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La noche de los demonios. por __Kaname__

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Notas del fanfic:

Y se supone que kaname esta trabajando en latenia de invierno XD

Notas del capitulo:

Hola!!!! Kana presentando su nueva –y retorcida – creación, “La noche de los demonios”,  espero q sea de su agrado pues lo hizo con mucha dedicación tomando en cuenta de que debería estar estudiando para su examen de matemáticas nwn pero bueno…. mmm trato de mostrar una Inglaterra repúgnate más que nada así q espero q les guste, hay sexo, si pero no es algo hecho con amor, es casi una violación si me lo preguntan tomando en cuenta las habilidades que atribuí a sebas, a y cierto, kana lo escribió para un concurso en mundo yaoi –obviamente no ganó XD- pero quería compartirlo con vosotras y pues las bases eran simples, teníamos que escoger uno de los 7 demonios de uno de los 7 días de la semana y escribir sobre él, yo elegí a Frimost, el demonio de la venganza y pues sin nada más que aclarar, supongo que pueden pasar a leer. Una vez más, disfrútenlo!!!!

Ya no había retorno para ninguno de los corderos destinados al sacrificio anual a la noble bestia. La macabra noche de los demonios se acercaba a pasos agigantados…

 

 

 

Todo era oscuridad, barrotes, gemidos, peste, hambre y gritos, nada más. La fatal noche donde los “escogidos” tendrían el honor de ser sacrificados había llegado tan rápido que ninguno de los prisioneros lo notó o, era quizás porque en las penumbras de la bodega donde estaban no podía saberse la diferencia de día o noche, minuto o mes, dormir o morir, sadismo o deber, hombre o mujer… Todos eran iguales allí ante los ojos del guardián y por ello, los horrores que se vivan eran una pesadilla en vida.

 

 

 

Se podía haber muerto hace días en el regazo de un compañero de jaula y este no se enteraba hasta que las carnes del cuerpo comenzaban a caer y a apestar en toda la habitación. Otras veces tenían suerte si el verdugo recordaba darles una pieza de pan y agua turbia y como no, escapar de sus borracheras que incluían macabras horas de sexo, violaciones donde no importaba el género sino, cuan indefensa la desventurada víctima que se le cruzara en el camino. Estupro del que con suerte se salía vivo y se sobrevivía la noche desangrándose por las múltiples heridas provocadas o alguna infección contraída.

 

 

 

Noches eternas que tocarían su final en la noche de los demonios donde los nobles ingleses que seleccionaron con cuidado a cada sacrificio, acudían al enorme salón disfrazado de inocente baile de temporada y disfrutaban del espectáculo anual, la tan esperada matanza con dos finalidades, la morbosa satisfacción de sus ímpetus que piden sangre y agonía y lo más importante, algo más profundo que vulgar diversión, el llamado de plegaria a sus señores, los amos que les habían concedido toda aquella fortuna, poder y reputación por sólo unos cuantos corderos, eso sí, cada señor tenía su preferencia especial en lo que a especies de ganado concierne.

 

 

 

Simplemente, la fecha más importante del año para la brujería británica y la adoración al   demonio.

 

 

 

La mansión anfitriona se fue llenado de gente muy importante, la crema y nata de la Inglaterra victoriana y visitantes de otros rincones de Europa y América, con vestidos de tela hecha en China y diseñados en París, joyería fina de la India, carrosas de la mejor madera brasileña y caballos árabes, servidumbre de todas las nacionalidades y colores de piel, una fiesta de interculturalidad en los exquisitos diálogos acompañados de champaña francesa y vodka ruso. Sin embargo, en la parte baja de la residencia, en un salón más profundo que el sótano mismo, se preparaban los últimos arreglos para la verdadera fiesta, licor, drogas, rameras, animales negros y niños, indispensables para asegurar el éxito de la reunión.

 

 

 

A las 10:00 pm en el apogeo de la fiesta en el piso superior, algunos de los invitados comenzaron a perderse en los pasillos de la casona y acababan en una habitación del subsuelo.

 

 

 

Muchos de los nobles se aburrieron pronto de las prostitutas contratadas y comenzaron a jugar con los sacrificios más lindos a pesar de lo desnutridos y sucios que estaban. Se acercaban a escoger con la sagacidad de un niño al elegir una mascota o un dulce para sí, sonreían al encontrar el objeto indicado y ordenaban a alguno de los sirvientes que los sacaran de la jaula y se los entregaran.

 

 

 

Un buen número, tanto hombres como mujeres, se acercaban a reclamar el centro de atención en la jaula del medio del salón, un precioso niño de cabellos azulados y unos apagados ojos azules por noches integras de llanto, la piel pálida y tan fina que solo podía tratarse del famoso y desaparecido hijo de los Phantomhive. Emociónate, excitante, prohibido, nadie podía tocar a esa familia pero ahí estaba su hijo, indefenso y ensimismado en sus pensamientos en los cuales guardaba esperanzas inocentes de que entre tanto enmascarado, su padre se haría espacio, lo sacaría de la celda, besaría su frente y se lo llevaría cargado en brazos que no notaría si era sodomizado u obligado a hacer una felación con sus provocativos labios infantiles y vírgenes.

 

 

 

Quién no quería vengarse de Vincent si todos habían tenido algún inconveniente con  él en sus negocios sucios. Querían hacer retorcer de dolor a la cabeza de los Phantom en su tumba al  ver como su lindo niño era torturado y violado hasta la muerte. Sin embargo, cuando lo pedían, los criados se negaban a entregarlo cortésmente y les pedían que por favor buscaran otra mercancía alegando que el amo de la casa se había encariñado con él y lo había escogido como evento principal y por ende, al estar destinado a su dios supremo, debía  permanecer virgen y puro. Entonces se marchan y escogían a otro muchacho que guardase algún parecido con el niño de los Phantomhive.

 

 

 

Horas antes del alba, el anfitrión entró en el salón y dio inicio a la tan esperada ceremonia con palabras bien compuestas y un discurso que sólo podía indicar que él era político, elocuente y embaucador, digno de los honorables señores a los que dio la bienvenida pues según el tipo de ritual en la tan afamada noche de los demonios, sus señorías en persona, principados y potestades infernales, acudían a la fiesta con la forma humana más perfecta, enmascarados para no ser identificados, celebraban con sus fieles, recogían el alma de los sacrificios y concedían los favores correspondientes a la persona que les ofrecía el cordero dependiendo si este era de su agrado o no. Los concurrentes se mostraban emocionados con el hecho y miraban a todas partes con duda preguntándose el quién.

 

 

 

-Primero las damas.- sonríe el anfitrión y la gran carcajada del público no se hace esperar, pasan al estrado mujeres y muchachas, algunas drogadas, otras asustadas y cansada de gritar. Cae la primera sobre el altar y la daga es hundida en su seno izquierdo pero no hay gritos de dolor.

 

 

 

-Era una ramera.- murmura Bechard, cerca de su oído.

 

 

 

-Y eso me importa porqué…

 

 

 

La segunda, apenas una niña de 16 años, llora, habla incoherencias por las drogas, se retuerce pero no se niega a nada y murió así de fácil.

 

 

 

-Se acostaba con su primo, es él quien la entregó.

 

 

 

Un bufido de aburrimiento es su respuesta y la mujer a su lado infla los cachetes molesta.

 

 

 

-Si estas cosas de humanos no te divierten entonces, ¿Por qué viniste, Frimost?

 

 

 

-Porque no tenía nada mejor que hacer, supongo.

 

 

 

Mira en frente pero otra voz del lado opuesto al de Bechard busca iniciarle diálogo también.

 

 

 

-Ella vendió a su hijo para otro ritual con anterioridad.- señala a la mujer inanimada que era arrastrada por los suelos para dar paso a la siguiente presa.

 

 

 

Frimost decide ignorarles a todos pero sus compañeros infernales son persistentes, insisten en hablar de las víctimas y lo que fueron en vida.

 

 

 

Un receso luego, llega el turno de matar animales

 

 

 

-Estúpido.-piensa él- Esas cosas sólo les gustan a los demonios de clase baja, la verdadera diversión está, se supone, en ver al hombre ofreciendo a su hermano como si fuera una res.

 

 

 

Astaroth le habla del alma de apostadores allí presentes que planea asesinar terminando la fiesta, Lucifer sobre las propiedades refrescantes de la grasa humana en los jabones, Bechard del amante de cada víctima, Surgat que escondió oro en el vientre de una de las cabras, Silcharde está emocionado reconociendo a cada uno de sus clientes reunidos y Guland… no se lleva muy bien con él para buena suerte suya. Más demonios de rango inferior, se emocionan como perros con cualquier presa, hasta con gallinas oscuras, es decepcionante, se están volviendo flojos con el pasar del tiempo y cómo no, si los hombres mismos les dan la comida así de fácil. Todos obtendrán ese día algún beneficio o algo interesante menos él, el sexo y las boberías humanas no llaman su atención ni hacen que su seco corazón palpite con la intensidad semejante a la de sus colegas.

 

 

 

Suspira. Desea retirarse temprano antes de que la mañana llegue.

 

 

 

-Espérame sólo un rato más.- fastidia Bechard, hembra tenía que ser, engancha su brazo con el suyo para retenerlo y regresarlo a su asiento. -Estoy ansiosa por ver el evento principal de este año.

 

 

 

-…Y para finalizar esta entretenida velada, ante ustedes el último cordero de la noche, el hijo del perro de la reina, el adorable Ciel Phantomhive, cortesía de un aristócrata anónimo que esta noche no se halla presente pero que os desea, disfrutéis a este delicioso ejemplar.- los criados traen entre forcejeos a la atracción  principal de la exposición y los presentes lo saben cuando ven que el hierro está siendo calentado en una hoguera improvisada, esperar valió la pena cuando es recostado sobre el altar y es la única víctima que continúa poniendo resistencia, llora, patalea, grita, pide auxilio, conmovedor, por algo es la estrella de la noche.

 

 

 

-Repugnante.-susurra Bechard.

 

 

 

-Su alma es transparente.- dice con desinterés Lucifer

 

 

 

-Un alma ganada para el cielo.- afirma Astaroth con asco.

 

 

 

-Algún estúpido ángel vendrá a recogerle.- concluye Surgat mientras Gured se relame los labios pero no se atreve a comentar nada.

 

 

 

-Retirémonos temprano este año.- ordena el padre Luzbel poniéndose en pie, sale del salón y tras él, sus hijos en fila de uno, encapuchados, sin quitarse la máscara y sin que el público lo notase.

 

 

 

Este año la atracción principal había sido una pérdida de tiempo, es solo un niño inocente que más que odio o pecado alguno, tiene miedo, esta aterrado y sigue llamando a su padres. Un alma que se irá directamente al cielo sin embargo… Frimost permanece sentado en su lugar hasta que sus familiares se retiran sin notar su ausencia. Él ve algo que los otros demonios no podrían ver de especial en el mocoso que grita y se retuerce de dolor con la sublime marca de la bestia estampada en su suave y noble piel aristócrata. Una chispa de odio y humillación entre sus lágrimas, chispa que sólo él podía convertir en fuego.

 

 

 

-¿Voluntarios?- llama el maestro de ceremonia y de inmediato muchos de los concurrentes levantan la mano. Él también lo hace y manipula la mente del hombre  para que le llame. Va hacia ellos y le piden que ayude a sujetar el brazo derecho del menor, otros tres se encargan del resto de sus miembros.

 

 

 

La capucha de su capa cubre su rostro, sin embargo, desde la posición en la que se encontraba, Ciel puede distinguir en uno de sus opresores, un rostro hermoso, conocido… ¿Papá?

 

 

 

-¡Ayúdame!- le grita desesperado y logra soltar su brazo izquierdo, antes de volver a ser capturado, acaricia la mejilla de Frimost y este posa su mano sobre la más pequeña. Cálido y suave como pensó.

 

 

 

-¿Realmente eso deseas?

 

 

 

-Si.- nadie lo escucha, están ocupados riendo de tanta audacia aún en el patíbulo final. – ¡Lo deseo!

 

 

 

Cierra los ojos, apenas un parpadeo, y despierta en una habitación cálida y blanca, la luna llena iluminando junto con las velas se observa desde la ventana abierta de par en par y frente a él, un hombre, un ángel que sonríe como un demonio.

 

 

 

-A cambio de tu alma.- murmura el adulto empujándolo sobre la cama y cayendo sobre él para besar sus labios suavemente, un rose en el que Ciel no ve malicia porque no lo entiende.- Yo seré tu espada y tu escudo.

 

 

 

-¿Eres un ángel?

 

 

 

-Un ángel no haría esto.- introduce la lengua dentro de la boca húmeda del niño, explora, él se muestra asqueado, sospecha ahora de las intenciones del mayor y trata de separarse del desconocido pero su cuerpo no obedece a su mente, quiere gritarle que se detenga pero le está correspondiendo, enreda su lengua con la suya, le permite introducir las manos dentro de su pantalón y hasta le abrasa para profundizar el beso. Pronto un dolor agudo que no se compara con el hierro ardiendo en su piel, Frimost ha mordido su labio inferior hasta perforarlo y de él, brota el asqueroso y excitante sabor metálico de la sangre que condimenta su encuentro.

 

 

 

Se permite disfrutarlo porque ahora está seguro de que ese ángel es en verdad el demonio y sólo con él podría huír del infierno donde estaba pero… Este lo llevaría a alguno peor.

 

 

 

No, el más cruel de los infiernos esta entre los mismo seres humanos y ellos son infinitamente más perversos que el diablo en persona.

 

 

 

Ciel quiere vivir, un poco más solamente, pero vivir… ¿Para qué?, sus padres están muertos y ya no tienen a nadie en este mundo. Que él continuase viviendo no tiene sentido alguno.

 

 

 

-Vénguese…

 

 

 

-¿Vengarse?

 

 

 

Las manos del demonio han atravesado la poca ropa que lleva y apresan su sexo tocando suavemente la cabeza  humedecida, comienzan a masturbarle, acarician al comienzo, luego aprietan y tiran de su miembro tierno, saben bien lo que hacen, han hecho que duplicara su tamaño normal pero aún faltaba algo en todo esto, puede que más excitación, es decir, ¿Cuándo podría volver a repetirlo?

 

 

 

El pequeño esta seductoramente sonrojado, tiembla de emoción y múltiples espasmos recorren su columna, le hacen sentir sucio y perverso, la sangre fluyendo hacia esa parte tabú y el otro sonríe y sigue besándole salvajemente, sin cariño, es sólo una analogía para él cuando abandona sus labios y un gemido de reclamo salen de estos, pero se hace tarde, la hora es la hora para todo ingles y si no se apura… Besa el glande y apenas en el contacto, este se estremeció brilloso de pre seminal, luego, la cuestión se convierte en algo tan sencillo, el demonio abre la boca y lame tres de sus dedos hasta dejarlos mojados, separa sus piernas lo más que puede y acaricia la entrada del menor antes de llevarse su sexo a la boca, lo lame y lo saca para repetir el acto mientras el primer dígito se interna adentro del apretado anillo rosado.

 

 

 

-Pa… Para…- logra articular el menor sollozando y mirándole con asco y dolor. Es estrecho, es cálido y agradable pero… no es suficiente aún,  entre el segundo y el tercero simultáneamente esta ves arrancándole un grito escalofriante.

 

 

 

Ya no hubo más reclamos por que ambos eran consientes de que eran inútiles, Frimost sonríe picadamente, la primera vez que Ciel le ve sonreír así y comienza a moverlos al compás de la rítmica felación y pronto el ano del niño comenzó a contradecir toda la humillación que sentía cuando empezó a palpitar, a succionar y a menguarse con un placer que jamás podría ser descrito ni comparado con otra vivencia de hasta sus ahora 10 años vividos inocentemente.

 

 

 

El sexo con una mujer es delicioso pero con un hombre… es aun mejor.

 

 

 

Sólo un desfogue cuando los gemidos de Ciel llenan la habitación y uno final, el más fuerte, recorre su espalda y expulsa de su interior un líquido lechoso y caliente que escurre de las manos de su opresor, rápido, se trata de un niño después de todo.

 

 

 

-¿Le gustó?

 

 

 

-…Si.- “No” era o que quería decir pero ante esa mirada carmesí quién podría mentir, era como si desnudara no solamente su cuerpo sino, sus pensamientos, su alma.

 

 

 

-El mejor orgasmo que existe amo, mucho mejor que el placer sexual que acaba de recibir, es la venganza. Me dejaría mostrársela… Joven amo…

 

 

 

-¡¡¡Mátalos Sebastián!!!- grita convulsionando y asustando por breves segundos a sus captores que luego estallaron en risas. Ya no está en esa cómoda habitación de quién sabe dónde. Está de vuelta en la fiesta de la noche de los demonios, en el infierno de los hombres, rodeado y a punto de morir.-¡¡¡Mátalos a todos!!!!

 

 

 

La daga ceremonial se hunde en su vientre, se hace espacio en las calientes entrañas y siente un pequeño placer en ello... ¿Así hubiese sido el placer si terminaba de tener sexo  con Sebastián? ¿Si el demonio lo hubiese penetrado con su sexo? Lo duda mucho, él de seguro que trataría de evitarle cualquier dolor o quizás… Haría ello más doloroso… Había hecho todo aquello mas doloroso.

 

 

 

-Una vez que alguien ha rechazado la fe es imposible para él, atravesar las puertas del cielo.

 

 

 

-¿Te convocaría alguien que creyó en Dios?

 

 

 

Risas macabras…

 

 

 

-Entonces sólo te lo preguntaré una vez, ¿Este es tu deseo para firmar el contrato?

 

 

 

-¡Suficiente!, firma el contrato y concédeme mi deseo.

 

 

 

Plumas blancas y negras se elevan…

 

 

 

Las velas del salón se apagan con una ráfaga de viento, ¿Viento en el subsuelo?

 

 

 

Tiempo desperdiciado en una pregunta estúpida, antes de terminarla, los invitados caen muertos y vuelve la luz de las velas.

 

 

 

-Cuando el contrato acabe, joven amo, todo terminará.-dice Sebastián soplando su aliento tibio sobre los hombros desnudos de su señor.

 

 

 

-Hasta entonces no te atrevas a volver a tocarme de esa forma. Sólo eres un mayordomo.

 

 

 

-Hasta entonces…

 

 

 

La noche de los demonios terminó con un evento original y nunca antes visto ese año. Todos los espíritus y demonios convocados salieron ganado algo divertido pero Frimost era el que más dichoso se sentía, había ganado más que cualquier otro. Claro, tendría que cultivarla pero… todo platillo transparente, puro, carente de sabor, puede ser convertido en un manjar si se le agrega la especia correcta, algo sencillo para un simple mayordomo como Sebastián Michaelis.

Notas finales:

¿Qué tal?¿Les gusto? Espero q si y q comente por q eso me haría muy muy feliz sip sip y pues esto es para hana midori q me regalo algo muy muy lindo en mi cumpleaños nwn muchas muchas gracias, no tienes idea de lo feliz que me hizo siop sip nwn. Por cierto, si algún ha leído todo o nada de Barbie pero no el ultimo capitulo, les recomiendo que lo hagan y lo más pronto posible XD, súper sexy, súper macabro, súper romántico y prohibido, es el paraíso XD además el final es sorpresivo,  Aaahhh y notaron los poderes de sebas acá? Pues sí, quería dejar como q él puede manejar a las personas como un títere (yo sí creo q puede, nada es imposible para él XD) y pues… Guland… a q no adivinan quién es? Sólo les digo q es el demonio de los celos, o sea es un envidioso XDDD

 

 

 

Si ven alguna falta ortográfica por allí, lo siento, kana no está de buen humor como para corregir a fondo uu.

 

 

 

Cierto, kana en lugar de perder el tiempo en esto debería estar trabajando en letanía de invierno pero… jump ustedes ya saben cómo son las crisis de escritora acompañadas de decepciones amorosas (bastardo egoísta para que me enamoraste si sólo querías romperme el corazón UU)

 

 

 

Bien es todo, kana se retira a su camita caliente por ahora (a pesar de q comienza la primavera en Latinoamérica, acá está haciendo mucho frio TWT, quien me abrasa para calentarme nwn?, ok no UU)

 

 

 

Cuidense!!!!


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