Cuando uno tiene una crisis, una mala noticia, una esperanza rota o una situación vergonzosa, tiende a creer que el mundo se detiene, mejor dicho, que el tiempo se detiene. De repente, todo va en cámara lenta, los pasos, los sonidos, los latidos de tu corazón… Y así lo siento yo en este momento.
No me dices nada y permaneces con tu mano allí, como esperando a que me mueva, pero no te complazco, mientras siento que pasan horas en donde me niego a respirar. Mi cabeza empieza a dolerme, quizás producto a la falta de oxígeno o quizás por la frustrante razón de no poder encontrar otra forma de reaccionar ante tu presencia.
—Tonio —siento que me llamas, pero no respondo. ¿Qué hago contigo ahora, Víctor? ¿Te ignoro? Eso es imposible. ¿Te hablo? Ya te lo he dicho todo. ¿Te escucho? Tengo miedo y no quiero hacerlo. ¿Te golpeo? ¿Acaso podría hacerte eso…?
—Tonio… —vuelves a insistir, pero me sigo negando, no lo haré. No te hablaré, quizás así, te irás más rápido—. ¡Tonio!
Me destapas con violencia y el siento frío chocarme contra el cuerpo, aún mantengo mis ojos cerrados y me quedo en esa posición aniñada y tonta, mientras tú haces algo que no sé qué es, solo no me tocas ni te mueves.
Abro mis ojos al recordar que estoy desnudo y te observo una milésima de segundo, me observas, no me tocas ni me dices nada, solo me observas con los ojos muy abiertos, con lo poco que puedo ver en esta oscuridad. De inmediato, tomo las frazadas y vuelvo a taparme, pero me bloqueas en el intento, agarrándome el brazo. Me muerdo los labios y ejerzo fuerza para oponerme a ti, pero tú me contrarrestas y nos quedamos forcejeando.
—¿¡Qué es lo que quieres, Víctor?! —te pregunto enojado, sintiendo que se me quiebra la voz de repente y que necesito llorar, pero intento tragármelo todo—. ¿¡Por qué has venido!? ¡Déjame solo! ¡Deja de humillarme!
—¿Humillarte de qué? —siento que me preguntas confuso y algo enojado, pero sé que te estás haciendo el idiota, que lo entiendes, pero quieres que hable y eso me enfurece todavía más.
—Déjame solo, Víctor. No quiero verte más. Déjame solo —te suplico y dejo de intentar oponerme ante ti.
Ganas, te quedas con la frazada y con mi cuerpo expuesto, ¿ahora qué más quieres? ¿Que te diga que me conformo con seguir siendo amigos? ¿Que soportaré esta tortura el resto de mi vida para mantener nuestra amistad? No, no. Lo siento, pero no. Me morderé la lengua antes de complacerte de nuevo.
—Mírame, Antonio. Deja de darme la espalda.
Acepto tu orden y te observo con fastidio o cansancio, sinceramente ya no me encuentro en condiciones de calificarlo. La oscuridad no deja mucho para nuestra vista, solo sé que estás despeinado, desalineado, transpirado y quizás algo enojado por las expresiones de tu frente y el tono de tu voz. Pero buscas mis ojos y no te jactas del hecho que esté desnudo ante tus ojos, ¿qué acaso no deberías temerme, Víctor? ¿No deberías tomar distancia de mí?
Durante todo este tiempo juntos, luego de haberme declarado por primera vez y tras el rechazo, creí que solo me dijiste que seguiríamos siendo amigos porque me tenías lástima tras haberme intentado suicidar. Con el correr del tiempo me di cuenta de que me equivoqué, pero también me di cuenta de que nuestra amistad no era como cualquier otra y que tú no eras como los demás.
Un hombre heterosexual por lo general mantiene cierta distancia de los qu sabe que son gays. Un hombre heterosexual no llamaría a otro su amante sabiendo que ese otro es gay, por más que hablara con ironía, simplemente no le diría “eres mi amante”. Tampoco dormiría en la misma cama que un gay, ni mucho menos lo abrazaría dormido, tampoco permanecería mucho tiempo a su lado, sabiendo que le gustas al gay. No. El hombre con un poco de sentido común, tomaría distancia. Un hombre con un juicio sano, creería correcto entablar una amistad delgada, sin mucho contacto corporal, más bien solo charla, cordialidad. ¿Qué es lo que has hecho tú, Víctor? Dime qué es lo que has hecho tú. Todo lo contrario.
Es tu culpa que hoy yo esté así, tú has alimentado esto que siento de nuevo. Primero lo mataste, de una forma fría y calculada, luego lo reanimaste y lo volviste a la vida, dejaste pasar el tiempo para que se recuperara y luego lo alimentaste de nuevo, Tú lo hiciste crecer, ¿cómo vas a hacerlo desaparecer? ¿Vas a matarlo de nuevo, Víctor? ¿Lo harás lentamente o de un solo disparo?
—¿Para esto quieres que te mire? ¿Para quedarte callado? —te pregunto y noto que te saco de tus pensamientos—. ¿Querías decirme algo, o no? Pues dilo. Dilo y vete.
Abres tu boca e intentas decirme algo, pero niegas un par de veces con tu cabeza y titubeas, como si no pudieras explicar lo que piensas, como si tuvieras una ensalada en tu cerebro y no supieras qué hacer primero, si condimentarla o ponerla en la mesa.
—Yo… no quiero que te vayas —me dices, tras titubear un rato más mientras tus manos te temblaban, mis ojos se detienen ante el movimiento incesante de tus labios y recuerdo su sabor. De inmediato dirijo mis ojos hacia los tuyos, intentando no recordar el efímero beso, intentando no recordar que tu cuerpo cerca del mío, intentando olvidarme que estás en mi cama y que estoy desnudo en ella.
—Yo… no sé qué hacer… Tú…
—No puedes hacer nada —te aclaro interrumpiéndote y entonces te quedas de piedra—. ¿O acaso crees que sí?
Vuelves a guardar silencio, no sabes ni qué decirme, no sabes lo que quieres decirme y hasta podría apostar que no sabes por qué me has seguido, por qué has venido hasta aquí. De seguro tus pies se movieron solo y tu mente sólo te decía “no lo dejes ir”, pero no intentas buscar porqué no quieres que me vaya, no lo intentas. Solo lo haces.
—¿No hay remedio? —me preguntas, y yo sonrío irónico.
—El cáncer no tiene cura, sólo te consume —mi respuesta te choca como un balde de agua fría, pero aún así no sueltas mi brazo.
—Puedes detenerlo si recibes un tratamiento a tiempo —me dices y no comprendo a dónde quieres llegar, pero no me siento dispuesto a seguirte la corriente, simplemente quiero que te vayas.
—Díselo a otro que le sirva, éste ya está avanzado.
—Por Dios, Tonio…
—Sí, muchas personas se aferran a Él, pero no es mi caso, prefiero simplemente esperar.
—No me refiero a eso, ¿puedes simplemente callarte un poco y escucharme?
—Entonces habla, que sigues dando vueltas como un perro cuando está por echarse a dormir —vuelvo a ofenderte, pero no tanto como tú a mí. Suspiras y miras a un costado.
—¿Por qué estás tan a la defensiva? —no te respondo y entonces vuelvas a observarme y frunces tus gruesas cejas—. Tonio… Respóndeme.
—Me habías dicho que me callara —te hago recordar y tu expresión de fastidio incrementa.
—Me había olvidado lo difícil que es hablar contigo a veces…
—Claro, es que yo soy un maldito problemático de mierda —ironizo mientras te veo quedarte de piedra—. ¿Sabes una cosa? Tu problema no soy yo, tu problema es que no sabes lo que quieres —te acuso y entonces todas tus expresiones de enojo y fastidio desaparecen y te quedas desconcertado, como si te hubiese golpeado en tu punto débil—. Tu problema de que no sabes qué decirme, es porque no sabes lo que sientes, ni siquiera intentas mirarte para entender lo que sientes. No quieres que dejemos de ser amigos, pero no encuentras otra forma para retenerme, más allá de la obvia, pero no la harás.
—Eso es cierto, no sé cómo arreglar esto, pero sí sé lo que siento.
—¿Y qué sientes, Víctor?
Suspiras y miras a un costado de nuevo, haciéndome crecer las ganas de levantarme y empujarte hasta hacerte salir de mi habitación.
—Te quiero…
—Pero no de la misma forma que yo —no dices nada y yo sonrío—. ¿Ves? Estamos en la misma que en lago, ¿para qué viniste entonces, Víctor? ¿Quieres decírmelo de una buena vez?
—Te quiero —vuelves a decir y siento que tu mano se desliza por mi brazo hasta la mía, el corazón comienza a golpearme contra el pecho y me quedo sin aliento, esto no es cierto—. Te quiero, Tonio… pero esto está mal.
Tu añadido me desconcierta, ¿qué es lo que está mal? Me trago unos insultos e intento no pensar que estás encerrado en el armario, que no eres de esos, que no eres de los que tienen miedo a ser lo que son. ¡Tú no me quieres! ¡Tú no me quieres así y no eres esto!
—¿Qué demonios quieres decir con eso? —te pregunto, aunque haya entendido perfectamente lo que me dijiste. Trago saliva con dificultad y te miro fijamente, listo para darte una buena paliza.
—Trágatelo, trágatelo bien adentro —me dices aún sin mirarme, entonces aparto mi mano de ti—. Llévatelo para adentro y deja que quede ahí hasta que se muera.
I know you think that I shouldn't still love you,
I'll tell you that.
But if I didn't say it, well I'd still have felt it
Where's the sense in that?
Sé que piensas que no debería seguir amándote
Te diré eso
Pero si no lo digo, aún seguiré sintiéndolo
¿Dónde está el sentido en eso?
—Es lo que estuve haciendo desde los quince años y en octubre cumplo veintidós, mierda. ¿Cuánto más quieres que esté con esto? —te recrimino con ganas de golpearte, a veces no puedo comprender cómo te vuelves tan hipócrita en tan solo unos segundos, a veces no puede entender porqué te amo—. ¿No me escuchaste cuando te dije que no lo aguanto más? ¡Esto no se muere al quedarse adentro, el que se muere soy yo, ¿eres idiota o lo finges?!
Me observas a los ojos y veo en ellos algo que no puedo entender, que no puedo describir. ¿Qué es esto? ¿Qué está pasando?
—Entonces déjalo vivir un poco más.
—¿Me estás diciendo que siga como hasta ahora, que te espere? —mi mente no puede razonar sus palabras, no puede digerirlas y nuevamente mi rabia despierta—. ¡Eres un imbécil, Víctor! ¡Vete de mi habitación!
—Trágatelo y déjalo ahí. Espera a que muera o déjalo vivir, pero trágatelo.
—¿Quieres decirme de una maldita vez, porqué tendría que hacer esa mierda? —tu rostro es una piedra, tú no sientes nada, no me tienes lástima, sólo me usas a tu antojo… ¿cuándo te convertiste en esto que no me di cuenta?
—Porque no puedo estar contigo ahora.
Intento razonar lo que me dices, intento comprenderte, pero no puedo. Me siento aturdido ante tus palabras, ante tu presencia y tengo que dejar de mirarte. Mi cuerpo comienza a temblarme, intentando detener ese pensamiento que comienza a crecer y pisar a los demás. No puedes pedirme eso, sólo estás intentando engañarme.
—¿Me entiendes ahora, Tonio? —siento que me dices, pero no te observo ni te respondo. No te entiendo ni te creo—. Aguanta un poco más o deja de amarme definitivamente, pero no te vayas.
—Prefiero dejar de amarte —te miento, aunque sé que en el fondo te esperaré, aunque no quiera hacerlo—. ¿Por qué me pides que espere?
—Carla está embarazada —me golpeas con un puñal y te miro, te miro para intentar ver si eso es verdad, para intentar ver que no me mientes—. Está de seis semanas, y si la dejo ahora, no me dejará siquiera ver a mi hijo cuando nazca.
I promise I'm not trying to make your life harder
Or return to where we were
Te prometo no intentar hacer tu vida más difícil
O regresar a donde estábamos
Siento deseos de llorar y de golpearte. ¿Quién es el más egoísta aquí? Por un momento siento que lo soy yo, porque no quiero esperarte, pero luego siento que eres tú, porque continuabas con ella a pesar de saber que sentías algo por mí, simplemente esperaste a que yo te dijera de nuevo que te amo para forzarte a ti mismo a aceptarlo, pero esperaste tanto que es tarde ya.
Comienzo a reírme y eso te desconcierta. No puedo dejar de reírme y me tapo la cara, esto no puede estar pasando. No puede ser verdad que sentías algo por mí y por eso hacías esas cosas raras para intentar forzarme… y ahora no puedes intentar forzarme a esperarte.
—Está bien —te digo luego de calmar mi risa—. Lo mataré —te observo y pareces sorprendido—. Lo mataré, y te haré la vida más fácil. Te prometo que lo mataré, que ya no te molestaré con esto, que ya no afectará tu vida y que no intentaré volver a esto.
Well I will go down with this ship
And I won't put my hands up and surrender
There will be no white flag above my door
I'm in love and always will be
Bueno, me hundiré con este barco
Y no levantaré las manos y me rendiré
No habrá bandera blanca sobre mi puerta
Estoy enamorado y siempre lo estaré
Siento que cabo mi propia tumba, pero de alguna manera esto debe terminar. Esperar no me hace bien, destruir esto que siento tampoco. Entonces simplemente decido no complacerte, decido castigarte por egoísta. No volveré a intentarlo, no volveré a quedarme a tu lado, porque lo tomarás como si te dijera que estoy dispuesto a esperarte. Volvería al principio y ya no quiero más de esto. Si te sigo amando, será a escondidas y no lo volverás a escuchar.
—¿Por qué decidiste eso? —me preguntas aún sorprendido y yo te sonrío con calma.
—Porque es lo más sano.
I know I left too much mess and destruction
To come back again
And I caused nothing but trouble
I understand if you can't talk to me again
And if you live by the rules of "it's over"
then I'm sure that that makes sense
Sé que dejo demasiado desorden y destrucción
Para regresar otra vez
Y no he causado nada más que problemas
Entiendo si no puedes hablar conmigo otra vez
Y si vives con las reglas del “se acabó”
Entonces estoy seguro de que eso tiene sentido
—¿Me lo dices en serio?
Estoy consciente de que Carla me detestaba, por eso ella siempre no estaba cuando yo aparecía por tu casa. Sé que ya no la quieres y sólo te quedas con ella por tu hijo. Sé que te causé muchos problemas, pero no tiene sentido cómo reaccionas ahora.
—¿Por qué pareciera que estás arrepintiéndote de darme a elegir?
Well I will go down with this ship
I won't put my hands up and surrender
There will be no white flag above my door
I'm in love and always will be
Bueno, me hundiré con este barco
No levantaré las manos y me rendiré
No habrá bandera blanca sobre mi puerta
Estoy enamorado y siempre lo estaré
—Porque sigues eligiendo irte.
Termino por fin de decidirme a dejarte, ya no hay vuelta atrás, ya no estaré pendiente de ti, ya no te esperaré. Simplemente me rendiré, renunciaré al deseo imposible. No lo volveré a pedir, no volveré a pensar lo que hubiese sido de haberse visto cumplido.
—Ah, qué pena —te digo y sonrío—. Si me quedaba, tendrías que ser tú el que se trague lo que siente para ocultarlo, pero ahora simplemente tienes que renunciar como lo voy a hacer ahora, porque yo no voy a esperarte, simplemente te olvidaré.
And when we meet
Which I'm sure we will
All that was then
Will be there still
I'll let it pass
And hold my tongue
And you will think
That I've moved on....
Y cuando nos encontremos
Que estoy seguro de que lo haremos
Todo lo que fue en ese entonces
Aún estará aquí
Lo dejaré pasar
Y me callaré
Y tú pensarás
Que ya te he olvidado
—Cuando nos crucemos en la calle, seguiremos de largo, como si nunca nos hubiésemos conocido, y serás tú el que intentará hacerme recordar, pero no podrás. Finalmente vas a tener que renunciar.
Te miento como me miento a mí mismo, porque sé que en el fondo habrá algo, aunque ya no lo volveré a decir en voz alta. Te haré creer que estoy dispuesto a olvidarte y a superarte. Me creerás y te irás, y entonces ahí, podré finalmente olvidar de verdad.
—No voy a renunciar. No soy como tú.
Y no termino de analizar lo que me dices, de entender que no me salió como quería, que no te lo creíste o que no te importó, que te me acercas y me besas. No termino de comprender que me estás besando, cuando una de tus manos se aferra a mi torso y la otra tras mi nuca, impidiéndome alejarte de mí.
Intento apartarte con ambas manos en tus hombros, pero me retienes y empujas hacia atrás, terminando encima de mí. Mantengo mis labios rígidos cuando intentas pasar tu lengua entre ellos e intento contener a mi cuerpo, intento controlarlo para que haga lo que mi cabeza pide y no lo que el mismo cuerpo me pide.
No cedas, Tonio, simplemente no cedas. Te destruirás, te destruirás por completo y terminarás en sus pies. Renuncia a tu deseo, renuncia a él. Recuerda cuánto te duele, recuerda que te duele más de lo que lo amas. El amor no es más grande que el dolor, no lo es, y no te hace más feliz, no te cura… simplemente te mata, Tonio…
Well I will go down with this ship
And I won't put my hands up and surrender
There will be no white flag above my door
I'm in love and always will be
Bueno, me hundiré con este barco
Y no levantaré las manos y me rendiré
No habrá bandera blanca sobre mi puerta
Estoy enamorado y siempre lo estaré
Mis manos se calman, mis ojos se cierran y mi boca se abre, dejándote pasar.
Mi mente deja de repetirme la negativa cuando siento su lengua buscar la mía, mi corazón comienza a latir con fuerza contra mi pecho y me tiemblan los dedos cuando te toco las mejillas. Siento el contraste de calor corporal entre nosotros, estás helado y te apegas cada vez más a mí, sin soltarme. Irremediablemente empiezo a gemir por cómo te pegas a mí, cómo me tocas, cómo me besas… ni el sueño más placentero o la más intensa masturbación que me haya dado por tu culpa, era parecido a ese momento.
No dejo de besarte, recorriendo tu boca por completo grabándome tu sabor como el último instante de mi vida, y siento que tu mano izquierda va hacia mi pecho, baja por mi abdomen lentamente y cuando llega a mi vello púbico, abro mis ojos y la detengo enterrándole mis dedos, al mismo instante te empujo con la otra y alejo mi boca de la tuya.
—¿Pensaste que te la dejaría así de fácil, Víctor? —te pregunto mirándote a los ojos y veo tu confusión, luego, tu enojo—. Lo siento, ya te dije que lo mataría.
—¿Qué…? —te empujo y te alejo más de mí para poder sentarme, luego te sonrío con maldad, buscando que veas que te amo tanto así como te odio. Te sonrío para que entiendas que puedo vivir sin ti, que no estoy tan desesperado como para aceptar esa ridícula oferta.
—No acepto tu oferta. No voy a esperarte, así que ni gastes energía intentando convencerme por medio del cuerpo —tu enojo se transforma lentamente en dolor, lo veo, lo siento.
Adentro mío, algo se hace trizas, pero no hago muecas para que veas que me desmoroné. Si no te muestro dudas, no intentarás convencerme, si no muestro que quizás no esté del todo dispuesto a olvidarte, no intentarás converncerme, porque estarás seguro de que terminarás perdiendo. Si dejo de decirte que te amo, lo olvidarás, lo perderás de tu memoria. Si dejo de llamarte, olvidarás mi voz. Si dejo de mirarte, te olvidarás del color de mis ojos. Si dejo de aparecerme ante ti, olvidarás que existo.
I will go down with this ship
And I won't put my hands up and surrender
There will be no white flag above my door
I'm in love and always will be
Me hundiré con este barco
Y no levantaré las manos y me rendiré
No habrá bandera blanca sobre mi puerta
Estoy enamorado y siempre lo estaré
Tu cuerpo se relaja, no por estar en calma, sino porque por fin te has rendido. Te suelto y entonces te alejas y dejas de mirarme, observas el piso y veo con claridad que tus ojos se empañan. Por un breve instante, siento el deseo de tocarte, de abrazarte, de besarte, pero ¿qué sentido tiene? Todo lo que he logrado: a la basura.
—¿Por qué renuncias a mí, Tonio, si me dijiste que me amabas? —te siento preguntar y luego de analizar la pregunta, suspiro hondamente—. ¿Por qué no me entiendes?
—Vic, te entiendo —te digo con calma, intentando no caer yo también en esa angustia que te ha quebrado la voz—. Pero lo que tú quieres, no es bueno para mí, y no voy a estar con una persona egoísta, porque simplemente no podré ser feliz.
Me observas un instante y luego desvías la mirada. ¿Qué debo hacer ahora contigo? Sacarte de aquí, antes de que me derrumbe, vamos, Tonio, ya casi lo tienes en una bandeja, mándalo al horno. Aléjalo de tu vida, aléjalo, para poder vivir. Ya lo has dicho, él no te hará feliz, con él, simplemente serás una sombra.
—No sabía que sentía esto por ti —me dices de repente, cuando estaba a punto de decirte que te largaras de mi habitación y de mi vida. Guardo silencio y no hago más que observarte—. Cuando te fuiste… y cuando entendí que ya no volverías, te seguí porque me di cuenta… de que dejarías un agujero muy grande en mí si te irías, porque ocupas un lugar muy grande aquí adentro —llevas tu mano a tu pecho y veo que una lágrima te cae, trago saliva y me relamo los labios. Él no te hará feliz, Tonio, déjalo ir… deja que su dolor lo castigue solo, por ser tan ciego y egoísta.
—Ya es tarde… —te recuerdo en voz baja—. Ahora, simplemente sigue tu vida sin mí, olvídate de mí. Disfruta a tu hijo, porque él sí te acompañará toda la vida.
Vuelves a mirarme por un momento y siento que me preguntas algo con la mirada, lo entiendo y yo también lo deseo. Te acercas a mí y te agarro de la nuca, inhalando aire a la vez que tu boca vuelve a la mía y cierro mis ojos. Un último y largo beso para terminar esta larga etapa, te muerdo los labios y tú me entierras los dedos en el cuero cabelludo, pero cierro mi boca y no la vuelva a abrir.
—Lo lamento… yo no voy a olvidarte.
I will go down with this ship
I won't put my hands up and surrender
There will be no white flag above my door
I'm in love and always will be
Me hundiré con este barco
No levantaré las manos y me rendiré
No habrá bandera blanca sobre mi puerta
Estoy enamorado y siempre lo estaré
La vida es efímera.
Lo que no dices hoy, quizás mañana no lo puedas decir. Si hoy no das ese abrazo que quieres dar, quizás esa persona no esté mañana. Si hoy no dices a esa persona que lo amas, quizás mañana ese amor ya no exista más. El dolor también.
Ni veo cuando abres esa puerta y la cierras tras de ti, ni te escucho bajar las escaleras. Aquí estás, Tonio… aquí estás. Puedes largarte a llorar, ya se ha ido.
Estoy seguro de que no te olvidaré, porque no has sido simplemente un amor pasajero. Esto fue un amor de muchos años, que se ha negado a soltar sus raíces. Un amor rebelde, porque por más que la corriente iba en contra, él seguía caminando. Uno no puede simplemente olvidarse de algo así, puede superarlo, sí, pero jamás olvidarlo.
No fuiste una persona más en mi vida, me ayudaste a salir de un pozo muy profundo, intentaste ayudarme a superar mis traumas, me mostraste las pequeñas cosas de la vida por las que podía sonreír, me mostraste los valores, me enseñaste que para que los demás me respetaran, primero me tenía que respetar a mí mismo, me enseñaste que yo era lo que quería ser y no lo que los demás querían que fuera.
¿Crees en verdad, que voy a olvidarte?
Pues, me hundiré con este dolor, con esta angustia por la despedida, no volveré a insistirte ni a buscarte o a insinuarme. Pero tampoco, dejaré de quererte.
Aunque, esta vez, le dejaré espacio a alguien que de verdad me valore y esté dispuesto realmente, a pelear por mí cuando tiene que hacerlo, no cuando le conviene hacerlo.
No dejaré de vivir por quererte y no viviré para quererte.
