~Lucifer~ por CariitoDTShawol

- ¡Key! ¿Ya estás listo? ¡Hace media hora te estamos esperando para comenzar la grabación! – todos los demás integrantes de SHINee estaban más que desesperados. Key llevaba más una hora en el camerino cambiándose con la excusa de que estaba totalmente horrible. 

Después de 15 minutos más de espera, el esperado miembro de SHINee salió victorioso del camerino – Ya, ya. No sean tan impacientes. Ya estoy listo. ¿Ven? – Se acomodó por millonésima vez el cabello - La perfección toma tiempo y trabajo. Además hoy me demoré menos que siempre – todos lo miraron con cara de pocos amigos.

- Key, te estuvimos esperando por 2 HORAS. ¿Crees que eso es poco? – Lo miraron lascivamente – Pero bueno, algo hay que atribuirle y es que sí se demoró menos – todos empezaron a reírse.

- Ya dejen el drama y vamos a grabar – ya fastidiado de que lo molestaran, quiso cambiar de tema. Todos se pusieron de pie a regaña dientes y se fueron a la primera locación en la que iban a grabar.

Un alucinante cuarto ligeramente plateado, con puntas amorfas en el techo y pilares de color negro brillante eran el paisaje que con ojos críticos veían todos. 

- Está excelente, ¿no creen hyungs? – dijo el pequeño Taemin.

- Claro que sí Tae. Me encanta – dijo un fascinado Onew.

- Bueno, vamos a bailar – el mal humor en la voz de Key podía sentirse a kilómetros. Todos, por miedo a su reacción, se pusieron en acción para grabar la coreografía lo más rápido posible para que pudiera ir a relajarse al camerino con sus vestuarios y múltiples maquilladoras. Porque no había cosa que relajara más al pequeño y caprichoso Kibum que el hecho de que lo consintieran decenas de chicas mientras lo arreglaban. 

Como fue esperado, grabaron en una sola toma la coreografía. Apenas el director dijo “Corte”, Kibum salió corriendo hacia su preciado camerino. Por su parte, los otros sabían que eso iba a tomar algo de tiempo, por lo que fueron a refrescarse, otros a cambiarse pero el precioso maknae fue a acompañar a su querida umma.

- ¿Ya no estás bravo umma? – preguntó inocente.

- Claro que no mi Taeminnie – dijo mientras le masajeaban la cabeza con el shampoo necesario para preparar su cabello para la tintura que necesitaría en la próxima locación – Y menos podría enojarme contigo. Es que el estúpido de Jonghyun me saca la rabia con sus afanes sin sentido – rodó los ojos y puso toda su atención en su cabello.

- Que bueno que ya no estés bravo umma. Y perdona al tontín de Jonghyun. Sabes que le estresa esperar.

- Y a mí me estresa él - dijo con la voz llena de fastidio.

- Solo déjalo que se amargue él y no te amargues tú, umma. Sé feliz – lo sonrió con esa sonrisa totalmente sincera que solo Kibum conocía. Nadie más había sido capaz de ver aquella sonrisa, así de radiante como la que siempre Taemin le dedicaba a su umma.

- Gracias Taeminnie. Enserio que tú logras alegrarme siempre – lo abrazó cuidando de no mancharlo con el shampoo. 

- Voy a cambiarme umma, ya vuelvo – volvió a dedicarle aquella sonrisa. El corazón de Kibum saltaba de felicidad cada vez que su Taeminnie le sonreía así. 

Terminaron de arreglar a Kibum y él se cambió, quedando totalmente listo antes de tiempo. Esta vez le había costado poco tiempo llegar a la tan anhelada perfección que solo el Todopoderoso Kibum podría tener.

Se quedó un rato jugando con la cámara a tomarse fotos con su vestuario nuevo. En eso salió Taemin de su camerino. Se veía tan excesivamente sensual. Llevaba puesto un alucinante pantalón de cuero ceñido totalmente a sus esbeltas y algo delgadas piernas, una camiseta negra de manga corta con una caricatura y un saco sin mangas que dejaba ver parte de sus blanquecinos brazos.

El mayor no pudo evitar sentirse levemente tentado por la provocación que en ese momento significaba el maknae. Se acercó a su presa como bestia salvaje incapaz de controlar sus instintos asesinos. Lo estampó contra una pared y lo dejó bajo la atadura que pretendían ser cada uno de sus brazos posicionados a cada lado del menor, acercándose cada vez más al rostro del mismo.

- Aquí no umma... – lo besó fervientemente. Hacía bastante tiempo no habían tenido el tiempo para dedicarse al otro como siempre.

- No me niegues que también lo necesitas Tae... – lo besó de nuevo, ahora tomándolo de la cintura e introduciendo sus manos dentro de la estrecha camisa.

- Ya qué más da – el menor tomó al ya muy excitado Kibum por la espalda y lo recostó en medio de la alfombra roja de figuras geométricas que el mismo Kibum había pedido para su camerino.

Cuando el beso les quitó cualquier rastro de oxígeno, se separaron y se quedaron mirando fugaces segundos. Con maniobras astutas, el mayor logró dejar a Taemin debajo de él. Le quitó con un hábil movimiento la camiseta.

- Una cosa más – empezó el recorrido de besos por el cuello y torso del menor – No me digas umma cuando estamos así – siguió besándolo – Dime Key, Almighty Key – sus manos recorrían al pequeño con necesidad y este se limitaba a dejarse tocar por el demasiado sexy Kibum. Pero él no se quedaba especialmente quieto. Sus manos se paseaban felices por debajo de la camiseta del mayor.

Este, desesperado por el frenesí que acababan de comenzar, se quitó la camiseta que le estorbaba a esas pequeñas y frías manos. Iba a quitarse el pantalón también, pero Taemin lo detuvo.

- Eso quiero hacerlo yo – bajo su cabeza, desabotonó el pantalón y con la boca lo bajo sensualmente. Luego lo terminó de quitar con sus manos y repasó lentamente la piel que cubría las piernas temblorosas del mayor, que no podía controlar su cuerpo. Las olas de pasión que lo recorrían con solo el tacto de aquel pequeño que todos creían inocente lo sacaba completamente de sus cabales. 

Volvieron a cambiar de posiciones, quedando el menor debajo y a un acelerado Kibum arriba. Le saca a Taemin el pantalón con algo de dificultad puesto que el cuero ceñido al cuerpo es complicado de quitar. Por esta razón, le quitó incluso el bóxer. Miró con algo más que deseo aquel pedazo de carne que acababa de quedar al descubierto.

- Me hacía mucha falta verte así Tae...Completamente desnudo e indefenso ante mis manos – repasó aquel cuerpo tan conocido con sus manos que ya estaba deseosas de más placer.

El pequeño se sonrojó al escuchar estas palabras – No me mires así Key... – lo tomó de la cabeza y lo besó como si le fueran necesarios esos labios carnosos para vivir – No me mires así que me descontrolas – susurró en su oído. El mayor, al oír éstas palabras no pudo más que seguir sus instintos.

Bajó hasta la cadera del pequeño y metió la punta del miembro ajeno en su boca – Ahh...Key... – los gemidos del menor hacían enloquecer a Key, que con solo escucharlos podía ir al cielo y volver. Jugó un momento con la piel de la cabeza para luego introducirlo por completo en su boca – AHH KEY – Taemin no podía controlar los gemidos que tanto placer le causaba. 

Recorrió toda su extensión jugando con la conciencia y paciencia del menor. Lo lamía, se lo sacaba de la boca, lo masturbaba, volvía a metérselo en la boca, metía la punta de su lengua en el orificio, subía, bajaba... Un juego en el que ambos perdían la cabeza de a poco.

Key lo tenía presa de sus manos, que no paraban de probar de esa hermosa piel blanca. El menor, sintiendo que el momento ya estaba por llegar cuando sintió una punzada en su abdomen, arqueó la espalda. Le fue completamente imposible hablar para avisar a su compañero y se vino en su boca. Key, sin desperdiciar nada de aquel precioso líquido, lo mantuvo en su boca y succionó para tomarlo por completo. 

- Sabes a inocencia Tae – le sonrió de lado. 

- Tú más que nadie sabe que yo de inocente... – lo atrajo hasta su boca y lo besó - ...yo de inocente no tengo sino mi cara – lo besó de nuevo. Nadie más que ellos dos sabían quién era Taemin en verdad. Nadie más que ellos sabían que Taemin con un pequeño roce del mayor podía llegar a perder toda conciencia de la situación y esa inocencia que todos creían que tenía se esfumaba al instante, convirtiéndose en una bestia adicta al sexo, morbosa e incluso pervertida. Y es que nadie conocía a Taemin mejor que Key. 

El mayor, deseando un poco de atención para su miembro, se quitó el obstáculo último que lo separaba de poder unir con sudor su cuerpo con el del maknae. El calor del camerino, el calor que guardaba la alfombra y la alta temperatura de sus cuerpos hacían que todo fuera de lo más irreal posible. Lo besó de nuevo, siguiendo con la batalla que tenían cada vez que se besaban, esa batalla que ninguno de los dos lograba ganar, pero que al final, Taemin cedía para darle el placer de la victoria al hombre que lo volvía loco. 

Key se metió tres dedos a la boca y los lamió de la forma más sensual y provocativa posible, de esa manera que solo él sabía que desquiciaba a Taemin. Luego llevó estos dedos a la boca de Taemin para que este también los lamiera. 

Hecho el trabajo, abrió las piernas del pequeño y mientras lo besaba, metió uno de sus dedos. Lo movía de forma lenta para poder prepararlo. Con su otra mano, comenzó a masturbarlo para que olvidara el dolor. Metió el segundo dedo, metió el tercer dedo y no dejaba de besarlo y masturbarlo. Se separaron porque el menor lo apartó de él. El menor lo miró fijamente a esos oscuros ojos felinos que tenía y estos solo rebosaban de lujuria, pasión, deseo y...amor. Y con esa mirada profunda entendió lo que el pequeño no pudo articular con palabras.

Sacó sus dedos de la entrada del pequeño y los lamió – Siempre tan delicioso mi hermoso Tae.

- Dentro...ahora... – el menor no pudo decir más puesto que Key ya estaba en el proceso de entrar a esa cálida y más que acogedora cavidad. Taemin rodeó la cadera del mayor con sus piernas y lo incitó a comenzar a moverse. 

Las embestidas empezaron de forma lenta pero conforme pasaba el tiempo, se hacían más bruscas, más salvajes, más llenas de pasión. El sonido del choque de sus cuerpos rebotaba contra las paredes y les pegaba fuerte en los oídos.

- AHH MY BABY – gritaba el mayor.

- AHH...AHH...AHH...AHH – el menor dejaba salir quejidos al ritmo de las estocadas del mayor. 

No hicieron falta sino algunas estocadas más para que llegaran al orgasmo. Key se vino dentro de Taemin y le dio algunas embestidas más. Luego de eso, el mayor se recostó al lado del menor, abrazándolo para retenerlo entre sus brazos. El pequeño se acurrucó en el cálido y conocido pecho de su adorado Kibum. 

No pronunciaron palabra alguna después de eso. Esperaron unos minutos y se pusieron de pie para vestirse de nuevo. En silencio, sin mirarse, terminaron de vestirse y salieron en busca de los otros.

- Loverholic, robotronic, loverholic, robotronic ~~ Tananananana ~~ Lucifer ~~ - se encontraron con Jonghyun que estaba tarareando la letra de la canción.

- Hola chicos – saludaron al unísono.

- Hola Tae, hola Key – saludó Minho mientras que Jonghyun se limitó a saludar con la mano mientras seguía tarareando la canción. 

- ¿Aún no ha llegado Onew? – preguntó curioso Taemin al no ver a su hyung en los alrededores.

- No. Está comiéndose su pollo.

- Más bien, le está haciendo el amor a su pollo – intervino Minho. Todos se rieron pero ante el comentario, los rubios no pudieron evitar sonrojarse. 

- Miren, ya llegó – venía Onew con una bandeja de pollo a medio comer.

- Hola – pasó el bocado – Hola chicos. Perdonen la demora pero el repartidor de mi preciado pollo no llegaba.

- No te preocupes hyung, ya estamos listos todos, ¿vamos? – dijo por fin Jonghyun.

El rubio de mayor edad detuvo a su casi gemelo - Sigan ustedes un segundo, tengo que decirle algo a Tae – el menor lo miró extrañado.

- ¿Pasa algo umma? – esa voz de inocente que tenía lo hacía parecer de lo más bipolar posible.

- Te amo Taeminnie – lo besó en la mejilla – Gracias por lo de hoy. Me hacía falta tener tu cuerpo junto al mío... – bajó la cabeza para evitar que el pequeño viera su notorio sonrojo.

El menor, al ver esta tierna escena, lo tomó de la barbilla y le levantó la cara para que lo mirara a los ojos – Y yo te amo a ti Kibum – le robó un beso de los labios – Además, sabes que me gustan nuestros episodios de desenfreno...sobre todo cuando me haces gemir a la millonésima potencia – el menor le guiñó el ojo y lo tomó de la mano – Ahora vamos que nos esperan – el mayor lo retuvo una vez más.

- Tu encanto es el de Lucifer mi pequeño... – susurró en su oído y lo tomó de nuevo de las manos para jalarlo hacia el set de grabación.