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Contra la corriente por RAMSIN

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Contra la corriente


Capítulo 17


El que busca encuentra.


Miraba con total seriedad la foto tamaño postal que estaba hermosamente enmarcada en un portarretrato azul marino, el metal del mismo relucía y hacia ver tan bella la escena, una mujer con la piel tan blanca como la leche, sus hermosos ojos castaños como par de almendras resaltaban sobre todo, entre sus brazos yacía un pequeño niño de menos de un año, con sus mejillas rosadas, sus ojos muy abiertos como enamorado de la cámara que le capto, sonreían, ambos sonreían a pesar de que tras esa tierna estampa se ocultaba la sombra de la enfermedad, esa mujer aparentemente sana tan poco le quedaba de vida, tan hermosa y tan amada para su hijo y su esposo, su sonrisa se borraría pronto, solo unos meses más y sería la última de las fotos felices que podría poner el dueño de la misma sobre su escritorio.


Hice de todo por ti… - acarició el marco azul marino con melancolía, era raro que diera muestras de debilidad, pero solo ella conoció sus flaquezas así que se merecía la misma sinceridad. –


Sus pensamientos fueron interrumpidos por el repique de su teléfono celular, estaba tan absorto en los recuerdos del pasado que no tomo en cuenta su llamada entrante hasta que la vibración del aparato lo saco por fin a la realidad.


Otra vez tú. – miro el nombre de la persona que llamaba, dio un pequeño gruñido de molestia para llevar el celular a su oído. – buenos días Fugaku Uchiha…


Buenos días rector Danzo.


Llamas puntualmente como siempre.


Sabes que me gusta estar informado sobre mi hijo y algunas cosas más.


No puedo negar que es todo un genio, la sangre de tu familia es asquerosamente afortunada… hasta en las terceras generaciones. – alejo sus ojos del portarretrato. – Sasuke progresa increíblemente.


Es de esperarse, por eso insistí tanto en que lo aceptaras en la universidad.


Seamos sinceros Fugaku, te debo muchos favores y tú a mí, esto solo es un pequeño pago de mutuo acuerdo.


Olvidemos ese asunto, mi llamada esta vez va más allá de Sasuke, quiero saber si mi otro hijo ha intentado localizarlo.


No, de tu hijo mayor no he sabido nada, sinceramente no le veo lo preocupante a que lo encuentre aquí. – se reclino más aun en su silla de cuero. –


Mis razones sobran, no deseo que Itachi le llene la cabeza de ideas independentistas y revolucionarias, Sasuke está siguiendo un camino perfecto, se creara como un gran hombre de peso en el mundo policial, solo debo cuidar y seguir puliéndolo, hacerlo perfecto.


Nada es perfecto Fugaku. – Danzo sentencio con molestia mirando hacia la foto sobre su escritorio – la vida te da imperfecciones donde menos lo creas.


Para mí sí, tengo todo planeado, mi hijo no cometerá el mismo error de su hermano mayor, se graduara y se casara con la mejor candidata posible, un matrimonio conveniente.


¿Hasta cuando querrás subir peldaños Fugaku?, el que mucho sube tiene la caída más dolorosa de todas.


Por eso te quedaste como un simple rector, no quisiste avanzar más, ser ambicioso en la vida.


Todo lo que me hacía ser ambicioso se fue hace muchos años. – sus palabras fueron frías y tajantes. –


Al menos te queda tu hijo.


No seas irónico Fugaku.


Un genio más para tu universidad, date el gusto de exprimirlo, el niño es de utilidad, solo búscale algo bueno en que explotarlo.


Si mi esposa te escuchara se revolcaría en la tumba.


La hiciste feliz en su momento, así que ahora te toca a ti, aprovecha las herramientas.


Fugaku, debo colgar.


La muerte de tu esposa te volvió blando, pensar que en el pasado eras capaz de muchas cosas, demasiadas como para hacer que tu mujer no solo se retorciera en la tumba si no que saliera de ella aterrada.


Hasta luego Fugaku. – colgó la llamada apretando el celular con un coraje inaudito, sus nudillos se blanquearon ante la fuerza de su agarre, la rabia y la impotencia lo dominaban cuando se trataba de poner en su lugar a Fugaku, en mala hora le ayudo a deshacerse de sus problemas personales, como lamentaba cada idea y cada complicidad lograda, muchos esqueletos en su closet, tantos por que lamentarse verdaderamente. -


Shimura Danzo, rector de la más prestigiosa universidad especializada en educar, entrenar y graduar a los mejores policías del país, lleva más de 12 años dirigiendo esa casa de estudios, su pasado puesto de segundo al mando en la dirección de investigación de Konoha era compartido con Fugaku Uchiha, ambos viejos conocidos, graduados juntos pero con diferentes puntos de vista, viejos amigos que se vieron ligados en sucesos sospechosos, nunca la carrera policial asegura la limpieza y rectitud de su personal, pero verdaderamente Fugaku hacia hasta lo imposible por subir peldaños, Danzo le apoyaba como buen compañero hasta que la trágica muerte de su esposa por un cáncer le hizo desistir de seguir, se quedó solo con un hijo pequeño, la luz de los ojos de su mujer, el deseo más grande del mundo lo represento Sai para ella, pero la felicidad de su familia murió ese día, desde ese entonces crio a su hijo con mano férrea, dura y sin sentimientos, el dolor no sería un nuevo blanco que los atacara, no nuevamente, su hijo se volvió tan inhumano como el, la falta de amor, de cariño, solo los hizo dos seres mecánicos. Pero a pesar de todo ello el pequeño Sai llevaba una delicada vena artística, su escape a todas las frustraciones vividas, un don pasado, tan impresionante como su inteligencia y su pasión por la carrera de su padre, una mente prometedora en un simple adolecente que aún no ha vivido las libertades de la vida.


Simplemente la vida te da pequeños cruces de camino, para Sasuke era el conocer a ese ser, le detestaba desde un primer encuentro, sin querer había descubierto un alma más atormentada que la suya, al menos el había tenido a Itachi para que le diera algunas buenas vivencias y alejarlo de su padre, pero este niño era el claro ejemplo de un ser sin ideas propias, y él no quería acabar así, apenas culminara la carrera pediría ser trasferido algún remoto estado del país, prefería cuidar una ciudad con un bajo índice de criminalidad que casarse con su detestada prometida impuesta. pero hasta el mismo Sasuke no se libraría de ella, Sakura Haruno había comenzado a mover sus propios hilos, la picadura de curiosidad que la invadió por culpa de Itachi fue suficiente. Esa mañana espero pacientemente a salir de sus clases, tomo un minuto el alejarse del bullicio de los pasillos de su lugar de estudios para sentarse en los últimos peldaños de una escalera.


Bueno, es ahora o nunca Sakura. – se dio fuerzas y llamo al número que Fugaku le había proporcionado en caso de necesitar hablar con él, el hombre era realmente metódico para con sus planes. –


Espero un poco hasta que la voz gruesa y seria de su futuro "suegro" le atendió, un nudo en el estómago la hizo tragar saliva, ese hombre tenía algo que te hacia inclinar la cabeza ante él y solo con oírle.


Señor Uchiha… habla la señorita Haruno, ¿se recordara de mí?


Buenos días, como no recordarte. – el moreno se sorprendió un poco por la llamada, pero también le parecía interesante que esa joven estuviese buscándole. –


Disculpe que haya tomado este atrevimiento, pero necesitaba preguntarle algunas cosas.


Dime con todo gusto, aunque ya creo que es lo que vas a preguntar. – sonrió complacido –


Es sobre Sasuke, él no ha sido muy educado últimamente conmigo, no ha llamado y no me he tomado el atrevimiento de llamarlo ni mandarle mensajes, creo que una mujer debe ser orgullosa y no caer bajo, pero ahora si me preocupa su falta de comunicación…


Ya veo, debes disculpar a mi hijo, realmente la culpa es mía, yo fui el causante de que no haya podido hablar contigo más, está muy ocupado estudiando, recibió una oferta de estudio en otra ciudad y acepto de inmediato.


Ya comprendo…


Espero que eso te calme y veas que no es que Sasuke quiera alejarse de ti o mucho menos, pienso que debe extrañarte.


Yo… quisiera saber algo más, necesito hablar con él, podría darme el número de donde se encuentra.


Sabes algo Sakura, creo que Sasuke le alegrara saber de ti, más todavía, te daré la dirección de la residencia donde se encuentra, una visita de fin de semana lo haría muy feliz.


Usted cree eso… - se sonrojo intensamente, en pocas palabras Fugaku le estaba diciendo que fuera hacer con Sasuke lo que le placiera. –


Confió en que lograras endulzarle los ánimos a mi hijo, debes comprender que es un poco terco y hasta despreocupado pero también confió en que tú sepas encarrilarlo, serias una grandiosa nuera para mí.


No me diga esas cosas señor Uchiha, pero gradezco su voto por mí, es un caballero.


Al final Sakura logro lo que quería, mejor dicho, lo que Itachi le pidió que hiciera, ahora tenía una duda en mente, si le daba esa dirección sin pensarlo mucho al hermano de Sasuke, sucedería que la "persona" que estaba sentimentalmente inmiscuida con el moreno también lo sabría, su intuición de mujer le decía que el Uchiha tenía más cosas que ocultar, nada malo pasaría si ella llegaba primero y averiguaba que pasaba, Itachi podría esperar por la información un poco más, al fin y al cabo ella no especifico cuando tendría esos datos o si en verdad los averiguaría.


Si hay alguien en tu vida Sasuke, me encargare de borrarlo de tu mente, de tu corazón y de tu cuerpo… - alzo su puño con un ímpetu impresionante, iría el fin de semana a esa dirección, el dinero para el viaje era lo de menos, una niña caprichosa y con poder sobre su padre le daba la ventaja de obtener todo lo que quisiera y como lo quisiera. -


Mas caminos entrelazados, esa visita de fin de semana haría estragos de todo tipo en la vida de más de uno, mientras Sakura vas tras Sasuke, Gaara y Naruto seguían en el local, el pelirrojo paso todo el día ayudando a su amigo, era su modo de sentirse útil y a la vez comprometido con Naruto, este no le pedía ayuda pero quería ser reconocido, la confianza necesaria para acortar las distancias entre ambos, un paso a la vez para llegar al corazón del rubio.


Casi culminamos el día de hoy. – Naruto tomo el trapeador dispuesto a limpiar todo el piso del local pero Gaara nuevamente se interpuso entre los planes del Uzumaki tomando el utensilio de limpieza. –


Yo lo hago.


Sabes, me estoy hartando de que me trates como una dama desvalida, no me va a pasar nada por limpiar el suelo. – se quejó alejando el trapeador de las manos de Gaara. –


Es mejor prevenir… - sentencio seriamente señalando el utensilio con su dedo índice. –


¡Ustedes dos! – Jiraiya sorprendió a ambos jóvenes discutiendo. – ¿qué demonios están haciendo?, Naruto, ¿porque este chico está ayudándote hacer todo el trabajo?


Buuueeeno jefe…. es que el… yo… - el rubio tartamudeo inseguro, no sabía cómo responder la grandiosa verdad que llevaba en su vientre. –


Señor, Naruto tiene un pequeño problema de columna, por eso no puede alzar mucho peso ni tampoco hacer trabajos pesados, el insistió en no comentarle nada porque usted podría molestarse, pero le mandaron reposo y no lo está acatando, esa es la razón por la cual estoy ayudándolo en todo.


Para cuando termino de hablar Gaara, Naruto tenía la boca sumamente abierta, esa mentira tan bien elaborada no se la habría imaginado él ni en un millón de años. Ahora esperaba la reacción de su jefe, una cosa era lo sensacionalmente conveniente que se oía y si el otro se comería ese cuento completo.


¡Haberlo dicho antes! – sin pena alguna palmeo bruscamente la espalda de Naruto. – por eso andabas con esas molestias en las caderas… no debiste ocultarme el problema Naruto.


Eh… tiene razón jefe, mi espalda me mata.


Vamos a hacer algo, disminuiré el trabajo un poco pero no puedes faltar, eres mi empleado ejemplar, cuando te recuperes por completo seguirás el ritmo de antes.


Gracias jefe. – se rasco la nariz algo preocupado, no sabía cuánto tiempo esa mentirita piadosa lo salvaría de trabajar duro como lo hacía siempre. –


La tarde finalizo y con ello Gaara nuevamente se ofreció a acompañar al rubio hasta su casa, Naruto no parecía muy feliz con la auto invitación y más todavía al sentir que el pelirrojo parecía como muy insistente de protegerle de todo, una espinita desagradable le invadía muy dentro, hasta pensaba en como hubiese sido Sasuke si él estuviese allí y enterado de que le daría un hijo, quizás se alegraría pero pronto ese pensamiento cursi y rosa lo desecho por la verdad cruda y real, seguro que el Uchiha le restregaría en la cara su falta de cuidado y no le prestaría atención, que lamentable era sentir que no valía ni la pena hacerse ideas de cosas que no pasarían.


Naruto. – Gaara le interrumpió los pensamientos al ver como sus orbes azules se llenaban de pequeñas lágrimas amenazando salir. –


Dime. – se restregó los ojos con saña, como le molestaba esas emociones que ahora brotaban a raudales por su estado. –


¿Quieres ir a comer algo?


Una pregunta.


Habla.


¿No tienes nada mejor que hacer?, no tomes a mal lo que digo pero es que yo no valgo todo el tiempo que ocupas en mí.


Si lo vales. – sonrió tiernamente y tomo la mano del rubio entre las suyas. –


Gaara… solo somos amigos, entiendes que no quiero pensar en más nada, estoy con la cabeza hecha un lio y ni hablar de lo que pasa aquí dentro. – llevo su mano hasta el pequeño vientre que aún no resaltaba mucho entre sus ropas. –


Lo sé, por eso actuó como me dicta la razón, estoy protegiendo a mi amigo y a su hijo.


Pareces más mi esposo… - mascullo entre dientes. –


No pretendo más de lo que tu decidas Naruto, solo quiero estar contigo, solo eso.


Está bien… está bien… - se deshizo del agarre del pelirrojo con suavidad. – esta noche solo deseo dormir, así que aceptare la invitación el fin de semana, hoy no por favor.


De acuerdo, así pondré en orden algunas cosas, tengo una exposición en dos meses, mi hermano está prácticamente confiando en mi para hacer algo creativo.


Entonces me invitaras cuando la hagas.


Ciertamente, serás el centro de mi exposición… - sin notarlo ya estaba parados frente al edifico donde vivía Naruto, Gaara tomo algo de valentía y se atrevió a besar la mejilla del rubio, prácticamente se despidió con ese beso tierno sin más. –


Naruto quedo en una pieza, solo pudo posar su mano contra la mejilla besada, ¿porque le decía que eran solo amigos y hacia ese tipo de cosas?, no lo comprendería de verdad, sin embargo no lo molesto ese acto, sintió que al menos alguien le quería un poco, sin importarle lo que sucedía en su interior.


Eres molesto. – salió de su estupor al sentir como el pequeño ser que llevaba dentro comenzó a moverse, podía jurar que esa criatura le interrumpía en los momentos menos oportunos. – ¿tienes hambre?


Sin comprender le hablo, era una soberana locura, le había comenzado a hablar a su vientre, para alguien que siempre vivió solo, parecía divertido tener compañero de conversación, así sea uno prácticamente invisible que nunca responderá a sus palabras, pero ya que más daba, estaba sintiendo que ese niño se alborotaba cuando él no comía, estaba triste o emocionado. Con paso presuroso subió al apartamento, cocinaría algo sabroso y se iría a la cama temprano, estaba muy metido en pensar en el menú que al llegar se tropezó con una pequeña bolsa de mercado arrinconada frente a la puerta de su apartamento, la bolsa algo grande tenía una notita pegada y escrita con bolígrafo, dudando la arranco de la bolsa y leyó su contenido para después guardársela en el bolsillo de su pantalón.


Itachi… - suspiro audiblemente y tomo la bolsa entre sus manos, el dichoso contenido de la misma eran las vitaminas y demás cosas que compro el moreno el día anterior. – tienes un tío latoso… e insistente.


Abrió la puerta y dejo la bolsa sobre la pequeña mesa de la sala, sin ánimos se desvistió rápidamente quedando en solo franela y bóxer, camino de regreso a la cocina pero el repique de un celular lo saco de sus ideas, no sonaba como el suyo, era un repique distinto y extraño, curioso por saber de dónde venía el sonido, registro medio apartamento hasta que dio con el origen del sonido, el celular que le había dado Itachi estaba sonando, con mucha dificultad lo saco de abajo de la cama donde había caído hace unos días, miro el numero entrante sin reconocerlo, estaba curioso hasta que el fugaz pensamiento de que el mismo Sasuke estaba llamando a su celular lo invadió, su corazón empezó a acelerarse, apretó el aparato con más precariedad hasta que tuvo la valentía de contestar la llamada que entraba.


Sasuke… - una voz femenina causo que Naruto cayera en cuenta de sus erradas ilusiones, ¿qué tonto podría llamar a su mismo celular en esas condiciones? –


No… - hablo decaído y triste. –


Disculpe, pero ese es el número de Sasuke, ¿podría pasármelo?


Este ya no es su celular. – sentencio con más coraje que pena, ahora la rabia lo invadía, rabia con el mismo por ser un iluso. - ¿quién lo busca?


Sakura Haruno.


Sakura… - los recuerdos de la chica que tanto intentaron volver desdichada se acumularon en su cabeza, al final nada había funcionado y Sasuke desistió para huir como un cobarde de la verdad. – sabes que él no está en Konoha.


Lo sé, quería hablar con él, pero ya veo que cambio de celular.


Está bien… - suspiro hondamente. –


¿quién eres? – pregunto curiosa, no reconocía la voz del joven tras la llamada. –


Nadie, soy nadie… y tengo el celular de Sasuke por error, pero ya no tienes que perder el tiempo llamando a él.


Disculpa entonces - se sintió un tanto preocupada por las palabras decaídas del chico, parecía muy triste en su tono de voz. – perdón que sea insistente, pero… ¿cómo acabaste con el celular de Sasuke?


Es lo de menos, solo fue casualidades, solo eso. – llevo su mano al vientre, él bebe estaba más alborotado que nunca, parecía recriminarle el no tener comida a como diera lugar. – debo colgar, adiós.


Tranco la llamada con un sentimiento de vacío muy grande, sin prisas dejo el celular sobre la cama y se dirigió a la cocina aun acariciando su vientre, abrió la puerta del refrigerador y miro dentro como si alguna cosa nueva fuera a salir de ella. una lagrima rodo por su mejilla, luego otra y otra más, en un segundo estaba arrodillado frente al refrigerador aun abierto, llorando cual niño aterrado, aun sentía al pequeño ser moviéndose dentro suyo, no comprendía muy bien ese ataque de llanto, pero una sola cosa era segura, Sasuke había activado nuevamente sus emociones, esa chica lo estaba buscando también, ¿ porque él no podía ser así también?,¿ porque no buscar a Sasuke?, el maldito orgullo no le dejaba, solo se hacía muros infranqueables sobre lo que diría el Uchiha del bebe, la seguridad del rechazo podía convencerlo momentáneamente de no hacer nada por encontrarlo.


De acuerdo, debo entender que somos tú y yo nada más. – seco sus lágrimas rápidamente y se puso de pie. –


Del otro lado de la línea, Sakura quedo totalmente extrañada con esa llamada, tenía curiosidad de saber más del porque el celular de Sasuke estaba en manos extrañas, quizás lo regalo, pero la persona que lo tenia se oía muy decaída y reacia, el único amigo que Sakura le conoció a Sasuke fue el rubio tonto que daño su ropa, la imagen de Naruto se le vino fugazmente a la mente, ciertamente parecía el candidato perfecto para tener el celular.


No me importa, igual tengo la dirección de Sasuke… - sonriendo se encamino a un pequeño calendario que tenía sobre su escritorio y encerró en un círculo el día que caía ese venidero sábado. - bueno, ahora a comprar ropa linda y pedir el dinero del viaje a papa.


Cada quien descubre su camino, las casualidades no existen y mucho menos los hechos fortuitos, Sakura marca su destino, pero en otra parte de esa ciudad llamada Konoha, también alguien más marcara el inicio de otro acontecimiento, en casa de los Uchiha, más precisamente en la habitación de Itachi, era tarde y la madre del moreno recién había podido entrar a la habitación de su hijo mayor, iba con escoba y trapeador a la mano, aprovecharía que su hijo llamo para decir que llegaría tarde por una reunión del trabajo, entendía a la perfección las carreras de todos sus seres amados, su esposo siempre se ausentaba e Itachi hacia lo mismo de vez en vez.


Comenzó a limpiar pensando en cómo le estaba yendo a su pequeño Sasuke cuando tropezó con una nota que saco de abajo de la cama, se había quedado pegada a las cerdas de la escoba cuando barría, con curiosidad tomo el papel y leyó su contenido tranquilamente, se trataba de una factura común y corriente, decidió dejarla sobre el escritorio de Itachi pero se detuvo al leer que era de una farmacia y los productos comprados eran medicamentos muy peculiares que ella recordaba con precisión, ácido fólico, calcio, vitaminas y algunas cosas más de aseo personal.


Hijo mío… - sus manos temblaron repentinamente, Mikoto sintió como una oleada de sensaciones le atravesaron el pecho, no era posible que otra vez pasaran las cosas como hacía 15 años atrás, no podía creer que Itachi repitiera su error, estaba tan absorta con la factura que no noto como alguien entraba a la habitación repentinamente. –


Mikoto. – la voz de su esposo le hizo dar un verdadero respingo. –


¡Llegaste temprano! – apretó la factura entre su mano volviéndola una bola de papel. – pensé que Itachi y tú no vendrían a cenar.


¿Qué hacías? – noto evidentemente el nerviosismo de su esposa, muchos años con ella le hacía leer sus emociones como un libro abierto. –


Solo… limpiaba la habitación de Itachi, aproveche que no estaba, sabes lo quisquilloso que es con sus cosas privadas. – sonrió levemente y salió de la habitación con Fugaku pegada a sus espaldas. – voy a calentar tu cena.


No es necesario, ya comí con los superiores. – centro sus orbes en las manos de Mikoto. –


Entonces te preparare tu baño, deja que bote la basura y listo. – lanzo la bolita de papel en la basura que tenía acumulada de lo que había barrido en el piso superior. –


Está bien. – desapareció por las escaleras rumbo a la sala, apenas Mikoto dejo de verlo saco nuevamente la bolita de la basura y la escondió entre sus ropas. –


No otra vez hijo mío, no aguantare otra carga como esa, aun me siento impotente de no protegerte a ti y a mi nieto. No quiero que suceda de nuevo.


Sus ojos se llenaron de una increíble nostalgia, sentiría la impotencia hasta el último día de su vida, nunca pudo sacarle información a Fugaku sobre el paradero del bebe después de que salió de la casa con él en brazos, mas nunca se habló del tema, fue cerrado para siempre, hasta Itachi con el paso de los años dejo de buscarlo, nada daba frutos, no había datos, como si lo hubiesen desaparecido de la faz de la tierra, ese bebe jamás existió a ojos del mundo. Tanta rabia le tenía Fugaku Uchiha al Namikaze, nunca comprendería verdaderamente el actuar de su esposo, pero ella era una inocente más de todo lo que se escondía bajo tantas mentiras.


Itachi debo hablar seriamente contigo, tengo que adelantarme a Fugaku, no puede volver a cometer un crimen con un ser inocente, no de nuevo. – se llevó la mano al pecho con seguridad, esta vez no sería la tímida ama de casa sumisa que dejo pasar las cosas, el peso de conciencia le había perseguido por años, era hora de hacer lo que no hizo tiempo atrás por Itachi y por su desaparecido nieto.


Continuara….


Huuuuyyy esto se puso más enrredado aun! Ja ja ja. Bueno, escribí este capítulo rapidito, es que me resulto más un enlace informativo hacia los sucesos que vienen, ahora saben que Danzo es el rector de la universidad y Sai su hijo genio que le hace la vida de cuadritos a Sasuke, este par será muy entretenido de ver, por otro lado están las conexiones de Fugaku con Danzo, ¿creían que el papa de Sasuke le dejaría libertad plena?, eso cree el menor de los Uchiha, pero de Fugaku no se escapa nadie y nada, por otra parte esta las persecuciones sentimentales de Gaara a Naruto, una verdadera piedrita en el zapato pero tendrá sus razones, también Sakura metiendo más las manos en el asunto y ahora Mikoto descubrió la factura de Itachi, el mundo es chico y curioso, ahora la mesa está servida para un sinfín de cosas, ¡esperemos a ver que revienta primero!


Próximo Capitulo:


Visita Conyugal


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