La mañana era calma, donde la brisa entraba por las pocas ventanas habiertas de todo el edificio, y una de esas ventanas de encontraba él, mirando hacia un punto en blanco, desde un piso alto.
-Tal vez no sea una buena idea...- Pensó mientras la brisa se hacía mas fría a cada segúndo en el cual se encontraba junto a la ventana.
Los sonidos a su alrededor eran evadidos por sus oídos, nisiquiera se daría cuenta si se estaba incendiando algo o si el edificio estaría por derrumbarce. Sus pensamientos y sentimientos eran mas fuertes que sus sentidos.
Perezosamente se dispuso a levantarce, mirando su entorno, donde hace unos minutos, se encontraban sus amigos. Esas personas que aveces creía confiar, pero en estos momentos, solo confía en si mismo y en nadie mas. Observó una vez mas la ventana, encontrandoce con una próxima tormenta. Tomó su chaqueta y salió del edificio antes de la lluvia.
-Me vendría bien un veículo ahora mismo- Pensó, mirando los sientos de veículos pasar por la calle.
Y en menos de segundos, la lluvia adornó las calles de Tokyo. Sin moverce de lugar, se sentó en la cera, esperando a que algo susediera, lo que sea, nisiquiera savía lo que quería.
-¿Dónde estás?- Gritó, pero nadie lo oyó.
Unas traviesas lagrimas se escaparon de sus ojos, escondiendo su rostro entre sus brazos, que mantenía apollados en sus rodiyas. De pronto, sintió una presion en sus rubios cabellos, levantó la mirada, y ahí estaba.
-¿Por que lloras?- Le dijo el moreno, mientras veía como su amigo ahogaba sentimientos.
-No es nada, Tora...- Dijo, levantándoce y quedando cara a cara con el nombrado.
-No me enagañas, Shou, algo te susede-
-No es nada, encerio-
-Esta bien, ven, te llevaré a casa, estas empapado-
El moreno posó una de sus manos en el brazo del rubio, sientiendo la húmedad de su piel y lo fría que estaba. Se sacó la chaqueta que llevaba y se la colocó encima de sus hombros.
-Estas helado, no quiero que te resfríes...-
El rubio estaba sin habla, prefería mantener este momento a que decír algo y romperlo. Ambos musicos se dirigierón al veículo, el rubio en el aciento del copiloto y el moreno en el aciento del piloto. El viaje fue silencioso, nisiquiera se miraron en ningún minuto. En menos de pocos minutos, ya estaban en la puerta de la casa del rubio.
-Gracias Tora- Dijo el rubio regalandole la mejor sonrisa que tenía -Aqui tienes tu chaqueta- Dijo quitandoce la prenda, pero el moreno lo interrumpió.
-Quédatela, yo no tengo frío-
Dévil de sus palabras, volvió a colocarce la chaqueta del moreno. Shou le regalo una ultima sonrisa y un "Nos vemos mañana" abriendo la puerta del veículo. El moreno, luego de que el rubio entrara a su casa, quedó mirando el techo del veículo, pensando, muchos pensamientos mezclados en su mente.
-Como me encantaría ser esa chaqueta...-
Sin mas ni menos arrancó su auto, destino a su hogar, su desolado hogar. Por otro lado, el rubio entró a su casa, sin quitarce la chaqueta. Comenzó a tocar la prenda, olerla, pasar sus mangas por su rostro, savorear el aroma de aquel hombre.
-Como me encantaría ser esta chaqueta...-
Poco a poco, fué callendo en su cama, no recordó cuando fué que comenzó a caminar hasta su habitacion. Se tiro encima de las sabanas, tomó la chaqueta, y con el poco calor que tenía, se quedó completamente dormido, abrazado a la chaqueta del moreno.
---------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Poca luz pasaba por su ventana, pero no fue eso lo que lo despertó, su celular estaba sonando, hasta tres llamadas, las cuales ningúna atendió. Resignado de las sientas de llamadas, decidió atender almenos una.
-Moshi moshi- Dijo sin ánimo nigúno.
-Hola Tora, ¿Que haces?-
-¿Acaso quieres que te golpee? Dormir, bueno, dormía, por tu culpa ya no puedo dormir tranquilo Nao-
-De acuerdo, lo siento...-
-Bien, ¿Para que llamas?-
-Quería decirte que hoy no tendremos ensayo, es que Shou esta resfriado y la voz no le sale, haci que lo dejaremos para mañana-
-De acuerdo... Demo, ¿Y el concierto?-
-Tenemos toda la semana para ensayar, un dia que no ensayemos no nos hará ningún daño-
-Tienes razon-
-Esta bien, adios-
-Adios-
Aventó su celular a la cama, junto a sus pies, y se dispuso a levantarce. Tomó ropa limpia y se dirigió a bañarce. En mitad del baño, comezó a pensar en su carrera, en que susedería si el dia de mañana Alice Nine se separaría.
-¡No!- Gritó, haciendo que se resbale y callera al suelo.
La depreción era tal, que nisiquiera podía quejarce que le dolió el golpe. Se levantó, terminó de bañarce y se fue a su habitacion a vestirce. En pocos minutos estaba vestido.
-Si no se lo digo... Tal vez sea mi culpa si la banda se separa.. ¿Que estoy diciendo? La banda no se separará... No... ¡No!- Pensó, y esto último lo dijo en un grito.
---------------------------------------------------------------------------------------------------------------
El rubio se encontraba frente a su celular, centado en uno de los sofá de su sala. Aveces tomaba el celular, pero la cobardía era mas fuerte, tal vez no era lo indicado.
Shou amaba estar tiempo con Tora, hasta tenía sueños en los que estaba toda la vida con él, pero claro, al despertar se dava cuenta de que nada de esto era real. El verce ruder frente a él era una manera de llamar su antencion, intentar de tener el mando en la banda.
-¿Por que es tan dificil?- Dijo, escapando algúna de sus lagrimas.
En novelas, peliculas y libros era facíl, pero esta era la vida real, y devía enterarce de una vez por todas de que no es facíl la vida, y menos tratancode del amor. Tomó su celular y marcó un numero.
-¿Nao, puedes venir a casa?- Dijo, antes de que Nao pudiera responder la llamada.
-¿Te sientes mal? ¿Que te susede? Enseguida iré- Dijo cortando la llamada.
Sabía que no era nada grave, y que realmente sí le salía la voz. Pero era dificíl ir hoy a ensayar, viendo a esa persona sin poder abrazarlo, besarlo o decirle lo mucho que lo ama, era dificil. La puerta sonó, una, dos, tres veces, estaba en otro mundo.
-¡Shou abramé por favor!- Gritaba desde el otro lado de la puerta.
-Lo siento- Dijo abriendo la puerta, dejando ver a un Nao nervioso.
-Ahora dime, ¿Que te suede? Hoy me dijistes que no te salía la voz...-
-Lo siento Nao, si me sale la voz, lo que no me sale, es estar feliz- Dijo, volviendo al llanto.
Nao lo tomó del brazo y lo abrazó, acariciando sus cabellos como madre protectora. Caminaron hasta el sofá, dode se sentarón y Shou apolló su cabeza en su ombro, calamando un poco sus llantos.
-Tranquilo, se lo que tienes-
-No tienes idea lo que duele verlo todos los dias y no poder decirle nada...-
-Lo se, demo, deves decirle de una vez por todas... No puedes sguír sufriedo haci, vas a ver que si le dices será mejor para ti-
Su celular sonó, se levantó secando sus lagrimas y lo tomó, era un mensaje de texto.
Mensaje: "Hola Shou, Nao me dijo que estabas resfriado, si quieres puedo ir a tu casa, y por lo menos no pasas tu resfriado solo..."
-Es de Tora...- Dijo rompiendo el llanto una vez mas.
-Tienes que decírselo, no puedes seguir haci-
-Demo, ¿Y si no le gusto? ¿Y si se enoja y terminamos nuesra amistad?-
-Mira Shou, tu haces lo que quieres, pero piensalo bien, si se lo dices ya no sufriras tanto como ahora...-
-Los se, y tienes razón, demo, mas vale prevenir que lamentar-
-Demo, ¿Y si no saves que prevenir, por que te vas a lamentar?-
El silencio adornó la sala, donde Shou miraba fijamente al suelo, pensando muy profundamete la frace de su amigo. Nao se despidió minutos despues, dejando a Shou pensativo.
-Tal vez Nao tiene razón...- Y luego de estas palabras, calló en un profundo sueño.
--------------------------------------------------------------------------------------------------------------
La lluvia volía a adornar todas las calles, y su vista se enfocaba en una hoja en blanco, donde pesnaba escribir una cancion, pero era imposible, sus sentimientos eran tan grandes que opacaban su mente.
-¿Por que no puedo amarte?-
Y en ese momento se dio cuenta de su pregunta. ¿Por que no puede amarlo? Si era tan facíl para algúnos, no cree que sería tan dificil para él. Pero otro tema entraba en su mente, Shou y él fueron amigos desde hace ya mucho tiempo, y menos aconsejable era enamorarce de su amigo, tal vez si se lo dijiera, tal vez si él no lo amaba...
Apolló su cabeza en la mesa, y comenzó a llorar, a sacar esas saladas lagrimas que núnca dejó ver a sus amigos, esas lagrimas traicioneras, que demostraban muchas cosas.
-Ya, si no termino con esto, núnca finalizará solo-
Resignado de sus lamentos, se dispuso a tomar su celular y marcar el numero del rubio.
---------------------------------------------------------------------------------------------------------------
-¡Se lo diré! ¡Ya no aguanto sufrir hací! No perdere nada por decirselo...-
Al tomar su celular, este comenzó a sonar, era un mensaje de texto, de Tora, pero no quería abrirlo, temía que dijera algo malo. Tomó su chaqueta y salió a la calle, buscando un taxi, para poder ir a la casa del moreno.
Pasaban sientos de Taxis, pero ningúno estaba vacío, todos con personas, haci que comenzó a correr, no vivia muy lejos de la casa de Tora.
Ambos sentían ese sentimiento, esas ganas de abrazar al otro, decirle lo mucho que lo amaba, mostrarle al mundo la alegría que le entregaba uno al otro.
Desde que Saga y Hiroto fueron novios, el manager no fue el mismo, según él, es una gran responsabilidad hacer una pareja en una banda, por los problemas que pueda dar la prensa. Pero ellos nunca se rindieron, siguieron sus vidas como si nadie los estuviera molestando, por mas que el manager los regañara, que la prensa los espiara, o que las fans los acusaran, ellos seguían sus vidas como si nada.
Entonces, ¿Por que era tan dificil para ellos dos? Por una simple razon, ninguno de los dos se ah dado cuenta aún de que se gustan entre ellos, y para peor, piensan que el otro le dejará de querer si le dice sobre su amorio.
La lluvia, de nuevo en la historia, se hacía paso por las calles, se dice que si corres bajo la lluvia te mojas más que estando parado bajo ella. Shou corría a mas no poder bajo lluvia, esquivando a las personas que transitaban por la calle de Tokyo, pasando por medio de veículos, sin importarle los accidentes que pueda tener.
Al llegar al edificio, se acobardo. Quedó parado en al puerta, sin decir o ver algo, tenía el dedo en el timbre, pero aún no lo había presionado.
-¿Que estoy haciendo? ¿Y si no esta en su casa? Habría corrido todo esto para nada-
En ese momento la puerta se habrío, dejando ver un palido rostro, de llanto, de frio y de miedo. Sus ojos se perdieron en el suelo, mientras que los ojos del rubio estaban llenos de lagrimas, esperando a que su mente dé la orden para hablar.
-Tora... Tengo que hablar con tigo...-
Tora no dijo nada, simplemente levanto un poco la mirada, y con mucho esfuerzo sonrió.
-¿Te susede algo?- Pregúnto incognito el rubio.
En ese momento, en esa misma hora, con esa misma lluvia ocurrió. Tal vez algúnos piensen que esto es solo otra historia de amor, pero para ellos, era SU historia de amor. Bajo lluvia, rubio y moreno, dos labios que fueron juntados en un tierno beso, no nesesitaban palabras, no nesesitaban fotos o pruebas, de que esta historia fue real, y que comenzarían a escribir una nueva historia.