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Contra la corriente por RAMSIN

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Contra la corriente


Capítulo 16


Aceptando mí destino


Estaba húmedo, con sus mejillas totalmente inundadas en lágrimas, no entendía como el sonido de ese pequeñísimo corazón lo descoloco, era un diminuto ser que no sabía que existía, hacia minutos se debatía con teorías extrañas y sórdidas sobre su abultamiento, quizás prefería que fuera otra cosa y no eso. Con una rabia enorme se restregó el rostro, ya no quería llorar pero sus ojos no paraban, un profundo hueco se abrió en sus emociones, brotaban desde todos lados y con la única razón de hacerlo sentir miserable y hasta desvalido.


-Dígame que es mentira… - susurro jipando como un niño pequeño. –


-No lo es, está allí dentro, creciendo gracias a ti. – sentencio suavemente – no llores más por favor.


-¡Cómo quiere que no llore!... ¡aun ni yo se cuidarme bien solo!


-No estás solo. – poso su mano sobre la rodilla desnuda de Naruto, sentía que el muchacho solo pedía a gritos ayuda, algún apoyo para poder comprender su estado actual. –


-¡Si lo estoy!, Mis padres murieron… el padre de este niño se fue… y yo vivo solo. – se abrazó a si mismo con melancolía, escuchándose bien, que miserable se sentía, tan pequeño e ínfimo en el mundo. – no puedo tenerlo.


-¡No digas eso! – la rubia se puso de pie indignada, tomo de la mano a Naruto y lo jaloneo haciéndolo levantarse también. – mira la pantalla.


-No quiero…


-Allí dentro hay una vida, no sabes lo que darían más de una persona en este mundo por tener tu don, por ser capaz de gestar a un bebe, es un regalo, velo de ese modo, que importa si no tiene padre, igual estas tú, el solo te necesitara a ti, tú lo mantienes vivo…


Ella que hizo su carrera basándose en la vida no puede aceptar el hecho de que alguien no desee el milagro de la misma nacer dentro de él, indignada por la férrea terquedad de Naruto, movió la pantalla del ultrasonido y amplio la última imagen que capto el aparato, se podía ver al bebe de perfil, su cráneo perfectamente desarrollado, sus brazos extendidos al frente, su columna vertebral nítida y en perfecto estado, era un bebe sano, lleno de vida y creciendo como todo ser con derecho a nacer.


-Míralo… es tuyo, tiene tu sangre, tu carne. ¿acaso no tienes curiosidad de saber cómo será físicamente?, contar los deditos de sus manos cuando nazca, mírale sus manos, tan diminutas y ya están completas… no deseas que esos brazos te abracen alguna vez, que te diga que no estás solo, que él te acompaña porque te amara sin condiciones… si logras decirme que no sientes nada de eso al verlo, te hare un aborto, no me negare a ello.


Se quebró, sintió una tonelada de emociones recorriendo su cabeza, no podía pensar nada malo, esa manito diminuta allí, tan cerca y tan lejos. Si tenía terror, como no tenerlo si de la noche a la mañana te dicen que estas en estado, que una vida dependerá de ti por el resto de la tuya, que no hay regreso, sin límites de tiempo ni caducidad.


-tengo miedo… - susurro aún más atragantado en lágrimas, no podía negar las palabras de Tsunade, aun tenia alma y corazón suficientes para aceptar los retos, su vida siempre fue uno, que más daba otro obstáculo en la carrera de su existencia. –


-No te preocupes, yo estoy aquí y también Itachi, él es un buen hombre Naruto, quiere ayudarte, él sabe mejor que nadie lo que es no tener al ser amado en sus brazos. – con suavidad rodeo al rubio, un abrazo protector y maternal, que sentimiento agridulce la invadía, ella ayudando a mantener vidas y nunca pudo tener una, las ironías de la vida nunca dejaban de asombrarla. –


-Puedo con esto… si he vivido solo tanto tiempo, puedo con esto. – alzo sus orbes azules hacia la doctora. –


-Claro que podrás, cálmate y vístete, quiero explicarte mejor como es y será todo de ahora en adelante.


-Está bien.


La tensa espera en el consultorio acabo, Gaara e Itachi vieron salir al rubio con la mirada caída y sus ojos rojos e hinchados por tanto llorar, ninguno hizo algún comentario, estaba claro que le habían dicho la verdad, por otro lado Tsunade tomo asiento y dio una respiración profunda, necesitaba reorganizar sus ideas, quería plantearse el modo de tratar a Naruto, podía ser un joven inestable emocionalmente por su vida dura, quizás hoy estaba bien con él bebe, pero mañana no sabía que lo negaría a capa y espada otra vez.


-Bueno Itachi, tenías razón al cien por ciento. – abrió la carpeta donde estaba anotando los datos del Uzumaki. – quiero poner en claro los sucesos.


-¿Todo está bien? – rodo la mirada hacia Naruto que parecía perdido en sus pensamientos sentado en la silla. –


-Si, lleva un embarazo de aproximadamente 12 semanas, esta todo perfectamente, solo necesita algunos cuidados extras de aquí en adelante.


-Explicaciones… - hablo Gaara al fin, su mutismo se rompió al pensar como había pasado todo eso. -


-Creo que tienen derecho a saber algunas cosas curiosas de la naturaleza humana, ya Itachi sabe de mis investigaciones, leyó muchos de mis trabajos cuando pasaba los ratos en la clínica conmigo… Naruto pudo quedar en estado gracias a una mutación genética, hace millones de años que el ser humano se ha adaptado a su entorno gracias a ellas. unas son para beneficio y otras no, esta mutación en específico tiene que ver con los cromosomas que dan las características masculinas y femeninas, digamos que en algún momento hubo una cruza de información genética y lo que antes era masculino o femenino se volvió ambos, como una mezcla evolutiva, no todos los portadores son actos para un embarazo, a veces los órganos reproductivos no se desarrollan correctamente y nunca se detecta, otras veces los portadores nunca lo saben porque no tienes relaciones con su mismo sexo, pero hay un pequeño porcentaje en que la mutación resulto tan eficiente que cumple con los requerimientos físicos y genéticos para ser lo que podría llamarse hermafrodita. a pesar de ello, nunca los dos sexos son evidentes, siempre hay un predomino masculino, por eso no se ve diferente a otro hombre, por fuera, si lo miras por dentro con el ultrasonido, veras los órganos reproductivos de una mujer, adaptados a su entorno, como cualquiera del sexo femenino, un útero, trompas y ovarios, no todos funcionales en ocasiones, pero ya saben que solo se necesita de un ovulo y un espermatozoide de entre millones para que se cree la vida, las probabilidades no son tan descabelladas si lo miras desde ese punto.


Itachi no se asombró en lo más mínimo con el discurso explicativo, ya había aprendido de su peculiar carácter genético, pero el más asombrado era Gaara, su pregunta tuvo más que respuesta, sinceramente ahora pensaba seriamente en cómo se vería el rubio desnudo y que de tan cierto había en que no se notara nada en su exterior.


-¿cómo nacerá? – esa pregunta fue un susurro que dio el rubio, había escuchando todo sin comprender la mayoría, pero ya que importaba, él era la viva prueba científica de esa mutación. –


-Si piensas en como esos espermatozoides entraron a tu cuerpo, imaginaras que camino tomara él bebe para salir. – sonrió maliciosa, esa parte de la explicación siempre causaba escozor en sus pacientes. –


-Matare a Sasuke si logro verlo algún día.


La consulta fue más explicativa de lo que imaginaron los incrédulos Gaara y Naruto, ninguno de los dos sabía muy bien de la genética o la mutación, por otro lado Itachi conocía de primera mano su condición, recabo de todo al salir en estado y más aun con la ayuda de Tsunade que tantas investigaciones hizo al respecto, sacando a la luz esa peculiar condición genética cada vez más común. Después de algunas recomendaciones y recetarle vitaminas, hierro y calcio en tabletas, Naruto salió de la consulta con sus guadianés en turno, el camino de regreso a la casa del rubio fue silencioso, nadie dijo nada, cada uno iba con sus pensamientos alterados, Naruto por la obvias razones de su recién descubierta condición, Itachi solo estaba tratando de buscar el modo de tener más vigilado al rubio mientras contactaba con Sasuke, y Gaara, pues él estaba debatiéndose a muerte con sus sentimientos por Naruto, podría quererlo mucho pero un hijo que no era suyo resultaba fuera de sus deseos, una cosa era Naruto solo y libre y otra con un bebe en camino, amaba al chico, tanto que estaba jugando con la idea de hacerle frente al problema, algo le decía que Sasuke no reportaría allí, si huyo antes de saberlo, ahora sabiéndolo ni se aparecería.


-Ya pueden dejar de vigilarme. – Naruto se quedó de pie frente a la puerta de su pequeño apartamento, no quería dejar entrar al dueto. –


-Pero… - Gaara intento poner su mano sobre el hombro del rubio, de inmediato recibió una mirada realmente gélida que le hizo desistir de sus ideas. –


-Quiero estar solo. – saco un juego de llaves de su bolsillo. –


-Naruto, voy a contactar con mi hermano a como dé lugar, debe saber lo que sucede.


-Itachi – la mirada fría del Uzumaki se posó en el nombrado. – no quiero a nadie en mi camino de hoy en adelante, tu hermano no me interesa, yo me metí en esto solo, así que saldré solo también…


-Sasuke tiene responsabilidad contigo.


-No la tiene, el no busco esto y yo tampoco, pero a mí me toca asumir la carga, lo llevo yo, es mío y no quiero que nadie me diga nada. – abrió la puerta rápidamente para después azotarla en frente Gaara e Itachi. –


-No entenderá de razones por un buen tiempo. – el pelirrojo se dio media vuelta dispuesto a irse. –


-Quiero que me ayudes. – Itachi saco rápidamente una tarjeta de presentación de su chaqueta. – ese es mi número de celular, sé que Naruto te dejara estar con el más que yo, quiero saber cuándo necesite algo, lo que sea.


-No te basta con que tu estúpido hermano le arruinara la vida, ahora quieres seguir persiguiéndolo y enmendando errores que no son tuyos.


-Yo no quiero enmendar ningún error, y no quito que Sasuke sea un estúpido de primera por todo lo que sucede, pero ese niño que espera Naruto es mi sangre también, es mi sobrino y se de primera mano lo difícil que es la situación que ahora enfrenta. quiero ayudarlo solo eso, no me importa si me quiere lejos o me detesta por ser hermano del que lo embarazo, yo solo necesito ayudarlo, se lo prometí a alguien muy cercano a el…


-Eres terco. – Gaara dio un suspiro resignado y tomo la tarjeta que le ofrecía Itachi. – no te aseguro nada, ni yo entro en sus prioridades ahora mismo.


-Lo sé, pero alguien enamorado siempre consigue como entrar a donde quiere. – sonrió un poco y salió del lugar dejando a Gaara con la palabra en la boca. –


-Enamorado… - tomo entre sus dedos el collar que colgaba de su cuello con la palabra "amor" escrita dentro. – no sé si esto funcione a estas alturas del problema.


La vida nunca es perfecta, siempre hay baches en nuestro camino, unos grandes y otros pequeños, pero mientras Naruto sufre los infortunios de la suerte, en otra parte del país, el causante de la vida que crece en el interior del rubio gozaba de las mieles de la victoria, se había vuelto en tan poco tiempo una celebridad en sus estudios, destacaba en toda y cada una de la áreas, su pasión se desato al verse en el mundo policial, eso se llevaba en la sangre, pero la criminalística le daba un atractivo superior, se sentía como un genio con un puzzle en las manos, resolver cada pieza de un enigma misterioso.


Ese radiante día estaba por culminar una vez más, un Sasuke totalmente exhausto por la clase de preparación física, agotado entro a la pequeña habitación que compartía con otro estudiante en una residencia estudiantil, muy cerca de la universidad y convenientemente familiar para sus deseos.


-¿Qué tal la clase? – una voz suave le recibió apenas abrió la puerta de la habitación. –


-Porque preguntas si nunca asistes. – el moreno ni si quiera miro a su compañero de habitación que estaba sentado en su cama rodeado de utensilios de pintura y un caballete. –


-Porque no me hace falta. – sonrió suavemente dando algunas pinceladas más a su cuadro. –


-No sé cómo le hiciste para ingresar a este lugar, solo eres un niño con mucha suerte. – hablo secamente a su compañero. –


-Tanta suerte como tu Sasuke. – siguió pintando con su afable sonrisa en los labios. –


-Y quita esa sonrisa estúpida del rostro, cada vez me enferma más… - sin un ápice de remordimiento se paró frente al jovencito que compartía habitación con él. –


-¿Enfadado por la verdad?- siguió sonriendo como si nada. –


-No puedo contigo, eres como una mala broma andante… quiero cambiar de compañero de habitación. – gruño sin reparo, estaba harto de su suerte para conseguir una habitación para el solo en la universidad. –


-Sabes perfectamente que ambos estamos juntos por nuestros promedios, tu inteligencia y mi genialidad. – sentencio secamente, su sonrisa fría se había borrado del rostro en un segundo. – pero tú no hiciste méritos para estar aquí dentro…


-¡¿Cómo demonios te atreves a decirme eso? – tomo bruscamente del cuello de la camisa al chico que sabía su modo de ingreso a su profesión. –


-Me atrevo porque es la verdad, mi padre me lo dijo. – ladeo la mirada sin ánimos. – podrías soltarme, quiero terminar mi pintura antes de la próxima clase.


-No creas que por ser el hijo del rector te salvas, eres un niño aun… no perderé mi tiempo con niños…


Sasuke soltó bruscamente la ropa del joven y camino por toda la habitación buscando una toalla para darse una ducha, lo único malo de su vida universitaria era ese niño, se sentía superior al resto del mundo, y tenía como hacerlo ya que era el hijo del rector, con esas facilidades logro ingresar a la universidad antes de tiempo, para su edad debería apenas estar en la mitad de la preparatoria, pero no, era todo un genio sarcástico sin emociones propias, vivía de una sonrisa falsa, una incomprensible pasión por la pintura y un agrio sentido de la verdad, sin duda un espécimen que nadie querría como compañero de habitación.


-Cuando regrese no te quiero aquí… - Sasuke salió de la habitación azotando la puerta. –


-Mi padre tenía razón, ni entre genios se puede confiar de la gente. - Dio algunas pinceladas a su cuadro. –


Sasuke debía lidiar con sus compañeros, con las incontables mujeres babosas que se ofrecían cada dos por tres, siempre encontraba cartas declarando su amor, confesiones tontas en la hora del almuerzo y una que otra obsesiva que lo perseguía por las instalaciones de la universidad, ya estaba acostumbrado a ello en cierto grado, no le era ajeno, siempre tuvo a una peli rosada atrás de él, y más mujeres aun, pero él prefirió por ironías de la vida acostarse con otro hombre, entre borracheras y locuras de ser joven, pensaba tanto en ello cada día, unas veces con asombro y otras con molestia, pero siempre la presencia sentimental le atacaba, unos ojos azules y un cabello rubio como el sol, cerraba los ojos y lo veía, lo sentía, podía recordar cada centímetro de piel que recorrió de Naruto, cada caricia, cada gemido que logro sacarle en las ocasiones que estuvieron juntos, pensaba más y más en ello mientras se duchaba, un calor sofocante volvía a atragantarlo, esa sensación de necesidad lo comenzaba a molestar, quería poner tierra de por medio, sus estudios eran lo único importante y claro está, también de su padre y las ideas descabelladas de casarlo y controlar la poca tranquilidad que le quedaba.


-Estúpido… - susurro con desánimos al tiempo que trataba de quitar el jabón de su cuerpo, el agua fría no ayudaba en lo más mínimo a los pensamientos que seguían sacando a flote sus recuerdos. – ¡porque demonios no puedo sacarte de aquí!


Llevo su mano derecha al pecho, estaba molesto consigo mismo, había logrado lo que quería, una carrera amada, espacio personal, tiempo para él y cero normas o reglas de la honorable familia Uchiha, pero le faltaba algo. Lo más importante que había sentido y vivido en su vida, el cuerpo, las emociones, la mente, el ser de un rubio loco y lleno de alegría.


Mordió su labio inferior mientras sus manos seguían recorriendo su pecho y bajando cada vez más hasta su cintura, ese baño estaba volviendo en una fantasiosa situación, se imaginaba al dueño de sus emociones en esa ducha, sumiso para él, con su cuerpo tan húmedo con el suyo, deslizando sus manos por toda su espalda, sintiendo como sus besos eran cálidos y embriagantes, suaves gemidos escapando de sus labios cuando comenzó a acariciar su bajo vientre, sujetando su miembro erecto entre sus dedos, recorriendo aquella extremidad en un vaivén delirante, cada vez más rápido, más necesitado, su mente volaba al tiempo que seguía acariciándose el mismo, era humano, las necesidades de un hombre son fuertes y más cuando ya ha descubierto lo placentero del sexo, su mente voló a lo más alto hasta que culmino su pequeño juego enjuagando con agua la evidencia de su cuerpo y manos.


-Como puedo extrañarte, tonto. – dejo caer su frente contra las baldosas de la ducha, que humillante se sentía tener que satisfacerse el mismo cuando se le colaba en la cabeza Naruto. –


No todos tenemos lo que deseamos, o cuando creemos que es lo que queremos, sale algo que nos cambia las perspectivas, pero cambiando de ambiente y de situación, Itachi volvió a la casa luego de dar una parada en una farmacia, compro algunas cosas importantes y con el deseo de poder llevárselas a Naruto pronto, era tarde y tomo la precaución de llegar sin hacer ruido, abrió la puerta y entro sigilosamente, que ridículo se sentía entrar a hurtadillas a su casa como si fuera un crio de 15 años que paso toda la noche fuera de parranda. Miro con cuidado por toda la sala y las escaleras del piso superior, satisfecho de su soledad, tomo su celular y marco el número que venía trayendo en mente desde el día anterior, llego a su habitación y cerro con llave para después dejar las bolsas de sus compras bajo la cama, no necesitaba que nadie descubriera un montón de vitaminas para embarazadas.


El repique del otro lado lo puso ansioso, tenía en mente que decir pero el cómo sería la reacción de su posible "cómplice" era otra cosa, atento escucho la voz de una chica preguntando quien era, ahora o nunca, Itachi trago grueso y se dispuso a dar su primer paso para cazar a su escurridizo hermanito menor.


-Buenas noches, ¿es la señorita Haruno?


-Ella habla… ¿quién es?


-Habla Itachi Uchiha, el hermano mayor de Sasuke.


– Sakura quedo en silencio unos segundos hasta que al fin pudo articular la primera y más básica reacción de una mujer abandonada. – COMO SE ATREVE A DESAPARECER POR TANTAS SEMANAS Y NI UNA LLAMADA!


-Cálmate por favor.


-¡Cómo me calmo si ese tonto hasta pone a su hermano como tapadero!


-No quiero ser tapadero de nadie, y no quito el que Sasuke haya sido irresponsable contigo y con todo a su alrededor… pero necesito hablar contigo.


-No sé si quiera escucharlo.


-Sasuke está desparecido…


-¡¿Cómo? – sus ojos se abrieron como platos- desaparecido.


-Algo así, se fue a estudiar fuera de la cuidad, pero no contacta con nosotros de ningún modo y pues… sé muy bien que mi padre y tú se llevan excelentemente, quisiera que me ayudaras en algo.


-No comprendo que quieres.


-Te seré sincero, mi hermano menor ha dejado un lio armado aquí, no quiero que mi padre lo sepa antes que el mismo Sasuke, es algo sumamente serio y confidencial, necesito de tu ayuda, sé que con un poco de insistencia mi padre te dirá donde encontrar a Sasuke, un numero o algo, es urgente.


-¿Que hizo Sasuke? – la voz de Sakura se oyó seca y enfadada. –


-No puedo decírtelo aun, lamento que sea así, pero hay alguien más inmiscuido en este problema, no deseo hacer público esto, por eso recurro a ti, sé que aprecias a mi hermano en sobre medida y mi padre te aprecia mucho.


-Lo hare.


-¿Está segura de ello?


-Quiero contactar con Sasuke, ha sido un mal novio, un pésimo hombre para con las responsabilidades… creí que era algo importante para él, por eso deseo encontrarlo, quiero saber porque huyo de mí.


-Todas las respuestas pueden ser una sola señorita Haruno, la misma respuesta que tu buscas, puede ser lo que yo también busco.


-Hablare mañana con tu padre, no te preocupes que no le diré nada de esta llamada, pero necesito que seas franco conmigo, ¿la ida de Sasuke fue por otra persona en su vida? –pregunto con un nudo en su garganta, presentía que el moreno estaba con la cabeza en otro lado, o en otra persona. –


-Si…


-Ya veo, aun deseo saber las cosas con claridad, te devolveré la llamada apenas sepa algo importante de Sasuke. – tranco sin más la llamada y se quedó contemplando el celular hasta que la pantalla azul fluorescente del mismo se apagó. – no quiero quedarme con la duda de porque me rechazas… no me creo menos que nadie, Sasuke, tu padre me eligió como tu futura esposa, quiero serlo, pero necesito la verdad, necesito saber quién está en tu cabeza, en tu mente y en tu corazón como para dejar ir una oportunidad como yo…


Sakura jugara sin querer un gran papel en este acto de la vida, su deseos se verá cumplido pero también tendrá que poner en una balanza su corazón y sus virtudes, a veces la verdad es más dolorosa que mil mentiras juntas.


Otro día, otra radiante mañana, con paso apresurado Naruto llego a su trabajo, estaba con el ánimo estable y más calmado después de la tempestuosa visita a la doctora Tsunade, el día vivido y los descubrimientos hechos. Al menos quería olvidar el asunto que crecía dentro suyo mientras trabajaba, pronto entro al local donde su jefe le recibió con una acostumbrada tanda de pedidos a repartir bien agolpados sobre la barra del local, sabía que pesaban mucho pero también quería evitar ser descubierto aun en su condición, no necesitaba la lastima de más personas, bastaba con la pena que le daba que su amigo Gaara se enterara y de que Itachi lo persiguiera.


-Jefe… podría hacer los repartos por partes pequeñas, creo que… son muchas bandejas juntas para llevar. – miro la torre de envases humeantes con duda –


-¿Acaso estas enfermo?, tu siempre quieres llevarte lo máximo posible para acabar antes del mediodía con los pedidos.


-Si… es verdad. – se llevó la mano a la nuca con nerviosismo. – pero… hoy…


-Cero excusas, te ves radiante y sano sí que andando. – sin piedad alguna el peliblanco deposito la mitad de los pedidos en brazos de Naruto. – y que sea rápido, llevas retraso.


-Jefe… - suspiro pesadamente y con las piernas algo dobladas por el peso que llevaba. –


-Te ayudo. – de quien sabe dónde una voz conocida lo hizo notar como el peso disminuía de su cuerpo, la mitad de los pedidos acabaron en manos de un amable pelirrojo. –


-Gaara.


-Buenos días Naruto. – sonrió levemente y salió del local seguido del rubio. – ¿a donde vamos con los pedidos?


-No… no tienes que hacer esto, es mi trabajo, yo debo llevar todo eso a las direcciones que tienen pegados los envases de comida en sus tapas.


-Quiero ayudarte. – sentencio seriamente. – creo que es lo menos que puedo hacer por mi amigo y su bebe.


-¡NO LO NOMBRES!


-Aun no te das cuenta de la realidad en la que estas. – fijo su vista en el bajo vientre de Naruto. –


-Si lo se… - dejo los paquetes en el suelo – lo sé, por eso no quiero que me ayudes, estoy solo y debo aprender a hacer esto solo, nadie estará conmigo el día que "eso" nazca y necesite ayuda, prefiero aprender desde ahora a valerme por mis propios medios.


-No estás solo.


-No me nombres al estúpido hermano de Sasuke… le tengo coraje por meter sus narices donde no debía. – apretó su puño en alto –


-Mal que bien es una ayuda, sin él no hubieses sabido lo que sucedía contigo.


-Es verdad… - suspiro audiblemente. – mejor seguimos hablando mientras repartimos los pedidos, te dejare ayudarme hoy, pero que no se te vuelva costumbre o tendré que pagarte la mitad de mi sueldo.


-Je je je… no te preocupes, me siento recompensado con ver que estas bien.


-¿Tus hermanos no te ponen velitas?


-¿Porque deberían ponerme velas?


-Eres como un santo… siempre estas cuando necesito ayuda.


-Mal chiste Naruto.


-Lo sé. – se rasco la nariz como siempre hacia. – bueno, que esperamos para repartir esta comida.


-Muy bien


Ambos comenzaron a caminar hasta perderse en una de las esquinas de la calle, iban conversando amenamente sin notar como alguien les seguía a una prudente distancia, iba con un saco oscuro, lentes y una cara de muy pocos amigos, el desconocido, se dio media vuelta y saco su celular para llamar, en un segundo estaba en contacto con otra persona por el aparato.


Lo seguí como me pediste, tienes razón, hay algo sospechoso en todo esto… - hizo silencio al escuchar a su interlocutor. – está bien, los seguiré un poco más, no quiero tener errores.


Continuara….


Al fin pude concluir este capítulo!, como me llevo mi tiempo, es que estaba trabajando hasta los sabados y llegaba solo a acostarme y ni veía la pc para escribir, perdonen esa, el capítulo llevo varias semanas adelantado como media trama, bueno, ahora a seguir. Dos cositas, de aquí en adelante las cosas se enredaran, con Sakura, el compañero de habitación de Sasuke, el extraño hombre que sigue a Naruto y Gaara, y pare de contar, espero sepan disfrutar del suspenso XD… y lo segundo, es la explicación que di sobre como Naruto e Itachi puede tener bebes, bueno, sinceramente jamás busco una teoría completa, me basta con desearlo y tadaaaa… bebe en camino ja ja ja ja ja!. Pero me puse a pensar seriamente y salió esa soberana locura, no le paren mucho porque si no me muero, no soy científica y menos genetista, solo soy una fan del mpreg y que imagina cosas lindas y pervertidas para sus personajes favoritos, sin más que agregar, espero disfruten del siguiente capítulo que estará muy interesantoso ji ji ji… saluditos y besitos a todos.


Próximo Capitulo:


El que busca encuentra.


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