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Encuentro (VIII) por danyleo

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Notas del fanfic:

Ehm… Ok, este es un gran reto para mí. La no es tan común… Y yo jamás pensé usarla, pero lo hago porque estoy dedicando esta pequeña historia a una persona que lleva el nombre de mi bishie favorito de Eyeshield, Shin, así que haré mi mejor esfuerzo.

--Tienes veinte minutos maldito camaleón.

El quarterback de Deimon había logrado esclavizar a esos vándalos y ahora que nada le impedía humillarlos, no tenía la diversión que había creído. Si, estaba dirigiendo a un equipo que daba el 120% de la capacidad, tenía dinero, armas y poder en todo el distrito y por supuesto su novio Musashi estaba a su lado como siempre debió.

Pero algo estaba faltando. No sabía qué, y eso era lo peor.

Quince minutos después, el líder de los Zogukaku llegó al hotel donde Hiruma se hospedaba. Iba con el uniforme de la escuela y bien arreglado como siempre. Preguntó por el demonio rubio y de inmediato lo condujeron hasta su habitación.

Lamentablemente, el encargado del hotel era nuevo y no se había percatado que el rubio ordenó explícitamente que toda persona fuera a otra sala donde él llegaría. Así que el camaleón llegó a la lujosa suite y tocó un par de veces, pero como nadie respondió, se atrevió a abrir la puerta. Cuando la abrió escuchó unos sonidos y la voz de Hiruma, así que si estaba dentro.

--Tranquilo…--Se dio valor para asomarse. Caminó unos pasos y la escena frente a sus ojos lo dejó atónito.

Estaba muy confundido. ¡Seguro había chocado y estaba alucinando a punto de morir!

Hiruma Yoichi estaba sólo con una camisa blanca puesta y sudando copiosamente, sobre Takekura Gen, cabalgándolo, y gimiendo desesperado. Su delgado cuerpo se movía rítmicamente conforme a las embestidas que le proporcionaba el moreno.

El de Zogukaku no sabía si salir corriendo, gritar o masturbarse. La escena en sí, era muy erótica pero jamás creyó presenciar algo así. Hiruma tenía las mejillas sonrojadas y su rostro era una mueca extraña de dolor y placer; mientras el miembro del moreno entraba y salía de ese pequeño cuerpo. Además Musashi parecía sufrir al tener amarradas las manos a la cabecera de la cama.

--¡Maldito viejo!

--Tienes un culo delicioso demonio…--Le dijo Musashi haciendo notoria su fuerza y soltando las manos para tomar las caderas de Hiruma y dar las últimas estocadas, logrando que ambos se vinieran: Hiruma sufriendo espasmos apretando aún más el miembro en su interior y Musashi succionando fuertemente uno de los pezones del rubio.

El de Zogukaku no había podido moverse ante tal acto. Era un cuadro hipnotizante y su cuerpo había reaccionado.

Hiruma se dejó sostener unos momentos por su novio mientras su respiración volvía a ser normal. Fue ahí cuando Musashi, al querer besarlo, se dio cuenta de la intensa mirada.

--Creo que nos excedimos de tiempo… Tu esclavo está aquí y…--Observó el bulto en el pantalón del otro—Por lo que veo, le gustó el show…

Hiruma volteó la mirada, le dio un beso sensual al moreno y bajó de la cama para quitarse la camisa y ponerse una bata.

--Tienes mucho valor para no esperar a que tu amo te ordene… Tengo trabajo para ti y es mejor que…

--No lo haré—Dijo cortante aunque con la voz ahogada el camaleón.

--¿Y qué te da derecho a creer eso?

--El que todo mundo sepa de esto, si no quieres que nadie se entere debes liberarme a mí y mis compañeros.

--No tienes ninguna prueba.

--Las cámaras de seguridad de aquí lo probarán.

--Es obvio que no sabes que yo controlo todo… Aún así reconozco tu patético esfuerzo por chantajearme. Ahora escucha, quiero que vayan a traer unos paquetes al aeropuerto. ¿Qué?

El otro lo veía fijamente. Quizás con rencor o tal vez lujuria.

--Mira, si le estoy hablando a un retrasado mental, es mejor que mande a otro, pero olvida la liberación de tu equipo. Pensaba que con este encargo podía liberarlos y deshacerme de ustedes, pero por lo visto no quieren mi oferta.

--¡¡Maldición!! ¡¿Qué tiene de bueno esa maldito cara de anciano?! ¿Por qué dejas que te haga eso?

Hiruma lo vio y comenzó a reír muy fuerte, Musashi era mudo espectador sobre la cama.

--¡¿Por qué te ríes?! ¡¡No es gracioso!!

--¡¡No me jodas maldito bastardo!! ¿Estás celoso de este imbécil?—Se acercó lentamente ante Habashira--¿En serio? O quizás quieres un servicio especial por estar sufriendo… Si es eso, puedo dártelo…--Deslizó un dedo sobre la pulcra gabardina del otro con un rostro lascivo.

Rui no podía creerlo. Hiruma Yoichi le estaba coqueteando y ofreciendo algo que ni en sueños hubiera creído. Su miembro reaccionó y palpitó violentamente. El rubio lo notó.

--Dado que no puedes decir nada, ve de inmediato y recoge mi pedido en el aeropuerto. Tienes una hora. Lárgate…--Se alejó de él y se desvistió de nuevo—Si vuelves antes, hablaremos—entró al baño y se escuchó el ruido de la lluvia.

Musashi vio detenidamente al de Zogukaku.

--Es mejor que te des prisa si quieres obtener tu libertad. Conoces el carácter de Hiruma.

--¿Es en serio lo que dijo?

--Nunca bromea… Llama a tu equipo si quieres, es un pedido grande y te restan 58 minutos.

El otro no lo escuchó dos veces. Salió disparado en su motocicleta. Localizó a toda su pandilla y recogió las diversas cajas que ya lo esperaban.

Mientras tanto, Hiruma ahorcaba a Kicker de Deimon en el baño.

--No me toques maldito viejo, ya lo hicimos cuatro veces.

--Está bien—Decía a media voz el moreno—Está bien… suéltame…

--Te suelto y esperas a que termine de ducharme o te arranco las bolas ¿Quedó claro?

--Si…

Lo soltó y Musashi salió. El rubio se quedó pensando. Había encontrado lo que le faltaba. Sonrió delicadamente. Secó su cuerpo por completo y salió para ver que su compañero parecía un enorme perro mojado.

--Báñate y vete.

--¿Por qué? Creí que estaríamos aquí toda la tarde.

--Cambio de planes y date prisa, que tienes 10 minutos.

--De acuerdo.

Musashi no sabía qué era lo estaba maquinando la cabeza de Hiruma. Pero no era algo bueno.

Terminó y se fue, aunque antes el rubio lo atacó con un beso profundo que lo puso duro.

--Te veo mañana en la escuela.

Fue lo último que le dijo el rubio.

Los de Zogukaku regresaron al hotel con todos los paquetes que pesaban demasiado. Unos sirvientes los ayudaron a subir las cosas hasta el piso de Hiruma.

--Esperen abajo.

Todos estaban sorprendidos, Habashira se veía ansioso. Obedecieron la orden mientras el líder de los camaleones tocaba temeroso la puerta de la habitación.

--Apúrate.

Entró y vio que el rubio demonio estaba sentado revisando tecleando su portátil.

--Las cosas fueron llevadas a donde me dijeron que ordenaste.

--De acuerdo—Cerró su computadora y vio al otro de pie—He decidido liberar a tu equipo, no serán mis esclavos pero deben ayudarme si lo necesito.

--Es lo mismo que antes…

--Llámalo como quieras. Ahora ven aquí—Le señaló la cama. Se levantó y se recostó primero—Quiero que juguemos.

El otro no se movía de su sitio ¿Qué significaba eso? El pensamiento de haber muerto regresó a su mente. El mundo había enloquecido por completo.

--Si no quieres, vete ahora.

--Pero mi equipo…

--¡Maldito pendejo! ¡Deja de pensar en esos estúpidos! Quiero coger contigo y tú eres un idiota.

--Pero ¿Por qué? ¿Eso no es engañar a Musashi?

--A ese viejo no lo metas en esto. ¿Sabes qué? Mejor lárgate, es una pérdida de tiempo… Seguramente no puedes ni levantarla.

Habashira Rui se sintió insultado. No supo cómo, pero empujó a Hiruma sobre la cama tomó las esposas junto a la cama y tomó cada mano con cada pie para dejar indefenso al rubio y comenzó a mordisquear el blanco pecho. Hiruma estaba complacido por completo, todo iba perfecto aunque era incómodo el estar de piernas abiertas, pero valía la pena.

El de Zogukaku se encargó de lamer todo el cuerpo del rubio. Acariciando sus muslos y mordiendo sus pezones, pues parecía que eran su parte más sensible.

El rubio sólo se retorcía, porque al parecer el otro lo deseaba a tope… Y obviamente Hiruma lo sabía. En un pequeño descuido del pelinegro, el rubio aprovechó para moverse y rozar su entrepierna, provocando un respingo algo violento.

--Eres un bastardo…

--Mira quién lo dice…

El camaleón puso al rubio en una posición a cuatro patas para exponer su pequeña entrada. Nunca en su vida había sentido esa corriente eléctrica recorrer su cuerpo. La violencia con la que se sacudió su miembro al ver tan suculento trasero fue placentera. No se resistió y comenzó a degustar con hambre para lubricar al rubio. El otro gemía delicadamente, provocando aún más sensaciones en su compañero.

El de Zogukaku ya no soportó más y liberó su miembro del encierro para ponerlo dentro de ese cuerpo de tentación. Apoyó la punta e hizo gemir a Hiruma, poco a poco introdujo su miembro hasta que estuvo todo dentro y esperó a no venirse porque  sentía esa carne apretando de forma ardiente su pene. Esperó unos segundos más y tomó las caderas de Hiruma para comenzar a embestir sin preocuparse por el miembro del otro.

El rubio demonio se sentía algo incómodo, pero el sentir a ese tipo dentro suyo lo ponía muy caliente. No era Musashi, ni podía ser comparado; sin embargo la situación no estaba mal. La desesperación de su compañero por tenerle era admirable, sólo había que sentir la necesidad de partirlo en dos con esas embestidas.

Un golpe en la próstata del de Deimon hizo que ambos se estremecieran. El líder de los Devil Bats apretó fuerte sus manos mientras el otro apretó aún más las caderas y siguió golpeando sin descanso.

Unos movimientos más fueron suficientes para que Rui dejara su semilla dentro del menudo cuerpo y esa presión provocó que el otro también liberara su orgasmo, gimiendo desesperado contra las sábanas arqueando su espalda.

Eso había sido grandioso.

Habashira salió con cuidado del cuerpo de su compañero y aflojó el cuello de la camisa que no dejaba de molestarlo. Estaba todo sudado y apestaba a sexo pero se sentía tan relajado.

Hiruma sentía el semen salir de su cuerpo, dejó caer su cuerpo en la cama para descansar y vio al otro.

--A partir de ahora, tú y tus secuaces son libres…

--¿Eh?

--Pagaste el precio, pero te advertiré que si Musashi se entera de esto, arrancaré las bolas y haré que te coja Ootawara mientras te desangras. Ahora vete.

El pelinegro no contestó nada, estaba agradecido y a la vez aterrado. Le quitó las esposas a Hiruma y salió acomodándose la ropa nerviosamente. Su clan esperaba abajo a un aturdido líder que no habló y no dejó que lo siguieran.

Arriba en la habitación, un rubio se metía a bañar para limpiar bien su cuerpo. Sentía algo de culpa y placer por la situación recién vivida.

Pensaba quién podría ser una próxima víctima. Shin Seijuurou… Quizás cuando estuviera en el infierno… Kakei Shun, no se veía mal…

Sus opciones eran amplias y su deseo ardía cada vez más, pero por ahora, tenía suficiente con ese encuentro.

FIN

Notas finales:

Hace mucho que no escribía. He perdido mi toque… Aunque realmente nunca lo tuve. Pero el lemon de Hiruma con Musashi me motivó mucho, estaba viendo un DJ de Ao No Exorcist y me nació la inspiración.

Ojalá que les haya gustado al menos un poquitititititititito. Eso sería maravilloso, dejen reviews aunque sea para pedirme un fic en el futuro.

Les dejo mi cuenta de FB: Paola Ballinas De Okumura (Mayuka Kondou)

Díganme: ¡Yo leí tu fic pervertido y malo!

No importa, cuídense, pórtense mal y recuerden que los chicos que hacen trenecito en las noches hacen llorar al niño Jesús.


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