoba y una silla de cuero detrás del escritorio y a los lados grandes libreros de madera encerada y brillante, la habitación era como estar en una suite imperial  o incluso mejor, contemple con atención la habitación esperando ver alguna señal de vida, a mi lado derecho se encontraba un enorme ventanal que cubría toda la pared de la habitación, cubierto por cortinas blancas, quede fascinada por la habitación en verdad suntuosa e imponente, estaba tan abstraída en la habitación que no me fije que había una chica sentada en uno de los reclinadores del cuarto con una cobija encima.

 

En cuanto me di cuenta de su presencia, lo más lógico y obvio que se me ocurrió hacer fue saltar de sorpresa y gritar, me pare tan rápido como pude sobre la cama con una sábana cubriéndome y de inmediato me pregunte si a esa chica se le había ocurrido aprovecharse de mí, me fije si tenía ropa y aún la tenía y no me sentía diferente así que no me había hecho nada, tan ocupada estaba revisando mi cuerpo que no me di cuenta de que la chica ya se había despertado de sorpresa y estaba parada viéndome con toda la atención que podía darme y echándome una de esas miradas que matan, de inmediato me senté en la cama esperando que me regañara o algo así, pero sólo me miró, puso sus manos en su cintura y camino hasta un extremo de la habitación.

 

Yo la seguía con la mirada atenta a cualquier sonido o movimiento que hacía, creí que me iba a hacer algo y resulto que me traía  el desayuno en una mesita pequeña, se acerco hasta la cama y se sentó, dejándome el desayuno a lado.

 

-Ah… Gracias-le dije acercando la mesita más a mí.

-No está envenenada, puedes comerla-me dijo en un tono de voz demasiado serio y seco.

-Nunca supuse que estuviera envenenada-tome el vaso de jugo.

-Entonces come o se enfriará-me dijo usando el mismo tono de voz.

 

Me le quede viendo a la chica largo y tendido, su semblante era serio y se veía un poco molesta, a diferencia de cuando dormía que se veía completamente en paz y tranquila, al parecer la estaba haciendo poner de malas. Me llamo mucho la atención su cabello tan largo, le llegaba hasta casi la cintura y era oscuro y lacio, sus ojos eran de color café muy oscuro (casi negro), su figura era delgada y se veía alta a pesar de estar sentada en la cama y su postura era demasiado recta no se encorvaba para nada, su piel era un poco morena y no dejaba de verme todo el tiempo, sus ojos oscuros me dejaban ver cómo me reflejaba en ellos, sin embargo no fue una mirada de amor o algo así, sino todo lo contrario, como si quisiera matarme por acostarme en su cama.

 

-¿Te sientes mejor?-me pregunto con el mismo tono.

-Un poco, gracias… ¿Tú me salvaste anoche?-le pregunte antes de comer el pan.

-Salvarte precisamente no, sólo te saque de tu auto, te subí al mío y te traje hasta mi casa, no te preocupes, tu auto lo remolque con mi camioneta y está en el garaje, en cuanto te sientas mejor iremos a que vean que pueden hacer por él en la ciudad.

-¿No estamos en la ciudad?

-No, estamos internadas en el bosque, estaba a punto de llegar a casa cuando chocamos.

-Lo siento no veía el camino.

-Yo tampoco lo veía-su tono de voz seguía siendo el mismo.

 

Seguí comiendo viéndola con mucha atención, la misma que ella me daba (salvo que ella me miraba un poco feo) pero no sentía miedo ni nada, era una sensación extraña, de por sí la chica era extraña y con su tono de voz le daba un aire de orgullo y vanidad.

 

-Déjame revisarte-se levanto y se puso a mi lado revisando que no tuviera alguna herida extra en la cabeza.

 

Note que ella me había puesto una venda en la cabeza y mis heridas menores de los brazos y piernas habían sido limpiadas y algunas tenían curitas y otras (por su tamaño tan pequeño) no.

 

-Uhm, no veo ninguna contusión o algo fuera de lo normal-me dijo volviendo a colocar la venda en su lugar.

-¿Eres médico o algo así?

-No, pero la experiencia me ha permitido ganarme algunos conocimientos.

-Ah… que bien…-de repente me quede sin palabras, no sabía que decir o que hacer, era un silencio algo incómodo.

-Listo-dijo volviéndose a sentar.

-Gracias.

-¿Por qué te vende la cabeza?-por primera vez vi su mirada curiosa y confundida.

-Ehh aparte, por sacarme del auto y no dejarme ahí.

-Era lo menos que podía hacer.

 

Nos quedamos en silencio una vez más, ella me veía desayunar aunque ya no era una mirada tan inquisidora, sino más bien de curiosidad sin dejar su toque de orgullo y vanidad, me sentía algo incómoda por estar en casa de alguien que no conocía, así que le pregunte su nombre.

 

-¿Cómo te llamas?-le pregunte terminando de desayunar.

-Alda Carrington-me dijo con el mismo tono de voz.

-Mucho gusto Alda-intente ser lo más educada posible-mi nombre es Lydia Cárdenas.

 

El silencio se volvió una vez más bastante incómodo, esta chica no hablaba si no le sacabas alguna palabra, era como hablarle a la pared (y cuando me lo imagine me reí).

 

-¿De qué te ríes?-me pregunto curiosa.

-De nada-deje de reírme aunque aún tenía una pequeña sonrisa-¿Oye… tú tienes alguna herida del accidente?-me le quede viendo, aunque no pude distinguir algún daño en su cuerpo, ninguno en verdad.

-No, sano rápido-se levanto de la cama y se fue directo al reclinador.

-Gracias por el desayuno-le dije dejando a un lado la mesita.

-De nada, lo hice yo.

-¿No tienes servicio? Yo pensé que como luce tu cuarto, pensé que tendrías servicio de limpieza y jardineros y todo eso.

-Vivo sola y así me gusta-me dijo cruzándose de piernas.

-Wow, eres la primera persona que conozco rica y que no tiene servicio de limpieza.

 

Me puso una pequeña mirada de desaprobación, pero de inmediato volvió a ponerse completamente seria.

 

-Iremos a la ciudad en cuanto te vistas, vamos a ver que le sucederá a tu carro, el mío aunque también va a ser reparado, el tuyo fue el que casi se destruye.

-¿Tan fuerte fue el golpe?

-Íbamos a 110 km/h ¿qué esperabas?

-Bueno tienes razón-(de verdad iba a 110 km/h)

-Toma-me dejo ropa en la cama-tal vez te quede, no somos de la misma talla por lo visto, pero no encontré nada más que se adecuara a ti.

-Gracias-me levante y tome la ropa.

-Ahí está el vestidor-me señalo a una puerta-Te espero aquí.

 

Me metí corriendo al vestidor, no esperaba que tuviera uno y en cuanto entre casi se me cae la ropa de la sorpresa, era un cuarto enorme, el piso era de alfombra color rojo y las paredes de color marrón, en el centro habían algunos sillones pequeños y un espejo de tamaño completo, a los lados habían roperos de madera incrustados en la pared (habían casi 7 roperos, de los cuales al menos 4 se veían ocupados) casi me desmayo, el cuarto de mi casa era incluso más pequeño que el vestidor, en algunas paredes había vitrinas donde estaba su joyería, pero no me fije en ella, con sólo ver su vestidor me bastaba para imaginarme que su joyería valdría más que lo que yo ganaría en mi próximo trabajo en 5 meses.

 

Me vestí tan rápido como pude, pero escuché su voz a fuera del armario.

 

-¿Vienes de la capital?

-Sí, iba a pasear a Cuernavaca este fin de semana.

-Ya veo y supongo que te confiaste y creíste que la tormenta no te atraparía.

-Si, en eso pensé.

-Yo también pensé lo mismo-me dijo y su tono de voz se notaba un poco más calmado pero igual de serio.

-¿Tú cocinaste el desayuno para mí antes de que me levantara?

-Así es, suelo levantarme temprano y al terminar mis tareas hice tu desayuno.

-¿Y tú ya desayunaste?

-Ya, antes de que te despertaras.

-¿Qué clase de tareas haces?-le pregunte aún más curiosa.

-No hago tareas en específico, más bien actividades, en las mañanas me dedico a nadar y a practicar tiro con pistola.

-Vaya, si que eres una chica rica ¿Tienes alberca y un lugar para practicar tiro con pistola en tu casa?

-Sí, la alberca está techada y dentro de la casa y practico tiro con pistola en el jardín trasero disparando a las macetas.

-Wow, lo que es tener dinero ¿a qué te dedicas?

-No me dedico a algo específicamente.

-¿Entonces como le haces para ganar tanto dinero?

 

Ya no me respondió, supuse que se había ido a otra parte de la recámara y tenía toda la razón, había sido una impertinente con ella, demasiado para una primera impresión. Me sentí mal y tenía que disculparme con ella, así que salí dispuesta a disculparme cuando la vi cambiándose en el centro de la recámara, sólo tenía un pantalón de mezclilla y su brasier puesto y estaba de espaldas a mí.

 

-Ah, lo siento-dije poniéndome toda roja de la pena y ocultándome detrás de la puerta del vestidor-no sabía que te estuvieras cambiando, lo siento.

-También fue mi culpa-me dijo poniéndose una blusa blanca-no te avise que me iba a cambiar.

-Eh… bueno…

-Ya puedes salir.

-Gracias-me senté en la cama de nuevo y me puse los zapatos.

-En cuanto terminemos de vestirnos iremos a la ciudad-me dijo poniéndose sus zapatos.

-Está bien.

 

Al terminar de vestirnos, salimos del cuarto y la seguí por la casa, si su cuarto ya era enorme para mí, el resto de la casa era aún más grande, era una mansión para una sola persona.

 

Los corredores eran grandes y espaciosos, cubiertos con cuadros de paisajes de todo el mundo, muchos de ellos tenían la firma de Alda, seguimos avanzando y había algunos pedestales con jarrones o esculturas en ellos y algunos también habían sido hechos por Alda (tenían su firma en los letreros), entre más avanzábamos por la casa los pasillos se iban haciendo más grande hasta que llegamos al vestíbulo en la segunda planta, las escaleras eran de mármol y tenía barandales completamente negros y con madera de la parte para agarrarlos, Alda bajo con toda delicadeza del las escaleras, como una dama de palacio, mientras que yo baje con toda torpeza tratando de imitarla, pero no pude, su postura tan correcta y su manera tan bonita de caminar no pude igualarla, de repente se me ocurrió pensar que ella no era cualquier persona y era alguien realmente importante, aunque no tenía ni la más mínima idea acertada.

 

En cuanto baje ella se me quedo viendo y por un solo segundo juro haber visto su sonrisa, le había divertido verme en tan vergonzosa situación y no la culpo, yo también estaba algo consternada y apenada, pero después ella siguió avanzando hasta la enorme puerta de cristal y salimos de la mansión al jardín.

 

Al salir volteé a ver la casa y se veía inmensa, era realmente enorme y suntuosa, aunque no parecía castillo como yo esperaba, era más moderna que antigua, tal vez un diseñador la había hecho especialmente para ella. La casa, sumando al hecho de que Alda era realmente hermosa, la hacían verse mucho más bonita, pero yo nunca la quise por sus valores materiales, aunque en esos momentos apenas comenzaba a gustarme pues a pesar de su vanidad y orgullo se notaba que tenía buen corazón, de haber sido alguien diferente ya me hubiera dejado abandonada en el auto y ella no lo hizo, hasta donde recuerdo, ella me cargo y me llevo hasta su casa, algo que nadie había hecho por mí jamás.

 

Me pude fijar que de verdad su casa estaba internada en el bosque, grandes árboles se alzaban frente a nosotras, como coníferas, aunque era un bosque boreal,  se podían escuchar con claridad los sonidos de los animales de la zona y la casa de Alda se confundía perfectamente con el ambiente, la fachada era de color gris y tenía grandes ventanas.

 

La zona era fría y ya estaba temblando desde que salimos de su casa, Alda se dio cuenta y saco unos abrigos de su camioneta, me puso uno encima y el otro se lo puso ella. En el momento en que me toco para ponerme el abrigo, sentí su suave y cálida piel contra mí y me sonroje sólo un poco, pero afortunadamente Alda no se había dado cuenta. Me fije que detrás de su camioneta estaba mi auto siendo remolcado.

 

Me abrió la puerta del copiloto de la camioneta y la cerro hasta que yo ya estaba sentada, de inmediato me puse el cinturón de seguridad y ella entro en la camioneta, puso la calefacción y arranco.

 

Cualquiera en mi situación habría desconfiado de inmediato de Alda en el momento de despertar en su cama, pero yo no lo hice, algo me decía que ella no era mala y su orgullo y vanidad la hacían verse un poco vulnerable en mi opinión, pero sabía que ella no me haría daño, así que me sentía segura a su lado a pesar de no ser ni amigas, ella me había salvado y nada más aunque Alda no quisiera admitirlo.

 

En el camino no sucedieron muchas cosas importantes, platicamos de muchas cosas, pero ya han pasado tantos años que no recuerdo esos momentos, aunque estoy segura de que supe controlar la situación, pues Alda era demasiado seria y sacarle una plática era difícil, pero ella no era del tipo seria que siempre ha sido así, sino del tipo seria que se volvió así por alguna razón y estaba  deseosa de saber porqué.

 

Llegamos hasta Cuernavaca, pues la ciudad de México nos quedaba un poco más lejos, llegamos a una agencia de autos (la que me corresponde por ser mi marca de auto) y empezamos a arreglar los trámites para que mi auto quedara reparado, también checaron la camioneta de Alda, pero no tenía más que un simple rayón, que de inmediato limpiaron y pintaron,  a mi auto no le fue igual, tenía severos daños e iba a necesitar al menos 3 semanas de reparación, 3 semanas en las que se iba a quedar en la agencia y al ser yo la dueña necesitaban que estuviera cerca y al pendiente de mí auto y como si no tuviera ya suficientes problemas, iba a quedarme 3 semanas en Cuernavaca esperando a que fuese reparado mi auto, el fin de semana que iba a pasar tranquilamente ahora iba a convertirse en 3 semanas, de las cuales no tenía ni un solo lugar donde estar, pues no tenía el suficiente dinero para pagarlo en algún hotel, ya me estaba empezando a preocupar cuando Alda intervino…

 

-Si quieres-me dijo con un tono amable-te puedes quedar en mi casa hasta que tu auto sea reparado-puso una mano sobre mi hombro y se sentía cálida y ligera.

-Ah… gracias, sería de mucha ayuda-le dije-gracias Alda-le sonreí.

 

Pero en cuanto le sonreí se volteo y se fue directo a la camioneta, me estaba preguntando por qué, cuando ella me miro y se veía un poco sonrojada, aunque supuse que era por la calefacción y que se había ido para acercar la camioneta para irnos (al menos acerté en lo de la camioneta).

 

Lo bueno de todo eso fue que ya tenía un lugar donde quedarme, en la casa de Alda, al menos eso ya nos hacía un poco más cercanas, aunque seguíamos sin ser amigas, estaba deseosa de conocerla mejor, era alguien misteriosa y que inspiraba una sensación de seguridad para mí, pero se veía triste y algo frágil que era perfectamente encubierto por su vanidad y orgullo.

 

Aunque una vez que comencé a averiguar todas sus razones, no tenía ni la más mínima idea de la situación, todas mis teorías sobre ella se vinieron abajo, la situación era completamente diferente a lo que esperaba, pero en esos momentos no tenía idea de lo que iba a venir después.

 

Me subí a la camioneta y nos regresamos a su casa, el camino fue rápido, más de lo que esperaba, ya no se notaban daños en la carretera por la tormenta y estaba deseosa de ver a Alda en acción en alguna de sus actividades y confiaba en que eso nos haría volvernos amigas, aunque en esos momentos comenzaba a gustarme, jamás tuve la idea de salir con ella, sólo era alguien que me gustaba y ya, nada más y nunca pensé que ella se convertiría en la persona que amaría el resto de mi vida.

 

Al llegar a su casa, metió la camioneta al garaje y me ayudo a bajarme ofreciéndome su mano, pero me soltó en cuanto toque el suelo y fue a abrir la puerta de su casota, entramos y de inmediato me indico que la siguiera.

 

-Ven, te mostrare tu cuarto, no puedes quedarte en el mío todo el tiempo-me dijo con una pequeña sonrisa y después se volteo.

-Claro-le dije siguiéndola.

 

Y una vez más subimos las escaleras y la seguí por un corredor distinto al que nos llevaba a su cuarto, pasamos varios cuartos más antes de llegar al mío y ella me decía lo que tenían dentro cada uno: un estudio, baño, cuarto de lectura, cuarto de billar, cuarto de música, baño, cuarto de pintura y escultura, otro estudio y al final los cuartos de huéspedes.

 

-Este es el tuyo-abrió la puerta.

 

Ante mí estaba un cuarto inmenso, enorme para mí, quizás era del tamaño de mi departamento, pero no tan grande como el cuarto de Alda, también tenía un jacuzzi pero ya no tenía el escritorio y algunos sillones, pero sí tenía un enorme ventanal.

 

-El balcón de los cuartos se comunica con el mío-me dijo-si quieres decirme algo por las noches, el balcón te llevara directo a mi cuarto hacia la derecha.

-Gracias-le dije poniendo mi maleta en la cama.

-Dejaré que te instales, estaré en la alberca practicando, pero sólo hay una regla que debes seguir si quieres quedarte.

-¿Cuál?

-No entres a la sala marcada como “privado” está escrito en letras grandes en uno de los corredores, si entras en ese lugar tendrás que irte de inmediato y sin ninguna disculpa por parte mía, ese cuarto está prohibido para todos, nadie puede entrar salvo yo-su tono de voz era más serio de lo normal y se notaba realmente molesta y un poco preocupada.

-No entraré-le dije intentando sonar segura-te lo prometo.

-Está bien-salió del cuarto-estaré en la alberca por si quieres unirte, está cruzando el vestíbulo.

-Sí, gracias.

 

Alda cerró la puerta. Y podía sentirme tranquila, ya tenía un lugar donde pasar las 3 semanas y sólo tenía que seguir una regla, no entrar en el cuarto que ella me había indicado, fácil, aunque en esos momentos la curiosidad por saber que había dentro no me mataba del todo como lo iba a hacer en un futuro.

 

A pesar de que Alda fuera alguien misteriosa, no se notaba peligrosa ni mucho menos, si de algo estaba segura era que era frágil y por eso actuaba así, al menos en eso sí acerté de todas mis teorías, pues nunca tuve la más mínima idea de lo que estaba en ese cuarto y que sería la razón del comportamiento de Alda y del dolor que llevaba consigo.

 

Jamás fui consciente de ello hasta verlo con mis propios ojos y nunca olvidaré lo que había dentro de ese cuarto, algo de lo que yo soy testigo y que nadie más había visto excepto Alda y yo. Dicen que la curiosidad mato al gato y es cierto, casi me muero de la impresión. >>

 

-¿Entonces Alda ocultaba algo en ese cuarto?-pregunto mi nieta.

-Así es, algo realmente increíble-le dije sonriéndole.

-¿Y qué era? ¿Máquinas? ¿Artefactos? ¿Cadáveres?

-No, nada de eso-reí un poco-lo que estaba en ese cuarto esa completamente diferente a todo lo que supones, yo también llegue a pensar lo mismo en algún momento, pero nunca acerté.

-¿Y qué hiciste?

-Después de acomodar mis cosas, me le uní a Alda en la alberca y practique un rato con ella, eso fue todo lo que hicimos ese día, después nos fuimos a cenar y después a la cama.

-Una vida norma

-Aparentemente-le digo sonriendo.

Notas finales:

Pffff xin lo acabe!!!!! ya me estaba tardando en terminar este cap. lo hice entre ayer y hoy y admito q me excedi un poco en la cantidad de palabras, pero quería darle un toque diferente al de mis otras historias q desde el primer cap. ya viene todas románticas y demás, esta historia será realmente distinta a todo lo q se puedan imaginar.

Y si quieren pueden intentar adivinar qué hay en el cuarto privado de Alda, aunq dudo mucho q puedan acertar a lo q está dentro.

Gracias por leer mi historia!!!!! Muchas gracias!!!!!!


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