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Contra la corriente por RAMSIN

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Contra la corriente

Capítulo 25

Un encuentro esperado.

El rostro hace segundos sonriente y despreocupado de Naruto paso a una seria mirada de molestia, estaba muy feliz hasta que oyó nombrar al padre de su hija, bastaba eso para que una rabia visceral se le subiera por el estómago y saliera por su boca en un sinfín de apelativos nada decentes de escuchar, no podía con ello, porque Itachi tenía que remover lo que no debía, estaba bien solo, hasta ahora.

- No tienes derecho a decirle nada a él. – sus palabras sonaron rudas y groseras, quería poner en claro su punto, sin matices grises, o era negro o era blanco. –

- No he venido a discutir si puedo o no decirle, he venido a informarte que lo hare, solo eso.

- ¡Nadie te ha dado el derecho de decirlo! – golpeo la mesa con la palma de su mano. –

- Naruto cálmate. – Gaara trato de hacerlo sentarse otra vez en la silla pero el rubio solo se encorajino más y empezó a dar vueltas de un lado a otro de la mesa. –

- No me calmo nada, Sasuke no quiere a este bebe, no sabe de él y no quiero que lo sepa, ya me basto con ser rechazado una vez, no quiero que rechace a mi hija, porque si no… no sé de qué sería capaz contra él. – afilo sus ojos sobre Itachi. –

- Sasuke no te rechazara, estoy completamente seguro de su seriedad contigo, aun te quiere, así no lo admita.

- No creo en cosas dichas por terceros.

- La realidad es que Sasuke es el padre de esa niña, quieras o no, sucedió así y él tiene tanto derecho como tú de verla crecer.

- Digas lo que digas Itachi, no lo quiero cerca de mí, no lo necesito y no lo necesitare. – esas fueron sus últimas palabras antes de tomar sus cosas y desaparecer dentro de la casa. –

- ¿Porque quieres levantar viejas heridas?, a Naruto le ha costado mucho convencerse de hacer todo esto solo, tu hermano no es una solución, es un problema. – Gaara hablo con mucha calma, quería ser imparcial, pero su corazón solo deseaba que el rubio jamás aceptara al Uchiha de regreso en su vida. –

- Te lo dije una vez Gaara, agradezco que cuides de él, pero Naruto no es una mascota, algo que te quedas como si nadie lo fuera a reclamar. tiene un lazo con Sasuke y si ellos después no se llegan a comprenderse ya tú podrás tener una oportunidad, mientras, no influyas en nada.

- Respeto a Naruto sobre todas las cosas, es amigo antes que todo, he tenido miles de oportunidades para sobrepasar esa fina ralla, y no lo he hecho por ese mismo estúpido respeto hacia tu hermano, porque no quiero confundir a Naruto más de lo que esta, su estado lo pone sensible y ahora mismo podría apostar lo que sea que está deprimido.

- No pongo en duda tu honor.

- Lo sé, pero me molesta que llegue tu hermano como si nada ha sucedido, no ha visto nada, no sabe nada, no comprende nada, quizás ni acepte el aspecto físico de Naruto ahora, no sabe que se le antoja, como duerme, que días tiene consulta, cuantas veces se levanta al baño en la noche…

- Por ello debe saberlo, para que no se pierda de lo que tu estas disfrutando Gaara, porque todo lo que dices es rol del padre y muy a tu pesar, Sasuke lo es.

- Solo te diré algo. – su serenidad estaba acabando a pasos agigantados mientras más hablaban. – si Naruto termina mal por culpa de Sasuke, jamás dejare que se acerque a él o a la bebe, doy mi palabra que perderá todo el derecho sobre ellos, me encargare de que así sea Itachi.

- Comprendo perfectamente, así como yo te doy mi palabra de que Sasuke se hará responsable por todo, no dejara ir a Naruto tan fácilmente, lo conozco.

Allí murió la visita cordial que hizo Itachi, no pretendía que acabara de ese modo, Naruto enfadado por la información y Gaara tratando de quedarse con responsabilidades que no le pertenecían. no podía hacer más por ese día, aun debía acomodar sus maletas y poner en alerta a su madre sobre el viaje, confiaba en que Mikoto debía guardar algunos de sus secretos, no le daría la información completa hasta que el mismo Sasuke lo hiciera, estaba claro que quería ayudar a su hermano a recuperar la confianza de Naruto, empezando por acortar distancias, eso no estaba nada fácil con su pequeño hermanito estudiando lejos, debían poner algún punto medio, ya tendría tiempo de acomodar las piezas de esa desastrosa desunión que promovió su padre Fugaku.

Itachi regreso a su casa temprano, necesitaba hablar con su madre sin Fugaku cerca, esa tarde apresuro los últimos detalles del viaje, apenas llego a su habitación se encontró con su madre cerrando las ultimas maletas sobre la cama, igual a como lo hizo con Sasuke hacia unos pocos meses atrás, con ese rostro melancólico que anunciaba un repertorio de cariños maternales de buen viaje.

- Llegaste antes de lo que creí. – sonrió serenamente volviéndose a su hijo. – Itachi quería preguntarte algo.

- Dime.

- Estas no son unas vacaciones comunes, cierto.

- Así es. – sentencio seriamente, su madre siempre intuía lo que pasaba pero era complicada para dar con la raíz verdadera de los problemas. –

- ¿Volviste a intentar encontrar a mi nieto? – esa era una pregunta que temía hacer, siempre su hijo se entristecía ante el recuerdo –

- No, esta vez mi viaje no es por eso.

- ¿Entonces? – acerco su mano hasta el hombro de Itachi. – ¿te vas a ir de la casa?

- No mamá, tranquila, no me voy a ir de la casa, pero tengo que culminar algunas cosas para poder estar en paz.

- Itachi… tu padre está mal humorado desde que supo que tomarías vacaciones, cree que estas aun persiguiendo el pasado.

- No debería molestarse, todo lo que vivo es gracias a él.

- El rencor es malo hijo mío, así se merezca algunas cosas en esta vida, es tu padre y te quiere, a su modo pero te quiere.

- Mi padre nos ama de un modo extraño, su amor no es amor, solo quiere controlar las vidas de todos, por eso sigo aquí, por eso nunca me fui, no quiero que Sasuke sufra lo que yo sufrí, ya basta con un bebe perdido.

Mikoto le miro asombrada, su hijo que siempre fue pacífico y tolerante hasta un punto casi ridículo estaba explotando, sus palabras fueron muy duras, perfectas y dolorosas para ella, su pequeño grado de culpabilidad salía a flote con sus recuerdos de la noche en que volvió Fugaku después de desaparecer al bebe.


Mikoto estaba asustada, realmente temerosa por la repentina fiebre que aquejo a su hijo, hacia unas horas que Fugaku había logrado separar a Itachi del bebe, fue una dura pelea, donde ella no pudo meterse, débil, indefensa y también cuidando de distraer al pequeño Sasuke del desastre, el niño se le perdió de vista cuando empezó la pelea monumental, Itachi con tan pocas fuerzas después del parto se atrevió encarar a su padre, protegiendo a la criatura que acababa de traer al mundo, pero no pudo, ni si quiera ella pudo detenerlo cuando su esposo salió de la casa en rápida carrera, se detuvo en la puerta gritándole que parara, que lo que hacía era un pecado para con su sangre, su familia y lo que era peor, para con el mismo, estaba marcando su alma con un acto imperdonable.

Fueron palabras al viento, oídos sordos, ya conocía a su esposo, su carácter intransigente hasta límites insospechados, no le quedó más que soportar, compartir con Itachi el lazo de la decepción, cuidarle cuando este acabo muy débil en cama, reventándose de fiebre repentinamente, su cuerpo ardiendo y tiritando de frio mientras que comenzaba a sangrar fuertemente, parecía una hemorragia, y lo que más temía paso, el acto de llevar una partera rudimentaria debió causarle algún daño a su hijo, sin un sitio adecuado para atenderle, con instrumentos arcaicos y métodos de viejas comadronas, seguro estaba con algún daño interno.

- Calma mi amor… ya solucionaremos esto. – paso una y otra vez un paño húmedo sobre la frente de Itachi, podía sentir sus manos mojadas calentarse en segundos con solo el contacto contra la frente del moreno. – pronto tendrás ayuda.

- Mamá… - un titubeante Sasuke asomo su cabecita por la puerta de la habitación, le dio curiosidad los recorridos frenéticos de su madre con una especie de tazón lleno de agua que derramaba a cada ir y venir del baño a la habitación de su hermano mayor. –

- Sasuke ve a jugar. – le miro con los ojos inundados en lágrimas, como deseaba que el pequeño moreno no recordara jamás estos momentos que vivían en su casa. –

- Hermanito… - sin hacerle caso a su madre, Sasuke corrió dentro de la habitación quedando pegado a la cama donde el nombrado Uchiha estaba semiconsciente por la fiebre y el dolor en su vientre. - ¿él bebe?

Con su manito inocente acaricio el ahora vientre desierto y casi plano de Itachi, recordaba en su mente infantil que allí había algo especial, algo que le pateaba la mano cuando lo tocaba, que se sentía gracioso y que hacia sonreír a Itachi como nunca antes, ese algo que él llamaba bebe parecía ya no estar allí, curioso quería respuestas, una sola pregunta que estallo el llanto de Mikoto y la mirada vidriosa de Itachi sobre Sasuke.

- Hijo. – se echó a llorar abrazando a sus dos hijos, como una madre desesperada por respuestas, por una razón lógica para permitir tal sufrimiento en su casa. – perdónenme los dos.

- Tranquila… - Itachi le susurro entre quejidos, ella trato de ayudarlo, pero comprendía un poco la educación arcaica de Mikoto como esposa, de esas antiguas mujeres que bajaban la cabeza ante las órdenes del padre, sin importar el ámbito ni en grado de dolor que causen. – no es tu… culpa.

- Estas mal, no es normal que estés así. – se secó las lágrimas y volvió a mojar el paño en el tazón de agua para refrescar a su hijo. –

Sasuke se quedó silencioso acompañando a Itachi, se subió a la cama y recostó su cabeza del estómago de su hermano mientras Mikoto seguía paleando la fiebre, esperaba que los mensajes que le mando a Fugaku le hicieran volver pronto, su hijo no mejoraba, ya había tenido que cambiar las mantas bajo el moreno dos veces, empapadas en sangre.

- No puedo esperar más a tu padre. – en un aplomo que nunca tuvo antes, se puso de pie y salió de la habitación en busca de algo que su esposo guardaba receloso, entro al despacho de Fugaku y registro los papeles que había oculto de Itachi y su periodo en la clínica cuando la doctora Tsunade le atendía, esa era la única persona que se le vino a la cabeza en ese instante, sabia de todo el drama familiar y a pesar de que Fugaku la aparto de Itachi con alguna artimaña, ella tenía la esperanza de hacerla venir a ver a su hijo, así sea para decirle que lo llevara a un hospital. – su tarjeta.

Con manos temblorosas tomo aquel papel y busco el teléfono, marco el número y logro comunicarse con la doctora, después de un par de conversaciones dolorosas, Mikoto logro hacer que la rubia viniera, sabía que su cabeza estaba sobre una guillotina cuando su esposo supiera de sus actos, pero eso era nada comparado con ver a Itachi sufriendo de ese modo, tanto físico como emocional. Después de dos horas Fugaku regreso al hogar, estaba verdaderamente preocupado, no previo que Itachi enfermara de ese modo, todo había salido perfecto hasta ese instante, con paso presuroso entro a la casa y llamo a Mikoto unas cuantas veces, dejo sus zapatos en la entrada y subió en rápida carrera pero se encontró cara a cara con su esposa que venía bajando acompañada de alguien que no era bienvenido en ese hogar.

- ¿Qué hace ella aquí? – su angustia se había transformado en una rabia poco racional. –

- Fugaku no te enfades… - Mikoto se interpuso entre ambos, sabia del odio reciproco que se tenían por eventos pasados. – tuve que llamarla, Itachi estaba muy mal y tú no llegabas.

- Eso no te dio el derecho de traerla a esta casa.

- Disculpa. – Tsunade aparto a la morena con educación y sin un ápice de miedo encaro al mayor de los Uchiha. – acabo de detener una hemorragia en Itachi, la vulgar comadrona que trajiste casi lo mata.

- No estas cumpliendo lo pactado Tsunade. – Fugaku le hablo con una frialdad brutal, con el poder de derrumbar muros al placer de una sola orden. –

- Me importa una mierda lo pactado contigo, la vida de tu hijo estuvo en peligro. esa maldita mata gente no supo sacar la placenta, eso causo la infección y la fiebre, su cuerpo trato de deshacerse de ella con la hemorragia, ¡se pudo morir desangrado si tu esposa no me llama!

- ¿Terminaste con Itachi? – pregunto parsimonioso y obviando el insulto de la rubia voluptuosa. –

- Si… solo necesita un tratamiento adecuado y descansar, está débil.

- Entonces vete.

- No lo hare, debo estar segura que la infección no se expandirá, quiero ingresarlo en la clínica.

- Has tenido suerte Tsunade, he dejado pasar esto por la vida de Itachi, pero no permitiré que lo saques de esta casa, sabes muy bien que no puedes pedir nada ni reclamar nada.

- Maldito bastardo.

Tsunade apretó con fuerza sus puños, se encontraba con la espalda entre la espada y la pared, sus hábitos de ludópata de juventud le habían traído una soga al cuello, era famosa, prestigiosa y un ser etiquetado como perfecto, públicamente intachable hasta que Fugaku descubrió su talón de Aquiles en el juego de alejarla de Itachi, por eso tuvo que poner tierra de por medio entre el joven y ella, por culpa de Fugaku, este le amenazó con quitarle todo, dejarla en la más cruda miseria, sin mencionar el hacer que perdiera su título de obstetra y su impecable historia ante el mundo. Su pasado le dejo muchas deudas pendientes, falsas identificaciones para eludirlas, pagos fantasmas y un sinfín de más artimañas, el jugar se volvió un vicio en sus primeros años de estudio de medicina, al principio solo era un escape al stress de la carrera, los exámenes, el no dormir. Pero se volvió un monstruo que se comió su juicio, que le nublo con el placer efímero de la adrenalina cuando apuestas, cuando sientes que la suerte te acompañara y te dará su bendición. Después de culminada su carrera logro controlarlo pero huyendo de sus acreedores y todo aquel que engaño para tener dinero, un sucio pasado que Fugaku escupiría al mundo sin el menor recato.

- No volveré a interponerme en la vida de Itachi, pero con una condición. – sus ojos se fijaron seguros sobre Fugaku. –

- Habla.

- Me quedare por 48 horas aquí, quiero darle los primero tratamientos, hasta que baje la fiebre y recupere el sentido, cuando este fuera de peligro me iré y no volveré a entrar en sus vidas.

- 48 horas.

Fugaku termino de subir las escaleras y desapareció rumbo a la habitación de Itachi, por más que fuera un despiadado, le preocupaba la salud de su hijo, muy dentro de él sabía que era su culpa toda la cadena de sucesos que trajo ese día con él. En cambio, Mikoto le estaría eternamente agradecida, le salvo la vida a su hijo, le ayudo a sobrellevar ese golpe tan fuerte como la pérdida de su nieto, esa mujer puso su vida en riesgo por ayudar a Itachi, hasta más que ella siendo su madre.


Mikoto se le quedo observando algo melancólica, su hijo había crecido tanto en alma y corazón, sobrepaso la tristeza, el dolor y el pasado, pero ella aun no sanaba eso, esperaba que algún día llegara Itachi diciéndole que encontró al bebe, su nieto de hermosas mejillas rosas y cabellos negros como Itachi, recordaba ese bebe, su olor, su peso, lo delicado que era, una cosita hermosa que paso por su vida y que se quedó grabada en su alma maternal, estuvo divagando en esos pensamientos hasta que su hijo le interrumpió con una declaración única.

- Encontré la dirección de Sasuke, voy a verlo.

- Itachi, ¿tu padre lo sabe?

- No, y si lo descubre igual ya es tarde para evitar mi viaje.

- Sabes que tu padre no quiere que interrumpas los estudios de Sasuke.

- Mi padre solo quiere alejarlo de mi verdad, la verdad del cómo quiere hacernos a su imagen y semejanza, perfectos para el mundo pero no para nosotros mismos.

- Te apoyo. – sentencio con un aplomo renovado. – creo que ambos merecen poder decidir sobre sus deseos Itachi.

- Madre no quiero que te metas en esto, a la hora de que mi padre sepa las cosas no deseo que estés inmiscuida, que crea que no sabes nada, por favor nunca le digas esto.

- No lo hare hijo. – poso su mano sobre la mejilla de Itachi. – te lo prometo.

- He pensado algunas cosas… es hora de que haga más cosas por el futuro de la familia, estuve viendo algunos departamentos hace días, he ahorrado desde que empecé a trabajar, considero que llego el momento perfecto para usar ese dinero sabiamente y en beneficio de Sasuke.

- No comprendo, ¿porque por Sasuke?

- El necesitara a donde llegar, ya verás.

- Pero Itachi, tu padre… - Mikoto no entendía muy bien que tramaba su hijo, estaba en un torbellino confuso de ideas, noticias y extrañas premoniciones, nada con pies y cabezas. -

- Mi padre no supo hacer una familia con amor, solo estamos como en un yugo de terror y extremista complacencia a sus deseos, ahora, quiero que Sasuke haga lo contrario, que los Uchiha sean una familia unida, que no repita el patrón de mi padre, que logre reparar los daños de su ida, que se enamore de nuevo de sus deseos futuros, que sepa cuidar lo que creo… y necesitara un lugar, un sitio desde donde dar inicio a esa familia.

- Itachi, ¿Sasuke ha embarazado a una chica? – al fin Mikoto dio en el clavo con una media verdad –

- Es más complicado que eso. – suspiro suavemente, el que su madre supiera las cosas era un arma de doble filo, no quería inmiscuirla más de lo necesario, pero la necesitaba a la hora de hacer retornar a Sasuke y obtener una ayuda más con Naruto y su venidero parto. –

- Dime hijo, acaso Sasuke huyo por eso, tu padre quiso alejarlo de la chica como trato de hacerlo contigo y el… - recordó al rubio Minato, solo dos veces lo vio en su vida y le pareció un joven formidable pero extrañamente odiado por su esposo. –

- Es suficiente con lo que sabes mamá, solo quiero que estés tranquila, Sasuke no se fue por eso, diría que hasta tuvo la suerte de no enterarse de muchas cosas, ahora lo que importa es traerlo de regreso, que recupere sus lazos y que se haga responsable de la bebe.

- Una niña… - los ojos de la morena se iluminaron en segundos. – ¿tendré una nieta?

- Así es, es una niña, pero aun no nace, faltan 3 meses para eso.

No le informo más de allí, era suficiente con saber que sería una nieta y que él estaba al pendiente de ella y de la "madre", suficientes datos, lo demás espera decirlo el día que naciera la pequeña, cuando conociera a Naruto, rogaba que en estos 3 meses faltantes todo se resolviera, que Sasuke regresara a Konoha con el conocimiento de todo, que Naruto le perdonara y que los chicos se establecieran en el departamento que él esperaba comprar pronto, había guardado tanto durante años, ahora le veía el momento perfecto para usar el dinero, aun no sabía cómo haría todo sin que Fugaku se enterara, pero si se daba el caso de que lo descubriera, lucharía más fieramente que antes, tenía más razones, le sobraban las razones.

En otra parte, mas precisamente donde Sasuke, este esperaba intranquilo los mensajes que Itachi prometió enviarle, estaba tenso ante el encuentro, si no calculaba mal, seria a más tardar en esa semana, con paso preocupado se paseaba por la sala sin prestar atención a su compañero de vivienda, Sai estaba con sus propios asuntos, sentado en una esquina de la sala en su sillón preferido, una pequeña laptop sobre sus piernas y buscando por internet lo que no podía encontrar preguntando a su padre, la extraña familia Uchiha lo atraía cual imán, el nombre de Itachi Uchiha le rebotaba en las cienes, era curioso el efecto que le causaba y la curiosidad casi obsesiva de tener un rostro para ese nombre, se imaginaba alguien como Sasuke pero mayor, con porte más fuerte, pero igual, no era una idea clara, así que tomo la herramienta más útil del mundo, internet, se batió a duelo con buscadores, noticias viejas publicadas y un sinfín de más datos hasta que encontró unas fotos en la página de la policía de Konoha, salía un grupo de oficiales posando para una condecoración por resolver algún caso importante, entre el grupo estaba el tan buscado Itachi Uchiha. Sai descargo la foto y trato de verla mejor, miro seriamente a los 5 hombres bien vestidos que estaba de pie mirando a la cámara, sin duda alguna sus ojos se clavaron en el tercer hombre, era alto, blanco como Sasuke, con ojos negros y profundos, una mirada muy parecida a la del moreno, pero también más melancólica, estaba tan absorto que no noto cuando Sasuke se detuvo tras el sillón mirando la foto también, le había llamado la atención que Sai no dijera nada de su obsesivo andar de un lado a otro con algún comentario rebuscado y molesto.

- Ese es mi hermano. – señalo con su dedo a Itachi –

- Me asustaste. – en verdad su corazón dio un vuelco al ver la mano de Sasuke sobre su hombro señalando al Uchiha. –

- ¿Porque estás viendo eso? – su ceño se frunció con fuerza, aun no confiaba en Sai, era como un bocón más impuesto por su padre –

- Curiosidad. – cerro la laptop suavemente y miro a Sasuke con su sonrisa infalible – si se parecen mucho…

- Eres extraño.

- No más que tu familia, son más extraños que yo, eso lo aseguro.

- Quiero ponerte algo en claro Sai. – sin un ápice de duda tomo al moreno del cuello de la camisa y lo acerco a su rostro, mirándolo fijamente con esa frialdad marca Sasuke. – no te quiero ver en mi camino, mi hermano vendrá y sé que me has dicho algunas cosas importantes y otras dudosas… pero igualmente no confió en ti, tenlo presente niño, entre mi hermano y yo hay cosas que conversar, mi padre no puede saber eso, no sé porque su empeño pero igualmente me veré con él y si tú te entrometes aunque sea un poco, yo…

- Voy a ayudarlos. – sentencio seriamente, sacándose del rostro esa mascara que siempre usaba para ocultar sus verdaderos sentimientos. – quiero ayudarlos.

- ¿Que… diablos tramas? – soltó la camisa de Sai bruscamente. –

- Nada, no tramo nada Sasuke, solamente me divierte esto, es como una película de romance, donde el protagonista eres tú y el otro chico de tus sueños húmedos… son como romeo y Julieta en busca del amor, extraño, pero amor al fin, sin mencionar que este romeo es muy bueno poniendo el ojo en la bala y la Julieta sale de todo lo común he imaginado.

- ¡Estúpido niño! – para cuando acabo la frase Sai, Sasuke estaba muy perturbado, con las mejillas sonrojadas y un rostro incrédulo, no sabía si pegarle a Sai o preguntarle qué demonios estaba diciendo entre líneas. –

- Cree lo que quieras pero estoy ansioso por saber que sigue en esta historia tuya y de Naruto, si así se llama tu Julieta de los sueños húmedos. – sonriendo nuevamente se puso de pie y salió rumbo a su habitación. – Sasuke, sabré primero que tú cuando llegue tu hermano, así que te avisare, no sigas dando vueltas por la sala, dañaras la alfombra.

- Maldito niño sabelotodo… - mascullo mirando al suelo, sin querer centro su atención en la alfombra marrón oscuro que tapizaba toda la sala de estar. -

Otro día, otra historia, esa mañana Naruto no estaba de muy buenas pulgas, el saber de las intromisiones de Itachi lo alteraron, su mal humor fue en aumento y hasta la visita donde la doctora Tsunade no le alegro nada, la rubia les recibió con una sonrisa que Gaara contesto pero el Uzumaki la desvió campantemente y paso a cambiarse sin mirar a Tsunade si quiera.

- ¿Qué le sucedió a Naruto? – miro incrédula hacia la puerta por donde paso el rubio. –

- Está enfadado porque el padre de la bebe sabrá todo. – se encogió de hombros sin más que decir, Tsunade sabia parte del drama que vivían ellos. –

- Hablare con él. – se puso de pie al tiempo que colocaba su estetoscopio al cuello. – no te preocupes Gaara, haces un gran trabajo, Naruto no olvidara eso nunca.

la rubia entro a la habitación anexa para encontrar a Naruto sentado en la camilla como siembre con la mirada perdida en su vientre de 6 meses, estaba como perdido en sus pensamientos cuando ella poso su mano sobre la rodilla del rubio.

- ¿cómo has estado?

- Bien.

- Tu rostro dice otra cosa. – paso a auscultar su pecho con el estetoscopio – no deberías estar enfadado, a tu bebe no le hace bien.

- No quiero sermones, solo necesito desquitarme de la rabia que llevo dentro. – apretó las manos contra sus rodillas desnudas. –

- Sabes que necesitas, relajarte, estas tenso.

- Dígame algo que no sepa. – rodo los ojos hacia otro lado. – mejor hablemos de la bebe.

- Está bien, hablemos de lo que te trajo aquí.

Después de la acostumbrada revisión mensual, Tsunade paso al eco, le gustaba tener al día a sus pacientes con el crecimiento del bebe, además de ser una herramienta útil para notar a tiempo cualquier irregularidad durante el embarazo.

- Bueno, todo está normal, y te tengo una buena noticia Naruto.

- ¿Qué será? – su coraje se aplaco un poco al ver las imágenes de su hija en la pantalla del ultrasonido –

- Esta niña ya está bien ubicada para cuando nazca, se volteo… así que no creo que regrese a estar sentada como hace un mes.

- No me salvo del parto… - susurro para si con miedo, había estado leyendo algunos libros alusivos al tema que Gaara le regalo. –

- Te tengo algo mejor, quiero que tomes algunas clases para padres primerizos. – saco una hoja doblada del bolsillo de su bata blanca. – es un buen comienzo para ti, te empaparas del tema y aprenderás cosas útiles sobre ser padre.

- No quiero ir. – dejo a Tsunade con la hoja extendida en la mano. –

- Puedes ir con Gaara, no tienes que ir solo, si eso te preocupa. – sonrió tiernamente, como había aprendido a detallar los pensamientos del rubio. –

- No pretendo molestar a Gaara, está muy ocupado con su carrera, últimamente no para de estudiar y trabajar.

- Eso te tiene tan o más enfadado que lo de saber sobre el padre del bebe, ¿me equivoco?

- No quiero incomodar a Gaara, sé que es muy difícil ser equilibrado con esto, no deseo dejar a un lado a mi amigo, y tampoco quiero que el idiota de Sasuke regrese a mi vida como si no ha pasado nada, como si fuera divertido ver que me dejo en estado y se marchó.

- Amor y amistad.

- Solo amistad Tsunade. – sentencio el rubio muy serio. –

- Uno no puede olvidar el amor, y más cuando gracias a él, crece dentro de ti.

- Un amor de uno, no hago nada con seguir guardando eso, se fue, no volverá, no aceptara lo que pasa, lo conozco, es un egocéntrico de primera, así que para que darme a la tarea de creer en lo que no pasara.

Fuera de la sala, Gaara esperaba pacientemente a que terminara la revisión, miraba sin ánimos los diplomas de la doctora hasta que su celular comenzó a sonar con un mensaje entrante, saco el aparato del bolsillo de su pantalón y leyó el mensaje seriamente, sus ojos se abrieron un poco y su boca se curvo en un obvio gesto de molestia, el mensaje solo decía "voy en camino a ver a Sasuke, dile a Naruto que mañana Sasuke sabrá que será padre"

- Llego el día en que deberé luchar en serio por ti Naruto. – el pelirrojo borro el mensaje con un aire molesto, no quería que este momento llegara, aun no. –

Continuara…

Juuuuuu…. Buenas, buenas, aquí otra vez, me puse las pilas y estoy muy feliz con este capi, voy como en avión ji ji ji, ya más tranquila y con las prontas vacaciones para tratar de adelantar el fic más aun, !las cosas se ponen de pelos y señales!. Mikoto al fin sabe algo más, Sai decidió ayudar a Sasuke y vio una imagen de su "mama" JA JA JA JA!. Eerr… bueno, ahora las cosas corren y se ponen intensas, se acerca el parto de Naruto, los encuentros esperados, Fugaku ingenioso y molesto, cosas que deben saberse más aun, y como reaccionara Sasuke al saber que será papá!, Itachi está armando el futuro de su hermanito con toda esperanza de algo mejor, ojala se le cumpla. Esperen el próximo capítulo que estará super!, gracias por los comentarios, los leo toditos y estas super buenos, besitos y descansen!

Próximo Capitulo:

De cara a la realidad


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