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~Mi otro yo~ por barahime

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Notas del fanfic:

Editado...

Notas del capitulo:

 

EDITADO

Mi otro yo…

 

 

—Pues bien adelante — le ofrecía entrar al departamento.

—Gracias — dijo el castaño un poco nervioso al estar en casa de su amigo.

—Y bien Uru —comentó su compañero llevándose las manos  a la cintura— ¿Quieres cenar?

—Eh…, no quiero molestarte Aoi, pero si quieres te puedo preparar algo — decía mientras dejaba sus cosas en el sillón.

—No hay problema Uru, si quieres podemos pedir una pizza o lo que quieras — comentaba sonriente —, y vemos una peli — dijo señalando el DVD con la mirada.

—Está bien — acepto el castaño — pero que no sea una cursi ¿ok?

 

 

Llegó la pizza, Aoi y Uruha se dispusieron a comerla mientras veían una película de acción que al parecer era muy buena ya que Uruha no le quitaba el ojo de encima, por su parte Aoi estaba más tranquilo de ver que su amigo estaba mejor, le preocupaba mucho que estuviera enfermo;  la película duro tres horas por lo cual cuando esta terminó ya pasaban de las doce.

 

 

—Tú quédate en la cama — le ofreció el pelinegro a su amigo que apenas lograba tener los ojos abiertos.

— ¡No!, no te molestes yo me quedo en el sofá, solo dame algunas cobijas — decía negando la oferta del mayor.

—No Kou, yo sé que estás cansado y no creo que sea muy cómodo dormir ahí — sonrió mientras tomaba a su amigo de la mano para conducirlo a su recamara.

—Ay Aoi, ya sé, por qué no mejor nos quedamos los dos en tu muy reconfortante cama King Size — sonrió y se lanzó a la cama seguido de un suspiro —, yo quiero una cama así, la mía no me alcanza — dijo acomodándose — ¿te parece bien? — preguntó.

—Mmm, está bien — aceptó con una sonrisa, no sería la primera vez que compartieran una cama.

 

Los dos se propusieron ir a dormir no sin antes cambiarse y desmaquillarse.

 

—Yuu — le llamó el castaño entrando al baño en donde este se encontraba lavándose los dientes — ¿me prestas una playera o algo para dormir? — pidió con una sonrisa.

— ¿Mmm?, Ahhh, aja bufca enl elf closeft — decía con el cepillo de dientes aun en la boca.

 

 

Aoi terminó de prepararse en el baño, quedando solo en bóxer ya que el acostumbraba a dormir así, se dirigió a la habitación sonrojándose de inmediato al ver el cuerpo casi desnudo de su compañero, si bien era un chico al igual que él por detrás parecía una mujer con la piel más blanca que hubiera visto. Caminó hacia él tratando de hacer algún ruido que anunciara su presencia.

 

—Yuu me espantaste — se quejaba después de dar un pequeño brinco — tomé esta, ¿está bien? — preguntaba señalando una pequeña camiseta de seda color purpura que había encontrado.

—Si está bien, si no te importa que sea de una de mis ex — sonrió.

—A pues la verdad es que no, el color está bonito y aparte me queda bien — decía mientras la acomodaba a su cuerpo.

—Como quieras — contestó el mayor dándose la vuelta  dirigiéndose a la cama — ahora deja de hacerte el tonto y ven a dormir que mañana tenemos ensayo temprano — pidió con otra sonrisa.

—Ya voy, solo deja me lavo los dientes y me tomo mis pastillas — decía dirigiéndose al baño, a su regreso tomo un pequeño frasco de su  morral.

— ¿Qué es eso? — preguntó Aoi.

—Pastillas para dormir — explicó — son para asegurarme de que no pase nada — decía refiriéndose a su ya muy conocida enfermedad.

—No inventes, ¿siempre te las tomas? — preguntó sorprendido de ver que su compañero estaba dispuesto a tomar más de una — ¿y las que te dio el doctor?

—No funcionaron — decía triste recordando el anterior incidente del que sus amigos le contaron cuando recobró la consciencia — mejor prevengo.

—Estás loco— dijo quitando el frasco de sus manos — te vas a hacer drogadicto — cerró el frasco y lo lanzó  a algún lugar de la habitación.

—Pero…

—Nada — lo interrumpió — duerme estoy seguro de que no pasara nada — decía dándole ánimos.

—Pero… ok, solo no quiero que luego haya quejas ¿ok? — le advirtió —. Buenas noches — dijo para luego darle un beso en la mejilla.

—Buenas noches — dijo y  apagó las luces, minutos después se quedaron dormidos.

La noche era algo fría solo se podían escuchar sus calmadas respiraciones, Aoi dormía plácidamente pero un peso extra sobre su cuerpo lo despertó.

 

— ¡Uruha! — Gritó al ver a su amigo sobre él, completamente desnudo — ¿Qué te pasa?, quítate — le pedía tratando de quitárselo de encima.

—Shhh… — Uruha lo silenció posando uno de sus dedos sobre sus labios —, yo no soy Uruha — dijo acercándose a su cuello y lamerlo.

El pelinegro sintió un escalofrió, él acababa de decirle que no era Uruha.

 — Maldición — decía para sus adentros, ahora se arrepentía de no dejar que su amigo tomara las pastillas para dormir.

 

—Ahhh — un gemido lo sacó de sus pensamientos, el castaño lamia su cuello y con sus manos delineaba su cuerpo — Uru — trataba de hablar — cálmate si por favor — le pedía alejándolo.

—Ya te dije que no soy Uruha, es muy malo de tu parte confundirme — le decía con un puchero.

—Entonces, ¿quién eres?

—Mmm, soy quien te va hacer sentir el mayor de los placeres que hayas sentido en toda tu vida — dijo con una sonrisa coqueta llena de lujuria.

— ¿Eh?... — fue lo único que salió de su boca antes de ser atacado con un sin fin de apasionados besos.

 

No lo podía creer, por más que trataba de quitárselo de encima no podía, no se explicaba de dónde sacaba tanta fuerza pero eso no le preocupaba, lo que le preocupaba o más bien le asustaba era terminar total y plenamente violado por  su amigo quien se las había ingeniado para quitarle los bóxer y tratar de masturbarlo.

 

—Ahhh... Uru…ha — trataba de hablar pero sus gemidos se lo impedían su vista era nublada y sus respiraciones entrecortadas.

 Uruha tomaba el miembro del mayor con agilidad y rapidez provocando en este una ola de placer que hacia se arqueara despegando su espalda de la cómoda cama, una sonrisa maliciosa y arrogante se posó en sus labios mientras que Aoi no quería ni abrir los ojos, se mordía el labio inferior tratando de acallar sus gemidos pero era imposible,  su cuerpo se sentía como nunca, una oleada de sensaciones invadían su ser, lo atacaban a la par de los labios del más alto que se encargaban de marcar ese cuerpo como suyo.

—Te lo dije — le susurró al oído haciendo que el pelinegro abriera los ojos de golpe — te gusta, ¿verdad? — Preguntaba a la vez que lamia su pecho — ahora va la mejor parte — decía mientras acaricia sus piernas y las comenzaba a separar.

— ¡No! — gritó asustado al ver las intenciones de su amigo.

—No te preocupes no voy a lastimarte — decía lamiendo el pene ya erecto del pelinegro —, pero si no pones de tu parte este se convertirá en un mar de sufrimiento, así que lo mejor será que te relajes y lo disfrutes — decía con una sonrisa —. Así que solo déjate llevar y disfrútalo así como yo lo hare y tú lo haces con el tal Uruha.

—No — trataba de hablar — yo jamás lo he hecho con un hombre — le dijo asustado.

—Mmm — se le quedó viendo algo sorprendido —, ya veo, pues entonces lo haré de la mejor manera, me alegra saber que seré el primero — decía con tono burlón mientras separaba más las piernas del mayor para comenzar.

Llevó tres de sus dedos a su boca para mojarlos y preparar a Aoi, comenzó con el primero, Aoi hizo una mueca de dolor dejando salir de sus labios un corto gemido.

 

—Por… fa...vor, déjame — decía al borde del llanto — me duele, por favor suéltame — le suplicaba empujando con sus manos sin resultado alguno.

Metió el segundo dedo haciendo que Aoi se retorciera de dolor, este se mordió el labio aguantando el dolor y la horrible sensación, metió el tercer dedo haciendo movimientos para acostumbrar al mayor pero este seguía quejándose.

 

—Déjame — le pedía ya sin fuerzas — me duele.

—Mmm dices que te deje y que te duele, pero mírate — acarició su miembro con la otra mano — estas a punto de estallar, no me quieras mentir sé que te gusta — lamió la punta que comenzaba a gotear.

—Ahhh — los gemidos salían de su boca — detente — le pedía de nuevo.

—Parece que ya estás listo — dijo sacando sus dedos provocando otro gemido de dolor por parte de Aoi —. ¿Listo? — preguntaba separando más sus piernas acomodándose entre ellas.

— ¡No! Deten…  ¡Ahhh! — sus gritos eran casi desgarradores, el castaño lo había penetrado de golpe y sin dejar que se acostumbrara lo embestía rápidamente, ahora el pelinegro se retorcía y gritaba con lágrimas en los ojos, mientras Uruha lo besaba dejando marcas en su cuello y pecho.

Por otro lado Aoi ya no le pedía que se detuviera sabía que era inútil, aun así seguía llorando, Uruha lo masturbaba  hábilmente  pero lo penetraba ahora más lento aun así profundo quería que lo sintiera y si era su primera vez haría de ella algo inolvidable, ambos estaban exhaustos y a Uruha se le estaba acabando la paciencia, por más que lo intentaba Aoi no cambiaba seguía llorando, todo era dolor para él, aun así no se rendiría, las embestidas seguían al igual que el vaivén de su mano, lo besaba con pasión, Aoi trataba de huir de sus labios pero estos lo seguían, los minutos iban pasando, y ahora los gemidos de Aoi comenzaban a llenar la habitación en penumbras, Uruha sonrió, sus lágrimas habían desaparecido, Uruha suspiró aliviado.

 

—Eres muy difícil — le susurró al oído — pero no podrás decir que no me estoy esforzando para que te sientas mejor — depositó un beso tierno en los labios entreabiertos del mayor, que ahora lo miraba con odio, un odio que tenía que tragarse porque después de todo su amigo no tenía  la culpa.

—No me mires así, harás que me sienta mal — le decía sin dejar de embestirlo provocándole más y más gemidos, un  par de vaivenes más y ambos se corrieron.

Uruha salió de él arrebatándole otro grito de dolor, se acostó a su lado para recuperarse, Yuu  solo se quedó ahí tratando de controlar sus lágrimas que de nuevo surcaban su rostro, sus respiraciones eran entrecortadas y sus cuerpos empapados en sudor y semen, el castaño soltó un suspiro y se levantó de la cama como si nada para ir al baño, cuando salió se apresuró en cambiarse para después dirigirse a Aoi que seguía llorando echo un ovillo.

 

— ¿Te duele mucho? — preguntó ahora si preocupando rosando delicadamente su mejilla.

— ¿Tu qué crees? — soltó enojado entre sollozos.

—Lo siento — dijo por ultimo depositando un beso en la mejilla que antes había acariciado y así cayó rendido en la cama desconectándose del mundo.

Aoi no podía creer lo que Uruha le había hecho, claro estaba que no había sido él, o al menos eso quería pensar pero aun así ahora, qué haría, con mucho trabajo y dolor como pudo se levantó de la cama reprimiendo un par de gemidos, se dirigió al baño, entró en la tina quedándose en ésta por un buen rato llorando inconsolable, tratando de limpiarse.

 Al salir lo que el espejo le ofrecía solo lo llenaba más de tristeza, su cuerpo jamás había sido tratado de esa manera, innumerables rasguños, mordidas y chupetones se esparcían por todo su cuerpo, y ahora qué les diría a los otros si se enteraban; y por sobre todo el dolor era insoportable, salió del baño para buscar un pijama y ocultar las marcas de su cuerpo, tenía que ocultar todo.

 Ahora el problema era cambiar las sabanas llenas de sangre y semen, ¿cómo lo haría sin que el castaño de diera cuenta?

 

 

Notas finales:

jojojo!

¿Qué tal?

Ok gracias por leer 

Espero actualizar eroguro en la semana 

Especificamente el 27 de octubre que aqui en México a pesar de que en Japón es ya 28 por lo que irá dedicado para mi KAICHUU!!!

Esperenlo

Les dejo mi face: https://www.facebook.com/kira.sama.505  

Sayo~

 

Kira...


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