Vivir.
-no puedo decirte cómo se siente, pero es como morir…poco a poco, duele tanto…-
Gime al sentir una mordida suave en su cuello, adolorido y excitado.
-pero al menos te dejo estar vivo…outoto- el mayor continua besando las marcas rojizas sobre la piel blanca y fina del cuello, marcas con la forma exacta de sus manos, puede distinguir perfectamente la huella de cada uno de sus dedos. Desearía no haberlo hecho, no haberlo amenazado así….pero sasuke era tan terco…suspira algo molesto por como siempre terminan, pero no se detiene le abraza con todavía más fuerza y sigue besando la evidencia de su enojo, consolando la piel herida, distorsionándola con nuevas marcas de mordidas. De propiedad.
-ahhh- oye un nuevo gemido mientras siente el cuerpo más fino y delgado contorsionarse de placer, no puede evitar el excitarse por la voz aguda y sugerente.
-me perteneces…- no es una pregunta o sugerencia. El menor le echa los brazos al cuello mientras asiente. Se acerca sigiloso hasta sus labios besándole como acostumbra: demandante y exigente. Sasuke le corresponde como puede, sin saber igualar la pasión o experiencia suya. Saborea cada parte: los labios, los dientes pequeños y lisos. La lengua tímida y esponjosa, la saliva tibia y entremezclada. El beso es maravilloso y único, sujeta con fuerza la cintura delgada tocando intencionalmente sus entrepiernas, sasuke tierno e ingenuo le regala la misma reacción que por más que conoce siempre le hace delirar.
Gime dentro del beso. Apretando las manos entre su cabello, atrapándole deliciosamente entre sus piernas a la vez que una espasmo de placer le hace temblar, ambas anatomías vibran juntas. Acaricia las piernas pálidas y suaves disfrutando del beso al máximo. Su hermano se revuelve algo incomodo bajo el por lo que hace más presión todavía. El cuerpo pequeño hace un gesto de separación pero sujetando con fuerza renovada la cintura no lo deja romper el maravilloso contacto. Sabe lo que sasuke quiere. Lo que desea. Unas manos diminutas para los 12 años del chico le toman de los hombros en un último intento de tomar oxigeno, forcejean un poco. Pero como siempre el se lleva la victoria.
Sasuke se rinde sabiendo que el mayor solo disfrutaría mas la pelea, tira los brazos contra el suelo a ambos lados de su cabeza, mantiene la boca abierta y dispuesta sabiendo que itachi pronto se aburriría de no tener respuesta, la lengua del mayor le empuja y masajea, debe contenerse para no responder al juego. No puede respirar además de que el rojo de sus mejillas amenaza con volverse fiebre. Unos segundos después el mayor se retira frustrado por la falta de cooperación-porque para itachi tanta cooperación es exactamente lo contrario.
El beso no es divertido si no hay lucha o respuesta. Eso le molesta, ambos lo saben pero sasuke está más interesado en tomar cuanto aire le sea posible.
-llámame bastardo y quéjate cuanto quiera pero yo te dejo vivir. Por lo tanto me perteneces!-
A sasuke no le gusta hablar de ello, de cómo todos los uchiha desaparecieron, de cómo su familia ardió hasta los cimientos. Los únicos sobrevivientes fueron el chico frente a el y el mismo, los últimos del clan. Odia recordarse atrapado por el mayor.
“no los soportaba sasuke…pero a ti te quiero, tú me gustas. Querrías quedarte conmigo? No tienes que morir y quemarte junto con ellos. Podemos seguir juntos…”
Sus recuerdos son difusos, a veces cree haber asentido a la pregunta. Otras tiene la impresión de haber suplicado piedad, pero otras cree firmemente que peleo y exigió su muerte junto a sus padres, junto a su verdadera familia….no lo sabe, no está seguro y preguntarle a su hermano no es una opción.
Hay culpa. Hay remordimiento.
Porque mientras los cadáveres ardían y se pudrían de alguna forma ambos habían terminado en la habitación de sus padres la única que no estaba destruida por el tornado furioso que era itachi y su mirada rojiza. Recuerdas que preguntaste llorando por ellos o quizá lo pensaste nada más. Jamás supiste su paradero, el te dio tu primer beso y todo lo demás se fue al demonio.
Por eso te sientes tan culpable, por ellos evitas hablar del tema, porque mientras ardían ustedes se quemaban en su propio fuego hecho de pasión y lujuria. Debiste llorar mucho pero también lo disfrutaste en igual medida. Nunca se lo dirás. Prefieres ser la víctima.
Nunca dirás cuanto te gusta hacerlo enojar incluso si es peligroso y dañino. Que actúas de ciertas maneras en público solo para hacerlo celar. Para llegar hasta este punto sin sentirte tan mal por desearlo, por quererlo…
Itachi es lo único que te queda, es lo que siempre dices.
Itachi es lo único que deseas, es lo que jamás dirás.
Vivir no es tan malo. Mientras sea a su lado.