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10 Días de "Tortura" por Raistlin

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Falta menos de dos horas para salir a vacaciones. Bueno, técnicamente no son “vacaciones” así como las de final de año o las de mitad de año, son más bien como un pequeño receso antes de las pruebas finales, nos regalan una semana para “estudiar” (Si, claro) y para refrescar nuestras jóvenes mentes. Pero como soy un jodido perezoso de casi 18 años me levantare desde mañana sábado a las 2 o 3 de la tarde, luego me quedare hasta tarde jugando video juegos y después me acostare a eso de las 4 de la mañana… que plan tan solitario, si mucho saldré dos o tres veces con mis amigos y lueg…

-¡Akira Suzuki! – Me gritaban - ¡Presta atención así sea en la última clase! – Decía con rabieta mi profesor de sociales.

-Es que, estaba planeando en mi mente como sería mi rutina de estudios durante esta semana.

Al momento que dije eso todo el salón comenzó a reírse a carcajadas. No soy un payaso ni un chiste por el estilo, pero si soy el más perezoso de la clase y eso me ha hecho ganar una mala imagen entre mis compañeros y maestros. El señor Akimichi lleva su mano izquierda a su frente para masajearla con algo de tensión.

-Akira… - Dijo con algo de frustración – Los dos sabemos muy bien que no vas a estudiar durante toda la semana, así que deja de creerte el buen estudiante y presta atención antes que toquen el timbre.

Odiaba que dijera eso, estos tipos a veces me subestiman, pues saben algo si estudiare toda la semana, hare mis tareas y me leeré todos los exámenes de años pasados para tener algo de ventaja durante los exámenes finales… (Si claro…)

El timbre sonó, las caras de alegría de todos los estudiantes eufóricos no se hicieron esperar. Los cuadernos comenzaron a volar por los aires y los chicos comenzaron a salir desesperados del salón de clases directo a sus hogares para comenzar a disfrutar de una semana entera de descanso. Cuando ya me disponía a salir, el jodido barbado maestro que tengo de sociales el señor Akimichi me toma por los hombros y me detiene mi paso.

-¿Qué pasa ahora, Lucio? – Dije con algo de burla.

-Señor Akimichi para usted, Akira.

-Bueno, si como sea. ¿Qué pasa?

-Me imagino que ya llevaste los papeles de registro para tu graduación, ¿verdad?

-…-

-Tu silencio me tranquiliza, ya que hasta solamente hasta hoy había plazo. Disfruta tus vacaciones, muchacho.

-…- Por unos instantes quede en shock. Se me ha olvidado llevar los malditos papeles para graduarme a dirección. ¡Maldición! Llenar esos papeles me tomaría horas en hacerlo y es más, no los tengo en este sagrado momento, sino los entrego hoy no podre graduarme y si no puedo graduarme tendré que quedarme otro mísero año en este antro. No, no lo permitiré, dejare mi vagancia por unos minutos, conseguiré una jodida copia del documento y lo llenare como si jamás hubiera un mañana.

-Puv Uruha-

¡Por fin!, bueno, no es para tanto la alegría pero es que adoraba descansar por varios días y no es que fuera tampoco un mal estudiante, todo lo contrario, soy el mejor de toda la institución, quede de puesto número tres en las pruebas del estado a nivel regional (Que es en realidad un muy buen puesto) y en los exámenes a nivel local quede de primero. Aplicado, organizado, con un currículo académico impecable. Pero todo eso tiene consecuencias, al ser así y ganarme el cariño de todos mis maestros me gane también el odio de casi todos los alumnos del plantel, ¿Por qué? No lo sé, no le hago daño a nadie, pero ellos si me hacen mucho daño a mí, bromas, insultos e incluso amenazas por parte de ellos, que malditos inmaduros, si me han de hacer algo por qué me tienen que avisar, ¿no sería más fácil que simplemente lo hicieran y ya? Pfff que bola de idiotas. Pero en fin, qué más da, no tengo que hacer los exámenes finales así que me puedo dedicar toda la semana para hacer ejercicio y deporte, sí, eso haré…

Mientras iba saliendo de la institución me encuentro con la profesora de gramática, la señora Aikawa, una viejita no pasaría eso de los setenta años, baja, gorda y … tiene un asqueroso lunar lleno de pelos en una mejillas ¡Qué repugnante! Siempre que me la encuentro es para repararle ese desperfecto que tiene en la cara, ¿Cómo no ha hecho nada para quitárselo? Al menos puede depilarlo para que no parezca como algo de mutualismo creciendo en su rostro y adem…

-¿Si entendiste, Kouyou? – Volví en sí, me había quedado tanto tiempo fijándome en esa cosa que ni atención le preste.

-… No, puede explicármelo de nuevo, por favor.

Ella sonrió con algo de inocencia y volvió a decirme.

-Mira, quiero que vayas al área de psicología y que lleves estos papeles a la encargada de allí.

-¿Y porque no lo puede hacer usted?

-Estoy muy vieja para ir de allí para aquí, además eres todo un amor – Dijo a la par que pellizcaba mis mejillas con fuerza (¡Auch!) - ¿Puedes hacerme ese gran favor?

No quiero que piensen que soy el perrito faldero de los maestros, pero si soy algo amable con ellos puedo salir ganar más credibilidad entre ellos y por ende puedo hacer prácticamente lo que quiera sin recibir ningún castigo alguno.

-Sí, claro – Asentí y le sonreí de una forma false e hipócrita.

Ella me agradeció y se fue como si nada. Bueno, al menos sería fácil, pero jamás he ido a psicología, tendría que quedarme un buen rato buscando el salón y depositando esos papeles, que bien, mis vacaciones han comenzado mal.

-Puv Reita –

Casi una hora me quede en una de las mesas del restaurante para llenar el documento de la graduación, unas preguntas tan idiotas que ni dios mismo les perdonaría ese error. Que va, acabo con esto y me largo derechito para mi casa a enviciarme con mis juegos. Cuando por fin termine, me dirigí hacia la dirección para entregar los papeles pero ya no había nadie, absolutamente nadie, se fueron más rápido de lo normal. ¡Bueno! Solamente paso el dichoso papel por debajo y listo me largo. Pero de repente la luz se fue, así como si hubiera ocurrido un bajón de energía, de esos que duran no más de dos minutos, pero se quedo así como por diez minutos. Luego escuche como alguien gritaba desde la planta baja de la institución… ¿Un fantasma? Bah, que va, yo no creo en nada de esas cosas… Pero, ¿y si, si es un fantasma? Me llene de valor y comencé a bajar pasar por el pasillo, dirigiéndome hacia las escalas para llegar al paradero del misterioso grito. Baje con cautela, despacio ya que no había luz y si me tropezaba el golpe que me daría sería tremendo, llegue a la zona del restaurante y casi al final del pasillo vi una silueta (si, aun en la oscuridad se pueden ver siluetas de otros) fui hacia esa extraña figura, y como si no tuviera miedo ni nada me abalance fuertemente sobre ella y la tumbe al suelo. Solo escuche como algo que estaba debajo de mi comenzaba a quejarse de manera llorona

-¡¿Qué diablos haces, anormal?! – Que fantasma tan chillón.

No es un fantasma, lo comprobé. Me quite de encima de él saque mi celular (de los viejos, claro) y active la linterna para ver de quién se trataba… comencé desde los pies hacia arriba a iluminar, vi unos jeans azules ajustados a las piernas de este que le hacían lucir tan seductoramente, ¡Qué hermosas piernas! Y aun así, aunque estuvieran cubiertas por esa tela su volumen y su forma me enloquecieron en un instante, subí un poco más, llegando a su delgada cinturita y a su pegada camisa que me comenzaba a exaltar desde mi miembro viril (¡Oh mierda! ¿Me estoy excitando?) Subí más, quería ver más, de quién se trataba, llegue a su cuello, esa parte del cuerpo donde parecía que me pedía a gritos ser devorado por mí, esa piel tan blanca que incluso desde mi posición se le notaba lo suave y cálida que era, allí fue donde empecé a ver las puntas de su castaño cabello, subí un poco más y su rostro lo estaba cubriendo con sus manos, quizás intentando evitar el fuerte haz de luz que propiciaba mi linterna, al verlo pude notar como… un minuto, a este tipo lo conozco.

-¿Takashima? – Pregunte con algo de confusión.

-¿Quién diablos eres? Respóndeme – Dijo con cierta preocupación y angustia.

-¡Soy yo! Akira, el de la clase de al lado.

-¿Suzuki?

-Ajá – asentí con la cabeza, claro, creo que no pudo verlo.

-¿Qué haces aquí? – Preguntaba.

-Pues, estaba entregando unos papeles para la graduación, unos formatos, ya sabes… nada importante – Le respondí con alegría - ¿Y tú? ¿Qué haces aquí?

-La señora Aikawa me pidió el favor de llevar unos documentos al aula de psicología – Por unos instantes domino el silencio, no sabía que decir, estaba con el chico mas aplicado de toda la escuela en casi la misma situación mía – Eh, Suzuki…

-Dime, Takashima.

-Ya puedes quitar la linterna de mi cara.

-Oh, sí, perdón- Dije apagando el aparato.

-Me imagino que tú provocaste el apagón, ¿verdad?

-No, ¿Por qué piensas eso? – Pregunte confundido. ¿Piensa mal de mí este tipo?

-No lo sé, fue lo primero que se me paso por la cabeza. Seguramente fueron los últimos empleados que se quedaron acá.

-Entonces… - Dije – Si fueron los últimos empleados significa que han cerrado la puer…

No perdí más tiempo y corrí velozmente hacia la salida, ni sé que paso con Takashima, no me importaba, no me pueden dejar encerrado en este horrible lugar. Corrí por todo el patio principal, pase por la cafetería y subí por la rampla de la puerta que nos separaba del exterior y claro el jodido geniecillo tenía razón, nos dejaron encerrados en este lugar. Exhausto y con mucha, mucha cólera comencé a golpear la puerta con mi pie izquierdo, quería derribarla, no pueden hacerme esto, ¡No a mí!

En ese momento llega Takashima también cansado, detiene lo que estaba haciendo y dice.

-¡Ya! ¡Ya! Con eso no lograras que salgamos – decía dando bocanadas de aire.

-¿Y entonces como carajos salimos? – Pregunte gritándole.

-Mira, podemos usar una escalera y salir por encima de uno de los muros…

-Sí, claro… - Dije burlándome de él – Si encuentras una de las escaleras que mida casi seis metros y además consigues un alicate para cortar esos alambres de púas lo logramos… ¿Eres un idiota o qué? – Si, está bien, me Salí de casillas, no debí gritarle.

-Está bien, Suzuki… no me rebajare a tus horribles gritos de vulgo troglodita, pero buscare la manera de salir de aquí sin tu miserable ayuda.

----1 Hora después ----

-¡NO HAY SALIDA! ¡QUE HAREMOS! – Rompe en llanto Takashima. Verlo en esa situación no me molesto para nada, es más, hasta me estaba gustando verlo así.

-…- Solamente guarde silencio, quiero ver como sufre por su ignorancia.

-¡A ya sé! – Dijo volviendo en sí y limpiando sus lágrimas – préstame tu celular.

-¿Para qué?

-Para hacer una rueda con él – Decía tratando de burlarse de mí - ¿Para que diablos sirve un celular?

-Pues… - Agregue mientras jugueteaba un poco con mi nariz – yo lo uso solamente para la calculadora…

-… Está bien, voy a hacer de cuenta que no dijiste nada, ahora… ¿Me lo prestas?

-Sí, claro – Se lo di con una sonrisa. Él lo tomo con mucha esperanza y comenzó a marcar desesperadamente, ¿A quién? No lo sé, pero parecía que ya estaba un poco mejor… hasta que del celular se logro escuchar.

“No tiene saldo suficiente para realizar esta llamada, por favor recargue su equipo con más frecuencia”

Se quedo quieto por un instante luego se levanto y se fue al patio nuevamente, vi que se sentó sobre una de las bancas y comenzó a llorar de nuevo. Bueno, ya no era tan divertido, parecía como si de verdad estuviera desesperado. Me dirigí hacia él, me hice a su lado y comencé a palmearlo en la espalda.

-Ya, deja de llorar, amiguito – Dije con calma.

-¿Crees que se darán cuenta que nos dejaron aquí?

-Sí, Claro – Decía con un poco de emoción, solo por calmarlo – Para mañana vendrán y nos abrirán la puerta.

-¿Y si no vienen? – Dice preocupado.

-Nah, no creo… deben de volver, solo tenemos que pasar la noche aquí y ya.

Luego de eso comencé a caer en el viejo hábito de quedarme dormido fácilmente, en fin, para mañana todo estará bien… o probablemente no.

 

Notas finales:

Reviews!! quejas, sugerencias, reclamos!! lo que sea! hasta insultos recibo xD :P :P 


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