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Contra la corriente por RAMSIN

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Contra la corriente


Capítulo 20


Sin Aire


La curiosidad parecía insaciable, estaba absorto acostado en su cama, boca arriba y con su vientre totalmente descubierto, era muy temprano y ya su pequeña hija lo había despertado, miraba atento a los movimientos que estallaban uno tras otro bajo su piel, unas veces suavemente y otras con una fuerza asombrosa para un ser tan diminuto y que ni ha nacido.


ooohhh… - gesticulo con la boca abierta a boca garro, esa última patada de su hija había trastocado algún órgano dentro de él. – no lastimes a tu… tu….


Se quedó en silencio repentinamente, una buena pregunta estaba saliendo a la luz, ¿que era exactamente el de su bebe?, su padre a todas luces era Sasuke, fue quien puso el esperma, las fuerzas y la parte activa, agacho la mirada dando un hondo suspiro de resignación, pensándolo seriamente, solo le quedaba auto llamarse "mama".


Soy lo que soy… ¿tu mamá? – Naruto sonrió dudoso ante la frase, sonaba ridícula en sus labios, pero la mera verdad si era eso, el llevaba una vida dentro, la concibió, la cuido y la daría a luz… definitivamente no podía quitarse la etiqueta de "mamá" –


Estaba todavía muy confuso ante la aseveración de esa pequeña pero hermosa palabra cuando sintió como alguien golpeaba a su puerta varias veces, con desanimo cubrió su vientre y se puso de pie, era aún temprano hasta para que Gaara llegara, quizás era Itachi avisándole que dejaría algún otro regalo para su sobrina, con paso calmado camino hasta la puerta y sin el menor reparo abrió.


Naruto. – una voz conocida, un rostro conocido, un momento inesperado, todo eso traía el ser bajo el umbral de su puerta, parado y mirando al rubio con notable impresión. –


…. – un nudo se le formo en la garganta, una oleada de pensamientos, recuerdos y emociones le golpearon de pies a cabeza, ¿acabo era real lo que veía delante de él? – Sasuke…


Necesitaba ver todo con mis propios ojos. – sin pedir permiso si quiera entro al departamento, sus negras orbes estaban auscultando al rubio de arriba abajo, como un perro buscando el rastro de su presa. –


¡Cómo demonios te atreves a aparecerte así! – pensó que sentiría alegría de verlo, pero sus emociones estaban todas apretadas en su puño derecho, una buena paliza aliviaría esa sensación de ser usado una vez más. – ¡MALDITO SASUKE!


Espera. – sin mucha dificultad sujeto la muñeca del rubio, sus cuerpos se estrecharon como en el pasado, sus respiraciones pesadas y furiosas se mesclaron nuevamente, despertando viejas sensaciones, pasiones, emociones… en fin, el amor. –


¡Me abandonaste! – le recrimino furioso, tratando de liberar su muñeca infructuosamente del agarre del moreno. –


No quiero hablar de ello.


En un segundo y no supo cómo ni cuándo, ambos estaban cerca de la cama, aun discutiendo, más bien era Naruto recriminándole todos los sucesos mientras Sasuke solo se limitaba a calmar su berrinche con su cuerpo, sus brazos estaba sujetándole la cintura, quería escapar, necesitaba así sea golpearle, solo partirle el rostro para sentir un pequeño alivio, no le importaba su estado, su hija no se enteraría de que le dio una paliza a su padre nunca.


El forcejeo continuo pero Sasuke supo muy bien como escapar de los golpes que daba Naruto a diestra y siniestra, sin mucho asombro logro tenderlo en la cama, subiendo como un gato sobre su presa, sus caderas chocaron en un segundo trayendo a la verdad la necesidad de dos cuerpos, el rubio respiraba entrecortado, su vientre estaba entre ambos, podía ver que si Sasuke solo se movía un poco más sobre él lo aplastaría, eso le aterro, quería proteger a su bebe, con fuerzas logro girarse quedando de lado, Sasuke noto aquel recelo del rubio para con su estado, en realidad no buscaba lastimar nada, aun no, sus deseos estaban más sobre otra parte de la anatomía del Uzumaki.


Quiero marcarte una vez más. – sin remordimientos apretó sus muslos entre las piernas de Naruto, eso lo mantendría quieto y sin poder girarse a gusto. –


¡BASTARDO! – intento manotear a Sasuke pero este con agilidad le sujeto ambos brazos sobre su cabeza, lejos de su rostro y de las peligrosas intensiones de lastimarlo. –


Esto es lo que quieres Naruto… - con su mano libre logro jalar los bóxer grises que cargaba puesto el rubio, la piel de sus caderas y trasero quedo expuesta, tan suave y hermosa como la recordaba. – te daré un regalo.


SUELTAME MALDITO BASTARDO… ¡ESTOY LLEVANDO A TU HIJA! – grito colérico y soltando un cumulo de lágrimas saladas. –


¿quién asegura eso? – movió su mano por todo el costado de Naruto, rozando su bajo vientre, sintiendo como la pequeña vida que llevaba se revolvía tanto como su madre. – ¿es mío?


¡¿COMO ME PREGUNTAS ESA ESTUPIDEZ? – sintió un movimiento brusco, la mano de Sasuke se había movido de su vientre hacia su trasero, una sensación desagradable le invadió todo el cuerpo, lo que venía no sería bueno. –


Podemos arreglar esto… - sus dedos se deslizaron forzadamente dentro del rubio. –


Aaaahhhhh….. – dio un grito ahogado, eso había dolido, su cuerpo tembló descontrolado, sentía calor, mucho calor, se sofocaba a cada segundo, el peso de Sasuke sobre el parecía el de mil toneladas, pero entre el terror, la humillación y el dolor solo había algo que le preocupaba, su pequeña hija, que Sasuke hiciera lo que quisiera pero que no la lastimara, que no lastimara a su propia sangre. –


Vamos pequeño idiota, gime para mí como aquella vez, como cuando te me entregaste como una perra barata… mendigando por amor… amor que no tienes ni tendrás. – susurro esas terribles palabras al oído del Uzumaki mientras sus dígitos entraban y salían del mismo con saña. –


Para… pa… - no pudo hablar más, se sentía sofocado, como si el aire alrededor de el estuviese tan caliente que se volvía irrespirable, no podía ver bien, estaba mareándose, su garganta dolía horrores y la sensación de que las manos de Sasuke se enroscaban sobre su cuello le termino de aterrar, quiso gritar pero era muy tarde, los dedos se apretaron contra su tráquea, más fuerte a cada segundo. –


Perdía el aire, no podía respirar más, se ahogaría, estaba seguro que de esta no saldría, sus brazos se agitaron como queriendo quitarse a Sasuke de encima pero ya este no estaba, había desaparecido como un fantasma, desvanecido, pero su peso no, el dolor en su cuello, la asfixia repentina, trato con desespero de ponerse de pie pero no pudo, todo le daba vueltas, el único sentido que aun parecía funcionar era su oído, escucho un cumulo de ruidos, como papel siendo arrugado persistentemente, una apagada y lejana sirena de ambulancia y el repentino y aterrador grito que alguien dio pronunciando su nombre.


Los cruces de la realidad y la fantasía no tienen límites, pero a veces la verdad es más terrible que un mal sueño o una pesadilla.


En otra parte de la ciudad, había una importante reunión anual para los cargos más altos de la policía, estaban instalados en un auditorio inmenso, conversando sobre los sucesos y adelantos en la prevención de delitos, investigaciones criminalísticas y demás datos de interés para todos los presentes, Itachi por ser uno de los mejores agentes debía dar una pequeña charla, estaba sentado en una esquina del auditorio, al fondo sin llamar mucho la atención, leía algunos apuntes para estar preparado cuando le tocara impartir sus conocimientos.


Deberías estar cerca de la tarima. – Fugaku se le apareció prácticamente de sorpresa por detrás. –


No es necesario… aún faltan algunas intervenciones. – guardo sus apuntes dentro de su traje negro, vestía muy elegantemente para la ocasión. –


Pronto tendré mi pase a retiro, espero llegues a mi puesto rápido.


No lo creo, tú tienes todas tus esperanzas puestas en Sasuke. – ni si quiera volteo a ver a su padre, solo el verlo le incomodaba en momentos así. –


Gracias a mi estas libre, has hecho tu vida Itachi, admite que todo hubiese sido un infierno si no tomábamos la decisión correcta.


¿Por qué me hablas de eso? – al fin alzo la mirada hacia su padre. –


Solo te digo lo que creo correcto.


Sabes lo que pienso de todo lo que suce… - paro de hablar en seco, su celular comenzó a sonar insistentemente con una llamada entrante. – espera.


Se puso de pie y camino unos metros lejos de Fugaku para poder responder el celular, conocía el numero entrante, era curioso que Gaara le llamara a esas hora de la mañana y más cuando no había nada en particular que debían hacer el y Naruto ese día. Con cuidado se alejó más aun y respondió la llamada.


¿Qué sucede? – hablo suavemente y lo más bajo posible. –


Fugaku estaba realmente curioso por la actitud de su hijo mayor, nunca dejaba el celular encendido en las reuniones y menos aun cuando debía dar una charla, no se movió de su lugar hasta que escucho como Itachi hablo algunas palabras, hizo un gesto con sus manos y colgó el aparato apresurado.


Tengo una emergencia. – salió del auditorio como alma que lleva el diablo y dejando a Fugaku consternado por la actitud repentina que lo atrapo. –


No podía pensar claramente, solo sentía como un frio recorría su columna vertebral, ni si quiera recordó cuando subió a un taxi y pidió escuetamente que le llevara a la clínica de Konoha, en todo el viaje hacia el lugar solo se dedicó a mirar su celular, busco entre las fotos guardadas una en particular, era la imagen de la ecografía de su sobrina, Gaara se la había mandado a escondidas de Naruto, sinceramente ambos se habían comenzado a volver buenos informantes. Esa foto era tan linda, con sus dedos recorrió el contorno de la imagen, podía ver los brazos de la pequeña, su cabeza y sus piernas, estaba tan completa que daba asombro verlo.


pequeña. – sintió un nudo en su garganta, la noticia que lo había sacado del auditorio era de las peores que pudo ni si quiera imaginar que sucedería. –


El taxi se detuvo en la entrada de la clínica, Itachi pago la carrera y bajo del vehículo dando un salto, corrió dentro del edificio y sin pérdida de tiempo se dirigió a emergencias, después de atravesar varios pasillos atestados de personas y médicos logro ver a un conocido pelirrojo sentado solitario en unas incomodas sillas, parecía hacer guardia a las puertas de una de las salas de observación, sus ojos verdes estaban clavados en el suelo hasta que noto como Itachi se le acerco sudoroso y agitado.


¿Que… sucedió con Naruto? – poso sus manos sobre el hombro de Gaara, pero este dio un leve quejido de dolor, ahora es que notaba que las ropas del pelirrojo estaban sucias y con incontables marcas de quemaduras sobre hombros y espalda. –


El departamento se incendió. – mascullo sin emoción, estaba aún incrédulo de lo recientemente vivido. –


Pero…


Naruto estaba dormido cuando eso paso, yo iba a verlo temprano para llevarle el desayuno, mi hermana le preparo algunas cosas y por eso me presente antes… no supe que sucedió, solo vi que mucho humo negro salía de las ventanas y corrí dentro del edificio, aún no habían llegado los bomberos, sin pensarlo… me metí al departamento y…


Gaara se detuvo de hablar, una tos seca comenzó a atacarlo, había tragado una considerable cantidad de humo en su arriesgado intento de entrar al departamento, después de unos minutos volvió a respirar normalmente para poder contar todo.


No sé cómo pude dar con Naruto, estaba tendido en la cama inconsciente… pensé lo peor pero le tome el pulso y estaba bien, pesaba mucho así que lo arrastre hasta la puerta del departamento pero no recuerdo nada más… me desmaye también. – se llevó la mano a la cabeza, le dolía horriblemente. – yo estoy bien pero Naruto se llevó la peor parte.


¿dónde está?


En observación. – desvió la mirada hacia la puerta delante de ellos. – no he sabido nada desde que lo bajaron de la ambulancia.


No puede ser… - se puso de pie con las manos entrelazadas, no tenía la sensación exacta, el sentimiento correcto para denominar el miedo y el terror que represento lo que escucho. –


Ya llame a la doctora Tsunade, debe venir en camino. – miro como Itachi estaba por marcar un numero en su celular. –


Gracias. – volvió a su lugar en la silla junto a Gaara. – te debo mucho más ahora… salvaste la vida de Naruto y mi sobrina.


Me siento estúpido. – se inclinó hacia delante con sus manos sobre la barbilla. – porque no llegue antes… tenía que llegar antes.


Fue un accidente, nunca sabemos que pasara cada mañana que nos levantamos.


Pero… Maldición. – mascullo apretando los labios, le dolía en el alma que Naruto estuviese mal, no sabían a ciencia cierta que daños le causo el haber estado todo ese tiempo en el departamento incendiado. –


La espera pareció eterna, un pequeño y frio reloj de pared les indicaba cada horrendo minuto y segundo que se iba, sin información, solo los dos mirando a la nada, sin comentar y sin moverse si quiera, estaban absortos en sus pensamientos, Itachi solo quería cruzar esa puerta y preguntar del estado de Naruto, Gaara por su parte se sentía deprimido, no era su culpa pero seguía pensando que pudo hacer más de lo que hizo.


Itachi. – la voz de una rubia conocida hizo que ambos hombres se levantaran de las sillas como resortes. –


Doctora Tsunade. – el moreno fue a su encuentro en unos largos pasos que parecieron desesperados. –


¿Dime que sabes? – acaricio el hombro del Uchiha con ternura. –


Nada, no ha salido nadie para informarnos del estado de Naruto.


Ya veo, en situaciones como estas primero tratan de estabilizar la respiración del paciente, si trago mucho humo lo más seguro es que esté recibiendo oxígeno y algo de líquidos intravenosos, si no sufrió quemaduras estaremos bien.


¿Y él bebe? – Gaara se atrevió a interrumpir la explicación de la rubia. –


Eso es otro tema muy distinto. – bajo su mirada algo triste. – no puedo hacer conjeturas sin saber de su estado completo.


Doctora Tsunade, quiero que pida un cambio de clínica, no deseo que se quede aquí, prefiero que usted le atienda en donde trabaja. – Itachi aun persistía en mantener todo bajo control y con pocas intervenciones ajenas. –


Hare los tramites que sean necesarios, pero antes quiero saber si podremos trasladarlo.


Mientras conversaban al fin la puerta que tanto miraron se abrió un poco, de entre un largo y estéril pasillo salió una mujer joven vestida de enfermera, llevaba algunas cosas en manos y un rostro confuso como si fuera a hacer una grandiosa pregunta.


¿Los familiares de Naruto Uzumaki? – su mirada se clavó en los tres únicos seres que estaban en la sala de espera. – ¿quién es familiar del paciente?


Eh… - Gaara no supo que decir, en verdad ninguno de ellos era nada de Naruto directamente. –


Él es su esposo. – Tsunade le dio un pequeño empujón a Gaara haciendo que quedara frente a frente con la enfermera. –


Yo no… - sus mejillas se tiñeron de color carmesí en un segundo. –


Venga conmigo. – sin más que decir la joven empezó a caminar regresando por el pasillo, el pelirrojo dudo en seguirle pero tanto Itachi como Tsunade movieron sus cabezas aprobatoriamente, tenía el permiso de hacerse pasar por el "esposo" de Naruto. –


Dieron algunas vueltas por algunos biombos blancos y altos, había mas pacientes allí, podía percibir el fuerte olor a medicinas y un silencio extraño que solo era interrumpido por ciertos sonidos de las diferentes maquinas especializadas que había en esa sala, miraba expectante a cada paso que daba hasta que la enfermera se detuvo frente a uno de los biombos y corrió la cortina dejando ver una cama de hospital blanca con un conocido rubio sobre ella. Naruto lucia algo pálido, su rostro tenía algunas marcas rosáceas de las quemaduras leves que tuvo, su cuerpo parecía totalmente indefenso allí, una simple sábana blanca cubría su desnudo cuerpo, sobre su rostro había una mascarilla de oxígeno y en su mano derecha se extendía un delgadísimo tubo conectado a una bolsa de suero, Tsunade tenía razón, lo estaban hidratando. Gaara dio unos pasos vacilantes hacia la cama pero la enfermera carraspeo un poco y extendió una pequeña carpeta con un formulario dentro.


Necesito que llene esto. – coloco la carpeta en manos de Gaara. –


Yo…


Solo son meras formalidades, queremos subirlo al piso de maternidad, tuvo algunas contracciones…


¿Explíqueme mejor su condición y la de la bebe? – miro fijamente a la joven frente a él. –


El medico de turno terminara su ronda pronto, podrá hablar con el apenas de desocupe.


Solo quiero saber si esta fuera de peligro, ¿es muy difícil darme esa información?


Esta estable, su hijo también. – sonrió suavemente, a los ojos de ella Gaara lucia como un preocupado esposo. –


¿Puedo quedarme aquí a esperar al doctor? – termino de acercarse a la cama donde estaba el rubio. –


No hay problema, pronto regreso. – salió del biombo y corrió nuevamente la cortina dejando a solas a Gaara con Naruto. –


Dio un suave suspiro, parecía aliviado por ver al Uzumaki allí, habían pasado un terrible susto pero sin mayores novedades por lo que decía la enfermera, con suavidad se acercó a la cabecera de la cama y poso sus dedos sobre la cabellera despeinada de Naruto, con cuidado le removió algunos mechones amarillos hasta que estuvo complacido con su aspecto físico, luego de ello noto que había algunos cables conectados al vientre de Naruto, el ritmo cardiaco del bebe estaba siendo controlado con mucha minuciosidad, seguro querían confirmar la salud del pequeño ser que crecía dentro.


Me diste un gran susto. – susurro contrariado, nunca había tenido tanto miedo como en esa mañana, el terror lo invadió como jamás había pensado en su vida. – esto solo me hizo pensar una cosa…


Sin inmutarse se agacho un poco y deposito sus labios sobre la mascarilla de oxígeno, justo debajo de donde estaban los labios de Naruto, un frio beso a un plástico, al menos era un beso honesto y triste, de esos que no son recíprocos ni correspondidos.


Te amo… - llevo su mano derecha sobre el vientre del dormido rubio. – también, la quiero a ella, de algún modo me siento atado a ustedes dos, no sé cómo aquel desgraciado pudo alejarse de ti, eres especial Naruto, tan especial y tan increíble, no sé en qué segundo te adueñaste de mi mente, de mis pensamientos y de mis emociones. Pero también sé que no es correspondido mi cariño, no como me gustaría, no como deseo, pero igual no puedo dejarte solo, me he jurado a mí mismo cuidarte, cuidarlos…


Gaara solo tenía amor para dar, un amor que rompía con barreras, con decisiones y con lo inevitable, su amor no correspondido le da una extraña fuerza, una manera de tratar de ser mejor aún para Naruto, quizás algún día el rubio voltee a verlo con otros ojos distintos a los de la amistad.


En otro lado de la ciudad estaba una peli rosado mirando una y otra vez su celular, parecía indecisa sobre sus fotos tomadas, las miraba con recelo, su cabeza estaba vuelta un lio, desde hacía unos días siguió al tal Naruto, una y otra vez, quiso acercarse a él en una de esas ocasiones pero el extraño joven pelirrojo le trunco el paso, un casual encuentro le serviría para recabar más información pero nunca pudo. Sin ánimos soltó el celular en la cama y se giró boca arriba mirando al techo, tenía serias y extrañas dudas sobre algo, como por qué Naruto no vivía con el padre del bebe que esperaba, era obvio que no compartían el departamento, también el chico pelirrojo no estaba tras el todos los días, una segunda curiosidad también le invadió cuando una de esas mañanas de seguimiento, le pareció ver a alguien muy parecido al hermano mayor de Sasuke, lo que eran dudas factibles se volvían una y otra vez una maraña de curiosas preguntas sin respuesta.


Allí hay algo más… - se sentó en la cama y decidió marcar el número de celular de alguien más, tenía que salir de sus sospechas de una vez por todas. – el hermano de Sasuke debe saber qué diablos pasa con todo esto.


Sakura se ha pensado fríamente las cosas, al principio quería correr a mostrarle las fotos a Sasuke, pero aun cierta sospecha despertaba, llamaría a Itachi para interrogarlo como quien no quiere la cosa, si va montar un teatro, será un teatro digno de las tablas, pero antes quiere pisar firme, Itachi Uchiha es el eslabón en ese misterio de la huida de Sasuke, la relación con Naruto, el pelirrojo que lo sigue y ese embarazo.


Regresando a la clínica, el doctor que atendió a Naruto en emergencias logro darles todo los datos médicos a Tsunade, verdaderamente solo había sido un terrible susto, de esos que te ponen los pelos de punta y no lo olvidas en meses, la condición del rubio era estable y favorable si guardaba reposo absoluto por unas semanas, los nervios y el accidente mismo había provocado que Naruto tuviese un indeseado episodio de contracciones, su cuerpo manejaba el estrés del suceso con ello, la rápida atención medica evito que las cosas fueran a peores y que se produjera un parto prematuro, apenas tenía 5 meses de gestación, eso era realmente más un aborto espontaneo que otra cosa. Tsunade decidió que no era recomendable moverlo, solo estaría un día o dos máximo en observación, después de ello debían llevarlo a un lugar tranquilo, un sitio donde estuviese cómodo y bajo vigilancia permanente, conociendo la personalidad de Naruto era de seguro que no guardaría el reposo recomendado por los médicos de la clínica y que la misma rubia avalo también. Allí comenzó una nueva discusión, el departamento donde vivía Naruto estaba en pésimas condiciones, nadie podría habitarlo en meses, no sin antes reparar todo, limpiar, volver a reconstruir y quien sabe que cosas más, así que la votación fue unánime cuando Gaara se ofreció a darle alojo en su enorme y cómoda casa, nada le faltaría y seria consentido sin duda alguna por su hermana Temari y más o menos tolerado por el celoso hermano protector Kankuro.


No se diga más, es la mejor elección. – Itachi sonrió calmado, ya sentía que su mundo se le achicaba solo de pensar en donde meter a Naruto de ahora en adelante. –


También tomen en cuenta que es un terco, se negara un millón de veces… pero no le hagan caso, ese niño necesita cuidados ahora más que nunca. – Tsunade asintió seriamente, con tan solo casi 2 meses conociendo al rubio, ya podía predecir su clara personalidad. –


Tengan la seguridad que estará bien en mi casa, el espacio sobra y hasta podrá quedarse más si lo desea, hasta que tenga a la bebe.


Tu papel de padre lo haces genial. – la rubia voluptuosa le codeo entre risitas, pero tanto Gaara como Itachi no les pareció gracioso el comentario. –


¿No has sabido nada de él? – Gaara pregunto tajantemente, debía ser realista, Naruto necesitaba del verdadero padre de la niña, así sea para insultarlo, golpearlo y mandarlo al diablo después. –


Aún no.


Itachi movió la cabeza resignado, que lamentable era que su hermanito se perdiera de tantas cosas, era un imbécil, no había duda en ello, pero como deseaba que Sasuke volviera para decirle todo y hacerlo responsable de sus travesuras. Entre esos pensamientos, noto que su celular tenía un mensaje entrante, con educación se alejó de los presentes y decidió abrirlo, quizás era su padre recriminándole su huida del auditorio, estaba preparado para armar una gran mentira o si no Fugaku sabría que algo pasaba.


Sakura. – leyó el mensaje seriamente para terminar con los ojos muy abiertos e impresionado. – sabe… sabe dónde está Sasuke.


Continuara….


Otra vez en suspenso! Jua jua jua!, ahora si me querrán matar por asustarles así, perdón, pero esto del incendio debía suceder, lo tenía bien planeado ya U.U. ¿saben lo que es reacción en cadena?, bueno este incendio creara una, y muy interesante XD… Itachi al fin sabrá donde está su hermanito para ir y guindarlo de las orejas!, bueno…. No será tan fácil, pero ya verán porque. También es hora de ver algunas cosas escondiditas por allí, no es que se acerque el final pero esta como en el momento más cumbre!, MILLONES DE GRACIAS POR LOS REVIEWS! SOY MUY PERO MUY HAPPY! LOS LEO TODITOS Y COMO ME RIO Y ME DAN IDEAS!, sobre los nombres de la chibi, pues… hubo algunos que me gustaron, pero hubo una por allí que pego el nombre que me gustaba, así que ganadora ella!. No lo diré aun, solo esperen y verán. Nos leemos!.


Próximo capitulo:


Cruda verdad.


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