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Contra la corriente por RAMSIN

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Contra la corriente

Capítulo 26

De cara a la realidad

Ese mensaje eliminado seguía dando vueltas en su mente, habían salido de la consulta y Naruto estaba muy metido en sus propios pensamientos, todo el camino de regreso a la casa se la paso dándole vueltas a una pequeña hojita de papel doblada, por lo poco que pudo entender, allí estaba escrita la dirección del lugar donde Tsunade le estaba recomendando tomar clases especiales para él. Gaara tenía un debate mental consigo mismo, decirle o no a Naruto sobre el viaje de Itachi, si la sola mención del tema ponía al rubio de un humor de perros, decirle que ya pronto Sasuke sabría del bebe, era causar la tercera guerra mundial en su propia casa, mejor era callar un poco más, nada podría cambiar la situación, mientras Sasuke estuviese a miles de kilómetros de distancia, las cosas serían controladas sin dificultad.

Gaara. – Naruto le saco de sus pensamientos moviendo su hombro un poco, el pelirrojo parecía divagar solo con la mirada fija en un punto muerto del paisaje. –

¿Dime? – parpadeo curioso ante la llamada de atención. –

Tsunade quiere que vaya a este lugar. – extendió el papel ya desdoblado – no estoy seguro de querer ir… solo.

Naruto, ¿tu estas consciente del grado en que me he estado vinculando con las cosas de tu hija?

Si…

¿quieres que siga haciéndolo? – pregunto con sinceridad, las realidad la tenía pintada al frente, estaba tomando un rol que no le pertenecía y aun así ni se había tomado la molestia de preguntárselo a Naruto. –

Su padre no está, no veo lo malo en que me ayudes. – se encogió de hombros tranquilamente. –

Como amigo, supongo.

Gaara. – esas semanas en casa del nombrado pelirrojo le hizo comprender que estaba tentando el destino, sin querer se fue dando cuenta del cariño que le tenía, que superaba a cualquier amistad, a un amigo no le dejas que se meta a hurtadillas en su cama casi todas las noches, no le ofreces el mundo y mucho menos te tomas la molestia de soportar todo un embarazo que no es nada suyo. – me quieres como algo más que un amigo.

Naruto yo… - tartamudeo incrédulo, al fin el Uzumaki notaba las indirectas tan directas que le daba. –

No digas nada, yo estoy en deuda contigo, mi hija también, nos has cuidado mejor que nadie, estas pendiente de todo lo que necesitamos, hasta más de lo que debieras, tus hermanos me quieren también, pero aun no creo que debas esperar más de mí, ni yo espero más de mí mismo, mi corazón no desea nada más en el mundo que cuidar de este bebe… - llevo sus manos al vientre abultado. – mientras ella este en este mundo, será mi prioridad, ni Sasuke, ni tu son mi prioridad, perdona que lo diga así, pero ella se lleva todas mis fuerzas ahora, todo mi corazón y toda mi alma, hasta que logre tener un equilibro en esto, será así, tu como mi amigo del alma y Sasuke como el padre que no planee tener para mi hija.

Comprendo Naruto, nunca quise sobrepasar tus emociones, menos ahora. – le sonrió apaciblemente, estaba claro, no era más ni menos que Sasuke en el corazón de Naruto, podría estar mejor ubicado en rango a cariño, compañía, pero el puesto como el hombre que lo poseyó, que lo amo y que lo dejo se lo llevaba Sasuke Uchiha. –

Amigos, somos eso. – extendió su mano para que Gaara la tomara en un apretón cordial. –

Amigos. – sentencio con suavidad, podía esperar, aún faltaban muchos acontecimientos que podía vivir con Naruto, cosas que le acercarían en corazón al rubio terco por no dejar entrar a nadie nuevo en sus sentimientos. –

Las relaciones humanas son complicadas, un cumulo de situaciones impredecibles como jugar con los dados, sabes que hay posibilidades, solo es cuestión de que sea tu día de suerte y llegues a sacar el número que quieres. En otro lugar, mas precisamente en la oficina del rector Danzo, otra reunión se planteaba, pasaba de media noche cuando Sai fue bruscamente despertado por su padre con una llamada, en medio de la noche se encamino al rectorado, estaba claro, Itachi Uchiha había llegado a la ciudad o estaba cerca de hacerlo. Aun medio dormido, despeinado y cubierto con un grueso suéter negro, toco a la puerta una sola vez para después abrirla, todo estaba oscuro salvo por una pequeña lámpara de alógeno que iluminaba el escritorio de Danzo, con paso somnoliento se acurruco en el sofá de cuero frente a su padre que estaba mirando impávido unos documentos, parecía muy serio, como siempre lo fue desde que Sai tenía recuerdos de él, nunca sonriendo, jamás dándole una muestra efusiva de cariño, parecía más bien un total desconocido con el nombre de padre, nada más y nada menos que eso.

Llego Itachi. – Danzo alzo la mirada seria hacia el moreno. –

Está bien, distraeré a Sasuke como me pediste.

Será un poco diferente Sai.

¿Porque motivo? – pregunto curioso, el plan parecía cambiar de rumbo sin el darse cuenta. –

He planeado un viaje para su grupo de estudio, saldrán a primera hora de la universidad rumbo al centro penitenciario en las afueras de la ciudad.

Eso es un viaje muy largo…

Suficiente tiempo para hacer que Itachi Uchiha pierda la pista de su hermano.

Entiendo, quieres que vigile que Sasuke no falte al viaje.

No solo eso, desde ahora hasta nuevo aviso vas a quitar la conexión a internet del departamento, la línea telefónica y también su celular, deshazte de el apenas regreses.

Comprendo.

Eso espero Sai, estoy claramente comprometido con esto. – como le molestaba el ser perseguido por las llamadas de Fugaku, él lo puso al tanto de la hora de llegada de Itachi a la ciudad. –

¿Podría preguntar algo?

¿Qué quieres saber? – alzo la mirada curiosa hacia el moreno –

¿Por qué Itachi Uchiha es tan peligroso para su hermano?

Sai, es mejor no saber algunas cosas, ese hombre tiene mucho pasado, ligado a más cosas de las que imaginas, pero tu deber no es preguntar, solo haz lo que te pedí, entendido.

Sí. – se puso de pie y salió de la habitación sin demostrar asombro, el cambio de planes de su padre solo indicaba que desconfiaba de él desde el principio, nunca le dijo que planearía un viaje, esto era algo que no esperaría Sasuke y menos el hermano de este. – para mi padre soy un desconocido al que no se le puede confiar nada…

Su plan seguía en pie, apenas entro al departamento cumplió con las ordenes de Danzo, desconecto el internet, corto la línea telefónica y paso sigilosamente a la habitación de Sasuke, este dormía plácidamente en su cama hasta que sintió como le movían por los hombros, en un segundo al abrir los ojos se encontró cara a cara el rostro de Sai en medio de la oscuridad, eso lo hizo tener un sobresalto, alzo los brazos dispuesto a quitarse al chico de encima pero Sai le tapó la boca y le susurro que no hiciera ruidos, que tenía información importante para él.

No te enfades Sasuke, solo quería cumplir con mi palabra, tu hermano ya está en la ciudad. – se sentó en la cama dándole espacio al Uchiha para incorporarse también. –

No confió en tus palabras.

Está bien, si no confías es tu problema, yo por mi parte cumplo con advertir los planes de mi padre y el tuyo, a primera hora vendrán aquí por nosotros, tendremos un viaje a la penitenciaría estatal, un maravilloso día entre presos y estudios sobre la psicología criminal.

Eso no me lo advertiste. – aun medio adormilado se levantó de la cama, era confuso ese orquestado viaje que a todas luces llevaba semanas siendo planeado. –

No lo sabía, te lo aseguro.

No importa, igual no iré. – movió algunas cosas en su mesita de noche para encontrar su celular pero no lo hayo por ningún lado. – Sai…

Mi padre me pidió que te lo quitara, corte el internet y también la línea telefónica. – sonrió divertido, estaba a pesar de todo, disfrutando el asunto. –

¿cómo demonios le comunico a Itachi sobre el viaje? – estaba a punto de lanzarse sobre Sai para arrebatarle el celular cuando este saco otro aparato un tanto arcaico del bolsillo de sus jeans. – eso es…

Tecnología de hace dos años, era mi anterior celular, aun lo guardo con línea por si necesito hacer alguna llamada fuera del control de mi padre.

Eres inteligente niño. – tomo el aparato entre sus manos y marco el número de Itachi que se había aprendido de memoria por si necesitaba llamarlo bajo cualquier circunstancia. –

Dile a tu hermano que nos espere a las 9 de la mañana afuera de la universidad.

¿Cómo escaparemos de ir al viaje? – Sasuke lo miro fijamente, estaba expectante por ver que más podría hacer ese chico con su astuta forma de pensar –

Eso lo resuelvo yo, no te preocupes Sasuke, te quedaras sin aliento al ver mi plan.

Confiare en ti Sai, espero no haya más cosas bajo cuerda, porque si no, me encargaré de borrarte a golpes la sonrisa falsa del rostro.

Sasuke logro mandarle algunos mensajes a su hermano, lo que decía Sai era correcto, Itachi había llegado a la ciudad hacia unas dos horas y estaba alojado en un pequeño hotel cerca de la universidad, el reto era escapar de la vigilancia de Danzo, Sai estaba seguro que su padre orquesto todo de antemano, el aviso de la llegada de Itachi con suficiente tiempo de antelación, y solo un viaje de estudio de campo podría sacar al Uchiha del camino de su hermano.

Desde que Sai despertó a Sasuke ambos se arreglaron y esperaron a que amaneciera, el Uchiha estaba realmente intrigado por el plan de Sai, estaba poniéndose en sus manos e Itachi confió en sus mensajes, iría a la universidad seguro de verse. Pronto fueron más de las 7 de la mañana cuando tocaron a la puerta del departamento, Sasuke se levantó del sofá para abrir pero Sai se le adelanto y dio unos pasos hacia la puerta, tomo la perilla y miro al moreno con un aire malicioso en sus ojos.

Sasuke… hora de actuar. – sonrió como solía hacer. – de ahora en adelante te sentirás muy mal del estómago.

¡Una excusa tan vieja no nos salvara de ir al viaje! – rezongó decepcionado por la idea del menor. –

No estoy jugando, te sentirás mal del estómago y punto.

Sin previo aviso Sai se giró y le lanzo un derechazo en el estómago al Uchiha, Sasuke no vio venir ese golpe bajo, en un segundo todo el aire salió de su cuerpo bruscamente, con dolor acabo doblado hacia delante y escupiendo algo de saliva, jadeaba descontroladamente al intentar recuperar el aliento por el golpe, sus ojos se volvieron vidriosos y su voz no salía, quería insultar a Sai por golpearlo sorpresivamente, pero el pequeño diablillo no espero para abrir la puerta y mirar con una fingida preocupación a uno de los profesores parado con una libreta en mano.

Qué bueno que llego, necesito ayuda, mi compañero de clases se siente muy mal del estómago. – aun jugando al inocente, tomo a Sasuke de la cintura y paso su brazo derecho por la espalda del mismo, y todavía el moreno estaba medio agachado tratando de recuperar el aliento perdido. –

Llévalo a la enfermería… - el profesor miro a Sasuke con análisis, era obvio que el chico había estado a punto de vomitar por el charco de saliva en el suelo, el rostro pálido y sudoroso que le adornaba. –

En seguida… vamos Sasuke, te sentirás mejor en la enfermería. – Sai salió sujetando al moreno y enrumbándose al edificio donde estaba la enfermería de la universidad. –

Caminaron normalmente hasta que se perdieron de la vista del profesor, en un segundo Sasuke detuvo su paso y se enderezo, miro a Sai con ganas de matarlo, si no fuera porque ese golpe en el estómago, jamás el habría hecho tan buena actuación sobre su malestar estomacal.

Eres un maldito lobo vestido de oveja… - sus orbes negras miraron seriamente a su compañero. –

Gracias, pero ahora Sasuke debes ser un buen actor si quieres quedarte en la enfermería hasta que llegue Itachi y yo logre ingresarlo allí.

No necesito otro golpe en el estómago. – se deshizo del agarre de Sai y empezó a caminar por el mismo. –

Tienes razón, por eso traje esto… - se sacó un pequeño frasco de vidrio del bolsillo de sus jean. –

¡ahora quieres envenenarme! – Sasuke se detuvo en seco, estaba tentado a no seguir el extraño juego de Sai –

No es veneno, es un pequeño incentivo para que parezcas nauseabundo. – movió el frasquito frente a Sasuke con suavidad. – es una especie de bomba mal oliente, te aseguro que te darán nauseas apenas lo destape.

Eres extraño… ¿de dónde sacaste eso?

Del laboratorio de química, me encanta esa clase, así no sea mi carrera.

No necesito esa porquería, puedo fingir un dolor estomacal sin ayudas.

En pocos momentos ambos jóvenes llegaron a la enfermería, Sasuke respiro hondo y se dispuso a usar sus "encantos" con la enfermera de guardia, para su suerte, era una joven algo retraída y nueva en el área, Sai volvió a su sitio sujetando a Sasuke mientras este entraba al lugar con un aire lastimero y desvalido, increíble de ver, pero cierto. Engañar a la desprevenida enfermera fue pan comido, Sasuke le dio algunas luces de que algo le pudo caer mal, excusándose con la chica que no dejaba de verlo embobada, casi ni le interrogo apremiada por el encanto del Uchiha, cayó en las redes y al finalizar el examen físico, Sasuke había logrado que la enfermera lo dejara en observación por unas horas y con un permiso firmado para ausentarse del viaje.

Voy a llevar el permiso firmado al guía de la clase. – la enfermera salió de la habitación con una sonrisa boba en el rostro. –

Gracias. – el moreno le mostro una agradable sonrisa que después borro de su rostro en segundos. – Sai.

Me das miedo Sasuke, luego dices que yo soy el experto en engañar a las personas con mi rostro.

Quizás somos más parecidos de lo que creí. – se sentó en la camilla donde le dejo la enfermera – ahora tenemos que ir con Itachi, debe estar por llegar al sitio pautado.

Yo lo hare, es más seguro que te quedes por si la enfermera regresa, yo traeré a tu hermano aquí.

¿Seguro?

Recuerdo su rostro en la fotografía que encontré, se parece mucho a ti.

Sin más palabras Sai salió de la enfermería en busca de Itachi. Sin duda alguna este escape del viaje había resultado divertidísimo, no negaba que el golpe que le dio a Sasuke tuvo un poco de exageración, pero a quien no le gustaría golpear a alguien tan pedante y frio como el Uchiha, pensando en ello siguió su camino, bajo las escaleras para salir del edificio, pronto estuvo parado en la gran entrada de la universidad, se detuvo paciente bajo un árbol frondoso ya que la mañana despuntaba increíblemente brillante, Sai estuvo meditativo mirando a cuantos hombres maduros entraban y salían de la casa de estudios, nadie se le parecía ni remotamente al hermano de Sasuke, estaba con la imagen de el grabada en la mente, le daba un aire de extrema curiosidad saber cómo era en personalidad, en la foto parecía alguien solemne, serio y hasta retraído, mas melancólico que Sasuke y férreo también.

Parece que la puntualidad no es su fuerte… - susurro mirando el reloj en su muñeca, pasaban de las 9 y el mayor de los Uchiha no llegaba. –

Dio varias vueltas al grueso tronco del árbol y volvió a detenerse en el mismo punto, saco su celular y miro que tenía una llamada perdida, su padre lo andaba buscando ciertamente desde tempranas horas, tenía que inventarse una excusa mejor que la del dolor de estómago para no dejar las dudas en Danzo, pensando en ello no noto como alguien se detuvo frente a él, el sonido de la grama pisada y la sensación de que lo miraban hizo que alzara la vista, en un segundo bajo el celular, estaba con sus orbes negras fijas en el recién llegado, un ser alto, con el claro rostro maduro pero joven, largos cabellos negros recogidos en una coleta baja, ojos tan fijos y oscuros como los suyos o los de Sasuke, era Itachi Uchiha, al fin había llegado a su destino.

¿Sai? – la voz de Itachi fue algo dudosa, estaba mirando al nombrado con mucha seriedad, como si le costara identificarlo. –

Sígame. – no dijo nada más, era peligroso que continuarán parados allí, con paso presuroso el menor comenzó a caminar de regreso a la enfermería. –

Sasuke me mandó un mensaje, supe quien eras por su descripción… - miraba curioso al silencioso cómplice que les ayudo a encontrarse. –

Se parecen en verdad. – hablo suavemente más para el que para Itachi. –

Gracias por ayudarnos.

No quiero ayudar, como ya le dije a tu hermano, me divierte todo esto, estoy ansioso por saber qué cara pondrá Sasuke cuando sepa que dejo embarazado a un chico. – al fin Sai se volvió hacia Itachi, lo miro con malicia, como diciéndole que esto solo era mero entretenimiento para el –

¿Cómo sabes eso? – se detuvo a mitad de las escaleras que subían, esa información no pudo llegar a sus oídos sola, había mas personas que sabían de Naruto. –

Mi padre y tu padre se conocen desde antes que yo naciera… saca conclusiones.

Mi padre… - un escalofrió horrendo recorrió la espina dorsal de Itachi, todo su pasado se dio un paseo ante sus ojos, el dolor, su hijo, la pelea, la depresión, todos los sentimientos más profundos que enterró salieron a flote con esa revelación, lo que más temía se cumplió, Fugaku sabía de Naruto. –

Estas pálido… - Sai se detuvo un tanto angustiado, el ánimo del hermano de Sasuke pareció irse a pique repentinamente. –

Debo hacer que las cosas se aceleren, Sasuke debe volver ya a Konoha… no quiero pensar que mi padre este varios pasos delante de mí.

¿Por qué la angustia?, ¿ese tal Naruto es tan importante?

Si te quedas a oír mi historia me darás la razón. – Itachi siguió caminando con más prisa hasta que él y Sai estuvieron frente a la puerta de la enfermería. -

Sasuke estaba dando vueltas por la enfermería, si seguía en esa angustia era seguro que necesitaría la camilla tras el para acostarse, se levantaba y sentaba en ella una y otra vez hasta que el sonido de la puerta lo puso en alerta, volvió a acostarse rápidamente en la camilla, no quería que la enfermera enamoradiza regresara y lo encontrara más fresco que una lechuga dando vueltas por allí. No tuvo tiempo si quiera para preguntarse quién era, delante de él estaba Itachi, con un rostro algo perturbado, muy distinto al centrado hermano mayor que no perdía la calma nunca.

Itachi… - no supo que hacer, estaba paralizado, su cabeza se llenó de preguntas, dudas, recuerdos borrosos, su boca se quiso mover pero el sonido no salía, era como un choque de muchas ideas y un minúsculo espacio para que pasaran de una en una. –

No te levantes de allí, todo lo que diré puede afectarte más de lo que crees hermanito. – con paso firme se sentó al lado de Sasuke en la camilla y poso su mano derecha sobre el hombro del mismo. – quiero empezar por decirte algo muy personal, después harás todas las preguntas que quieras, solo te pido que no juzgues hasta escuchar mi última palabra.

Yo… - no sabía, era un nudo raro en la garganta, una sensación de querer llorar, su hermano parecía sumiso y triste, ese sentimiento ambiguo que recordaba desde su más tierna infancia, esa mirada compasiva que le daba a él cuándo se hacia el dormido y sentía como Itachi le susurraba te quieros y le acariciaba el cabello para que durmiera en paz, ese ser que despedía un no sé qué tierno, paternalista, ese hermano mayor que lo sobre protegió millones de veces en su infancia. –

Dio un hondo suspiro, apretó sus labios y comenzó a contar su historia, la que ocultaba Fugaku como un pecado imperdonable en la familia Uchiha. Dando un ejemplo de valentía única, ni le importo que el jovencito que les ayudo a encontrarse él y Sasuke les oyera, al fin y al cabo hasta sabia de Naruto, una verdad mas no cambiara la historia, o eso creía Itachi.

Sasuke, yo cometí un error cuando tenía tu edad, realmente nunca lo vi como un error, fue una suerte del destino, pero nuestro padre lo vio como la abominación más grande del mundo… era muy joven, estaba enamorado y… estuve con alguien que me hizo feliz por un corto periodo de tiempo y esa persona murió después, no quiero enredar las cosas más de lo que están, pero esa persona era Minato Namikaze.

El… el…. – el rostro de Sasuke palideció en un segundo, no había olvidado quien era ese hombre, lo poco que representaba en su cabeza, el padre Naruto. –

Así es, es el padre de Naruto, él era mi profesor en la universidad, nos conocimos por casualidades del mundo, tú y Naruto jugaban en el mismo parque cuando eran chicos, así empezó todo… una cosa llevo a otra.

Naruto y yo… - la mente de Sasuke trato de atar cabos, de traer al presente las testarudas memorias de la infancia, los recuerdos de las tardes de parque, de Itachi llevándolo a la espalda, de las veces que se raspaba las rodillas y lloraba desconsolado hasta que el moreno le consolaba con una sonrisa serena. en todas esas memorias no vio a un rubio Naruto, pero si una vaga sensación de jugar siempre con alguien más, alguien de su edad que no tenía rostro definido ni un recuerdo claro. –

Se conocen desde niños, su primer encuentro fue cuando solo tenían 3 años. – sonrió plácidamente, eran tiempos hermosos y buenos, hasta que Fugaku metió las narices en todo. –nuestro padre descubrió mi relación con Minato, trato de separarnos en muchas ocasiones pero ambos estábamos ajenos a sus protestas, pensábamos hacer muchas cosas juntos, queríamos vivir juntos… pero…

El murió. – susurro Sasuke con consternación, recordaba que Naruto era huérfano, no supo cómo paso pero estaba claro que fue cuando era muy chico. –

En un accidente de auto, yo enferme mucho y no supe de mí en más de 3 meses, desperté un día con la noticia de que Minato, bueno, el había dejado algo en este mundo antes de morirse

Instintivamente llevo la palma de su mano a su bajo vientre, el recuerdo de sentir a su bebe, su cálido ser, lo poco que duro esa experiencia le quedo en las sensaciones de la memoria, como si hubiese sucedido ayer mismo. Sus ojos se deslizaron por la habitación, era algo vergonzoso decirle eso a Sasuke, pero debía poner las cosas en claro y en su punto justo o si no, este no entendería nada de lo que ocurría en la actualidad con Naruto.

Estaba en estado, esperaba un hijo de él.

Espera… - para cuando acabo esa frase Itachi, tanto Sasuke como el espectador Sai estaban boquiabiertos, miraban con grandes ojos al moreno, no parecía cosas normales, era un hombre recto, hecho y derecho, jamás imaginarían que algo así le podía pasar a un ser como él. – tu... tu puedes… quedaste… ¡!diablos esto es bizarro!... ¡con el padre de Naruto!... ¿o sea que tengo un sobrino y Naruto un hermano que no conoce?

Jamás Sasuke fue de perder los estribos pero esto rompía los record de cordura, estaba pensado a mil por hora sobre conexiones familiares, parentescos y demás cosas de los árboles genealógicos. La vida podía ser cruelmente irónica, más que irónica, era una maldita viciosa empeñada en hacernos juegos sucios y extraños. Quería respirar profundo, si no se calmaba acabaría desmayado por falta de aire e impresión, el menor se llevó las manos a la cabeza y peino sus mechones negros unas cuantas veces, era como un consuelo inconsciente por calmarse, necesitaba preguntar pero antes quería oír mas de ese cuento surrealista de su hermano mayor, el que podía impresionarlo a niveles insospechados.

No juzgues Sasuke, no estas condiciones de hacerlo aun.

No juzgo… solo que… ¡tú y el padre de Naruto!

Mi hermano y el hijo de mi amante…. ¿No es igual a lo que dices tú? – miro con seriedad a Sasuke, este paro de quejarse y se volvió a sentar en la camilla, era cierto, ambos habían bebido de la misma copa en diferentes tiempos y de diferentes modos. –

Sigue… ¿qué paso con mi sobrino? – pregunto curioso, esa duda entraba entre las preguntas que tenía desde antes, allí fue que ato cabos sobre sus recuerdos borrosos de un recién nacido en casa, cuando él era muy chico. –

No lo sé.

¿cómo no lo sabes?

Me lo arrancaron de los brazos apenas nació, solo recuerdo su aspecto frágil de recién nacido, se parecía mucho a ti cuando naciste, muy blanco con cabellos negros y unos potentes pulmones. – una triste sonrisa se posó en sus labios. – esa es una de las razones por las que te protejo tanto de nuestro padre, no quiero que repita la historia contigo Sasuke.

No puede hacerlo, yo no saldré en estado… primero que no soy quien… quien…

Para cuando se dio cuenta que hablaría demasiadas intimidades, ya tenía la vista de Itachi y Sai muy puesta sobre él, especialmente Sai que lucía como un espectador impaciente por saber más de esa increíble historia de los Uchiha, todo un drama para ser escrito y vendido en forma de novela romántica.

¡Eso nunca pasara! – sentencio retraído nuevamente en su puesto. –

La vida es irónica hermanito… muy irónica porque ha vuelto a suceder….

No comprendo tus palabras. – miro fijamente a Itachi, ¿qué más cosas podría decir que lo sorprendieran más de lo que estaba? –

Sasuke, estoy aquí para pedirte que regreses a Konoha, debes volver, tu repetiste mis pasos, te enamoraste de quien no deberías según nuestro padre, estuviste con él y ahora…Naruto espera un hijo tuyo Sasuke.

…. – el nombrado solo pudo abrir sus ojos desorbitadamente, un sudor frio recorrió su cuerpo y la sensación de ser oprimido en el estómago parecían ser mil veces peor que el golpe que le dio Sai en la mañana. –

Continuara…..

LO SUPO, LO SUPO! AL FIN LO SUPO! Itachi lo va a mandar a un hospital con tanta noticia sorprendente XD… si no se nos muere el terco Sasuke con las noticias, esperen el capi que viene, ahora sí, la pelea se avecina, ¿quieren saber que hará el vengador anónimo?, si Danzo descubrirá que Sai le jugo sucio, ¿cuándo Fugaku se enterara de todo y mandara al demonio la prudencia que lo caracteriza?... esto y mucho más para el próximo capi! Disfruten la angustia mientras esperan el capi que viene ja ja ja ja ja… soy mala perdónenme esa.

Próximo Capitulo:

Quiero verte.


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