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Hasta Luego por Izumi Beloved

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Notas del fanfic:

SaiGaa

 

Notas del capitulo:

SaiGaa

Bueno... pues ya saben que los personajes no me perteneces y bla,bla,bla...

Muerte de un personaje (de hecho son dos)

Shota (creo)

Final abierto

Hasta Luego.

Por: Izumi Beloved

 

 

 

 

 

 

Sus ojos azules miraban detenidamente el camino de árboles de cerezo, los primeros botones que comenzaban a formarse y marcaban la próxima graduación de  una generación.  Había soltado un largo suspiró mientras sostenía con más fuerza de su maletín negro para comenzar a caminar con lentitud hacia la puerta del instituto.

Las clases pronto habían acabado para dar comienzo al club de artes, las aulas de clases comenzaban a vaciarse para dirigirse a sus respectivas clases extras y culminar en un hermoso festival de salida de los compañeros  que pasarían a la preparatoria.

El rubio niño de ojos azules nuevamente había dado otro suspiro mientras caminaba tranquilamente al aula de artes plásticas; había abierto la puerta encontrándose solo en aquella enorme habitación dónde los cuadros recién comenzados de sus compañeros comenzaban a tomar forma, nuevamente la desilusión se había formado en su rostro al admirar los trabajos de sus compañeros graduados de instituto colgados en una de las paredes, había dibujado una pequeña sonrisa al acercarse a uno de los cuadros  mientras pasaba su mano sobre uno de los cuadros podía sentir aquella textura del oleo sobre la tela y nuevamente los sentimientos volvían a su mente mientras cerraba los ojos y dejarse llevar por el paisaje que se interpretaba en la pintura.

Tomó asiento en su banco y observó su tela para oleo aún en blanco, con su mano  derecha tomo el pincel  más delgado y nuevamente la impotencia le había quitado la inspiración de empezar con su trabajo final.

La puerta del salón de clases se había abierto asustando al único presente en aquella sala y volteó  dejando caer en ese instante el pincel al suelo. Rápidamente trato de sostenerlo entre sus manos cuando el intruso lo depositaba entre sus manos para chocar miradas.

-…Sai senpai...-la sonrisa del rubio le había devuelto al intruso la calma mientras que el leve sonrojo se apoderaba de sus mejillas al haber escuchado su nombre salir de aquellos tiernos y delgados labios.

-¿Sabes mi nombre?-comentó el pálido chico observando detenidamente la espalda del rubio que tomaba el pincel para pasarlo sobre  aquel enorme lienzo dejando ver la pintura azul desvanecerse  poco a poco.

-Usted es el pintor de mi cuadro favorito,  ¿cómo no sabría su nombre?-dejó el pincel sobre una repisa mientras se detenía a mirar directo a los ojos carbón de su compañero de rango mayor-…pronto será su graduación, es por eso que no debo darme por vencido… usted lo sabe ¿no es así? Después de su graduación jamás volveremos a vernos, es por eso…  que quiero expresarle todos mis sentimientos de agradecimiento hacia ustedes-

El primer y único amor de Sai Amane era Naruto Uzumaki; nadie podía obligarle a dejar de amarle y aún con los problemas que se cargaba de gratis contra Uchiha Sasuke no dejaba de espiar aquel salón de arte; porque era el único que sabía que Naruto se quedaba horas extras en aquel salón,  era el único que sabía de las lágrimas de aquel rubio y también que igual que él… sufría de un amor no correspondido. Era una lástima que su primo Uchiha Itachi hubiese muerto en un accidente automovilístico sin saber de los sentimientos del menor.

Definitivamente espiarlo no era la mejor manera de conocer al rubio, pero si había sido de la única forma que había dado con aquel rubio sensible y débil que jamás mostraría fuera de aquella aula de clases.

-Estoy seguro que lo harás muy bien, si necesitas ayuda sabes que cuentas conmigo Naruto kôhai-la última sonrisa sincera de Sai había sido dedicada al rubio que había devuelto su vista al cuadro mientras soltaba un nuevo suspiro con una sonrisa genuina.

-Quiero que sea una sorpresa,  cuando usted observe este cuadro… quiero que recuerde que los mejores momentos de mi vida los he vivido en esta escuela… jamás voy a olvidarlos. No importa el tiempo que pase… yo estoy seguro… que me convertiré en una mejor persona. Cuando nos volvamos a encontrar… yo quiero que todos ustedes se sientan orgullosos de mí. Este es el camino que he decidido seguir, solo la muerte detendrá mis pasos-

-Naruto…-

Cuando ansiosamente miras hacia atrás  
Y con una sonrisa forzada
La lágrima caerá por tu  mejilla
Te has detenido, es necesario convertirse en un adulto

Yo me convertiré en un árbol de cerezo eterno
Sí, no me moveré de aquí
Incluso si  pierdes  el camino de tú corazón
Tu sabes que dónde está el amor  te estaré esperando.

 

Abrió los ojos cuando escuchó la campana de la escuela sonar,  se había quedado dormido en el aula de clases nuevamente. Sus ojos aguamarina miraban una pintura  que estaba sobre la pared donde descansaba una repisa y que ahí todos acomodaban sus objetos de manera acomodada.

Se levantó para tomar una de sus libretas y observó el cuadro detenidamente. El cielo azul y los pétalos de las flores de cerezo desprendiéndose de los árboles que adornaban una avenida  para caer en el verde asfalto, y en parte de un camino que parecía conducir a un indeterminado lugar.

Era un cuadro algo simple, pero que en el fondo parecía transportarte a un hermoso recuerdo de un viejo lugar.

Escuchó la puerta del aula abrirse mientras posaba su mirada en la entrada.

Era un hombre mucho más alto que él y probablemente universitario, o al menos por su tipo de vestimenta podía darse el lujo de sacar aquella conclusión. Su traje gris bien planchado y aquel maletín que llevaba en mano con aquel porte educado le habían llamado la atención de un momento a otro mientras el pelinegro pasaba de largo por la habitación  hasta llegar al viejo estante y dejar su maletín encima para admirar el cuadro.

El pelirrojo entonces hizo una reverencia en señal de respeto para continuar su camino hacia la salida, sintió la mano del intruso tomar de su brazo y hacerle girar y ahí sus ojos carbón se había cruzado con los aguamarina del estudiante que simplemente se había soltado del agarre al ver aquella fastidiosa sonrisa del mayor.

-¿Ha perdido algo?-preguntó el pelirrojo sin paciencia mientras tomaba con más fuerza de su liberta esperando que el intruso saliera de aquella habitación lo más rápido posible,

-¿Ah?… -rascó su cabeza un poco observando nuevamente el cuadro mientras caminaba hacia atrás sin despegar la mirada-…algo así…-

-Búsquelo rápido y váyase-continuo el menor  observando aquella fingida sonrisa hacerse más grande en aquel pelinegro; pronto su rostro había tomado un color carmín al mirar su intruso pegar ojo en su cuadro y como si de un idiota que tratará de dar explicaciones  comenzó a hablar con el mayor-…apenas es un boceto,  ni siquiera lo he terminado; quite sus manos de mi cuadro-

-¿Flores de cerezo?, es un tema muy gastado para los cuadros… dudo que puedas superar el cuadro de Uzumaki-kun…-dudo en hacer otro comentario pero poco control tenía para poder callar lo que pensaba-…dudo que alguien llegue a superar algún día el cuadro de Uzumaki-kun-

-¿me está diciendo que mi boceto es malo?-

-Lo malo tiene solución…es más bien una mierda-y nuevamente aquella estúpida sonrisa que adornaba el rostro de ese pelinegro le hacía crispar. Esperaba que pronto se fuera porqué de no ser así… pronto correría sangre en aquel salón de clases-… no  puedo sentir  nada…-

-…-

-Una pintura debe de transportarte a un sitio, déjame ayudarte-

-No necesito de su ayuda-

-Eres igual que yo…estoy seguro que tampoco sientes nada por este cuadro;  si te ayudo sé que me ayudaré,  por favor-la sonrisa patética del hombre había desaparecido- cuando termines ese cuadro, estoy seguro que habré encontrado mi objetivo-

Su porte elegante y aquel rostro serio habían dejado sin palabras al pelirrojo que simplemente se había limitado a asentir para quitarse aquella patética mirada de encima.

-Amane Sai, es un gusto- sus ojerosos ojos se habían abierto al escuchar su nombre. ¿Por qué un pintor tan famoso le ofrecía su ayuda?, ¿qué significado podrían tener aquellas palabras? Por un momento pensaba negarse y terminar con aquel tedioso cuadro en oleo solo, cómo hacia con todos sus trabajos. Pero nuevamente aquella mirada le había hecho desistir de su idea al igual que su terrible miedo a la soledad.

-Sabaku No Gaara- agregó con un leve sonrojo en sus mejillas mientras se acercaba a la salida del aula-mañana… mañana nos vemos es demasiado tarde y tengo otras cosas que hacer…-corrió lo más que pudo hacia la salida mientras trataba de evitar que las lágrimas salieran por sus ojos.

Se había prometido por años no formar lazos con ninguna persona y ahora llegaba un total y “famoso” desconocido  para arruinarle su proyecto de vida; para recordarle que tenía sentimientos y  que en el fondo deseaba ser amado por alguien.

Semanas después la puerta del aula comenzaba a abrirse dejando entrar al pelirrojo,  la mirada baja y las ojeras dejaban ver que aquel muchacho llevaba días sin dormir lo suficiente.

Se acercó hacia el pedazo de tela observando su boceto terminado  junto con un estuche viejo de pinturas de oleo, sus hermosos ojos observaban los viejos pinceles sobre la mesita encontrándose con el dueño de dichos artefactos.

-Uzumaki Naruto-susurró bajito volteando su mirada hacia el cuadro que colgaba sobre la pared mirando al pelinegro sentado sobre una de las sillas tomando con tranquilidad del café en un vaso térmico-¿acaso se los ha pedido prestados?-embelesado miraba cada uno de los pinceles, podía sentir entre las yemas de sus dedos la suavidad y dureza de cada una de las cerdas, apreciaba de alguna u otra manera tener aquellos pinceles y por primera vez le  dejaba ver al intruso de cabellera negra una sonrisa genuina en su serio rostro.

Sai se había enamorado por segunda vez, desde el momento en que lo había visto entrar al aula y sin mostrar ninguna burla entre sus labios levantándose lentamente de su asiento se había acercado lo suficiente al taheño para revolver un poco sus cabellos en forma de aprecio.

-Murió el día de mi graduación-agregó pasando sus manos por el cuadro de Gaara, -días antes de conocerte había observado tu cuadro, me pareció bastante crudo para tu edad; pero en esencia sé lo que tratas de expresar-soltó de pronto mirando aquel viejo estuche que solía usar el rubio en soledad.

-…No quiero estar solo, pero tampoco deseo que me hagan daño…-soltó Gaara mientras ponía las palmas de sus manos en el lienzo con el boceto-… es un árbol de cerezo que llora en primavera, la persona más gentil y amable que le ofreció cuidados ha muerto y  le han enterrado para poderle olvidar….-sonrío mientras observaba las raíces del árbol en carbón sobre el blanco-…pero el árbol de cerezo no puede dejar de recordarle y absorbiendo la sangre  del quién se preocupo por él… ha tomado su esencia convirtiéndola en belleza-susurró-… sus brotes  de flor son más rosas y más delicados, dejarlas ver en primavera es recordarle a sus amigos que su gentileza aún vive en sus corazones-comentó tranquilo el pequeño que tomaba entre sus manos el pincel sonriente-… lamento que no sea la belleza que la gente espera ver en un cuadro-comentó al ver las raíces del árbol penetrar el  cuerpo de un niño que se encontraba muerto bajo la tierra.

-Lamento la muerte de tus padres-la voz parca de Sai había sacado de sus pensamientos al pelirrojo que tomo un poco de la pintura de la tableta para comenzar los finos trazos.

-No hay nada que lamentar, -se sonrojó un poco antes de proseguir-no puedo detener mi camino,  recordaré siempre a mis padres, pero no puedo darme por vencido. Este es el camino que yo decidí seguir…-sus labios pronto habían sido callados con un suave beso.

-…Gracias Gaara-y por primera vez en muchos años se disponía a sonreír de manera natural, aquellos ojos aguamarina eran especiales; conocían del dolor y adversidades y las ojeras en sus interminables noches de insomnio seguro eran testigos.

La seriedad de ambos y el silencio en la habitación pronto les había hecho comenzar con aquel cuadro. El lienzo pronto había comenzado a tomar forma en cuanto pasaban los días, besos improvisados, sonrisas sinceras y uno que otra plática mordaz  habían hecho el ambiente lo bastante relajado  hasta que la firma dentro del cuadro había quedado plasmada por parte de Gaara.

Quitó el sudor de su frente sintiendo las manos del mayor colarse por su cintura mientras aspiraba el aroma cítricos sobre la cabeza del pelirrojo.

-¿Encontraste lo que habías perdido?-Sai miró el cuadro recién terminado  dibujando una sonrisa en su rostro

-Tú me lo has dado-no había necesidad de dar más explicaciones-…cuanto más pasaba el tiempo sentía que la vida que vivía era más mierda que otra cosa, busqué ayuda en libros e incluso en personas; por un momento había olvidado que la pintura era mi vía de escape.  No deseaba darme cuenta de la realidad… él jamás iba a volver, pero es momento de seguir mi camino-

-Entonces ese día ha  llegado  ¿no es así?-agregó el pelirrojo sin soltar la mano del mayor.

-Prometo volver-

-No hagas promesas de las cuales no sepas si podrás cumplir,-un besos en su frente y las lágrimas se habían desbordado mágicamente mientras Sai trataba inútilmente de detenerlas con sus manos-…aún así yo te esperaré… sea un año, cinco…o una vida completa… si vuelves con una familia o sólo, por favor búscame-

-Solo la muerte evitaría  no verte, yo vendré por ti…-el pelinegro sonrío de medio lado mientras se acercaba hacia la salida de la puerta.

-Sai… recuerda que…-

…A los alumnos del último grado  favor de presentarse en el auditorio para la entrega de constancias…

La sonrisa de Sai se había ampliado mientras abrazaba dulcemente a Gaara que desesperadamente le había susurrado al oído sus últimas palabras.

-…jamás lo olvidaré Gaara, gracias….-

-Hasta luego-

-Hasta luego-repitió el mayo zafándose del abrazo.

 

La puerta del salón se había cerrado nuevamente dejando al pelirrojo solo en el aula de clases, tomó sus cosas mirando por última vez el tétrico cuadro y río para sí mismo mientras recogía cada uno de los pinceles que había utilizado y habían sido un regalo de Sai.

Leyó nuevamente el nombre del antiguo dueño y miró el cuadro que colgaba en la pared para volver a su labor de limpiar y guardar los objetos en el maletín café.  Observó una hoja doblada caer al suelo  para tomarla nuevamente entre sus manos y abrirla para mirar su contenido.

Una sonrisa se formó en su rostro al terminar de leer la carta guardándola dentro de su bolsillo.

-Eras demasiado egoísta Naruto-

 

 

 

 

Cuando ansiosamente miras hacia atrás  
Y con una sonrisa forzada
La lágrima caerá por tu  mejilla
Te has detenido, es necesario convertirse en un adulto

Yo me convertiré en un árbol de cerezo eterno
Sí, no me moveré de aquí
Incluso si  pierdes  el camino de tú corazón
Tu sabes que dónde está el amor  te estaré esperando.

 

 

 

 

 

 

 

Amane Sai:

Estoy seguro de que cuando leas esta carta ya no habrá marcha atrás,

He estado preocupándome hasta hace poco de la elección que he tomado de mi vida,

Porque mis padres, maestros y amigos no han estado de acuerdo con mi decisión

Es por eso que no regresaré a la escuela secundaria

Porque quiero recordar mis más felices días pintando

Estoy muy feliz de haberte conocido.

Por favor conserva tus sueños hasta el final.

Namikaze Naruto.

 

 

...

 

Notas finales:

Es mi primer SaiGaa, aunque me gusta leerlo escribirlo me cuesta mucho trabajo... perdón si he matado a Naru en verdad... lo lamento.

Pero no lamento hacer solo un capi... proqué despúes me da por escribir de más... XD y eos me da flojera.

Dedicado a Yomi


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