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Gemídos. por AddictiveHeroine

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Notas del fanfic:

Hola:D! Ha surgído ésta idea mientras escuchaba una de mis recientes adicciones.

SCREW ♥ !

Seguramente que tú también has escuchado esta canción, y si no, pues te la recomiendo al 1OO.

Gather Roses - Screw

http://www.youtube.com/watch?v=aZpjoNuhFRs

Notas del capitulo:

Espero que les guste :3 

 

A leer C:

 

Era una noche como cualquier otra en ése concurrido burdél. Los clientes iban y venían extsiados, exitados, satisfechos..

Las bebidas alcohólicas paseaban de un lado a otro también, llevándo al límite a las personas que se encontraban disfrutando aquella noche sin inhibiciones. Invitándolos a perderse en aquél lugar de ensueño, lléno de lujúria.

Ésa noche, se decidió a entrar. Llevába días pasándo por fuera de aquel lugar, que pasádas las 12 de la noche, encendía sus letreros en neón, atrayéndo a las personas como mosquitos ante una inminente trampa de luz.

Ésa noche, él también se había convertido en un mosquito. Se sentía atraído a ése lugar, al que incontables veces le habían invitado, pero se había negado rotúndamente, poniéndo excusas bastante estúpidas.

Por fin estaba dentro. Caminó por el lugar inspeccionándolo, mirándo de un lado a otro ésas mujeres escásas de ropa contonéandose frente a los hombres sensualmente, para bajárles una razonáble cantidad de dinero.

Apesar que mirába de un lado a otro, no encontraba alguien que llamáse su atención. No hasta que la vió. Allí parada frente a él, estaba lo que el consideraba, la mujer más atractivamente sensual del lugar.

Con unos cabellos castáños que caían sobre sus hombros con algunas puntas paradas dándole un aire salvajemente sensual. Usába una batita de seda en color azul rey, que ocultába estratégicamente su figura delgada, pero dejaba un poco al aire su pecho. Éra algo plana, pero le importaba un carajo en ésos momentos. Algo en ella le atraía muchísimo.

La miró un largo rato contoneárse al son de la música seductiva del lugar y se decidió a acercarse. -¿Tienes algún cliente? - preguntó a su oído, embriagándose del dulce aroma a cerezas que desprendía su cabello.

Simplemente obtuvo una negativa con la cabeza. Lo tomó de la mano, y se lo llevó a de allí. Camináron un largo pasillo lléno de puertas, y llegáron a lo que parecía ser la habitación donde ella trabajaba.

Abrió la puerta suávemente y le indicó que le siguiera. Estando adentro notó el agradable aroma a vainilla que desprendían unas velas estratégicamente colocádas por todo el lugar. Un color morado, predominaba en su mayoría. Las paredes, las sábanas de aquella cama matrimonial, algunos muebles.. 

-¿Cómo te llamas? - escuchó preguntar a la ¿chica? Un momento, ésa voz éra demasiado grave para ser de una mujer. Se giró y entonces pudo comprobárlo. Aquel agraciado ser cargádo de sensualidad, éra un hombre.

-Yuu - se limitó a decir ante su shock

El chico sonrió. -Sorprendido ¿verdad? - preguntó con una sonrisíta arrogánte pero satisfecha

El aludido tan sólo asintió un poco con la cabeza. -¿Cuál es tu nombre? - preguntó apenas saliéndo de aquel estado 

Aquélla sensual figura sonrió de oreja a oreja. -Yo tengo muchos nombres.. Pero, llámame Uruha - contestó

-Bien.. Uruha.. Creo que me he confundido - dijo disculpándose e intentando llegar a la puerta de salida, pero una mano le detuvo.

-Me has traído aquí.. He rechazádo muchas personas ésta noche, pero tu realmente me parecíste alguién interesánte y decidí venir contigo.. ¿Me vas a decepcionar? - preguntó con una voz sensual a su oído

 

En una noche obscena, puedo encantarte con un sueño agraciado.

 

-Es que yo.. No soy.. - intentaba decir Yuu ante aquel acercamiento que le había causádo escalofríos

-¿No éres gay? - preguntó el castaño aún cerca de su oído

El muchacho asintió levemente.

-No necesitas ser gay para acostárte conmigo, puede ser algo.. casuál. És sólo sexo, no es como que vámos a iniciar una relación o algo por el estilo - dijo Uruha alejándose de él y sentándose en el filo de la cama

Se lo pensó un poco. Tenía razón. Además, llevába meses tan ocupado con su trabajo, que ni siquiera había podido ni complacerse él mismo con sus hábiles manos. Había comenzádo a encontrar aburrído éso del sexo y las citas. Sin duda algúna, éso de conseguirse una novia no estaba en sus planes. Había tenido varias relaciones fallídas, y él ya estaba cansádo de todo aquello.

Ni para que decir, que ya no le movia nada por dentro ni siquiera el maldito porno. Ésas rubias gritando mientras éran embestidas le causába ya algo de ásco.

-De acuerdo - dijo aún no muy convencido

-Entonces sígueme - pidió Uruha sonriente. Ése muchacho éra interesánte para él. Lo había visto mirándolo desde que llegó. Éra bastante atractivo, con cabellos negros lacios y que caían por encima de sus hombros. Se veía bastante fuerte, y tenian un trasero.. Diós, que trasero.

Lo encaminó hacía un sofá individual y lo hizo sentarse allí. Retrocedió unos pasos y lo miró con los ojos cargádos de lujúria.

 

El oscuro dormitorio grita desganádo: "¿Qué quieres de mí? ¿Qué quieres que haga?"

 

No pensó que sería algo con mucho impacto para él. Nunca se había acostado con un hombre, pero seguramente iba a ser igual que con una chica. Seguramente iba a besárlo, a mamársela y a dejárse follar y listo.

Aburrido, sexo aburrido por todos lados. 

Lo miró de arriba a abajo. Sí, tenía un cuerpo esbélto y bastánte tentador. Pero seguramente gritaría igual o más que ésas rubias asquerosas. Bleeh, que aburrido.

 

De flor en flor, cómo una mariposa que revolotéa..

Ah, gemídos.. Ah, gemídos.. Mira abajo.

 

De pronto, Uruha comenzó a movérse frente a él. Lo miraba a los ojos, haciéndo a Yuu sentírse extraño. Cómo en una dimensión diferente. Éra como si el tiempo se hubiése detenido en sus caderas, que se contonéaban agraciadamente de un lado a otro mientras subía y bajába.

Se le acercó un poco mientras se movía sensualmente, sin dejar de mirárlo. Se giró y le dió la espalda. Su trasero se movía frente a él. Delicioso, sólamente ésa palabra podía describir el baile que estaba haciéndo aquel chico de cabello castáño.

Era deliciosa su manera de movérse. Lo invitaba a tocar, y lo intentó. Pero la mano de Uruha lo detuvo. -Todavía no - le dijo con una sonrísa maliciosa.

Siguió moviéndose de un lado a otro, cómo intentando seguir una inaudible música fantásma. Tenía una gracia para mover ésas pequeñas caderas que a Yuu se le antojó majestuosa.

De nuevo se puso de frente mirándolo. Se le acercó, y pasó sus infinítas piernas a los lados del cuerpo de Yuu. Lo mirába deseóso. Siguió un leve baile, bajándo sus caderas poco a poco, hasta que se sentó en el regázo del pelinegro. Sin dejar de movérse, chocába sus caderas con las de él. Sentía su exitación crecer bajo sus pantalónes de mezclilla oscura.

Sonrió para sí mismo. No dejaba ése bailesito ni un minuto. 

 

Éres una romántica que se hace del rogár. Déjame darte un beso, que ni un suspiro se te podrá escapar. 

 

Se estaba volviéndo loco. No pudo evitar que sus manos se eleváran y tomaran las caderas de ése sensual cuerpo que se frotaba contra sí. Estaba perdiéndo la cordúra. Lo obligó a sentárse sobre él, deteniéndo el ritmo de su cuerpo.

Sintió su exitación y la de él chocar. Ambos soltáron un leve gemído, y el castáño sonrió. Ahí comenzába el show.

Le tomó la barbilla y lo hizo mirárle. Ah, ésos ojos envuéltos en llámas de deseo lo estaban quemándo.

Una sonrisa traviésa cruzó los labios del chico que tenía encima, y lo hizo volvérse loco. Se acercó y lo besó. No éra un beso amable, ni mucho menos suáve. Al contrario, éra un beso desesperádo, un beso apasionádo. Éra un beso que explicába las ganas tan treméndas de poseér su cuerpo.

Pero no se la pondría fácil. Apesar que su trabajo éra abrir las piernas y yá, le encantába representar un reto para sus clientes. Le encantaba llevárlos hasta el límite, al grado de rogár por dejárse follar.

 

Si continuás tu ritmo de perra tallándo tu ansiosa cintura, ésta noche será tal y cómo tu quieres ¿cierto? 

 

 Se separáron en busca de aire. Con un ligero hilito de saliva uniéndo aún sus bocas. Lo miró un momento. Podía ver la exitación escrita en su frente.

Se levantó de ahí y se alejó unos pasos ante la mirada confundída pero exitada de Yuu. Estaba expectánte. ¿Qué iba a hacer ahora ése muchacho? Lo miró aténto.

El castáño lo miró a los ojos, pronto comenzó a desabrochar la batita que estaba usándo. Bajándola torturosamente lento, le quemába los sentidos al pelinegro. Sentía su cordúra arder. ¿Séxo aburrido? Éso estaba por verse. Éra como sí ése chico, hubiéra leído su mente. Nunca le habían hecho un lap dance, y mucho ménos un striptease. Éra realmente exitánte.

Se terminó de quitar la batita ante la miráda del que yacía sentado en el sofá. Su cuerpo éra una obra maestra. Delgádo, su piel éra blanca, y a decir verdad, désde la distancia se le antojó suave. Se le antojó. No supo de dónde salió, pero repentinamente con su dedo índice le indicó que se acercára.

Él obediente Uruha, siguió aquel mandáto silencioso, y con la grácia que sólo él poseía se acercó. El pelinegro lo miró y por su mente viajaron mil imágenes de aquel muchachito gritándo su nombre como un loco. Se imaginó mil maneras de hacérlo estallár de placer. Se imaginó cosas realmente sucias, tan sucias que si alguién pudiera ver en su interior, lo mandarían al psiquiátra por enférmo.

Se puso duro de tan sólo imaginar aquél angelicál rostro sudándo, y luchándo por mantener la respiración normal mientras hacía las caras más exitántes que sus ojos jamás habían podido ver.

Le tomó la barbilla haciéndolo bajar y cuando lo tuvo cérca le sonrió. -Uruha, ésta noche te voy a hacer gritar cómo la putita sucia que segúramente éres - le dijo con una voz rónca que de tan sólo escuchárlo, lo hizo gotear.

Éstaba desnudo, éra más que claro que Yuu podía ver su erección. Él mismo podía ver la jodida tienda de campaña que el pelinegro tenía bajo ésos pantalónes. -¿Te gusta lo que ves? - escuchó preguntar con voz sensuál 

Se ruborizó un poco. Se sentía un auténtico tonto. Ése éra su trabajo, y llevába haciéndolo desde que había cumplido los 19 años. ¿Qué tenía de especial éste tipo que había llegádo de los más excéptico y ahora se mostrába como todo un semental?

Sin prévio avíso, él pelinegro le tomó del cabello y lo hizo agachárse hasta su entrepierna. Él castáño pareció entender la indirecta, pues se apresuró a bajárle los pantalónes con un poco de ayuda del mismo. Pero ántes que pudiéra llevárselo a la boca fué detenido por la mano del chico.

 

Si lo sostiénes en tu boca hasta que éste completamente satisfecho, nos encontráremos nuevamente en el interior de tu sueño a partir de mañana..

 

Lo miró, éra simplemente torturóso. Con más calma, se dispúso a engullir aquel pedázo de carne caliente que se mantenía orgullósamente erguído frente a él. Entonces, se percató de que éra bastante grande. Dios, segúramente si Yuu no lo hubiéra detenido, se hubiése atragántando con él.

Le dió pequeñas lamidas para acostumbrárse al sabor. Lo masajéaba lentamente, con rítmo. Comenzó a ponérlo de a poco en su boca, hasta que por fín pudo tragárlo todo.

Había hechádo su cabeza hacía atrás. Los gruésos y delicádos labios de Uruha, lo estában llevándo al borde. Apénas y había comenzádo a hacérle sexo oral y ya se sentía chorréar. Ése chico tan sensuál, tan experto, se le antojaba todo un novato en ésos momentos. 

Sentía sus labios cerrárse en torno a su miembro, aprisionándolo en una cálida cavidad, dónde una lengua le daba suáves lamídas. Dios, estába en el jodido cielo.

-Tócate - le ordéno entre suspiros al ver la creciente erección del castáño.

Le obedeció. Hacía sorprendetemente bien su trabajo. Se masturbaba mientras le daba placer con su boca. Wow, ése chico éra maravillóso.

Sintió de pronto una lamida especialmente dura por parte del chico, y soltó un gemido alto. O al menos lo suficiente para que él otro escuchara lo bien que estaba haciéndo su trabajo.

Lo tomó de él cabello, y comenzó a -literalmente- penentrárle la boca. Movía sus caderas al ritmo de las succiones que le proporcionaba Uruha, quien, daba pequeñas arcadas al sentir ése trozo duro chocar contra su gargánta.

Inevitablemente, y en un sónoro gemido, el castáño se corrió en su mano, y al escuchárlo, Yuu se corrió también en la boca del chico, quien sin remilgar, se tragó aquella escencia caliente.

Se levantó del suelo, dándo por terminádo su trabajo. Siempre éra así, después que el cliente se corría, se largába de allí.

Pero entonces, una mano lo detuvo. -Aún no acabámos - escuchó decir con voz entrecortada

Se giró para mirárlo y lo encontró intentando nivelar su respiración. Se levantó de aquel sillón, y se acercó. Atrájo con sus manos las caderas del chico que se encontraba desnudo frente a él. Lo encaminó hacía la cama y lo tiró en ella.

Terminó de bajárse los pantalónes y se quitó el resto de sus ropas, quedándo ahora sí, desnudo frente a Uruha.

Lo miró. Tenía un cuerpo muy sexy. No se había equivocado con su trasero. Éra realmente torneado, redondito y sensuál. Sus brazos y abdómen marcádos, le demostráron lo mucho que se ejercitába. Sin mencionar, su espalda ancha y sudorósa. Wow, ése chico Yuu, sin lugar a dudas éra todo un semental.

Se colocó entre sus piernas, haciéndole notar al castáño su nueva erección. Agradeció a Dios el hecho de no ser virgen, porque con él tamano de polla que se cargába Yuu, segurámente siéndolo, le hubiéra partido en dos y hasta quizá en cuatro.

Le tomó las caderas mientras se posicionába. Y dirigiéndo su miembro a la rosadita entrada del que tenía debájo. Se apresuró a entrar en él.

Sintió aquella deliciosa carne caliente adentrárse. Joder, éra la gloria. La maldita polla de Yuu éra la gloria. Todavía ni comenzába a embestirlo y ya se sentía en el orgásmo.

Dirigió una de sus manos al hombro del castáño y comenzó su labor. Salía y entraba de aquél frágil cuerpo con ritmo lento. Así le gustaba comenzár. Gozar el proceso, además, estaba seguro que lléndo de ésa manera, Uruha no tardába en exigírle que fuera más rápido. Sudába, sus labios entre abiertos, éran una constánte tentación que sólo consiguió calmar acercándose a besarlos. 

Juntáron sus labios, encajában perfecto. Comenzáron un cálido beso, rítmico y acompásado con las suaves embéstidas que le proporcionaba Yuu. Se sentía morir cuándo sintió una lengua querér adentrárse en su boca. Le dió fácil accéso, y probó el dulce sabor de ésa ávida lengua que recorría todo el interior de su boca. Soltó un sorpresivo gemído cuando el pelinegro lo mordió suavemente en el labio inferior.

Se separáron en busca de aire. - M-mm.. más rápido.. - exigió entre gemídos

Sonrió, su plan había funcionado. Ahora sí,  gritar de ha dicho.

 

De flor en flor, cómo una mariposa que revolotéa..

Ah.. gemídos.. Ah.. gemídos.. Mirándo abajo..

 

Comenzó a embestirlo con fuerza. Sin duda alguna, él también había comenzádo a desesperárse con su propio ritmo. 

Sentía el miembro de Yuu entrar y salir de su cuerpo sin piedad algúna. Oh Dios, ésas certéras estocadas lo estaban llevándo al límite.

Se retorcía de placer bajó el vaivén de caderas del pelinegro. No pudo reprimir un auténtico grito de placer cuando éste comenzó a masturbárlo con fuerza al ritmo que arremetía contra su delgado cuerpo. 

Sudában, gemían, gozában. Pronto, un gemído especiálmente ronco por parte del castáño lo hizo saber que había dado en el punto corrécto.

Tomó con una mano su cadera, y con la otra el hombro de Uruha, impulsándose todo lo que podía mientras arremetía con cada vez más fuerza.

Ningúno ocultaba la exitación creciente en sus rostros, en sus cuerpos, en sus voces.. ¡Dios!

Prónto, sintió un escalofrío recorrérle la espina dorsál, bajándo por su vientre hasta su miembro. Con un espéctacular y estruéndoso gemído, se corrió en el vientre de ambos, y cási inmediatamente al sentir las parédes de la entráda de Uruha contráerse majestuosamente se corrió él en su interior.

Un silencio inundó la habitación. Silencio que éra únicamente cortado por las respiraciones agitádas de ambos.

Miró el rostro del de piernas largas, y fué la imágen más sensual de toda su vida. Sus labios entre abiertos, sus ojos entre cerrados, su respiración pesáda, su cabello despeinádo, y ligéramente bañando en sudor.

Ése, había sido el orgásmo más devástador y placentero que había tenido en su vida. No sólo de Yuu, si no también de Uruha. Quién, sorprendido por llevar ya consideráble tiempo trabajando en aquello, jamás, jamás se había corrido así.

Se inclió y le besó con dulzura los labios. - Gracias - le dijo saliéndo de él y tumbándose a su lado.

Se giró para mirárlo. - Gracias a tí - dijo regalándole una sonrisa sincera

Éra una lástima que tan sólo fuera un encuentro ocasional. Le gustaria tirárse al chico más veces. Muchas, muchas más veces.

Le quedaba el consuélo que podía visitárlo cuando quisiera y cumplir asi sus deseos. Aunque un extraño hueco le llenába el estómago.

-Has estado fantástico - le aduló el castáño

-No lo digas simplemente porque sea tu trabajo - le reprendió el pelinegro

Soltó una risita. -Nunca lo hago, lo digo en serio -

Sonrió con satisfacción. - Tú también has estado increíble - se calló por algunos momentos - Podría.. ¿regresar mañana? - preguntó dubitativo

Uruha se sorprendió y lo miró. - Puedes volver cuando quieras.. Ésto es un burdel - le dejó en claro

-Pero.. vendría a verte a tí - dijo seguro - Soy.. Yuu, Shiroyama Yuu - dijo presentándose cómo éra debido

Le miró dudóso. - Yo soy.. Takashima Kouyou.. pero mejor dime Uruha.. - se atrevió a confesár - Es mi nombre de trabajo - 

Se besaron largámente. Después de tener la mejor noche de sus vidas.

 

 

¿Qué si se volviéron a ver? ¡Claro! Yuu volvió todas las noches a partir de ahí. Un lazo de algo más que sexo ocasional inevitablemente se fué dándo. ¿Amor? Quizá es muy pronto para hablar de amor. Pero pasión, lujuria, buenos orgásmos, de eso había y mucho.

Quizá.. Quizá después algo más vendría.

 

Notas finales:

¿Les gustó? Regálenme un review y quizá tenga una posible secuela :D ♥

Gracias de antemano por tomárse la moléstia de leer.

Y sí no es mucha moléstia más, dénse una vuéltesita por mi profile :) tengo más oneshots y dos fanfics, les déjo el link :

http://www.amor-yaoi.com/fanfic/viewuser.php?uid=15138


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