Innocent loveღ por koru-chan

Eran alrededor de las 6 de la tarde, una frisa fresca inundaba a esa hora aquel gran parque.
Un chico de baja estatura yacía sentado bajo un árbol, el viento mecía su castaño cabello, su rostro denotaba una expresión nerviosa y ansiosa, continuamente miraba hacia unas bancas que desde su posición de veían a lo lejos.
Impaciente movía sus piernas, mientras hacia algunos sonoros sonidos con las lamas de sus manos golpeando sus muslos, quizá lo hacía para matar el tiempo, seguramente impaciente esperaba a alguien…

—nee, te demoraste Shima— habló un rubio chico.
— ah, sí, eso creo— dijo su amigo sin darle importancia, mirando algún punto de aquel extenso parque.
— ¿qué te pasa? ¿A quién miras? No me digas que ya te está gustando otro chico— habló pícaramente mientras le enterraba uno de sus dedos en sus costillas a su alto amigo.

— ¿Mmm…? No, como crees, es que…—hizo una pausa, ahora mirándolo y sentándose en la banca que estaba él rubio. —es que, ¿Qué? —alzó una ceja esperando que iba a decir.

—es que… hace unos días, o quizá más. Me he dado cuenta que un chico nos observa, se sienta siempre en el mismo lugar, pero ahora ultimo me he fijado que solo te mira a ti— le giñó un ojo mientras sonreía ampliamente.
—Que tonteras dices— se dio vuelta para fijarse quién era, lo vio a lo lejos sentado, ahora estaba con la mirada baja, quizá perdido en sus pensamientos, en esto sus miradas se cruzaron, el más joven se sonrojó y de inmediato desvió su mirada, en cambio el rubio, solo sonrió bobamente, encantado de la belleza de aquel muchacho.

—no son tonteras, baka— lo miró cansado. — Es cierto, te mira— sonrió. —Pero hace tiempo que lo veo y nunca se ha acercado a nosotros, mm… quizá es muy tímido—reflexiono para sí mismo.

— ¡ah! No me interesa nadie, ya te había dicho— lo miró desganado.
— ¿tan mal quedaste de tu anterior relación? Ya ha pasado tiempo, deberías conocer a alguien y no es fuerza que salgas de inmediato con él o ella.

Hubo un amplio silencio entre ambos, Reita solo miraba a su amigo con una mueca de desagrado y el otro cansado del carácter raro de su compañero, decidió dejarlo solo, más que mal quizá su presencia lo molestaba.

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Él castaño chico vio con asombro como aquel alto y estilizado joven se iba, lo quedo mirando hasta que se perdió.
Bajó la mirada pensando que quizá esta podría ser una oportunidad para él, le gustaba ese chico rubio, por eso iba cada día sagradamente al parque, que fue el primer lugar donde lo vio.

Siempre lo observaba de lejos, veía como siempre estaba rodeado de amigos, constantemente se reunía con tres chicos, uno moreno de rostro serio, otro con una sonrisa muy linda y aquel chico alto que siempre se juntaba con él, quizá era su mejor amigo.

A Takanori le llamaba enormemente la atención aquel joven, siempre llevaba una venda que cubría su nariz, la primera vez que lo vio le pareció extraño y hasta raro pero después no, hasta encontraba que le daba un toque de malo, también sabia que le decían Reita, seguramente sería un sobrenombre.
Él pequeño castaño constantemente se perdía de lo que ocurrían a su alrededor por estar siempre perdido y embobado pensando en aquel muchacho de mi piel clara y caminar rudo.

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Takanori se puso de pie, nunca se le había visto tan decido pero eso si, en su rostro denotaba temor.
Camino lo más seguro que pudo y cuando ya estaba por llegar hasta aquel chico, se detuvo en seco, aquel muchacho se había incorporado, seguramente para marcharse del lugar, Takanori decepcionado bajo su mirada y se toco su cuello con frustración.

—Ni siquiera me sale la voz, no soy capaz de pronunciar palabra alguna, odio ser así—pensó mientras apretaba los puños con una rabia infinita. Al alzar la vista vio como él chico se perdía entre los árboles, decidió tomar asiento donde anteriormente había estado él rubio y su amigo.

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Él castaño chico estaba perdido en sus pensamiento, no se dio ni cuenta que alguien más se había sentado a su lado, solo percibió un típico sonido de la bolsa de papas fritas y que alguien comía tranquilamente, por inercia giró su cabeza para ver de quien se traba.

Abrió sus ojos enormemente al darse cuenta que era él rubio chico que siempre perturbaba sus pensamientos. Lo quedo mirando detenidamente, quizá por mucho tiempo ya que Reita lo quedó mirando raro.

—p-perdón— por fin habló el chico de pequeña estatura. Bajo su mirada avergonzado.
—Mm… no importa— Reita lo observó detenidamente, cayó en cuenta que él chico de cabellos un tantos desordenados, era el mismo chico que hablaba Shima y el que había visto minutos atrás.

—tu…—hablo calmadamente mientras bebía un poco de jugo. —Según mi amigo, me observas, eso te hace ser medio psicópata— lo miró divertido, esperando la reacción del mas bajo.
—n-no y-yo—lo miro mientras se tocaba él cuello. —es que…—se sonrojo.
—mm… alzo una ceja.
—perdón… — se limito a decir.
— me da lo mismo, total no tienes aspecto de psicópata, más bien eres bastante lindo—el tímido chico lo quedó mirando, sus mejillas comenzaron a tonar un tenue rubor rosa que poco a poco se fue intensificando.

Él mayor se acerco más hacia Takanori, sin ningún pudor tomo su mentón y lo alzó un poco, el más pequeño se tenso y Reita para calmar al chico, suavemente acarició una de sus rojas mejillas.

—De verdad eres muy lindo…— hablo sobre los labios del menor.

Taka nunca había besado a nadie, y en sus cortos 15 años nunca le había gustado persona alguna, hasta que vio al Rubio mal teñido, se enamoró a la primera vez que lo vio ya hace más de un año, nunca fue capaz de acercarse a él, solo lo observaba desde lejos.

Reita rozó los labios del chico, lo besó suavemente haciendo que poco a poco abriera su delicada e inexperta boca, exploró todo su ser, deleitándose con su lengua que juguetonamente hacia el beso más profundo.

La noche ya se hacía presente, los focos de luz se iban prendiendo uno a uno, el beso de los chicos ya había concluido y ahora se miraban.
Reita se había perdido en aquellos bellos ojos grisáceos del pequeño Taka, se veía tan inocente mirándolo con las mejillas suavemente rosadas.

—m-me gustas…—dijo el menor haciendo que su aliento chocara nuevamente con los labios semi abiertos de Reita, él no dijo nada más que mostrarle una hermosa sonrisa, volviendo así a devorar los rojos labios del pequeño e inocente chico.


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