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Contra la corriente por RAMSIN

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Contra la corriente

Capítulo 23

Una serie de eventos desafortunados

Su aroma, lo suave de su piel, podía recorrerla sin cesar, podía olerla sin cansarse, ese aroma suave, olor a menta y almizcle, con una blancura que rayaba en lo pecaminosa, que suave era acariciar su espalda, mover sus manos por todo aquel cumulo de músculos moviéndose acompasados, esa sensación de pertenecía, como la extrañaba, esa melancólica emoción que nació en su alma la noche que lo poseyó por primera vez, tan extraño, tan raro que podía atribuirlo al eflujo del alcohol. Pero ahora no era así, estaba bajo el, uniendo sus cuerpos, sintiendo sus almas resonar una vez más, su calor arropándole, su interior hirviendo como brazas candentes, gozaba, dolía, maltrataba… lo disfrutaba.

Dímelo… - artículo en un pequeño quejido placentero, era una súplica más entre muchas dichas antes. –

¿qué quieres oír? – sus negras orbes se centraron en él, fijaron el objetivo en sus labios enrojecidos por tantos besos apasionados. –

Quiero… quiero…. Oír… - su cuerpo se curvo en una oleada de placer mayor a la anterior, no pudo controlar las sensaciones que le daba el moreno sobre él. –

Te amo.

Gimió con fuerzas, eso fue más excitante que todo lo carnal habido en el mundo, no hay mayor afrodisiaco que el amor, sus mechones rubios pegados a su frente, el sudor era demasiado, el calor que despedía el cuerpo de Sasuke parecía quemarlo, quemarse en entre esas brazas, abrazar el fuego completamente, aceptar que moría por él, que se volvió su droga, sentir sus besos, sus manos aferradas a sus caderas, embistiéndole con locura, oyendo sus jadeos bajos y roncos contra su oído, si moría en ese instante no importaba, estaba en el paraíso, no había lugar más agradable en el mundo que ese, entre los brazos de Sasuke.

Sintió una mano tibia moviendo su hombro, unas cuantas veces hasta que el sonido de una voz conocida le obligo a abrir los ojos, una imagen vidriosa y rojiza estaba frente suyo, tuvo que volver a cerrarlos para adaptarse a la luz que inundo su despertar repentino.

¿estás bien? – la mirada preocupada de su amigo le impresiono un poco. –

Yo… - hizo una pausa larga, su cuerpo se sentía muy cálido y húmedo, no recordaba muy bien que estaba soñando, pero parecía algo que lo altero mucho, el sudor surcaba su cuello y pecho, su corazón estaba desbocado como si hubiese corrido una maratón. –

¿Estabas soñando algo desagradable? – Gaara pregunto curioso, el rostro del rubio estaba tan rojo como un tomate y sus mejillas perladas por el sudor. –

¡No! – Naruto se sentó de golpe en la cama, un cumulo de recuerdos impresionantes de su sueño le vinieron como un tsunami mental. – ¡no soñaba nada!

Está bien. – salió de la cama con suavidad. – ¿quieres desayunar aquí?

No… bajare cuando me dé una ducha, tengo calor… solo eso.

Te esperaremos para desayunar.

Gaara salió de la habitación dejando al rubio en cama, apenas Naruto se sintió seguro de su soledad llevo su mano derecha debajo de las mantas, había tenido un sueño realmente vivido, tan vivido que estuvo a punto de venirse dormido, su cuerpo estaba descontrolado por culpa de las hormonas, las sensaciones eran mayores, sabía que no sería fácil pasar por tantas cosas a la vez, pero el que su desgraciado subconsciente le haga una mala pasada con un sueño más que húmedo, era imperdonable.

Maldito Sasuke. – mascullo saliendo de la mantas, una ducha fría lo volvería a la normalidad, porque eso de darse caricias el mismo en su estado le parecía retorcido, nada más de bajar la mirada y tropezar con su vientre le quitaba toda la emoción a la travesura que necesitaba hacer para sentirse aliviado. –

Un día común si se puede decir, Naruto está luchando con un mal llamado "Sasuke Uchiha", lleva más de 2 meses sin saber de él, tampoco espera que llegue repentinamente de rodillas pidiéndole perdón, y si llegara a ocurrir, el sabría cómo decirle amablemente que puede irse al infierno, estaba convencido de criar a su hija solo, bueno, no tan solo, entre sus amigos más cercanos podría tener apoyo, su sensei Iruka estaría muy cerca de él, también su jefe pervertido, la vieja Tsunade y el más importante de todos sus custodios, Gaara.

El bajar sus ánimos con la ducha fría le llevo un buen rato, tanto que cuando logro dar con el comedor, ya no había nadie en él, seguro desayunaron si el, preocupado por quedarse solo en una enorme casa que no conocía, decidió investigar, no tenía nada mejor que hacer, el reposo que le dio la rubia le obligaba a no ir a trabajar más, su feje lo acepto de buena gana, buscaría algún ayudante por esos meses, y el aun esperaba salir de su estado y volver a su vida normal, Naruto en verdad desconocía de todos los líos y responsabilidades que trae la maternidad consigo.

¡Gaara! – grito unas cuantas veces abriendo puerta tras puerta de la planta baja, eso de jugar a las escondidas no iba con él, estaba poniéndose nervioso y el hambre que lo aquejaba estaba causando que su pequeña hija le pateara sin misericordia también. – tranquila… ya comeremos.

Siguió su paseo infructuoso hasta un pequeño corredor que estaba medio iluminado, se detuvo en la entrada y miro dudoso hacia el fondo del pasillo que parecía brillar de modo peculiar, era un cobarde de primera, esa luminosidad rojiza le recordaba a las películas de fantasmas, quiso seguir el paso pero el sonido de golpecitos y movimientos al final del corredor lo puso en alerta, estaba claro, tenía hambre, su hija le reclamaba alimentos también, estaba asustado, solo, y al parecer la única solución era entrar a ese pasillo, la balanza estaba puesta para decidir.

Será que… - con mucho cuidado se arrincono a la pared y miro con curiosidad al pasillo, el brillo rojizo estaba al máximo, tras una puerta metálica semi abierta que descubrió en su inspección. – ya… ya sé que tienes hambre pero…

Su pobre estomago rugió más aun, estaba decidido, era cobarde pero no un cobarde que moriría de hambre, apretó sus puños fuertemente y se encamino tragando grueso por el pasillo, a cada movimiento que daba dentro podía oír mejor los sonidos, el chisporroteo de algo, al fin estaba frente a la puerta metálica que abrió poquito a poco con la punta de su pie derecho, si debía correr, tendría las manos libres para no irse de bruces al suelo.

Fuego. – sentencio impresionado, la puerta abierta le descubrió un sitio increíble, era como una cueva, más bien una habitación enorme con las paredes tapizadas de ladrillos rojizos, al fondo un horno grande y redondo mostraba en su boca el brillo de la llamas que tenía dentro. – estoy…

Naruto

La voz de Gaara lo hizo salir de su impresión, el chico pelirrojo estaba de pie frente al horno con una larga vara de metal entre sus manos, llevaba puesta solo una ligera camiseta blanca con unos jeans desgastados, a su parecer muy descuidados para como siempre vestía el pulcro pelirrojo. Después de detallar a su amigo paso a ver que estaba rodeado de esferas de vidrio, de variados colores, todas colgando de un sinfín de cables metálicos que atravesaban el techo, esas esferas trasparentes eran las culpables del brillo fantasmal que arrojaba la puerta entreabierta.

Bienvenido a mi taller. – dejo la vara de metal en una pequeña mesa tras él. – ten cuidado, este lugar no es muy cómodo en tu estado, hace mucho calor.

¿Trabajas aquí? – toco con sus dedos una de las esferas que llamo su atención, esta no estaba vacía, dentro de la misma se podía ver una pequeña joya, era como una rosa aun cerrada, un botón sin abrir suspendido en la esfera. – ¿tu hiciste eso?

Es para mí exposición, será en 2 semanas, recuerdas que te invite.

Si…

Pero mejor salgamos de aquí, no has desayunado, te esperamos un buen rato y como no bajabas, Kankuro decidió que no esperaríamos más. – con suavidad condujo al rubio fuera del taller, ambos acabaron nuevamente en la cocina para que el pobre rubio desayunara al fin. –

Naruto devoro dos platos completos, su apetito parecía insaciable, luego de aquella comida estaba listo para seguir su día, miro a Gaara curioso, no quería ser un estorbo, necesitaba algún oficio que hacer, algo en que entretener su tiempo, el estar de reposo no quitaba el deber de ser útil allí.

Entonces… ¿qué puedo hacer? – se cruzó de brazos sobre la mesa de la cocina –

Descansar. – sentencio suavemente mientras retiraba los platos de la mesa. –

No seas así, moriré de aburrimiento aquí, además necesito distracción, no se estar sin hacer nada Gaara.

Recordé algo. – dejo los platos en el fregadero para luego salir de la cocina y regresar minutos después con una caja algo grande entre sus manos. – Temari me pidió que te diera esto, dijo que te seria útil.

Naruto miro serio aquella caja de madera, tenía el tamaño de una de zapatos pero más ancha, esos hermanos eran un misterio en verdad, curioso tomo la mencionada caja entre sus manos y la abrió, en su interior solo pudo ver un sinfín de hilos vueltos ovillos, eran estambres, dos pares de ajugas y un librito amarillento sobre todo lo anterior.

¿qué demonios insinúa tu hermana? , ¡¿qué me ponga a tejer? – Naruto miro perplejo las agujas –

Buscabas que hacer, ahora ya tienes algo que hacer. – se le escapo una risita contenida al tiempo que salía de la cocina. – debo volver al taller.

¡Espera Gaara!, ¡no voy a tejer!... ¡NI SI QUIERA SE COMO SE HACE ESO!

Aprende. – desapareció rumbo al taller haciendo oídos sordos a los gritos que daba Naruto en la cocina. –

Mientras nuestro encantador rubio tiene algo nuevo que aprender, en otra parte de la ciudad Itachi estaba culminando una serie de trámites personales, había dado con la solución a sus predicamentos, ese mismo día decidió que se le adelantaran sus vacaciones, era la excusa perfecta para tener algunos días libres, ya estaba todo arreglado, en una semana estaría libre para irse de viaje donde Sasuke, su padre no podría ponerle peros a nada, estaba en todo el derecho de viajar y disponer se su merecido descanso como el conviniera.

Esta listo, solo debo comprar los pasajes y buscar un hotel cerca a la dirección de la universidad. - sonrió para sí, faltaba tan poco en sus planes, al fin podría reunir a Sasuke con Naruto, su sobrina se merecía algo bueno, mejor de lo que el no pudo darle a su hijo. –

Itachi aún cree que puede hacer todo bajo las narices de su padre, craso error, Fugaku se enteró rápidamente de los planes de su hijo mayor, el que pidiera sus vacaciones solo le hacía sospechar seriamente sobre sus actos, si necesitaba días libre solo serían con un fin específico, buscar a Sasuke, no estaba totalmente al tanto si tenía o no la información de su paradero exacto, pero tampoco dejaría eso al azar, una llamada bastaría para blindar su seguridad, con esas ideas en mente Fugaku tomo su teléfono y marco el numero de un conocido cómplice suyo, no había otro calificativo para él.

Fugaku Uchiha. – tomo el aparato que sonaba de la mesita de noche y miro el número de teléfono entrante en su celular. – ¿qué querrá esta vez?

Buenas noches Danzo – la voz fría y tajante del mayor de los Uchiha resonó en el teléfono. –

Si llamas a estas horas de la noche solo es por dos razones… tu hijo o tú…

No digas más si sabes mi razón, no necesitas ser tan redundante. – silencio a su compañero de oficio con sequedad. – Itachi ira para allá.

¿que descubrió exactamente? – el hombre frunció el ceño con molestia. –

Esta tras Sasuke así que no te mortifiques tanto.

Tu eres el único mortificado aquí Fugaku, uniste dos cosas que deberían estar separadas, estás jugando con dos mentiras y una o ambas… se descubrirán.

Se lo que hago, Itachi no ve más que reunir a Sasuke con el otro chico.

¿Por qué el interés en que eso no suceda?, al menos tengo el derecho de saber en qué te estoy ayudando esta vez…

Una tontería… otra tontería irónicamente parecida a la de hace 15 años. – sentencio con molestia, le enfermaba que otra vez el pasado le sonriera en la cara burlándose de él. –

Esta vez no puedo tapar eso…

No pretendo darte esa carga, tu deber ya está establecido, quiero que detengas a Itachi.

¿Tu hijo está en estado? – Danzo pregunto curioso, no había percibido nada sospechoso en Sasuke. –

No es como la otra vez… Sasuke fue quien embarazo a un bastardo que tiene sangre Namikaze… el hijo de Minato.

Es irónico, muy irónico si me permites decirlo Fugaku. – Danzo sonrió malicioso, algo muy dentro de él le parecía divertido en ese extraño paralelismo. –

Quiero que detengas a Itachi, que no hable con Sasuke, si eso sucede… las cosas se complicaran y no quiero ensuciarme las manos otra vez con sangre Namikaze.

¿No has pensado que Minato se está burlando de ti desde el infierno?

Deja las bromas pesadas, entendiste lo que debes hacer, no se… has que tu hijo se lleve a Sasuke lejos, inventa algo, pero la meta es que ellos no se vean.

Es complicado Fugaku, Sai y Sasuke no se llevan bien, me ha costado hacer que Sai lo siga a capa y espada.

No me importa.

Sai está preguntando muchas cosas Fugaku, le he contado lo que creo conveniente, lo suficiente como para que colabore, pero ese chico es inteligente, nadie mejor que tú para saber cómo son las cosas…

Debí deshacerme del problema yo mismo… - susurro para si con severidad. – dile que es por el bien de Sasuke.

Eso no influenciara a Sai.

Te he llamado para que me ayudes Danzo, no me rodees la situación con excusas, solo aleja a Itachi de Sasuke, nada más te pido.

Veré que puedo hacer Fugaku, la realidad es que tu hijo embarazo a un Namikaze, y por lo que supongo, Sasuke no sabe nada, está muy difícil que puedas ocultar eso, no siempre funciona dos veces el mismo truco.

Solo cumple mi petición. – tranco la llamada de golpe, le molestaba cada vez que Danzo le recordaba sus pecados pasados, sus oscuros esqueletos encerrados en su closet personal, algún día debía lidiar con eso, pero ahora no era el momento, aun debía solucionar el presente, el pasado estaba pisado y el futuro debía pertenecerle a como diera lugar. –

Danzo abandono el celular sobre la cama, dio un hondo suspiro y decidió ir a beber algo, esa noche tendría mucho que pensar sobre cómo hacer que Sasuke no se encontrara con Itachi, en verdad su antiguo amigo de trabajo lo había metido hasta el cuello en sus problemas, sin quererlo o beberlo asumió responsabilidades que no le pertenecían. Al menos en el pasado su esposa tuvo mucha culpa en una de esas responsabilidades, asumió con amor su deseo, su anhelo de superar su enfermedad aferrándose a algo vivo, a algo que por muchos años no pudo tener, que no pudo darle a su amado esposo, pero ahora, maldecía ese lazo que hizo, Fugaku le sentenciaba a obedecer sus locuras, las consecuencias de sus inventos y sus arranques.

Salió de la habitación sin notar como una sombra se deslizo lejos de su vista, su intención inicial no era espiar la conversación, pero luego de escuchar esa pelea y las increíbles palabras que se dijeron, siguió allí hasta el final, oyendo con atención absoluta todo.

Sasuke será papá… -Sai susurro incrédulo, una información como esa no se averiguaba todos los días, pero no entendía muy bien cuál era la verdadera rabia ligada a un alejamiento como ese, sinceramente la familia Uchiha le atraía como un imán poderoso, que tenían ellos que eran más entretenidos que una tragedia griega. –

Esperaría a que su padre le dijera que hacer, haría de la vista gorda, un poco de inocente y fingido desconociendo le podría dar más luces sobre los sucesos acontecidos, como por qué Sasuke no podía encontrarse con Itachi, el misterioso hermano mayor que escuchaba tanto nombrar, también del desconocimiento de Sasuke sobre su paternidad, y hasta quien era ese tal Minato Namikaze que tanto nombraban.

Un pequeño hilo rojo, un largo y delicado hilo rojo, aún está atado, unido más allá de la muerte, mas allá de los recuerdos y más allá de las intenciones del hombre, el destino puede ser visto de muchos modos, irónico, triste, fatalista, ideal, o tan solo la suma de un cumulo de eventos desafortunados. Entre tanto negativo siembre habrá un positivo, una pequeña chispa de luz y esperanza.

Sai se vio tentado a hacer sus propias averiguaciones, su curiosidad iba dirigida a satisfacer la duda, esa mal sana sensación de saber más que los demás, de tener el poder del conocimiento en sus manos, la mañana siguiente sería ideal, no habría clases hasta pasado el mediodía y normalmente en esos casos Sasuke se quedaba meditabundo encerrado en su habitación, no le gustaba salir más de lo necesario, solo cuando entrenaba su cuerpo o para sus clases, hasta en ese lugar había creado la fama del "hombre inalcanzable y sexy" , un mal que acompaña a los genes Uchiha. En fin, Sai siempre directo y sin rodeos decidió abordarle, la última conversación sincera que tuvieron había alivianado un poquito las asperezas entre ambos, no mucha, pero si lo suficiente como para que Sasuke no ofreciera darle unos golpes o sacarlo a patadas de la habitación.

¿Ahora qué? – sintió la voz fría y desinteresada de Sasuke apenas él puso la mano en la perilla de la puerta. –

Me impresiona como siempre te adelantas a mis actos. – sonrió como acostumbraba y paso dentro de la habitación. – quiero conversar un poco más.

¿No tienes una novia latosa que te oiga? – desvió la mirada al libro que leía sobre la cama. –

No le veo lo gracioso a tener una mujer pegada atrás de uno, tu caso me dio la razón.

Si quieres sacarme de quicio, es mal momento Sai, estoy estudiando.

No quiero molestarte, solo que… - tenía que plantear bien su pregunta, tanto que quedo un silencio incomodo que Sasuke tuvo que romper más por fastidio que por cortesía. –

Habla.

Conoces a alguien llamado Minato Namikaze.

¿Minato? – arqueo una ceja realmente curioso por la pregunta del chico. –

Así es, Minato.

No. – su interés se desvaneció en segundos -

No lo has escuchado hablar, no sé.

¿qué escuchaste hablar a tu padre con el mío?

Maldijo mentalmente la inteligencia de Sasuke, sin duda fue directo al punto, ni si quiera se detuvo a preguntar quién era o si se trataba de algún compañero de estudios, no, nada de eso, el muy desgraciado era vivo y sabia como se manejaban las cosas.

Sinceramente Sasuke, tu padre odia a ese ser, sea quien sea.

Mi padre se gana la enemista de muchas personas diariamente, me tiene sin cuidado que una más sea su plato a comer… - se quedó callado un segundo al recordar vagamente una discusión de su padre con Itachi, ese nombre que pareció desconocido antes, en un segundo se volvió curiosamente familiar. – repite lo que escuchaste hablar a mi padre.

Nada interesante, siempre es sobre ti y como te encuentras aquí… - desvió la mirada serio, estaba tentado a decirle lo que sabía pero era un peligro, su padre descubriría quien le dijo todo y lo advirtió. - ¿Por qué tu padre te quiere lejos de Konoha?

No me quiere lejos, yo no quería seguir allí.

Hiciste algo que no puedes reparar… ¿verdad?

No he hecho nada y ya basta de esta charla sin sentido, viniste preguntando por ese tal Minato, yo no conozco a nadie llamado así.

Lo conocerá tu hermano entonces…

Otro pequeño fragmento de recuerdo se desprendió de la mente de Sasuke, su hermano, su padre, la pelea monstruosa que tuvieron una noche, el escondido sollozando, no… ese llanto no era suyo, era de alguien más, algo como un bebe pequeño, una vez le pregunto a su madre sobre ese recuerdo y ella se lo negó, pero aun lo tenía grabado claramente, era horrible los gritos que se proferían padre e hijo, en un segundo cerro sus ojos, le molestaba no poder encajar ese nombre de Minato Namikaze en ese tormentoso recuerdo del pasado, sabía que iba unido pero no recordaba cómo, los gritos eran casi ininteligibles, su hermano lloraba, estaba aferrado a algo, no vio bien por qué forcejeaba con su padre pero pronto el llanto se hizo insoportable y él se escondió más aun con sus pequeñas manos sobre sus oídos, los gritos eran peores y allí fue que se disparó el recuerdo, su hermano gritaba ese nombre, una y varias veces lleno de dolor.

Minato Namikaze… - susurro Sasuke con los ojos muy abiertos, al fin tenia armado ese recuerdo desdeñoso que lo perseguía desde chico, fue la peor pelea que vio en su vida, siempre su madre se lo negó y el de pequeño insistía en saber sobre el llanto de un bebe, que él no había sido el último nacido en esa casa. –

¿Recordaste algo? – Sai lo miro expectante, estaba tan curioso como el moreno por saber quién era y que relacionaba a Minato con el chico que embarazo Sasuke. –

Necesito hablar con mi hermano. – solo susurro eso y salió de la habitación con largas zancadas. –

Continuara…

Jua jua jua! Este si es un capitulo a mi gusto, lleno de todo lo que me encanta, desde sueños húmedos, peleas, misterios, recuerdos pasados, humor y cosas por descubrir!. Lo escribí apresurada, es que no me sentía bien con lo que les di anteriormente, fue una basura de capitulo comparado con este. Ahora si… libere mi sistema del terror que me aquejaba XD… ahora les dejo servida la trama, ustedes saquen conclusiones que esto está poniéndose bueno y mejor.

Próximo Capitulo:

Respuestas del pasado


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