Trampa
Me siento en la cama reposando en la cabecera, mis rodillas hacen contacto con mi mentón mientras muerdo mi labio inferior. Estoy en pijama, una camiseta y unos bóxers, y aunque hacen más de 20 grados en mi habitación, estoy tiritando. Estoy sudando, pero no estoy segura que sea por el calor. Estamos a mediados de Julio, y ha estado así de cálido todo el verano. Honestamente, no creo haber sudado así en el último mes y medio, no como lo estoy haciendo ahora. De verdad, no sé por qué. Son las tres de la madrugada y es un misterio porque sigo despierta y sentada aquí, puesto que ninguna razón aparente llega a mi mente. Miro mi celular, como está hecho pedazos junto a la pared, y es en ese instante que lo ocurrido la noche anterior regresa a mi mente.
“Sam, regresaré a Seattle,” Dice Carly, casi como si estuviese sonriendo. Aunque ya no sabría si lo está haciendo en realidad, esta es la primera vez que se de ella en cinco años. “Mi abuelo dice que puedo graduarme en Ridgeway con ustedes chicos. Será tal como antes, quizás incluso podamos hacer ICarly nuevamente.” No sé qué es lo que espera que responda a esto, con todo lo que pasa por mi mente, ni siquiera sé si deseo decir algo en lo absoluto. “Sam, ¿Estás ahí? Puedo escucharte respirar.”
“¿Cuándo regresas?” Digo bruscamente. Puesto que estoy tan enojada y molesta con ella que quiero saber cuándo volverá a mi vida, y creo que no me podría importar menos pues ella no ha estado aquí los últimos cinco años. Me sorprende que incluso tenga mi número. “¿Cuándo estarás aquí?” Pregunto con un tono tembloroso porque no se cuanto más pueda aguantar antes de quebrarme y gritarle por abandonarnos, por no hablarnos.
“Regresaré en el vuelo de la mañana, estaré en Seattle cerca del medio día. Spencer irá a recogerme al aeropuerto. ¿Iras con él?” agrega, es como si desease que fuese, y la verdad es que no se si podre. Como si pudiese leer mi mente, continua, “por favor Sam, me gustaría que vallas, y lleva a Freddie. De verdad los extraño a ambos.”
“Ahí estaré Carly, lo prometo.” Me maldije mentalmente y corte antes que ella pudiese responder algo que me confundiese más. Antes de darme cuenta de lo que había hecho, mi celular se estrelló contra la pared opuesta de mi habitación, y cayó al suelo en pedazos. Me hice un ovillo y lloré hasta que caí dormida.
No sé por qué desperté, pero no pude volver a dormir. Así que aquí estoy, preguntándome que ocurrirá cuando valla con Spencer al aeropuerto. Un sinfín de emociones viaja por mi cerebro, y no puedo elegir solo una para sentir, porque no se que debería sentir en un momento como este. Estoy molesta porque ella no peleo mucho que digamos cuando su abuelo se la llevo a Yakima por considerar que Spencer era irresponsable. Nos dejo a Freddie, Spencer y a mi atrás, y lo que es peor, ni una palabra en cinco años.
Al mirar al reloj noto que he estado pensando por dos horas. Suspiro y me levanto de la cama, tomando algo de ropa antes de dirigirme al baño que comparto con Melanie cuando vuelve de vacaciones del colegio a casa, como ahora. Mi clon deberá volver a su colegio en dos semanas más y la extrañaré. Nos hemos vuelto mucho más cercanas desde que Carly se fue, lo que me hace preguntarme si intentaba llenar el vacío que dejo mi mejor amiga. ¿O es que acaso ahora era mi antigua mejor amiga? Sea como sea, estaba arreglando las cosas con mi gemela.
El agua tibia relaja mi agitada mente casi al punto de hacerme dormir, pero no puedo. No ahora que sabía que Carly Shay estaría en Seattle en casi siete horas. Mis ojos se abrieron por completo cuando escuche la puerta del baño, la silueta de Melanie al otro lado de la cortina. “¿Por qué estas levantada tan temprano?” ella susurra, recorriendo su rutina matinal. Olvide que se despierta a una hora irrazonable. “Por lo general duermes como un zombi”.
Me encojo de hombros recordando que no puede ver a través de objetos sólidos. “No puedo dormir,” le digo, discutiendo con las palabras que desean ser escuchadas. No soporto esto. “Carly regresará,” agrego, “así que decidí que si no puedo dormir, al menos puedo revisar en mi mente un posible desastre antes que ocurra.”
“¿Es por eso que escuche un golpe en el otro lado de la pared?” sumerjo mi cabeza bajo el chorro de agua para enjuagar el champú y finjo que no la escuche. Desafortunadamente, ella no planeaba dejarme escapar tan fácilmente. “¡Samantha!” Sisea. “¿Qué fue lo que rompiste?” cuando abro mis ojos su cabeza esta asomándose, mirándome. Le lanzo agua y me río a medida que ella se aleja de la ducha para secar su rostro. “¡No es gracioso!”
Miro hacia otro lado. “Si es que debes saber, Melanie, rompí mi celular porque le prometí a Carly que estaría con Spencer en el aeropuerto para ir a buscarla.” Sé que hizo el gesto de girar sus ojos, pero no se lo recrimino. En vez de eso, me quedo bajo el grifo por otros dos minutos antes de cortar el agua por fin y salir de la ducha. Melanie está apoyada en el lavamanos, lavándose los dientes, al momento que me envuelvo en una toalla y regreso a mi habitación.
Entro en el departamento de los Shay sin tocar la puerta, como siempre lo he hecho, solo para encontrar a Spencer trabajando en su última escultura. Tiene un reloj gigante en una silla donde puede ver la hora sin girarse, seguramente para asegurarse de no llegar tarde al aeropuerto para buscar a Carly. Me dirijo directamente al refrigerador y saco una soda. Luego que Carly se fuera cambie algunas cosas de mi misma. Reduje mis porciones de comida, empecé a hacer ejercicio, deje de burlarme de Freddie, comencé a tomar atención en clases, y deje de meterme en problemas. No sé porque cambie en lo absoluto. Carly no lo apreciaría de todas maneras.
Me siento en el sillón, apoyándome en el respaldo para poder ver a Spencer trabajar. Creo que no me ve, de hecho, creo que ni siquiera sabe que estoy aquí, pero no quiero asustarlo y hacer que haga un desastre. La puerta se abre y entra Freddie, por fin le llego la pubertad y se ha convertido en uno de los chicos más atractivos del colegio. Me mira de una manera extraña antes de inclinarse y besarme, lo que hace que me pregunte si se debe a que Carly regresara. Él supero su enamoramiento luego que Carly se fue, y comenzamos a salir hace dos años. Lo sé, quien se iba a imaginar que yo estaría saliendo con Freddie Benson, el chico a quien siempre maltrate. Para ser honesta, no estoy enamorada de él, me agrada, puede que incluso lo ame, pero es solo eso, y sé que él siente de la misma manera por mí. No me malentiendan, besa estupendamente y es un novio maravilloso, pero él no es “el indicado”.
“¿Qué ocurre?” susurro cuando se aleja. Se encoje de hombros y simplemente toma mi mano, entrelazando sus dedos con los míos. Me pregunto si él siente que Carly es la indicada para él, que nunca debió haberse dado por vencido, pero no le pregunto. Es suficiente tener que lidiar con un millón de sentimientos y pensamientos propios. Al volver a mirar aquel reloj gigante, noto que son las once y miro a Spencer. “Spencer, ¿A qué hora nos vamos?” le pregunto.
Da un salto y me mira. Tenía razón al sospechar que él no sabía que yo estaba ahí. Me mira confundido, levanta una ceja y se fija en el reloj, casi derrumbando su escultura al apresurarse a su habitación. Supondré que estaba tan ensimismado en su trabajo que no noto el paso del tiempo. Cuando regresa, está usando una camiseta distinta, una sin pintura. “Perdí la noción del tiempo, lo siento” dice casi sin levantar su voz cuando nos adentramos en el ascensor.
El viaje en auto es silencioso, todos estamos nerviosos por el regreso de Carly. Spencer no la ha visto desde que se fue, tal como el resto de nosotros, y me da curiosidad el si Carly ha pensado en lo absoluto en alguno de nosotros. La mano de Freddie esta suelta en la mía, solo mirando al mundo por la ventana. Apenas puedo imaginar lo que está pasando por su mente en este mismo momento.
El aeropuerto es todo gentío y ruido, pero Spencer nos guía al lugar que Carly le señalo que estaría en un mensaje de texto, y de pronto, el esta apurándose. Freddie y yo nos quedamos a una distancia considerable de los hermanos, separando nuestras manos que antes estaban unidas, viendo como Spencer levanta a su Hermana para girarla en el aire. Ella solo ríe hasta que su hermano la pone de vuelta en el piso, mientras yo incómodamente me balanceo de un pie al otro. Todo mi autocontrol es necesario para no ir y gritarle, para no armar un escándalo, y sé que a Freddie le ocurre igual. Lo miro fijamente, directo a su pálida piel, esperando que huya para vomitar. Tal como lo esperaba, unos segundos más tarde, salió corriendo al baño.
Spencer se retira unos cuantos pasos hacia su izquierda de manera que Carly me pueda ver. Ambas permanecemos ahí de pie como idiotas, incapaces de movernos, hasta que Spencer la empuja en mi dirección. “Hey,” murmura, me sorprende que sea capaz de escuchar algo en lo absoluto en este lugar. Una sola palabra de sus labios me tiene a punto de explotar, de gritarle y hacerla sentir culpable por habernos dejado atrás, sin siquiera contactarnos, pero no puedo hacerlo.
Le respondo con un simple “Hola” y puedo ver como las lagrimas se forman en sus ojos. Pero no la he visto durante tanto tiempo, que ya no se qué siente, ya no la puedo leer como un libro. ¿Acaso ya sabe mentir? ¿Sigue siendo la niña buena? No sé nada de ella, lo que probablemente significa que ya es tiempo de llamarla mi antigua mejor amiga.
“Intente volverte a llamar anoche,” dice tranquilamente. “¿Qué le ocurrió a tu teléfono?” me encojo de hombros. No quiero que sepa que lo rompí porque estaba enojada porque ella regresaría. Ella asiente como si comprendiese, no insistiendo más allá. “¿Dónde está Freddie?” no sabe que estamos saliendo. No sabe que ya la olvido. Puedo notar por la mirada que me da, esa mirada preocupada, que espera que Freddie aparezca y salte sobre ella, abrazándole y rogándole que no vuelva a irse, que se quede con él. Sé que no es eso lo que ocurrirá.
Es en ese momento que Freddie regresa y se queda viéndola, pero donde antes hubo un amor loco y obsesivo ahora esta una mirada firme, es entonces que se que el ya no está enamorado de ella. Freddie Benson ha crecido. Carly se ve visiblemente aliviada, pero aun así lo abraza y besa su mejilla. Sonríe nervioso, haciendo lo mismo un momento antes de alejarse. Finalmente, me abraza. Lucho tanto para no empujarla y gritarle que no tiene derecho de hacerlo, pero no puedo hacerlo. Ella ha estado alejada el tiempo suficiente. Así que la abrazo sin mucha fuerza.
Ella se aleja y notamos que Spencer ya desapareció para ir en busca de su equipaje. Carly mira en nuestra dirección. “¿Cómo han estado chicos?” pregunta. “Ha cambiado algo desde que…” levanto mi mano, interrumpiéndola. Esté va a ser el punto decisivo de nuestra amistad. Freddie parece saber que estoy a punto de provocar una escena porque comienza a hablar de cuanto la extraño. Lo miro, deseando golpearlo, pero eso iría en contra de todo lo que he estado trabajando. La violencia no era ya lo mío, a menos que fuese absolutamente necesario.
Spencer regresa y comenzamos a caminar hacia el estacionamiento. Tomo la muñeca de Freddie y lo obligo a quedar rezagado junto a mí hasta que estamos a una distancia segura de Carly y Spencer. Me mira y suspira, su nerviosismo es reemplazado entonces por tristeza. “Ya no la amo,” murmulla. “Estoy feliz que así sea, ¿Sabes?” levanto mi ceja. “Te Amo Sam, de verdad que sí. No quería ser de ese tipo de sujetos que dejan a una chica por otra, especialmente cuando son mis mejores amigas.” El no tiene que decirlo, pero ambos lo sabemos. Como dije antes, no estamos ·enamorados· pero nos amamos, y honestamente puedo decir que lo amo, sin importar lo que lo haya hecho pasar. “¿Se lo diremos?” me pregunta.
Sacudo mi cabeza. “Si sale el tema, se lo diremos. Acaba de regresar.” No quiero mantener secretos, pero no vamos a simplemente decirle que llevamos saliendo por un buen tiempo. Además, probablemente no le interese. No le importo mientras estuvo fuera, así que ¿por qué le importaría ahora?