Primera noche:
Mario era una persona despistada y tenía poca paciencia, sus amigos comentaban que era algo irónico que para ser una persona que la mayor parte del tiempo se la vivía en las nubes, perdiera la paciencia con tanta facilidad.
Y no era que respondiera con insultos o se molestara cuando su paciencia llegaba al límite, más bien era, que respondía de una manera bastante sarcástica haciendo sentir a más de uno como un completo retrasado.
Pero fuera de aquel pequeño detalle, Mario era lo que cualquier adolecente debía ser, tenía un promedio normal en la escuela, le gustaban los videojuegos, salir con sus amigos, las películas de terror e incluso se había echado novio hacia poco.
Si, Mario nunca había puesto en duda su sexualidad, claro que se había fijado en las chicas de su edad y el sexo era una de sus prioridades, pero nunca creyó ser gay.
No al menos hasta que Alberto se le declarara y le pidiera salir con él.
Obviamente Mario conocía a Alberto desde hace años, pero nunca se había percatado de la inclinación sexual de su amigo, salvo por el hecho de que Alberto estaba orgulloso de auto denominarse “un friki”, y quizá el hecho de que una vez se encerrara en su habitación y se reusara a salir hasta haber visto las tres películas del señor de los anillos en versión extendida sin pausa alguna, o que los viernes fueran sagrados para el por qué era cuando se reunían jugar juegos de roll, o los maratones de videojuegos que solía organizar, o la enorme colección que tenia sobre literatura fantástica, hubiera causado que al principio le hubiera considerado un poco extremista y quizá…bueno si, un friki.
Pero dejando eso de lado Alberto era una persona con un gran sentido del humor, inteligente y leal, por eso accedió a salir con él, bueno por eso y por el beso que le planto mientras recordaba todo aquello le había hecho pensar que quizá, solo quizá, también fuera gay.
Cuando sus amigos supieron de aquello, reaccionaron de diferente manera, primero fue incredulidad, no porque ambos estuvieran juntos, si no porque aquello había sido necesario para que Mario se diera cuenta tanto de la homosexualidad de Alberto como de la suya.
Lo segundo fue duda sobre cuánto duraría la pareja, nadie le dio más de un mes, entre los caracteres extremos de ambos y la reciente homosexualidad de Mario, aquella relación no parecía ser de lo más favorable.
Claro que los casi dos años que llevaban juntos bastaron para hacerles tragar sus palabras.
Aun que ahora a Mario poco le importaba todo aquello, en realidad su mente estaba concentrado en otra cosa, pronto seria el 31 de octubre, noche de halloween, la festividad favorita de Alberto.
Adoraba aquel día, pasaba la semana anterior a la fecha preparándose, y a Mario le encantaba, ambos compartían un gusto desenfrenado por las películas de terror y disfrutaban pasando horas mirando aquellos filmes, sobre todo si era entrada la madrugada.
Estaba seguro de que Alberto planearía algo especial, siempre lo hacía, por eso cuando le llamo esa tarde para ir a su casa, supuso que le presentaría el plan de ese año y quizá juntos afinarían los detalles.
Quería creer que era por eso, y no por ser un completo despistado, que su novio le sorprendió con aquello.
-Mi vecino es un vampiro- le soltó Alberto, luego de que se hubieran instalado en su lúgubre habitación, y es que no había otra manera de describirla, las cortinas estaban cerradas y la habitación estaría a oscuras de no ser porque la computadora se encontraba encendida y la pantalla brindaba algo de luz.
Mario rápidamente pensó en varias preguntas que hacer, como: ¿de qué hablaba? ¿Cuál vecino? ¿Había fumado algo raro?, Pero la pregunta que llego a sus labios fue:
-¿Qué?-
-Si lo he estado vigilando, solo sale en la noche y tiene tapizadas todas sus ventanas para que la luz no entre, ¿recuerdas al anciano que vivía a un lado?- pregunto Alberto mientras se acercaba a la ventana para asomarse de manera sigilosa, claro que Mario lo recordaba, el pobre anciano había sufrido muchos disgustos a causa de su novio y el, pero igual no tuvo tiempo de responder por que Alberto siguió hablando como si estuviera solo- falleció hace tres semanas y hace una se mudo el nuevo vecino-
-¿tardaste una semana en descubrir que era vampiro?- pregunto Mario, y entonces callo en cuenta de algo- ¿has estado mirando películas de terror?
Alberto le miro indignado- Eso no tiene nada que ver-
-claro que tiene que ver, cuando viste paranoia, comenzaste a decir que alguien te vigilaba desde la ventana-
-vi a sujeto parado en el jardín mirando con unos binoculares en esta dirección-
-observaba aves, su pasatiempo es observar aves-
-entonces fue un inocente error- se defendió Alberto.
-no fuiste muy inocente cuando pediste una orden de restricción- ante aquello Alberto le miro indignado y Mario sonrió de manera triunfal.
-está bien, me equivoque con eso, pero esto es real-
-¿Por qué? ¿Le has visto convertirse en murciélago?- se burlo Mario.
-Por favor todo mundo sabe que lo de convertirse en murciélago es solo una leyenda- respondió Alberto ignorando el sarcasmo de Mario, estaba muy acostumbrado a eso- Pero el tipo sigue todas las reglas de los vampiros-
-me arrepentiré de esto pero, ¿Cuáles reglas?-
-solo salir de noche, no entrar a una casa sin ser invitado, odia ajo…-
-¿Cómo sabes que odia el ajo?-
-Mi mama le llevo comida y le dijo que era alérgico al ajo- comento Alberto como si fuera lo más normal del mundo.
-Ah claro, y asumir que es vampiro es más fácil que creer en una alergia-
-Búrlate si quieres, pero los frikis siempre llevamos la razón en estas situaciones- Mario parpadeo ante aquella afirmación.-miles de películas lo confirman, los frikis somos los primeros en darnos cuenta que hay algo mal, nadie nos cree y terminan muertos luego de avisarle al protagonista del peligro-
-¿crees que estamos en una película de terror?-
-claro que no, eso es una tontería- respondió Alberto- pero no está de más aprender de ellas para no cometer los mismos errores-
Por un momento, Mario se debatió entre golpearse a si mismo contra la pared o golpear a su novio contra el muro, afortunadamente Alberto no le dio tiempo de decidir.
-ahora me dirás que el tipo está desapareciendo a las personas del vecindario- murmuro Mario, por un momento pensó que Alberto le diría que era una broma.
-no, es demasiado listo para eso- aquellas palabras terminaban de confirmar que Alberto realmente creía que su vecino era un vampiro.
Mario suspiro e intento por todos los medios tener un poco de paciencia y no responder con mas sarcasmos a su novio,
-Alberto no creo que…-comenzó a decir Mario mientras Alberto se pegaba a la ventana de nuevo
-Está saliendo- anuncio Alberto sin apartar los ojos del exterior.
Mario se sorprendió de pensar que ya había oscurecido, aun que claro encerrado en ese lugar, había sido imposible darse cuenta de ello, se acerco a la ventana donde estaba su novio, debía admitir que tenia curiosidad por ver qué clase de persona era la que consideraba vampiro Alberto.
Contrario a lo que esperaba, el tipo que estaba frente a su jardín parecía cualquier cosa menos un vampiro, el cabello castaño brillante, la piel estaba bronceada y tenía muy buen cuerpo, nada que ver con los vampiros paliduchos y escuálidos que últimamente habían invadido las películas.
-Vaya- dijo Mario sin pensar- A mi no me importaría que él me mordiera- agrego mirando el trasero del supuesto vampiro.
El quejido que lanzo luego de que Alberto lo golpeara debió haber sido más bien un grito por que el vecino alzo la mirada hacia la ventana, ambos adolecentes se apartaron rápidamente de la ventana, Mario sobándose el brazo acalambrado tras el golpe.
-¿nos habrá visto?- pregunto Alberto
-Esto es ridículo- respondió Mario molesto por el golpe- Voy a hablar con él- anuncio mientras se levantaba y salía de la habitación, Alberto le siguió de inmediato.
-¿Estás loco? ¡Te matara!- exclamaba Alberto mientras seguía a Mario rumbo la salida.
-Dudo que lo haga a mitad de la calle- respondió Mario, sin pensárselo mucho se acerco al nuevo vecino, no pudo evitar pensar que ahora de cerca era más atractivo y que los ojos miel que tenia parecían todo menos peligrosos.
-¡hola!- saludo Mario al tiempo que Alberto se aferraba a su brazo-¡Bienvenido al vecindario!-
-¿Qué clase de saludo es ese?- le susurro Alberto.
-Uno mejor que, disculpa ¿eres un vampiro?- respondió Mario también en susurro, luego se percato que el vampiro…es decir el nuevo vecino los miraba buscando una explicación- Oh lo siento, Soy Mario, creo que ya conoces a mi novio Alberto-
-Ah claro- respondió el otro con una amable sonrisa- Vives al lado, tu mama es la que me trajo comida el día que me mude-
-Le dijiste que eras alérgico al ajo- acuso Alberto.
-Me llamo Mark- se presento el mayor mientras le tendía una mano a Mario quien no tardo en responder con un apretón.
-Mucho gusto, sé que esto será raro, pero serias tan amable de decirle a mi novio que no eres un vampiro chupa sangre que planea comenzar a desaparecer personas del vecindario y usarlas como alimento- soltó de sopetón Mario.
-¿No es eso una película?- pregunto Mark confundido.
-te dije que eso no era lo que planeaba- aclaro Alberto
-Como sea- se desespero Mario y miro de nuevo a Mark- Por favor dile que no eres un vampiro-
Se hizo un incomodo silencio alrededor de esos tres, Mark se rasco la nuca con un gesto avergonzado.
-puedo decirte que no planeo desaparear a nadie, ni alimentarme de nadie del vecindario- aseguro Mark sonriendo antes de que se hiciera otro incomodo silencio.
-¡chupa sangre!- chillo Alberto antes de salir corriendo de regreso a su casa.
Mark soltó una aguda carcajada.
-¡hijo de puta!- estallo Mario al darse cuenta de la broma que acaban de jugarle- se pondrá insoportable después de esto-
Y haciendo berrinche, se marcho tras su histérico novio ante la mirada divertida del nuevo vecino, estaba seguro que a menos que lograra calmar a su novio, ese halloween seria uno que no olvidaría en mucho tiempo.
-hay que eliminarlo- declaro Alberto cuando Mario entro a la habitación, el ya había comenzado a hacer lo propio, buscaba en Google la manera de matar vampiros.
-De acuerdo, ¿llamo a los caza fantasmas?- pregunto Mario falsamente resignado.
-Es un vampiro-
-¿Entonces llamo a Buffy o a Blade?-
-al primero que encuentres en el directorio- respondió Alberto sin apartar la mirada de la pantalla.
-Claro, ¿estará en exterminadores?- ambos se miraron fijamente luego de aquel comentario.
-los frikis siempre somos menospreciados- sentencio Alberto volviendo su atención a la pantalla.-Creo que necesitaremos ayuda-
-Claro, porque si un Friki no lo logra, una pandilla, si-