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Contra la corriente por RAMSIN

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Contra la corriente

Capítulo 27

Quiero verte

No existiría nada en el mundo lo suficientemente lógico, claro y conciso que explicara la sensación de saber que tu hermano se acostaba con el padre de tu novio y que ahora también se le sume el saber que vayas a ser papá sin sospecharlo si quiera. Sasuke tuvo que levantarse de la camilla y dar algunas vuelvas por la enfermería antes de pensar fríamente el asunto, no emitía palabra alguna mientras Itachi seguía dándole pormenores del asunto, de que Naruto estaba haciendo las cosas a su modo, de que acabo siendo cuidado por un amigo suyo, también del intrincado coraje y molestia que le tiene el Uzumaki a Sasuke por no aparecer nunca y desligarse de el completamente sin avisar si quiera.

Sasuke, ¿me estas prestando atención? – Ya Itachi estaba tornándose preocupado por la actitud autista que tomo su hermanito ante la noticia. –

¿Naruto espera un hijo mío?

Así es.

¿Mío? – repitió con mucha incredulidad –

Sasuke, es tuyo si a ese comentario va el caso.

No niego eso… - susurro para sí consternado, recordaba muy bien los fogosos encuentros que logro tener con Naruto, y que en ninguno de ellos se cuidaron. – ¡ese idiota sí que supo hacerla!

Los dos fueron idiotas que supieron hacerla. – hablo Sai súper entretenido con todo ese asunto. –

Yo…soy un idiota. – sin ánimos se sentó pesadamente en la camilla, tuvo que respirar muy profundo y controlar los nervios repentinos que lo aquejaron, sus manos temblaban y ni sabía la razón con certeza, el miedo era una, pero esta noticia pasaba de miedo, se podía sentir más bien terror, susto, incertidumbre, sensaciones nada agradables de tener en el cuerpo. –

Naruto está bien, ha sabido llevar las cosas, yo le estoy ayudando en lo que puedo, pero no me deja meterme mucho con las cosas de la bebe.

"la bebe" – Sasuke alzo la mirada con los ojos desorbitados, ahora no solo era un ser, tenía hasta sexo y denominativo. –

Es niña. - Itachi le sonrió algo incrédulo, su hermanito se estaba tomando el asunto como si fuera un sueño fantasioso. –

¡Si Sasuke Baka tendrá una hija! – Sai canturreo con más diversión aun, como mataría por tomarle una foto al pobre Uchiha, parecía a punto de desmayo. –

Sé que estas aterrado y que son muchas situaciones a la vez Sasuke, pero debes comprender que tienes una respo…

Quiero regresar a Konoha. – hablo con una seguridad brutal, tanta que impresiono a sus oyentes. – quiero ver a Naruto y que el mismo me explique todo esto.

No será fácil Sasuke, nuestro padre sabe de Naruto y no le agradara que tu estés en su vida otra vez, creo que él no ha hecho nada al respecto porque no sabías nada, dejaría las cosas ocultas de ti, pero si se entera que tú vas a buscarlo… nada bueno saldrá de eso.

No te preocupes Itachi, no repetiré tu tragedia… no soy tu, no es el pasado al que te enfrentaste solo, ahora soy yo y necesito hablar con Naruto.

La terquedad de Sasuke traerá muchos problemas, no dejo que Itachi le diera más detalles, el creía que era mejor dar la cara, enfrentar a Naruto así se gane su odio o si ya lo tiene, tratar de alivianarlo un poco, no sabía que sentimientos encontraría al volver, aun en su corazón le amaba, en secreto, muy adentro donde las emociones que no queremos dejar ir se reproducen como conejos y llega el momento donde se nos escapan a borbotones por todo el cuerpo.

Su aplomo era con razonamientos, su padre lo quería lejos y esa era una buena razón de porque la vigilancia, por eso la llegada de Sakura Haruno para tratar de seducirle y olvidar al rubio, por eso y mucho más estaba dispuesto a volver, ya era suficiente tiempo agachando la cabeza, que tonto fue cuando se creía dueño de su destino al ir a la universidad, solo jugaba el juego de Fugaku, en el que el manejaba los hilos y hacia que no hacía nada con su vida y sus decisiones.

¿Sasuke, dejaras la carrera? – Itachi no quería que desertara por un arranque pasional de volver a ver a Naruto. –

No quiero dejarla, pero ahora no tengo el tiempo para pensar en eso, ya solucionare ese problema, luego. – salió de la enfermería con un aire seguro, una mirada desafiante y llena de fuego. –

No le había visto esa emoción, creí que era frígido. – Sai y sus comentarios exageradamente honestos llamaron la atención de Itachi. –

Tendrás problemas si Sasuke se va a Konoha. – hablo seriamente, conocía cierta información del chico que los ayudo a encontrarse, un informante que decidió hacer lo que creía correcto y no lo que le mandaron hacer. –

No me importa realmente, mi padre es como el suyo… un total lunático con ínfulas de dominio mundial, solo que no es tan arriesgado como Fugaku. – se encogió de hombros tristemente. –

Con todo y el odio que ha creado mi padre… aun me cuesta insultarle, pero tú no titubeas en ello, ¿acaso estás haciendo esto para vengarte de algo?

Itachi era tan cuidadoso y detallista, Sasuke nunca presto la atención suficiente para notar que Sai masticaba, tragaba y digería un odio bajo y secreto a su padre, esa era la única razón lógica para el mayor de los Uchiha de que ese niño pusiera en peligro su función de espía para Fugaku, sobrepasando las ordenes y dejando al libre albedrío a sus vigilados.

Resultas más intuitivo que tu hermano. – sonrió con melancolía y dio un hondo suspiro – no hay nada que me ate a este lugar, ni si quiera los lazos de sangre.

Tu… - el moreno lo miro con seriedad, despertaba en él un aire de querer entender las cosas, así sea un desconocido. –

Para que me engaño, desde hace más de 3 años que se la verdad, soy un simple excremento de la sociedad, mis padres no me quisieron cuando nací así que me abandonaron, no sé porque mis "padres" me adoptaron… quizás les di lastima. – se puso de pie y salió de la enfermería dejando a Itachi con un rostro perplejo. –

Sasuke no pensaba, más bien, parecía pensar demasiado pero no en un orden lógico, corrió como alma que lleva el diablo hasta la residencia de estudiantes, sin pérdida de tiempo saco las mismas maletas con que llego y procedió a echar dentro todo lo que había a su paso, no coordinaba con lógicas, estaba acelerado, como si la adrenalina se apoderara de su coordinación y no le dejara ver más allá de la necesidad de respuestas por parte de Naruto. En un segundo detuvo su frenético ir y venir desde el closet a la cama y se quedó paralizado, a su mente se le vino la imagen de un bebe, un ser sin detalles físicos, solo un bulto de mantas llorando, y el que lo cargaba en sus brazos era Naruto, trago grueso ante la imagen, sin querer soltó la ropa que tenía en las manos y acabo sentado en la orilla de la cama con el rostro oculto entre sus manos, una lagrima recorrió su mejilla y luego otra y otra más, un desagradable sentimiento le envolvió el pecho, era rabia, la rabia de no saber las cosas, de que abandonara vilmente a la persona que quería, a la que amo por primera vez y a la que se entregó de un modo u otro, se sentía muy mal al ver que el cumplía sus deseos mientras Naruto se había quedado atrás pagando una carga que era de dos.

¿Sasuke? – Itachi llego al departamento acompañado por Sai. –

¿Me odia? – susurro aun con las manos en el rostro –

Mucho… - no le mentiría a su hermano, Naruto estaba cultivando un sentimiento de rabia desde que Sasuke se marchó –

Necesito cambiar eso. – respiro hondo y se limpió el rostro con el reverso de su brazo. – no hago nada sintiéndome desdichado por lo que hice.

Prepara tus cosas con calma, yo necesito poner algunos asuntos más en orden aquí. – miro a Sai con seriedad. – voy a hablar con Danzo.

No creo que debas hacer eso…

Debo ponerle al tanto de que me llevaré a Sasuke, no me importa que arme un lio o llame a mi padre, ya tiene claro lo que él quiere y lo voy a ayudar.

Ustedes están en un gran lio. – Sai se acomodó en una esquina de la cama, estaba impresionado por la fuerza de voluntad en ese hombre, era admirable, por un segundo deseo tener alguien así que le diera la mano y no un prospecto falso de padre. –

Sai, llévame con Danzo.

Sin quererlo Itachi está dando vueltas alrededor de la verdad, no sospecha que tiene más cerca de lo que jamás imagino a su hijo, los hilos del destino siempre se cruzan caprichosamente donde creen y donde deben, sin pausas pero sin prisas, el momento justo en ese camino que llamamos vida.

Mientras Itachi trata de poner en orden todo para regresar a Konoha con su hermano, Fugaku estaba planeando algunos pasos más, estaba claro que Itachi tarde o temprano lograría dar con Sasuke, un instante que ha logrado extender por mucho, pero ya el tiempo apremia y no ha movido si quiera sus ideas más sórdidas para con Naruto, se había atenido de acercarse a él, solo lo hizo una vez para conocer la realidad del suceso, estar en claro que el rubio hijo del Namikaze estaba sano y salvo, para su pesar, ese encuentro momentáneo en la clínica le dejo muy en claro que ese niño sería un estorbo más en la vida de su hijo menor, el que quedaba para poder extender la honorable estirpe de la familia Uchiha, no hacía falta un bastardo más, bastaba con Sai, y este estaba bien alejado de todo lo que representaba el círculo familiar, Danzo le había facilitado tanto las cosas, se creía ganador, pero la historia con Naruto era otra, no podía controlarlo como hizo con Itachi, estaba fuera de sus manos, solo podía ver, vigilar los movimientos del rubio esperando que jamás Sasuke se dignara a reconocer su paternidad, allí radicaba su carta de triunfo, sembrar la confusión y enmascarar las realidades.

Un encuentro bien definido ayudara mucho. – miraba serenamente a su víctima, estaba vigilando a un desprevenido Naruto esa tarde, este había salido solo como acostumbraba a caminar por el parque, la doctora Tsunade le insistió en que estuviese activo, que no ganara peso de más, así que aprovechaba el día agradable para dar una vuelta sin la persistente vigilancia de Gaara. –

Fugaku bajo del auto y camino hacia el parque, no quería parecer un acosador directamente, se tomó su tiempo en seguir al rubio durante varios días hasta que esa tarde le pareció el momento perfecto, Naruto se encontraba caminando muy tranquilo con una botella de agua en una mano y la otra posada en su baja espalda, el dolor en las caderas se había vuelto el pan de cada día, pero cumplía el estricto régimen de actividad física, nada de sedentarismos que le complicarían el parto, siempre la vieja Tsunade le recriminaba su comodidad para con el acontecimiento, y en verdad, él nunca pensó tan seriamente que ese día llegaría pronto.

Ya es suficiente por hoy… - trato de estirarse pero la botella de agua en sus manos cayó al suelo y rodo unos metros hasta detenerse a los pies de alguien. –

Toma. – el desconocido de agacho y tomo el envase en sus manos para devolverlo a Naruto. –

Gracias señor… - miro curioso el rostro del desconocido, por alguna razón le sonaba conocido de algún lado, no precisaba donde pero sabía que lo había visto antes. –

el girasol. – Fugaku sentencio con severidad, ya no tenía los ánimos ni las intenciones se ser simpático con Naruto –

si es el mismo de la clínica. – sonrió recordando la flor que le dio ese día. –

ese día necesitaba conocer la verdad.

¿de qué habla? – Naruto le miro con duda, aquel simpático hombre no parecía el mismo ahora, frente a él. –

¿No sabes quién soy verdad?

No le conozco.

Fugaku Uchiha, el padre de Sasuke.

El… el… padre de Sasuke. – su rostro curioso paso a un semblante serio y frio – esto es el colmo, primero Itachi y ahora usted, ¿es que no pueden dejarme en paz a mí y a mi bebe?

¿De qué hablas? – Fugaku atajo rápidamente la molestia de Naruto, estaba claro que no tenía intenciones de buscar a Sasuke, un punto a su favor –

Me perdona señor, pero no estoy interesado en ver a Sasuke, estoy muy bien solo y seguiré solo, ahórrese la conversación sobre convencerme de aceptarlo otra vez.

Fugaku quedo perplejo, ¿este niño le estaba ahorrando todo el trabajo de alejarlo de Sasuke?, tan practico le había resultado seguirlo, estaba claro que si tocaba las teclas correctas podría alejar definitivamente a su hijo de ese Namikaze para siempre.

Estas claro sobre mi hijo.

Más que claro señor, Sasuke es un idiota, me disculpa la expresión, pero no quiero que me sigan molestando… estoy bien ahora y no pido nada para mí o para mi hija, solo quiero paz.

Estoy de acuerdo contigo Naruto.

¿En serio? – abrió enorme sus orbes azules –

Por ello vine, quería hacerte algunas advertencias sobre mi hijo, ha resultado un completo descarriado de la educación que le dimos.

Prefiero no oír nada. – intento alejarse pero Fugaku le cortó el paso nuevamente –

Sasuke ya sabe todo, y no acepto su responsabilidad.

Pero… ¿Itachi dijo que Sasuke no sabía nada aun?

Mintió, Itachi es demasiado blando de corazón, te ha estado engañando, dándole tiempo a Sasuke para que recapacite sobre tu hijo.

No quiero escuchar más de eso, señor Fugaku, gracias por advertirme pero es mejor dejar todo así, adiós.

Naruto apresuro el paso con las manos apretadas fuertemente, estaba conteniendo el llanto, había sido un gran día hasta que ese encuentro le detuvo la felicidad, era el colmo que llegara hasta el padre de Sasuke e Itachi a decirle lo que los hermanos no se atrevían. Con el llanto todavía atragantado en el cuerpo llego a la casa de Gaara, entro llamando la atención de Temari que estaba moviendo algunas cosas en el piso superior, la rubia escucho claramente los pasos de Naruto y el azoton de la puerta de su habitación segundos después, dudosa por la manera en que llego el Uzumaki, camino hasta la entrada de la habitación y toco varias veces.

Naruto… ¿estás bien?

Si, solo cansado, dormiré un rato Temari, no bajare para la cena. – respondió aguantando el llanto, estaba al límite de su tolerancia. –

Si cambias de parecer te subiré la cena. – se alejó de la puerta con un semblante angustiado, en esas semanas que había convivido con el rubio, sabía muy bien cuando estaba de humor y cuando ocultaba sus emociones, sintió que debía darle espacio, quizás recordó a Sasuke y eso lo hizo volver antes de su rutina de caminatas. –

Se sentía fatal, no solo por recibir la inesperada presencia del padre de Sasuke, si no, porque le causara más dolor algo que ya sospechaba, se traía entre ceja y ceja que el moreno no aceptaría su paternidad y ahora confirmaba sus miedos, tan poco hombre le resulto Sasuke que no daba la cara por el mismo y le decía sin meter a la familia de por medio que no quería saber de él o de su hija.

¿Porque Sasuke? – sus lágrimas recorrían sin parar sus mejillas, le ardía el pecho, una opresión desagradable que lo seguía sin reparos cuando pensaba en él, se recriminaba el mismo por no fijarse en Gaara, las cosas hubiesen sido distintas si ese bebe fuera del pelirrojo, sería feliz, sin problemas, con un padre amoroso que los protegería siempre, sentía envidia de no poder amar como debía ser, porque la verdad, la única verdad de Naruto era que Sasuke se le había metido debajo de la piel, dentro del corazón, marcándolo como un hierro ardiente, anunciándose dueño y señor de sus sueños y desvelos. Era su pecado andante, el querer a alguien que no te quiere. –

Temari continuo sus quehaceres hasta que Gaara llego de la universidad, estaba esperando impaciente a su hermano, era la única persona que lograba hablar con Naruto sin tapujos, un experto en desenredar los ánimos del rubio fuera cual fuera la situación.

¿Volvió extraño del parque? – Gaara escuchaba atento el relato de su hermana mientras subían las escaleras al piso superior –

Sí, no quiso bajar a cenar y cuando le ofrecí la cena en su habitación también me dijo que no.

Naruto no rechaza una comida nunca, algo sucedió. – su semblante se volvió severo. – dame la cena, yo se la llevare.

Temari le entrego una bandeja tapada, con eso en manos Gaara volvió sus pasos hacia la habitación de su amigo, toco dos veces y sin pedir permiso abrió la puerta, paso cauteloso por si Naruto se portaba tajante y esquivo, pero para su asombro lo encontró sentado frente a la ventana de la habitación con todas las luces apagadas, estaba estático con el peluche de osito que le regalo el pelirrojo entre sus brazos, parecía meditativo. Dio algunos pasos acercándose donde Naruto, este ni si quiera voltio a verlo, solo dio un hondo suspiro y se limpió la mejilla ya roja por tanto llorar.

Temari me dijo que no habías cenado aun. – dejo la bandeja sobre una mesita cercana a la ventana –

Gaara…

¿Dime?

Necesito un abrazo. – mascullo como un murmullo repentino, con una pena grandísima que no le dejaba sacar lo que necesitaba, cariño, sentirse amado así sea por alguien. –

No se sorprendió por la petición, con paso decidido camino hasta quedar frente a Naruto y se agacho a su nivel, sus ojos se encontraron con los del Uzumaki, estaban rojos, hinchados y llenos de tristeza, parecía herido de muerte, decepción y rabia, con paso más torpe se atrevió a estirar sus brazos y posarlos sobre los hombros de su amigo, cerro sus ojos y estrecho a Naruto suavemente contra su pecho, no dijo nada, estaban de más las palabras en ese momento, también comprendía que no había pasión, que solo había una necesidad imperante, casi instintiva por sentirse mejor, entendía que las emociones de Naruto estaban alteradas gracias a su condición, algo lo había desestabilizado esa tarde, quería saber que era, pero se negó a preguntar, esperaría a que el mismo rubio le dijera que sucedió.

No me quiere. – susurro sobre el hombro de Gaara, creyó que el abrazo le reconfortaría, pero fue peor, la soledad pareció agrandarse más en él. –

No dijiste que lo olvidarías.

Eso quisiera. – apretó su rostro contra el pecho de Gaara, quería llorar otra vez. –

No es fácil sacarse del alma un amor. – que irónica confesión, un triángulo desdichado de amor, el consolando a la persona que amaba, sin poder dar más, sin permitirse querer más porque sabe que no será correspondido. –

Discúlpame… perdóname por no quererte como quisieras. – entre la rabia de sus emociones, entre el sentirse culpable por no querer a quien el cree la persona correcta, todo por culpa de una mentira mal intencionada de Fugaku. –

Podría…

Con suavidad separo a Naruto de sus brazos, le miro con ternura, un sentimiento ambiguo, agridulce, suavemente limpio con sus dedos la lágrimas derramadas por el Uzumaki, como deseaba que fueran otras lágrimas, otras emociones que las hicieran salir, pero eran lagrimas ajenas, de un amor ajeno, solo le quedaba consolarse con la amistad, con el permiso de tener mucho pero no todo. No pensó mucho, no era necesario pensar para lo que haría, se inclinó un poco por encima del rubio acercando sus labios hasta que rozo la piel del mismo, un beso tierno en su frente, como el que le das a los niños pequeños para consolarlos, de esos que da una madre a su hijo antes de ir a dormir, suave, delicado, uno de esos besos que saben a cariño, a ternura y a consuelo.

No llores más, le hará daño a la bebe. – acaricio el vientre abultado del Uzumaki –

Sasuke sabe de ella y no la reconoció. – al fin tuvo las fuerzas para contarle a Gaara lo que lo hacía tan desdichado –

No me extraña su reacción, pero… ¿cómo supiste eso?

Su padre me lo dijo, él se presentó en el parque cuando estaba haciendo mi caminata.

¿mando a su padre para decirte eso?

Sí, no fue capaz de decírmelo a la cara.

Un cobarde así no tiene derecho a mirarte si quiera Naruto. No te merece, ni a ti, ni a tu hija.

Creí que si quiera querría ver como estoy, tuve la pequeña esperanza de que le interesara la bebe, pero no fue así, mi hija no tiene papá y no lo tendrá nunca. – se le hizo un nudo en la garganta, como quería llorar otra vez por esa verdad. –

No te preocupes, yo estoy aquí. – llevo su mano hasta la de Naruto, entrelazándola tiernamente, como haciéndose notar. –

Has querido hacer tanto por nosotros Gaara, no sé cómo pagarte.

Solo déjate querer, intenta cambiar esa negatividad, ahora es que tienes mundo por delante, tu hija se merece ser feliz, tener estabilidad y una familia que la ame, aquí tendrá todo eso… y mucho más.

Podría intentarlo. – le dio una sonrisa tímida, insegura, no estaba claro que deseaba cambios repentinos, creía que el tiempo lo decidiría por él. –

Naruto le ha dado una pequeña esperanza a Gaara, no muy clara, más bien turbia y llena de inseguridades, nacida en la mentira de Fugaku, pero como dice el refrán, las mentiras tienen patas cortas y siempre la verdad la alcanza, cuando eso suceda, Sasuke tendrá una guerra difícil, restaurar el corazón de Naruto, volverlo a llenar de amor, de seguridad, de la confianza que ha perdido con el paso de los meses y con las mal sanas intensiones de Fugaku. Pero en otra parte también Itachi se enfrenta a la realidad, una diferente, que le compete más de lo imaginado y que se desencadena gracias a querer ayudar a su hermano menor a ser feliz y reencontrarse con Naruto.

Sai no sentía miedo, más bien la sensación de soltar un lastre le animaba a continuar, ayudando a Itachi y Sasuke, sin prisas encamino al moreno hacia la oficina de Danzo, el decirle su verdad a alguien le dio un respiro enorme, su procedencia era una cruz a cargar, no recordaba a su madre adoptiva, pero lo único seguro era que lo amo mucho, podía percibirlo en las fotos del pasado, en las que aun Danzo conversaba celosamente guardadas, se lamentaba por el cáncer que la mato, que le quito la pequeña felicidad de sentirse querido, solo le quedo Danzo, un ser que hizo más el papel de general que de padre, recordaba la noche en que escucho sin querer una conversación de el con alguien más por teléfono, del cómo le llamaba despectivamente un peso que decidió llevar, que su esposa había asumido la carga por el capricho de tener hijos, que el solo la complació y nada más, desde ese día Sai se guardó los rencores, decidió hacer la vista gorda hasta que pudiera encarar a Danzo y pedirle explicaciones, ya de eso habían pasado 3 años y aún no tomaba el valor de hacerlo, quizás por miedo a la verdad, o por el temor de perder la única cosa que le quedaba en el mundo, Danzo.

Es aquí. – Sai se detuvo frente a las enormes puertas del rectorado. –

Gracias, espera fuera, no quiero que estés metido más en esto. – Itachi le miro con serenidad. –

No me importa que lo sepa, quiero entrar, tengo cosas que hablar con el después de que tu hables, es el mejor momento de revelar mis razones.

¿Estás seguro de ello?

Mucho.

Como quieras Sai.

Itachi ni siquiera toco a la puerta, abrió de un solo golpe y paso dentro seguido del menor, frente a ellos encontraron a Danzo sentado en su silla de cuero, metido en papeles y más papeles hasta que alzo la vista notablemente sorprendido, sus ojos no dieron crédito a lo que veía, frente a él estaba Itachi Uchiha, imponente, mas alto y mayor de lo que el recordaba, con sus ojos negros mirándolo fríamente, los mismos ojos que tenía su acompañante, Sai estaba al lado de él, era como una jugarreta extraña del destino, madre e hijo, uno al lado del otro y la única persona en esa habitación que lo sabía era él. Más calmado de la asombrosa llegada, bajo los papeles que leía y se acomodó con los brazos sobre el escritorio, parecía expectante ante lo que sucedería.

Sai, ¿puedes explicarme a que se debe esta interrupción? – analizo al menor, fríamente su actitud era una copia de la de Itachi, su modo de mirar y hasta su altanera manera de estar allí. –

Él puede explicarlo mejor que yo. – se movió atrás, dejando que Itachi se sentara en la silla para los invitados del rector. –

Está bien. – siguió con la vista a Itachi hasta que estuvo cómodo en la silla – supongo que vienes a hablar de tu hermano.

Me ahorraras muchas cosas entonces, si vengo por Sasuke.

No está, fue a un viaje planeado por la universidad, muy educativo para su carrera. – cruzo sus brazos en son de superioridad –

Pues, has de estar mal informado, Sasuke está empacando sus pertenencias en este instante, me lo llevo de regreso a Konoha.

Konoha… - Danzo busco con la mirada a Sai, estaba impresionado por el giro de los acontecimientos, el chico no había seguido las órdenes impartidas. – ya veo.

Solo vengo a informarle de la situación, no quiero malos entendidos, Sasuke no pretende dejar los estudios, solo se tomara un pequeño permiso, regresara cuando sus prioridades estén en orden.

¿Tu padre sabe eso?

Creo que sí, tu sabias muy bien que llegaría aquí hoy, también le pediste a este niño que nos vigilara, no es momento de irnos por las ramas Danzo. – Itachi lo miro con una seguridad brutal, como queriendo dejarle en claro que nada lo haría cambiar de parecer. –

Me decepcionas Sai. – Danzo se puso de pie repentinamente. – acabas de traicionar a tu padre.

Él no tiene la culpa, el único culpable son mi padre y tú, no sé porque la retorcida insistencia de alejar a Sasuke de Konoha, tu no ganas nada con ello, no comprendo porque seguirle el juego a mi padre, porque usar a Sai, porque vigilarme tanto a mí también.

Pregúntale a Fugaku.

Por supuesto que lo hare. – sin más que decir se puso de pie –

Itachi.

El mencionado ya estaba por abandonar la oficina cuando Danzo le dio alcance y le tomo del hombro.

No voy a cambiar mi decisión, Sasuke quiere regresar y lo hará.

Llévate a Sai.

No comprendo… tu hijo no tiene nada que ver en esto, solo hizo lo correcto por nosotros.

No es mi hijo.

El estar molesto no le da el derecho de rechazar a su hijo. – una molestia enorme le lleno el pecho a Itachi, sabía que era injusto que Sai pagara por ser sincero. –

Los dos hemos jugado el papel de no saber la verdad, ¿o me equivoco Sai? – centro sus ojos en el nombrado, parecía dispuesto a soltar un peso que mantuvo por muchos años, si iba a caer con Fugaku, era mejor decir las verdades y liberarse de la culpa que lo carcomió por mucho tiempo. –

Estoy en conocimiento de que no soy tu hijo. – sentencio fríamente –

Y yo lo sé, no eres muy bueno ocultando tus emociones.

Yo… - se sintió perturbado, jamás creyó que Danzo fuera tan intuitivo ante sus tratos fríos y el alejamiento que siguió a la verdad –

La realidad es más impresionante que solo el hecho de no ser nada tuyo Sai, la verdad es que Nahoko te amo mucho, fue muy feliz al tenerte esa noche en que llegaste a nuestra casa, pero tanto ella como yo sabíamos que no eras de nuestra propiedad, ella quería que supieras la verdad de tu procedencia, que tuvieras conocimientos sobre tu familia, pero no tuve el valor de decirlo, fui un cobarde en cierto punto, Nahoko murió y con ello también la promesa que le hice de mostrarte la verdad cuando crecieras, para ella fuiste como un regalo prestado, un pequeño pago por una deuda, tan inocente que fue ella, nunca creyó que yo lo hacía por un favor y un deber.

Creo que estoy de más en esta conversación. – Itachi intento irse pero Danzo le trunco el paso. –

Tú tienes mucho que ver en esto, más de lo que imaginas. Tu padre me dejo una carga que no quiero llevarme a la tumba, si caigo, el caerá conmigo.

Continuara…

JA JA JA JA! AQUÍ SE QUEDA HASTA EL PROXIMO CAPITULO! MI MALA MAÑA DE DEJARLES EN LOS MOMENTOS CUMBRES XD… perdónenme esa pero vengo muy feliz de pasar las navidades en familia, era hora de que Itachi supiera que su retoño esta ante sus narices y Danzo quiere lavarse las manos como poncio pilatos. Ju ju ju, saben, estuve así de hacer que Gaara y Naruto se besaran, pero no me atreví ja ja ja, sé que irían a mi casa a quemarme viva ToT. Ahora las cosas darán otro giro interesante, Sasuke quiere rescatar el amor de Naruto, Gaara le dieron carta blanca para conquistar, Itachi sabrá de su bebe perdido, ahora no tan bebe n_nU. Bueno, dense contra los teclados mientras viene el capítulo siguiente, y estoy de vacas! Al fin, así que creo que en unos dos o tres días tienen el siguiente capítulo, y si me emociono mucho mañana quizás lo tengas.

Próximo Capitulo:

Un deseo del corazón.

 

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