Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

¿Por qué no...? por Enea

[Reviews - 29]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

 

Cap 2: Haciéndote frente

 

 

Me estiré todo lo que me permitía mi cuerpo en aquella postura. ¡Odiaba trabajar! Bueno, me gustaba, pero en ese momento no. Tenía antojo de estar tirado en la cama, sin hacer nada. Tanto juntarme con Shikamaru tenía que traer consecuencias...

Pero aún así, volví la vista al ordenador seguí tecleando. No me quedaba mucho tiempo de margen y la jefa se estaba impacientando. Tenía que haber entregado el artículo esa misma mañana y ya iba atrasado. Las malditas dudas que Sasuke me hacía plantearme me llevaban de cabeza todo el santo día y no paraban. Es que no me podía ni dormir y eso hasta él lo había empezado a notar y mira que para que el muy capullo se entere de algo mientras duerme es algo ya fuera de lo común, porque mucho quejarse de que tengo el sueño pesado cuando él lo tiene igual o más que yo.

Pero era cierto, no podía dormir, mi cerebro no dejaba de susurrarme las mismas y mismas odiosas conclusiones que no podía dejar de sacar una y otra vez sobre nuestra relación. Ambos hombres, ambos iguales... y yo queriendo follarme a Sasuke una y otra vez y no al revés(que también, pero después de que le ponga a mirar a Cuenca) y él que no daba su puto brazo a torcer. ¿Es que tanto le costaba? Vale, no iba a negar que al principio la sensación era horrible, por no decir nauseabunda y en más de una ocasión había tenido la urgencia de gritar que saliese de mi porque necesitaba ir al baño, cosa que no era verdad, pero la sensación allí estaba junto con el punzante dolor, pero eso eran las primeras veces, luego era tan sumamente placentero que me daba miedo el ver como me estaba volviendo un puto nimfómano. Si es que era yo el que casi siempre buscaba su polla en mi culo. Sasuke sólo me decía hola y yo ya estaba cabalgándole como un descosido. Pero aún así quería hacerlo. Quería hacerle sentir lo mismo que él me hacía. Quería que sintiese por una vez aunque fuera, lo que era ser tomado por la persona que amas.

¡Pero no quería!

-¿Ya has acabado?-preguntó una dulce voz detrás de mi.

Giré el rostro y vi a una chica con ojos verdes, una hermosa y radiante sonrisa. Su pelo, totalmente rosa, estaba siendo recogido por una torpe coleta que dejaba caer de forma dispar unos cuantos mechones aquí y allá. Le daba un aire intelectual y ocupado que le hacía ver más atractiva y distante.

Negué con la cabeza a la vez que sonreía.

-Me vas a matar, Sakura, pero todavía no he acabado.

Ante mi respuesta, su sonrisa desapareció. Entrecerró los ojos y crispó los labios, un signo inequívoco que me estaba estudiando con demasiado detenimiento.

Luego volvió a su pose amistosa y miró la pantalla, leyendo lo que, por ahora tenía escrito.

Cinco minutos después, volvió la vista hacia a mi.

-Me gusta, pero aún así no creo que sea un buen tema. Ya sabes que el mundo en el fondo es muy tradicionalista y creo que volverá a haber política por esto-se sentó a mi lado y sonrió, divertida.

-Bueno, mi trabajo es de hablar de sexo, ¿no?-comenté lo evidente con una sonrisa picara-. Eso es lo que estoy haciendo. El sexo entre hombres también es sexo y hay que tratarlo, ¿no crees?

-Sí, totalmente de acuerdo, pero aún así es muy... no sé...-lo meditó un rato-. Creo que lo mejor sea que hables de hombre y doncel. Creo que será lo mejor, ya que quieres que sea entre hombres...

-Sí, pero según la sociedad, un doncel no es un hombre ni un mujer-le recordé con evidente desagrado-. Yo estoy saliendo con Sasuke y soy hombre, él también lo es, así que, ¿por qué no escribir sobre algo que, aunque el mundo intente negar, hay? ¡Por mi madre, hay un montón de gays!

-Sí y cada día aumentan-murmuró Sakura a la vez que suspiró-. Sin ir más lejos mi cita de ayer...

-¡Ah, sí!-exclamé cortándola-. ¡No me acordaba! ¿Qué tal te fue con...?

-Konohamaru-me recordó el nombre-. Pues como te iba diciendo que mi “cita” acabó siendo siendo una salida como amigos. Es gay-afirmó-. ¡Y no pude mojar!-sollozó de forma teatral-. ¿Por qué coño es tan difícil follar hoy en día? ¿Por qué todos los tíos que me molan tienen que ser gays?-me miró-. Y no me refiero a lo de Sasuke, eso ya lo tengo más que superado, aunque no te niego que fue un trauma para mi saberlo vuestro.

Asentí de forma melancólica recordando el momento en que Sakura nos pilló in fragantti en mitad de un fogoso beso que estaba pasando a mayores.

Sakura había estado enamorada de Sasuke desde que se conocieron y eso ya eran como... no sé... ¿diez? ¿once años? La verdad es que no llevaba las cuentas. Sasuke nunca mostró interés en ella, cosa bastante extraña para todos ya que es una de las chicas más guapas y encantadoras(dejando a parte el momento en que se enfada y empieza a golpearme como si le hubiese poseído un gremlin rabioso), aunque cuando aparecí yo, todos descubrimos la razón de su desinterés a cada una de las chicas que indudablemente le iban detrás; era gay. Claro aunque él todavía se empeña en decir que no, que no es gay y que es Narusexual... sí, y yo me lo tragaba como un tonto.

Sakura y yo nos habíamos hecho amigos poco después de conocernos, aunque en un principio pensé que me atraía, que me gustaba y por eso le perseguía constantemente, hasta parecer un puto retrasado mental, masoca porque me alegraba cada vez que recibía un golpe de ella porque eso significaba que por lo menos me prestaba un mínimo de atención. ¡Imbécil yo! Por ese motivo sentí que estaba traicionando su confianza al estar liado con el chico que ella estaba enamorada sin decirle nada, pero cuando nos pilló fue totalmente increíble la capacidad de adaptación que tuvo. Sí, lloró, pero creo que más bien fue como una especie de llanto de felicidad mezclado con... yo qué sé. No entiendo ni entenderé muy los sentimientos ajenos o los míos propios. Al no haber tenido a nadie durante toda mi vida, alguien que me mostrase lo que era cada cosa, había provocado que fuese muy despistado en lo que se refiere a sentimientos.

Nos felicitó por nuestro reciente noviazgo y desde ese momento se volvió nuestra más intima confidente, por lo menos por mi parte, ya que era la que, sin lugar a dudas, conocía mejor al bastardo de mi novio y podía opinar de forma objetiva.

Aunque, claro, todavía no le había contado mis reciente dudas. Y no pensaba hacerlo. Quería por una vez, resolverlo por mi mismo.

-Tampoco me molesta que haya más gays que heterosexuales-seguía diciendo mi amiga-. Pero es que si no hay tíos con los que follar, entonces no hay diversión y si no hay diversión no party.

-Te entiendo-reí.

-Sí, una porra-resopló-. Te recuerdo que tienes a un tío que estará para varias cambios de bragas y en tu caso, de calzoncillos, con solo mirarlo. ¡Y encima no paráis! Ni cuando estoy delante. Joder, que hay gente en sequía.

Sonreí con vergüenza.

-Vaaale, intentaré detenerme cuando estés delante.

Rió de forma suave mientras entrecerraba los ojos y me observaba con cariño. Cariño que fue correspondido al instante.

-Bueno, Naruto, que yo venía para decirte que te dieses prisa con el dichoso artículo, que Tsunade me lo está pidiendo desde hace horas y ya te he salvado mucho tiempo el culo-informó. Hice un puchero. Al verlo, me revolvió el pelo-. Es lo que tiene ser el mejor columnista de consejos sexuales.

-Sí, bueno...-pues ahora, el que necesitaba un consejo sexual era yo, pero eso no podía hacer ver. Tenía que ser profesional-. No voy a cambiar el artículo. Creo que está bien, añado unas cuantas cosas y se lo envío a la vieja gruñona en unos momentos.

Vi por el rabillo del ojo como mi amiga se encogía de hombros.

-Lo que quieras-respondió-. La verdad es que me parece un buen tema. Relación entre hombres y su mentalidad cerrada ante ser el pasivo...-me miró de soslayo-. ¿Lo escribes por algo en especial o es algo al azar?

-¿Por qué lo preguntas?

-Bueno, es que casi todos tus artículos son inspirados en tu vida personal con Sasuke y por eso...

-No tiene nada que ver-mentí con descaro y me sorprendí al ver que me creía. Normalmente no era tan sumamente fácil.

-Vale. Bueno me largo que Shikamaru todavía no ha hecho la crítica de cine y Tsunade le va a matar de un buen sopapo.

Después de eso, se marchó, dejándome de nuevo solo con mis pensamientos.

Y de nuevo me cerré en mi mundo, olvidándome de todo...

...o por lo menos eso intenté...

 

 

 

 

 

-Sasuke tenemos que hablar-le dije nada más abrir la puerta del piso en donde vivíamos juntos.

Éste estaba viendo la tele y en cuando me oyó me miró, curioso por mi saludo poco habitual.

Alzó su fina ceja, signo de que estaba a la espera de mi monólogo, pero la verdad es que ya me estaba arrepiento de mis palabras. ¿De verdad era tan importante ser el activo? ¿Iba a hacer que el bastardo se enfadara conmigo solamente porque quería ser activo? Lo miré de nuevo... Joder, sí. Ya no era por la estupidez de ser o no el de arriba, eso ya estaba fuera de lugar, pero ahora sí que quería saber por qué coño el muy cabrón no quería dejarse hacer lo que él muchas veces me hacía.

Entré despacio a la sala y dejé las bolsas que llevaba en la mano. Me había parado un momento a comprar un poco de chucherías porque me apetecían un montón y la verdad es que me había rallado un poco... casi me había gastado más de veinte euros en gominolas, pero estaba seguro que no me durarían ni una sola hora.

Su entrecejo fruncido se pronunció aún más al ver el contenido de la bolsa y luego volvió a mirarme, pero sin pronunciar palabra. Eso también me exasperaba bastante. ¿Por qué siempre era tan callado? Sólo hablaba en escuetas ocasiones. Casi siempre era yo el que hablaba por los codos y la verdad es que en un principio no me molestaba, pero ahora era un situación incómoda porque me sentía... insatisfecho. Era como si yo me estuviera abriendo en canal todo el día, expresándole todo lo que me pasaba por mi cabeza, pero él, en cambio, se mantenía callado, mirando a no sé qué parte de la habitación respondiendo con pocos monosílabos que me sacaban de quicio.

¿Puede una relación romperse por lo que en un principio te había atraído? Esa pregunta se la había hecho un lector y la verdad es que todavía no se la había respondido porque, sinceramente no lo sabía. Y temía saberlo. ¿Mi relación con Sasuke se estaba rompiendo por lo que antes me atraía como su silencio o su forma fría de ser? No. nuestra relación iba bien, lo que pasa es que él muy hijo de una hiena hambrienta no quería ceder su culito a mi polla necesitada. Eso era llanamente lo que ocurría en nuestra relación y que esperaba cambiar era misma tarde.

Aunque con la cara que tenía Sasuke, me llegué a replantearme el hecho de siquiera tocar el tema.

-Oye, dobe, no tengo todo el tiempo del mundo para perderlo contigo-comentó de forma fría Sasuke sacándome del limbo.

Hice un puchero.

-¿Te tienes que ir? ¿Tienes guardia esta noche?

Negó con la cabeza y eso me arrancó una sonrisa feliz. ¡No había trabajo! ¡Toda la noche solos! ¡¡Bien!!

-Bueno pues es que te quería pregunta algo y espero, por favor, que me contestes con la verdad, porque para ti parecerá una tontería, pero ¡joder, he estado días sin dormir y eso sí que no!-grité ya fuera de mi, sorprendiéndole por mi arranque-. ¡El sueño es sagrado y mi cerebro no hace más que hablar y hablar y no se calla y me entran ganas de arrancármelo y mandarlo a paseo!

-¿Tienes cerebro?

Le fulminé con la mirada a la vez que intentaba darle un golpe que fácilmente esquivó.

-Ahora mismo no estoy para bromas, asqueroso bastardo-siseé-. ¡Respóndeme!-exigí.

Alzó ambas cejas.

-Lo haría, pero es que no me has preguntado nada-señaló, divertido.

-¡Oh, cierto!-joder, Naruto, esto va de mal a peor con tus gilipolleces de nerviosismo. Por Teutates* que solamente tienes que decirle que quieres follarle, ya está, no es la primera vez...-. ¿Por qué no quieres ser el pasivo aunque...?

-Te he dicho mil veces que no-me cortó.

-Pero es que...

-Nada-volvió a cortarme con frialdad-. Si solamente querías saber eso, me voy.

Se levantó pero lo paré al segundo.

-No, espera, bastardo. Quiero saberlo. Ahora en serio, joder.

-No.

-¿Por qué?

-Porque no.

-¿Pero por qué no?

-Porque no y punto.

-¿Pero por qué?

-¡Joder, dobe, te he dicho que no me sale de los huevos y ya!-gritó enfadado.

Le miré sorprendido. Era la primera vez que me gritaba de ese modo. Siempre nos habíamos peleado y hasta habíamos llegado a los puños, pero nunca se había llegado a alterarse.

-¿Me ocultas algo?-inquirí sin dejarme almendrar ante su furia. Sentí como el cuerpo de Sasuke se tensaba. ¡Oh...!-. ¿El qué?

Me miró de arriba a bajo, con suma pasividad.

-¿De qué hablas? No tengo ni idea de lo que dices.

-Me ocultas algo-ahora no fue una pregunta, sino una confirmación.

Resopló y se sentó de nuevo en el sofá totalmente dispuesto a ignorarme. Encendió de nuevo la televisión y me dejó allí, en mitad del salón, con cara de gilipollas y con unas ganas locas de patearle el culo en vez de follármelo. Pero no, si pensaba que se iba a quedar así la cosa, es que no me conocía.

-Eres gilipollas-musité por lo bajo, pero estuve casi seguro de que me oyó-. No, qué digo. El gilipollas soy yo-dije ahora más fuerte. Me miró, sin entender-. Por estar contigo-abrió los ojos como platos. Unas ganas tremendas de hacerle daño me invadieron y es que, aunque no lo sabía, mi parte oscura me estaba invadiendo, ahuyentando casi sin esfuerzo a la parte racional y amorosa que era en casi todo momento-. Eres insoportable, no hablas nunca, parece que nunca me escuchar, siempre estás en tu puto mundo donde no me dejas entras y yo, imbécil hasta la médula, no hago más que hablar y hablar sobre cosas que en el fondo a ti no te importa. Me abro en más de un sentido a ti y tú no puedes decirme por qué cojones no puedes dejar que te folle-acabé gritando-. Pero es que eso ya no es lo que me importa, no, me da igual como si te quieres meter un tapón en el culo para que nadie entre por allí, que a mi me la sopla. Pero que no me digas el por qué, que me demuestres que no confías en mí... que me digas que me quieres... y que no...-me callé un momento. Estaba empezando a hiperventilar. Vale. Tranquilo. Que no te dé un puto ataque de ansiedad ahora, joder, Naruto, ten dignidad por lo menos. Como pude empecé a respirar de nuevo con normalidad, pero aún así seguí gritándole. Era eso, o pegarle una buena ostia-. ¡Dime que coño me ocultas! ¿Es que de pequeño te violaron? ¿Tienes un trauma? ¿Tu orgullo te impide estar abajo?-imperceptiblemente, Sasuke se movió incómodo ante mis palabras. Abrí los ojos de par en par. No... por favor, todo menos eso...

intenté relajarme, recordar las miles de veces que mi tutor, Jiraya me había avisado que mi hiperactividad me traía problemas a la hora de pensar con claridad, y ahora veía que tenía razón. Pero no pude detenerme a pegar un fuerte puñetazo en la mesa, sorprendiendo a Sasuke.

Le miré, ahora sin ningún sentimiento a flote.

-¿Tan poco significo para ti? ¿Soy inferior a ti, Sasuke? ¿No me quieres por sobre tu asqueroso orgullo?-pregunté con serenidad cuando en el fondo quería gritarle a los cuatro vientos lo hijo de un caracol que era. Lo capullo, imbécil y todo los demás insultos que podía haber en un idioma o sino me los inventaba, que era. Y golpearlo. ¡Oh, sí! Tenía unas ganas locas de matarlo a puñetazos.

Sasuke me observó detenidamente, analizando cada uno de mis gestos, adivinando el gran esfuerzo que estaba haciendo para no partirle la cara justo en ese momento. Suspiró.

¡Suspiró!

¡El muy capullo había suspirado!

Y eso, tontamente, fue el bastardo que había derramado mi pozo de Sasukes.

Me abalancé contra él sin darle tiempo de reacción. Mi puño se estrelló en su perfecto rostro pálido, sacándole un gemido de dolor.

Sin esperar más, me pateó para quitarme de encima. Con un fuerte dolor de estómago me levanté, jadeante, viendo como se quitaba el hilo de sangre que le salía por la comisura del labio.

-¡¿Pero qué coño te pasa, gilipollas?!-rugió enfadado, levantándose, precipitándose para pegarme de nuevo y yo lo recibí con un fuerte puñetazo en lo que pretendía ser su rostro, pero se echó hacia un lado y le di en el hombro.

Estuvimos así no sé cuánto tiempo y la verdad es que no me importaba. No sentía dolor alguno. Lo único que podía divisar es que con cada golpe que le daba, cada gruñido que soltaba esa boca partida en señal de dolor, un profundo alivio se instalaba en mi pecho al igual que un infinito vacío al estar provocándole eso a la persona que amaba, pero ¿qué cojones? ¡En ese momento nadie quería a nadie! En ese momento lo único que se podía apreciar de racional entre nosotros era que, vagamente, pensábamos en qué sitio pegarnos para provocarnos más daño.

Cuando por fin nos separamos, ambos estábamos para el arrastre. No es por alarde ni nada por el estilo, pero yo estaba mejor que Sasuke y eso me ponía peor. Sentía que me había dejado golpearle en más de una ocasión, como sintiera que se lo mereciera y eso me frustraba. ¿No era mejor decirme lo que me estaba ocultando y no pasar por esto? Tal parecía que era el único que pensaba así.

Nos sentamos cada uno lo más alejado que permitía el pequeño salón, mirándonos, sin pestañear, como si estuviéramos esperando que algún movimiento que nos hiciera saber que volvíamos a la carga.

-¿Me vas a contar el por qué de una puta vez o he de suponer que te crees superior a mi y que soy una especie de niña con polla a la cual follar cuando a tu amiguito le plazca?-pregunté con evidente enojo.

Nos quedamos en silencio.

Mi corazón iba a un nivel superior de lo que jamás había pensado, anhelando que Sasuke respondiese a la maldita pregunta. ¿Tanto le costaba, joder?

-¿Por qué?-preguntó de pronto. Lo miré, sin entender-. ¿Por qué te interesa tanto para llegar a esto?

No era la respuesta que estaba buscando, pero me sentí un poco complacido. Significaba que él tampoco estaba feliz con los acontecimientos que estaba provocando su “secreto”.

-Porque te amo-solté sin miramientos. Vi con satisfacción que sus mejillas se volvían rojas y tuve el impulso de acercarme y acariciarlas con tanto amor, lamerle las heridas... ¿y quién sabe? A lo mejor le acababa lamiendo algo más que las heridas-. Quiero saber todo de ti. Hasta la más simple cosa. Quiero que me hables, que me cuentes cómo has pasado el día. Qué paciente has tenido... cualquier cosa. Tus inquietudes hacia lo que nos pasa, al igual que yo hago contigo-seguí ahora en un mero murmullo, pero suficiente alto para que me escuchase-. Deseo hacerte sentir lo mismo que tú me haces sentir o por lo menos la mínima parte, porque es que cada vez que me tocas... que me miras... que me hablas...-no pude continuar ninguna de las frases. Es que era algo tan sumamente increíble lo que me hacía sentir que no encontraba palabras para cualificarlo.

Las mejillas de Sasuke habían pasado de un simple rosado a un rojo fuego. Me encantaba entrever al verdadero Sasuke de vez en cuando, aquel que se escondía con insistencia de todos y que solamente salía a flote en contadas ocasiones, pero siempre conmigo. Conmigo, con nadie más.

-Yo...

 

Notas finales:

Gracias por sus comentarios!! Me alegro que por lo menos haya gente que si que le haya gustado este fic!! El próximo capítulo ya es el último.

Por cierto, que no lo he dicho, pero Sasuke es médico ^^ para más información ^^

¿Cuál será el secreto de Sasuke para que no quiera ser el pasivo? Se admiten apuestas ^^

 

Vuelvo a hacer publicidad para que pasen a mis otros fic. Dejo aquí un enlace ^^ 

Muy adentro... y ¡Soy humano! 

 

*Petonets*


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).