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El Guerrero Guardián. por hakusan16

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Notas del capitulo:

Hola a todos, extrañamente he estado actualizando seguido, la verdad es que me divierte mucho escribir esta historia, y las ideas se me viene  a la mente como un montón de bombas.

He leído sus RW y déjenme les digo que cada vez que los leo me dan mucha gracia y alegría, la verdad es que gracias ellos es por eso que actualizo tan seguido.

Este capítulo va dedicado a los que me dejaron sus comentarios:uchihamoonnyu-nichanshinigami31 y tamashiyuki.

Sin más los dejo leer.

 

Capítulo 3

El collar turquesa.

 

Jiraya no podía evitar mostrar su sorpresa, no podía creer lo que estaban viendo sus ojos ya viejos y dañados por los años. Enfrente de él se encontraba el mismísimo Guerrero Guardián de los cuentos que su padre le contaba de chico y que él le contaba a su hijo y ahora a su nieto. El Guerrero Guardián siempre había sido su héroe de la infancia, y ahora lo tenían enfrente de su cara, sentado en la sala de su misma casa, y con una cara de pocos amigos con los brazos cruzados, a decir verdad se imaginaba a un chico más musculoso y de cabellera larga rubia platinada como los mismos dioses, de altura un poco más grande que él, aunque a decir verdad el muchacho era bastante alto, también se imaginaba unos ojos de color verde, mas solo eran negros. Esa tez pálida debía ser bronceada. No pudo evitar dejar escapar un sonoro suspiro de decepción.

                El pelinegro lo miró con un ceño fruncido.

-Entonces, ¿tú eres el Guerrero Guardián de mi nieto?-su decepción fue presenciada ante el chico de ojos negros y cola de demonio.

-Yo no soy Guerrero Guardián de nadie, ni mucho menos de este dobe-señaló con el dedo pulgar al rubio quien hizo un puchero completamente ofendido.

-¡No soy ningún dobe, teme!-lo encaró levantándose del sillón.

-Entonces, uzuratonkachi-sonrió de lado al ver como el rubio se ponía rojo de la furia.

                Definitivamente ese no podía ser el Guerrero Guardián de la leyenda. Se suponía según como su padre le había contado de pequeño que era un hombre elegante, caballeroso y servicial; fiel al que próximo sería su amo. Sin embargo... posó sus ancianos ojos hacia el pelinegro quien solo bufaba con enojo o ignoraba a su nieto, sin embargo, era el todo lo contrario.

                Los vellos de su nuca se erizaron cuando pudo sentir una pesada presencia en su espalda, algo no andaba bien.

-¡¿Por qué hay mucho ruido?!

                Toda su vida pasó enfrente de sus ojos desde que vio la luz por primera vez, su niñez, su adolescencia, cuando conoció a una rubia de pechos grandes a pesar de su aún una adolescente, su noviazgo, su boda, el nacimiento de hijo Minato, y el nacimiento de su nieto, hasta el día de hoy, cuando escuchó la enojada voz del amor de su vida completamente enojada.

-¡O-Oba-chan!-estaban muertos.

                Tanto el abuelo como Naruto rápidamente se alejaron lo más posible de la rubia, más un pelinegro ni se inmutó de la presencia de la rubia siguiendo con los brazos cruzados y con un ceño fruncido.

-Naruto... Jiraya...-su voz era de ultratumba, además de que su cabello no ayudaba, tenía los pelos parados por todos lados, y unas grandes ojeras en su fino rostro- Me dirán ahora... ¡¿quién es este?!-terminó gritando por los cielos, señalando al azabache quien bufó ante el acto.

 

-¿Amo Sasuke no desea más té?

                Una gota bajó por la frente de Naruto y su abuelo al ver como actuaba Tsunade ante el azabache.  Había terminado de contarle todo los sucedido, lo mismo que le había contado a su abuelo, y después de unos segundos Tsunade había actuado tan amable con el Uchiha después de saber de qué se trataba del famoso Guerrero Guardián de las historias que tanto contaba con esmero su esposo.

                El ego de Sasuke subió con velocidad gracias al trato que Tsunade le otorgaba, ya hacía falta alguien que lo tratara como tal, como se debía. Él era superior a los demás así que tenían que tratarlo como un Dios.

                Por su parte, Jiraya estaba más consciente en admirar el collar que llevaba el azabache colgado todo es te tiempo, era un cristal largo de un color azul bajo precioso. Sin duda alguna era la misma de la leyenda...

-Abuelo, y ¿cómo sabrá el Guerrero Guardián que su amo está en peligro?-su abuelo sonrió y le acarició su cabello alborotado.

-Cuando el Guerrero Guardián baja a la tierra, lleva consigo un collar turquesa, ese collar será otorgado al que próximamente sería su amo, el cual cuando tenga el collar y esté en problemas, ese pequeño objeto le avisará al Guerrero Guardián-explicó con lentitud.

-¿Y cómo sabrá quién es su amo?-preguntó más curioso.

-Cuando sea el correcto, el cristal brillará con un esplendor eligiendo así a su protegido.

                Sin embargo, el cristal no había brillado en ningún momento. ¿Eso quería decir que Naruto no era el amo de Sasuke? Con decisión, él averiguaría.

-Supongo que por el momento no tiene dónde quedarse, amo Sasuke, ¿no es cierto?-preguntó con cierto interés, interrumpiendo las peleas entre su nieto y él, y los gritos de su esposa tratando de calmarlos.

                Sasuke lo miró ignorando rápidamente al rubio, mas no respondió la pregunta del anciano, quien al ver que no contestaba prosiguió.

-Si es así, podría quedarse hasta los días que usted guste, sería un honor servirle-bajó la mirada haciéndole una reverencia, ignorando el hecho de que su esposa Tsunade lo veía con no muy buenos ojos.

                A Naruto se le desencajó su mandíbula.

-¡¿Qué?!-exclamó levantándose del sillón de golpe llamando la atención de sus abuelos- ¿Acaso estás loco Ero-sennin, dattebayo?-no cabía en sí-¡Es un teme! ¡Un baka engreído!-señaló al pelinegro quien chasqueó la lengua apunto de responder.

-¡Naruto!-llamó su abuela- No le hables así al amo Sasuke-regañó.

                El ceño que anteriormente tenía fruncido se hizo más pronunciado mientras que una venita en su frente aparecía.

-¿Acaso están todos locos?-alzó los brazos desesperado.

-Deja de hacer tanto drama, uzuratonkachi-le calló Sasuke, recibiendo una furiosa mirada de color azul.

-¡Tú no debes de estar aquí ttebayo!-apretó los dientes, alzando los puños amenazadoramente.

-¡Naruto!-esta vez era su abuelo- Creo que ya es hora de que te vayas a dormir-acto seguido se levantó del sillón directo hacia su habitación no sin antes decir-, por el momento, si el amo Sasuke no tiene ningún inconveniente, se quedará a dormir en tu habitación-Naruto iba a reclamar, sin embargo la mirada enojada de su abuela lo calló.

                Tsunade lo imitó no sin  antes llevar las tazas de té a la cocina.

-Puede dormir en la cama de Naruto, amo Sasuke-aclaró Tsunade una vez que salió de la cocina.

                Una sonrisa de satisfacción en el rostro del azabache se hizo presente.

-¡Nani!, pero abuela, en ¿dónde voy a dormir yo ttebayo?-miró suplicante a su abuela quien se encogió de hombros.

-Puedes en el sofá, o sacar el colchón inflable que tienes en el closet guardado-con eso dicho, le dio un beso en la mejilla a su nieto-. Buenas noches, no te duermas más tarde que mañana hay clase-dijo desapareciendo entre su habitación.

                Naruto se quedó de piedra. Sus abuelos lo habían cambiado por un personaje de la ciencia ficción salido de un cuento de hadas.

-Oye dobe-llamó-, ¿dónde está tu habitación? Estoy bastante cansado, sabes.

                Y eso fue la gota que derramó en baso. Un ceño fruncido se formó en su frente con gran esmero.

-Mira tú, teme-señaló con enojo al Uchiha-, el hecho de que seas un personaje mitológico, no quiere decir que te robaras mi habitación, mi cama y sobre todo a mis abuelos ttebayo-comenzó a picar con el dedo acusador el pecho del mayor.

                Sasuke alzó una ceja, ¿robar a sus abuelos?

-Así que NO te acostumbres, ¿entendiste?-encaró enojado.

-Que tonterías andas dicien...

                Y en un puff el cuerpo de Naruto se había hecho más alto que el de Sasuke.

-¡¿Qué?!-gritó enojado sorprendiendo a Naruto-¿¡Otra vez en el cuerpo de un enano!?

                La frustración que mostraba en ese momento el pelinegro le causó mucha gracia al rubio que al pensarlo mejor, podía ahora vengarse.

-¡Ahora sí me podré vengar por todo dattebayo!-gritó amenazante con el puño en alto.

-¡Oe!, dobe, ¡cálmate!

 

-¿Me podrías explicar que fue lo que sucedió en la sala?- su esposa estaba enfrente de él poniendo las manos en la cintura esperando una explicación.

-Oh vamos Tsunade, no seas tan dura, mira que tener al mismísimo Guerrero Guardián en nuestra casa, nos trae muchas ventajas-terminó con una sonrisa.

-¿Qué tipo de ventajas hablas?-enarcó una ceja interrogadoramente.

-Nos podría salvar cuando estemos en aprietos, además a Naruto le hace falta una compañía-al decir lo último un claro gesto de tristeza de hizo presente.

                Tsunade ignoró aquello.

-No sé qué te traes en manos, pero espero que no sea nada malo, viejo-terminó metiéndose a la cama para dormir.

                Jiraya se quedó pensativo, en realidad, quería saber si su nieto Naruto era el elegido para Sasuke...

 

Notas finales:

Bueno, eso a sido todo por el momento. Esperare muy emocionada sus reviews, ya saben que si les gustó déjenme un comentario y si no, también.

¡Hasta el próximo capítulo!


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