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El Guerrero Guardián. por hakusan16

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Notas del capitulo:

No tengo mucho tiempo porque voy al dentista :B Pero agradesco a los que se tomaron la molestia de dejarme un review.

Este capítulo va dedicado a esas bellas personitas: mappi, amaya_1313, taiga chan, shinigami31 y tamashiyuki.

¡Va dedicado a ustedes! 

Sin más los dejo leer :)

 

Capítulo 4

El primer día.

 

Los colores oscuros del cielo se tornaron poco a poco de color rojo, amarillo, hasta llegar al azul de mañana. Era un nuevo día para todos los habitantes del pequeño pueblo de Konoha, y como si realmente nada extraño hubiera pasado la noche anterior, todos los habitantes actuaban como todos los días; las tiendas abrieron a la primera hora sus puestos listos para vender, el señor del periódico había madrugado entregando las noticias como cada mañana, el cartero iba de casa en casa colocando los sobres en los buzones y esquivando uno que otro canino amenazador y las personas empezaban su día con una sonrisa, sin embargo, en una casa cerca de las afuera del pueblo, se encontraba un especial muchacho de cabello rubio con el ceño fruncido al ser taladrado en sus oídos por el estridente sonido de su amado despertador en forma de ranita.

-Mm... cinco minutos más...-se removió en entre las dos pequeñas sábanas que tenía.

                Y como si hubiera sido escuchado por los ángeles, el amado despertador se cayó enseguida por un fuerte golpe, ante esto, el ceño fruncido del rubio se aflojó y curvando sus labios en una sonrisa siguió durmiendo.

-Gracias...

15 minutos después.

-¡Dios mío, tengo que ir a la escuela, dattebayo!-y de un saltó, salió de la  ¿cama?

                Qué demonios le había pasado a su cama, estaba mucho más baja que antes, y bastante incómoda además de que se movía mucho al estar parado en ella. Y como si de varias bombas se trataran los recuerdos de la noche anterior cruzaron su mente, recordando a la persona causante de todo esto. En un rápido movimiento le dio una fugaz mirada viendo dormir con mucha confianza en su propia cama al niño de 13 años y cola de diablo. Frunció el ceño al ver que su despertador yacía destruido en la mesita de noche,  ¡era su favorito!

-Maldito teme-susurró poniéndose rojo de la furia- ¡Me las paga...!

-¡Naruto, baja a desayunar que se te hace tarde!-era su abuela desde la cocina, y con solo escuchar la palabra desayuno, su enojo se esfumó tan rápido como había llegado, cambiando completamente su humor para después embozar un hermosa sonrisa que siempre tenía en las mañanas, dejando solo al niño azabache dormir.

                Al bajar las escaleras se topó con su abuelo tomando el café mientras leía el periódico matutino y a su abuela preparándole un platillo para desayunar.

-¡Buenos días, ttebayo!

-Buenos días, hijo-saludo su abuelo sin despegar la mirada del periódico, parecía estar concentrado en las noticias, sin embargo, era todo lo contrario ya que su atención la había captado completamente un anuncio de neumáticos la cual contenía a una hermosa modelo en la foto presentando el producto con una diminuta ropa que no dejaba nada a la imaginación del público.

-Buenos días, Naruto-su abuela se dio la vuelta con el desayuno en mano, topándose solo con su nieto-¿Y el amo Sasuke?

                Inmediatamente, al captar sus oídos ese nombre, un ceño fruncido apareció en su frente mecánicamente.

-¡Oba-chan, no le digas "amo" al teme, no es nuestro amo!-alzó las manos dramáticamente.

                Tsunade suspiró.

-Naruto, Sasuke es un ser del espacio y un personaje mitológico famoso, además de un Guerrero Guardián-comentó colocándole el plato en la mesa-, por lo tanto debemos de tratarlo como se debe-terminó llevándose el plato vacío de su esposo al lavadero.

                Naruto hizo un mojín.

-Pues para mí no es nadie, solo es un teme engreído y orgulloso, dattebayo-e ignorando la mirada molesta de su abuela tomó el tenedor con la intención de comenzar a comer.

-Pues para mí, eres un dobe cabeza hueca.

-¡Amo Sasuke, al fin ha despertado!-Tsunade lo recibió antes de que su nieto hablara y comenzaran una de esas peleas que ya se estaban haciendo típicas-, siéntense, ¿quiere un poco de té?-Sasuke solo asintió para luego sentarse junto con Jiraiya y Naruto, quien este último lo miró enojado.

-Has roto mi despertador-dijo totalmente molesto.

-Sí lo sé, esa cosa solo sirve para romper tímpanos-se encogió de hombros como todo niño inocente, sin embargo, él era todo, menos inocente.

                Jiraiya al escuchar que  se aproximaba una pelea, despegó la vista del periódico y lo asentó en la mesa mirando con una extraña curiosidad al azabache.

-¡Oba-chan! ¿Ya escuchaste?-la mujer lo miró-, tu querido "amo Sasuke" rompió mi despertador, ¡él único que tenía!-acusó como un niño pequeño señalando al culpable con su dedo acusador, quien solo bufó.

                Tsunade sonrió y dijo.

-Luego te compramos otro, Naruto-se dio la vuelta para seguir con sus quehaceres-, no hagas tanto drama por un simple despertador.

                La boca de Naruto se desencajó, mientras que al azabache le causó gracia y lo miró con superioridad al ver que había ganado la batalla... otra vez.

-Saben qué... ya no tengo hambre, me voy, dattebayo-se levantó  de la silla.

-¿A dónde vas?-preguntó curioso el azabache.

                El rubio lo miró.

-¿Qué te importa, teme?-le preguntó enojado, Sasuke apretó los puños.

                Punto para el rubio.

-¡Naruto! ¡No seas grosero con el amo Sasuke!-exclamó Tsunade sin voltearlos a ver.

                Sasuke sonrió, punto para el Uchiha.

-Se va a la escuela, amo Sasuke-habló Jiraiya al fin.

-¿Escuela?-repitió-, la escuela son para tontos-bufó aburrido.

-El tonto serás tú por no ir a una escuela, dattebayo.

                El pelinegro iba a responder, más se limitó ver como Tsunade dejaba caer una sartén en la cabeza de Naruto, quien por supuesto se quejó llevándose las manos al chichón que se le empezaba  a crecer.

-¡Itai, oba-chan, eres mala!-dijo con lagrimones en los ojos.

-Vete de una vez que se te hace tarde-ordenó con una clara vena palpitando en su frente.

                Al parecer el que debería ser un niño era el rubio, ya que era el más ruidoso e infantil de los dos, aunque teniendo en ese momento el pelinegro cuerpo de niño, su carácter era todo lo contrario.

                El tiempo transcurrió lento para el Uchiha, quien no sabía qué hacer. Todo el tiempo estuvo en la casa del rubio escandaloso, realmente no sabía qué día lo vendrían a buscar para que se fuera de una vez por todas de este aburrido lugar, además de que tener cuerpo de niño no le favorecía en nada, no podía hacer nada con ese cuerpo, necesitaba el suyo, necesitaba el cuerpo de un adulto. Maldecía su cuerpo al no poder acostumbrarse a este planeta. Tenía la esperanza de que esto no tardara en desaparecer. En sí las cosas habían pasado tan lentas y aburridas, omitiendo el hecho de que la anciana abuela de Naruto le había llevado ropa del rubio cuando era pequeño, por supuesto que estuvo en contra de llevar la misma ropa que el rubio ruidoso llevó alguna vez, sin embargo, Tsunade le hizo ver que no se había cambiado de ropa, aún llevando unos pantalones holgados de la noche anterior, ya que, no había aceptado ropa del rubio para poder dormir. Y así se la pasó todo lo que quedaba de la mañana, probándose ropa del Uzumaki, viendo que algunas o le quedaban holgadas o muy apretadas, terminando de decidirse por un short blanco un poco más arriba de las rodillas con una camisa pequeña de manga tres cuartos de color azul marino.

-Parece un pequeño caballerito-sonrió con un pequeño sonrojo en las mejillas al ver al pequeño pelinegro que se miraba en el espejo.

                Sasuke trató de ignorar el comentario de la anciana, todo estaba bien, pero le faltaba unos zapatos. Y como si Tsunade le hubiera leído el pensamiento se fue directamente hacia el closet del rubio, hurgando entre la ropa.

-¿Te gustan estos?-alzó el calzado captando la mirada del niño desde el espejo.

                Era unos pequeños tenis de color azul marino con pequeños destalles negros, casi ni se veían, no era muy de su gusto, pero se encogió de hombros tomándolos para luego colocárselos, extrañamente le venían.

-Qué bueno que te haya quedado la ropa antigua de Naruto, aunque esa ropa nunca tuvo una probada-dijo sonriente-, a Naruto nunca le gustaban las ropas formales, siempre quería llevar jeans holgados y  playeras-se le escapó una risita-, hasta la fecha.

                Sasuke solo la miró, pareció ver un pequeño gesto de tristeza en su rostro, más solo fue por unos minutos.

-Bueno, amo Sasuke, yo me voy a hacer el almuerzo, y Naruto no tarda en llegar-se acercó a la puerta-, haz lo que quieras, estás en tu casa-concluyó saliendo de la habitación.

                El pelinegro la vio salir de la habitación para luego respirar con confianza, parece ser que a la abuela de Naruto se le había olvidado una cosa. Sasuke miró su retaguardia de la cual había un pequeño bulto entre el short, hizo un gesto de dolor, y quitándose el pantalón corto, dejó libre su cola la cual enseguida comenzó a danzar con mucha energía. Se le estaba empezando a entumir de tanto que la había dejado aplastada entre la ropa. Y con rapidez, comenzó a hurgar entre los cajones del rubio sacando todo lo que encontraba a su paso, como ropa, pijamas, ropa interior, objetos entre otras cosas tirándolos en el suelo en busca de una inmunda tijera. Una sonrisa cruzó por sus labios durante unos minutos al ver aquel objeto de color naranja. Con agilidad lo tomó entre sus manos y calculándole un poco, le cortó en la parte de atrás del short un hueco lo suficientemente ancho para que pudiera pasar su amada cola. Una vez listo, soltó la tijera por donde quisiera y se colocó el pantaloncillo corto, sacando la dichosa cola que danzó por el aire con felicidad.

                Una vez listo, suspiró y miró a su alrededor, todo estaba en desorden, ropa por ahí, calzoncillos por el suelo, incluso objetos, se encogió de hombro. Se sentó en medio de la cama y prendió la televisión que el rubio tenía en el cuarto.

-¡Llegué dattebayo!-gritó entrando a la casa para dejar su mochila en el suelo encontrándose con su abuela en la cocina poniendo los platos.

-¿Cómo te fue?-dijo sin mirarlo.

-Bien, sin contar que Ibiki sensei nos dejó mucha tarea, dattebayo-dijo angustiado terminando con su típico puchero.

                Se acercó más a su abuela, fijándose de que se encontraba sola, algo que le extrañó bastante.

-¿Y ero-sennin?-preguntó curioso.

-Se fue a la librería, según dijo que habían tenido un problema con las entregas de los libros-comentó mientras comenzaba a servir la comida.

-Mmm...-quedó pensativo-, espero que todo esté bien, hace tiempo que no voy allá, la verdad es que extraño a Gaara-ladeó el rostro sumido en sus pensamientos.

                Tsunade sonrió.

-Naruto, quítate el uniforme y llama a Sasuke para comer, por favor.

                Era ley, con solo escuchar el nombre de ese niño/adulto engreído, su humor cambiaba drásticamente. Con mala gana y a regañadientes, subió las escaleras con pesadez, suspiró antes de entrar a su habitación al escuchar  encendida la televisión de su cuarto, solo esperaba a que todo estuviera bien. Tomó la chapa de la puerta para girarla, para después abrirla.

-¡¡Teme!!

                El grito de su nieto lo escuchó desde la cocina, enseguida una gotita de sudor bajó por su frente, al parecer su nieto nunca entendería, era igual a su padre.

                Los ojos de Naruto veían con terror su cuarto, era un chiquero, tenía playeras, camisas, pantalones, zapatos por doquier, sus libretas y libros de la escuela estaban tirados en el suelo, un sinfín de objetos que se encontraban en su habitación se encontraban regados en el piso. Un violento sonrojo se apodero de sus bronceadas mejillas al ver sus calzoncillos encima de su televisor, rápidamente se fue hacia ellos para quitarlos y esconderlos detrás de su cuerpo, tapando la vista de la televisión al azabache quien se hizo un lado para mirar la dichosa caja negra.

-Dobe, si te quitaras podría ver con claridad la televisión.-dijo inmutándose del rubio enojado.

-¡Se puede saber por qué todo mi cuarto está regado en el suelo, dattebayo!-gritó completamente ido de lo enojado que se encontraba.

                Sasuke se encogió de hombros y ladeó el rostro.

-Solo buscaba unas míseras tijeras...

                ¿Tijeras? Para qué demonios quería unas tijeras... fijó mejor la vista.

-¡Oe! ¡¿Por qué tienes mi ropa?!

                El niño de pelo negro iba a responder más otra voz se interpuso.

-El amo Sasuke necesitaba ropa limpia, Naruto-era Tsunade quien al entrar se llevó la mano al corazón-, y como esa ropa ya no te queda, se la he regalado-suspiró masajeándose sus sienes.

                El rubio se cruzó de brazos totalmente enojado inflando las mejillas completamente indignado.

                Definitivamente,  vivir con un extraterrestre sería imposible para el rubio y eso que apenas llevaba un día...

-¡Amo Sasuke!

-¡Teme, vístete!-gritó tapándole los ojos a su abuela al ver como de un rápido puff Sasuke había vuelto al cuerpo de un adulto, además de que la ropa anterior de niño se había rasgado, quedando semidesnudo.

 

                En un lugar completamente alejado de la casa de Naruto, un pelinegro corría a toda velocidad, esquivando a la servidumbre que pasaba por los pasillos de la gran mansión, para topar con una gran puerta y abrirla sin cuidado.

-¡Padre...!

-Lo sé hijo, lo sé-cerró los ojos tranquilo. Ya era hora.

 

Notas finales:

Casi se me olvidaba, el lunes entro a la escuela, otra vez. Y desgraciadamente, no creo poder actualizar pronto porque empezará de nuevo la tortura, pero haré todo lo posible por tratar de subir un nuevo capítulo los siguientes días, espero que me comprendan. Tampoco voy a dejar este fic incompleto, ya que, la verdad me divierte mucho escribiéndolo.

Por cierto, me siento tan avergonzada ya que anteriormente escribía "Jiraya" en vez de Jiraiya.

Ahora si ya me voy, que se me hace tarde :S

¡Hasta el próximo capítulo! Esperaré ansiosa sus RW


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