Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Contra la corriente por RAMSIN

[Reviews - 43]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Contra la corriente

Capítulo 22

¿Verdades o mentiras?

Todo listo, Naruto miraba expectante por la ventana de la habitación, un sol radiante anunciaba el venidero día para él, dentro de pocos momentos estaría dándole de alta y fuera de la clínica. A su lado y muy serio se encontraba Gaara, miraba su reloj de pulsera preguntándose mentalmente por la tardanza de alguien en especial, habían acordado una hora en específico pero como cosa rara, no estaba cumpliendo con su palabra.

¿Que esperamos? – Kankuro entro a la habitación por quinta vez, hasta hace poco estaba esperando en el estacionamiento de la clínica a que bajara su hermano y su "nuevo invitado" –

Esperemos unos minutos más. – desvió la mirada hacia Naruto, no quería llevárselo sin que Itachi llegara como le había prometido por teléfono la noche anterior. –

Tengo trabajo que hacer Gaara, y Temari me asesinara si nota que saque su auto del garaje. – sin pedir permiso tomo la única maleta que llevaba Naruto con sus pertenencias. –bajare esto al auto.

Está bien. – miro a su hermano saliendo de la habitación mientras refunfuñaba para él solo. –

Quiero irme también Gaara, ya me enferma este lugar. – dio algunas vueltas en círculos por la habitación. –

Itachi dijo que vendría así que me extraña su tardanza.

Naruto suspiro por lo bajo y se reclino de la ventana otra vez, aun le costaba aceptar a Itachi en su vida, pero era el karma a pagar por haberse acostado con un Uchiha. Y el nombrado moreno estaba tardando en llegar a la clínica porque su padre le intercepto antes de que el pudiese salir de la casa, iba apresurado pero debía atender a Fugaku con naturalidad, jamás podría llamar la atención sobre sus escapadas del trabajo, y tantos detalles más que le causaba estar pendiente de Naruto, ahora con el chico en casa de Gaara, debería serle más fácil estar tranquilo, el rubio no estaría solo y desprotegido.

Itachi. – Fugaku le llamo con voz seria y fría, la acostumbrada desde que el pasado les marco a todos. –

Voy tarde al trabajo padre. – se puso los zapatos en la entrada dispuesto a cortar rápidamente la conversación. –

Tengo que preguntarte algo. -Dio algunos pasos hasta quedar cerca de su hijo. –

Dime.

¿Porque huiste de la reunión el otro día?

Hubo una emergencia, tenía que ir a la escena de un incendio. – Itachi creía que si decía medias verdades el asunto pasaría desapercibido para Fugaku. –

Ya veo. – se cruzó de brazos meditativo – que sea la última vez que escapas así, tuve que disculparte con todos los superiores, eres un hombre hecho y derecho Itachi, no tengo que advertirte lo que tanto hice en el pasado.

Ya lo sé. – se dio media vuelta tomo las llaves y su saco del perchero tras la puerta. –

Una última cosa Itachi.

¿Sí?

No pierdas tu tiempo en cosas inútiles. – se dio media vuelta y desapareció escaleras arriba al segundo piso. –

El moreno no le dio interés a la frase, más bien estaba preocupado por llegar a tiempo, con prisa tomo un taxi rumbo a la clínica de Konoha, apenas hubo llegado corrió prácticamente dentro pero tropezó con lo que tanto buscaba, Gaara y Naruto venían directo hacia él.

Ya nos íbamos. – el pelirrojo le saludo con una sonrisa serena. –

Mi padre me entretuvo.

No era necesario que vinieras. – el rubio siguió caminando campantemente sin prestarle atención a su "cuñado" –

Discúlpalo, esta con los ánimos alterados.

No te preocupes, sé que es estar con esas emociones. – Itachi sonrió levemente al recordarse a sí mismo años atrás. –

Gaara le miro curioso pero se abstuvo de preguntar el porqué del comentario del mayor, luego de algunas charlas más en el estacionamiento y de que Itachi conociera a Kankuro, se fue tranquilo a trabajar, tuvo la dirección donde vivía Gaara para luego visitarles, seria cómodo ir el fin de semana y tratar de entablar una amistad más amigable con Naruto, así este se resista a ello. Volvió a su rutina de trabajo, todo muy normal hasta que uno de sus compañeros de trabajo le entrego un informe de lo sucedido en el departamento de Naruto, con sus influencias logro conseguirlos, siempre los bomberos hacían un informe sobre los daños y el porqué de los mismos, no creía que fuera a encontrar nada sospechoso pero debía saber cómo se había iniciado el fuego.

Veamos. – abrió la carpeta y saco un pequeño cumulo de papeles que leyó con rapidez, no eran más que 5 paginas redactadas con total tecnicismo, en ellas decían que el incendio comenzó en la cocina, por sus dimensiones y distribución tuvo que ser algún accidente, ya que no había ningún tipo de acelerarte ni otro químico que ocasionara el incendio, tampoco había fuga de gases. en conclusión el incendio fue determinado por causas humanas y accidentales. – quizás dejo alguna cosa cocinando y se fue a dormir… le preguntare después.

Sin más dudas cerro la carpeta y se limitó a tomar el segundo punto de interés del día, como ir donde Sasuke sin levantar sospechas en su familia, sería fácil convencer a su madre, pero de Fugaku era algo imposible, ya tenía la dirección de Sasuke y esperarse unas semanas mas no cambiaría la situación de Naruto, planearía mejor sus pasos a seguir, había sido descuidado en los últimos días, ya no podía darse ese lujo, de ahora en adelante sus andanzas debían ser delicadas y cuidadosas.

Mientras Itachi continúa sus movimientos, Naruto estaba impresionado al llegar a la "humilde" casa donde vivía la familia de Gaara. Después de unos 20 minutos en auto, terminaron en los límites de la ciudad, una zona residencial muy hermosa conformada por muchas calles, en cada calle solo había dos o tres viviendas, separadas por grandes jardines. El rubio había pensado que Sasuke vivía bien, pues, Gaara le llevaba una larga distancia, con asombro el rubio miro como entraron por un portón negro de metal forjado, allí el auto acabo aparcándose frente a la puerta de la enorme casa de tres plantas, su fachada era de un color ocre suave, con ventanas enormes y muy moderna, el sitio parecía sacado de un anuncio publicitario o una serie americana.

Ooaaaahhh... Gaara vives como un rey. – el rubio saco prácticamente la cabeza por la ventanilla del auto. –

¡Mete la cabeza! – Kankuro le regaño al ver como el chico era tan descuidado con su seguridad. –

No es nada de lo que deba regodearme. – susurro para si con seriedad, nunca le gusto demostrar sus facilidades económicas, las que les dejaron sus fallecidos padres. -

¡Pero es una casota enorme! – apenas se detuvo el auto, Naruto bajo del mismo embobado ante su nuevo lugar de hospedaje. –

¡KANKURO! – la voz tajante y regia de una mujer hizo que el trio diera un salto en sus lugares. –

Soy hombre muerto. – el castaño se agacho con resignación y extendió las llaves del auto frente a una enfurecida rubia que salió de la casa al verlos llegar. –

¿Quién diablos te dio permiso de sacar mi amado auto del garaje? – estaba por arrebatarle las llaves a Kankuro cuando diviso a Naruto y su hermano. – ¡llegaron!

En un segundo la furica rubia cambio de ánimos y fue directo a saludas a Naruto con una familiaridad que asombro a sus hermanos, era poco común ver a Temari siendo simpática con alguien, parece que el rubio se ganó muy fácil la confianza de la chica.

Ya toda esta listo, pasa, esta es tu casa de hoy en adelante. – la rubia le tomó del brazo y lo encamino dentro de la casa seguido de Gaara. –

A mí me regaña y a ese… lo trata con más cariño que a su hermano. – Kankuro suspiro derrotado, parecía que el eflujo del Uzumaki ya había atrapado a dos de sus seres más queridos. –

Si por fuera la casa era impresionante, pues adentro era más increíble aun, un sitio pulcro, amplio y con un estilo muy japonés tradicional para lo que era el exterior, sin escatimar detalles, Temari le dio una visita guiada por todos los recónditos lugares de la casa, desde la cocina, las habitaciones, hasta llegar al último lugar, lo que será su habitación de hoy en adelante.

Espero te guste. – sonrió enorme y abrió la puerta para dejar que Naruto viera el sitio. –

Es… - el rubio entro con paso vacilante, era una hermosa habitación color azul cielo, con mucha luz que venía de dos ventanales enormes, el lugar solo tenía las cosas básicas, una cama matrimonial, dos mesitas de noche a cada lado, un amplio ropero al fondo y una mesa pequeña con dos butacas acompañándola, era como una habitación de hotel lujosa y fresca. – ¿y eso?

Camino directo a la cama y tomo entre sus manos un pequeño oso de peluche algo viejo y remendado, lucia lindo a pesar de los años que tendría ese juguete, miro sus detalles para después darle la vuelta y ver que tenía escrito en una de sus patas con hijo rojo un nombre.

¿Era tuyo Gaara? – Naruto volteo curioso hacia su amigo. –

¿Dónde consiguieron eso? – miro el oso de peluche en manos de Naruto con nostalgia. –

Lo saque de esta habitación, estaba arrumbado dentro del armario. – Temari le miro con melancolía, no olvidaba el valor sentimental de ese peluche para su hermano. –

Fue uno de los primeros juguetes que hizo mi madre cuando supo que me esperaba, ella y mi padre tenían una gran cadena de jugueterías, pero mi madre siempre nos hacia los peluches a mano, decía que el amor no se podía comprar con dinero o juguetes caros.

Entonces no tiene que estar aquí, es tuyo. – quiso entregarle el oso de peluche a Gaara pero este lo rechazo con tranquilidad. –

Tu hija le dará más uso que yo ahora. – sonrió suavemente. –

Su primer regalo. – sus orbes azules miraron el oso impresionado, a pesar de lo viejo que era, estaba hecho con un amor infinito, el amor de una madre que espera con buenos deseos y esperanzas a un hijo. –

Bueno, olvidemos las cosas tristes, quieres ir a la terraza, almorzaremos allí.

Temari le volvió a tomar del brazo y lo saco rápidamente de la habitación, la chica lucia emocionada, tanto que dejo atrás a sus hermanos, Kankuro solo se limitó a suspirar profundamente mientras depositaba su mano derecha sobre el hombro de su hermanito menor.

Temari se encariñara con Naruto y eso no me gusta.

¿Qué tiene de malo? – el pelirrojo le miro serio. –

Gaara, la vida me ha enseñado que nada es fácil, ahora tu amigo está bajo tu protección, pero tarde o temprano el padre de ese bebe vendrá y querrá lo suyo, tu estarás en el medio y eso no será agradable de ver, no me gusta que te lastimen.

Lo sé, estoy consiente de mis riesgos Kankuro.

Entonces, ¿Por qué sigues? - su pregunta fue sincera al límite, quería comprender el modo de pensar de Gaara ante esa extraña situación que asumió como propia. –

Es como aprender a montar bicicleta. – sonrió y salió de la habitación dejando a su hermano con un rostro perplejo. –

¿! Como diablos comparas responsabilizarte de un chico embarazado con aprender a montar bicicleta!

Kankuro sinceramente estaba pensando que era el único ser cuerdo en esa enorme casa, su hermana parecía una quinceañera enamorada del rubio y Gaara hacia alardes de padre abnegado y marido responsable, ¿qué demonios tenía ese Uzumaki en las venas que a todos lograba atrapar?, Un misterio que no se resolvería fácilmente, pero las situaciones empiezas a encajar como piezas de rompecabezas. Y en la casa de los Uchiha, Fugaku estaba meditativo sentado en su pequeño sillón de la sala, miraba calmadamente el enorme ramo de rosas y girasoles, su mano estaba jugando con el teléfono de la casa, parecía pensar vagamente sobre alguna situación pasada, precisamente sobre la visita que se atrevió a hacerle a su nuevo obstáculo de vida.

Otra vez Namikaze… – susurro apretando el teléfono entre los dedos. – que inteligente fuiste al cambiarle el apellido a tu hijo.

¿Fugaku? – la voz de su mujer le saco del pensamiento que lo poseía como un autista. –

Dime Mikoto.

Alguien está buscándote afuera. – la morena parecía realmente insegura sobre el visitante en la casa de los Uchiha. –

¿Quién es? – se enderezo en el sillón para ver a su esposa. –

La compañera de clases de Sasuke.

Hazla pasar. – sonrió con suavidad para sí, sus planes no parecían estancados como imaginaba. –

Está bien. – Mikoto se alejó con paso apresurado, sabía que la chica era la elegida por su esposo para que contrajera matrimonio con Sasuke, a ella en verdad no le molestaba Sakura, pero algo en su corazón de madre le decía también que esa joven no era ni seria la felicidad de su hijo. -

En pocos minutos una seria Sakura tomo asiento frente al patriarca de esa casa, estaba nerviosa, sus manos sudaban cada vez que encaraba a Fugaku, ese hombre expedía un porte y una seriedad capaz de adsorberte, saludo débilmente y trago grueso para poder hablar sobre su repentina visita a casa de los Uchiha.

Qué bueno que vienes Sakura, pensé que te habías quedado a vivir con mi hijo. – su comentario sonó algo mordaz en sus labios. –

Lo siento tanto por no avisar de mi regreso.

No importa, pero cuéntame, ¿cómo encontraste a Sasuke?, me imagino que se alegró de verte llegar allí.

Bueno… yo solo quería decirle que… ya no quiero a su hijo. – lo dijo con molestia, ni ella misma se creía lo que decía, pero estaba tratando de ayudar a Sasuke con su verdad, su problema, en fin, no se sentía tan mala mujer como para quitarle el padre a un niño que no ha nacido aun. - yo me pelee con su hijo y no quiero saber más de él.

¿qué sucedió realmente? – Fugaku se inclinó un poco en su puesto, algo no le olía bien en las palabras de la peli rosa. –

No puedo dar detalles, solo que Sasuke no me quiere y yo no quiero estar obligando a alguien que no me aprecia verdaderamente. – se mordió el labio inferior con fuerza, era triste, le dolía, pero era la verdad, nada bueno saldría que estar enamorada sola. –

No lo tomes a pecho Sakura, Sasuke es un poco frio, pero estoy seguro que te apreciara con un poco de insistencia, los encantos de una dama como tu deben de influenciarlo tarde o temprano.

Nunca lograre nada señor Fugaku. – hablo nerviosamente, ver al mencionado levantarse de su sillón y caminar hacia donde había un ramo de flores le tomó por sorpresa. –

Sakura. – saco uno cuantos pétalos de uno de los girasoles. – mi hijo tiene algunas "distracciones", cualquier muchacho de su edad puede cometer errores, simples errores que pueden repararse a tiempo.

Usted… - esas palabras le hacían pensar que el padre de Sasuke sabía sobre Naruto, ¿a que otra cosa se le podría llamar error?, obvio que embarazar a alguien se consideraría uno, y muy grave. –

Pongámoslo de modo simple, cuando Sasuke esté totalmente solo, necesitara de alguien que le anime, que le de cariño y que lo apoye. – se dio media vuelta para mirar a la chica. –tú sigues siendo mi mejor elección Sakura, no dejes que Sasuke se adentre en un camino equivocado por un simple error de juventud e inexperiencia.

Yo… - bajo la mirada con resignación, quería hacer algo bueno y este hombre solo le susurraba como un pequeño y pérfido demonio que debía seguir, continuar hasta hacer suyo algo que nunca lo fue. – lo lamento mucho.

Sin más palabras se puso de pie tratando de esquivar aquella mirada taladrante y fría, esos ojos que le miraban como escudriñando sus pensamientos más profundos y secretos, ese hombre solo le despertaba ese sentimiento de ojos verdes llamado celos, los celos de no ser la que tenga el corazón de Sasuke, la que no se pudo acostar con él, la que ni si quiera ha podido probar esos labios o esa esencia que despide el moreno.

Todo en la vida tiene solución mi querida Sakura, todo tiene solución. – con suavidad acaricio la mejilla de ella, como un padre tierno reconfortaría a su hijo. –

No quiero dañar a nadie más, esa es la verdad señor Fugaku.

Y quien dice que dañaras a alguien, tu estas en todo tu derecho de estar con mi hijo, has estado primero que nadie, eres una gran mujer y yo quiero que mi hijo tenga un buen futuro, uno decente y próspero, donde ustedes puedan hacer una familia como se debe y darme alegrías, quiero ver eso antes de que envejezca mas y muera.

Usted sabe del bebe… - al fin Sakura se atrevió a preguntar lo que tanto sospechaba. –

Sabes eso. – sentencio fríamente. – es lamentable que te enteres de algo tan terrible, mi hijo te ha deshonrado con ese acto estúpido.

No niego que me ha dolido saberlo, pero…

¿Sasuke sabe de ello?

No, hasta donde entiendo.

Está bien, eso nos ahorrara muchos problemas.

Pero el ama a ese… a ese tipo. – como le costó admitir los sentimientos de su querido Sasuke hacia Naruto. – es increíble, pero lo quiere, el mismo me lo dijo, a su modo.

Eso no es amor, eso es solo un capricho, una tontería de adolescentes, mis hijos son unos tontos a esa edad, los genes les obligan a elegir malos caminos.

Sea como sea, no quiero ser culpable de que un niño venga al mundo sin sus padres, así Sasuke después no quiera responsabilizarse de ello.

¿y si no existiera ese niño? – Fugaku sentencio con suavidad, como si fuera una curiosa pregunta sacada inocentemente de sus labios. –

No lo sé, Sasuke no me ama, de que sirve que este o no ese niño, al final igual no tengo el corazón de él.

Sakura comprendo tu pesar, pero date un tiempo, pronto todo acabara y Sasuke podrá poner en claro sus prioridades, te aseguro que las cosas cambiaran pronto. – acaricio la espalda de la chica con ternura. – solo te pido algo.

Dígame.

Que no le digas nada a Sasuke sobre esto que hablamos, no quiero que interrumpa sus estudios para venir a Konoha, además, el chico ese no quiere saber de él, lo odia, lo detesta y no quiere que se ocupe de nada.

¿Por eso esta con… con el otro chico? – la imagen de Gaara entro fugazmente en sus recuerdos. –

Tomo muy en serio lo de un clavo saca a otro clavo, por eso te vuelvo a repetir, Sasuke se merece algo mejor que ese ser.

Lo pensare señor Fugaku.

Las mentiras no tienen límites, no tienen peso real, no se ven, no se sienten, pero que difícil es mantenerlas, darles vida y consumarlas. Fugaku ha jugado sus cartas desde hace algún tiempo, conoció de la existencia de Naruto por un simple error de Itachi, el que su hijo mayor no termine de enterrar su pasado con el Namikaze le dio la pequeña clave para sus misteriosas salidas, su comportamiento, el continuo uso y abuso de poder sobre los informes de la policía, Fugaku conoce todos los movimientos que hace su hijo en el trabajo, sabe que archivos pide y que no pide. conoció de buena fuente como movió y removió los archivos del difunto Minato, después de tanto tiempo volvió a remover el pasado, eso llamo la atención de Fugaku, por ello le siguió los pasos, sin sospechar de nada raro hasta que salió a luz el nombre de Naruto Uzumaki, no le reconoció hasta que comparo los apellidos de la fallecida Kushina, esposa de Minato, en ese instante descubrió que el rubio había protegido a su hijo cambiándole el apellido suyo por el de soltera de su esposa, una buena treta en el mundo policial, cuando tu vida y la de los tuyos puede ser investigada y amenazada, Minato fue siempre muy inteligente, sabía que desde el día que se ganó la enemistad del mayor de los Uchiha, su vida cambiaria y seria marcada para siempre.

Maldito Minato… marcaste a mi hijo y ahora tu asquerosa descendencia vuelve a marcar a mi familia, ni mil metros bajo tierra dejas de molestar. – Sakura se había retirado así que después de mucho pensar, al fin Fugaku sabía que debía hacer, su ultimo hijo, la esperanza de un futuro cómodo y una vejes fácil no podía írsele de las manos, Sasuke no podía aceptar la responsabilidad de un hijo, eso no puede pasar nunca. –

Fugaku necesita mover sus hilos, usara sin límites la mentira, el engaño y hasta a una Sakura que por un momento en su vida a deseado el bien de Sasuke y Naruto, pero el solo desear que su hijo no se haga responsable no solucionara las cosas, por ello visito a Naruto en la clínica, quería saber a qué tipo de situación se enfrentaba, conocer a su enemigo, se impresiono de ver el parecido del rubio con su fallecido enemigo, su mismo rostro, sus cabellos, esos ojos vivases, sin duda Itachi se apegó al pasado con él, su hijo mayor solo está complicando las cosas, no sabe cuánto tiempo le lleve a Itachi contactar con Sasuke, decirle lo que sabe, eso debe evitarlo y con ello podrá darse un poco más de tiempo para solucionar sus problemas, porque a la hora de la verdad, Naruto y su bebe eran un problema para él.

Gaara estaba impresionado por como Naruto se adaptó a su primera noche en aquella enorme casa, desde que sus padres murieran no se oían tantas risas y buena vibra en el ambiente, era bueno ver a su seria hermana Temari divertirse con Naruto, ella parecía nuevamente esa chiquilla que lo perseguía y le trataba como una mama cariñosa. Su hermana llevaba el mayor peso desde hacía años, ella se tomó muy en serio el rol materno, al igual que Kankuro el paterno, ambos intentaron hacer las figuras que el perdió, sus hermanos lo adoraban, tenían que quererlo mucho para no solo aguantar sus caprichos con Naruto, también para permitir que el chico viviera con ellos por un tiempo que ni estaba definido en tiempo o espacio.

Sus pensamientos vagaban por esos recuerdos mientras estaba acostado en su cama, miraba al techo o eso intentaba en esa oscuridad, era tarde cuando al fin se había retirado, dejo a Naruto en su nueva habitación esperando que descansara bien, no sería sencillo cambiar de ambiente, al menos tenía el consuelo de que el rubio estaba a dos puertas de su habitación, cualquier cosa podría ir a verlo fácilmente.

Kankuro tiene razón, en algún momento vendrá Sasuke por ti - susurro en medio de aquel silencio. –

Intento dormir, pensar mucho en el desgraciado que se estaba perdiendo de tantas cosas lo ponía de mal humor, no es que se sintiera más que Sasuke, pero había vivido más cosas, sabia más y se sentía con un grado de responsabilidad con Naruto, eso no se lo quitaría el moreno nunca, lo que él se perdió no volvería a suceder.

Gaara… - la puerta de su habitación fue abierta poco a poco, una voz conocida le llamo desde la entrada, apenas un susurro débil y suave. –

¿Naruto? – se sentó en la cama sobresaltado. – pasa…

Permiso. – con pena el rubio se atrevió a entrar a la habitación de Gaara. –

¿Qué sucede?

Etto… bueno…. Yo… - parecía un niño pequeño juntando sus dedos, estaba con una manta y una almohada bajo el brazo, sus intenciones se veían a todas luces, el rubio no podía dormir. – esta casa es muy grande, demasiada para mí que viví siempre en cuatro paredes que podía ver siempre.

Sube. – Gaara se arrimó dejándole un espacio en la cama al rubio, no hizo preguntas, sabía que después de la experiencia de Naruto, no sería sencillo pedirle tener confianza en su entorno. –

Me siento abusador. – con paso torpe se montó en la cama, sus mejillas parecían tomates maduros, no quería imaginar cosas más allá de dos amigos compartiendo una noche cualquiera. –

No puedes dormir. – volvió a acomodarse en la orilla de la cama, estaba guardando una prudente distancia con el rubio. –

No lo sé, sentía que era mucha habitación para nosotros dos. – con una sonrisa amplia se llevó la mano al vientre, el pijama que le había prestado Gaara le quedaba muy justo en el estómago, causando que Naruto dejara abierto parte del mismo para su comodidad. –

Mañana iremos de compras, necesita ropa más holgada. – miro de reojo su pobre pijama sufriendo por darle espacio al cuerpo del rubio. –

No estoy gordo. – sentencio con sus brazos cruzados. –

Tranquilo, solo quiero que estén cómodos.

Gracias por todo Gaara. – se acomodó dándole la espalda al pelirrojo, al encontrarse acompañado el sueño volvió y empezó a cerrarle los parpados. –

No es nada… - noto como la respiración de Naruto se hacía más suave y profunda, poco a poco hasta que el leve sonido de pequeños ronquidos le indicaron que el pobre se había dormido al fin. – si eres como aprender a manejar bicicleta… difícil, con golpes doloroso, pero satisfactorio cuando avanzas dos o tres pasos sin caerte de ella… hoy no me caí de la bicicleta y espero no caerme más. – se atrevió a acercar su mano derecha al hombro del rubio pero se detuvo de rozar si quiera su piel, el susurro de Naruto hablando dormido lo detuvo.-

Sasuke

Que doloroso es caerse cuando crees que lograste dominarla… - dejo ir un hondo suspiro, había que pararse de nuevo, otro día aprendería a montar esa bicicleta, así tenga otro dueño que no ha venido a reclamarla. –

Continuara….

Huy, estaba medio sin ideas, este capitulo fue un tanto aburrido a mi parecer, bueno, ya saben cómo Fugaku se enteró de la existencia de Naruto y como al fin Sakura decide portarse como una mujer con decencia, pero… siempre hay un pero, ahora sabremos que más pasa, porque de tantos misterios sueltos, si Sasuke regresa o no, si Itachi le dice o no, si Fugaku mete sus manos y arruina todo, algo feo huele, y se podrá más podrido aun… gracias por sus comentarios! Todas me dan tanto animo a seguir el fic, quiero ponerlo más emocionante y también más dramático XD…

Próximo Capitulo:

Una serie de eventos desafortunados


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).