Conociendonos. por Erick

En un día tranquilo como cualquier otro, Tony Stark se encontraba en su
oficina atendiendo los asuntos como presidente de su compañía, mientras
una idea rondaba por su cabeza, una idea que involucraba a un pequeño de
penetrantes ojos verde esmeralda.

La mente de Tony se encontraba sumida en sus pensamientos cuando, de
repente, la gran puerta doble de madera se abrió de para en par con un
estrepitoso sonido, el cual hizo que Tony retornara a la realidad y
fijara su mirada en la entrada de su oficina, para observar la aparente
figura de un niño abrirse paso mientras la secretaria trataba de
detenerlo

-¡niño no puedes pasar!- le decía, al tiempo que lo sujetaba.

-¿Cómo te atreves a tratarme así?- reprochó, -Insig…-. Cuando Tony interrumpió
- ¿Qué haces aquí Erick?- y miró al pequeño con aparente enojo.

-Y-Yo solo… - intento justificarse.

Tony llamó por el nombre a su secretaria y dijo –Amanda, está bien, lo conozco, puede retirarse-.

-Entendido señor- respondió y se retiró a su puesto.

Cuando la secretaria salió, cerró la puerta tras de sí; el silencio invadió la
oficina en la que solo se encontraban Tony y Erick. Súbitamente
Tony le dijo que se acercará al escritorio; el pequeño comenzó a
aproximarse, mirando a Tony con un dejo de ansiedad.

Mientras Erick se acercaba y lo miraba, Tony recordó cómo lo había conocido y cómo llegó a su vida…

Hace ya varias semanas Tony se encontraba en una recepción y cena organizada
por el lanzamiento de una nueva tecnología de su compañía, sin darse
por enterado de lo que se suscitaba en su mansión, ubicada a las afueras
de la ciudad en un risco sobre el mar; terminada la recepción a la que
asistió, Tony regresó a su mansión, en el momento en que detuvo el auto
frente a su casa sintió que algo extraño pasaba y unos instantes después
una intensa luz ilumino todo a su alrededor y un sonido como el de una
explosión se hizo presente en el lugar; Tony no sabía lo que estaba
sucediendo, pero no estaba dispuesto a dejarse sorprender e
inmediatamente activo el dispositivo que lo transformaría en el héroe
conocido como Ironman, su armadura lo cubrió completamente y emprendió
el vuelo para observar de un lugar más alto lo que pasaba, en ese
momento y sin saber de donde una especie de proyectiles lo golpearon, no
pudo distinguir lo que fue, simplemente observo a su alrededor y
entonces vio una figura parada cerca del filo del
risco, aquella figura llevaba un traje extraño y algo que cubría su
rostro, así que no pudo identificarlo , de un momento a otro el
desconocido comenzó a moverse y una columna de
agua proveniente del mar se levanto e intento golpear a Ironman, éste la
esquivo y lanzó un rayo a su agresor con la intención de aturdirlo,
pero este logró esquivarlo y entonces con otros movimientos desprendió
rocas del filo del risco e intentó golpear de nuevo a Ironman,
él lo esquivo y con sorprendente velocidad se coloco detrás del agresor
y lo sujetó para impedir su movimiento, este empezó a gritarle diciendo:

-Suéltame, no permitiré que me atrapes y destruyas mi mundo; ¡tú, servidor del maligno!- forcejeaba sin lograr soltarse -a
pesar de que logre huir, me has seguido, pero prefiero morir antes que
entregarme-. Tony escuchaba lo que decía y entonces comprendió que aquel
personaje huía, estaba asustado y confundido.

-Yo no soy tu enemigo- trató de explicarle, -clamat…-; en ese momento y
antes de que pudiera decir nada más, ese personaje movió sus manos y una
llamarada lo envolvió, haciendo que Ironman lo soltara por la sorpresa,
se separaron y quedaron mirándose a cierta distancia, entonces Ironman insistió:

-Yo no soy tu enemigo, no voy a hacerte daño- le explicó, -puedes confiar en mi-.

-¡Noooo!- gritó el desconocido, -no puedo confiar en nadie y mucho menos en
alguien que oculta su rostro tras una armadura, no, no puedo- y calló,
-además, tú me atacaste y- y –y…-.

-Tú me atacaste primero, yo solo me defendí- respondió Ironman, -pero si
hay alguna manera en la que te pueda convencer, dímela, como ya te dije,
no soy tu enemigo- propuso.

El desconocido pensó por un momento y dijo –quítate la máscara, déjame ver tu rostro y tal vez crea lo que me dices-.

Tony lo pensó por un momento y accedió a hacerlo, soltó los seguros de su
máscara y se la quitó, mostrando su rostro al desconocido para que así
él confiara en sus palabras.

El desconocido, miró el rostro de Tony sin decir palabra alguna, es más se
podría decir que se quedó atónito; sin previo aviso aquel personaje se
desplomo en el suelo y quedó inconsciente, Tony se acercó a él y en ese
momento notó que tenía una herida en su costado y que estaba sangrando
–puede ser grave- pensó e inmediatamente lo levanto en brazos y lo llevó
al interior de la mansión, donde no había nadie más que ellos dos ya
que toda la mansión era automática, nada extraño para la casa del dueño
de la compañía que fabricaba la mejor tecnología existente.

Una vez en el interior de la mansión, Tony llevó al desconocido al cuarto
de huéspedes y lo colocó en la cómoda cama, abrió un armario y saco un
botiquín de primeros auxilios, se dispuso a curar la herida de aquel
personaje y para ello le quitó lo que cubría su rostro, para descubrir
que apenas era un niño de más o menos unos 10 años por lo que se podía
calcular con piel de un color muy claro y cabello rubio brillante, Tony
se quedó helado de la impresión, ¿cómo era posible que un pequeño como
él estuviera involucrado en un asunto, al parecer muy peligroso?, retomo
la labor de curar sus heridas y lo despojó del estropeado traje que
llevaba, dejando al descubierto su frágil cuerpo, examinó y limpió con
cuidado la herida de su costado, se sintió aliviado al constatar que la
herida no era profunda y la vida del pequeño no corría peligro, la
sangre que rodeaba la herida la había hecho parecer más grave de lo que
en realidad era y el pequeño seguía inconsciente, posiblemente por que
estaba exhausto con todo lo que debió haber padecido.

Tony se encontraba sentado en una silla a un lado de la cama contemplando al
niño y pensando lo que tendría que hacer; en ese momento el pequeño
empezó a abrir sus ojos pero Tony no lo notó ya que se encontraba
absorto en sus pensamientos; el pequeño al abrir sus ojos observo a Tony
fijamente y con admiración, sus mejillas se ruborizaron ligeramente,
parecía encantado con la figura de aquel hombre sentado a su lado y con
el cual había luchado no hace mucho por una confusión; se percibió que
ya no llevaba lo que le cubría el rostro y súbitamente se sentó, en ese
momento Tony se percató de que el niño había despertado.

-Tranquilo todo está bien, estas a salvo, yo no voy a hacerte daño- le dijo Tony
para que no se asustara –Mi nombre es Tony Stark y ésta es mi casa-
dijo, mientras el niño lo miraba con sus grandes ojos color verde
esmeralda, -trata de no moverte mucho ya curé tu herida pero no queremos
que se vuelva a abrir ¿verdad?-.

En ese momento el pequeño se dio cuenta de que no llevaba la ropa con la
que había llegado, pero antes de que pudiera decir algo –Yo te quité la
ropa que llevabas para curarte, además estaba rota y manchada con
sangre- explico Tony, -espero que no te moleste, además te puse una de
mis camisas ya que no tengo ropa para niño en casa-.

-¿un niño?- pensó el pequeño, -¡yo no soy un niño!- le replicó a Tony, éste
lo miro sorprendido, -aunque no lo parezca, ya tengo 101 años y en mi
mundo
ya soy mayor de edad- le dijo un tanto enojado por la confusión, de
inmediato su expresión de enojo cambió, miró a Tony y le agradeció por
haberlo curado y por haberle prestado ropa.

-¿quién eres?, ¿de dónde vienes?- le interrogó Tony –cuéntame lo que te sucedió -.

El
pequeño lo miró –está bien, voy a confiar en ti y te diré lo que pueda-
y empezó a contarle –Mi nombre es Erick y el mundo del que vengo
es Drack Stone, mi mundo, mi hogar- dijo con una mirada de tristeza,
-la-la verdad es que huí porque me persiguen, el maligno y sus hombres
pues quieren conquistar mi mundo y si eso llegará a suceder, todo
estaría acabado; si llegan a atraparme podrán…- el pequeño guardo
silencio y en su mirada se podía ver su preocupación y el temor.

-¿qué podría pasar si te atrapan?- preguntó Tony.

-No, no te lo puedo decir, ya he dicho demasiado al respecto- dijo, -ya no quiero hablar de ese tema- añadió.

-Entonces… ¿puedes contarme sobre los poderes que usaste cuando peleaste conmigo?-
Preguntó intrigado Tony –observe que usaste agua y rocas para atacar,
además te envolviste en fuego-.

-bueno, eso te lo puedo contar; yo puedo controlar los elementos como el agua,
fuego, tierra, aire y además el metal- fantástico ¿no te parece?

-Muy interesante y admirable- respondió Tony –gracias por contarme tantas
cosas, pero por ahora será mejor que descanses, aún debes estar
exhausto- dijo mientras lo miraba y se ponía de pie, -te traeré algo de
comer luego, pero por lo pronto me retiro, quedas en tu casa- y dio un
paso para marcharse.

-¡¡Espera!!- dijo Erick con un sobresalto –acércate, por favor-, Tony se
acerco más a la cama en la que se encontraba el pequeño, -te quiero
agradecer adecuadamente todo lo que has hecho por mi- el niño se puso de
pie en la cama y soltó unos cuantos botones de la camisa que lo cubría,
entonces abrazo fuertemente a Tony por el cuello
ante la mirada perpleja de éste, -te ofrezco todo de mi, toma mi cuerpo
y me estregaré por completo a ti- le dijo al oído aún abrazándolo
fuertemente.

Tony no sabía que hacer, era la primera vez que algo así se le presentaba,
lo pensó y respondió calmadamente, tratando de evitar la situación –No
hace falta que hagas esto Erick , te ayudé porque era lo correcto y
no espero que me lo compenses; no te tienes que forzar a hacerlo-
argumentó para que desistiera de su propósito.

-No,yo quiero hacerlo- respondió al tiempo que se colocaba frente al rostro
del hombre al que abrazaba para mirar directamente a sus ojos, -no me
estoy forzando, la verdad es que… tu me gustas y te deseo desde el
momento en que mire tu rostro y vi lo formidable
que eres- lo miró y prosiguió –eres fuerte y amable y en este momento
nada me haría más feliz que el hecho de que me hicieras tuyo- en ese
momento se acerco al rostro de Tony para darle un beso en los labios al
tiempo en que entrecerraba los ojos.

Tony lo detuvo –lo siento, no puedo hacerlo- dijo al tiempo en que sujetaba
con delicadeza los hombros de Erick y lo depositaba de vuelta en
la cama para cubrirlo con la frazada, -no es mi intención ofenderte,
pero esto no es habitual en este mundo- le explicó –hablaremos luego-
acaricio su cabeza, dio media vuelta y se retiró, dejando a un
acongojado pequeño en la habitación.

Una vez en su habitación Tony notó que su corazón se encontraba acelerado,
¿Qué efecto había causado aquel pequeño en él?, le intrigaba el pasado
del, ante sus ojos, niño que había conocido esa
noche, pero sentía que podría ser mas que ese simple hecho lo que
aceleraba su corazón, se recostó en la cama mirando hacia el techo y
pensando en su pequeño invitado, luego se quedo profundamente dormido.

Por la mañana el sonido de un despertador sacó a Tony de su sueño, se
levantó y mudó su ropa, se dispuso a ir a la cocina para preparar el
desayuno cuando al entrar en ella vio varios de los aparatos
estropeados, se dirigió al cuarto de huéspedes donde había alojado a su
invitado mientras por su camino encontraba más aparatos fuera de
servicio; entró en la habitación para descubrir al pequeño aun dormido,
se aproximó a él, que dormía plácidamente y con un rostro, el cual con
solo mirar se diría que no es culpable de nada, al contrario, se veía
encantador y angelical.

-Erick , despierta- dijo Tony en tono sutil, -despierta, ¿qué es lo que sucedió?- volvió a insistir.

Erick abrió lentamente sus ojos y al mirar a Tony sus mejillas se ruborizaron
ligeramente, entonces tomó asiento en la cama -¿qué sucede Tony?- dijo
aún soñoliento, -¿estas enojado, acaso hice algo malo?- pregunto
preocupado por la reacción de su anfitrión.

Tony notó su preocupación, -solo quiero saber lo que sucedió con los
aparatos en la casa y si tu tienes algo que ver con eso- dijo
calmadamente Tony al tiempo en que abría las cortinas de la habitación
para dejar que la luz iluminara el cuarto y se aproximaba de vuelta
cerca de la cama para escuchar la respuesta del pequeño.

-Yo, yo… yo…solo quería averiguar como funcionaban esas máquinas pero no era mi
intención dañarlas- trató de explicar el pequeño mientras bajaba la
mirada, -¡¡Lo siento mucho!! No era mi intención hacerte enojar- dijo y
lo miró con los ojos un tanto humedecidos.

-Note preocupes, no estoy enojado- intentó calmar al niño, -¿tienes
hambre?- le preguntó para cambiar de tema, -¿qué te gustaría comer?