ENTRE BESOS Y DULCES
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Capitulo 1
“Si podemos ser amigos ¬¬ “
Era su segundo día de clases en su nueva escuela, sus compañeros lo trataban muy bien, su maestra era muy gentil e incluso el capitán de soccer luego de una práctica entre todos los alumnos le dijo que podía apuntarse al equipo si quería, prometió pensarlo. Cualquier chico estaría contento, mas el simplemente le daba igual, aun no encontraba esa pasión que lo hiciera levantarse con ganas en las mañanas, o realmente emocionarse.
Estaba a mitad del receso, recostado, perdido en sus pensamientos, o contando nubes, cuando diviso a unos metros de él a unos chicos jugando cartas, uno era un moreno normal aunque algo alto, y el otro era un chico algo llamativo, bueno no era que lo estuviese “detallando” ni nada, simplemente le llamo más la atención, era un pelirrojo de piel muy blanca. No podía ver bien sus ojos. Se sentó en la banca en la cual se había echado, algo curioso, observándolo aun, se rio un poco al ver al chico hacer un puchero cuando su amigo se mostro victorioso, para luego echarse hacia atrás como niño en plena rabieta. El otro chico le ofreció más de los caramelos que llevaba en una bolsita transparente. Al instante el chico pelirrojo salto de alegría. Ambos se pusieron de pie puesto que el timbre ya sonaba
Todos los alumnos se retiraron a continuar con el resto de sus clases.
A la salida Mathias Caminaba distraído cuando de repente tropezó con alguien que iba al parecer igual de distraído.
-oh. Lo siento…. - ambos se disculparon.
Se observaron un momento
-…………
-………
-¿te conozco? – pregunto el chico pelirrojo a aquel chico más alto que él
-¿ah?... no creo… - Mathias se sintió extraño, ¿será que se habrá dado cuenta que lo observaba?
-¡oh! Bueno. ¡Me llamo Sebastian! ¿Y tú?
-¡M-Mathias!
-bueno Mathias te veo luego. =)
-mmm….si…=) -- ¿que había sido eso?
Sebastian se marcho y Mathias lo imito segundos después.
Al siguiente día de escuela, Mathias busco entre la multitud al pellirrojo. Lo encontró caminando en dirección al baño.
Lo espero afuera por unos minutos.
-¡hola!
-¡oh! Hola Mathias. ¿Cómo estás?
-….bien ¿y tú?
-¡bien! Y…. ¿Qué harás ahora?
-Bueno, acaban de anunciar hace un momento que las clases quedaron suspendidas hasta la semana que viene, fumigaran o algo así…jeh!
-oh. Mmm…. ¿aun no me has dicho que harás? – expectante por una respuesta
-…yo…no se –-se rasca la cabeza dudoso
-perfecto ven a mi casa entonces, así podremos conversar, mis padres y mi hermano no estarán, no quiero quedarme solo y tu no pareces una mala persona ¿qué dices?
-………….. ¡O-ok!
Fueron por sus bolsos y partieron caminando a la casa de Sebastian, que según él, no quedaba muy lejos de allí, luego de unos 15 minutos de una vaga conversación, llegaron
La casa era grande, pero a la vista sencilla, de paredes verde pastel y puertas cobrizas.
Mathias no pudo evitar ponerse más nervioso, estaban en el cuarto de Sebastian y no tenía idea de que decir o hacer, Sebastian pronto trajo unas bebidas y se sentaron.
Para su suerte, Sebastian era algo hablador, la conversación de repente fluyo como si les hubiesen dado cuerda y monólogos, terminaron riendo y jugando videojuegos.
Mathias pronto recordó que su madre le había regalado esa mañana unos chocolates y caramelos de una pequeña fiesta que había tenido en su trabajo
-¿quieres? – se los ofreció a Sebastian
-¿mm? *o* ¿todos? – se mostro emocionado
-Sí. Si no son suficientes puedo conseguirte más si quieres – a él no le iban mucho las cosas dulces. Y sus padres siempre le daban por más que les dijese que no gustaba de ellos ¡¿Qué rayos?! Disfrutaban llevarle la contra o algo así. Sus padres eran un verdadero enigma, algo bizarros tal vez, no es que estuviesen deschavetados ni nada por el estilo pero si eran “alegres”, no los cambiaría pero a veces creía que la única explicación posible era que fuese adoptado, porque no se parecían en nada. …..como sea….
- me agradas mucho Mathias – le sonríe feliz
-…. ¿por qué te doy dulces? – intrigado por la repentina confesión
-si… ¡NO!… es decir, yo… – Sebastian se sonrojo un poco, lo cual lo hacía ver “adorable”
-Jejeje, tranquilo – Mathias se puso de pie – traeré mas la próxima vez. Ya me tengo que ir, ¡nos vemos!
Sin más se retira del lugar.
-también me gustas tú…. –un murmullo que se lleva la nada-
O_O
O///O
-….c-como amigo…….- se corrige.
Suspiro
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-ya llegue…. – Mathias se anuncia y se dirige por agua al refrigerador.
-KYAAAAAAA Mathi! – Su madre entra a escena rodeándole por el cuello- mí Mathi ¿Dónde estaba? ¡Te extrañe tanto!
-tsk! ¡Mamá! Me aprietas. Suelta, suelta, - trata librarse del poderoso abrazo.
- =( mi Mathi no me quiere – una carita de gatito abandonado insuperable
- ¬¬
- =(
-si…si te quiero…¬///¬
- *o*… hare la cena – tan rápido como comenzó, la ya habitual escena, termino.
Mathias se fue a echar en su cama
Sonriendo como tonto
Que bobería
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El lunes en la escuela Sebastian se encontraba sentado con algunos amigos cuando una bolsita roja trasparente apareció frente a sus ojos. Sorprendido (tomándola al instante ¬¬) voltea.
Mathias sonríe y sigue caminando hacia su salón despidiéndose con un gesto de manos.
…si podemos ser amigos…
&&&&&&&&&&&&&& CONTINUARA &&&&&&&&&&&&