Mire atreves de la ventana, mis manos estaban heladas y ni-san seguía durmiendo plácidamente, algunos mechones de su larga y rubia cabellera cubrían uno de sus ojos, no me atreví a despertarlo. Bese sus dulces y suaves labios y me dispuse a bajar las solitarias escaleras mientras temblaba un poco debido al frio.
-Al- escuche mientras la madera crujía y mi ni-san bajaba aun medio dormido
Lo mire un momento y le dedique una de mis sonrisas, el respondió igual.
-Ne al ¿que desayunaremos?- decía mientras se frotaba los ojos.
-Apenas iba a salir a comprar las cosas- dije mientras tomaba mi abrigo
-¿Por que no te acompaño? Ya estamos los dos aquí ¿no?
Espere a mi ni-san un par de minutos, me sumergí en mis pensamientos un par de minutos, hasta que Ed me abraso por la espalda y me giro, nos quedamos mirándonos un momento, esos ojos dorados me atraían mas y mas hasta que nuestras frentes se juntaron, ni-san soltó una pequeña sonrisa, un par de centímetros separaban nuestros labios, pero no por mucho, fue un beso superficial pero no por eso menos apreciado. Lentamente nos fuimos separando mientras abríamos la puerta principal.
Las calles estaban repletas de gente, de ruido, de olores, pero sobretodo las calles de central estaban atestadas de felicidad, se podía sentir el espíritu navideño por todos lados, amo esa época del año.
Nosotros dos vivíamos felices en central, a veces extrañábamos a winrly, a la tía pinaco y a Resembool, pero no nos sentíamos solos porque ellas dos siempre fueron como una familia para nosotros.
Ni-san aun seguía siendo un perro de los militares pero se tomo una vacaciones de su agitada vida para estar conmigo, ahora éramos mas que hermanos, éramos una pareja. Desde que recupere mi cuerpo había estado esperando el momento en el que pudiera sentir el calor de mi hermano, y ahora por fin podía abrazar, tocar, sentir, y besar a mi ni-san, era genial. Mientras caminábamos casi no nos dirigimos la palabra, cada uno se sumergió en sus pensamientos.
-Ne, ni-san ¿que quieres almorzar?-dije para romper ese molesto silencio
-mmm no lo se, tal vez estofado o quizás un baguete, no lo se no tengo mucha hambre por ahora-
- Ho bueno- dije un poco desilusionado pensé que quizá no había de que platicar
Pero no me desanime quería que mi ni-san viera lo que le había preparado. Terminamos de comprar pero hubo algo que quería hacer antes de llegar a casa, tenia que darle algo a ni-san, algo muy importante.
Me detuve en seco frente un parque y bajé un poco la mirada, no sabia como decirle a ni-san lo que estaba pasando.
-al ¿te encuentras bien?- dijo ni-san un tanto preocupado
-n…ni-san…hay algo que quiero decirte-
-¿que? al ¿de que se trata?
- ni-san....yo....he........ Hice algo para ti- en ese momento sentí como mis mejillas se enrojecían cada vez mas y mas
-he?? Dime que es
Se que ha ni-san no le gustan las sorpresas pero me encanta ver como se desespera tratando de adivinarlo, el es tan tierno. Estuvo todo el camino tratando de adivinar pero yo me mantuve lo más misterioso posible, admito que es malo hacerlo sufrir así pero es como una venganza a todos esos momentos en los que me molestaba.
Llegamos a la casa y ni-san estaba ansioso de entrar pero yo lo retuve un par de segundos, quería que el esperara un momento, debía hacer algo.
-Ni-san... ¿puedes esperar un momento?-
-mmm esta bien-
El me miraba un poco molesto y desesperado pero trate de no ponerme nervioso después de todo quería hacer algo especia para ni-san, algo nunca olvidaría.
Después de un rato regrese con mi hermano, el seguía con su cara de curiosidad, era mi oportunidad, salí de un arbusto y me abalance sobre el haciendo que todas las bolsas cayeran al piso
-al por dios no salgas así sin avisar por lo menos grita "hay voy" o algo por el estilo- dijo mi ni-san con una expresión un poco sorprendida, bueno quien esperaría que su hermanito saliera de la nada y te tirara al piso ¿no?
-perdón-dije mientras sonreía
Recogí las bolsas y me levante, ni-san ya se había levantado antes que yo, así que me ayudo con un par de bolsas y abrió la puerta. ejamos todo en la cocina, ambos nos tiramos en el sofá, después de todo habíamos recorrido muchas calles ya que el mercado estaba bastante lejos de nuestro hogar
-al-
-mande?
-¿que es lo que me hibas a mostrar?
Lo habia olvidado por completo, abri los ojos, me levante de golpe, tome a mi ni-san de la muñeca y salí corriendo por la puerta trasera.
-he, ¿al que te sucede?-dijo ni-san mientras corríamos por las calles de esa gran ciudad
-pronto lo sabrás- dije con una sonrisa un poco maliciosa
Después de correr un buen rato nos detuvimos a tomar aire, habíamos recorrido bastante pero se que valdría la pena. Un par de minutos después volvimos a correr pero no tan rápido como antes ahora solo estaba buscando un lugar en especifico.