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Contra la corriente por RAMSIN

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Bienvenidos, este es mi primer fic de Naruto, algo tarde no, pero bueno, por algún lado se comienza esto, espero lo disfruten, el fic es un Sasu x Naru( típico pero me encanta ), también otras parejas que saldrán a su debido tiempo y no quiero dar mucho spoiler XD. Mundo alterno, mpreg ( al que no sepa que es, largo, no quiero quejas después) Yaoi como todos mis amados fics, y nada más que decir, esto será algo de romance, humor, amor y angustia. Ah… Naruto no me pertenece, es de Kishimoto – sama, espero no se enfade por todo lo que le hare a Naruto y Sasuke je je je.

Contra la corriente

Capítulo 11

Tras las pasiones

La incomodidad en el ambiente resultaba gigantesca, Naruto no sabía a ciencia cierta que hacer, si quedarse a escuchar a Sasuke, retirarse o gritarle. Tanta información sobre aquella noche de locura y borrachera no era fácil de aceptar, su mente llena de recuerdos lo ponían en una situación incómoda y con un calor sofocante que se incrementaba rápidamente, su pecho estaba ardiendo en sensaciones nuevas, difíciles de descifrar y muy perturbadoras sin duda alguna.

¿Entonces?, ¿Qué decides Naruto? – Sasuke se quedó prácticamente a la expectativa sobre la respuesta del rubio. –

No puedo… - bajo la mirada con un aire de angustia repentina. – no es bueno que sigamos en esto.

¿acaso eres un cobarde?, no puedes olvidar un simple acto de pasión carnal.

Pasión… carnal – llevo su mano al pecho, no supo porque, pero le incomodo esa frase despectiva que lanzo el Uchiha como si nada. –

Entiende algo. – sin pena alguna sujeto de las ropas al rubio alzándolo hasta tenerlo frente a frente. – no sentí nada… esa noche solo fue sexo y nada más.

Sus ojos se nublaron, sintió un nudo inmenso en la garganta que no le dejo responder, gritar o si quiera quejarse del como lo tenía sujeto Sasuke. Lo único que su cuerpo pudo hacer fue huir, jalonear con desesperación las manos de Sasuke para soltarse, apenas lo consiguió, salió corriendo fuera da la habitación y desapareciendo escaleras abajo con un estruendoso escándalo que llamo la atención de Itachi, este asomo su cabeza por la puerta de su habitación logrando solo ver una estela amarilla desapareciendo de su vista.

Acabaron mal… - susurro para si con desanimo –

Corrió con más desesperación aun que cuando trataba de llegar a su destino horas antes, esta vez no sabía porque huía, pero era imperante alejarse de ese lugar, solo después de unas 3 cuadras recorridas logro detenerse con la respiración entrecortada y posando sus manos sudorosas sobre sus rodillas para recuperar el aire perdido, el sudor perlaba su frente pero algo más empezó a surcar sus mejillas con destino final en el pavimento gris oscuro bajo sus pies.

¿Por qué demonios lloro? – se restregó de mala gana el rostro con su antebrazo. –

Jipo algunas veces, no entendía el porqué, pero su cuerpo le pedía llorar, soltar un cumulo de lágrimas saladas como cascada, le dolió las palabras brutales de Sasuke, pero lo que más coraje le daba era que el no esperaba ni más ni menos del moreno, no creía que el cariño estaba entre ellos, solo la mala suerte los junto en sus caminos, un perro demoniaco y algo de casualidad, y ahora, sus cuerpos se habían unido, sus mentes habían resonado juntas, pero no sabía si sus corazones podrían seguir para descubrir si había más que sexo, nunca se había enamorado y al final sentía algo extraño por el Uchiha, un deseo de golpearlo, gritarle y extrañamente también estar siempre pensando en él.

Eres un idiota… ¡SASUKE ERES UN MALDITO IDIOTA!

Grito con todo el coraje de mundo, necesitaba liberar sus emociones de algún modo, pero donde la familia Uchiha también había un cierto dejo de coraje y emociones encontradas. Sasuke quedo petrificado en el sitio, no tuvo chance de perseguir al rubio y tampoco su grandioso orgullo se lo permitiría, primero muerto a que ceder ante alguien.

Esa noche lo arruine todo. – hablo para si con fastidio. –

¿a dónde fue tu novio? - Itachi se acercó a la habitación de su hermanito en busca de respuestas interesantes. –

No es mi "novio" – sentencio con malicia. –

Pues ambos parecían heridos por algún motivo.

No hay motivos. – bajo la mirada enojado – solo es un pequeño percance sin interés, ese estúpido no sabe dejar las cosas como están.

No creo que Naruto vea las cosas del mismo modo.- una sonrisa algo triste se posó en los labios de Itachi. -

Dudo que conozcas los razonamientos de ese imbécil.

Quien sabe, quizás heredo algo de ternura y la pasión…

Sin más palabras, Itachi abandono la habitación dejando a su hermano con esas raras últimas palabras, siempre Itachi se encargaba de dejarlo a mitad de una intriga o alguna frase curiosa.

Y como tenía razón el mayor de los Uchiha, Naruto solo sentía una especie de desamor o mejor dicho, amor no correspondido, un sentimiento que el aun no le daba nombre exacto pero que alguien más le revelaría el justo significado para sus pesares y coraje.

El día siguiente al altercado en casa de los Uchiha, hizo que Naruto no saliera de su cama, la depresión invadió todo su ser, y sin importarle mucho su trabajo por primera vez en tanto tiempo, se pasó el día entre su sabanas, sintiendo muchas cosas extrañas, pensando en todo y a la vez en nada. Un día de depresión grandiosa hasta que a las 5 de la tarde alguien toco a su puerta, en verdad no quería abrir así que se hecho la almohada sobre su cabeza y fingió que no oía los incesantes toques a su puerta.

Ya váyanse… - gruño con desanimo al sentir que pararon los golpes en un momento. –

No pienso retirarme después de lo que me costó entrar.

Conocía esa voz, era tan familiar y algo inesperado también, con suma vergüenza alzo la cabeza y noto a un castaño parado junto a su cama en pose de madre regañona.

¿Porque no fuiste a trabajar hoy? – Iruka se tomó el atrevimiento de sentarse a orillas de la cama –

No quise… - susurro con recelo. –

Esa no es una actitud muy madura de tu parte.

No me importa eso Iruka sensei.

¿quieres hablar del tema que te molesta?

¡Nada me molesta!

Pues no me moveré de aquí hasta que quieras hablar conmigo. – cruzo sus brazos armado de paciencia. –

¿No tiene que verse con el pervertido de los perros?

¡Se llama Kakashi!... no pervertido de los perros! – un intenso rubor cubrió sus mejillas. – y estamos hablando de ti, no de mí.

Un silencio sepulcral inundo la habitación por más de media hora, parecía que Iruka y Naruto jugaban a quien aguantaba más en silencio, pero como podrán imaginar el rubio perdió la apuesta ya que le sacaba de quicio la paciencia a prueba de todo de su querido superior.

Si le cuento que me paso, ¿se ira? – se quitó las mantas del cuerpo para poder levantarse e ir a gatas donde estaba el castaño esperando. –

Empieza a hablar. – sonrió triunfal, Naruto era tan predecible para él.-

Hice un negocio con alguien y salí perdiendo… - mascullo de mala gana y sonrojándose todo al recordar las imágenes de la noche desenfrenada que vivió con Sasuke. –

Por negocio querrás decir "romance" y por alguien quieres decir la persona culpable de tu depresión y mal humor.

¡Iruka sensei! – chillo asombrado – era un negocio. ! Lo juro!

Está bien, ¿pero ese negocio acabo mal?

Más o menos… al acuerdo que llegamos se rompió y pasaron cosas que no debían pasar.

¿cosas? – miro serio y meditativo a su ex alumno – Naruto, estuviste con alguien.

¡Por eso no me gusta hablar con usted!, siempre se adelanta a lo que diré. – se lanzó de espaldas sobre su cama – pasaron cosas que no se si fueron buenas o malas.

¿Y cómo te hicieron sentir ese tipo de cosas?, aquí dentro… - poso su dedo índice sobre el lado izquierdo del pecho del rubio, justo en su corazón. –

Al principio mal… hasta coraje le tenía, pero hoy no sé porque me dolió tanto el que aquel acontecimiento no le importara a ese "alguien" y a mí sí.

Iruka sonrió con ternura y paso a acostarse boca arriba en la cama junto a Naruto, ambos mirando al techo de la habitación como si fuera lo más interesante en el mundo, un silencio apacible que no tenía ningún ápice de incomodidad lleno el ambiente hasta que el castaño tomo aire para hablar.

Recuerdo la primera vez que conocí a Kakashi, me resulto un hombre extraño, raro y hasta odioso, pero después fue como si me hubiese dado cuenta que había algo más en el que me hacía tener un sentimiento ambiguo, como querer u odiar.

¿y que hizo para darse cuenta de lo que sentía en verdad? – los ojos azules del rubio se posaron curiosos sobre su sensei. –

Realmente nada, todo lo que hizo que cambiara mis sentimientos fue una estupidez de Kakashi…


Pasaba de media noche y aun había un salón de clases con las luces encendidas, Iruka estaba cabeceando con lapicero en mano y una taza ya vacía de café en la otra, corregía papeles y más papeles, odiaba los finales de semestre, solo le traían una montaña inimaginada de labores extras, estudios y mucha lectura madrugadora, pero no se quejaba, era una cuota a pagar por hacer lo que más amaba, educar a los demás.

Tan solo unos 15 más y término. – bostezo en grande y paso a restregar sus ojos con las palmas de sus manos. –

Su vista cansada y nublada por la acción de sus manos no le dejo ver bien como una figura entro al salón, tomo una silla y la arrastro hasta el escritorio del castaño.

¿Cómo va tu pesadilla de papeles? – el invitado inesperado sonrió descarado, pero Iruka no lo vio ya que su rostro estaba oculto bajo una mascarilla blanca para evitar esparcir las gripes y resfriados. –

No estoy de ánimos para tus comentarios – alzo la mirada hacia el peligris. –

Podría ayudarte.

No das las mismas materias que yo. – alzo sus ojos hacia Kakashi encontrándose que tenía una mano extendida hacia el cómo esperando recibir algo. – si tu insistes…

Iruka intento darle un grupo de informes pero el peligris obvio aquel cumulo de papeles y paso a aferrarse al antebrazo del castaño jaloneándolo tan fuerte hacia el que todas las hojas de los informes quedaron tiradas sobre el escritorio y el suelo, un segundo después tenia sus labios unidos a los del peligris, ni si quiera supo cuando el atrevido hombre se bajó la mascarilla, solo pudo abrir desorbitadamente sus ojos y sentir una nueva gama de sensaciones acumulándose en su boca, cuerpo y mente.

¿! QUE DIABLOS TE PASA! – logro soltarse del agarre de su compañero de labores. –

Quería ayudar y te he ayudado, ahora no estás pensando en corregir informes.

Eres… eres… un

¿soy qué? – estiro sus manos logrando apresar los hombros del castaño exterminando toda distancia entre ambos, sus rostros a centímetros uno del otro. –

¡UN HENTAI! – bajo la mirada con pena, sus mejillas estaban al rojo vivo y estallarían como fuegos artificiales si ese ínfimo espacio personal que le quedaba era superado. –

Entonces, ¿no quieres terminar de relajarte?

¡No quiero más tus ayudas!, además, ¿Por qué diablos me besaste?

No lo sé, solo creí que debía sentir esos labios, parecían encantadoramente tiernos y virginales.

…. – Iruka trago grueso al ver como el Hatake ladeaba su cabeza preparándose para un segundo ataque –

Y lo fueron…. – cerro sus palabras con otro beso pasional, sobrepasando los límites del anterior con creces, sintiendo el calor que irradiaba su interior, su lengua practicando el arte de las caricias y mucho más. –

Estaba experimentando algo nunca imaginado, el tan serio, recatado, respetuoso y hasta con una cultura y educación a la antigua, se veía en un mar de sensaciones nuevas, prohibidas y sin lógica aparente, solo estaba con las emociones en on y la lógica en off, su cabeza embotada no le daba tregua a las razones humanas, un instinto nuevo y colérico subía como el magma de un volcán a punto de erupción, su estómago lleno de extrañas cosquillas, percibiendo con descaro unos dedos traviesos que acariciaban su pecho recorriendo su torso y acabando por aferrarse como una serpiente alrededor de sus caderas, las distancias saldadas se hicieron un amasijo de pasión desmedida, el calor aumento, las caricias dejaron de ser suaves para volverse descaradas muestras de deseo.

Kakashi no vio nada de resistencia en el castaño, al contrario, aquella presa de sus pasiones lucia deseosa de ser poseída, podía sentirlo, ese corazón latiendo a mil por hora, ese calor irradiando de toda su piel tersa, sus caderas juntándose descaradamente con roces obscenos y desinhibidos, cuando esa noche fuera del salón pensaba en cómo encarar a Iruka, nunca imagino que el resultado fuera este.

Estaba a punto de devorar un ser hambriento de cariño y de pasión, podía sentir sus torpes besos, sus nervios, pero también estaba seguro que así debía ser, que esa sensación desmedida que entro en su corazón cuando lo conoció, era recíproca, mutua y con un desenlace deseado por ambos.

¿Porque? - el castaño logro articular una simple y rara pregunta, después de tantos besos y caricias, decidió que al menos antes de seguir la locura, pediría lógicas a lo ilógico. –

¿Acaso se le pide permiso al corazón para querer?, las aves no le piden permiso al cielo para surcarlo, solo lo hacen porque así es su naturaleza, el agua no le pide permiso a la tierra para caer sobre ella, para poseerla y recorrer su interior dándole un halo de vida y fuerza… así que yo no pido permiso para lo que es obvio y necesario.

Sus labios susurraron aquellas palabras con sensualidad, un aliento tibio y suave hizo que a Iruka se le erizaran los bellos de la nuca, cerró sus ojos acompañando con ellos una suave sonrisa en sus labios, había comprendido que para amar no se necesitan permisos, que cuando hay pasión y amor, los cuerpos resuenan y existen las locuras como esas.

Sus ropas empezaron a estorbar, la sensualidad se apodero de ellos, el peligris se quitó en un rápido movimiento la camisa azul marino que cargaba, la vista de un torso definido, fuerte y blanco dejo impresionado al castaño, debajo de esas ropas había un cuerpo envidiable, con sus mejillas rojo brillante se atrevió a tocar el estómago del Hatake, era como si deseara estar seguro de lo que veía, su curiosidad no paso desapercibida por el otro y en un rápido y suave agarre tomo la muñeca de Iruka.

Siente esto. – le guiño un ojo al tiempo que deslizaba la mano de Iruka por su vientre y le hacía bajar hasta que tropezó con la masculinidad de su captor, encontrándose un miembro sofocado por la ropa, palpitante y deseoso de cariños. –

Kakashi… - desvió la mirada más avergonzado aun, no esperaba una sorpresa de ese tamaño. –

Sé que estas en las mismas condiciones que yo. – con su mano libre se atrevió a acariciar la naciente masculinidad del menor, y este le hizo saber su aprobación con un gemido bajo y seductor. - me siento como Adam en el paraíso, a punto de probar el pecado original, disfrutar de algo que nunca ha pertenecido a nadie, yo profanare este cuerpo en nombre de la pasión.

¡¿Cómo sabes que soy virgen?! – dio un respingo notablemente ofendido por la acotación de Kakashi, así lo haya dicho en un modo realmente hermoso y erótico. –

Tus manos tiemblan cuando te toco, eres como un libro abierto y listo para ser leído, tu cara dice a todas luces tómame de una vez, quiero saber que se siente.

Eres un pervertido… un pervertido con un léxico envidiable.

Por eso soy profesor de literatura, nada más efectivo que decir las palabras correctas en el momento correcto. – jalo con brusquedad el cierre del pantalón de Iruka, logrando bajarlo con una facilidad ilógica. - como te dije, todo esto tendrá escrito mi nombre.

Lleno de más lujuria que antes Kakashi hizo que el menor se sentara sobre el escritorio no sin antes bajar sus pantalones y ropa interior tan rápidamente que ya no había tiempo para analizar que estaban en un salón de clases, solos, inventando locuras de media noche como dos adolescentes hormonales y desbocados.

Espera. – trato de frenar al peligris pero fue en vano, su boca se curvo con asombro al ver como este bajaba su mano derecha para tomar en un suave agarre su miembro, un escalofrió impresionante recorrió su espina dorsal dejándolo totalmente desarmado para lo que seguiría después. –

No hay tiempo para esperas, sabes que esto es algo necesario, lo quieres. – sonrió descarado al tiempo que empezó a subir y bajar su mano por toda la piel expuesta, sintiendo el palpitar de aquel miembro, jugando con sus dedos y disfrutando de la gama imaginada de gemidos que empezó a articular Iruka muy pegado a su cuello, se había abrazado al Hatake en busca de apoyo a sus espasmos de placer. –

Kakashi… - gimió con fuerza al sentir que la otra mano del peligris se deslizo por sus muslos y empezó a juguetear con su entrada, deslizando sus dedos por todo el rededor sin profanar aun el destino final de todo aquel acto carnal. –

Ambas caricias le hacían perder la razón, sus manos se aferraron a la espalda ya sudorosa de Kakashi, solo necesitaba más, aun más de esas manos, ese recorrido morbosamente elaborado de los dedos, su boca apresada nuevamente en un beso húmedo y hasta prohibido, sus lenguas deslizándose dentro y fuera de ambos, los labios mordidos con suavidad exaltando la ya enrojecida piel, hinchados y provocativos en todo sentido.

Relájate, voy a hacerte llegar al paraíso. – reclino su frente del hombro de Iruka al tiempo que uno de los dedos del Hatake traspasaba el umbral permitido, deslizándose forzadamente dentro de su presa, sintiendo como los músculos se tensaron de pies a cabeza en un segundo. –

Gimió más fuerte que antes, esa sensación nueva era irreconocible, perturbadora pero placentera a un nivel insospechado, el digito que deslizaba dentro suyo paso rápidamente a volverse dos, aquello fue realmente interesante, Kakashi aún seguía deslizando su mano derecha por el miembro ya más que adoloridamente erecto, ambas caricias lo volvían loco, necesitaba más, un poco más para sobrepasar a lo ya ilógico en todo ese acto.

Entra en mí… - beso la mejilla de su captor con suavidad, parecía suplicar por dar fin, o mejor dicho, dar comienzo a una tortura placentera muy diferente a esa. –

Como deseaba escuchar eso. – sonrió malicioso para dejar todo lo que hacía y tomar con firmeza las piernas de Iruka abriéndolas un poco más para él, su cuerpo sintió aquel escalofrió divino de los momentos cruciales, su ser moría por estar allí dentro, saber que se sentiría poseer al dueño de sus pasiones. y sin duda no se equivocó, todo lo imaginado fue poco para la verdad, un estrecho y apretado espacio le dio la bienvenida, dificultosamente pudo empujar sus caderas cada vez más contra Iruka, este solo se aferró a su cuello buscando alivio al momento, podía sentir el cuerpo de Kakashi luchando por entrar, sintiéndose partir en un calor endemoniado y doloroso, una liga desagradable de sensaciones que no acababan, al contrario, se volvían más intensas cuando el peligris acabo de penetrarle y dio un movimiento enérgico, como tratando de empezar a embestirle con toda su alma. –

Cálmate. – le hablo en un ahogado grito de dolor, era doloroso, no se imaginaba que tan difícil podía ser lo que antes fue placer. –

Solo siente, relájate que será diferente pronto. – beso los hombros de Iruka al tiempo que empujaba con suavidad una y otra vez en ese placentero lugar, su alma le pedía empezar a moverse pero decidió apaciguar los ánimos y dar un poco de atención a la excitación aun existente en Iruka, apenas empezó a acariciarle y penetrarle, las cosas cambiaron, el dolor fue perdiéndose entre el placer, que diferente podía ser todo con las manos indicadas en el lugar indicado. - te dije que sería placentero.

Te… quiero. – su voz se hizo un hilo casi invisible, se le fue todo el poder al sentir como aquellas embestidas llegaban a tocar un punto nuevo dentro de él, sus piernas temblaron, su bajo vientre se revolvió con fuerza en un calor sofocante que desencadeno todo un nuevo cumulo de sensaciones, estaba en el paraíso sin duda alguna, solo un poco más y tendría el orgasmo más impresionante de su vida, sin pensarlo si quiera se deshizo en la pequeña muerte mientras Kakashi padecía del mismo mal, embistiendo con locura aquel cuerpo, sintiéndose venir con un calor impresionante, su semilla derramada en el lugar deseado, dentro del ser amado. -

Este cuerpo me pertenece. – mordió con algo de fuerza el hombro de Iruka dejando un notable moretón rojo brillante.-


Su mano se deslizo instintivamente sobre su hombro izquierdo, los recuerdos de esa noche le hicieron revivir sensaciones inolvidables, como un momento de locura había causado lo que ahora vivía con el Hatake, eran una extraña pareja, pero se querían y habían logrado encontrar su equilibrio en el mundo y así eran felices.

En realidad no fue mucho lo que me paso. – noto la mirada curiosamente mal pensada que Naruto le tenía, así que trato de recobrar su compostura luego de esos recuerdos. –

Si las cosas fueran así de fáciles. – el rubio se sentó de golpe en la cama. –

En el amor las cosas nunca son fáciles. – poso su mano sobre el hombro de su alumno. –

Sabe, me daré una ducha y llamare a mi jefe.

Espero haber ayudado con tus dudas sobre tu problema de "negocios".

Je je je… si, mi problema de negocios.

Nada es sencillo en la vida, las emociones nos llevan como una hoja en la ventisca, Naruto tratando de superar sus nuevas sensaciones hacia Sasuke, y Sasuke sucumbiendo a las dudas y las jugadas del destino, ya no contaba con el rubio para deshacerse de Sakura, estaba de malas con Itachi y no sabía porque le molestaba la empatía que su hermano mayor para con Naruto, no era un joven que brillara por su atrayente personalidad. Pero sus más grande he inimaginado problema se presentó en forma de un sobre amarillento de tamaño carta que su padre le dejo caer prácticamente encima apenas entro a la habitación.

Sasuke. – miro con aires de orgullo al moreno. –

¿Qué es esto? – tomo el sobre con recelo entre sus manos. –

Llena con inteligencia esas planillas, representan tu futuro.

…. – Sasuke abrió el sobre con cuidado y saco un grupo de hojas blancas llenas por ambos lados de preguntas y más preguntas. - ¿de dónde sacaste estos documentos de ingreso a la academia policial más importante del país?

El rector es un buen amigo mío, solo le pedí un pequeño favor a cambio de muchos que he hecho para él.

O sea, que si lleno esto, ya estaré dentro de la academia. – abrió los ojos con total asombro. –

El que ingreses con facilidades no te dará el derecho de haraganear, estudiaras tanto como puedas, necesitamos recuperar el prestigio y la oportunidad que tu hermano desperdicio en su momento.

No quiero las cosas fáciles. – dejo los documentos en la cama, le molestaba la continua comparación entre Itachi, su pasado y el. –

Prefieres quedarte en Konoha y ser un simple policía, hacer menos de lo que Itachi hizo.

El problema no es ser un policía padre, mi problema son tus ideas de controlarme la vida, lograr conmigo lo que Itachi no se dejó hacer, y yo quiero decidir por mí mismo. – siseó esa última frase con total convencimiento. –

Lo encuentro difícil, hasta ahora solo has jugado con todas las opciones que te he dado, incluida la señorita Haruno.

Ese es otro tema que quiero dejar claro, no me voy a comprometer con ella, no me gusta.

Sasuke… - Fugaku dio un pequeño respiro y acomodo su postura férrea frente a su terco hijo. - si estudias en la academia estarás lejos de ella y podría, quizás te dejaría escoger a otra mujer como tu futura esposa, pero si te quedas en Konoha, ten por seguro que ella pasara a la familia Uchiha tarde o temprano.

Lanzadas sus cartas, Fugaku salió de la habitación sintiéndose triunfador, por donde mirara, Sasuke no tenía salida, o era la academia más prestigiosa del país o el matrimonio seguro y estabilizador con Sakura Haruno, al final siempre serían los planes del mayor de los Uchiha los que controlaran el destino del moreno.

Sasuke se quedó contemplando los documentos con un dejo de rabia, estaba con la espada al cuello, no supo en que instante su padre le tendió tan elaborada trampa, todo perfectamente maquinado, todo entrelazado para hacer que su futuro fuera lo que su padre añoraba y que no logro con su hermano mayor. Todo se basaba en dos opciones, estudio seguro, un puesto de influencia en la policía y si eso fallaba, tenía el matrimonio con Sakura para salvar la dignidad y subir en peldaños monetariamente. Debía ser sincero con el mismo, entre ambas alternativas, había una que podía ser tolerada y hasta cierto límite flexibilizada, así que su decisión fue clara al tomar los documentos entre sus manos.

Prefiero irme a estudiar lejos que acabar como el perro faldero de Sakura Haruno. – busco un bolígrafo sobre su escritorio y comenzó a llenar con cuidado los papeles de ingreso, le gustaba la carrera que habían tomado antes su padre y su hermano, prácticamente estaba listo para aceptar ese reto, pero entre esos pensamientos se le coló uno inesperado, la imagen de Naruto aquella noche de pasión en el hotel. - Estaré lejos de ese idiota. – su sonrisa pretenciosa se le borro en un segundo del rostro. - ¿Qué diablos hago pensando en si lo veré más o no?

Sacudió su cabeza unas cuantas veces asombrado por esos pensamientos, pero la espinita seguía clavada en su mente y quizás también en su corazón, había vivido momentos únicos con Naruto, prácticamente él fue su primera vez, su primer beso, y hasta su primer "amigo". Un cumulo de situaciones de ese índole no se olvidan fácilmente, pero Sasuke verdaderamente prefería estudiar, ser alguien independiente de las ataduras de su padre, que mejor oportunidad que esa para trazar sus metas lejos de Fugaku, así sea tomando como camino la oportunidad que le entregaba el mismo y que muy seguramente consiguió con algunos favores nada buenos y decentes.

Lejos de Konoha, lejos de mi padre y lejos de el… - sintió una opresión algo desagradable en su pecho, en verdad estaba comenzando a darse cuenta que el rubio se le coló muy adentro, más de lo que imaginaba, su duro corazón tenía un pequeño agujero por donde entro el cariño del Uzumaki.-

Un deseo extraño de pertenencia nació esa noche, después de tanto gritarle que no sentía nada, que no valían nada los momentos pasados juntos, que su relación no tuvo nacimiento y por ello nunca vivió, pero que extraño es el juego del destino, nunca sabemos que tan lejos nos lleve un hecho inesperado, que la ruta al amor sea escabrosa, empinada e inesperada, Sasuke se debatió con el mismo esa noche, decidió más de una cosa, tuvo más de una idea y lo pondría en práctica cuando su ego le liberara de tanta prepotencia, así sea antes de irse de Konoha para siempre.

Continuara….

PERDON, MIL PERDONES PERO TARDAR CASI 5 MESES EN SUBIR ESTO. ToT. Estoy trabajando muy duro, me va muy bien pero el tiempo para escribir es escaso y casi nulo, pero tengo el fic adelantado como 5 o 6 capis en un cuaderno que llevo conmigo a todos lados, el problema es el tiempo para pasarlo del cuaderno a la pc, sé que puedo!, me llevara mi tiempo, pero no deseo dejar este fic sin terminar, está muy emocionante ji ji ji, lo que llevo adelantado me provoca unas ideas grandiosas, sé que les gustara el giro que dará la trama, el pasado revelado, las verdades y las sorpresas que vienen, sepan espérame por favor amigas, sé que tardare un poco, quizás mucho menos que estos meses, pero sabré llevar mi fic a su debido desenlace, les quiere ramsin, y por favor díganme si aún puedo seguirlos y esforzarme en darles algo bueno. Gracias!

Próximo Capitulo:

Tatuado en mi alma.


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